Para desarrollar la memoria oral ya sea tradicional, generacional, poética o épica el hombre invento diversas técnicas, pero con la escritura, el texto permitía desarrollar técnicas mas precisas. Quien se considera el padre de la mnemotécnica, técnicas que se usan para desarrollar buena memoria, es Simónides de Ceos, quien en 477 a.c. descubre estas técnicas por accidente. Simónides había sido invitado a un gran banquete para declamar varios poemas, cuando sale fuera a ver a dos jóvenes que lo llamaban, el techo de la casa se derrumbo matando a todos los que estaban dentro. A los familiares de los muertos se le hacia imposible identificar las personas ya que estaban desfiguradas. Simónides descubre que él los puede identificar al recordar donde estaban sentados, haciendo asociación entonces entre lugar y organización de la memoria.
Cicerón en el primer siglo A.c. promueve y expande las técnica de Simónides al darse cuenta que si asociamos en forma ordenada el sentido de la vista, por medio de imágenes, con los hechos o palabras que queremos recordar esto nos ayudará a desarrollar la memoria. La combinación de imagen, lugar y palabra fue una técnica muy usada para el ejercicio de la retórica. La mnemotécnica ayuda en el desarrollo de la retórica y el arte de la memoria, en los últimos treinta años el arte de la memoria retorna en algunas tendencias historiográficas, como el lugar de la memoria en las memorias colectivas, y del post-modernismo en particular.
Tucídides concibe su método de hacer historia por medio de fuentes, testigos que habían presenciado los eventos, fue el primero que quería hacer una historia de acuerdo a los hechos. Pero hasta los antiguos griegos estaban conciente que esos testimonios tenían que ser corroborados con pruebas. .
Tradicionalmente los modelos de memoria individual se han basado en la idea de almacenamiento, lugar y extraer. Almacenamos el hecho en un lugar del cerebro y cuando queremos recordar vamos a ese lugar. Recientes estudios neurobiológicos y estudios en memoria cultural han descubierto que la memoria individual es mucho más compleja.
El psicoanálisis que desarrolla Sigmund Freud a principios de siglo XX, es basado en la observación de sus pacientes y por medio de esas observación es que llega a unas conclusiones de lo que es la memoria y como y porque surge. Por lo tanto, la memoria freudiana que sirve como base para la historiografía de gran parte del siglo XX surge de observaciones sin ningún instrumento científico o algunos muy primitivos.
Los adelantos científicos de hoy en día nos permite examinar la función del cerebro con instrumentos microscópicos que posibilitan ver hasta las descargas eléctricas y químicas que emanan de las neuronas en el cerebro. La neurobiología y estudios cognitivos revelan que el aparato neurológico humano se determina en la conectividad de las neuronas que se interrelacionan a una compleja red. No podemos decir que nuestra memoria es un disco duro que guarda información, y cuando queremos buscarla la sacamos y ya. Esta red neurológica de la cual se compone nuestra memoria interactúa con las experiencias socio-culturales, emocionales y de los sentidos de percepción del individuo. "…memory cannot be modeled as a storage site which is located at a specific place in the brain, but must instead be seen as the establishing of relevant and enduring cognition structure which serve to constitute order in the brain and synthezise human behavior." (Erll 192)[3] Esta es la opinión de Humberto R. Maturana un sobresaliente biólogo y epistemologo chileno.
Si la memoria individual es tan compleja y los científicos la describen muy distinta hoy en día, entonces la memoria social, o la memoria colectiva debe ser igual de compleja. Pero antes de llegar a ese punto, sigamos la trayectoria de la memoria/historia. Le Goff , clasifica el desarrollo de la memoria colectiva o social en 5 categorías: la memoria étnica, el desarrollo de la memoria oral a la escrita, la memoria medieval, el progreso de la memoria escrita, y las mutaciones actuales de la memoria. Es importante recalcar que estas cinco etapas en ocasiones históricas son sincrónicas, existen en ciertos momentos al mismo tiempos.
