La historia de la contabilidad
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Resúmen
LA TESIS
LA HISTORIA DE LA CONTABILIDAD, VÍA PRIVILEGIADA DE APROXIMACIÓN A LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
1. Argumentos y escaso empleo de los libros de cuentas en la investigación histórica
Los argumentos en los que la tesis se apoya son los siguientes:
Todas o casi todas las actividades humanas tienen un aspecto económico y, por consiguiente, necesitan, de un modo u otro, llevar cuentas de mayor o menor alcance y formalidad. La mayoría de estas cuentas se han perdido, indudablemente, porque para sus generadores su importancia, aunque grande, tiene una vigencia puramente temporal. Pero otras cuentas, sobre todo las públicas, se conservan, de forma que en los archivos de todas las partes del mundo existen miles y miles de libros de cuentas y legajos de registros contables, cubiertos de polvo, que no han sido nunca tocados por la mano del historiador.
Ello es así porque la mayoría de hechos históricos, incluso los que tratan de magnitudes económicas, han sido estudiados, descritos e interpretados sin tener en cuenta la posibilidad de que existieran registros contables relacionados con ellos.
2. Razones de este escaso empleo
Esta falta de utilización de los libros de cuentas enla investigación histórica resulta altamente sorprendente. En las páginas siguientes trataremos de identificar, discernir y explicar las principales razones que hayan podido contribuir a este hecho. Me apoyaré para ello en el caso español, que puede, sin embargo, generalizarse, pues el desarrollo de los hechos, las actitudes y las reacciones fueron semejantes en casi todos los países de nuestro entorno cultural.
Primera razón. Los contables y la contabilidad: un mundo aparte
Tal vez la primera de las razones tenga que ver con la falta de integración de los contables y su actividad profesional en el mundo académico e intelectual. En efecto, desde hace un par de siglos, por lo menos, se ha venido considerando en dicho mundo que los contables eran unos personajes dedicados a la realización de un conjunto de prácticas administrativas, puramente instrumentales y rutinarias, propias de oficinistas y empleados de comercio, que tenían poco que ofrecer en el ámbito de las ideas y los movimientos intelectuales, que cada vez iban cobrando más vida y más peso en la configuración de la cultura moderna.
Esta visión de la actividad contable, no desprovista de fundamentación objetiva, no constituye, empero, el reflejo de una realidad consustancial a la contabilidad. Y por ello es circunstancial: no siempre la ha acompañado. Surgió, como digo, hace unos doscientos o trescientos años, más o menos, tal vez como una emanación del espíritu ilustrado. Con anterioridad, en los tiempos del Renacimiento, la aparición de la contabilidad moderna, es decir, de la partida doble, fue saludada como una manifestación más del espíritu renacentista, interesado por todos los logros del intelecto humano, y fue encomiada por su contribución a los profundos cambios producidos en la configuración del mundo social, cultural y económico de la época. Y esque la contabilidad por partida doble, con su capacidad de control a distanciade los negocios y operaciones mercantiles, junto con otras innovaciones, producto del ingenio italiano en materia jurídica y económica, como lacreación de compañías de responsabilidad limitada que permitieran a los grandes mercaderes no comprometer todo su patrimonio en cada una de sus arriesgadas operaciones, el establecimiento y la práctica de seguros de transportes para evitar o paliar los graves riesgos que se corrían en los mismos en esos tiempos faltos de seguridad, el hallazgo de instrumentos de crédito que posibilitaran la movilización de fondos sin transporte físico del dinero, etc., contribuyó a crear nuevas formas y concepciones del gran comercio internacional. En efecto, gracias a estos factores se sustituyó el comercio medieval entre países, practicado hasta entonces por el mercader itinerante, que iba a intercambiar sus productosde feria en feria, por el comercio realizado por el mercader sedentario, que desde su oficina controlaba y enviaba sus productos a los factores y sucursales que había establecido en las principales plazas comerciales. Con ello seposibilitó un gran aumento en el volumen de las mercaderías traficadas, en la riqueza de mercado y, consiguientemente, en la de los mercaderes. Protagonistas de esta verdadera Revolución Comercial del siglo XIII, como la denominó Raymond de Roover, fueron los grandes mercaderes italianos, auténticos mecenas de la cultura, las artes y la intelectualidad durante todo el Renacimiento, merced al