Atentados Terroristas en contra de los EEUU suscitados el 11 de Septiembre del 2002 (página 2)
Enviado por pacosex15
11. Latinoamérica: oportunidad de impulsar el turismo
A raíz de los atentados del 11 de septiembre y la guerra en Afganistán, el turismo ha entrado en crisis, la gente tiene miedo a volar y, ante la caída del número de pasajeros, las aerolíneas están cerrando rutas establecidas y reajustando sus plantillas. La Organización Mundial del Turismo ha reducido las previsiones de crecimiento global para este año, del 3,5% al 2,5%, y teme que, en el 2002, la actividad se estanque en torno al 1%.
La organización presentó su informe estadístico en Londres, durante la inauguración, esta semana, de la feria Mundial del Turismo. La crisis, afirma Marco Palacios, presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo, se debe al temor a volar, a la incertidumbre en torno conflicto bélico y a la recesión internacional. A su juicio, las fluctuaciones de estos tres factores y su interacción influirán en la profundidad y la duración de la crisis.
Sin duda, Estados Unidos y Oriente Próximo serán los escenarios más afectados por el clima de incertidumbre internacional. Otros, en cambio, como Latinoamérica y Europa, tienen mejores perspectivas de afrontar la crisis. Polo Casanova, director de la Junta administradora del turismo venezolano, presente en la Feria, aclara que durante el evento se ha manifestado un gran interés por nuevos destinos que ofrezcan seguridad. Y a pesar de que se puede pensar que los países de América Latina tienen sus dosis de inseguridad, en la actualidad se han convertido en los sitios más seguros del mundo para viajar, visitar e ir de vacaciones. En el actual momento de convulsión, en general todos los países de América Latina tienen una gran oportunidad para vender sus productos en el mercado internacional. Latinoamérica, prosigue Casanova, ofrece seguridad, ecoturismo y unos destinos en harmonía con la naturaleza, para los que actualmente existe gran demanda. Además, se beneficiará de la regionalización del turismo, una tendencia que aprecian los cerca de 5.000 profesionales reunidos en Londres. Los europeos viajarán por Europa, desplazándose preferentemente por carretera. Los latinoamericanos evitarán sus destinos favoritos, Estados Unidos y el Viejo Continente, y visitarán regiones de su respectivo país y Estados vecinos.
Marco Palacios opina que esta tendencia indica claramente que el turismo va a regionalizarse y nacionalizarse. Actualmente se manejan otros códigos y, mientras permanezca incierta la evolución del conflicto bélico, la gente preferirá viajar a lugares donde los códigos sean similares. Latinoamérica va a recibir más turistas latinoamericanos que en la actualidad.
Recuperar la confianza del viajero en el avión es vital para América Latina, un continente de grandes distancias. En esta tarea, dice Palacios, las agencias de viajes desempeñarán un papel importante, ya que son el equivalente del médico de cabecera. Además, nuestro mensaje no ha cambiado tras los atentados. El avión sigue siendo el medio de transporte más seguro. No podemos permitir que el terrorismo nos paralice.
12. Arabia Saudita: ¿cómplice de al Qaeda?
A partir de los atentados del 11 de septiembre pasado el gobierno estadounidense declaró la guerra contra el terrorismo. Al señalar al saudí Osama bin Laden, líder del grupo terrorista al Qaeda, responsable de los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono, el presidente George W. Bush ha especificado los frentes de la guerra y ha definido a los que apoyan el terrorismo ("el mal") y los que luchan contra él.
Desde septiembre las agencias estadounidenses de inteligencia han empleado sus esfuerzos para comprobar la hipótesis de que Osama bin Laden fue el autor de los ataques. Afganistán es el país donde Bin Laden ha residido durante los últimos años, y el régimen Talibán, que le amparó, se ha transformado en el objetivo principal. Mientras tanto, ante la alarma de nuevos ataques dentro de EEUU se ha comenzado a insinuar la posible conexión entre Bin Laden e Iraq. Sin embargo, aunque este último ha sido el único país árabe que no ha condenado los ataques a las ‘Torres Gemelas' y al Pentágono, no parecen existir pruebas que indiquen esa conexión. En cambio, Arabia Saudita es un país árabe fuertemente alineado con EEUU pero con un papel muy poco claro sobre las redes terroristas musulmanas.
Dentro de Arabia Saudita hay grupos de poder económico y político, como el movimiento wahabista, con una fuerte tendencia anti-occidental. De hecho, el mismo Bin Laden viene de esa tradición. Arabia Saudita ha financiado a grupos extremistas, empezando por los mismos muyahidines afganos que en los años 80 pelearon contra la ex URSS.
Arabia Saudita es un país musulmán gobernado por la familia real, al Saud, en el que rige una interpretación muy estricta del Islam, tanto, en algunos aspectos, como en Afganistán. Los saudís, en general, están divididos en dos sectores: la monarquía y la élite que la rodea; y, el pueblo saudí. La primera vive en un mundo lujoso y caprichoso con el dinero de las ganancias de la exportación del petróleo y respetan o no respetan las leyes islámicas como quieran. La otra parte o "segunda población" vive obligada a seguir las estrictas normas de la secta Wahabi de Islam bajo la vigilancia de la policía religiosa, en una sociedad donde más de la mitad del pueblo tiene menos de 18 años, hay alto nivel de desempleo, pocas oportunidades para una buena educación y un movimiento fundamentalista cada día más fuerte. En su libro La Yihad, Gilles Kepel (Península, Barcelona, 2001) explica en detalle las relaciones entre el wahabismo y la monarquía.
El gobierno saudí está oficialmente encabezado por el Rey Fahd, pero debido a que éste se encuentra desde 1995 incapacitado mentalmente, son el príncipe heredero Abdula y el príncipe Sultán, actual ministro de defensa, quienes gobiernan. Desde que el Rey enfermó el gobierno es cada vez más vulnerable, débil y corrupto. A lo largo de los años, con el empeoramiento de las condiciones para la segunda población debido a la corrupción de la familia real y también por las peleas internas entre los príncipes (competición por el poder) se ve que la familia al Saud se ha vuelto vulnerable al creciente movimiento fundamentalista en Arabia Saudita.
Según un reportaje del periodista Seymour Hersh en la revista, The New Yorker, ("King's Ransom", 22/10/01) la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) estadounidense lleva desde el año 1994 interceptando conversaciones entre miembros de la familia al Saud que corroboran el agudo aumento de corrupción en el gobierno. Los miles de príncipes – que ocupan cargos de ministros y gobernadores, entre otros – han estado robando dinero del Estado, quitando dinero de proyectos como el de la reforma de la Gran Mezquita de la Meca, y a través de negocios "sucios" con empresas internacionales. Además de la creciente corrupción e inestabilidad y la creciente impaciencia de una población que adhiere cada vez más al fundamentalismo se encuentra el problema del "dinero de protección" que los saudís reales pagan para mantenerse en el poder a movimientos fundamentalistas. Hersh dice que según el espionaje estadounidense ya en 1996 Arabia Saudí se convirtió en financiador de grupos extremistas como al Qaeda y Hamas. A pesar de estas acusaciones Arabia Saudita ha declarado que no financia a la red de al Qaeda u otros grupos extremistas. Al mismo tiempo, el gobierno saudí se ha negado a cooperar con la investigación del FBI sobre los 19 hombres (se cree que más de la mitad era de origen saudí) que supuestamente participaron en los secuestros de los cuatro aviones el 11 de septiembre. Según el presidente Bush, los que apoyan a los terroristas pueden sufrir represalias. La investigación sigue mostrando pruebas sobre la conexión entre grupos terroristas y Arabia Saudita. Incluso sin la ayuda del gobierno saudí, el FBI podría encontrar evidencias que comprometan seriamente al Estado saudí. Puede que la familia al Saud haya financiado a estos grupos extremistas con el fin de evitar que éstos no les echaran del poder; sin embargo, sea cual sea el motivo, las pruebas contra el Estado saudí podrían aumentar. Queda por ver si el gobierno estadounidense cumplirá con las palabras de su presidente de investigar a fondo y que cualquier gobierno que apoye o que protege a los terroristas sea castigado, tanto como si fuera el responsable directo de los ataques.
13. La salud mental se deteriora a nivel mundial
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el impacto psicológico, a escala internacional, de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos. Los hechos han provocado un sentimiento de horror e inseguridad, y han expuesto a numerosas personas en países industrializados al terror que millones de habitantes de otras partes del mundo sienten en situaciones de urgencia.
En estos términos se expresó la Directora de la OMS, Gro Harlem Brundtland, durante la presentación del cuarto Informe sobre la salud mental en el mundo en el 2001. Brundtland afirma que el miedo, sea inspirado en la crueldad, la violencia o en enfermedades, afecta la confianza entre las personas y entre los grupos y comunidades que necesitan colaborar, pero también atenta contra la seguridad e hipoteca la libertad del ser humano. En declaraciones a Radio Nederland, el Director del Departamento de Salud Mental de la OMS, el Dr. Benedetto Saraceno, dijo que NO se deben ‘psiquiatrizar' las reacciones ante los trágicos sucesos del pasado septiembre. A su juicio, NO hay que ‘psiquiatrizar' reacciones legítimas y normales de un evento tan terrible que ha golpeado una ciudad y que trasmite esa angustia de toda una nación a millones de personas. No puede ser reducido a una simple causa de problemas de salud mental. Esa es la reacción de una humanidad golpeada, que está respondiendo con miedo, con un sentimiento de inseguridad. Si bien se le puede llamar salud mental, se debe evitar ‘medicalizar' o ‘psiquiatrizar' respuestas que son finalmente bien normales, precisó el experto.
Según el Dr. Saraceno, este acontecimiento a escala internacional ha causado un sentimiento totalmente desequilibrado porque se trata de vidas humanas.
La OMS manifiesta preocupación por el deterioro, a pasos agigantados, de la salud mental a nivel internacional. En su informe, la organización asegura que unos 450 millones de personas padecen trastornos mentales o neurológicos, y pronostica que, para el 2020, algunas de estas enfermedades, como la depresión, se convertirán en la segunda carga mundial de morbididad.
Anualmente, la depresión afecta a un 5,8 por ciento de hombres y un 9,5 por ciento de mujeres, y se calcula que unos 120 millones de personas sufren actualmente depresiones, mientras que otros 24 millones padecen esquizofrenia y 50 millones sufren epilepsia.
De los 37 millones de personas dementes, la enfermedad de Alzheimer es la responsable de la mayoría de los casos; un 5% en hombres y un 6% en mujeres de más de 60 años.
En la actualidad, sólo un 33 por ciento de los países asigna menos del 1% de su presupuesto sanitario total a la salud mental, se utiliza una muy limitada gama de medicamentos y NO se dispone de los tres productos esenciales para tratar la esquizofrenia, la depresión y la epilepsia en el nivel de atención primaria.
Cada año se registran entre 10 y 20 millones de suicidios. En más de la mitad de los países hay solamente un psiquiatra por cada 100 mil habitantes, y el 40% de los países reserva para los enfermos mentales menos de una cama de hospital por cada 10 mil habitantes.
Los trastornos mentales y neurológicos NO son exclusivos del Tercer Mundo, tal como lo explica el Dr. Saraceno: "Es un error pensar que los problemas de salud mental sean exclusivamente de los ricos o de los pobres; son males generales. Hay diferencias. Hay una distribución geográfica de las enfermedades. Vemos que, por ejemplo, la depresión es más frecuente en países desarrollados como en Estados Unidos y Canadá, así como en países industrializados de América Latina, más que en África. En cambio, trastornos como la epilepsia, infecciones perinatales o el retraso mental, ocurren con más frecuencia en África o en países de muy bajo desarrollo".
El alcoholismo genera la mayor tasa de enfermedades mentales en Europa del Este, donde Rusia registra el más alto índice de suicidios. La intoxicación aguda, el uso nocivo, el síndrome de la dependencia a sustancias tóxicas o alucinógenas, constituyen una pesada carga para la salud mental en el mundo.
1.200 millones de personas consumen tabaco, y, para el 2025, la OMS prevé que la cifra superará los 1.600 millones. Además, se calcula que en el 2020, las defunciones a causa de tabaquismo se elevarán a 8,4 millones.
Según la OMS, los pobres soportan a menudo una carga más importante de enfermedades mentales, tanto por el mayor riesgo de sufrir cualquiera de esos males como por su menor acceso a los tratamientos. De ahí que la OMS proponga a los gobiernos la sustitución progresiva de las grandes instituciones psiquiátricas por sistemas de atención comunitaria, para integrar la salud mental en los cuidados primarios y en el sistema general de sanidad.
14. Bush da un impulso a la economía Norteamérica
El presidente norteamericano, George Bush, presentó un nuevo paquete de medias para estimular la economía estadounidense, por un monto de 75 mil millones de dólares. Esta cifra se sumaría a los fondos que ya han sido aprobados por el Congreso norteamericano, a raíz de los atentados del pasado 11 de septiembre. Bush pidió a los políticos actuar con rapidez.
El presidente Bush y su ministro de Finanzas, Paul O'Neill, señalaron que el objetivo del paquete de emergencia es fortalecer la confianza del consumidor norteamericano, atemorizado por los recientes acontecimientos; incentivar las inversiones y ayudar a los centenares de miles de personas que han perdido su trabajo como consecuencia de los devastadores ataques.
Antes del 11 de septiembre, la economía norteamericana ya daba señales de inestabilidad. Ahora, muy probablemente, las persistentes secuelas de los ataques terroristas en Nueva York y Washington sumirán en una recesión a la economía más importante del mundo. Cabe preguntarse qué tan grave es esta situación. Entre tanto, el presidente Bush se ha reunido con los máximos representantes de la industria y del mundo empresarial para ponerlos al tanto de los planes gubernamentales encaminados a fomentar la reactivación económica.
Bush opinó que todos comprenden perfectamente que los acontecimientos del 11 de septiembre significaron un duro golpe para la conciencia y la economía nacionales. Pero, añadió, "los terroristas no afectarán nuestras almas, ni la grandeza de los EEUU". Por su parte, el ministro de finanzas, Paul O'Neill, pidió al Congreso aprobar rápidamente un paquete de medidas para estimular la economía, por un monto de entre 60 y 75 mil millones de dólares. El presidente Bush y su equipo de economistas no han revelado aún los detalles del plan, pero uno de los elementos más importantes es, desde luego, el inevitable remedio del Partido Republicano para todas las enfermedades: una reducción de impuestos, para incentivar la confianza del consumidor. Los demócratas coinciden en que se necesita un estímulo. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, propone reducir los impuestos para los sueldos más bajos. Sin embargo, los demócratas no se muestran muy partidarios de ampliar el plan presidencial de reducciones fiscales, el cual ya había sido presentado a principios de este año. Los demócratas opinan que esta iniciativa beneficia sobre todo a los sectores más acaudalados. En cambio, sí están de acuerdo con los planes de Bush para incentivar las inversiones y, bajo las actuales circunstancias, extender las prestaciones sociales para los desempleados. Como otros republicanos, George W Bush es alérgico a un aumento del presupuesto público, salvo si está destinado a Defensa. En su campaña electoral, Bush prometió que no excedería el presupuesto. No obstante, el presidente indicó que, en caso de una emergencia nacional, de una recesión o de una guerra, existe una buena razón para hacer todo lo necesario para restablecer la seguridad nacional, y ganar la guerra contra el terrorismo.
En un intento de reactivar la economía, la Reserva Federal, el banco central estadounidense, está reduciendo los tipos de interés para préstamos a corto plazo. Después de los atentados, los republicanos y los demócratas parecen estar lo bastante unidos como para dar una respuesta rápida a los efectos económicos de los ataques. Si bien será imposible pronosticar la duración o la intensidad de la recesión, por el momento, parece que no habrá discordia, al menos en el plano político, que la pueda empeorar.
15. A.I. denuncia discriminación contra musulmanes
La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI), con sede en Londres, ha denunciado la discriminación y amenazas registradas en varios países contra ciudadanos musulmanes o de origen asiático, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Con su postura, Amnistía quiere dejar claro que la lucha contra el terrorismo no puede usarse "oportunamente" para minar las libertades civiles y los derechos humanos. En su comunicado AI afirma que "el horror de los ataques del 11 de septiembre no debería, en nombre de la lucha contra el terrorismo, convertir a otras comunidades de todo el mundo en víctimas".
Entrevistado por Radio Nederland, el señor Javier Zuñiga, director de Estatregia Regional de AI, ha condenado la "avalancha" de delitos raciales que parecen directamente vinculados a atentados, en los que hombres y mujeres "han sufrido el abuso e, incluso, han sido atacados…por su identidad nacional o religiosa, ya sea real o aparente", como señala el comunicado.
Pese a las llamadas a la tolerancia y al control de las autoridades, sólo en Estados Unidos – según los datos de Amnistía – se han registrado más de 540 ataques contra ciudadanos árabes y, al menos, doscientas agresiones contra personas de origen sij, una minoría religiosa de la India.
