- Resumen del trabajo
- Inicio de la amistad
- En la Sierra Maestra
- La Revolución cubana
- Otras tierras del mundo
- Muerte del Che
- Bibliografía
- Anexos
En medio de la globalización neoliberal imperante en el mundo actual, los medios de información (a veces de desinformación) se pliegan, en su mayoría, a los designios del imperio. Cuba es blanco frecuente de intrigas y calumnias, y dentro de ella sus líderes revolucionarios. El Che ha sido uno de los más atacados por la propaganda reaccionaria y ultraderechista con el objetivo de aminorar su grandeza y de asesinar sus ideas como asesinaron su cuerpo; pero no lo logran.
Trabajos como este se imponen en la lucha por la verdad, por demostrar cuales fueron realmente los hechos y valorarlos en su contexto histórico. La idea del mismo es demostrar que entre Fidel y el Che, amén de la sucia propaganda que circula por el mundo, no hubo sino la más profunda y sincera amistad. Para ello se hace un recuento desde que se conocieron en México hasta que se trajeron los restos del Guerrillero Heroico desde Bolivia en 1997; profundizando en aspectos de interés en los que se encuentra argumentos para afirmar la confianza que se tenían el uno al otro. El trabajo refresca además episodios de la lucha por la liberación en Cuba y de la propia Revolución, así como valoraciones hechas por Fidel o el Che de los mismos con el objetivo de demostrar la igualdad de criterio e ideales que existió y existe entre ellos.
Recoge además algunos desagradables escritos, que aunque no tienen ningún fundamento, se hace necesario ilustrar con ellos alguna de la propaganda anticomunista y de desinformación que circula en medio masivos como la Internet.
Es de destacar que el cúmulo de información a la que se hace referencia, pues se trató que la historia quedara contada en voz de los propios partícipes de ella. Para lo cual se consultaron cartas, escritos o discursos fundamentalmente de autoría de Fidel y el Che.
Palabras claves: Fidel Castro, Che Guevara
Temáticas sugeridas: Historia, Política, Biografías.
La agresión neoliberal, banalizante, uniformada y hegemonista, que nos asiste, intensifica el tradicional enfoque y primermundista, que intenta tergiversar sistemáticamente la historia y la realidad de nuestros pueblos. El imperio de los medios de información, a veces de desinformación, maneja los sucesos del pasado y el presente al antojo de sus intereses: el dinero, el poder…
Estos monopolios que atentan contra la cultura de liberación y los valores de los pueblos mantienen fuego abierto constantemente a cualquier movimiento izquierdista, a las revoluciones, a sus líderes. Cuba es blanco favorito de sus ataques: "Para el noventa y ocho por ciento de la prensa en el mundo, decir algo que mínimamente favorezca o le dé la razón a la Revolución Cubana, es un pecado que llegan a sentir como traición a la conciencia. Cuba es rentable por sus pecados, sean reales o no".
De intrigas y calumnias a muchas figuras han rodeado, pero quizás a ninguna como al Che. La prensa ha intentado asesinar las ideas del Che, después de su asesinato físico. La mayoría de los artículos de esta índole se centran en opacar su figura haciendo parecer que constituye un mito, una leyenda "que fue construida sistemáticamente por la prensa al servicio de las izquierdas". También plantean que "Guevara fue un apóstol de la violencia", " fue la negación de la paz".
Respecto a su muerte trataron de representarlo de forma tal que luciera derrotado para que el mundo pensara que con él morían sus ideas, cuando sabemos que tan sólo mirando la foto del cadáver que publicaron los órganos de prensa, el Che irradiaba la dignidad y serenidad de siempre. Otra infamia manejada es que la decisión de abandonar Cuba y emprender la acción revolucionaria en Bolivia, fue consecuencia de que "era una presencia incómoda en La Habana" debido a sus discrepancias con la URSS y Fidel.
El fracaso de la guerrilla boliviana y la muerte del Che pretenden explicarlo por "haber sido traicionados (los guerrilleros) y vendidos por Fidel en Bolivia". De desmentir estas dos últimas patrañas, fundamentalmente, se trata este trabajo.
En todos los capítulos se hacen referencias, ya que se trata de un tema muy polémico, a una buena cantidad de entrevistas, discursos, cartas y otros artículos con autorías del Che y Fidel, fundamentalmente. Esto ha sido posible porque perseguimos un objetivo: Demostrar la verdad y rebatir la mentira.
"Si alguna vez se hiciera una compilación acerca de la amistad, sin duda habría que situar en la cima la que sostuvieron Fidel y Che, pues pocas historias podrían reflejar de una manera tan íntegra la relación existente entre estos dos grandes hombres a lo largo de más de una década, basada en la lucha por las más nobles causas, en los principios, la lealtad, el respeto y la admiración mutuos. Poco expresivos, como alguna que otra vez ambos confesaron, solo sus más íntimos podrían sustentar tal afirmación, o acaso, entresacarla de cartas cruzadas entre sí o con otros, de la lectura de documentos, de discursos o de alguna entrevista que, por suerte, abordara el tema.., pues tiene la extraordinaria virtud de entregarnos el retrato vivo del hombre que hoy recordamos, delineado por los sentimientos más profundos del amigo… y hace innecesaria cualquier presentación".
"Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos."
Che
Ernesto Guevara, al graduarse de médico en 1953, inicia su segundo viaje por América Latina, y es en este viaje en que llega a Guatemala en 1954, en éste ejercita sus primeras armas revolucionarias, oponiéndose a los planes de la CIA contra el pueblo guatemalteco. Allí conoce al cubano Ñico López, con el cual se informa de lo sucedido en Cuba el 26 de julio de 1953 y de las acciones posteriores del Movimiento 26 de Julio (M-26-7).
Al ser derrocado el gobierno de Jacobo Arbenz, Ernesto emigró a México, donde se reencuentra con Ñico y éste le presenta a un camarada del quien le han hablado antes, Raúl Castro, recién llegado de La Habana. Entre Raúl y Ernesto el entendimiento es inmediato. Raúl tiene las ideas muy claras sobre la necesidad de una revolución armada, sobre el imperialismo estadounidense, sobre la inutilidad de las elecciones trucadas. Ernesto está encantado; están de acuerdo en todo. Los dos muchachos se hacen pronto inseparables. Se ven casi todos los días. Raúl cuenta la historia del asalto al cuartel Moncada. Le habla de su hermano Fidel, que pronto se verá obligado a exiliarse pues su vida corre peligro en Cuba.
Fidel llega a México el 8 de julio de 1955. Y lo hace sin solicitar asilo político en la embajada de México, sino con un visado de turista y se instala en un hotelito barato. Organiza enseguida su cuartel general en casa de María Antonia González, una cubana que es la providencia de todos los refugiados políticos de Cuba y cuyo hermano murió torturado por los esbirros de Batista. En su casa, Raúl presenta su hermano al amigo argentino.
Entre Fidel y el Che el flechazo es total y reciproco. Su primera cara a cara dura diez horas seguidas.
En esa fría noche mexicana, el encuentro con Fidel marcaría el destino del joven médico argentino. Al concluir la reunión, la madrugada los encontró intercambiando análisis y opiniones, Ernesto Guevara ya formaba parte de la expedición revolucionaria que desembarcaría en Cuba para derribar a la tiranía de Fulgencio Batista.
Fidel queda seducido por aquel muchacho inteligente con aire de estudiante que se muestra tal cual es, transparente en su deseo de revolución. De aquellos momentos Fidel reconocerá:
"El Che era de aquellos por quienes todo el mundo sentía inmediatamente afecto, a causa de su sencillez, de su carácter, de su naturalidad, de su espíritu de camaradería, de su personalidad, de su originalidad.(…) No necesitamos mucho tiempo para ponernos de acuerdo y aceptarle en nuestra expedición".
" […] Era estudioso del marxismo-leninismo, autodidacta, muy estudioso, era un convencido. Y la vida lo fue enseñando […], así que cuando nosotros nos encontramos con el Che, ya era un revolucionario formado; además, un gran talento, una gran inteligencia, una gran capacidad teórica.[…]".
Para Ernesto, el inmenso mérito de Fidel es el de haber superado el discurso, empuñando el fusil, organizando un ataque con un pequeño ejército, conocido la amargura pero tonificante experiencia de la cárcel. Y he aquí que aquel hombre generoso, muy poco común, le ofrece la posibilidad de entrar también en guerra.
En carta a sus padres el Che expresaba:
"[…] En tierra azteca me volví a encontrar con algunos elementos del 26 de Julio que yo había conocido en Guatemala y trabé amistad con Raúl Castro, el hermano menor de Fidel. El me presentó al jefe del Movimiento cuando ya estaban planeando la invasión a Cuba.[…] Charlé con Fidel toda una noche. Y al amanecer ya era el médico de su futura expedición. En realidad, después de la experiencia vivida a través de mis caminatas por toda Latinoamérica y del remate de Guatemala, no hacía falta mucho para incitarme a entrar en cualquier revolución contra un tirano, pero Fidel me impresionó como un hombre extraordinario. Las cosas más imposibles eran las que encaraba y resolvía. Tenía una fe excepcional en que una vez que saliese hacia Cuba, iba a llegar. Que una vez llegado iba a pelear. Y que peleando, iba a ganar. Compartí su optimismo. Había que hacer, que luchar, que concretar. Que dejar de llorar, y pelear. Y para demostrarle al pueblo de su patria que podía tener fe en él, porque lo que decía lo hacía, lanzó su famoso: en el 56 seremos libres o seremos mártires y anunció que antes de terminar ese año iba a desembarcar en un lugar de Cuba al frente de su ejército expedicionario".