enriquecimiento que les habían proporcionado su espíritu emprendedor y las innovaciones que habían hallado y puesto en práctica; unas innovaciones que les situaron en cabeza del comercio mundial, con un adelanto de unos ciento cincuenta años sobre el resto de mercaderes europeos. De esta forma, propiciaron la aparición de un Renacimiento económico o comercial, del que se ha hablado poco, pero que fue el que precedió y posibilitó el famoso Renacimiento cultural y artístico. Grandes matemáticos y hombres del Renacimiento como Luca Pacioli y Gerolamo Cardano, juristas como Benvenuto Straccha, etc., se interesaron en esa época por las actividades de los mercaderes y por la contabilidad. Comprendían perfectamente la importancia de la contabilidad como instrumento formidable e indispensable para la direcciónde los negocios. Como Luca Pacioli, en su italiano medieval, decía: "perche el proverbio dici chi fa mercantia e non la cognosca, li soi denari doventan mosca", o sea, "pues, como dice el refrán: al que tiene un comercio y no está al tanto de él, los dineros se le escapan volando igual que si fueran moscas". Y continuaba, "Y según como le vayan los negocios, así actuará. Y si para ello le faltara alguna información, siempre podrá añadir nuevas cuentas, tantas como necesite".
Pero no es ésta la única vez que la intelectualidad se ha interesado por las actividades de los contables, ni tampoco que éstas hayan sido consideradas relevantes. En realidad, la necesidad de llevar cuentas es consustancial con la naturaleza del hombre. De hecho, desde que el hombre es hombre ha tenido necesidad de llevar cuenta de los alimentos que recogía o cazaba, de las reservas que le quedaban, de los que daba, prestaba o trocaba, etc. Esta misma necesidad fue la que, desde la aparición del hombre sobre la tierra, convirtió a la contabilidad en un factor de primerísima importancia en la configuración y desarrollo de la cultura y la civilización, y ello ya desde las culturas prehistóricas y protohistóricas. Tal circunstancia repercutió, obviamente, enel reconocimiento y rango alcanzado por los encargados de sistematizarla y aplicarla.
Tal fue la importancia de la contabilidad que, según los arqueólogos e investigadores alemanes Hans J. Nissen, Peter Damerow y Robert K. Englund, especialistas en la historia antigua de Mesopotamia, la escritura nació en ese entorno hace unos 5.000 años, precisamente al objeto de satisfacer la necesidad de llevar cuentas, de guardar memoria de hechos eco¬nómicos.6 Y la arqueóloga franco-canadiense Denise Schmandt-Besserat ha explicado este prodigioso proceso de creación de la escritura cuneiforme también a partir de la evolución de métodos contables antiguos de los mesopotámicos previos a su conocimiento de la escritura. En todas estas investigaciones destaca el rango de los que llevaban las cuentas, cometido que se reservaba a altos funcionarios.
Lo mismo ocurrió en tiempos más recientes en culturas que no habían alcanzado todavía el conocimiento de la escritura. Los incas, por ejemplo, desarrollaron un complejo y sofisticado sistemapara llevar las cuentas de las finanzas de su imperio por medio de nudos hechos en cuerdas, en los que cada cuerda representaba una cuenta o elemento patrimonial. Estos nudos, y el sistema en sí, se llamaban quipus, y la persona que estaba al frente del sistema y de los especialistas encargados de su funcionamiento era el quipucamayo, uno de los funcionarios de más alto rango del imperio y más cercanos al Inca.
Sea como fuere, lo que nos importa aquí y ahora en nuestro discurso es el efecto que en los tiempos actuales causó a los contables la actitud del mundo académico e intelectual con respecto a su cometido profesional. Lo cierto es que se sintieron muy dolidos y mortificados conla opinión que los medios intelectuales sostenían, sin demasiados disimulos, sobre sus actividades, que para los contables eran de la mayor importancia. Se sintieron incomprendidos y marginados. Hubieran podido intentar explicarse e integrarse, participando en los debates culturales e intelectuales de la época. Pero, en lugar de hacerlo, ofendidos por la actitud desdeñosa e injusta de la que, a su juicio, eran objeto, optaron, en una devolución de desdenes, por encerrarse en su mundo. Por supuesto, hubo voces discordantes con esta postura, pero en general prevaleció la opcióndel aislamiento y la falta de comunicación. Y siguieron desempeñando su profesión e impartiendo las enseñanzas de contabilidad enlas recién creadas Escuelas de Comercio, en las que su materia, junto con el cálculo mercantil y financiero, era una de las disciplinas fundamentales, sin tener mucho contacto, en general, con los círculos culturales e intelectuales.