"Mezquitas, templos hindúes y otros centros han sido atacados en países como Polonia, India, el Reino Unido y Dinamarca", señala AI en su comunicado, al tiempo que condena también la detención de musulmanes y personas de Oriente Medio en países como México, Brasil y Paraguay bajo la sospecha de tener lazos con organizaciones terroristas. La organización pro derechos humanos expresa asimismo su temor a que China se escude en las atrocidades en EE.UU. para reprimir a grupos musulmanes de la región de Xinjian Uighur, al noroeste del país. Los gobiernos deberían adoptar medidas para garantizar "los derechos de todos, sean o no sean ciudadanos", y no tolerar ninguna amenaza o violencia racistas, señala finalmente AI.
16. Impacto Económico
Las preguntas que todo el mundo se hace en Estados Unidos y para las que casi nadie tiene respuestas firmes son básicamente dos: ¿cuándo y dónde se desencadenará a respuesta americana a los ataques terroristas del martes negro pasado, 11 de setiembre? . ¿cómo afectará todo esto a la economía norteamericana y más precisamente a la de todos y cada uno de los estadounidenses?
Pero si se habla con latinoamericanos, o con americanos con familia o intereses en América Latina, surge inevitablemente una tercera pregunta, íntimamente ligada a las dos anteriores: ¿cómo afectará todo esto a la economía de América Latina y a los bolsillos de los latinoamericanos?
Por supuesto, no pretendemos tener respuestas firmes para ninguna de las tres, pero si elementos de respuesta para al menos dos. La primera sólo la podría contestar el presidente George W. Bush en su calidad de comandante en jefe del ejército de Estados Unidos y aunque ya ha dado varias señales de cuales son sus propósitos, obviamente no tiene interés de avisar con antelación cómo, cuándo y dónde lanzará su segura respuesta. Veamos entonces las otras dos preguntas, íntimamente vinculadas entre si: hasta el momento, el impacto del martes trágico ha sido devastador en vidas humanas, mas de 6.500 muertos, ha dejado profundas huellas en una población literalmente traumatizada por los ataques a baluartes simbólicos considerados inexpugnables y ha provocado pérdidas que las compañías de seguro evalúan en unos 70.000 millones de dólares, además de quiebras de compañías y brutales caídas en las bolsas. Es obvio que el crecimiento económico de Estados Unidos, que ya había declinado sensiblemente desde que empezó el año 2001, se reducirá aún más en las semanas y meses venideros, con excepciones: los sectores vinculados a la defensa y a las modernas tecnologías seguramente se van a sentir respaldados. Lo mismo quizás ocurra con el mercado inmobiliario, por aquello de que en tiempos de crisis la vivienda se convierte en un "valor-refugio". Pero todos los demás sectores, empezando por los vinculados al turismo y al transporte aéreo se verán seriamente afectados. Esto repercutirá en todo el mundo, pero no del mismo modo en todas partes; aún en América Latina, el impacto de la crisis no será el mismo para México y América Central que para Brasil, Chile, Argentina o Venezuela. Sea como fuere, si la demanda estadounidense se contrae, los primeros en sentirlo van a ser los millones de latinoamericanos que viven del comercio con Estados Unidos, que representa mas del 50% de su actividad y en casos como el de México, el 90% de sus exportaciones. Curiosamente, hasta ahora los precios de las materias primas se han mantenido, claro que a niveles bajos, y el del petróleo podría subir, lo que significaría para Venezuela, y en cierta medida también para México, un alivio o aporte. En su conjunto, el panorama para América Latina es sombrío, económica y también políticamente visto desde Estados Unidos. Su posición en la agenda americana, que tras la visita del presidente de México Vicente Fox parecía que iba a recibir atención prioritaria, pasa ahora a un más que discreto tercer plano: no somos parte del problema terrorista, es cierto, pero tampoco de la solución del mismo, como ocurre con los miembros de la OTAN o con países clave, como podría ser el caso de la China, la India, Pakistán o Arabia Saudita. Pero no todo es compactamente siniestro: en este mundo tan volátil y por momentos hostil, América Latina aparece a los ojos de Estados Unidos como una zona relativamente calma y globalmente amistosa. Por otra parte, las tasas de interés han bajado y todo hace pensar que de algún modo los latinoamericanos se beneficiarán de los esfuerzos del presidente Bush para mantener viva y en funcionamiento la maquinaria económica. N A corto plazo, lo estamos viendo, América Latina paga un precio alto a la interrupción del comercio y a la paralización de las actividades que provocaron los ataques suicidas del martes 11, que podrán atenuarse o acentuarse una vez que se desate la contraofensiva antiterrorista. Todo dependerá entonces de cual será el nivel de crecimiento de la economía de Estados Unidos en tiempos de conflicto abierto.
17. Limitada caída del índice de Wall Street
En el primer día de apertura después de los devastadores atentados, la bolsa de valores en Estados Unidos perdió un poco más del 7 por ciento. Los analistas habían pronosticado una caída entre un 5 y un 10 por ciento. A primera vista la pérdida fue reducida, pero para las compañías aéreas el día fue un desastroso, una de ellas vio bajar el valor de sus acciones en un 50 por ciento. Las empresas de seguros también sufren graves pérdidas. Las palabras que llamaban a la calma y la imprevista reducción del tipo de interés, muy poco antes de la reapertura de la bolsa, eran medidas destinadas a prevenir que cundiera el pánico entre los impacientes inversionistas. La tragedia humana, causada por los atentados no debe convertirse en una tragedia financiera. Según las autoridades norteamericanas la economía estadounidense es lo bastante sólida como para soportar las consecuencias de la catástrofe. La Reserva Federal, el sistema de Bancos Centrales en Estados Unidos, decidió reducir el tipo de interés en medio punto, para fortalecer la confianza de los accionistas en la economía norteamericana. Con un interés más bajo las empresas pueden establecer préstamos a un precio inferior e invertir mejor. Un interés reducido beneficia también a los consumidores, que tienen que seguir comprando productos.
La reducción de la tasa de interés fue una maniobra maestra que ha contribuido, sin duda alguna, a la moderación de caída en la bolsa de valores. El Banco Central Europeo siguió el ejemplo de la Reserva Federal, y redujo el interés en medio punto. Gracias a ello, tampoco cundió el pánico en las bolsas de este lado del mundo. Lo mismo ocurrió en las bolsas de Asia y América Latina.
Sin embargo, nadie sabe si los mercados de valores han pasado lo peor. Los atentados terroristas se han producido en un momento crítico. Ya antes del martes 11 la confianza de los consumidores y productores en la economía se cotizaba a la baja. En el segundo trimestre de este año, la economía norteamericana creció con tan sólo un 0,2 por ciento y muchos economistas temen que en el tercer trimestre sea peor. Los pronósticos para la economía no eran muy positivos y los atentados sólo los han empeorado. Los sentimientos de inseguridad desempeñan un papel importante. Los ciudadanos temen que la represalia que Estados Unidos genere respuestas dramáticas. Este tipo de sentimientos no son positivos para la bolsa de valores. Sin embargo, también hay empresas que se benefician de esta situación. Los inversores mostraron mucho interés por acciones relacionadas con la defensa. Productores de armamento experimentaron subidas hasta un 40 por ciento. Una cosa es segura: en el próximo futuro la evolución de las bolsas es impredecible.
18. El miedo a volar: Efecto de la tragedia
En la medida que pasan las horas, una psicosis colectiva se apodera de los estadounidenses, inquietos por la seguridad aérea en su país, aún cuando de momento no se ha recuperado la normalidad en el tráfico aéreo.
Las espeluznantes imágenes de aviones estrellándose contra las Torres Gemelas de Nueva York podrían aumentar el miedo a volar y provocar un temor generalizado sobre la seguridad de edificios oficiales y rascacielos de Estados Unidos. Los ataques terroristas contra las torres neoyorquinas y el Pentágono, cometidos con aviones comerciales secuestrados y que podrían haber causado miles de muertos, han dado lugar a los cuestionamientos de la opinión pública. Según informa la agencia EFE, tres días después de los atentados, la práctica totalidad de las aeronaves estadounidenses permanecen en tierra, debido a que el Gobierno no puede garantizar aún su seguridad. Para tener una idea de la dimensión del transporte aéreo en Estados Unidos tengamos en cuenta que ese país registra entre 40 mil y 50 mil vuelos comerciales cada día y, en algunos momentos, coinciden en el espacio aéreo estadounidense casi cinco mil aparatos al mismo tiempo.
El miedo a volar Un despacho firmado por la corresponsal Patricia Souza recoge las opiniones de varios ciudadanos, entre ellos Vicki Massey, empleada de la empresa de abogados Law Firm DC, cuya sede en Nueva York seguirá cerrada. "No voy a volar en unos años, posiblemente. Quiero estar segura de que se toman las medidas precisas antes de volver a subirme a un avión con mi hijo de 4 años", dijo Massey.
"No creo que vaya a tomar un avión para viajar a mi país. Nadie puede creer esto que le ha ocurrido a la nación más poderosa de la tierra", afirmó Daisy García, una salvadoreña que trabaja en el edificio Homer y que vive en Washington desde hace 20 años. Otro empleado de un inmueble cercano, Gregg Dingle, de 28 años, se refería a que el World Trade Center de Nueva York, ahora destruido, ya había sido objeto de un atentado terrorista en 1993, y mostraba su estupefacción. "Se supone que debíamos estar protegidos en Estados Unidos. La seguridad en los aeropuertos es muy débil, apenas inexistente para los vuelos nacionales, y yo pensaba que a un sitio como el Pentágono no podía uno acercarse", apuntó Dingle. Junto a él, la joven Claudia Ramons, de 17 años, comentaba que "el Gobierno dedica mucho dinero a la seguridad y, sin embargo, no parece que estemos protegidos", y aseguraba que teme ahora estar demasiado cerca de edificios del Gobierno.
Caerá la demanda del transporte aéreoLos analistas dan por hecho que en los próximos meses se va a producir un descenso en el transporte aéreo en EEUU, lo que puede empeorar la situación económica del país, que ya antes de los atentados vivía una brusca desaceleración cercana a la recesión.
Lo ocurrido en Nueva York y Washington afectará negativamente a las aerolíneas y previsiblemente también a negocios que dependen del transporte aéreo, como hoteles, empresas de alquiler de automóviles o restaurantes. "Se espera que la demanda del transporte aéreo caiga de forma brusca", dice en un comunicado la empresa Midway Airlines, que el miércoles 12 anunció que suspendía sus operaciones y despedía a 1.700 trabajadores tras los atentados.
La Asociación de la Industria de Viajes de Estados Unidos ha admitido que el turismo "sufrirá retos en los próximos días y semanas", y que las consecuencias de la tragedia son todavía "inciertas". "Vamos a trabajar duramente con la industria (del turismo) y el Gobierno para asegurarnos que viajar es seguro y para recuperar la confianza de los viajeros estadounidenses", apuntó William Norman, presidente de esa agrupación. Entretanto la agencia francesa AFP reproduce las declaraciones del director de la estatal Compañía Aeronáutica Civil colombiana, Juan Vélez, que previó que los ataques terroristas del martes en Estados Unidos afectarán en forma notoria al transporte aéreo mundial. "Lo ocurrido el martes fue supremamente delicado para la aviación mundial porque el impacto va a ser de dimensiones muy grandes", indicó Vélez en declaraciones a la privada emisora Radionet. Precisó que "en los próximos días serán muchos los pasajeros que a raíz de los actos terroristas no van a utilizar aviones, lo que ocasionará una importante disminución en la demanda". Pérdidas millonariasTras los atentados perpetrados en los Estados Unidos, las aerolíneas mexicanas y extranjeras que suspendieron sus operaciones en México desde el día 13 de septiembre, han registrado pérdidas por unos 13 millones de dólares, según consultores de aviación. El especialista en aeronáutica Fernando Gómez aseguró a la agencia española EFE que dicha cifra corresponde únicamente a las 562 operaciones comerciales suspendidas en los 28 aeropuertos internacionales del país por el cierre del espacio aéreo estadounidense. Gómez explicó que sólo en el aeropuerto capitalino se cancelaron 262 operaciones hacia los Estados Unidos.
El también consultor Simón García dijo que además de las pérdidas económicas, es probable que la actual coyuntura genere "una severa crisis económica" en la industria aérea mexicana. Expresó su temor de que a raíz de los atentados perpetrados en los Estados Unidos se genere una psicosis mundial y una drástica reducción en la demanda del servicio aéreo.
19. La seguridad en Estados Unidos afectada
Los estadounidenses se sienten profundamente afectados en su sentido de la seguridad tras los atentados del martes contra el World Trade Center en Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington. Si muchos pensaban que los EEUU exageraban en su política de seguridad, ahora vemos que estas han sido insuficientes para evitar una catástrofe de estas dimensiones.
El sentido de la seguridad en una sociedad abierta y democrática se ha visto gravemente afectado por los recientes acontecimientos. Por eso, el presidente Bush trató anoche de manifestar su apoyo moral a sus compatriotas…. "La intención de estos actos de genocidio es la de sembrar el pánico y el caos en nuestra sociedad. Pero no han tenido éxito: nuestro país se ha mostrado fuerte. Un gran pueblo se ha movilizado para defender a un agran nación. Los terroristas podrán sacudir los cimientos de nuestros más grandes edificios, pero no podrán horadar los cimientos de la sociedad estadounidense."
Bush se dirigió a la nación desde la Casa Blanca, a donde llegó finalmente tras una larga peregrinación por varias partes del país. En el momento de los atentados, Bush se encontraba visitando una escuela en la Florida. Qué tan seguro ha sido regresar a Washington? Allí, el edificio del Pentágono, o mejor dicho el mismísimo Ministerio de Defensa, también había sido blanco de uno de los atentados suicidas con un avión de pasajeros. Tras aterrizar en la base de la fuerza aérea de Barksdale en el estado de Louisiana, y una visita al búnker del comando militar en el estado de Nebraska, el presidente se dirigió finalmente a Washington, la capital norteamericana, desde donde pronunció su alocución televisada al pueblo estadounidense. Bush manifestó en su discurso que los autores de los atentados serán encontrados y castigados….
"He ordenado la utilización de todos nuestros recursos del servicio de inteligencia y las fuerzas del orden para encontrar a los responsables y llevarlos ante la justicia. No haremos ninguna distinción entre los terroristas que han cometido estos atentados y aquellos que los han ayudado y protegido. Los EEUU y nuestros amigos y aliados nos uniremos con todos aquellos que desean la paz y la seguridad en el mundo. Juntos formaremos un frente en nuestra lucha contra el terrorismo".
La pregunta que casi todo el mundo se hace ahora es la de: se habría podido evitar todo esto? No se podía proteger a la sociedad estadounidense contra actos terroristas de esta magnitud? No cuentan los EEUU con un poderoso servicio de inteligencia? Habrán recibido indicios de lo que iba a pasar pero no los tomaron en serio? Todo esto son simples especulaciones. La realidad es la de que se ha tratado de una acción meticulosamente preparada y claramente dirigida. El detalle más sorprendente es el de que los atentados han tenido lugar utilizando aviones en vuelos internos. Es probable que los secuestradores de las naves hayan sido ciudadanos estadounidenses que utilizaron en su acción simples navajas. Esto se deduce de las llamadas telefónicas que muchos pasajeros hicieron con sus celulares, desde los aviones secuestrados. Además, entre los secuestradores aéreos se encontraban expertos pilotos que dirigieron las aeronaves directamente hacia sus blancos. Estos terribles atentados dejan al descubierto una vez más lo vulnerables que son las democracias. Indudablemente ahora se exigirán mayores medidas de seguridad. Pero la peor alternativa es la de un estado policial. Un estado en el que todo el mundo pueda ser controlado y vigilado en cualquier momento del día o la noche. Esto socavaría las bases de una democracia, en donde la población precisamente debe sentirse libre y segura en sus movimientos. La implementación de un sofisticado y costosísimo escudo de defensa espacial tampoco ofrece ninguna alternativa, según han indicado siempre los opositores a dicho sistema. Mientras siga existiendo un caldo de cultivo para este tipo de terroristas no habrá ningún sistema de defensa que ofrezca una respuesta satisfactoria. Esto exige una gran responsabilidad de los políticos estadounidenses. Solo una equilibrada política internacional podrá neutralizar eficazmente este tipo de ciego radicalismo.
1. Saddam Hussein
Los Estados Unidos mantienen la presión sobre Saddam Hussein, calificando los esfuerzos de Bagdad por iniciar un diálogo acerca de nuevas inspecciones de armas como una "pose para eludir sus verdaderas obligaciones". Irak se embarcó recientemente en una ofensiva diplomática con el objeto de neutralizar un posible intento norteamericano de derrocar a Saddam por la fuerza.