Al salir de aquella noche memorable, la primera cosa que Ernesto le contó a Hilda es el extraordinario afecto que le ha producido el hermano de Raúl. "Tenía razón Ñico en Guatemala cuando nos dijo que si algo bueno se ha producido en Cuba desde Martí, es Fidel Castro; él hará la revolución. Concordamos perfectamente… sólo a una persona como él estaría dispuesto a ayudarle en todo". En sus Recuerdos de la guerra revolucionaria dirá: "La veía (la posibilidad de triunfo) muy dudosa al enrolarme con el comandante rebelde, al cual me ligaba, desde el principio, un lazo de romántica simpatía aventurera y la consideración de que valía la pena morir en una playa extranjera por un ideal tan puro."
Ernesto y Fidel ya no se separarán. En México, a pesar de las mil actividades de cada uno de ellos, se ven dos o tres veces por semana, solos o con Raúl u otro moncadista. Estudian el proyecto, evalúan los riesgos, el coste, las necesidades logísticas.
A parte de los intereses de la lucha, entre ellos ha surgido una gran amistad, donde cada uno entra a formar parte de los amigos más íntimos del otro. A principios de agosto, Hilda descubre que está embarazada, motivo por el cual apresuran la boda de éstos para el 18 de agosto de 1955. Fidel no asiste a la boda por precaución, aunque sí lo hace Raúl. Tras la boda Ernesto demuestra su habilidad al preparar un buen asado al que todo mundo está invitado, comenzando por Fidel, que se les une.
Los planes de desembarco de la expedición constituían un proyecto de gran envergadura que requiere tiempo, paciencia y dinero; por tal motivo, Fidel parte en el mes de octubre hacia Estados Unidos para recolectar fondos entre la colonia de refugiados cubanos. Mientras tanto, Ernesto prosigue en el Hospital General sus consultas e investigaciones, cede a su compañero el trabajo de fotógrafo ambulante y cambia su trabajo por otro más rentable: vender libros a domicilio y a plazos.
Después del regreso de Fidel, éste se da el gusto de cocinar personalmente una cena de fiesta a la cubana para celebrar la Navidad, e invita personalmente al Che, quien ha entrado enseguida al primer círculo de sus amistades.
El 15 de febrero de 1956, Hilda da a luz una niña a la que llaman Hilda como su madre y Beatriz como la querida tía de Ernesto. El primero que acude a visitar esa maravilla es Fidel, que promete: "Esa niña se va a educar en Cuba".
En enero de 1956 empieza el entrenamiento de los combatientes que esperan liberar Cuba, De su larga gira por estados Unidos ha traído suficientes dólares para poner en marcha la nueva estrategia. Ahora pretende una lucha de guerrilla larga, apoyada en una población urbana y rural favorable a los guerrilleros. Pero es preciso formar, tanto moral como físicamente a los guerrilleros.
La noche del 20 de julio de 1956, al salir de una de las casas de refugio, acondicionadas para los combatientes del M-26-7, Fidel es detenido con dos compañeros más. Esa misma noche, una docena de miembros del equipo son hechos prisioneros. Al día siguiente detienen a Hilda, quieren saber, sobre todo, donde está el señor Guevara, sospechoso de relaciones comunistas. En Santa Rosa son detenidos otros 13 compañeros, entre ellos, Ernesto. Logran escapar Raúl Castro y un pequeño grupo que se encarga de ocultar las armas tras una colina vecina.
La detención del líder Fidel Castro, algunos expedicionarios y simpatizantes, provocó un revuelo en la prensa internacional. Siguieron días de incertidumbre para los prisioneros, sobre todo para el Che. Su origen argentino, la condición de residente ilegal en México y los cargos que pesaban sobre él, lo ponían con un pie en el avión que lo deportaría a su patria.
La estancia en la cárcel refuerza más los vínculos de amistad nacidos en el campamento de Santa Rosa y la estima de los cubanos por aquel compañero llegado de otra parte, al que Fidel hace dormir junto a él, que habla con un extraño acento, se prepara extrañas infusiones (el Mate), se pasea con el torso desnudo y es tan sencillo, servicial y devoto de su causa.
"(…) Aquello demoró el inicio de la última parte de la primera etapa. Hubo quiénes estuvieron en prisión cincuenta y siete días, contados uno a uno, con la amenaza perenne de la extradición sobre nuestras cabezas (…) Pero en ningún momento perdimos nuestra confianza en Fidel Castro. (…) Recuerdo que le expuse específicamente mi caso: un extranjero, ilegal en México, con toda una serie de cargos encima. Le dije que no debía de manera alguna pararse por mí la revolución, y que podía dejarme (…). También recuerdo la respuesta tajante de Fidel:- ´ Yo no te abandono’ (…) Esas actitudes personales de Fidel con la gente que aprecia son la clave del fanatismo que crea a su alrededor, donde se suma a una adhesión de principios, una adhesión personal.."
Liberados, volvieron a la clandestinidad y a la preparación de la salida hacia Cuba. La confirmación de la existencia de un traidor entre sus filas, aceleró las actividades de aprovisionamiento y puesta en condiciones del yate Granma.
El largo derrotero geográfico y político de Ernesto Guevara de la Serna, encontraba su destino y el campo en el que sembrar las ideas que maduraban en su interior.
En carta escrita a sus padres desde México, expresa:"…Eso es una síntesis de los acontecimientos pasados; los futuros se dividen en dos: los mediatos y los inmediatos. De los mediatos, les diré, mi futuro está ligado a la revolución cubana. O triunfo con ésta o muero allá (…)"
"…La invasión desde la Sierra Maestra, a través de inmensas y desprotegidos llanos, y la toma de la Ciudad de Santa Clara con unos pocos hombres, dan testimonios entre otras acciones de las proezas de que era capaz…"
Fidel.
La expedición del Granma estuvo sometida a una serie de contratiempos durante la travesía, que demoraron el viaje, por lo que no coincidió el desembarco con el alzamiento de Santiago. El arribo a las costas cubanas se efectuó en 2 de diciembre de 1956, por un lugar conocido como Belic, en la playa de Las Coloradas, en la costa sur de la antigua provincia de Oriente.
Después de atravesar varios kilómetros entre el mangle, el agua y el fango hasta la cintura, los 82 expedicionarios, hostigados por la aviación de Batista, llegan a tierra firme y no se encuentran con los hombres preparados para recibirlos y auxiliarlos, ya que éstos se habían reintegrado a sus labores habituales debido al retraso de la expedición.
El bautismo de fuego, lo recibieron el día 5 de diciembre, en la madrugada. Los expedicionarios fueron sorprendidos en un lugar conocido por Alegría de Pío, donde resultaron heridos varios compañeros y tres muertos. El 8 de diciembre, sucede la jornada más trágica: Resultaron asesinados 17 combatientes. Este combate, aunque significó un amargo revés, no impidió el curso ulterior de la Revolución, e inició la lucha guerrillera.
Corría 1957 y el Ejército Rebelde, comandando por Fidel Castro, ganaba en organización. La lucha insurreccional contra las tropas del dictador Fulgencio Batista, quien entonces gobernaba Cuba, exigía de las fuerzas libertadoras mayor movilidad y despliegue. Por ese motivo, el alto mando del ejército decide formar una nueva columna y poner al frente, con el grado de capitán, a Ernesto Guevara.
El destacamento lo integraban 75 hombres, la mayoría sin armas, mal vestidos, y con muy poca preparación militar. Sin embargo, luego de una práctica de tiro en la que sólo un guerrillero dio en el blanco, Che dijo: -"Tengo a la gente lista para el combate".
Eran días difíciles para el Ejército Rebelde. Había fracasado la posible apertura de un segundo frente en la Sierra Cristal y habían sido asesinados Floro Bistel, Salvador Pascual y Josué País, tres valerosos combatientes, en Santiago de Cuba. Por tal motivo, Fidel envía a Frank País – hermano de Josué y uno de los dirigentes del movimiento insurreccional en la ciudad- una carta en la que se manifiesta el dolor por la muerte de los compañeros caídos, la cual iba rubricada por los oficiales del Ejército.
Cuando estaban poniendo los grados de los oficiales, Fidel ordenó ponerle al Che "comandante", al lado de su firma.
"De ese modo informal y casi de soslayo -recordaría el Che-, quedé nombrado comandante de la segunda columna del Ejército Guerrillero, la que se llamaría número 4 posteriormente… La dosis de vanidad que todos tenemos dentro hizo que me sintiera el hombre más orgulloso de la Tierra ese día. El símbolo de mi nombramiento, una pequeña estrella, me fue dado por Celia, junto con uno de los relojes de pulsera que habían encargado a Manzanillo".
Su pujanza y visión combativa, el respeto que por él sentía la tropa, su extraordinario valor y capacidad para educar a los nuevos soldados, determinaron que Fidel depositara en el guerrillero argentino-cubano tan importante responsabilidad.