Memoria étnica
Esta es la memoria de las sociedades sin escritura donde el aprendizaje se transmite de generación en generación en forma oral. El aprendizaje técnico por ejemplo en el oficio de herreros o cualquier oficio que requiere destreza. La memoria colectiva en estas sociedades se construye en base a los mitos, deidades y mitos de origen. Mientras más lejanos son los hechos mas fantástico se convierte el mito. En estas sociedades la memorización no es palabra por palabra, no es exacta. Es una memorización que cambia de acuerdo a las circunstancias generacionales y lo que quiera lograr el narrador. "De ese modo, mientras la reproducción mnemónica palabra por palabra estaría ligada a la escritura, la sociedad sin escritura, excepto algunas prácticas de memorización ne varietur, de las cuales la principal es el canto, conceden mayor libertad y más posibilidad creativa a la memoria." (Le Goff 138)[4]
El desarrollo de la memoria oral a la escrita
En las sociedades donde existen ambas la memoria oral y escrita, la última aparece como necesidad, particularmente en sociedades urbanas, para mantener en la memoria colectiva hechos que de no escribirse serían fácil de olvidar. Tal es el caso de la conmemoración de hechos, batallas, proezas de reyes por medio de monumentos o inscripciones. La escritura surge de una necesidad de los poderosos para perpetuar su poder en la sociedad y de forma bastante limitada, ya que los diferentes medios que se fueron perfeccionando eran difíciles de masificar. Para llegar al papiro, primero se comenzó la inscripción en hueso, piedra, piel, cilindro, arcilla, cera, hojas de palmera, caparazón de tortuga etc., el medio va a determinar que lo que se inscribe vaya de lo importante a lo menos importante. Por otro lado el desarrollo del comercio necesita la forma escrita para memorizar transacciones y cantidades de productos. Por último en esta época también, se utiliza la escritura para guardar secretos religiosos o mágicos.
Un pasaje de Sócrates describe la tensión que existente en este tipo de sociedad entre memoria oral y escrita, hablando del alfabeto dice "… generará olvido en las almas de quienes lo aprendan; éstos dejarán de ejercitar la memoria puesto que fijándose en el texto traerán las cosas a la mente no más del interior de ellos mismos, sino de fuera, a través de signos extraños: lo que tú has encontrado no es una receta para la memoria, sino para reclamar a la mente" (Le Goff 145)[5] En la Grecia antigua también se desarrolla la retórica, el arte oral o escrito de deleitar, persuadir o conmover, y este se divide en cinco partes, la memoria es la quinta. "… después de la inventio (encontrar algo que decir), la dispositio (poner en orden lo que se ha encontrado), la elocutio (agregar como adorno palabras,e imágenes), la actio (recitar el discurso como un actor con la dicción y los gestos) y memoria {memoriae mandare «recurrir a la memoria»". (Le Goff 149)[6]
La memoria medieval en Occidente
Un dato importante que trae Le Goff es que mientras la memoria social popular y folclórica se pierde, en el medievo, la memoria oficial tiene grandes transformaciones. El triunfo del cristianismo subdivide la memoria colectiva en una liturgia que se mueve en circulo, desarrollo de la memoria de los santos y la aparición del arte de la memoria.
Ya que la inteligencia del medievo esta controlada por la religión judeo-cristiana la memoria hombre-Dios prevalece en la memoria colectiva. En el viejo Testamento es constante la recordación de obedecer a Yahvé, de no olvidar a Dios, recordar a Dios sobre todas las cosas. Pero esto también ocurre en el nuevo Testamento, la ultima cena, por ejemplo, Jesús le dice a sus discípulos que hagan esto en su nombre después que el se haya ido, vivir en la memoria de Jesús.
"La enseñanza cristiana es memoria, el culto cristiano es conmemoración" (Le Goff 152)[7]
Agustín retorna a la retórica antigua de los griegos cuando en Confesiones, busca a Dios en los lugares e imágenes de la memoria, sin poder encontrarlo. En De Trinitate, Agustín expande sobre la teoría de Cicerón sobre las tres facultades del alma para definir la santa trinidad. Para él, la memoria, el intelecto y la voluntad son en el hombre las tres imágenes de la trinidad.
El culto de los mártires y santos es otro aspecto de la memoria que se amplia con el cristianismo durante el medievo. Esto ya para el siglo VIII se expande al recuerdo de los muertos en los libri memoriales. "Con todo, la memoria cumplía un rol considerable en el mundo social, en el mundo cultural, en el mundo escolástico y, no hay necesidad de decirlo, en las formas rudimentarias de la historiografía." (Le Goff 155)[8] Con el transcurso del tiempo se toma lo escrito como apoyo a la memoria oral.