´
Los esfuerzos iraquíes han incluido tentativas de diálogo con las Naciones Unidas, el Congreso Norteamericano, los aliados de Estados Unidos en Europa en general y Gran Bretaña en particular. Hasta el momento, los intentos de Saddam no han tenido mayor éxito pero se espera que seguirá intentándolo, por la sencilla razón de que sigue creciendo el escepticismo frente al planeado "cambio de Gobierno" por medio de una guerra, y no solo por parte de los aliados europeos sino más aún de los aliados árabes de los EE.UU. y vecinos de Irak. Un comentario de nuestro redactor para el Oriente Medio. Existe poca simpatía entre Saddam Hussein y sus vecinos después de la brutal invasión iraquí contra Kuwait en 1990. En 1991, Egipto y Siria participaron con sus tropas y Turquía prestó sus bases aéreas y otras instalaciones para la Operación Tormenta del Desierto que expulsó a Saddam y su ejército de Kuwait. Arabia Saudita se sintió tan amenazado que optó por el acto sin precedentes de aceptar la presencia de militares norteamericanos en su territorio. Mientras tanto, la naturaleza del régimen de Saddam no ha cambiado y Washington sigue sosteniendo que el actual Gobierno de Irak constituye una amenaza para sus vecinos a causa de sus continuos intentos de desarrollar armas de destrucción masiva. Pero, once años después, esos vecinos amenazados no tienen mayor apuro en embarcarse en una guerra contra Saddam. Por el contrario, Arabia Saudita, por ejemplo, se ha negado a autorizar a los norteamericanos a utilizar sus bases aéreas para lanzar una ofensiva contra Bagdad. Ahora, Estados Unidos está abocado a transferir su equipo militar a Qatar. Ahora bien, ¿a qué responde la negativa de esos países a participar en el derrocamiento del dictador? La respuesta es simple: Esos vecinos y otros países árabes como Egipto tienen más miedo a la inestabilidad interna que a Saddam. Existe una fuerte corriente antinorteamericana en la opinión pública árabe e islámica como consecuencia de lo que es interpretado como una política hipócrita por parte de Washington. Cuando los países árabes o islámicos, sean Irak, Irán, Sudán o Libia, contravienen resoluciones de las Naciones Unidas, el castigo militar o las sanciones económicas no se hacen esperar y, sin embargo, se ha tolerado, sin tomar medida alguna, la ocupación israelí de territorio palestino por más de 35 años. Y cuando los palestinos se alzan en protesta contra la ocupación –según los países árabes- el primer ministro israelí Ariel Sharon recibe carta blanca de parte de Washington para reprimir la protesta con violencia. Esas contradicciones han fomentado la reacción del Islam militante, de donde han surgido grupos extremistas como la red Al Qaeda de Osama Bin Laden. Y mientras la mayoría de los musulmanes condenan los atentados del 11 de septiembre, muchos sienten que la guerra contra el terrorismo muchas veces se confunde con una guerra contra el Islam, a pesar de las repetidas afirmaciones norteamericanas de lo contrario. Es así como aliados árabes de Washington como Egipto, Jordania y Arabia Saudita no tienen demasiado interés en involucrarse en una guerra que va a detonar las iras de los militantes islámicos en sus propios países. Además, el régimen de Irán ha sido acusado también por el presidente Bush de formar parte del "eje del mal", junto con Irak y Corea del Norte, por lo que hay temores de que pueda ser el próximo en la lista después de ser derrocado Saddam Hussein.
Por otra parte, muchos de los vecinos de Irak comparten la opinión de una cantidad de importantes generales norteamericanos, según se deslizó hace poco en la prensa estadounidense. A diferencia de la política oficial de la Casa Blanca, esos altos oficiales son de la opinión de que la política de "contención" ha dado muy buenos resultados en los últimos once años. "Contención" significa en este caso mantener a Saddam Hussein a raya a través de sanciones de las Naciones Unidas, de las zonas de prohibición de vuelo en el norte y en el sur de Irak y de incursiones aéreas regulares con el fin de evitar la reconstrucción de sus defensas. En lugar de apoyar una arriesgada aventura con consecuencias imprevisibles para la propia estabilidad, aquellos países prefieren seguir tratando con un "diablo" que ya conocen y que se encuentra neutralizado.
2. Terrorismo, un enemigo de la OTAN y de Rusia
El secretario general de la OTAN, George Robertson, sostuvo en Praga que es necesario unir sus fuerzas con Rusia para luchar contra el terrorismo internacional. "Por primera vez en 60 años, la Federación Rusa y Occidente tienen un enemigo común", dijo el máximo representante de la Alianza Atlántica horas antes de concluir una visita a la República Checa para conocer los preparativos para la cumbre de esa organización, que se celebrará en noviembre en Praga.
Tomando en cuenta la situación surgida tras los ataques del 11 de septiembre, los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la OTAN decidieron a finales del año pasado en Bruselas crear una institución donde Rusia pudiese participar en las decisiones de la Alianza. La concepción de ese organismo debería quedar definida en la próxima cumbre de ministros de Exteriores de los países de la OTAN, que tendrá lugar el mes de mayo en Islandia. Moscú, sin embargo, no tendrá la facultad de vetar las decisiones de la OTAN, ni modificar el rol fundamental de esa institución, aclaró Robertson ante los temores de algunos países, que opinan que aún no es tiempo para formar alianza con Rusia. El Gobierno checo, no obstante, califica a Rusia como un país ‘relativamente democrático', incluso, el primer ministro este país, Milos Zeman, declaró hace pocos meses que no debería descartarse la posibilidad de que Rusia, en un futuro, sea un miembro de pleno derecho de la Alianza Atlántica. Respecto a la ampliación, Robertson dijo que, aunque todavía no se ha tomado una decisión definitiva sobre qué países serán invitados a adherirse a la OTAN en la próxima cumbre de Praga, los países candidatos difícilmente podrán acceder a ese ente si no someten sus sistemas de defensa a un intenso proceso de modernización. Uno de los países que ha hecho bastante en esa materia es Eslovenia, una de las ex repúblicas yugoslavas más pequeñas y que tiene sólo dos millones de habitantes, pero hasta la reunión de Praga le queda todavía mucho por hacer y aún es necesario que mejore la efectividad de su ejército. Además, postulan a integrarse en la OTAN Eslovaquia, Lituania, Letonia, Estonia, Bulgaria, Rumania, Macedonia y Albania, es decir, la mayoría países que antes de la caída del Telón de Acero formaban parte del Pacto de Varsovia.
3. La República Checa se suma a la guerra
El Ejército checo participará en las operaciones de combate contra el terrorismo. Así fue dado a conocer recientemente por el primer ministro checo, Milos Zeman, quien agregó que el país pondrá a disposición de Estados Unidos una unidad antiquímica con 160 soldados. De esta manera, la República Checa se convierte en el primero de los nuevos miembros de la OTAN, al que Estados Unidos solicita ayuda militar directa.
Desde hace dos años, el batallón antiquímico del Ejército checo forma parte de las Fuerzas de Intervención Rápida de la OTAN y, en caso de necesidad, sus efectivos pueden trasladarse a cualquier lugar del mundo en solo una semana.
En total, en las operaciones antiterroristas deberían tomar parte unos 300 efectivos checos, ya que la unidad antiquímica será reforzada con grupos logísticos, paracaidistas y una unidad de transporte. "También viajarán con ellos expertos en armas biológicas", declaró el jefe del Estado Mayor del Ejército checo, Jiri Sedivy, al tiempo que subrayaba que, de ser enviados directamente a la línea de fuego, sería necesario reforzar la misión con un amplio sistema de comunicación.
Aunque las autoridades militares checas no han suministrado detalles sobre las operaciones, varios analistas opinan que la unidad de protección química será desplegada en Pakistán o Uzbekistán. Sin embargo, Praga baraja también la posibilidad de que se traslade directamente aquellas zonas estadounidenses expuestas a los ataques con armas químicas y biológicas. No obstante, lo más probable es que Estados Unidos solicite al Ejército checo que sus efectivos se desplacen a Asia Central, ya que, desde allí, podrían apoyar a las tropas terrestres norteamericanas, si éstas desean penetrar en los campos de entrenamiento de terroristas en Afganistán.
Con mucha cautela, el ministro de Defensa checo, Jaroslav Tvrdik, adelantó que los soldados checos emprenderán un largo viaje en el cual los riesgos pueden ser muy altos. "Existen grandes probabilidades de que participen en enfrentamientos armados, pero también la posibilidad de que a última hora se cancele la operación", subrayó Tvrdik, quien precisó que todo dependerá del desarrollo del conflicto.
La decisión de la República Checa de enviar tropas al lugar de las operaciones ha sido bien acogida por la mayoría de sus ciudadanos, quienes consideran un gran honor para su país ser uno de los primeros a los que Estados Unidos solicita ayuda militar directa. "Esto aumenta el prestigio de nuestras Fuerzas Armadas", opinaba un joven estudiante de Praga, poco después de darse a conocer la noticia.
La unidad antíquimica checa goza de gran prestigio en Estados Unidos, ya que, durante la Guerra del Golfo fue la única en detectar pequeñas cantidades de gases tóxicos en el desierto. Poco tiempo después de su intervención, que tuvo lugar entre 1990 y 1991, el entonces subsecretario de Defensa norteamericano, Theodor Prociv, elogió el alto nivel de los especialistas del entonces Ejército checoslovaco, y comprobó que estaban capacitados para analizar sustancias tóxicas en poco tiempo.
Además de su participación en el Golfo Pérsico, la unidad antiquímica checa, cinco de cuyos 160 miembros son mujeres, ha intervenido con éxito en varias misiones internacionales de paz en los Balcanes.
4. La importancia de Turquía en la guerra
Con el recrudecimiento de la guerra contra Osama bin Laden y los Talibán en Afganistán, Turquía ha cobrado mucha importancia para Estados Unidos, por ser el único Estado miembro de la OTAN con una población mayoritaria musulmana. Ankara se ha declarado aliado de Washington en su lucha contra el terrorismo y permite el uso de sus bases para ataques contra Afganistán. El Gobierno turco considera incluso la posibilidad de enviar tropas.
La base turca de Incirlik, en el sur del país, desempeña un papel primordial en el apoyo logístico a las operaciones norteamericanas contra los Talibán en Afganistán, ya que desde allí despegan caza-bombarderos norteamericanos. Tras los atentados del 11 de septiembre pasado, Turquía fue unos de los primeros países musulmanes que ofreció apoyo a Estados Unidos. La gran mayoría del Parlamento turco aprobó una ley que permite al Gobierno enviar tropas a Afganistán. El periodista Sinan Gocken, del diario turco Hurriyet, opina que Turquía tiene mucho que ofrecer.
Según este informador, el Ejército turco tiene una experiencia única en una situación de guerra similar, porque luchó durante casi 15 años contra los guerrilleros kurdos del PKK, y porque la geografía donde se combatió es muy similar a la de Afganistán. Además, Turquía era el único país de Occidente con una población de mayoría musulmana, que, hasta hace poco, mantenía relaciones tanto con el régimen de los Talibán como con la Alianza del Norte.
Ahora se insiste que, en el futuro, Turquía podría encabezar una fuerza de países islámicos bajo auspicios de Naciones Unidas, en Afganistán.
Sin embargo, si bien Estados Unidos puede conceder un papel importante para Turquía en su guerra contra el terrorismo, el pueblo turco no parece estar muy convencido. Recientes encuestas indican que una gran mayoría turca se opone a los ataques norteamericanos, e incluso una aún mayor objeta la participación turca. Algunos turcos opinan que Estados Unidos actúa en su propio beneficio y maneja como marionetas no sólo a Turquía, sino al resto del mundo, en una guerra religiosa contra los musulmanes. En Israel se da muerte a muchos musulmanes. ¿Por qué no atacan a Israel por cometer actos de terrorismo contra los musulmanes? se pregunta uno de los encuestados. El Gobierno turco goza de poca popularidad debido a una profunda crisis económica y, por tanto, intenta disminuir el descontento del público sobre el apoyo a Estados Unidos. El primer ministro turco, Bulent Ecevit, puso de relieve que el apoyo turco no incluirá de ninguna forma ataques contra Irak. Según Ecevit, si EEUU ataca a Irak, la situación en Oriente Medio se tornaría muy inestable, lo que perjudicaría a Turquía, país que ya ha sufrido, y sigue sufriendo, las consecuencias económicas de la política que, después de la guerra del Golfo, se ha mantenido contra Irak. Hasta ahora, las manifestaciones en contra de Estados Unidos y del Gobierno turco se han limitado a grupos izquierdistas e islámicos radicales. Sin embargo, si continúan aumentando las víctimas entre la población civil afgana, o si se llegase a atacar a Irak, el actual malabarismo político del Gobierno turco podría hacerse insostenible.
5. Inminente contraataque de EE.UU
Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú superior
El ministro norteamericano de Justicia, John Ashcroft, ha advertido a sus compatriotas de la posibilidad de nuevos operativos terroristas, una vez Estados Unidos lance ataques en represalia de los atentados del 11 de septiembre. Según rumores en Estados Unidos, el contraataque se efectuará antes del próximo miércoles. El ministro afgano de Relaciones Exteriores, en el exilio, Abdullah, asume que el ataque tendrá lugar en unos pocos días. El responsable de la diplomacia, Abdullah, forma parte del Gobierno afgano en exilio, que controla sectores del norte de Afganistán. El pasado domingo, el titular celebró una conferencia de prensa en Tayikistán, país vecino de Afganistán, y base de operaciones de la oposición al régimen talibán. Según el ministro, quien alega disponer de información de fuentes fidedignas y tiene casi diariamente contacto con Washington, el ataque norteamericano contra Afganistán ocurrirá pronto. Mientras que aguardan las acciones norteamericanas, los exiliados continúan su lucha contra el régimen talibán. Los rebeldes cooperan con el Frente Unido de Afganistán. Abdullah prefiere esta denominación a la de ‘Alianza del Norte', la cual, a su juicio, es un invento de Pakistán. El Frente Unido se ha repuesto de la muerte de su líder militar, Massud. En estos momentos el Frente dispone de mejores posibilidades militares que antes. El ministro Abdullah informa que los rusos han proporcionado mucho más armamento a la oposición afgana para su lucha contra el régimen talibán. Esto ya ha dado resultados. Varias agrupaciones que en primera instancia apoyaban a los Talibán, están dispuestas, según Abdullah, a unirse a la oposición. Aparentemente, el apoyo al régimen islámico fundamentalista se está desmoronando. Según el ministro, ya se conoce el momento de los ataques. Cabepreguntarse si se sabe también dónde se encuentra el objetivo de los ataques, es decir, el saudita Osama bin Laden, considerado por Estados Unidos como el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre. El ministro afgano opina que sí se conoce su paradero. Según Abdullah, en la ciudad de Jalalabad, en el este de Afganistán, se señaló la presencia de estrechos colaboradores de Osama bin Laden. Si bien aún no se sabe con certeza si Bin Laden también se encuentra allí, el ministro Abdullah considera que en el mismo escondite donde se oculte Bin Laden, se hallará también Mohammed Omar, líder espiritual y político de los Talibán.
6. Asia Central con la Coalición
Las repúblicas de Asia Central reaccionaron positivamente a la petición norteamericana de ayuda en la lucha contra el terrorismo. Al igual que Rusia, también Kirguizistán, Turkmenistán y Kazakistán han cedido su espacio aéreo para vuelos norteamericanos de carácter humanitario. Uzbekistán, país de gran importancia estratégica, todavía no ha determinado su postura oficial, pero, según diversas fuentes, los primeros aviones norteamericanos ya aterrizaron en el país. Con la proximidad de un ataque norteamericano a Afganistán, aumenta la tensión en la región.
La desintegración de la Unión Soviética, hace casi diez años, marcó el comienzo del resurgimiento de corrientes religiosas en las 15 nuevas repúblicas independientes. En los 5 países de Asia Central (Turkmenistán, Kazakistán, Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán) el Islam experimentó un renacimiento tan intenso, que los autoritarios líderes de estos países se sintieron amenazados. El presidente Islam Karimov, de Uzbekistán, con 22 millones de habitantes, el país más densamente poblado en la región, inició una severa represión de los fundamentalistas musulmanes. Miles de personas fueron detenidas, torturadas, y desaparecieron en campos de concentración. Además, se destruyó el 75 por ciento de las nuevas mezquitas en el país. Hace dos años, cuando Uzbekistán fue blanco de atentados de bomba, muchos lo consideraron una consecuencia de la política represiva de Karimov, a niveles político y religioso. Los atentados fueron perpetrados por el Movimiento Islámico de Uzbekistán, IMU, el cual persigue el establecimiento de un Estado islámico. Después de la de Osama bin Laden, IMU figura en segundo lugar de la lista mundial de organizaciones terroristas.
Tras los atentados, el presidente Karimov inició una verdadera persecución de los adversarios del régimen. Ante Occidente, y particularmente ante Estados Unidos, Karimov se presentó como la única fuerza local capaz de detener el fundamentalismo musulmán en la región, alimentado desde Afganistán. El mandatario argumenta que, si Uzbekistán cae, toda Asia Central corre en peligro. Y, efectivamente, Karimov logró, con mano dura, conservar la tranquilidad en su país, al contrario de países más pequeños, como Tayikistán y Kirguizistán. A principios de los años 90, se produjo en Tayikistán una guerra civil entre la oposición islámica, del sur, y los ex comunistas, del norte. En 1997, se firmó un acuerdo de paz, y desde entonces el país es controlado por distintos líderes guerrilleros. En los últimos dos años, Kirguizistán se vio azotado años por una ola de secuestros, organizada por el Movimiento Islámico de Uzbekistán. El país apenas cuenta con fundamentalistas musulmanes activos políticamente. Durante muchos años, el presidente de Kirguizistán, Askar Akajev, fue considerado como uno de los líderes más democráticos de la región. Sin embargo, esta imagen se ha deteriorado, entre otras razones, porque Akajev no logró reactivar la economía del país.