"Fue así como se ganó los grados de Comandante y jefe de la segunda columna que se organizara en la Sierra Maestra; fue así como comenzó a crecer su prestigio, como comenzó a adquirir su forma de magnífico combatiente que hubo de llevar a los grados más altos en el transcurso de la guerra", manifestó años más tarde el Comandante en Jefe
La recién creada Columna 4 se estableció en la región de El Hombrito, en el occidente de la Sierra Maestra, para desde allí lanzar sus operaciones contra el ejército batistiano. Fidel le confía la tarea al recién nombrado Comandante:
"(…) Había que prepararse para festejar dignamente la fecha gloriosa, 26 de julio, que se aproximaba y Fidel me dio mano libre para hacer lo que pudiera, pero con prudencia. (…)Era necesario demostrar que vivíamos, pues nos habían dado algunos golpes en el llano (…)"
Tras el fracaso de la huelga de abril de 1958, el 3 de mayo en los Altos de Monpié, se realizó una reunión decisiva en la Sierra para reestructurar la estrategia revolucionaria y analizar las causas y consecuencias de la mal lograda huelga. El Che asiste a ésta reunión:
"(…) Aunque yo no pertenecía a la Dirección Nacional, fui invitado a participar en ella a instancias de los compañeros Faustino Pérez y René Ramos Latour (…) La reunión fue tensa, dado que había que juzgar la actuación de los compañeros del Llano , que hasta ese momento, en la práctica, había conducido los asuntos del 26 de Julio. En esa reunión se tomaron decisiones en las que primó la autoridad moral de Fidel, su indiscutible prestigio y el convencimiento de la mayoría de los revolucionarios allí presentes de los errores de apreciación cometidos." Después del fracaso de la huelga, Batista, eufórico lanza una ofensiva llamada "F.F." (Fin de Fidel). Esta campaña duró dos meses y medio de combates diarios y quedó frenada por un secuestro de 49 ciudadanos norteamericanos, ingenieros y soldados, dirigido y por iniciativa de Raúl, que posteriormente fueron entregados a la Embajada de Estados Unidos con el compromiso de que cesaran los bombardeos.
Durante aquellas diez semanas, el Che se movió como nunca, atento sobre todo a proteger a Fidel. No dejó de acudir de una urgencia a otra, respondiendo a los muchos mensajes que le mandó Fidel. Consigue lo imposible, obtiene de sus tropas pasmosas hazañas, llevándolas a veces hasta el límite del agotamiento.
En la reunión de Monpié, se abordó, además, el asunto de los códigos secretos. Luis Buch sería el encargado de los contactos políticos en el exilio y el único poseedor de las claves en el extranjero. Al día siguiente de la reunión fue el Che el que confeccionó una clave para cifrar los mensajes hacia otros países: "Con la paciencia que lo caracterizaba terminó el original del código y sacó una copia. Cuando partimos yo llevaba el duplicado del código y el original se quedó en la Sierra", evocó Buch.
De la etapa transcurrida en la Sierra Maestra, queremos profundizar en algunos aspectos, que pueden ayudar a comprender aparentes incomprensiones entre Fidel y el Che. Ya se ha mencionado acerca de la formación marxista del Che, considerado un comunista por el resto de sus compañeros; Fidel en cambio, comprendía perfectamente que, en medio del ambiente macartista y anticomunista que reinaba en su país (Cuba) y en el mundo, era un absurdo hacer declaraciones de fe marxista-leninista. No había que hacer declaraciones, había que actuar y demostrar lo justo de sus planteamientos revolucionarios. El Che quizás, en ese entonces, no conocía el pensamiento más profundo de Fidel.
Al respecto nos parece significativo recordar que el Che estuvo un tiempo convencido de que Fidel había apoyado el Pacto de Miami (…) y que se trataba de un líder burgués radical. Veamos lo que escribía a Daniel (René Ramos Latour) –dirigente urbano del Movimiento 26 de Julio- en diciembre de 1957, cuando ya Fidel se había manifestado públicamente contra el mencionado pacto:
"…Consideré siempre a Fidel como un auténtico líder de la burguesía de izquierda, aunque su figura está realzada por cualidades personales de extraordinaria brillantez que lo colocan muy por arriba de su clase. Con ese espíritu inicié la lucha: Honradamente sin esperanzas de ir más allá de la liberación del país, dispuesto a irme cuando las condiciones de la lucha posterior giraran hacia la derecha (…) toda la acción del Movimiento. Lo que nunca pensé es el cambio tan radical que dio Fidel en sus planteamientos con el Pacto de Miami. Pareciéndome imposible lo que después supe, es decir, que se tergiversaba así la voluntad de quien es auténtico líder y motor único del Movimiento, pensé lo que me avergüenzo de haber pensado".
Sólo conociendo este documento pueden entenderse algunas palabras de la carta de despedida del Che a Fidel antes de marcharse de Cuba. Allí escribe el párrafo siguiente:
"Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario".
En entrevista realizada a Fidel, éste responde a la pregunta:
¿Por qué en su carta de despedida la referencia a no haber reconocido antes la calidad de líder de Fidel?
"¿A qué se puede deber esto? Primero, Che era muy callado; él no era expresivo, no expresaba esas cosas. Sentía las cosas, pero no las decía. Incluso por ahí han aparecido algunos versos muy fraternales que él escribió sobre mí; alguien los recordó. El, naturalmente, era un poco escéptico con relación a América Latina, a los políticos latinoamericanos, y él puede haber pensado que tal vez nuestra Revolución podía terminar como terminaban otras revoluciones. Pero en realidad nunca me dio la menor impresión de dudas. Siempre fue extraordinariamente fraternal y respetuoso conmigo. Podía tener un poco de desconfianza del Movimiento, puede haber visto que nuestro Movimiento era heterogéneo, que había gente de muchos sectores diferentes. El ya tenía una buena formación revolucionaria, una buena formación marxista, era muy estudioso. Se había graduado de médico, hacía investigaciones, era muy riguroso en el estudio de las cuestiones del marxismo, y era en ese sentido un poco escéptico. Yo creo que si él escribió eso debe haber sido un exceso de honradez, porque en realidad yo tuve que actuar, muchas veces tuve que coordinar muchos factores, tuve que fomentar la unidad por encima de la reserva que unos compañeros y otros se tenían, tener paciencia en mis relaciones con ellos. Para Che, que era impulsivo, muy valiente, muy audaz y a veces temerario, tuve siempre consideraciones especiales.
Se convirtió en uno de los más singulares ejemplos de combatiente y de revolucionario Che se convirtió en un gran símbolo para el mundo entero, del hombre ejemplar, revolucionario, heroico. Se convirtió, yo diría, en uno de los más singulares ejemplos de combatiente y de revolucionario del Tercer Mundo, e incluso del mundo industrializado. Y no era injustificada esa idea y esa imagen que se hiciera del Che".
LA REVOLUCION CUBANA
"…Tengo la más profunda convicción que si se ignora ese pensamiento, difícilmente se pueda llegar muy lejos, difícilmente se pueda llegar al socialismo verdadero (…) estoy absolutamente convencido de que ignorar esas ideas sería un crimen".
Fidel
Una gran proeza, hecha por el Che, que respondía a las órdenes de Fidel de extender la lucha armada al occidente, fue sin duda la invasión a las Villas.
El 3 de agosto de 1958, desde las Mercedes, sale la Columna No. 8 "Ciro Redondo", bajo el mando del Comandante Ernesto Che Guevara. Cruzaron la Provincia de Camagüey y penetraron en las Villas a 45 días de su salida, luego de una heroica marcha dando un golpe decisivo a la dictadura de esa región con la toma de Santa Clara. Acción en la que el Che demostró una vez más su habilidad como estratega. Mientras tanto el Ejército Rebelde ponía cerco en Santiago de Cuba. Con sus tropas desmoralizadas, al mando de una oficialidad corrompida e incapaz, con una ayuda yanqui que tampoco podía vencer al Ejército Revolucionario, el dictador Batista y sus cómplices huyeron del país llenos de pánico en la madrugada del primero de enero de 1959. El día 2 de enero el Che ocupa la fortaleza de La Cabaña.
El 9 de febrero de 1959, el Consejo de Ministros declara al Che, ciudadano cubano de nacimiento por sus extraordinarios méritos alcanzados en la lucha por la liberación. Ya hubo un precedente con el héroe nacional de la independencia, Máximo Gómez.
"Al triunfo de la Revolución, había muchas tareas que hacer de todas clases y problemas que resolver de todo tipo: políticos, de unión de fuerzas, problemas estatales, problemas de la economía, todo eso. Che, de quien nadie sabía qué tremendo soldado era, como te decía era el médico, y empieza a destacarse desde los primeros combates y termina siendo un gran jefe militar. Tanto él como Camilo cumplieron una función muy importante en la guerra, que fue la invasión del centro, en condiciones difíciles… Más tarde a Che se le asignó la responsabilidad del Ministerio de Industrias; trabajó con un gran método. Ejerció distintos cargos. Cada vez que hacía falta un hombre serio para un cargo importante, Che se prestaba para ese trabajo. Se le había nombrado con anterioridad Presidente del Banco Nacional en un momento en que aquellos técnicos, especialistas en bancos pero inconscientes políticamente, abandonaron el país y se fueron. Después se hicieron bromas y anécdotas, que si se había preguntado por un economista y que Che se ofreció y le preguntaron: "¿Tú eres economista?" "No, yo soy comunista". Porque empezaba esta lucha dentro del país, y los elementos de derecha acusaban a Che de comunista y todo ese tipo de cosas. Pero Che siempre tuvo una gran autoridad. Cada una de las tareas que se le dio la cumplió estrictamente, con brillantez, trabajó mucho, adquirió sus propias experiencias de la construcción del socialismo en la industria nacionalizada, en la organización de la producción, en los controles de la producción, en el trabajo voluntario; fue uno de los pioneros en el trabajo voluntario. En casi todas las actividades participó, era muy consecuente en todo lo que hacía y era ejemplo en todo lo que hacía. Muchas de las ideas del Che, ¡muchas de las ideas del Che!, tienen una gran vigencia".