Entre los señores y realeza comienza la memoria escrita a aparecer para describir sus bienes y su genealogía. En el campo literario la escritura también sirve de apoyo a la memoria oral, la última es la principal manifestación literaria de la época. En la escuela y Universidad la oralidad prevalece sobre la escritura. Se suscriben a la memoria, listas, glosarios, léxicos, montañas, listas de ciudades, ríos y océanos. Debido a la importancia que adquiere la memoria en la teología, academia y el arte, distintos pensadores como Santo Tomas de Aquino, desarrollan conceptos mnemónicos para mejorar los dotes de la memoria. Un pensador que va a tener luego una influencia en el renacimiento es Raimundo Lulio, de quien surge un arte de la memoria esotérico inspirado en las influencias planetarias. Sus inspiraciones neoplatónicas "… indujo a ver en su ars memoriae una doctrina cabalística, astrológica y mágica ."[9]
El progreso de la memoria escrita
Al aparecer la imprenta, la memoria interna o arte de la memoria va a desparecer ya para el siglo XIII, siendo remplazada por la memoria externa. Pero en el renacimiento el arte de la memoria llega a su máxima expresión con el desarrollo de las corrientes herméticas. Giordano Bruno, un dominico que termino ejecutado por los poderes eclesiásticos, señala en sus escritos que la memoria nos la da un alguien con poderes cósmicos, un mago divino, "…la mens del hombre es divina, ligada en su origen a quienes gobiernan las estrellas, hábiles ya en meditar, ya en dominar el universo."[10]
La imprenta guarda el conocimiento en el texto, con el desarrollo de esta ya podemos acudir al texto para accesar el conocimiento. Al no tener que memorizar el conocimiento, ya sea por la memoria oral o la de los manuscritos, el hermetismo mnemónico se deja de usar.
El texto nos permite desarrollar el conocimiento en una forma científica, se vira por completo la ecuación inteligencia/memoria, no es la memoria lo que desarrolla la inteligencia, es la inteligencia, el conocimiento lo que influye en la memoria. Descarte desarrolla el siguiente método "… «Se actúa a través de la reducción de las cosas a sus causas. Y puesto que todas se pueden, finalmente, reducir a una, es evidente que no hay necesidad de memoria para retener todas las ciencias» "[11] Con el establecimiento de archivos nacionales, creación de monumentos conmemorativos, la aparición del periodismo, bibliotecas, la fotografía a finales del siglo XIX, la memoria colectiva se transforma por completo en memoria externa o memoria artificial. Ya en este periodo de gloria para el desarrollo de la historia el problema memoria/historia parecía reconciliarse, las fuentes existían se podían consultar por lo tanto la memoria colectiva se objetivíza, se puede hacer historia en forma científica.
Las mutaciones actuales de la memoria
Lo que comenzó en la segunda guerra mundial con una calculadora mecánica a transformado hoy en día a la sociedad en su totalidad, pero nuestro concepto de memoria artificial continúa creciendo mientras la tecnología avanza. En un principio la computadora era una almacenadora de datos. Sin embargo, la interactividad y cantidad de información que puede almacenar parece ser infinita y el efecto que esto tenga en nuestra memoria externa esta por verse.
En este ensayo por ejemplo, la definición de la RAE al principio y las citas del libro de Le Goff, solo las copie de otros programas y las pegué en este documento. La bibliografía que mostramos aquí el formato es creado por "Word" y las correcciones ortográficas también las hace el programa "Word". Parecen tonterías, pero a través de las generaciones ¿que efecto ira teniendo la memoria artificial, que todavía esta en pañales, en la memoria colectiva e individual? Sabemos que el desarrollo del manuscrito es el principio del fin de la memoria oral. Por otro lado el desarrollo de la imprenta llega a tal punto que los positivistas solo podían concebir la historia verdadera como aquella que se apoya exclusivamente en el documento. En estos días se esta viendo en las cortes estadounidenses un caso contra "Google", que puede tener unas repercusiones enormes sobre el futuro de la imprenta. La digilitación de millones de libros por esa empresa con derechos exclusivos, monopolistas, tiene grandes implicaciones políticas, éticas y morales. Pero tarde o temprano, en diez, veinte, cincuenta años la memoria artificial tendrá repercusiones mayores en la memoria colectiva a la que tuvo la imprenta. ¿Qué efecto tendrá esto sobre la memoria individual, la memoria biológica?, ya que mientras más dependemos en la memoria externa menos se usa la interna.