Los presidentes de las repúblicas de Asia Central consideran un eventual ataque norteamericano a Afganistán como una oportunidad para combatir sus propios problemas con los fundamentalistas musulmanes, muchos de los cuales son originarios de Afganistán. Entretanto, Kazakistán ha prometido apoyo total a Estados Unidos, permitiéndole el uso de su espacio aéreo. En Uzbekistán aún permanecen tropas norteamericanas que recientemente participaron en maniobras militares conjuntas con el país asiático, un asociado a la OTAN.
Sin embargo, las acciones norteamericanas contra Afganistán pueden también tener un efecto inestabilizante en la región, entre otras razones por el enorme flujo de refugiados que abandona Afganistán. Cabe preguntarse si la población de la región apoyará a sus líderes, o si, de lo contrario, se pone de lado de los fundamentalistas. La mayoría de los habitantes de Asia Central es pobre. La independencia ha causado una caída de la economía y apenas ha fomentado la libertad.
7. ¿Cómo responder ante las nuevas amenazas?
A la espera de que EEUU active su maquinaria militar contra algún Estado, con Afganistán a la cabeza, acusado de ser el autor o el soporte de los que cometieron los brutales atentados del pasado día 11, emergen dudas cada vez más fundadas sobre la conveniencia de optar por una solución basada exclusivamente en la fuerza.
Hasta ahora, la administración Bush parece estar resistiendo la presión mayoritaria de su propia opinión pública, educada en un marco en el que conviven el más genuino puritanismo con la violencia más desatada, que pide una respuesta rápida y aplastante. Pero esta aparente falta de reacción también puede interpretarse como el plazo que necesariamente se emplea en la preparación de una operación militar masiva. Así se deduce de los acuerdos establecidos ya con Paquistán y otros países de la zona, para el uso de su espacio aéreo, la transferencia de datos de sus servicios de información o incluso la utilización de su territorio como base de partida para ataques futuros, o del envío de más de cien aviones de combate al Golfo Pérsico. Todo ello apunta a la inevitabilidad de una respuesta, que ni siquiera la imposible entrega de Osama Bin Laden a Washington parece capaz de detener.
Frente esta opción, interesa resaltar que existen otras, quizás menos espectaculares pero probablemente más efectivas, para hacer frente a una amenaza que, en el catálogo de preocupaciones de los Estados democráticos, está llamada a ocupar un lugar preferente en las próximas décadas. No hay ninguna posibilidad de derrotar de una vez por todas al terrorismo, y mucho menos con medios militares diseñados para enfrentarse a escenarios muy distintos a los que plantea esta amenaza. Por lo tanto, se trata de conjugar una serie de vías complementarias, algunas de las cuales no tendrán efecto sustantivo más que a largo plazo. Telegráficamente se podría hablar de:
Castigar a los culpablesLa lucha directa contra los grupos terroristas debe ser protagonizada por las fuerzas policiales y de seguridad, tanto en sus aspectos preventivos inmediatos como en las operaciones de persecución que se organicen tras un atentado. Dada la dimensión global que este fenómeno ha adquirido (se habla ya de "hiperterrorismo", tanto por su capacidad para actuar en cualquier parte del mundo como por su demostrada capacidad destructora), es necesario contar también con la colaboración indispensable de los servicios de inteligencia y, en ocasiones, con unidades militares especiales. En todo caso, estas acciones deben estar planificadas para eliminar la posibilidad de producir los mal llamados "daños colaterales" y deben estar dirigidas exclusivamente contra los terroristas. Lo contrario sólo provocará víctimas inocentes y, desde la perspectiva interesada de estos grupos, nuevas justificaciones para continuar una escalada violenta.
Crear estructuras permanentes e internacionales de cooperación antiterrorista Sólo desde el convencimiento de que el terrorismo es una amenaza global, se podrá aunar esfuerzos en la comunidad internacional para establecer mecanismos efectivos que reduzcan su peligrosidad. En ese sentido parecería positivo el interés de EEUU por crear una gran coalición internacional contra el terrorismo. Sin embargo, ese deseable impulso de cooperación no puede ser liderado por un país, por mucho que sea la única superpotencia actual, con una concepción del problema que no es compartida unánimemente. Para ser creíble, esta iniciativa debe ser liderada por la ONU, formalmente identificada como la instancia que representa los intereses de la comunidad internacional. Desgraciadamente, si la ONU ya estaba atravesando malos momentos en estos últimos años, su silencio actual no hace más que enfatizar su marginación en la toma de decisiones sobre la seguridad internacional.
Luchar contra las causas de los conflictos Ninguna de las opciones anteriores servirá para garantizar un mayor nivel de seguridad si no se compromete un mayor esfuerzo internacional por reducir o eliminar las causas que generan los conflictos. Para quienes promueven actividades terroristas, el ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, la pervivencia de focos de pobreza, exclusión y marginación, así como la existencia de dobles varas de medida en la comunidad internacional, son factores que facilitan la movilización de fanáticos y desesperados para sus propios fines. El sostenimiento de regímenes políticos corruptos y dictatoriales no puede ser la vía para garantizar la seguridad; como tampoco lo son la explotación irracional de recursos, incluidos los humanos, sin respeto alguno ni al medio ambiente ni a los criterios sobre los que se fundamenta el Estado de derecho. Hasta ahora, los países desarrollados no han mostrado voluntad decidida para utilizar sus enormes capacidades en la lucha contra estos males. Aunque sea ésta una tarea que sólo dará sus frutos a largo plazo, y que resulta menos espectacular que un despliegue militar, es con diferencia la más efectiva para posibilitar que el período posterior a la postguerra fría se caracterice por un mayor nivel de paz y prosperidad que el que hemos heredado de los tiempos en los que el protagonismo estaba en manos de los instrumentos militares. De momento, nada permite suponer que éstas vayan a ser las opciones elegidas.
8. "O están con nosotros o estan con los terroristas"
El presidente norteamericano, George Bush, exige que el régimen Talibán de Afganistán entregue incondicionalmente a Osama bin Laden. De lo contrario, al régimen Talibán le espera la misma suerte que a Osama bin Laden, el hombre que según Bush es responsable de los ataques terroristas de la semana pasada contra Nueva York y Washington. El mandatario pronunció estas palabras en su discurso ante el Congreso norteamericano, en la madrugada del viernes 21 de setiembre. Bush pidió a las fuerzas armadas estadounidenses estar alertas, porque se acerca la hora del contra ataque. El Presidente Bush no tuvo pelos en la lengua: los países del mundo tendrán que elegir: "o están con nosotros o están con los terroristas". Según Bush la destrucción del World Trade Center y el ataque contra el Pentágono son responsabilidad de El Qaeda, una red terrorista dirigida por Osama bin Laden. La interpretación extremista del Islam de esta organización es rechazada por la gran mayoría de científicos y creyentes musulmanes, señaló Bush. Este movimiento marginal, siempre según Bush, entrena miles de terroristas en Afganistán, que son tolerados y protegidos por el radical régimen de los Talibán. Esta ha sido la condena más fuerte hasta ahora del régimen afgano. El mandatario dijo que su país respeta el pueblo afgano pero condena a los Talibán. Bush exigió la puesta en libertad de los norteamericanos y otros extranjeros detenidos por los Talibán, así como la protección de periodistas extranjeros, los diplomáticos y los funcionarios de ayuda humanitaria en Afganistán, y finalmente el cierre inmediato de todas las bases terroristas que existen en el país.
En su discurso, el presidente preparó a su nación para una campaña prolongada que se llevará a cabo por la vía diplomática y jurídica, por medio de los servios de inteligencia y con recursos financieros, así como cualquier arma necesaria para la guerra. Bush reiteró que su campaña no está dirigida contra el Islam ni contra el mundo árabe, y que Estados Unidos no está sólo en esta lucha.
Bajo severas medidas de seguridad el Primer Ministro británico Tony Blair asistió al discurso que fue pronunciado ante el Congreso. El número de personas desaparecidas bajo los escombros de las Torres Gemelas, ascendió a más de 6.333, ahora que han llegado más detalles sobre los extranjeros desaparecidos. El 11 de septiembre murieron personas de 80 nacionalidades. También las recordaremos a ellas, dijo Bush.
Cabe muy poca duda de que Estados Unidos responderá con fuerza militar, contra el régimen Talibán de Afganistán. El mandatario dijo a sus ciudadanos que deben seguir viviendo sus vidas y abrazar a sus hijos. Bush tenía el semblante tranquilo y decidido. Su discurso fue valorado positivamente por los televidentes. Norteamericanos, y otros dijeron sentirse inspirados por sus palabras.
9. La sed de venganza
La opinión pública mundial está a la espera de que se materialice la promesa del presidente George Bush de tomar represalias contra los responsables del ataque terrorista del martes 11 de septiembre contra Estados Unidos, nación considerada "en estado de guerra".
La mayor potencia del mundo deberá escoger cuáles represalias y qué persigue con su aplicación, porque el drama inimaginable, que muy probablemente costó la vida a miles de personas, fue visto en directo en los televisores del mundo entero y exige una respuesta rápida y decisiva. Pero a diferencia del ataque a Pearl Harbor – comenta Bernard Estrade, de la agencia AFP -, en este caso el enemigo no está identificado y no hay blancos determinados para los misiles y otras bombas inteligentes. Mientras sea así, las amenazas de represalias carecen de sentido y solamente subrayan la impotencia e incluso el desaliento de la primera potencia mundial para responder al ataque sin precedentes que acaba de sufrir. La prensa norteamericana, como la de Francia y del resto del mundo, subraya que se ha desatado una guerra pero, como predecían los especialistas, ésta no tiene nada que ver con una guerra tradicional. Ya no se trata de ejércitos con aviones y tanques que se enfrentan, sino de grupos – de fanáticos o no – al servicio de una ideología y liberados de todas las reglas tradicionales, sigue diciendo AFP. Según los especialistas, la eventual eliminación de un grupo terrorista, aunque pueda constituir una respuesta puntual satisfactoria para una opinión pública conmocionada, no significará mucho en cuanto al control de las condiciones que permiten a esos grupos nacer y desarrollarse. Golpear con la máxima efectividad. Con el respaldo de todo el país y de una coalición internacional en la que la OTAN tiene un papel predominante, el Gobierno de EEUU continúa evaluando todas las opciones, incluida la militar, para dar una respuesta contundente al terrorismo.
La solidaridad de los aliados europeos hará que Estados Unidos no conteste en solitario – como podría haberlo hecho – al cerebro del más brutal atentado terrorista de lsu historia. Como se sabe, el presidente de EEUU, George W. Bush, y su secretario de Estado, Colin Powell, apelaron a la unidad de la comunidad internacional y han obtenido, como respuesta, la aceptación de la OTAN de que los atentados de Nueva York y Washington sean considerados como un ataque contra toda la alianza.
Un artículo de la agencia EFE – firmado por Elena Moreno- , destaca que el objetivo estadounidense es golpear, con la máxima efectividad posible, a un enemigo todavía sin rostro, y obtener resultados tan contundentes como los de la coalición militar internacional que lideró hace 10 años contra Irak.
"El terrorismo no es sólo una plaga contra Estados Unidos, sino contra la civilización", ha manifestado el secretario de Estado, Colin Powell, quien en 1991, como jefe de la Junta de Estado Mayor, también fue artífice de la alianza lograda por el entonces presidente, George Bush. Para lograr el apoyo aliado, Washington ha invocado, por primera vez en 52 años de vida de la Alianza Atlántica, al artículo 5 de su Tratado constitutivo, que establece la obligación de defensa mutua entre los países miembros. De seguro, los aliados actuarán con toda su fuerza si se comprueba que los audaces atentados suicidas fueron dirigidos desde el exterior.
Horrorizados y sin superar todavía la impresión de ver reducidos a escombros varios de sus símbolos, los estadounidenses han cerrado filas en torno al presidente Bush y, según las encuestas, el 90 por ciento está a favor de que el Gobierno castigue sin contemplaciones a los culpables, señala EFE.
La respuesta podría ser militar, como en 1998, cuando sus embajadas en Kenia y Tanzania fueron atacadas bajo instrucciones del mismo sospechoso de hoy, el terrorista saudí Osama bin Laden, refugiado en Afganistán. Por considerar que protegían a Bin Laden, en esa ocasión, EEUU bombardeó Sudán y Afganistán, causando numerosas bajas civiles.
"No a represalias violentas", opinan académicos Robert Jensen, académico de la Universidad de Texas, en Austin, opina que: "Aun cuando parezca esperable que la respuesta sea masiva, no hay que olvidar que ese patrón de actuación, ya utilizado por EEUU, causará la muerte de personas tan inocentes como las que murieron en Nueva York o en los aviones secuestrados".
Stephen Zunes, de la Universidad de San Francisco, señala lo siguiente: "Las respuestas militares acaban en una espiral de represalias violentas… bombardear otros países no protegerá vidas, sino que, más bien, causará lo que los estrategas del Pentágono llaman "daños colaterales", muertes de inocentes como los de Nueva York. Después, los supervivientes, pedirán a su vez venganza".
Sin embargo, el Gobierno de EEUU considera que este ataque terrorista es "un acto de guerra" y el presidente Bush ha advertido de que la respuesta de Washington será definitiva, "sin distinguir entre terroristas, organizadores o países protectores".
Alemania: Respuesta no como venganza Algunas potencias occidentales europeas, si bien han apoyado un ataque de respuesta coordinado, no se dejan arrastrar por la ira y los ánimos de revancha. El ministro de Defensa alemán Rudolf Scharping, por ejemplo, ha declarado a la Primera Televisión Alemana (ARD) que la resolución de la OTAN de reconocer un "caso de defensa" en los atentados perpetrados en Estados Unidos no debe causar pánico y ha señalado que "no estamos ante una guerra. Estamos ante el problema de decidir qué respuesta es adecuada, no como venganza, sino para combatir la brutalidad del terrorismo internacional y eliminar su eficacia".
El ministro reconoció, sin embargo, que en ciertos casos las acciones militares serán "imprescindibles" para alcanzar esas metas. Scharping espera que la "terrible" experiencia de los atentados en Estados Unidos sirva para reconocer la necesidad de un nuevo y amplio concepto de seguridad, que tenga como objetivo la prevención. Lo importante es combatir el terrorismo con eficacia y a largo plazo, acabar con sus estructuras y sus movimientos financieros y para eso es imprescindible reforzar la cooperación internacional, sostuvo el titular de defensa alemán.
Sin embargo, en caso de que se requiera la participación de soldados alemanes, Scharping espera menos reparos de la oposición que en el caso de la misión de la OTAN en Macedonia. "Espero que no empiecen a surgir voces que digan que es una misión muy peligrosa. Creo que en una situación así hay que mantener la cabeza fría y obrar con mucha serenidad. Afortunadamente, hasta ahora hay un amplio apoyo a la orientación que está siguiendo el Gobierno".
e. La respuesta a los Atentados por Parte de los Estados Unidos
1. Brigadas de asesinos
Los activistas de derechos humanos se muestran muy preocupados sobre los planes norteamericanos de emplear unidades especiales para la liquidación de supuestos terroristas fuera de los territorios en guerra. Según el diario NEW YORK TIMES, el ministro norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, considera emplear "brigadas de asesinos" para combatir la red terrorista Al Qaeda.
Con los nuevos planes del Gobierno norteamericano, parece ser que se mezclan las operaciones del Ejército y las del servicio de información, CIA. Las operaciones de la CIA están limitadas por estrictos reglamentos legales. El servicio se tiene que atenerse a la política de Washington que prohíbe las liquidaciones.
El director de la organización de derechos humanos, Human Rights Watch, Kenneth Roth, se muestra preocupado por los nuevos planes del Pentágono. Todo parece indicar que se suavizarán los estrictos reglamentos en cuanto a la liquidación de personas. Human Right Watch opina que es un paso muy peligroso. Bajo el Derecho Internacional, y el Derecho de Guerra, es permitido tirar contra tropas enemigas. Pero, es muy distinto, señala Kenneth Roth, tirar contra personas, aunque estén envueltas en actividades criminales, en un territorio donde rige un orden legal. Si, por ejemplo, se detiene a un sospechoso en Holanda, Washington debe pedir su detención al Gobierno holandés, pero no enviar a alguien para que lo ejecute.