La ley más importante que llevaría a cabo la Revolución, y que estaba planteado en el programa del Moncada era la Ley de Reforma Agraria. Por tal motivo se crea a la par del Gobierno Revolucionario el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), presidido por Fidel. Al regreso del Che de una gira por algunos países del tercer mundo, Fidel le asigna la misión de Director del Departamento Industrial del INRA, puesto de segundo orden, pero de gran importancia porque desde el INRA se decide las nuevas inversiones en todos los sectores de la economía, desde la construcción de carreteras a la de alojamientos, concede los créditos, tanto al sector privado como al público.
El Che no es un experto, pero los expertos son escasos en Cuba. El nombramiento del Che es un discreto modo de hacerle entrar en el aparato del Estado, convirtiéndolo en realidad en su brazo derecho. Un número dos.
A mediados de febrero se comienza a elaborar la Ley de Reforma Agraria por una comisión que dirigía Fidel y de una manera muy discreta. El Che formaba parte de éste grupo y las reuniones se hacían siempre en su casa. Es de resaltar la confianza depositada en el Che al participar en la elaboración de un proyecto en que sólo un reducidísimo número de compañeros participaron.
En una de estas noches de reuniones se produjo un incidente en el que se discutía el límite máximo de tierras que establecería la ley; algunos compañeros, dentro de ellos Fidel, planteaban que debía ser de 30 caballerías, y los más conservadores, que debía ser de 100 caballerías, haciéndola menos radical. El ambiente fue caldeándose y de pronto Fidel se puso de pié y soltó esta afirmación electrizante: -"Pues yo, si fuera por mí, ¡nacionalizaba todas las tierras de Cuba!. El silencio acogió estas palabras. Los compañeros abismados, recordaron que la nacionalización, según el marxismo-leninismo sería la medida más drástica que podía adoptarse, y desde luego, todos sabían, incluso Fidel, que las condiciones históricas de Cuba no permitían dar ese paso. El Che asintiendo con la cabeza apoyaba la expresión de Fidel, viéndose quizás representado en sus ideales, y entre sonrisas, exclamó – "Bueno, Fidel, si por ti fuera… claro, y una cosa quiero decirte, si hay que subir otra vez a las lomas para pelear, desde luego, cuenta conmigo…" Se detuvo y entonces añadió: -"pero si no fuera necesario…" Una carcajada general disipó entonces la tensión.
La ley fue aprobada por el Consejo de Ministros y firmada en la Sierra Maestra el 17 de mayo de 1959.
El Che impulsaría, además, una segunda reforma agraria que, por ley de 13 de octubre de 1963, limitó la superficie máxima de las propiedades privadas a 5 caballerías (67 hectáreas). Hasta entonces los medianos propietarios que disponen de 67 a 400 hectáreas, suponen el 56% de las superficies cultivables. Ahora el 60% de las superficies son del Estado, lo que permite una mayor especialización de ciertas granjas en la producción azucarera.
A finales de mayo de 1960, el Che pide a las tres compañías petroleras instaladas en Cuba: Standard Oil y Texaco (EE.UU.) y Shell (angloholandesa) que deben refinar petróleo soviético y les comunica que el Estado cubano no está en condiciones de pagar una deuda de 50 millones de dólares. Las compañías se niegan y el 29 de junio, Fidel ordena la intervención de las tres multinacionales. La respuesta por parte de EE.UU. no se hace esperar: Pone fin a las compras de azúcar cubano para ese año (700.000 toneladas), cuando Cuba exportaba a ese país el 80% de su producción de azúcar.
Un mes más tarde de esa decisión, Fidel se encierra con el Che tres días y tres noches en las oficinas del INRA para preparar la respuesta: De allí salen los decretos de nacionalización del 7 de agosto de 1960. Se nacionalizan 36 grandes propiedades azucareras, la United Fruit, dos refinerías de petróleo (Esso y Texaco), las compañías eléctricas y de teléfonos… Todas pertenecientes a empresas estadounidenses. En total, más de 750 millones de dólares; las tres cuartas partes de los bienes que EE.UU. posee en la Isla. Las indemnizaciones son ilusorias al estar subordinadas a la compra anual de más de 3 millones de toneladas de azúcar a un precio fijado por encima de la cotización mundial.
A partir de este momento la CIA intentó eliminar a Fidel, Raúl y al Che, con la ayuda directa de la mafia. Tad Szule cuenta que en algunas comparecencias ante una comisión del Senado, el jefe de la división del hemisferio occidental de la CIA reconoció que "si los tres principales jefes no son eliminados de un solo golpe esta operación puede prolongarse y el actual gobierno sólo podrá ser derribado por el uso de la fuerza."
El 21 de febrero de 1961, Fidel transforma el Departamento Industrial del INRA en un verdadero Ministerio de Industria y coloca a la cabeza un hombre de su confianza, el Comandante Ernesto Che Guevara.
El Che estuvo al frente también, de otras actividades que requerían una confianza absoluta. Dentro de estas tareas estuvieron los primeros acuerdos comerciales con la URSS, es de suponer que debido a la campaña anticomunista desarrollada por el imperialismo, aún en nuestro país, existía cierto rechazo , de una parte de la población cubana, hacia el bloque socialista; y por ende, estas negociaciones se realizaron con la mayor discreción, donde solamente Fidel, Dorticós, Raúl, el Che y quizá algún que otro compañero tuvieron acceso a la información de lo discutido y pactado.
Del 17 de agosto al 7 de septiembre de 1962, el Che realiza un viaje muy discreto a la URSS, con el pretexto de una misión económica, pero el verdadero objetivo es de índole militar: establecer el protocolo que organizaba la instalación de cohetes soviéticos en territorio cubano. Acompañado por el jefe de las milicias, el comandante Emilio Aragonés, visita a Nikita Jruschov en su dacha de Crimea, sin que ningún comunicado mencione la visita.
La introducción de los cohetes nucleares se realizaría de forma secreta, en desacuerdo con la política de Cuba, pues la Revolución no deseaba ocultar ese paso. Aviones de espionaje norteamericanos detectaron la instalación de los misiles y esto produjo que el presidente Kennedy estableciera una cuarentena y un cerco naval a la isla a partir del 22 de octubre. Al día siguiente, el Gobierno Revolucionario decreta la alarma de combate. El Che formaba parte de la comisión que presidía Fidel y que también integraba el representante soviético en las conversaciones URSS-Cuba, Anastas Mikoyan.
El Che, como jefe del ejército occidental, ha sido encargado de la defensa de la provincia de Pinar del Río, en la cual se instalaba las rampas de lanzamiento y cohetes. Establece su cuartel general en la Cueva de "Los Portales", municipio La Palma.
La URSS inicia negociaciones con EE.UU. a espaldas de Cuba y acuerdan retirar los cohetes del territorio cubano a cambio de no agredir a la isla, entre otras solicitudes. La indignación se apoderó del pueblo cubano y especialmente de sus líderes. Fidel planteó, como única salida digna de aquel triste desenlace, añadir al acuerdo suscrito por Kennedy y Jruschov una solicitud de Cuba compuesta por cinco puntos, los cuales se resumían en: Cese del bloqueo económico, cese de actividades subversivas y de infiltración, cese de ataques piratas y cese de las violaciones del espacio aéreo cubano; todas estas operaciones ideadas o apoyadas desde el seno del gobierno de los EE.UU; y un último punto que exigía la retirada de la base naval de Guantánamo de las tropas norteamericanas y la devolución del territorio. Estos puntos llegaron demasiado tarde a la negociación.
El desempeño de Fidel durante la crisis fue extraordinario, con extrema cautela y valentía. El mismo Che lo reconocería en su famosa carta de despedida:
"He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios."
A los pocos días de la retirada de los misiles, el Che expresó:
" (…)El hecho de que Cuba tuviera cohetes atómicos, sirvió de pretexto para que todos se pusieran de parte de los Estados Unidos: Playa Girón no ha hecho el efecto contrario. Ellos saben bien que estas son armas defensivas, saben también quien es el agresor. Sucede que, aunque no lo digan, todos también conocen el verdadero peligro de la Revolución cubana (…) Es el ejemplo escalofriante de un pueblo que esta dispuesto a inmolarse atómicamente para que sus cenizas sirvan de cimiento a las sociedades nuevas y que, cuando se hace, sin consultarlo, un pacto por el cual se retiran los cohetes atómicos, no suspira de alivio, no da gracias por la tregua; salta a la palestra para dar su voz propia y única; su posición combatiente, propia y única, y más lejos, su decisión de lucha, aun cuando fuera solo, contra todos los peligros y contra la mismísima amenaza atómica del imperialismo yanqui."
Posterior a la negociación en carta enviada por Fidel a Jruschov, manifestándole la indignación de nuestro pueblo, se puede apreciar la unidad de criterios entre el Che y Fidel con respecto al tema:
"Le expresé, que la moral de nuestro pueblo era muy alta y que la agresión seria resistida heroicamente. Al final del mensaje le reiteré de nuevo que esperábamos con serenidad los acontecimientos.
El peligro no podía impresionarnos, porque lo hemos sentido gravitar sobre nuestro país durante mucho tiempo y en cierto modo nos hemos acostumbrado a él.
Los hombres soviéticos que han estado junto a nosotros saben cuan admirable ha sido la actitud de nuestro pueblo durante esta crisis y qué honda hermandad se creó entre los hombres de uno y otro pueblo entre las horas decisivas. Muchos ojos de hombres, cubanos y soviéticos, que estaban dispuestos a morir con suprema dignidad, vertieron lágrimas al saber la decisión sorpresiva, inesperada y prácticamente incondicional de retirar las armas.
Usted quizás no conozca hasta que grado el pueblo cubano se dispuso a cumplir con su deber con la patria y con la humanidad"..