Cualquier profesional hoy día usa la computadora para todos los aspectos de su vida, desde organizar su tiempo en una agenda, encontrar el amor de su vida, facturación y pago de transacciones, hasta buscar una receta por Internet. Es que el medio cada día mas, se transforma en la fuente. El enfoque principal de este ensayo a sido la memoria colectiva y porque me parece que esa memoria es la que tiene la posibilidad en el futuro de cambiar el concepto de oprimidos y opresores.
El problema principal de memoria/historia, desde Herodoto hasta el presente, es que la única memoria histórica que sobrevive es la de los opresores, los ejércitos victoriosos, los reyes y nobleza, políticos y burgueses. La historiografía moderna después de los Annales ha ido creando un espacio para examinar la historia del oprimido y de los que antes no contaban. La revolución cibernética nos brinda la posibilidad real de democratizar los medios para ponerlos al servicio de las grandes masas que la historia olvido. El Internet por ejemplo esta facilitando proyectos de historia oral, proyectos de historia como el del Holocausto o la guerra civil española. Estos medios, al igual que todas las fuentes anteriores serán revisados y examinados por historiadores para comprobar su validez. El problema memoria/historia nunca se resolverá, porque la memoria individual y colectiva siempre tendrán que ser validadas por los historiadores. La masificación de los medios de comunicación y transmisión y la realidad de que esos medios puedan estar en manos de los oprimidos virará boca abajo, la historiografía y el problema memoria/historia.
Bibliography
Appleby, Joyce, Lynn Hunt and Margaret Jacob. Telling the Truth About History. first edition. New York : Norton Paperback, 1995.
Burke, Peter. New Perspectives on Historical Writing. fith edition. Pennsylvania: The Pennsylvania State University Press, 1992.
—. The French Historical Revolution: The Annales School 1929-89. Stanford: Stanford University Press, 1990.
Collingwood, R.G. The Idea of History. New York: Oxford University Press, 1971.
Erll, Astrid · Nünning, Ansgar. Cultural Memory Studies. Berlín : Walter de Gruyter GmbH & Co., 2008.
Hutton, Patrick H. History as an Art of Memory. 1st edition. Hanover: University Press of New England, 1993.
Le Goff, Jacques. El Orden de la Memoria. Barcelona: Ediciones Paidós, 1991.
Marwick, Arthur. The New Nature of History: knowledge, evidence, languague. Chicago: Lyceum Books Inc., 2001.
Moradiellos, Enrique. Las Caras de Clío. Madrid: Siglo XXI de España, S.A., 2001.
Pereyra, Carlos. ¿Hitoria para qué? 21ra edición. México D.F.: Siglo XXI, 2005.
Tosh, John. The Pursuit of History. third edition. Harlow: Pearson Education Limited, 2000.
White, Hayden. Metahistory. 2nd. Edition. Baltimore: The John Hopkins University Press, 1975.
Autor:
Eduardo Aguiar
Profesor Josué Caamaño-Dones
12 de diciembre del 2009
[1] Patrick H. Hutton, History as an Art of Memory, 1st edition (Hanover: University Press of New England, 1993).
[2] Peter Burke, New Perspectives on Historical Writing, fith edition (Pennsylvania: The Pennsylvania State University Press, 1992).
[3] Astrid · Nünning, Ansgar Erll, Cultural Memory Studies (Berlín : Walter de Gruyter GmbH & Co., 2008).
[4] Jacques Le Goff, El Orden de la Memoria (Barcelona: Ediciones Paidós, 1991).
[5] Jacques Le Goff, El Orden de la Memoria (Barcelona: Ediciones Paidós, 1991).
[6] Ibíd. p. 149
[7] Ibíd. p.152
[8] Ibíd. p.155
[9] Ibíd. p.156
[10] Ibíd. p.166
[11] Ibíd. p.166
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