Kenneth Roth opina que es muy preocupante que esta nueva política conduzca a liquidaciones en territorios donde no hay ninguna situación de guerra. En territorios como el Este de Afganistán, donde al parecer todavía se llevan acciones de guerra, Estados Unidos tienen toda la libertad de cazar a miembros de Al Qaeda y del antiguo régimen Talibán, y matarlos. Sin embargo, fuera de un territorio de guerra, las cosas son mucho más complejas. En muchos países, Al Qaeda ha creado células compuestas por agentes que planifican y preparan ataques terroristas. Se trata naturalmente de actividades criminales que deben ser paradas. Y los responsables deben ser juzgados. Pero, no se puede permitir que Estados Unidos califique estas personas unilateralmente de enemigos que deben ser liquidados, teniendo en cuenta que se encuentran en situaciones donde sospechosos pueden ser juzgados conforme el sistema jurídico. Es una evolución que preocupa mucho a Human Rights Watch. Kenneth Roth opina que este desarrollo es parte de una tendencia más amplia que comenzó bajo el Gobierno del presidente George Bush. Incluso dentro de Estados Unidos el Gobierno intenta pasar por encima de la Constitución, de todos los derechos jurídicos, incluso del derecho de un juicio justo. Como ejemplo Kenneth Roth menciona el caso de Yasser Esam Hamdi, detenido en Afganistán y embarcado hacia Guantánamo. Cuando se comprobó que Hamdi es ciudadano norteamericano, fue trasladado a Estados Unidos. El Gobierno le niega el derecho a un Abogado y ningún juzgado puede investigar si existe una base legal para su enjuiciamiento. Esta tendencia de calificar a alguien de "combatiente enemigo", y tirar por la borda todos los reglamentos jurídicos, es muy peligrosa. Se crea la posibilidad de asesinar impunemente, y a un sospechoso se le priva del derecho a un juicio justo.
2. Washington previene un atentado nuclear
Según informa el Gobierno norteamericano, con la detención de un hombre en Chicago se ha logrado prevenir un atentado terrorista. El sospechoso, quién tendría lazos con la red de Al Qaeda, habría tenido planes para realizar un atentado con material nuclear.
El fiscal general de Estados Unidos, John Ashcroft, informó ayer, lunes ñlos detalles de este arresto. Según el titular, se trata de una conspiración para hacer explotar una así llamada "bomba sucia", una bomba con material radioactivo. Se sospecha que el atentado debía tener lugar en las calles Washington. Según Ashcroft, el detenido tiene estrechos lazos con la red terrorista Al Qaeda. El hombre, de 31 años de edad, es ciudadano estadounidense, de ascendencia puertorriqueña. Tiene un pasado criminal y tras varios años de cárcel se convirtió al Islam, tomando el nombre de Abdullah al Muhajir. Sin embargo, después de la conferencia de prensa del ministro de justicia, las autoridades norteamericanas informaron que la conspiración al fin de cuentas, a lo mejor no estaba tan minuciosamente planificada. Según el vice ministro de Defensa, Paul Wolfowitz, el atentado existía sobre todo en la imaginación del detenido. El momento de publicación del arresto es muy importante para las autoridades estadounidenses. La detención se produjo el pasado mes de mayo en el aeropuerto de Chicago. No obstante, Ashcroft publicó la noticia durante una visita a Moscú. Y el presidente George Bush interrumpió sus conversaciones con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, para dar su opinión sobre la noticia. Para la Casa Blanca esta buena noticia llega en buen momento. El Gobierno de Washington estaba siendo criticado fuertemente por las faltas comoteidas por los servicios de inteligencia, FBI y CIA, en la época anterior a los atentados del 11 de septiembre. Durante su conferencia de prensa, Ashcroft insistió en el buen funcionamiento de los servicios secretos para lograr la prevención del atentado. De hecho, una "bomba sucia" es una bomba convencional en la que se coloca material radioactivo. La explosión causa una enorme expansión del material nuclear. Según Ashcroft, el artefacto podría haber costado la vida a miles de civiles. Sin embargo, expertos estiman que tal bomba no causará tantas víctimas, pero sí mucho pánico. En fin, que a medida que se vayan conociendo más datos sobre lo acontecido, el asunto podría resultar más turbio de lo que ahora se supone.
3. Informe norteamericano sobre terrorismo global
Mientras el FBI advertía a Nueva York sobre posibles atentados terroristas con blancos como la Estatua de la Libertad, el Departamento de Estado dio a conocer este martes el informe anual (2001) sobre patrones de terrorismo global. Este documento, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre y el inicio de la guerra contra el terrorismo, ha cobrado un nuevo significado.
El Secretario de Estado, Colin Powell, dijo a la prensa que el informe confirma que los terroristas están tratando de conseguir armas de destrucción masiva, sean radiológicas, químicas, biológicas o nucleares. Powell agregó que "la amenaza terroristas es global y multifacética: por lo mismo, la campaña contra el terrorismo debe ser multidimensional, consistente y a largo plazo".En el informe, Irán, Cuba, Libia, Irak, Corea del Norte Sudán y Siria permanecen en la lista de los países que albergan el terrorismo. Aunque Libia y Sudán se han distanciado del terrorismo y cooperado en la batalla contra él, todavía no han hecho lo suficiente para ser removidos de la lista, señala el informe.
Irán, Corea del Norte y Siria también han dado algunos pasos para incorporarse al esfuerzo internacional contra el terror, pero continúan albergando y apoyando a grupos militantes. El informe asegura que Irán fue "el Estado que apoyó más activamente el terrorismo durante el año 2001".
Cuba e Irak, por su parte, no han mostrado ningún progreso en este contexto. Según el informe del Departamento de Estado, en el caso de Cuba, el presidente Fidel Castro se ha mostrado vacilante en la lucha contra el terrorismo. El informe acusa al gobierno de La Habana de albergar fugitivos, entre ellos a militantes del movimiento independentista vasco, ETA.
El informe también indica que, en el caso de Latinoamérica, el secuestro se mantiene como uno de los principales problemas. Las investigaciones sobre los ataques del 11 de septiembre sacaron también a la luz actividades de la organización terrorista libanesa Hezbolá, y otros grupos, en las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay. Allí, los terroristas recaudan millones de dólares anualmente a través de empresas falsas.
También existe evidencia de la presencia de esta organización terrorista en otras áreas de Latinoamérica como el norte de Chile y la zona de fronteras entre Colombia, Venezuela y Panamá. Aún se investiga si la organización Al-Qaida, liderada por Osama Bin Laden, apoya células terroristas en esta región.
Hablando de Colombia, el embajador Frank Taylor, coordinador de la oficina Contra el Terrorismo del Departamento de Estado señaló que "dentro del hemisferio occidental ningún país tiene una situación parecida a la de Colombia, que debe enfrentar el narcoterrorismo, pero también a grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los paramilitares de Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y otros. Estados Unidos se ha comprometido a trabajar con el gobierno de Colombia para combatir el terrorismo en todos estos frentes".
4. Potencias mundiales se reunieron en Ottawa
Las potencias financieras del mundo han formulado un plan para detener el flujo de dinero a grupos terroristas. Al mismo tiempo, convinieron hacer más en favor de los países pobres, que son los que más han sido afectados por la disminución del crecimiento económico mundial, después de los atentados del 11 de septiembre. Sin embargo, no han logrado ningún acuerdo sobre la forma de aliviar la deuda externa de esos países.
Las reuniones separadas del G 20, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, tuvieron lugar el pasado fin de semana en Ottawa, sin interrupciones a pesar de las protestas. Unos 4 mil manifestantes con banderas, tambores y cantando lemas, se reunieron el pasado sábado en el centro de Ottawa, ciudad en donde se celebraban las conversaciones del G 20. En comparación con las que se celebraron durante las cumbres de Seattle, Quebec y Génova, la manifestación fue bastante reducida. En la reunión del pasado fin de semana, los ministros de Finanzas del G-20 llegaron a un acuerdo sobre métodos para detener el flujo de fondos para grupos terroristas. El ministro británico de Finanzas, Gordon Brown, explica que el plan abarca la congelación de los fondos de los terroristas y sus aliados, el cierre del acceso al sistema financiero internacional y la publicación de los nombres de los terroristas. Gordon Brown opina que todos los 183 países deberían considerar el establecimiento de unidades de información financiera que se encarguen de analizar transacciones sospechosas. El Fondo Monetario Internacional, FMI, prestará, en algunos casos, asesoría y, en otros, apoyo financiero para que cada país esté en capacidad de combatir el financiamiento del terrorismo. El ministro de Finanzas de Canadá, Paul Martin, quien presidió la reunión del G-20, calificó el acuerdo de un enorme adelanto. A su juicio, el plan de acción es detallado, profundo y abarca distintos terrenos. Todos los países, sin excepción, lo han firmado. Sin embargo, el titular canadiense explicó que es posible que algunos países más pobres necesiten ayuda financiera para ponerlo en práctica. Probablemente estos países tarden más en poner fin a los instrumentos que los terroristas utilizan para blanquear dinero.
Cuando los países miembros del G-20 clausuraban su encuentro, el FMI y el Banco Mundial iniciaban su reunión. Según los funcionarios de estas entidades, los países más pobres son los que más sufrieron las consecuencias económicas de los atentados terroristas del 11 de septiembre. El FMI ha calculado que, a raíz de la desaceleración de la mundial, en el año 2002 la economía de América Latina crecerá un 1,7 por ciento, en lugar del 3,6 por ciento anteriormente previsto. El ministro de Finanzas de la India, Yashwant Sinha, opinó que los atentados en Estados Unidos han concedido una perspectiva diferente a las conversaciones. A su juicio, hay una mayor conciencia de que las naciones industrializadas y los países en vías del desarrollo deben unirse para combatir la marginación social, la pobreza, la violencia, el odio y la impaciencia en cualquier parte del mundo;, todos ellos factores que constituyen una amenaza para la paz, la prosperidad y para todo lo que se valora y cuida en el mundo entero.
Si bien se coincidió en que se debe hacer más para ayudar a los países pobres, no se mencionaron cifras concretas, sobre todo porque, a este respecto, aún existe discrepancia entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Los británicos proponen la duplicación de la ayuda al desarrollo a los países pobres. Por su parte, el ministro estadounidense de Finanzas, Paul O'Neill, alegó que en el pasado se han despilfarrado demasiados fondos de ayuda. Según O'Neill ha llegado el momento de cambiar las condiciones de vida de la gente mediante a un verdadero desarrollo económico, en vez de limitarse a suministrar más dinero. Si bien los funcionarios calificaron de exitosa la reunión del FMI y del Banco Mundial, no se tomaron medidas nuevas para hacer frente a la desaceleración económica global.
Aparte de algunas promesas sobre el alivio de su deuda y más flexibilidad para recibir préstamos del Banco Mundial, los países en vías de desarrollo hallarán poco consuelo en este último intento de combatir la pobreza en el mundo
5. Reacciones de Latinoamérica
La gran mayoría de los gobiernos latinoamericanos asumieron una posición común frente al terrorismo y se alinearon con las acciones militares de los EE.UU. Éstas son algunas de las reacciones:
El presidente mexicano Vicente Fox dijo que su gobierno "apoya con firmeza" las operaciones militares anglo-estadounidenses iniciadas en Afganistán. "El gobierno de México ha recibido seguridades de quienes encabezan la operación que ésta no se dirige contra población civil o credo alguno", por lo cual "el gobierno de México apoya con firmeza estas acciones" dijo Fox en un mensaje difundido por radio y televisión. Fox agregó que "el terrorismo no reconoce fronteras, no selecciona víctimas y a nadie respeta", y añadió que los ataques del 11 de septiembre "fueron un ataque contra la humanidad y contra el interés nacional".
En otro orden de cosas el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal de México, Alejandro Gertz, dio instrucciones para que las fuerzas federales de apoyo redoblaran la vigilancia de puntos estratégicos del país. La dependencia destinó 1.500 efectivos de la Policía Federal Preventiva para reforzar la vigilancia en aeropuertos, puntos fronterizos, estaciones de autobuses, accesos a ciudades y en instalaciones estratégicas. La Secretaría informó que quedan en reserva más de 2.500 efectivos de las Fuerzas Federales de Apoyo, así como del Grupo de Operaciones Especiales y los miembros de la Sección de Apoyo Táctico, para emplearlos en caso necesario.
Gobierno de Nicaragua expresa solidaridad con Estados Unidos Francisco Aguirre, ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, afirmó que su gobierno "es solidario con el de Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo", y ha ofrecido a Washington hacer "todo lo que esté a su modesto alcance". En una rueda de prensa Aguirre indicó que "de no apoyar a Estados Unidos las consecuencias para Nicaragua serían muy graves porque como lo dijo el presidente Bush en ésta lucha o estás con las fuerzas de paz, la civilización, la democracia, o con el terrorismo". "Pero no es por eso que Nicaragua condena el terrorismo es porque tenemos cientos de miles de compatriotas que viven en Estados Unidos y que se han beneficiado de su hospitalidad, porque nos han ayudado con más de 100 millones de dólares después del huracán Mitch y porque apoyamos un orden mundial de decencia", añadió el ministro.
Aguirre afirmó no estar sorprendido por el ataque de Estados Unidos y el Reino Unido a Afganistán, porque percibió en Washington, durante su visita de la semana pasada, "que los días están contados para Osama bin Laden y para el régimen Talibán". El ministro de relaciones exteriores anunció que por la situación actual, el presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, pospuso su viaje oficial -del 19 al 23 de octubre- a Israel, y una gira privada por Jordania y la Autoridad Nacional Palestina.
Presidente Pastrana anuncia respaldo a ataques en Afganistán El presidente colombiano Andrés Pastrana expresó el respaldo de su país a los ataques lanzados por Estados Unidos y Gran Bretaña en Afganistán, a los que consideró como una "acción de legítima defensa". "Colombia respalda la acción militar y considera que es una acción en defensa de la seguridad internacional y la libertad. Una acción de legítima defensa como lo reconoce el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", expresó Pastrana en una alocución por radio y televisión. El presidente colombiano puntualizó que "apoyaban también lo expresado por los miembros de la coalición en el sentido de que las acciones deben procurar evitar daños a la población inocente, así como su propósito de brindar atención humanitaria, incluida la asistencia de los refugiados". Pastrana aprovechó la oportunidad para anunciar la prórroga, hasta el 20 de enero de 2002, de la vigencia legal de la zona que al sur del país ocupa la guerrilla marxista de las FARC, a la que Washington considera un grupo "terrorista".
6. Comenzó el ataque contra Afganistán
Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron el domingo siete de octubre, sus esperados ataques contra Afganistán. El objetivo de las acciones es provocar la caída del régimen de los talibán, culpable de proteger a Osama bin Laden, sospechoso de ser el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos. El presidente norteamericano, George Bush, insistió en que el ataque está dirigido contra el régimen talibán y no contra el Islam. Cabe preguntarse si los musulmanes lo creen así.
El absoluto silencio de los países islámicos más importantes como Egipto y Arabia Saudita a los ataques de Estados Unidos y Gran Bretaña contra Afganistán es síntoma de la vergüenza de algunos regímenes islámicos. Hace 10 años, Egipto, Arabia Saudita y Siria adoptaron una postura inequívoca como aliados de la coalición que puso fin a la ocupación de Kuwait por parte del dictador iraquí, Saddam Hussein. En aquella ocasión hicieron todo lo posible para explicar sus puntos de vista a una opinión pública a menudo muy crítica en el mundo árabe e islámico. Esta vez, Estados Unidos, su aliado estratégico y protector, les ha pedido nuevamente su apoyo para que se unan a la coalición antiterrorista contra el régimen de los talibán y su protegido Osama bin Laden. Los países islámicos no están en posición de negarse a cooperar con Washington, como lo ha demostrado el espectacular giro del régimen militar de Pakistán, del general Pervez Musharraf, durante largo tiempo protector de los Talibán.
Sin embargo, esta vez varios líderes musulmanes se han convertido en socios muy reacios. En el mejor de los casos se declaran verbalmente de acuerdo con la acción norteamericana, pero preferirían – como es por ejemplo el caso de Arabia Saudita – que su cooperación con Washington se mantuviese en secreto. La razón es simple: a pesar de todos los esfuerzos del presidente Bush de dejar claramente establecido que no se trata de una guerra contra el Islam, los dirigente árabes y musulmanes saben que la irritada opinión pública de sus países – y no solamente de fundamentalistas musulmanes – simplemente no creen en las palabras de Bush. La credibilidad norteamericana en el mundo islámico ha sido socavada porque – a sus ojos – occidente está midiendo con dos varas cuando se trata de cumplir resoluciones de Naciones Unidas o de aprobación por parte de Estados Unidos de lo que ellos consideran "terrorismo de Estado" israelí contra ciudadanos palestinos y libaneses. Precisamente son estos sentimientos de descontento y frustración de los que bin Laden intenta aprovecharse. El multimillonario saudita dio un golpe espectacular en los medios de comunicación, al lograr que la importante cadena de televisión satelital Al Jazeera, retransmitiera un mensaje suyo inmediatamente después de los ataques aéreos. En su llamamiento a una guerra santa contra los "infieles", bin Laden enumeró las profundas objecciones del mundo árabe y musulmán contra Occidente en general, y Estados Unidos en especial, objeciones que son compartidas por un gran número de musulmanes que al mismo tiempo rechazan totalmente el terrorismo de Osama bin Laden. El terrorista no sólo atacó en su discurso a los Estados Unidos sino también a los regímenes árabes e islámicos pro-Estados Unidos a quienes acusa de haberse convertido en "apóstatas", es decir que han traicionado al Islam y son infieles. En otras palabras: estos regímenes deberían ser derrocados. La retórica de Bin Laden no generará la caída de estos gobiernos, pero sí puede reforzar la oposición fundamentalista a estos regímenes cuya estabilidad ya es una causa de gran preocupación para Estados Unidos.Las violentas manifestaciones de la mañana de lunes ocho de octubre en Pakistán son un indicio de los peligros que se avecinan. Tras cuatro semanas de metódicos preparativos, el presidente estadounidense George Bush lanzó el domingo los anunciados ataques militares contra Osama bin Laden y el régimen de los talibán en Afganistán que protege al extremista islámico y a su red al Qaida acusados de llevar a cabo los atentados del 11 de setiembre en Nueva York y Washington.