Años más tarde, Oscar Pino Santos, se entrevista con el Che y abordan el tema de la crisis de octubre, de esta conversación nos cuenta:
"Yo observé que lo que más me había impresionado de aquellos acontecimientos fue la forma en que se condujo Fidel. Muy particularmente le recordé los cinco puntos que había levantado cual bandera, a nombre de la nación cubana como la única solución digna, inteligente y definitiva; en medio de tan compleja y peligrosa situación.
Che asintió a esta apreciación mía con gestos de animada aprobación.
Entonces dijo con expresiones de sincera admiración:
– `¿Y sabes cómo elaboró aquellos cinco puntos?…En un instante…Sacó un pedazo de papel del bolsillo y los escribió uno tras otro sin dudar ni reflexionar un momento…¡Lo sacó literalmente del bolsillo, chico, lo sacó del bolsillo!´
Yo, tiempo después, cuando me llegaban versiones de la supuesta rivalidad entre Fidel y Che, recordaba aquel episodio".
Otro compañero que nos narra acerca de las magníficas relaciones de trabajo y amistad que siempre tuvieron el Che y Fidel es Luis Buch, que ha inicios de la revolución ocupó el cargo de Ministro de la Presidencia, por tanto estuvo cerca de estas dos figuras:
"El Che era muy sincero, quizás demasiado.(…) Denotaba una cautela y una desconfianza ideológica muy hondas, lo que no dejaba de ser positivo, porque evidencia una de las características que debe tener un líder: la capacidad y el instinto de analizar profundamente, desde un inicio, a las personas que giran a su alrededor o pertenecen a la dirección de la organización revolucionaria.
Esta es una cualidad innata en Fidel.
Por cierto, antes de que el Che ocupara las responsabilidades de Estado que ha motivado estas disquisiciones, tuve oportunidad de advertir personalmente las magníficas relaciones de trabajo y amistad que siempre tuvieron él y Fidel.
En los primeros meses de la revolución. Alguna vez tuve que localizar a Fidel para que firmara una nota diplomática u otro documento de gobierno que no podía demorar. Fidel se encontraba en la residencia de Mily Mendoza (…) Pasé a la habitación. En ese instante, Fidel discutía apasionadamente con el Che sobre la pretensión de éste de asumir la dirección del INRA, tanto Fidel como Che eran dos recias personalidades, que defendían con vehemencia sus puntos de vista, por lo cual era absolutamente normal que sus conversaciones derivaran en discusiones aparentes.
Fidel revisó el documento que yo llevé (…) Y me lo devolvió para ponerlo en limpio. Me retiré. Cuando volví con el original para que lo firmara, ya Fidel y el Che habían terminado la discusión y conversaban familiarmente, acostados en sentido opuesto sobre la misma cama, boca arriba, mirando al techo, haciendo futuro".
Otra labor que desempeñó el Che que requería de la absoluta confianza de los líderes de la Revolución fue la de diplomático. El Che fue portavoz de la solidaridad y la dignidad del pueblo cubano, y como él mismo expresara:
"Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré".
En diversos foros puso en alto el nombre de Cuba. Dentro de ellos, por sólo mencionar algunos, el encuentro del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES), celebrado en agosto de 1961 en Punta del Este, al que Fidel le había pedido que asistiera representando a nuestro país. En marzo de 1964, representa a Cuba en la 1ª Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo en Ginebra. Es mundialmente famoso también su discurso en la 19ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, en diciembre de 1964, donde lanza una declaración de guerra de los países de tercer mundo, contra lo que llama "La Internacional del Crimen", formado por los imperialistas. Estos son sólo algunos de los ejemplos en los que en plena coincidencia con las ideas de Fidel, el Che alza su voz en nombre de Cuba.
Las responsabilidades de presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias, le dieron la oportunidad al Che de desarrollarse como economista, haciendo aportaciones a la economía política del socialismo. En diversos escritos aborda el tema del Sistema Presupuestario y la emulación socialista, así como los estímulos morales y la menor utilización de los estímulos materiales. Le da gran importancia a la planificación y ataca fuertemente al burocratismo.
En la construcción del socialismo le confiere un papel fundamental al trabajo voluntario y así lo expresa: "La importancia que tiene el trabajo voluntario no se refleja en la parte directamente económica que pudiera reportar a las empresas o al Estado. Se refleja en la conciencia que se adquiere frente al trabajo (…) Los trabajadores voluntarios de vanguardia son los hombres que cumplen más cabalmente que nadie los ideales del verdadero comunista …"
Fidel se ha referido a ello:
"El trabajo voluntario fue una creación del Che y una de las mejores cosas que nos legó en su paso, por nuestra patria y en su participación en nuestra Revolución".
Posterior a la caída del Che en Bolivia; el proceso revolucionario cubano entró en un periodo económico extremadamente complejo, en la década de los 70´, debido fundamentalmente, según Fidel, a una ligera pérdida de vigencia y reconocimiento social de alguno de los valores y principios éticos del pensamiento de Ernesto Che Guevara; dentro de ellos, el trabajo voluntario y la consideración del trabajo como un deber social.
En la construcción del socialismo, tanto Fidel como el Che, le dan una importancia vital al papel de la juventud y esto se demuestra en los escritos o discursos de cada uno. Al respecto, el Che plantea:
"En el momento en que la defensa del país era la más importante, la juventud estaba presente (…) Además, debemos defender el país construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos cuadros técnicos para acelerar mucho más su desarrollo en los años venideros (…) El estudio a todos los niveles, es también hoy una tarea de la juventud; el estudio mezclado con el trabajo (…) El joven comunista debe plantearse ser siempre el primero en todo, luchar por ser el primero (…) Ser el espejo donde se miren los compañeros que no pertenezcan a las juventudes comunistas (…) donde se puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada (…) Junto a eso un gran espíritu de sacrificio (…) Estar siempre atento a toda la masa humana que lo rodea (…) La exigencia a todo joven comunista es ser esencialmente humano".
"La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera".
Fidel, al respecto, plantea:
"Hay que tener temple para ser un joven comunista, hay que tener carácter para ser un joven comunista, hay que tener abnegación para ser un joven comunista, hay que tener vocación para ser un joven comunista, hay que saber cumplir. Si se es estudiante hay que ser inexorablemente buen estudiante, si se es trabajador de una fábrica hay que ser obrero modelo en esa fábrica; hay que ser ejemplo de buen compañero, hay que ser ejemplo de sacrificio, hay que ser ejemplo de voluntad, han de ser de los primeros en todo, en el trabajo, en el estudio, en los deportes, en la vida de relación con los demás compañeros."
Referente a la etapa del proceso revolucionario y a la construcción del socialismo, el Che, hombre que odiaba los halagos personales o para otros, da algunos argumentos sobre la valoración del papel de Fidel:
" Tiene las características de gran conductor que, sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre la voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de sacrificio que hoy ocupa. Pero tiene otras cualidades importantes, como son su capacidad de asimilar los conocimientos y experiencias para comprender todo el conjunto de una situación dada, sin perder de vista los detalles y su inmensa fe en el futuro, y su amplitud de visión para prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo siempre más lejos y mejor que sus compañeros. Con estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que debilita; su capacidad de dirigir a la cabeza de todos la acción del pueblo; su amor infinito por él, su fe en el futuro y capacidad de preverlo, Fidel Castro hizo más que nadie en Cuba para construir de la nada el aparato hoy formidable de la Revolución Cubana".
Y Fidel, expresa:
"Pienso que muchas de las ideas, ¡muchas de las ideas del Che!, tienen una gran vigencia; si hubiéramos conocido, si conociéramos el pensamiento económico del Che, estaríamos cien veces más alertas, incluso, para conducir el caballo, y cuando el caballo quiera torcer a la derecha o a la izquierda, dondequiera torcer el caballo —aunque sin duda en este caso se trataba de un caballo derechista—, darle un buen halón de freno al caballo y situarlo en su camino, y cuando el caballo no quiera caminar, darle un buen espuelazo. Creo que un jinete, vale decir un economista, vale decir un cuadro del Partido, vale decir un cuadro administrativo armado de las ideas del Che, sería capaz de conducir el caballo por el camino correcto. El solo conocimiento de su pensamiento, el solo conocimiento de sus ideas, le permitiría poder decir: voy mal por aquí, voy mal por allá, esto es una consecuencia de esto, una consecuencia de lo otro, en tanto, el sistema y los mecanismos para construir el socialismo y el comunismo, realmente se desarrollen, realmente se perfeccionen, y lo digo, porque tengo la más profunda convicción que si se ignora ese pensamiento difícilmente se puede llegar muy lejos, difícilmente se puede llegar al socialismo verdadero; al socialismo verdaderamente revolucionario, al socialismo con socialistas, al socialismo y al comunismo con comunistas. Estoy absolutamente convencido de que ignorar esas ideas, sería un crimen, eso es lo que nosotros planteamos. Tenemos suficientes experiencias para saber cómo hacer las cosas, y en las ideas del Che, en el pensamiento del Che hay principios valiosísimos, de un valor inmenso, que rebasan simplemente ese marco que muchos puedan tener de la imagen del Che, como un hombre valiente, heroico, puro; del Che como un santo por sus virtudes, y un mártir por su desinterés y heroísmo, sino del Che como revolucionario, del Che como pensador, del Che como hombre de doctrina, como hombre de grandes ideas y que con una gran consecuencia fue capaz de elaborar instrumentos, principios que, sin duda, son esenciales en el camino revolucionario".
"Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos".