Esta opción tuvo consecuencias desalentadoras. Mientras las otras enseñanzas técnicas de Tercer nivel o Superior –en las que, en principio, de acuerdo con lo dispuesto por el Plan de Instrucción Pública del Duque de Rivas, de 4 de agosto de 1836, se había integrado a las enseñanzas de Comercio, al mismo nivel que las Facultades universitarias– permanecieron en esta categoría y fueron creando sus propias Escuelas Superiores, como la Escuela de Ingenieros de Caminos, creada en 1834, o las de Ingenieros de Minas y de Montes, establecidas en 1835, las de Arquitectura, en 1844 y, finalmente, las de Ingenieros Industriales, en 1850, las Escuelas de Comercio pasaron a integrarse por el Real Decreto de8 de septiembre de 1850 en los Institutos de segunda enseñanza de las respectivas localidades, con dependencia de los Directores de los mismos.
Obviamente, este hecho acentuó la sensación demarginación, de que se despreciaba y dejaba de lado a los Titulares mercantiles, cuya formación básica, como se ha comentado, era la contabilidad. Así, en el Congreso de Profesores y Peritos Mercantiles de 1891, Ramón Pérez Requeijo, expresando el pensamiento de muchos de los presentes, pudo decir: "Algún tiempo ha que la carrera mercantil apenas era conocida de algunos cuantos desgraciados que no se cuidaban de aprovechar bien el tiempo y su dinero, cursando unos estudios que para nada habían de aprovecharles. Todavía ayer, si conocida ya de unos cuantos nuestra carrera, éramos menospreciados por los sabios oficiales, que desdeñaban nuestros estudios, creyendo que los habíamos adquirido poco menos que en el mostrador". Puede parecer increíble, pero ésta era la impresión de abandono, de falta de aceptación social,profesional e intelectual, que sentían los contables de aquella época, como se percibe por numerosos testimonios semejantes al citado a título de ejemplo.
Se replegaron, pues, más en sí mismos y siguieron optando por la idea de siempre: la de cursar en las Escuelas de Comercio todo el abanico de enseñanzas contables y comerciales, desde las más elementales, aptas para habilitar para el desempeño de puestos de dependiente de tienda o auxiliar de comercio, hasta las de carácter más avanzado. Se levantaron voces en contra, entre ellas la de Ramón Pérez Requeijo, propugnando una reforma de las enseñanzas mercantiles, de modo que para ingresar en las Escuelas de Comercio se requiriese el título de bachiller. Pero, no prevalecieron. Por un lado, existían ya muchos intereses creados; por el otro, se temía, seguramente con alguna razón, que no existiera demanda suficiente para unos estudios universitarios de comercio.
Incluso propuestas más modestas, sugiriendo que las asignaturas de derecho civil, derecho mercantil o economía política pudieran ser cursadas por los alumnos en la Universidad, encontraron respuestas ácidas. Ante una de estas propuestas de colaboración de las Escuelas de Comercio con la Universidad, el catedrático de la Escuela Superior de Comercio de Valencia, Vicente Antonio Gasca, comentó ásperamente en el Congreso Nacional de Contadores, Peritos y Profesores Mercantilescelebrado en Valencia el año 1909: "¿Cómo, pues, se pretende que en un organismo independiente como son las Escuelas de Comercio hayan de tener intervención las Universidades? ¿Por qué es mayor garantía? ¿Por qué nos daría mayor importancia? Prefiero más ser cabeza de sardina que cola de pescada, y además no me parece bien, porque la nuestra es una enseñanza completamente independiente de la Universitaria, y porque las Universidades, como tales Universidades, están llamadas a desaparecer, siguiendo las corrientes que imperan en la especialización de los estudios". No puede alabarse, realmente, la agudeza profética del señor Gasca.
