(Escrito en Machu Picchu 2001)
Habré de morir de pie De frente, de cara al sol Sin temor de abrir los ojos Cuando cien rayos de furia Quemen mi piel Abran mi pecho Y me opriman el alma.
Entonces, ¡Viviré hoy! Para que las furias todas Se apoderen del canto triste Canto melancólico que sale de mi pecho Es acaso que no prefiero morir en vuestras manos Para no subir sobre el mar En un duelo de alma triste.
Sabes Ya de morir no quisiera nada Porque nací para ser un ángel Que abre su tierra, para vivir la vida.
Es que ya son mis penas Crucificadas olas en mi alma Será un sorbo de tu vino El amable licor que acaricia Mis muchos pesares.
Quizás son los tabacos de mis abriles El hervidero de mis martirios. Y el oír de los muertos Que gritan ¡Valor y más batalla!
Quien sino la muerte que habita los adentros si hablar Sin respirar. Acaso son esquirlas Los golpes de la vida Pedazos de cóleras humanas Que yo más quisiera tener habitando en mis adentros Para no olvidar mis venganzas
Dímelo ¿Me haz visto llorar ayer? Porque he llorado y no ha costado nada.
Será que hay viernes quemados como hoy Que nos dejan lagrimas Que allí A los lejos Mi madre algún día, las vio pasar Cuando ellas agoraban Un duelo en sus pisadas.
Sabes Habré de morir de pie Y a no le temo a nada.
Autor:
Julian Torres Balestrini
Argentina
2008
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