Che
Al conocer a Fidel en México e integrar la expedición que saldría hacia Cuba, el Che hizo que Fidel le prometiera que una vez alcanzado el triunfo revolucionario, lo ayudaría con los medios necesarios y lo dejara salir de Cuba para continuar su lucha a favor de los oprimidos. Esta promesa el Che se la recordó a Fidel varias veces en la Sierra Maestra.
Una prueba de las intenciones de Ernesto Che Guevara en ese entonces es la carta que le dirige a su madre el 15 de julio de 1956:
"… no creo de vos que prefieras un hijo vivo y Barrabás a un hijo muerto en cualquier lugar cumpliendo con lo que él considere su deber. Además, tras haber deshecho algunos entuertos en Cuba, iré a cualquier parte, pues es evidente que, encerrado en un trabajo burocrático o en una clínica de enfermedades alérgicas, estaría jodido."
A su antiguo amigo Granados le manifiesta: "Mírame un poco, detrás de este escritorio, mientras otros mueren por sus ideales. Yo no nací para dirigir ministerios ni para morir abuelo".
El Che nunca se adaptó por completo al trabajo de funcionario que realizó por servicio a la Revolución y por que Fidel se lo pidió. Su nuevo matrimonio y por que su nueva patria estaba en peligro, retrasó su principal objetivo: Marcharse a propagar otros incendios en otros países.
Desde el triunfo de la Revolución, el Che no ha dejado de interesarse por todos los movimientos de liberación. No se trata de exportar la revolución sino de dar apoyo técnico, financiero y militar a los revolucionarios decididos a pasar a la acción en sus respectivos países.
Con estas ideas, el Che comienza a realizar varias operaciones que preparaban su salida de Cuba y realiza declaraciones en el extranjero que dejaban entrever sus verdaderas intenciones.
El 17 de marzo de 1964, cuando viaja a Ginebra para participar en la primera Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo. En el avión habla con el embajador de Cuba en Brasil, que se encarga de comunicarle el proyecto de llevar a cabo una revolución a la cubana en Brasil. El Che escucha con suma atención y le responde: "Dile a Brizzola que si necesita un buen jefe guerrillero, ofrezco mis servicios".
En la 19ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, pone especial énfasis a la situación del Congo belga, donde han asesinado al Primer Ministro Patrice Lumumba, hecho encubierto por EE.UU.
De vuelta a La Habana permanece en Argel tres meses. Le pide a Ben Bella la posibilidad de que Argelia acoja en su territorio cuadros revolucionarios latinoamericanos entrenados en Cuba, algo que el mandatario argelino acepta inmediatamente.
El Che piensa que el continente africano es propicio para intentar focos revolucionarios. A partir del 25 de diciembre de 1964 realiza un viaje por siete países africanos de reciente independencia. Son países que han manifestado una intención de ruptura con occidente.
Inesperadamente interrumpe su gira africana, va dos días a Paris y de allí a China, desde donde vuelve a África. En Tanzania se entrevista con dirigentes congoleños seguidores de Lumumba, Soumialot y Kabila.
Realiza un nuevo viaje a Argel que queda marcado por su intervención del 24 de febrero de 1965, en el que dice: "la práctica del internacionalismo proletario es un deber contra el enemigo imperialista común. El desarrollo de los países que se comprometen en la vía de la liberación debe ser pagado por los países socialistas".
En este viaje preparatorio el Che tiene la oportunidad de conocer no sólo algunos de los dirigentes de los movimientos revolucionarios de Africa, sino que conoce además, sus dificultades y preocupaciones. En todo momento mantiene contacto con Fidel Castro, quien en una carta fechada en diciembre de 1964, le comunica sobre las gestiones que mientras tanto se van realizando desde Cuba:
"… Sergio acaba de reunirse conmigo y me informó pormenorizadamente como marcha todo (…) La decisión final sobre la fórmula la adoptaremos a tu regreso. Para poder escoger entre la alternativas posibles es necesario conocer la opinión de nuestro amigo (Ahmed Ben Bela). Trata de mantenernos informados por vía segura".
El 14 de marzo de 1965 es fecha clave en la trayectoria del Che. Es la última vez que aparece en público. Después de la larga ausencia de 98 días de su viaje por cuatro continentes, cuando desciende del avión de la Cubana de Aviación, nadie es consciente de que pronto desaparecerá de la escena pública.
Cuba había empezado a preparar tropas, formadas exclusivamente por negros, para acudir con la mayor discreción posible a ayudar a los rebeldes congoleños. El Che pide el privilegio de tomar el mando del contingente y promete actuar sólo como consejero de los congoleños en su batalla contra los paracaidistas y mercenarios occidentales.
El Che no entra de inmediato en la clandestinidad. El 22 de marzo de 1965, ocho días después de su regreso, se despide de sus colaboradores en el gran salón del Ministerio de Industria. Menciona, en su alocución, reiteradamente El Congo y se despide: "Hasta pronto en los campos de caña de azúcar." Esta es la última manifestación pública del Che en Cuba. A partir de entonces, desaparición total.
La inesperada salida del Che de Cuba trajo consigo una ola de especulaciones en torno al posible destino del Che, y sobre todo una ola de infamias alrededor del verdadero motivo que obligó al Che a dar ese paso.
Muchos medios de prensa de extrema derecha se atrevieron afirmar que la decisión de abandonar Cuba y emprender la acción revolucionaria en El Congo y Bolivia fue consecuencia de su fracaso en la gestión económica, las discrepancias con Fidel y otros dirigentes cubanos y fricciones con la URSS.
Veamos algunos ejemplos de éstas calumnias:
"…Sus causas en el Congo y en Bolivia francamente estaban fuera de toda lógica, pero esa desproporción no sólo es conmovedora, sino también da cuenta del tremendo afán de Guevara por incidir en la realidad, aunque parezca una locura decirlo. Pensar en encender una revolución por todo el continente empezando con cincuenta hombres en Bolivia no es precisamente un acto de cordura, ¿o sí?…"
"..El Che abandonó la isla por diferencias con Fidel Castro"
"…Guevara vivió como lo que fue siempre: un violento, tratando de imponer sus ideales utópicos a punta de pistola o fusil. Como sería este argentino que Fidel Castro lo sacó de Cuba y lo mandó a morir a la selva Boliviana…."
"… El doctor Castro le atribuyó la culpa de la ruina económica de la Isla…"
"Che Guevara era una presencia incómoda en La Habana, en vísperas de su desaparición (…) comenzó a crear dificultades a raíz de firmarse el nuevo acuerdo de Cuba y Moscú para asegurar la protección del azúcar"
" No quería el poder, porque el poder no le había salido bien".
Hasta ahora, durante el desarrollo de éste trabajo ya se han dado argumentos que rebaten las mentiras anteriores. No obstante, queremos recalcar que el Che , como Fidel, cumpliendo su deber de revolucionario criticó los errores del Campo Socialista, siempre con un sentido constructivo.
Naturalmente, hubo desacuerdos en algunos puntos de vista entre Fidel y el Che, como es lógico, pero éstas diferencias, tanto con Fidel como con la URSS no fueron antagónicas y mucho menos fueron motivos para que el Che se marchara de Cuba.
Otros a quienes no se les puede considerar amigos de la Revolución Cubana ni admiradores del Che, están convencidos de la unidad de criterio entre el Che y Fidel, dentro de ellos, Regis Debray:
"puedo dar fe de que jamás hubo ruptura del Che con Fidel". Para demostrarlo cita largas conversaciones que mantuvo por separado con ambos líderes revolucionarios, sobre quienes traza su perfil psicológico. En ese sentido, y dentro de una caracterización sumamente crítica de Guevara por su supuesta rigidez y frialdad personal, Debray sostiene que "hasta el último de sus días el Che sólo amaba a su madre, a Fidel y a dos o tres amigos de la adolescencia".
La mayor prueba de las profundas convicciones que hicieron que el Che marchara a continuar la lucha, es la carta de despedida que le escribe a Fidel:
"… Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor; aquí dejó lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevare la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que este; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré…"
Con respecto a este paso tan decisivo en la vida del Che, Fidel expresa su opinión:
"Teníamos excelentes relaciones de amistad, de confianza, y Che realmente prestaba mucha atención a los puntos de vista, a los criterios que yo le daba porque siempre mantuvimos una confianza y una amistad profunda hasta el final. Pero aquella era su idea. La otra cosa era prohibirle, y eso no estaba dentro del tipo de relaciones que teníamos nosotros, ni por razones de Estado imponerle un criterio. Lo que hicimos fue que lo ayudamos, y ayudamos algo que creíamos que era posible; no habríamos podido ayudar algo imposible, algo en que no creyéramos, porque habría sido nuestro deber decirle: no es posible, no podemos hacer esto, no se pueden sacrificar compañeros en esa tarea. Pero fue así lo que él hizo. Y yo comparto lo que
hizo,lo creo." "El Che, junto al grupo de hombres que dirige, pretende fortalecer lo más posible el movimiento de liberación del Congo, lograr un frente único, decantar a los mejores y a los que estén dispuestos a continuar la lucha por la liberación definitiva de África. Trae consigo la experiencia obtenida en Cuba y la pone al servicio de la nueva revolución.
La cruda realidad del Congo, su atraso, la falta de desarrollo político ideológico de la gente y contra lo cual había que luchar con firmeza y decisión, golpea al Che. No faltaron momentos de desalientos y de incomprensiones, pero ante estas adversidades se eleva como una visión profética de enorme confianza y el amor que el sentía por los hombres que deciden crear para sus pueblos posibilidades de desarrollo y mayor dignidad"
Su ausencia del 1º de mayo dio pie a locas suposiciones, sobre todo porque Fidel, el 20 de abril, declaró a unos periodistas extranjeros que "el comandante Guevara está donde mejor sirve a la Revolución".