En un discurso televisado este domingo el presidente Bush anunció que su país había iniciado acciones militares en Afganistán contra los campos de entrenamiento de Bin Laden y las instalaciones militares de los talibán. "Esta acción militar hace parte de nuestra campaña contra el terrorismo" dijo Bush quien señaló que "la batalla se esta cumpliendo en varios frentes". Gran Bretaña participa en la ofensiva militar en Afganistán, anunció Bush, quien también reveló que varios países aliados, como "Canadá, Australia, Alemania y Francia prometieron fuerzas" para la guerra antiterrorista. Aproximadamente una hora antes del discurso de Bush, violentas explosiones sacudían el aeropuerto de la ciudad de Kandahar en Afganistán, que sirve de base a los militantes talibán. Según un alto funcionario estadounidense los campos de entrenamiento de terroristas, las bases aéreas y las instalaciones de defensa constituyen los blancos del primer ataque lanzado por Estados Unidos contra Afganistán. Los ataques marcan el comienzo de una serie de acciones militares contra el gobierno talibán de Afganistán y la organización al Qaida, del fundamentalista islámico Osama bin Laden. El funcionario añadió que en los ataques se usaron unos 50 misiles de crucero y que tanto las fuerzas de Estados Unidos como de Gran Bretaña intervinieron en ellos. Osama bin Laden prometió a Estados Unidos que "no conocerá nunca más la seguridad", en un mensaje grabado con antelación difundido el domingo por la noche por la cadena de televisión Al Jeezira poco después del inicio de la respuesta norteamericana en Afganistán. El propio Bin Laden apareció en la pantalla durante el mensaje que, según la televisión de Qatar, fue grabado el domingo. "Juro por Dios que Estados Unidos no conocerá nunca más la seguridad antes de que Palestina no la conozca y antes de que todos los ejércitos occidentales ateos no salgan de las tierras santas (del islam)", aseguró. En ese mismo mensaje, el portavoz de al Qaida, Soleiman Abu Ghaith, dijo que el grupo de Bin Laden está "dispuesto a la confrontación con Estados Unidos". Por otra parte, Bin Laden se alegró abiertamente de los atentados del 11 de septiembre afirmando que Estados Unidos fue "alcanzado en su punto más vulnerable". Pakistán lamentó el domingo por la noche que los esfuerzos diplomáticos no lograron convencer a los dirigentes talibán de "responder a las demandas internacionales" señaló un comunicado oficial difundido por la agencia APP. Por su parte, la milicia islamista de los talibán condenó en la noche del domingo los ataques estadounidenses contra Afganistán a los que calificó de "actos terroristas". "El ataque estadounidense es un ataque terrorista", declaró el embajador de la milicia islamista en Islamabad, Abdul Salam Zaeef. "No podemos entregar a Osama bin Laden a Estados Unidos". "Es un ataque contra un país independiente. Vamos a luchar hasta nuestro último suspiro", explicó. "Estados Unidos será responsable del asesinato de gente pobre", agregó Zaeef.
1. Hamid Karzai presidente de Afganistán
Afganistán tiene un nuevo presidente y un nuevo gobierno. La Loya Yirga, o Gran Asamblea, ha terminado sus deliberaciones en Kabul. Tras la expulsión del régimen talibán, en virtud del acuerdo de Bonn se determinó el método para llegar a una nueva administración nacional. A este respecto, se concedió un papel clave a la Gran Asamblea. Poco después del comienzo de la reunión, se eligió a Hamid Karzai como presidente de Afganistán. El ex-monarca Zahir Shah, quien no aspiraba a la presidencia, fue distinguido con el título de Padre de la patria.
Poco antes de terminar la reunión de la Gran Asamblea, unos mil delegados abandonaron la gigantesca carpa, en señal de protesta contra los interminables y aburridos discursos y la ausencia de decisiones concretas. Además, las deliberaciones transcurrieron penosamente debido a problemas lingüísticos, ya que algunos delegados hablan sólo su propio dialecto. A pesar de las considerables diferencias étnicas, todos los participantes respetaron la tradición según la cual la Gran Asamblea resuelve sobre conflictos entre las diferentes etnias. Según el acuerdo logrado en Bonn, en diciembre del 2001, la Gran Asamblea debía nombrar al jefe de Estado y designar un gobierno de transición para dirigir el país hasta las elecciones del 2004. La mayoría de los delegados asumía que decidiría quién formaría parte del Gabinete. Sin embargo, Karzai prefirió elegir su propio equipo gubernamental y, al final de la reunión, dio a conocer los nombres de sus ministros más importantes. El general Fahim permanece a cargo del departamento de Defensa y asume la vice-presidencia. Abdullah Abdullah, también perteneciente a la etnia de los tayikos, conserva su cartera de Relaciones Exteriores, mientras que Taj Mohammad Wardak, un allegado de Karzai, asumirá el ministerio del Interior. Algunos de los delegados se manifestaron decepcionados por no poder votar por un candidato y calificaron el procedimiento de antidemocrático. La organización política del país constituyó un importante punto de discordia. Algunos delegados consideraron que Afganistán debe ser una república islámica, pero otros lo juzgaron irrelevante. En todo caso, el presidente Karzai opinó que la ley islámica debe permanecer vigente, y con ello evitó un conflicto. Otra tarea menos conocida de la Gran Asamblea es el nombramiento del presidente del Tribunal Supremo, ya que para el buen funcionamiento de la democracia afgana, es imprescindible una administración imparcial de la justicia. Un nombramiento inspirado en intereses políticos en este cargo tan crucial sería funesto. Sin embargo, hasta el momento no se ha tomado una decisión al respecto.
En suma, la Gran Asamblea fue tan sólo parcialmente un éxito. Karzai fue reconocido como presidente, e incluso los señores de la guerra no lograron perturbar el debate sobre la futura administración. Entre tanto, los delegados han emprendido su regreso a casa, y probablemente ahora se sientan un poco más afganos.
2. Dólares y víveres para Afganistán
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, irrumpió glorioso la sala de conferencias donde se reunía el Grupo de Apoyo a Afganistán, en Berlín. A su lado, recién apeados del helicóptero que los condujo de Bonn, se hallaba el negociador de las Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi. Pocas horas antes, Brahimi había logrado la firma de un acuerdo de un gobierno de transición con líderes afganos en Bonn. En Berlín, el negociador inauguraba una conferencia de países dispuestos a financiar la reconstrucción de Afganistán. A través de esos dos actos parecía cerrarse, casi mágicamente, un ciclo.
Tras 22 años de guerra y represión, el pueblo afgano se encuentra ahora en un histórico punto de transición. Con el acuerdo de Petesberg se presenta por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de un futuro pacífico y estable que garantice la dignidad a todos los afganos, y en especial a las mujeres. El llamado Grupo de Apoyo a Afganistán existe ya desde 1996, pero tan sólo ahora su función adquiere carácter decisivo. Compuesto por 15 países miembros, el grupo incluye además instituciones de ayuda de Naciones Unidas, como la Organización Mundial de la Salud y la FAO, y algunas importantes organizaciones no gubernamentales, tales como Oxfam y Miserior. Durante los dos días de reunión en Berlín, el grupo busca coordinar y fijar prioridades para el envío de ayuda a Afganistán.
Para frenar un poco las expectativas o los excesos de los países donantes, Brahimi advirtió desde la primera jornada, que los países que colaborarán en la reconstrucción de Afganistán se deben limitar a entregar los recursos necesarios, para que los afganos mismos lleven a cabo la reconstrucción.
Estas palabras tenían su justificación. A la entrada de la Conferencia, en un cúmulo de papeles se anunciaba proyectos en casi todos los sectores imaginables: desde la remoción de minas y la reforma de la agricultura hasta programas de empleo, migración, salud, educación, reformas políticas, derechos de la mujer, y mucyos más. A primera vista, el programa se asemeja a un enorme experimento social que prácticamente se propone crear un país desde la nada.
Es allí donde muchos detectan problemas, como Antonio Meléndez, miembro de la ONG Tonpaz, quien opina se ha comenzado a planear el futuro de Afganistán sin conocer las necesidades de los afganos. La comunidad occidental sabe de sobra que la idea de modelar un país siguiendo los criterios de naciones occidentales puede ser muy peligrosa. Los países islámicos se desarrollan en otro sentido. Por tanto, no se puede asumir que lo que es bueno y valioso para nosotros, también debe serlo para ellos. La Conferencia se clausuró con la promesa de una ayuda global de 1.300 millones de dólares, de los cuales, según cálculos del subsecretario de las Naciones Unidas, Kenzo Oshima, unos 600 millones y alrededor de 52 mil toneladas de alimentos deberían llegar antes de marzo, para poder crear las condiciones mínimas de subsistencia del pueblo afgano. En todo caso, un punto central será el programa de retorno de los habitantes a un territorio en el que más de 20 años de guerra han obligado a muchísimos afganos a abandonar su región e incluso el país. Este programa es particularmente delicado, pues aún subsisten los problemas entre las diferentes tribus afganas, señaló Oshima.
A su juicio, la experiencia ha demostrado que estos programas de retorno ocasionan muchísimos problemas y conflictos, no sólo porque, con frecuencia, se inventan fronteras artificiales entre grupos rivales o porque producen conflictos entre quienes se quedaron y los, casi siempre, privilegiados que regresan.Además, muchos desconfían de la Alianza del Norte, que hasta hace poco tiempo dominaba el tráfico internacional de heroína, y cuyos jefes fueron derrocados por los Talibán, incluso con el aplauso hasta de Estados Unidos. La situación en que queda Afganistán refleja, como pocas, los brutales entrelazamientos de la política internacional, así como el oportunismo de Occidente. Entre el ataque a EEUU y la situación de la mujer bajo los Talibán existe un gran abismo.
Al parecer, los demás países poderosos de Occidente han encontrado en el oscuro régimen de los Talibán y el castigado Afganistán una justificación para seguir la cacería norteamericana de un incierto culpable que su propia política internacional creó.
3. Afganistán ya tiene gobierno
Tras nueve días de difíciles negociaciones en la ciudad alemana de Bonn, las cuatro facciones afganas han logrado un acuerdo histórico sobre la composición de un gobierno. El acuerdo ha sido firmado en presencia del Canciller alemán, Gerhard Schröder y del Ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fisher. Seguidamente Fischer viajó a la capital alemana Berlín, donde comenzó una conferencia de países donantes sobre la ayuda de emergencia para Afganistán, país que ha quedado destruido por la guerra.
Tras otra noche sin dormir, a las seis de la mañana del día 5 de diciembre, los delegados llegaron a un acuerdo sobre los nombres y el reparto de los ministerios en el nuevo gobierno interino para Afganistán. Los puestos clave ya han sido designados pero todavía faltan algunos de menor importancia. El gobierno será liderado por el prominente líder pastún, de la región de Kandahar, Hamid Karzai. Éste mantiene estrechos lazos con el ex rey afgano, ahora en el exilio, y goza del apoyo de Estados Unidos: pero lo más importante es que es un pastún prominente.
La Alianza del Norte controla la mayor parte del territorio afgano, inclusive la capital Kabul, pero es una coalición de grupos étnicos minoritarios del norte formada por tayikos, azeríes y uzbecos. Sin embargo, no puede haber un gobierno estable en Kabul, sin la participación de los pastunes. El presidente de la conferencia y enviado especial de la ONU, Lakhdar Brahimi, lo puso de relieve en varias ocasiones: el balance étnico es la clave para cualquier solución viable en Afganistán. Esto queda reflejado en este gobierno interino: 11 miembros de la etnia de pastunes, 8 tayikos, 5 azeríes, 3 uzbecos y 2 representantes de grupos minoritarios. Sin embargo, la Alianza del Norte no tiene ningún motivo para quejarse porque desempeñará la mayor parte de los puestos clave. El general Mohammed Fahim (sucesor del recientemente asesinado comandante Ahmed Shah Masoud) ocupará la cartera de defensa. Younes Qanouni, líder de la delegación de la Alianza del Norte en Bonn desempeñará el cargo de Ministro del Interior y por lo tanto responsable de la policía y la seguridad nacional. El actual Ministro de Relaciones Exteriores de la Alianza – Abdullah Abdullah – ocupará el mismo cargo en el nuevo gobierno interino de Kabul.
Un importante cambio es el nombramiento de dos mujeres. Una de ellas ocupará será uno de los cinco vice primer ministros del gobierno. Esto termina definitivamente con la exclusión total de la mujer de la vida pública durante el régimen de los Talibán. Brahimi, se mostró satisfecho con el buen resultado de la conferencia pero advirtió que el verdadero trabajo todavía se tiene que hacer. Efectivamente la tarea es inmensa. El nuevo gobierno interino entrará en funciones el 22 de diciembre por un período de 6 meses. Para empezar tendrá que crear la seguridad en Kabul y controlar a todos los señores de la guerra. El nuevo gobierno interino pedirá que el Consejo de Seguridad de la ONU envíe una fuerza de seguridad internacional a Kabul y sus alrededores.
Brahimi dijo que nadie pretende que las 4 agrupaciones afganas que firmaron el acuerdo sean representativas para todo el espectro político en Afganistán, pero que este es un primer paso importante.
El gobierno interino tiene seis meses para ocuparse de las tareas más urgentes, antes de convocar una Loya Jirga, una asamblea de los patriarcas tribales, ampliada con mujeres e intelectuales. Esta asamblea designará un nuevo gobierno interino para los próximos dos años. Después de estos dos años, una nueva Loya Jirga deberá adoptar una nueva Constitución bajo la cual se celebrarán elecciones para instaurar un nuevo gobierno con una base amplia.
La ONU, Estados Unidos, Rusia, La Unión Europea y países vecinos como Pakistán, se han congratulado con el acuerdo, pero todos son conscientes de la fragilidad del mismo. Cabe preguntarse si las demás facciones aceptarán la dominación de la Alianza del Norte. La Comunidad Internacional seguirá de cerca los acontecimientos, y para alentar a todos los afganos, se donarán miles de millones de euros sólo si los afganos continúan colaborando.
4. La Cruz Roja pide respetar las reglas humanitarias
Una vez más, las bombas norteamericanas destruyeron accidentalmente un edificio de la Cruz Roja en Afganistán. En esta ocasión, se trataba de una clínica en la ciudad de Kandahar. Según un médico de la institución, el bombardeo causó la muerte de 11 ciudadanos. La Cruz Roja exige que los países respeten las reglas humanitarias del derecho de guerra, estipulado en el Tratado de Ginebra de 1949.
El objetivo del reglamento del derecho humanitario de guerra es proteger a las personas víctimas de conflictos armados. Al mismo tiempo, pone limitaciones a los métodos de combate y al tipo de armas que se utiliza. La Cruz Roja promovió el establecimiento del derecho humanitario de guerra. En 1865, Henri Dunant, quien sería más tarde el fundador de la Cruz Roja, estuvo en el campo de batalla de Solferino, en Italia. Allí, Dunant llegó al convencimiento de que cada país debe disponer de una organización independiente de ayuda humanitaria que, en tiempos de guerra, debe poder retirar víctimas del campo de batalla. Acuerdos internacionales garantizarían que esas personas, distinguidas por un emblema especial (más tarde el de la Cruz Roja), no serían atacadas.
Hasta el presente, los Estados son conscientes de este reglamento. Cuando estalla la guerra en alguna parte del mundo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exhorta a las partes en el conflicto a atenerse a la Convención de Ginebra. La Convención y los Protocolos pertinentes prohíben el uso de armas que causen heridas innecesarias, por ejemplo, minas antipersonales. En cuanto a la guerra en Afganistán, se critica el uso de bombas de racimo, o fragmentación, las cuales contienen pequeños explosivos que a veces se parecen a minas antipersonales. Es preocupante que estas bombas se utilicen en las proximidades de concentraciones urbanas.
En los últimos años, se originaron nuevas situaciones de guerra con fronteras y partes beligerantes indefinidas. Según la Cruz Roja, siguen en pie los valores fundamentales de la protección de gente inocente, la limitación del sufrimiento y el suministro de ayuda humanitaria a quienes la necesiten. Sin embargo, la Cruz Roja opina que las nuevas situaciones obligan a una revisión del derecho de guerra. Gracias al desarrollo tecnológico, las armas cambian y, por consiguiente, es preciso adaptar los acuerdos internacionales.