Esta era la situación en aquellos tiempos, que se prolongó durante buena parte del siglo XX: una situación de separación y desencuentro, de la que posiblemente a ambas partes les cabía su dosis de responsabilidad. La actitud y opiniones de los medios intelectuales no propiciaba una aproximación de los contables, y el enclaustramiento de éstos en las propias posiciones no facilitaba, ciertamente, el interés del mundo intelectual por el quehacer de los contables, aunque la incorporación en tareas contables e inspectoras de los Titulados mercantiles a los cuerpos superiores de la Hacienda pública comenzó a prestigiar a la carrera de comercio, que no obstante siguió siendo algo no incorporado plenamente al mundo del pensamiento y la cultura.
Segunda razón. Desconocimiento de la verdadera naturaleza de la contabilidad: un lenguaje conceptual digno de conocerse por sí mismo
Pienso que la situación ha cambiado radicalmente en los últimos 25 o 30 años. La enseñanza de la contabilidad yde la economía de la empresa se ha integrado totalmente en la universidad y en la vida académica. El desarrollo económico ha prestigiadoestas enseñanzas al hacerlas más necesarias y demandadas, con loque unas enseñanzas que empezaron siendo algo así como el pariente pobre en las Facultades de Ciencias Económicas se han convertido hoy en las preferidas por el alumnado. Los expertos en contabilidad están explorando y ocupando cada día nuevos espacios vacíos en campos de estudio colindantes. Se reúnen en congresos internacionales de buen nivel académico y no creo que tengan ya motivos de queja por falta de aceptación social y profesional. Por otra parte, el mundo eco-nómico reconoce plenamente que la contabilidad es un imprescindible instrumento de dirección empresarial y que los expertos en estos temas son los más adecuados para asumir puestos directivos en las empresas.
Sin embargo, la contabilidad no ha logrado todavía elsuficiente grado de conocimiento y reconocimiento en los ámbitos culturales e intelectuales. En cierto modo, aunque superados ya los recelos inicialesocasionados por la idea de que era una actividad propia de pequeños empleados de comercio, se sigue considerando que constituye un conjunto de prácticas numéricas de escaso aporte cultural, de forma que no merece lapena hacer el esfuerzo de aprender sus reglas y su lógica, si no va unoa tener que utilizarlas de un modo u otro.
Se desconoce, así, su esencia real, su naturaleza de lenguaje conceptual, de un lenguaje que vale la pena conocer por sí mismo y que, aparte de ello, sirve para formular conceptualmente, expresar, guardarmemoria e interpretar magnitudes numéricas, unas magnitudes que clasifica por su naturaleza y que inserta en un marco sistemático, interrelacionado, exacto, cerrado y completo –y por ello comprobable–, en el que cada magnitud encuentra su explicación y razón de ser en función de las demás. Ya Raymond de Roover, en el año 1937, en un artículo famoso que marcó el comienzo de una nueva etapa en la historia de la contabilidad, al abrir a ésta nuevos y fecundos horizontes, definió a la contabilidad por partida doble como una técnica intelectual. La definición puede hacerse extensiva a toda clase de contabilidad, aunque, sobre todo, claro está, a la contabilidad por excelencia, la partida doble. Me refiero al artículo "Aux origins d"une technique intellectuelle: la formation et l"expansion de la comptabilité à partie double", publicado, y no por casualidad, en Annales d"histoire économique et sociale, la revista fundada por Marc Blochy Lucien Febvre, vehículo de expresión del espíritu de l"École des Annales. Dicha Escuela puso su mayor empeño en renovar a fondo la historiografía, presentando unas nuevas formas y objetivos de la investigación histórica, menos bélicos y políticos, con una concepción global de la historia y más cercana a las inquietudes del hombre cotidiano, atendiendo todos los aspectos de las cuestiones estudiadas, y no prestando tanta atención a los hechos y fenómenos espectaculares y a los cambios bruscos y repentinos, como a la evolución de las estructuras de mayor estabilidad y al contexto en que tienenlugar los hechos, en lo que Fernand Braudel llamó "la longue durée". Debo confesar que ésta de l"École des Annaleses una concepción de la historia que asumo y comparto en gran parte.