Entretanto, los rumores de su desaparición continúan. La hipótesis más aceptada es la de su muerte y entierro en una fosa común cuando las tropas yanquis invadieron Santo Domingo. En esta situación los periodistas acosan a Fidel más que nunca. Todos hacen la misma pregunta: ¿Dónde está? ¿Qué han hecho con él?
Al salir de la selva se dirige a Dar Es-Salam y se encierra en la embajada durante más de tres meses. Se encuentra en tal estado de melancolía que desde La Habana se autoriza a su esposa, Aleida, a pasar unas semanas con el Che. Llegan a Tanzania distintos enviados para trasladar al Che a Cuba. Él se niega. Se decide, entonces, enviarlo a una ciudad europea amiga. Será Praga.
Durante su estancia en Praga (marzo-julio de 1966) Aleida vuelve a visitarlo, así como varios amigos de entera confianza. En este tiempo encargó a Martínez Tamayo una nueva misión en Bolivia; que examine la posibilidad de instalar un centro clandestino de formación de guerrilleros para toda la región. En esta ciudad la situación del Che es bien incómoda, no puede salir a ningún lugar público por temor a ser reconocido, se encuentra prácticamente solo y esto dificulta sus planes de continuar la lucha por el continente americano.
Debido a esta situación, Fidel le escribe en varias ocasiones tratando de convencerlo de que regrese a Cuba y el Che se niega. Con respecto a esto, Luis Buch comenta:
"Después de renunciar a la ciudadanía cubana, a los cargos oficiales y de despedirse de nuestro pueblo, el Che no aceptaba volver sobre sus pasos. Una actitud semejante es perfectamente comprensible cuando se trata de hombres con profundas convicciones".
Fidel logra convencerlo finalmente con argumentos sólidos en una carta fechada en junio de 1966, que por su importancia se anexa al trabajo.
El 19 de julio de 1966 con un pasaporte uruguayo a nombre de Ramón Benítez, el Che sale de Praga en tren hacia Viena y después Ginebra y Zurich. Vía Moscú llega a La Habana.
Cuando regresa a Cuba, vive en varias casas en La Habana y posteriormente se traslada a una finca en Pinar del Río, donde permanece desde mediados de julio hasta octubre de 1966. En este lugar se realiza el entrenamiento de unos 15 hombres cuidadosamente seleccionados que integraran la guerrilla boliviana. En este tiempo, el Che recibe muchas, visitas sobre todo los fines de semana, de Ramiro Valdés, Celia Sánchez, Osvaldo Dorticós y Fidel, que asiste cada semana al entrenamiento; entre otros compañeros.
Con el Che, serán 17 los miembros del comando que desembarcará en Bolivia por diversas fechas, en grupos de 2 ó 3, siguiendo itinerarios distintos y con nombres falsos.
El 23 de octubre de 1966, el Che abandona La Habana, pasa por Moscú, Praga, Viena y finalmente a Ñancahuazú, en el interior de Bolivia. En cada uno de los países mencionados cambió de identidad.
La guerrilla del Che a la que se integraron varios bolivianos, se inserta en la selva boliviana, y comenzó su lucha. El Che tuvo una entrevista con Mario Monje, secretario general del Partido Comunista Boliviano, en la que al definir el papel que jugaría cada uno en la lucha por la liberación de ese país, Monje no estuvo de acuerdo con que ningún extranjero lo dirigiese y exigía la entrega del poder militar y político; a lo que el Che con palabras firmes y decididas, emplazó a Monje:
-"Monje, eso es un falso concepto del internacionalismo, es igual que si yo me encontrara en Argentina en las condiciones en que tú estás conmigo, y llegara Fidel. Inmediatamente me subordinaría a él, porque sabe más que yo".
El egocentrismo de Monje no le permitió llegar a un entendimiento con el Che y esto trajo consigo que la guerrilla boliviana no recibiera el apoyo necesario del Partido Comunista en lo adelante.
"…Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos…"
Che
Muchos factores influyeron en la derrota de la guerrilla boliviana, dentro de ellos podemos mencionar, la falta de apoyo del Partido Comunista Boliviano, aunque algunos militantes apoyaron; la falta de conciencia política de los campesinos bolivianos, que debido a la campaña de desinformación esgrimida por los medios del país, lejos de ayudar a la guerrilla los delataban; y por supuesto no podían faltar las garras del imperialismo, que a través de la CIA, le venía siguiendo los pasos al Che.
El Che cae prisionero el 8 de octubre de 1967 y es asesinado el día siguiente.
La muerte del Che trae también consigo una ola de publicaciones con un objetivo claro, después de su asesinato físico, había que matar el símbolo de esa lucha.
" En la más pérfida, calculada y fría forma habíamos sido traicionados y vendidos por Fidel en Bolivia. Ya no tenía dudas, había comprobado en forma irrefutable la traición. Todos habíamos sido manejados como peones sin valor, en el tenebroso tablero de ajedrez de Fidel, en forma cruel e inhumana.
Y lo más escandaloso es que, después de haber enviado al Che a hacerse matar en los bosques bolivianos haya hecho del Che una bandera para pedirle a los cubanos que trabajen, sabiendo, como sabe, que el pueblo cubano ha tenido siempre devoción por Ernesto, y que lloraba su muerte."
El propio Debray, quien ha alentado y apadrinado a Benigno, lo contradice revelando cómo el aparato de inteligencia cubano estaba inmerso en un plan para sacarlo a él mismo, clandestinamente de la cárcel boliviana.
Otros artículos, en torno a la muerte del Che, contienen mentiras con argumentos tan pocos sólidos que hasta resultan risibles:
"Un caso mundialmente famoso de "guerra limpia" (luego "ensuciada"), fue el del Che Guevara Lynch, nacido en Argentina, que emigró a Cuba y actuó como brazo derecho de Fidel Castro Ruz para fusilar cubanos. Luego comandó una brigada que viajó a Angola a ejecutar a negritos que repudiaban al comunismo. Al regreso, victorioso, organizó una expedición para hacer que Bolivia se convirtiera al marxismo-leninismo y fuera otra Cuba. Hasta ahí todo se hallaba dentro de la "guerra limpia", inmaculada, pero luego resultó que el Ejército boliviano combatió y mató al Che. Y esto figura ya como "guerra sucia" en extremo. Por eso al Che se le rinde pleitesía en todo el mundo."
El asesinato del Che fue un duro golpe para el pueblo cubano y especialmente para Fidel. Nadie mejor que él para sintetizar el dolor que causó su muerte:
"Me costaba trabajo aceptar la idea de la muerte del Che. Muchas veces he soñado, a veces le he contado a la gente las cosas que uno sueña, y he soñado que estoy hablando con él, que está vivo; una cosa muy especial, una persona de la que a uno le cuesta mucho trabajo resignarse a la idea de su muerte. ¿A qué obedece eso? A mi juicio, es que tiene una presencia siempre permanente en todo. Ocurre su muerte a distancia, a muchas millas de distancia de nuestro país, y te digo que la idea de la muerte del Che era algo a lo que uno no se adaptaba. Me pasaba al revés que con otros compañeros, a pesar de que muchas veces hemos perdido compañeros en la lucha, hemos visto morir compañeros. Te diría que uno tiene la impresión de una presencia permanente del Che, por lo que simbolizaba, por su carácter, por su conducta, por sus principios. Era un gran número de cualidades realmente excepcionales. Yo lo conocía muy bien, muy bien desde que entré en contacto con él en México hasta que salió del país la última vez. Pienso realmente con dolor que con la muerte del Che se perdió una gran inteligencia. Era un hombre que todavía tenía mucho que dar en la teoría y en la práctica de la construcción del socialismo". "Che reunía como revolucionario las virtudes de un revolucionario; hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha. Constituyó, por sus virtudes, lo que puede llamarse un verdadero modelo de revolucionario.
Suele, a la hora de la muerte de los hombres, hacerse discursos, suele destacarse virtudes, pero pocas veces como en esta ocasión se puede decir con más justicia, con más exactitud, de un hombre lo que decimos del Che: ¡que constituyó un verdadero ejemplo de virtudes revolucionarias !
Pero, además, añadía otra cualidad, que no es una cualidad del intelecto, que no es una cualidad de la voluntad, que no es una cualidad del corazón, ¡porque era un hombre extraordinariamente humano, extraordinariamente sensible!
Trabajador infatigable, en los años que estuvo al servicio de nuestra patria no conoció un solo día de descanso. Fueron muchas las responsabilidades que se le asignaron: como Presidente del Banco Nacional, como Director de la Junta de Planificación, como Ministro de Industrias, como Comandante de regiones militares, como Jefe de delegaciones de tipo político, o de tipo económico, o de tipo fraternal.
(…) y es que los escritos del Che, el pensamiento político y revolucionario del Che, tendrán un valor permanente en el proceso revolucionario cubano y en el proceso revolucionario en América Latina. Y no dudamos que el valor de sus ideas, (…) tienen y tendrán un valor universal.
Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una palabra, ¡ nos dejó su ejemplo ! ¡ Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro pueblo !
"Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡ que sean como el Che ! Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡ que sean como el Che !. Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡ queremos que se eduquen en el espíritu del Che ! Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che !
"Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡QUEREMOS QUE SEAN COMO EL CHE !