1. Presos de Al Qaeda y del Talibán en Afganistán
Desde el momento en que los norteamericanos encierran a miembros de Al Qaeda en la base norteamericana de Guantánamo, en Cuba, toda la atención se concentra en la isla. Al parecer, todo el mundo ha olvidado a los prisioneros en Afganistán. Desde diciembre, unos 3.500 miembros de Al Qaeda y los Talibán permanecen en la cárcel de Sherbarghan, cerca de la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif.
Los reclusos viven en circunstancias deplorables, según informa John Heffanent, de la organización Médicos por Derechos Humanos, quien los visitó. Según John Heffanent, las celdas están superpobladas, pues cada unidad fue construida para alojar unas 10 personas, y ahora hay por lo menos 100 prisioneros por unidad. Las facilidades para cocinar son horrendas, al igual que la comida. Se carece de equipo sanitario y ventanas. Muchos prisioneros se enferman del frío. Cuando llegue el verano, las temperaturas serán insoportables, lo que, según Heffanent, empeorará aún más la situación. En verano, los prisioneros están todavía más expuestos a enfermedades como la disentería. La mayoría de ellos ya ha adelgazado mucho y, según un carcelero, varios han muerto en sus celdas. Heffanent no sabe si la situación en estas cárceles es peor que la de Guantánamo Bay, pero teme que sí. No hay ninguna presión del extranjero para mejorar la situación en esta cárcel de Afganistán; en cambio, tratándose de Guantánamo Bay, sí se ejerce sobre Estados Unidos. Heffanent opina que, mientras mueren prisioneros en la cárcel de Sherbarghan, hay que dedicar atención a la situación reinante allí. Los combatientes, que luchaban en las cercanías de Kunduz, fueron encarcelados a finales de diciembre del año pasado. Algunos de ellos, según Washington los más ‘militantes', han sido trasladados a Cuba. No está claro qué ha pasado con los que permanecen en Afganistán. La organización estadounidense Médicos para los Derechos Humanos quiere que los prisioneros reciban un trato humanitario. En estos momentos, los partidarios del general Dostum los vigilan. Con tal fin, reciben fondos de Kabul, pero, según Heffanent, no son suficientes, y Estados Unidos, que los detuvo, sigue siendo responsable de ellos. La organización Médicos por los Derechos Humanos ha protestado ante el Pentágono y el Ministerio Norteamericano de Asuntos Exteriores, pero hasta el momento no ha recibido respuesta alguna.
2. Mohamed Atta en Praga
A principios del pasado mes de abril, el terrorista egipcio Mohamed Atta, quien pilotaba una de las dos aeronaves que se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, se encontró en Praga con un agente de los Servicios Secretos iraquíes. Lo que durante varias semanas se mantuvo en el plano de las especulaciones, fue reconocido el pasado viernes por el ministro del Interior checo, Stanislav Gross.
Se trata de uno de los indicios más claros de los nexos del régimen de Saddam Husein con los ataques terroristas del pasado 11 de septiembre, tema sobre cual el Gobierno checo se negaba a hablar por temor a que Estados Unidos tomara represalias contra Iraq. No obstante, el ministro Gross asegura que los Servicios Secretos checos lo pusieron al tanto de la reunión poco después de los ataques a Nueva York y Washington. "Por razones de seguridad, nos limitamos a confirmar la existencia de dicho encuentro", declaró el ministro Gross, agregando que existen testigos de que Atta se reunió en la capital checa con el entonces cónsul de Iraq en este país, Ahmad Chalil Ibrahim Samir Al-Ani, y que ahora se investigan los objetivos de dicha reunión. Según fuentes checas, Samir Al-Ani ocupa un alto cargo en los servicios de inteligencia iraquí para Europa Central, y probablemente dirigió desde la República Checa operaciones en el ámbito internacional. Dos semanas después de su encuentro con Atta, el 22 abril de este año, Al-Ani fue expulsado de la República Checa bajo sospechas de planear ataques contra intereses norteamericanos en ese país. Una de las posibilidades que maneja Praga es que Iraq podría haber facilitado pasaportes falsos a los terroristas. Además, algunos medios de comunicación especulan incluso sobre la posibilidad de que el ántrax que ha aparecido estos días en Estados Unidos, puede haber sido producido en laboratorios secretos de Saddam Husein, y que Atta viajó a la República Checa precisamente para recibir de manos de Al-Ani esporas de la bacteria. Sin embargo, esto no es nada nuevo, ya que, hace unas semanas, el ex inspector de armas de las Naciones Unidas, Richard Buttler, advirtió sobre los presuntos planes de Atta en territorio checo. Entretanto, Iraq niega categóricamente cualquier vínculo con el terrorista Mohamed Atta y con los ataques del 11 de septiembre. El propio Samir Al-Ani calificó de ‘gran mentira' las declaraciones del Gobierno checo y le exigió que presente pruebas que respalden sus acusaciones. Desde hace algunas semanas, varios medios de comunicación internacionales señalan a la República Checa como un país donde se reúnen terroristas. En su emisión del 17 de octubre, la estación de televisión alemana ZDF calificó incluso a esta república como ‘el paraíso de los hombres de Bin Laden y de su red terrorista Al Qaeda'. Dos días antes, el periódico británico The Observer había informado que miembros de la citada organización, detenidos recientemente en El Cairo, obtuvieron cápsulas de ántrax en la República Checa. Estas afirmaciones fueron desmentidas por el ministro del Interior checo, Stanislav Gross, quien aseguró que las autoridades correspondientes de los servicios de inteligencia egipcios le informaron que no sabían nada al respecto. Al mismo tiempo, el titular subrayó que la República Checa no aceptará que la comunidad internacional la acuse de albergar a terroristas en su territorio. Mohamed Atta efectuó al menos dos visitas a la República Checa. La primera de ellas fue el 2 de junio del año pasado, procedente de Alemania, donde estudiaba en la Universidad Técnica de Hamburgo. En esa ocasión, permaneció en el país menos de 24 horas, y se embarcó en un avión de las Aerolíneas Checas con destino a Newark, en New Jersey. Un mes después, empezó a asistir a un curso de pilotaje en el Estado norteamericano de Florida.
3. ¿Quién es Osama Bin Laden?
Se especula sobre el cerebro que está detrás de esta ola de atentados que sacudió ayer a Estados Unidos y al mundo. Una cosa es segura: los autores tienen un inmenso odio en contra de los Estados Unidos y sus habitantes. A pesar de que los atentados aún no han sido reivindicados, diversas fuentes señalan como responsable al multimillonario saudita Osama Bin Laden, el terrorista más buscado del mundo.
Osama Bin Laden es sospechoso de haber perpetrado por lo menos cinco atentados entre 1993 y 2000 contra blancos norteamericanos, entre ellos el atentado contra las ‘Torres Gemelas' del World Trade Center en Nueva York en el año 1993. Uno de sus cómplices, el pakistaní Ramzi Yousef, colocó una bomba en el garaje subterráneo de ese centro comercial neoyorquino. Seis personas murieron y miles resultaron heridas. Después del atentado, el pakistaní dijo que no se arrepentía de su acción, y que la próxima vez tendría más dinero, para destruir por completo las torres. Bin Laden, nacido en 1957 como Asama Mohamed al Wahad en Arabia Saudita, estudió economía en la Universidad de Jeddah y recibió clases del líder histórico de Hamas: Abdullah Azzam, un palestino de ascendencia jordana. Se hicieron muy amigos y ambos jugaron un papel importante en la lucha contra los rusos, cuando éstos invadieron a Afganistán a finales de los años setenta. Su lucha contra los comunistas les dio fama mundial. En aquella época sus acciones fueron apoyadas por los servicios secretos de Pakistán y Arabia Saudita y por el servicio de inteligencia norteamericano, CIA. Osama Bin Laden ganó una fortuna con estas acciones, fortuna que se estima en unos 300 millones de dólares. Bin Laden sigue haciendo negocios: entre otras cosas comercia pescado y barcos, sobre todo en Sudán. Una parte de sus ingresos son pagados a través de Organizaciones no-Gubernamentales como la Organización internacional Islámica de Ayuda Humanitaria. Desde principios de los años noventa, Osama Bin Laden se tornó cada vez más activo en el terreno religioso. Fundó una organización islámica militante, Al Qaida (que significa La Base). El objetivo de esta organización es eliminar toda oposición contra el Islamismo. El mayor enemigo de los musulmanes es – según Bin Laden – Estados Unidos, seguido por Europa. También son enemigos Rusia, Israel y la India. Atentados contra las embajadas de Estados Unidos. Desde mediados de los años noventa, el multimillonario saudita comenzó a atacar abiertamente a los norteamericanos. En 1994 el cuartel del ejército estadounidense en Ryad y un año después un cuartel en Dhahran, ambos en Arabia Saudita. En octubre del año 2000 se perpetró un atentado suicida contra una fragata norteamericana en Yemen, que costó la vida a 17 tripulantes. Desde entonces, Osama Bin Laden encabeza la lista de terroristas más buscados del mundo. Estados Unidos desconoce su paradero y se sospecha que se esconde en las montañas de Afganistán. En su patria, Arabia Saudita, no puede vivir, porque es considerado persona non grata. El regimen islámico fundamentalista de los Talibán en Afganistán se niega a entregarlo a Washington. En consecuencia, Estados Unidos y las Naciones Unidas han impuesto sanciones contra Afganistán, país azotado desde hace más de diez años por una guerra civil. Recientemente, el director de la CIA calificó a Bin Laden de la ‘mayor y más directa amenaza a la seguridad norteamericana'. Washington ha ofrecido una recompensa de 5 millones de dólares a quien informe sobre el paradero de Bin Laden. Hay otros personajes que son culpados por los atentados, y son:
1. Bush: medidas contra un posible ataque de viruela
A pesar de que hace más de 20 años se afirmó haber erradicado la viruela en el ámbito mundial, la enfermedad ha vuelto a ser tema de preocupación en Washington ante un posible ataque bioterrorista, para el cual no se sabe ni la hora, ni el día, pero si la forma en la que se podría dar respuesta a un ataque masivo.
En las próximas ocho semanas, el gobierno Federal podría vacunar contra la viruela a casi medio millón de trabajadores sanitarios, bomberos, policías y conductores de ambulancias, entre otros, como medida preventiva contra un ataque. Al mismo tiempo el gobierno de Bush debate planes para llevar a cabo una vacunación nacional. En la actualidad sólo EE.UU. y Rusia poseen el virus de la enfermedad, no obstante, algunos expertos temen que también podría haber sido adquirido por otras naciones como Corea del Norte e Irak. Esta posibilidad inquieta a los Estados Unidos que después del 11 de septiembre no están dispuestos a esperar a que se perpetre un nuevo ataque terrorista. Según David Heyman, director del programa de Ciencia e Iniciativas de Seguridad en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, en Washington, los EE.UU. están tomando este tipo de medidas debido a las pruebas halladas en Afganistán acerca de planes para el uso de armas biológicas. " Sabemos que Osama Bin Laden dijo a sus seguidores que era su obligación tratar de adquirir estas armas de destrucción masiva. Estas personas realmente tienen mucho interés en este tipo de armas, de hecho se encontraron algunos residuos en laboratorios en Afganistán. Hay personas que están encargadas de ello". Al mismo tiempo, Heyman agregó que "también sabemos en la ex Unión Soviética había un gran departamento cuyo fin era producir armas biológicas". El presidente Bush dijo durante una conferencia de prensa que aún no ha tomado una decisión final sobre la vacunación masiva, pues algunas personas podrían enfermarse al ser vacunadas. " Una preocupación que puedo compartir con ustedes es que para algunas personas la vacuna podría constituir un grave riesgo e incluso podría constarle la vida".
El mes pasado un panel federal de asesores respaldó un plan para de vacunación que prevé el aislamiento de los pacientes infectados y serían vacunadas las personas que mantuvieran contacto con ellas, formando un circulo de inmunización en torno al brote y una barrera para su extensión. Sin embargo, según un estudio realizado por Edward Kaplan, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, la medida del gobierno federal funcionaria únicamente si el brote de viruela comenzara con un número reducido de personas infectadas, pero el bioterrorismo no sigue ese esquema. Kaplan recomienda una vacunación masiva. Desde 1983 únicamente 11. 000 estadounidenses que trabajan con el virus han sido vacunados. La eventual vacunación masiva contra la viruela se debe según Heyman, a que los tiempos han cambiado y los riesgos de hace veinte años no son los riesgos de ahora. La vacuna que antes era usada para las personas que hacían investigaciones de la enfermedad, ahora tiene que emplearse como medida de protección ante un ataque terrorista.
La administración Bush se está movilizando rápidamente para combatir cualquier posibilidad de agresión. En el caso de un ataque con el virus de la viruela, el gobierno está tomando medidas que van desde la creación de millones de reservas de la vacuna, el desarrollo de un plan de cuarentena y negociaciones con grupos que desean que sus miembros sean vacunados.
La viruela es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa que se caracteriza por la erupción de pústulas y fiebre. Esta puede ser una eficaz arma bactereológica pues aunque no es tan mortal como el ántrax, se contagia rápidamente y puede provocar la muerte. Una de las preocupaciones de las autoridades es que la nueva generación de profesionales de LA medicina podría tener enormes dificultades para diagnosticar la enfermedad por no conocer sus síntomas ya que ésta fue erradicada hace varias décadas.
2. Ántrax
Descubridor: ROBERT KOCK (Clausthal 11.12.1843-Baden-Baden 27.5.1910)
Médico y bacteriólogo alemán quien en 1876 demostró por primera vez que un microorganismo vivo era el agente causante de una enfermedad infecciosa conocida como ántrax o carbunco. Kock fue Director del Instituto Imperial de enfermedades infecciosas de Berlín, es considerado uno de los fundadores de la moderna bacteriología. Desarrolló varios métodos de investigación. En 1882 descubrió el bacilo de la tuberculosis (bacilo de Koch) y logró cultivarlo fuera del organismo humano. En 1883 descubrió el vibrón colérico, agente causante del cólera, y más tarde el agente causante y el método de transmisión de la fiebre recurrente africana. Premio Nobel de medicina en 1905 por sus investigaciones sobre la tuberculosis.
Antrax o Carbunco
El Carbunco o Antrax es una epidemia de declaración obligatoria.Es una infección aguda causada por esporas del Bacillus anthracis, ataca a los vertebrados herbívoros pero puede atacar a los humanos cuando estos están expuestos a animales infectados. El Antrax se da principalmente en regiones agrícolas o por Antrax industrial, su inhalación es fatal. Es un proceso irreversible. El Antrax puede transmitirse por inhalación, puede atacar la piel y también adquirirse al consumir carne contaminada. Es muy raro hablar de animales contaminados en los Estados Unidos de América del Norte. Las esporas del Bacillus anthracis pueden vivir en el suelo por muchos años y resistir temperaturas de hasta 103 grados centígrados. SÍNTOMASEl Antrax se manifiesta en la expulsión de sangre a través de los orificios corporales, seguidos de la muerte repentina. En la piel se forma una pústula tras un periodo de incubación de 4 a 7 días que sufre después una inflamación purulenta. Es una afección muy parecida al resfriado común o a la neumonía tóxica. Produce nauceas, falta de apetito, vómito con sangre, fiebre, dolor abdominal, severa diarrea.