Este desconocimiento de la verdadera naturaleza de la contabilidad ha repercutido también posiblemente, de alguna manera, en el alejamiento de algunos historiadores no versados en la materia y, por ende, en el poco empleo de los registros contables en la investigación histórica.
Tercera razón. Dificultad de una correcta comprensión e interpretación de los registros contables
En 1950 Federigo Melis escribió la primera historia de la contabilidad general de que disponemos y la tituló Storia della Ragioneria. Contributo alla conoscenza e interpretazione delle fonti più significativi della storia economica.
Al hablar de las fuentes más significativas de la historia económica se refería, obviamente, a los libros de cuentas, a los registros contables. En sus tiempos la suya fue una afirmación muyavanzada, ya que en esos momentos, como en seguida veremos, la historia de la contabilidad era considerada por la casi totalidad de sus practicantes como el simple estudio de la evolución de las prácticas y las doctrinas contables.
Así y todo, sin darse cuenta, tal vez pecó de corto y falto de ambición, porque la historia de la contabilidad es mucho más que un yacimiento de datos, mucho más que una mera contribución al conocimiento e interpretación de unas fuentes de la historia económica: es parte de la propia historia económica, una especialidad metodológica de la misma. Él mismo lo entendió y practicó así en sus posteriores estudios histórico-económicos. En cualquier caso, no cabe duda de que su afirmación fue importante, porque llamó la atención sobre las posibilidades de la historia de la contabilidad. El hecho de que no tuviera un eco inmediato y no semultiplicaran los estudios de historia económica utilizando libros de cuentas como fuente se debió posiblemente a dos causas principales: primera, que al llevar su obra como título principal el de "Historia de la contabilidad" no atraería la atención de los historiadores económicos, llamando así para entendernos a todos aquellos que no acostumbraban a utilizar los registros contables en sus investigaciones y que tenían un concepto equivocado de lo que es la historia de la contabilidad. La segunda causa podría ser el hecho de que la comprensión einterpretación de los datos contenidos en los libros de cuentas resultadifícil e intrincado para los que no tienen conocimientos contables. Estos conocimientos, en principio, no tienen porqué ser muy amplios y profundos, pero a los profanos los planteamientos contables se les antojan sumamente enrevesados. De ahí que se abstengan de penetrar en terrenos resbaladizos que no conocen y en los que pueden cometer graves errores de interpretación.
A esto se añade la dificultad de que, aun teniendo una formación contable sólida, es necesario conocer el pensamiento y las técnicas contables practicadas en la época estudiada para poder interpretar correctamente los registros contenidos en los libros de cuentas. Estos conocimientos son los que proporciona la historia de la contabilidad. De este hecho nace la afirmación de que la vía privilegiada de aproximación a la investigación histórica es la historia de la contabilidad y no, simplemente, el estudio de los libros de cuentas.
3. Etapas en el desarrollo de la historia de la contabilidad y situación actual
Se ha comentado más arriba que cuando Federigo Melis publicó su libro, la gran mayoría de los historiadores de la contabilidad consideraba todavía que su disciplina se dedicaba simple o primordialmente al estudio de la evolución de las doctrinas y técnicas contables. Ello era, efectivamente, así. Federigo Melis, lo mismo que Raymond de Roover, fueron unos adelantados en darse cuenta de las posibilidadesy verdadera naturaleza de la historia de la contabilidad.
Aunque no soy excesivamente aficionado a la división en etapas del acontecer histórico, porque estas clasificaciones siempre llevan una alta carga subjetiva y tienden a generalizarse, cuando normalmente sólo son válidas para objetivos y finalidades concretos, en nuestro caso sí creo que puede resultar útil y explicativo fijar unas etapas o fases en el desarrollo de la historia de la contabilidad para conocer cómo han ido evolucionando el concepto, el campo de estudio y los objetivos de la disciplina hasta llegar a ser lo que sus practicantes entienden hoy por ella. A estos solos efectos, pienso que pueden distinguirse claramente cuatrofases en el desarrollo de la misma, que a continuación pasaré a enunciar con brevedad.
La primera etapa se inicia a finales del siglo XIX y finaliza, a mi juicio, en 1937. En esta fase se manifiesta el primer interés sistemático por la historia de la contabilidad y se publican las primeras investigaciones sobre la materia, que tienen lugar en Inglaterra en 1858, en Alemania en 1868, en Italia en 1869, en Francia en 1880 y en Holanda en 1896. En la primera mitad de esta etapa, los estudios se ocupan casi exclusivamente del análisis de textos contables, con poquísimas excepciones, entre las que se encuentran los trabajos de dos historiadores económicos de habla alemana, con buenos conocimientos contables, que utilizan libros de cuentas en sus investigaciones. Se trata de Hans Nirmheim y de Heinrich Sieveking, esteúltimo discípulo de Gustav Schmoller, perteneciente, por tanto, a la Deutsche Historiche Schule. El interés se centra en esta etapa en el estudio de las técnicas contables, de las cuales se considera como supremo logro la contabilidad por partida doble. Al final de la fase, bien entradoya el siglo XX, se comienza a estudiar directamente los libros de cuentas con cierta asiduidad.
En 1937 se publica el artículo de Raymond de Roover "Aux origins d"une technique intellectuelle: la formation et l"expansion de la comptabilité à partie double", del que ya hemos hablado. Este artículo inicia la segunda etapa, una etapa corta, pues sólo abarca hasta el año 1942, y en ella posiblemente no se publica ningún otro trabajo de relevancia. Pero es que el artículo de Roover marca por sí sólo el comienzo de una nueva fase, pues supone la primera aproximación científica a la historia de la contabilidad. En este período se produce una primera ampliación de horizontes de la disciplina. Se generaliza la idea de que la fuente más relevante de ella está constituida por el análisis de libros de cuentas. El estudio de éstos despierta el interés por las operaciones económicas registradas. A su vez, el conocimiento de estas operaciones despierta el interés por el contexto en que se realizaban las mismas y en el que se movían las personas o entidades dueñas de los libros, así como por la propia organización, administración, dirección y planteamientos de estas entidades en tanto entorno de los sistemascontables utilizados. La historia de la contabilidad transcendió de este modo del mero estudio de las técnicas y doctrinas contables.
La tercera etapa fue iniciada, siempre en mi opinión,en 1942, por otro artículo de Raymond de Roover, que también se ha citado: "The Commercial Revolution of the 13th century". Este artículo fue importante, porque mostró cómo la contabilidad por partida doble había jugado un papel relevante en la Revolución Comercial del siglo XIII, que, según hemos dicho, ocasionó un cambio radical en la organización del comercio exterior europeo. En esta etapa larga y fecunda tiene lugar una nueva y notable ampliación de horizontes de la historia de la contabilidad: no sólo se ocupa ya de las influencias del entorno en la contabilidad y en la configuración, administración y dirección de las entidades dueñas de los libros de cuentas, sino también de la influencia de la contabilidad en la configuración de la vida económica.
A finales de esta etapa quedó ya, pues, consolidada una cuádruple dimensión de la historia de la contabilidad:
1. Estudio de la evolución de las doctrinas y técnicas contables, tanto a través de los textos como de los libros de cuentas.
2. Estudio de las operaciones económicas registradas y de las entidades protagonistas.
3. Estudio del contexto y de su influencia en la organización, administración y planteamientos de las entidades propietarias de los libros, así como en los sistemas contables empleados.
4. Estudio de la influencia de los sistemas contables en el entorno económico.
A comienzos de la década de 1980 comienza la cuarta etapa, en la cual nos encontramos actualmente, con el surgimiento de la llamada "nueva historia de la contabilidad", como seguimiento algo tardío de los planteamientos renovadores del postmodernismo. Las nuevas ideas, aunque con algunos aspectos discutibles, han proporcionado una nueva ampliación de horizontes a la disciplina, que gana una quinta dimensión:
5. Estudio de las influencias del entorno sociológico, con aplicación de las relaciones saber-poder e incorporación demotivaciones de control de personas y de disciplinamiento en la configuración de los sistemas contables.
Estos son, pues, en definitiva, los campos de estudio y actuación en los que la historia de la contabilidad se mueve en la actualidad. Sin contar, por supuesto, las actividades en otros campos complementarios, constituidos por los estudios biográficos de personajes destacados en el terreno contable, los estudios sobre reglamentación contable, los estudios sobre el propio desarrollo de la disciplina o del estado de la cuestión, los estudios institucionales relativos a la formación de la profesión contable, de las asociaciones de contables e instituciones públicas de contabilidad, de las escuelas de contabilidad y la enseñanza contable, etc. En todos estos campos investigan y publican hoy los historiadores de la contabilidad. Puede decirse, pues, que en menos de un siglo la historia dela contabilidad, de ser una disciplina interna, por así decir, ocupada simplemente en el estudio de la evolución de las doctrinas y técnicas contables, ha pasado a convertirse en una actividad de investigación histórica multidisciplinar, con dedicación preferente a la historia económica –su disciplina madre, de la que forma parte–,con la meta primordial de obtener todos los conocimientos que puedan extraersedel estudio y análisis de los libros de cuentas y de la demás documentación contable del pasado.
Estos podrían ser los rasgos de la definición a dar hoy a la historia de la contabilidad. Con ello, se ha producido una escisión entre lo que podría llamarse historia de la contabilidad en sentido estricto, que estaría constituida por el planteamiento original, primitivo, interno de la disciplina, con una mera dedicación al estudio de la evolución de las doctrinas y técnicas contables, y la historia de la contabilidad en sentido lato, que constituye una vía de aproximación metodológica a la historia económica y, en general,a la historia de toda clase de hechos y actividades que hayan generado registros contables.
Es importante explicar y hacer hincapié en este hecho, pues la versión restringida o estricta es la que se mantiene viva en la mente de todas las gentes ajenas a la materia cuando piensan en los cometidosde historia de la contabilidad. Incluso es posible que hasta los propios historiadores de la contabilidad, aun cuando prácticamente todos sean conscientes de las nuevas posibilidades que les brinda la versión lata de la misma y lleven a cabo sus investigaciones de acuerdo con ella, no caigan en la cuenta de que lo que están haciendo es historia económica, es decir, una especialidad metodológica de esta materia caracterizada por el empleo de libros de cuentas como punto de partida.
Pero no sólo los historiadores de la contabilidad practican esta vía metodológica. Lo hace ya también un pequeño pero distinguido y creciente grupo de historiadores económicos,en el sentido antes apuntado, sobre todo de los dedicados a la historia de la empresa, que se ha percatado de las posibilidades que ofrece esta aproximación y la tiene en gran estima. Hay que felicitarse por este hecho, pues la motivación principal de formular y presentar esta tesis es, precisamente,la de extender el conocimiento y uso de esta vía.
Las ideas que alientan la presentación de esta tesis de que la historia de la contabilidad es una vía privilegiada de aproximación a la investigación histórica no son, pues, novedosasen absoluto. Vienen siendo aplicadas con normalidad desde hace varios años por los historiadores de la contabilidad y, más recientemente, también por algunos historiadores económicos, como se ha indicado.
Pero, parece que faltaba una declaración formal, una especie de manifiesto explícito que pusiera el hecho en conocimiento general, al objeto de que todos los historiadores interesados en ello pudieran tener noticia de que, con un pequeño esfuerzo de aprendizaje de las técnicas y la lógica contables –no tan costosas de aprender como se supone y, en todo caso, dignas de ser conocidas por sí mismas, dada sucondición de lenguaje conceptual–, y provistos del conocimiento de las prácticas utilizadas en la época que investigan –conocimiento que proporciona la historia de la contabilidad–, está a su alcance una metodología complementaria de investigación que lespuede resultar muy útil en el estudio de magnitudes monetarias, siempreque en su tema de investigación se hayan generado y se conserven librosde cuentas.
* * *
En la parte siguiente presentaré una investigación empírica con el ánimo de que se pueda apreciar el grado de información, detalle, interrelación y exactitud que ofrecen los registros contables, pretendiendo justificar con ello la tesis de que la historiade la contabilidad constituye una vía privilegiada de aproximación a la investigación histórica.
Enviado por Esteban Hernández Esteve
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