En 1997, a 30 años de la caída del Guerrillero Heroico, fueron encontrados los restos del Che y algunos de sus compañeros. Estos restos fueron trasladados a Cuba, a la llegada de estos, en el aeropuerto, Aleida Guevara le expresaba a Fidel:
"…Ellos sabían que cuando lo decidieran podrían regresar a la patria y que nuestro pueblo los recibiría con amor y curaría sus heridas y sabían que usted seguiría siendo su amigo, su jefe, por eso le pedimos Comandante que nos haga el honor de recibir sus restos, más que nuestros padres, son hijos de este pueblo que tan dignamente usted representa…."
Días más tarde, el 17 de octubre, en ceremonia solemne en Santa Clara, donde los restos de los combatientes fueron depositados en el Memorial dedicado a Ernesto Che Guevara y sus compañeros, Fidel expresa:
"…Veo, además, al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra.
Che fue un verdadero comunista y hoy es ejemplo y paradigma de revolucionario y comunista.
Che fue maestro y forjador de hombres como él. Consecuente con sus actos, nunca dejó de hacer lo que predicaba, ni de exigirse a si mismo más de lo que exigía a los demás.
Siempre que fue necesario un voluntario para una misión difícil, se ofrecía el primero, tanto en la guerra como en la paz. Sus grandes sueños los supeditó siempre a la disposición de entregar generosamente la vida. Nada para él era imposible, y lo imposible era capaz de hacerlo imposible.
¿Qué hacía un hombre del gobierno de Estados Unidos allí donde estaba herido y prisionero el Che? ¿Por qué creyeron que matándolo dejaba de existir como combatiente? Ahora no está en La Higuera pero está en todas partes, donde quiera que haya una causa justa que defender. Los interesados en eliminarlo y desaparecerlo no eran capaces de comprender que su huella imborrable estaba ya en la historia y su mirada luminosa de profeta se convertiría en un símbolo para todos los pobres de éste mundo, que son miles de millones. Jóvenes, niños, ancianos, hombres y mujeres que supieron de él, las personas honestas de toda la tierra, independientemente de su origen social, lo admiran.
Che está librando y ganando más batallas que nunca ¡gracias, Che, por tu historia, tu vida y tu ejemplo!"
- Buch Rodríguez, L.; Suárez Suárez, R. 2002. Otros pasos del Gobierno Revolucionario Cubano. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales. 320 p.
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- Con la razón histórica y la moral de Baraguá. 1962. Crisis de Octubre. 1990. La Habana. Editora Política. 38 p.
- Curso de Introducción a la Historia de Cuba. Universidad para todos.
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- Mayo, J. 2002. En la Guerrilla junto al Che. Testimonio de Urbano. La Habana. Editorial Gente Nueva. 109 p.
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Habana
"Año de la Agricultura" Fidel: Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.
Un día pasaron preguntando a quien se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor; aquí dejó lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevare la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que este; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre. ¡Patria o muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario,
CHE
Carta escrita por Fidel y enviada al Che a Praga.
junio de 1966
Querido Ramón:
Los acontecimientos han ido delante de mis proyectos de carta. Me había leído íntegro el proyecto de libro de tu experiencia en el C. (Congo) y también , de nuevo, el manual sobre guerrillas, al objeto de poder hacer un análisis lo mejor posible sobre estos temas, sobre todo, teniendo en cuenta el interés práctico con relación a los planes en la tierra de Carlitos (Carlos Gardel). Aunque de inmediato no tiene objeto que te hable de esos temas, me limito por el momento a decirte que encontré sumamente interesante el trabajo sobre el C. y creo que vale realmente la pena el esfuerzo que hiciste para dejar constancia escrita de todo. (…)
Acabo de leer tu carta a Bracero (Osmany Cienfuegos) y de hablar extensamente con la Doctora (Aleida March).
En los días en que aquí parecía inminente una agresión yo sugerí a varios compañeros la idea de proponerte que vinieras; idea que realmente resultó estar en la mente de todos. El Gallego (Manuel Piñeiro) se encargó de sondear tu opinión. Por la carta a Bracero veo que tú estabas pensando exactamente igual. Pero en estos precisos instantes ya no podemos hacer planes en ese supuesto, porque, como te explicaba, nuestra impresión ahora es que de momento no va a ocurrir nada.
Sin embargo, me parece que, dada la delicada e inquietante situación en que te encuentras ahí, debes, de todas formas, considerar la conveniencia de darte un salto hasta aquí.
Tengo muy en cuenta que tú eres particularmente renuente a considera cualquier alternativa que incluso poner por ahora un pie en Cuba, como no sea en el muy excepcional caso mencionado arriba. Eso, sin embargo, analizado fría y objetivamente obstaculiza tus propósitos; algo peor, los pone en riesgo. A mi me cuesta trabajo resignarme a la idea de que eso sea correcto e incluso de que pueda justificarse desde un punto de vista revolucionario. Tu estancia en el llamado punto intermedio aumenta los riesgos, dificulta extraordinariamente las tares practicas a realizar; lejos de acelerar, retrasa la realización de los planes y te somete, además, a una espera innecesariamente angustiosa, incierta, impaciente.
Y todo eso, ¿Por qué y para que? No media ninguna cuestión de principios, de honor o de moral revolucionaria que te impida hacer un uso eficaz y cabal de las facilidades con que realmente puedes contar para cumplir tus objetivos. Hacer uso de las ventajas que objetivamente significan poder entrar y salir de aquí, coordinar, planear, seleccionar, y entrenar cuadros y hacer desde aquí todo lo que con tanto trabajo solo deficientemente puedes realizar desde ahí u otro punto similar, no significa ningún fraude, ninguna mentira, ningún engaño al pueblo cubano o al mundo. Ni hoy, ni mañana, ni nuca nadie podría considerarlo una falta, y menos que nadie tú ante tu propia conciencia. Lo que sí sería una falta grave, imperdonable, es hacer las cosas mal pudiéndolas hacer bien. Tener un fracaso cuando existen todas las posibilidades del éxito.
No insinúo ni remotamente un abandono o posposición de los planes ni me dejo llevar de consideraciones pesimistas ante las dificultades surgidas. Muy al contrario, porque creo que las dificultades pueden ser superadas y que contamos más que nunca con la experiencia, la convicción y los medios para llevar a cabo los planes con éxito, es por lo que sostengo que debemos hacer el uso más racional y óptimo de los conocimientos; los recursos y las facilidades que se cuenta. ¿Es que realmente desde que se engendró la ya vieja idea tuya de proseguir la acción en otro escenario has podido alguna vez disponer de tiempo para dedicarte por entero a la cuestión para concebir, organizar y ejecutar los planes hasta donde ello sea posible? (…)
Es una enorme ventaja en este caso que tú puedes utilizar esto, disponer de casas, fincas aisladas, montañas, cayos solitarios y todo cuanto sea absolutamente necesario para organizar y dirigir personalmente los planes, dedicando a ello ciento por ciento de tu tiempo, auxiliándote de cuantas personas sean necesarias, sin que tu ubicación la conozcan mas que un reducidísimo número de personas. Tú sabes absolutamente bien que puedes contar con estas facilidades, que no existe la más remota posibilidad de que por razones de estado o de política vayas a encontrar dificultades o interferencias. Lo más difícil de todo, que fue la desconexión oficial, ha sido logrado, y no sin tener que pagar un determinado precio de calumnias, intrigas, etc. ¿Es justo que no saquemos todo el provecho posible de ello? ¿Pudo contar ningún revolucionario con tal ideales condiciones para cumplir su misión histórica en una hora en que esa misión cobra singular relevancia para la humanidad, cuando se entabla la más decisiva y crucial lucha por el triunfo de los pueblos? (…)
… ¿Por qué no hacer las cosas bien hechas si tenemos todas las posibilidades para ello? ¿Por qué no nos tomamos el mínimo de tiempo necesario aunque se trabaje con la mayor rapidez? ¿ Es que caso Marx, Engels, Lenin, Bolívar, Martí no tuvieron que someterse a esperas que en ocasiones duraron décadas?
Y en aquellas épocas no existía ni el avión ni el radio ni los demás medios que hoy acortan la distancia y aumenta el rendimiento de cada hora de la vida de un hombre. Nosotros en Méjico, tuvimos que invertir 18 meses antes de regresar aquí. Yo no te planteo una espera de décadas ni de años siquiera, solo se meses, puesto que yo creo que en cuestión de meses, trabajando en la forma en que sugiero, puedes ponerte en marcha en condiciones extraordinariamente más favorables de las que estamos tratando de lograr ahora.
Sé que cumples los treinta y ocho el día 14. ¿Piensas acaso que a esa edad un hombre empieza a ser viejo?
Espero que no te produzcan fastidio y preocupación estas líneas. Sé que si las analizas serenamente me darás la razón con la honestidad que te caracteriza. Pero aunque tomes otra decisión absolutamente distinta, no me sentiré por eso defraudado. Te escribo con entrañable afecto la más profunda y sincera admiración a tu lúcida y noble inteligencia, tu intachable conducta y tu inquebrantable carácter de revolucionario íntegro, y el hecho de que puedas ver las cosas de otra forma no variarán un ápice esos sentimientos ni entibiará lo más mínimo nuestra cooperación.
UNIVERSIDAD AGRARIA DE LA HABANA
FACULTAD DE MECANIZACIÓN AGROPECUARIA
Autores:
Pedro L. Hernández Piedra
Nacionalidad Cubana.
Estudiante de Ingeniería en Mecanización Agropecuaria (5to año) Universidad Agraria de La Habana.
Cecilia Martínez Bernabé
Nacionalidad Salvadoreña.
Estudiante de Ingeniería en Mecanización Agropecuaria (3er año) Universidad Agraria de La Habana.
Becaria Extranjera en Cuba.