Identificacion, síntomas y prevencion de ANTHRAX -Identificación El ántrax es una enfermedad infecciosa aguda que normalmente afecta avertebrados salvajes y domésticos (ganado, ovejas, cabras, camellos,antílopes, y otros herbívoros), pero también puede afectar a humanos cuandose exponen a animales infectados o tejidos de animales infectados. -Formas clínicas del ántrax humano El ántrax humano tiene tres formas clínicas: cutánea, por inhalación, y gastrointestinal. El ántrax cutáneo resulta de la introducción de la espora a través de lapiel; el ántrax de la inhalación es a través del tracto respiratorio, y el ántrax gastrointestinal por ingestión. En el cutáneo primero se produce picor superficial en la zona donde se produce la penetración, seguido por una lesión que se vuelve papular, después vesicular y en 2-6 días desarrolla un chancro negro deprimido. El chancro normalmente se rodea por un edema de moderado a severo y muy extenso, a veces con vesículas secundarias pequeñas. Las infecciones no tratadas pueden extenderse a los nodos de la linfa regionales y al torrente sanguíneo con una septicemia aplastante. El ántrax cutáneo no tratado tiene una proporción de muertes entre el 5% y el 20%, pero con terapia antibiótica eficaz, ocurren pocas muertes. Los síntomas iniciales del ántrax por inhalación son apacibles y no específicos y pueden incluir fiebre, malestar y tos apacible o dolor del pecho; los síntomas agudos de dolor respiratorio, fiebre y shock aparecen en 3-5 días, produciéndose la muerte rápidamente después de esto. El ántrax intestinal es raro y más difícil reconocer. La confirmación de laboratorio se hace por aislamiento de B. anthracis de la sangre, lesiones superficiales, o las secreciones respiratorias mediante tinción con azul de metileno (M'Fadyean), o por cultivo o inoculación en ratones, o conejos. Se puede realizar la identificación rápida del organismo por immunodiagnóstico, ELISA y PCR. -Distribución El ántrax es una infección humana poco frecuente y esporádica en la mayoría de países industrializados. Es principalmente un riesgo profesional de obreros que procesan pelo o hueso, de veterinarios y agricultores. El ántrax humano es endémico en regiones agrícolas del mundo donde el ántrax en animales es común; éstos incluyen países en Sur y Centroamérica, Europa del sur y oriental, Asia y África. El ántrax es considerado un agente potencial en bioterrorismo y guerra biológica y, como tal, podría presentarse epidemiológicamente en circunstancias raras. -Modo de transmisión
Los modos de transmisión del ántrax en situaciones normales son: -El Cutáneo por contacto con tejidos de animales (ganado, oveja, cabras, caballos, cerdos y otros) infectados, por contacto con pelo contaminado, lana, o los productos fabricados con ellos, como tambores, cepillos o alfombras, o por contacto con tierra asociada con animales infectados. Los artículos y tierra contaminadas con esporas pueden seguir siendo infectivos durante décadas. -El ántrax por inhalación es el resultado de la inhalación de esporas en procesos industriales arriesgados, como curtir pieles y procesar lana. -El ántrax intestinal se debe a la ingestión de carne sin cocinar contaminada; no hay ninguna evidencia que la leche de los animales infectados transmita ántrax. La transmisión de persona a persona es muy rara. -Protocolo de vacunación
La vacuna sólo debe administrarse a los individuos saludables de 18 a 65 años de edad. No se sabe si la vacuna del ántrax puede causar daño fetal, y no deben vacunarse mujeres embarazadas. La inmunización consiste en tres inyecciones hipodérmicas cada dos semanas, seguidas por tres inyecciones hipodérmicas adicionales cada 6, 12, y 18 meses. Se exigen inyecciones de recuerdo anuales de la vacuna para mantener la inmunidad. Y genera una inmunidad cercana al 93% -Ántrax y guerra biológica. Las esporas del ántrax son al parecer una de las mejores opciones como armas para la guerra biológica Ya que pueden producirse fácilmente y ser guardadas en seco y permanecer almacenadas de forma viable durante décadas, se dispersan fácilmente por el aire y pueden ser inhaladas por tropas indefensas, permaneciendo en tierra durante muchos años. Irak, Rusia y otras diez naciones tienen capacidad para cargar esporas de B.anthracis en las armas. Las fuerzas militares de EEUU han sido han vacunadas recientemente contra el ántrax debido a la preocupación sobre la perspectiva del uso de esporas del ántrax. En un Manual de la Armada americana en la Medicina Operacional y Apoyo de la Flota. (U.S. Navy Manual on Operational Medicine and Fleet Support) se dan una serie de recomendaciones en caso de usarse el B. Anthracis como arma biológica. Se pensaba anteriormente que el Ántrax inhalado era casi 100% fatal a pesar del tratamiento antibiótico, particularmente si el tratamiento se empieza después de aparecer los síntomas. Un reciente estudio del Ejército obtuvo un tratamiento exitoso en monos con terapia antibiótica tras la exposición a las esporas del Ántrax. La terapia antibiótica se empezó un día después de la exposición. Este estudio implica que la terapia antibiótica puede ser útil en BW si se comienza poco después de realizado el ataque. -Peligros de un ataque con anthrax Una bomba atómica de 12.5 kilotones que explotara encima de una ciudad podría causar 80,000 muertes, sólo 100 kilogramos de esporas del ántrax podrían matar entre uno y tres millón de personas. Después de la Segunda Guerra mundial el desarrollo de armas biológicas asumió una prioridad relativamente baja. Pero los recientes adelantos en biotecnología han hecho posible la producción más eficaz de virus destructivos y bacterias. Los desarrollos de este tipo significan que la amenaza de armas biológicas es muy real en el mundo después de la guerra fría. Las armas biológicas podrían causar un gran conflicto, ya que son relativamente baratas además, su uso no esta siendo controlado actualmente por procedimientos de confirmación internacionales como aquellos que aplican, por ejemplo, a las armas nucleares. Este hecho quedó patente espantosamente en 1991 durante la Guerra del Golfo cuando Saddam Hussain preparó un programa ofensivo que usaba las esporas del ántrax y la toxina del botulinum que podrían usarse contra las Fuerzas Aliadas. Pero existe una manera segura para asegurar que estas armas terribles nunca se usen de nuevo. Siguiendo la tercera conferencia de la Convención de Armas Biológica de 1991, expertos gubernamentales dieron un mandato para desarrollar un protocolo de la confirmación legal llegando a un acuerdo que aplicaría cada uno de los 133 estados de que participaron en la Convención. -Defensas contra las Armas Biológicas
Respirador o máscara de gas. Los filtros, normalmente están hechos de carbono activado, deben bloquear partículas más grande que una micra. También es aconsejable proteger contra el contacto con heridas abiertas. Escudos protectores. Mejor en un cuarto cerrado, aislado con plástico o algún otro material del impermeable y ventilación con aire filtrado. Desinfección. Los desinfectantes tradicionales como formaldehído son eficaces para superficies. Vacunación. Debe ser para el agente específico. Algunos agentes requieren varias inoculaciones encima de un periodo extendido antes de inmunidad se confiere. Para muchos agentes, ninguna vacuna está disponible. Antibióticos. Eficaz contra algunos pero no todos los agentes bacterianos (y no eficaz contra los virus). Para algunas bacterias susceptibles, la terapia antibiótica debe empezar después de unas horas de exposición, antes de aparecer los síntomas. Sistemas de descubrimiento. Unidades de campo rudimentarias. Actualmente disponibles para algunos agentes específicos.
1. ¿Cambió el mundo después del 11 de septiembre?
¿Ha cambiado el mundo después del 11 de septiembre? Para los habitantes de países en vías de desarrollo parece que no. Como siempre, en tiempos de crisis internacional, ellos sufren más que los otros.
Las imágenes del desplome de las torres gemelas en Nueva York se han visto en el mundo entero, también en los países más pobres. Sin embargo, Paul Hoebink, investigador del Centro para Desarrollo Internacional de la Universidad holandesa de Nimega, dice que los acontecimientos del 11 de septiembre no impresionan demasiado a los ciudadanos de los países en vías del desarrollo. Hoebink afirma que todo el mundo ha visto las imágenes de los atentados, pero cuando hay que luchar por el pan de cada día, se trata de un acontecimiento muy lejano para ellos. El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, advirtió poco después de los atentados que la pobreza en los países en vías de desarrollo aumentaría. Sobre todo aquellos que exportan materia prima sufren las consecuencias. El valor de esos productos ya era bajo, pero después del 11 de septiembre, su precio ha tocado fondo. Los países en cuestión dependen en gran medida de los mercados en Europa y Estados Unidos. Si el consumo en los países ricos disminuye, los países pobres - como suministradores de materia prima – son los primeros en sufrir las consecuencias.
Además de ello, existe el temor de que la ayuda norteamericana a estos pueblos disminuya en un futuro próximo, ya que Estados Unidos ha prometido más ayuda a países como Afganistán y Pakistán. Los africanos, por ejemplo, temen que ello vaya en detrimento de una eventual ayuda para ellos. Después del 11 de septiembre también ha cambiado el carácter político de la ayuda al desarrollo. Después de la guerra fría se consideraba el buen gobierno como una condición indispensable para otorgar ayuda. No era tan importante cuál era la ideología de los dirigentes políticos que gobernaban un país. Dictadores de Corea del Norte y Vietnam del Sur han recibido mucha ayuda de Estados Unidos en la lucha contra el comunismo. A principios de los años noventa se prestaba más atención a los derechos humanos y la democratización. Hoebink dice que todo parece indicar que ahora se hace nuevamente caso omiso de estos principios y que la única condición para la ayuda es el apoyo a la coalición contra el terrorismo. Hoebink opina que Occidente pierde así su credibilidad. El investigador holandés señala que sólo la desaparición de la pobreza hará un mundo más seguro. Por consiguiente los norteamericanos harían mejor en concentrarse – después del ataque contra el terrorismo – en la lucha contra la pobreza en el mundo. Pero, cabe preguntarse si Estados Unidos está dispuesto a ello.
2. Una derrota estratégica en medio del triunfalismo
¿Puede una nación de porte económico medio e insignificante peso militar – o una pequeña coalición de naciones con similares características – imponer una derrota estratégica a los intereses del gobierno de Estados Unidos? No solo puede sino que acaba de hacerlo.
Por supuesto no nos referimos a Afganistán donde la super-potencia intenta reafirmar su poder sobre el mundo; su capacidad de intervenir militarmente en cualquier lugar, poner y sacar gobiernos, destruir viejas alianzas y construir otras; manipular sectores de la población a su antojo, ordenar comportamientos y dictar leyes de obediencia universal; imponer la justicia sumaria mediante tribunales militares, etc. Todo ello con la cooperación de la vieja Europa, la sumisión de sus ex rivales y la obediencia de quienes no saben hacer otra cosa. Y decimos "intenta reafirmar" y no simplemente "reafirma" porque aunque algunos crean que desde el 11 de setiembre el planeta se convirtió exclusivamente en un teatro global de operaciones antiterroristas, felizmente subsisten otros espacios y otras luchas de carácter internacional donde la razón y las leyes no las impone el que tiene mas aviones y más bombas. Aunque ocurrió en Doha – Qatar -, es decir dentro de la región mas convulsionada del mundo, el acontecimiento no tuvo mayor repercusión, en parte porque coincidió con la entrada de la Alianza del Norte en Kabul, en parte porque la actual razón de ser de los grandes medios de comunicación social es anunciar las victorias contra "el terror" (aunque mueran inocentes como en las torres gemelas) y no los reveses sufridos por el poder estadounidense en otros campos. En esa pequeña localidad, después de una maratónica sesión final – que se extendió un día mas de lo previsto – la 4ta. reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) aprobó una declaración política en la que se reconoce que la salud publica tiene primacía sobre el Acuerdo de Propiedad Intelectual.
En el caso de los medicamentos, "los países tienen el derecho de aplicar licencias compulsivas (quiebra de patentes) y la libertad de determinar los justificativos para tal acción". En la practica esto significa que, no solo en el caso del SIDA, sino de otras enfermedades como tuberculosis o malaria, si las multinacionales farmacéuticas pretenden continuar lucrando con ellas mediante precios por encima de las posibilidades económicas de los pacientes, los Estados o los laboratorios nacionales quedan autorizados a fabricar los mismos medicamentos – a un precio menor – sin reconocer ningún derecho de patente.
Y sin exponerse al riesgo de demandas judiciales posteriores.
Para ello, cada gobierno deberá determinar la existencia de una emergencia o una crisis nacional de salud. La actual tasa de alrededor de 14 millones de personas que mueren anualmente por falta de acceso a los medicamentos adecuados – según las organizaciones no gubernamentales Oxfam, Médicos sin Fronteras y la Red del Tercer Mundo – podrá reducirse en la medida en que esos medicamentos sean sustituidos por "genéricos" con precios considerablemente más baratos.
Identificada y jaqueada por las ONG's. y los activistas "anti-globalización" como un foro para la defensa de los países y empresas mas poderosas contra las exigencias de justicia de los menos favorecidos, la OMC no pudo evitar el fracaso de la ultima ronda de negociaciones, en Seattle.
Esta vez, ante la amenaza de salir de Doha sin el consenso necesario para la agenda de una nueva ronda, a iniciarse el próximo año, los "grandes" – Estados Unidos y la Unión Europea – tuvieron que ceder en varios puntos.
¡Y, por primera vez los representantes de los 142 países participantes hicieron suya la firme posición de Brasil y África del Sur – dos naciones del llamado "Tercer Mundo", sin armas nucleares y sin delirios hegemónicos – en contra de los intereses de las grandes multinacionales, representados y defendidos por el poder norteamericano! Las dos partes de la explicación.
En cambio, no es la primera vez que los protagonistas de un conflicto bélico internacional pretenden dividir al resto de la humanidad entre "amigos" y "enemigos", negando así el legitimo derecho de muchos de estar "en contra" de la guerra" o "en contra" de todos los contendientes.
Por eso, la posibilidad de que cualquier constatación objetiva – como cierto cambio de actitud del gobierno de Estados Unidos respecto del conflicto palestino-israelí o la enérgica y abierta intervención estatal en contra de todo el discurso de libre empresa y libre mercado, inmediatamente después del 11 de setiembre – pueda ser (mal) interpretada como una apología a los atentados de ese día, es un riesgo calculado y asumido.
En este marco de las constataciones objetivas se inscribe, también, una parte de la explicación de la derrota de Estados Unidos en la OMC: después de haber presionado a la Bayer para que redujera el precio de venta de su antibiótico "Sipro" – la principal defensa de la salud publica de Estados Unidos frente a los ataques con ántrax – el gobierno de ese país se quedo sin argumentos ni autoridad para continuar rechazando la reivindicación de Brasil y Sudáfrica.
La otra parte es mérito indiscutible de los gobiernos de esos dos países – en el caso de Brasil muy especialmente de su ministro de Salud, José Serra – y de todas las naciones que, finalmente, comprendieron la necesidad de colocar el bien común, la salud y la vida de sus pueblos, por encima de los intereses particulares, por poderosos que estos sean.
Las lecciones de DohaLas lecciones de Doha son demasiado importantes como para que queden sepultadas bajo los escombros del WTC o entre las ruinas de Masar-i-Sharif y Kandahar.
La primera es que, aun en las peores circunstancias, en medio de un contexto internacional dominado por la consiga "conmigo o contra mí", con un margen de maniobra para las posiciones soberanas, independientes y dignas reducido a su mínima expresión ¡si se puede! condenar el terrorismo sin por ello renunciar a las legitimas reivindicaciones nacionales y populares. Y ¡si se puede! hacerlas valer.
La segunda tiene que ver con los métodos. Con el empleo de los métodos de "nuestra" civilización, es decir la de la humanidad, con aportaciones de todas las razas, todos los credos, todos los puntos cardinales: la confrontación de ideas, la acumulación de fuerzas sociales, nacionales e internacionales, la negociación política y diplomática, en contraposición a la barbarie de la violencia y la guerra. O ¿ acaso hubiese sido más útil un bombazo contra la sede de la OMC?
La tercera – y tal vez la más importante – es que el verdadero poder no surge del canon de los fusiles sino de la correspondencia entre las necesidades y aspiraciones de la sociedad civil (bienestar, paz, respeto de las libertades y los derechos humanos) ,y las políticas públicas. Cuando ambos niveles entran en sintonía, como ocurre en Brasil en el caso de los medicamentos contra el SIDA – el único país que los distribuye gratuitamente – ese consenso es prácticamente indestructible. Y la razón que lo anima, tarde o temprano, prevalece.
j. Las cifras de desaparecidos, por países
1. Es imposible contarlos
Un buen número de países ha elaborado ya sus propias listas de desaparecidos con las cifras de ciudadanos que se encuentran en paradero desconocido tras los atentados terroristas en Nueva York y Washington del pasado día 11.
PAIS | DESAPARECIDOS | MUERTOS |
Alemania | 96 | Cuatro |
Argentina | 5 | |
Australia | 55 | Tres |
Austria | 26 | Uno |
Bahamas | 1 | |
Bangladesh | 55 | |
Barbados | 3 | |
Bélgica | 5 | |
Belice | 4 | |
Brasil | 8 | |
Canadá | 55 | |
Colombia | 18 | 4 |
Corea del Sur | 30 | |
Chile | 131 | 2 |
China | 4 | |
Dinamarca | 1 | |
Ecuador | 12 | 12 |
Egipto | 4 | |
España | 1 | |
Filipinas | 115 | 12 |
Finlandia | 50 | |
Francia | 10 | |
Grecia | 30-50 | |
Guatemala | 6 | 5 |
Holanda | 400 | 3 |
Honduras | 7 | 1 |
India | 250 | |
Indonesia | 1 | |
Irán | 5 | |
Irlanda | 40 | 4 |
Israel | 133 | |
Italia | 38 (29 heridos de nombre italiano pero no se conoce su nacionalidad) | |
Jamaica | 7 | |
Japón | 23 | |
Jordania | 2 | 1 |
Kenia | 1 | |
Líbano | 4 (uno de ellos puede ser un secuestrador) | |
Mexico | 17 | |
Nicaragua | 1 | |
Nigeria | 94 (no oficial) | |
Panamá | 3 | |
Paraguay | 1 | |
Perú | 3 | 1 |
Polonia | 30 | |
Portugal | 4 | |
R. Checa | 10 | |
R. Dominicana | 25 | 1 |
Reino Unido | 200-300 | |
Rusia | 96 | |
El Salvador | 100 desaparecidos | |
Suiza | 100 | 6 |
Taiwan | 7 | |
Uruguay | 14 | |
Venezuela | 3 | |
Yemen | 8 |
Autor:
Alcoser Serrano Paco Junior
Abanderado de la Academia Naval Guayaquil (Ecuador)
Ganador de algunos Concursos de Oratoria
Excelentes puestos en Concursos de Matemáticas
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |