Edificios y lugares circundantes
Cuando Juan de Garay, en 1850, desembarco en las costas de la ciudad, trazó una cuadricula alrededor del lugar en que había realizado el acto de Fundación: La plaza de Mayo; adjudicó los predios de los costados para el Cabildo(poder civil), la Iglesia, y el fuerte (poder militar). Y repartió el resto de las tierras entre las personas que llegaron a él.
La Plaza de Mayo:
Se encuentra en él limite de los barrios Monserrat y San Nicolás de Bari, pertenece al primero.
La Plaza también abarcaba la manzana limitada por las calle Defensa , Rivadavia, Hipólito Irigoyen y Bolívar.
La plaza tenia como objetivo servir de sitio par mercar, un lugar destinado para feria o mercado de los ciudadanos , era el punto de reunión de los vendedores y comerciantes. Allí se podían comprar velas, pescados, mulitas, gallinas, pollos y perdices. Por esto ultimo se la llamó "Plaza de las Perdices".
En aquella época el río alcanzaba hasta donde se encuentra actualmente la Casa de Gobierno. Juan de Garay eligió este sitio por ser alto con respecto al río y llano en sus relieves.
En la plaza funcionaba el mercado, se ejecutaba a los reos y se celebraban las fiestas y corridas de toros.
En el año 1803, se construyo una recoba destinada al comercio, que abarcaba desde la avenida Rivadavia has Hipólito Irigoyen. la misma dividía la plaza al medio por un arco que denominaron el arco del Virrey. .
La parte que daba al Cabildo se la denominaba Plaza grande, luego del triunfo con los ingleses se la denomino plaza victoria. . La otra mitad, con frente a la Casa de Gobierno se la denomino Plaza fuerte o De Armas.
En el año 1806, la Plaza fue escenario de los combates entre las fuerzas invasoras británicas y las locales.
El general Beresford rindió sus armas en la Plaza Mayor, llamada Plaza , La Victoria.
El 5 de Abril de 1811 fue comenzada la Pirámide de Mayo en conmemoración al primer aniversario de la Revolución y en homenaje a los hombres que tomaron parte de ella. Fue inaugurada el 25 de Mayo de 1811, y la obra finalizo dos meses después.
La plaza no solo fue marco de la vida política del país, sino también el recinto en el que se demostraron la mayoría de los avances tecnológicos, la iluminación a gas, la eléctrica, el primer ensayo de transmisión telegráfica.
Todas las manifestaciones de adelanto tecnológico llegaron a su punto culminante en 1880. En ese año Don Torcuato de Alear inicio la construcción de Buenos Aires contemporánea imitando el modelo de París. En 1883 se encara la demolición de la recoba, las dos plazas se convierten en la actual Plaza de Mayo
Desde la Plaza arrancan en 1913 la primera líneas de Tranvías Subterráneas de América del Sur.
El pintor y arquitecto Pueyrredon proyecto una nueva y una vez aceptada se idea se realizo la actual, la primitiva se encuentra en su interior.
En la parte superior de la nueva pirámide se coloco la Estatua de la Libertad, que se encontraba en el teatro Colon. (Hoy Banco de la Nación Argentina.)
Se colocaron cuatro estatuas de mármol, ubicadas en los respectivos ángulos del pedestal, los cuales representaban:
La astronomía, la navegación, La geografía, La industria,
Posteriormente fueron sacadas ya que no se correspondían con el espíritu de Independencia y libertad que se querían transmitir en ese monumento.
En nuestros días la Plaza es fundamental mente símbolo del derecho de los ciudadanos a reclamar.
El Cabildo
Reseña histórica: En las ciudades, villas, y lugares que los conquistadores fundaban en América, establecían una organización municipal, le Cabildo, que a semejanza de los ayuntamientos o consejos de las metrópolis, constituida núcleo de vida social, y asumía funciones de policía, administración, justicia, y abasto.
Los primeros miembros designaban al conquistador . La representación popular directa en el seno de l Cabildo era accidental y únicamente se hacia efectiva en los cabildos abiertos.
Cuando a mediados del siglo XIII se crearon las intendencias, la autonomía de los cabildos sufrieron un quebranto, aunque la función de aquellos sobrevivieron.
Ubicado sobre la calle Bolívar, entre la avenida de Mayo e Hipólito Irigoyen. Cumplía las funciones de: Policía, administración, abasto y justicia.
Constituye uno de los símbolos patrios que posee la República, ya que fue centro de numerosos hechos decisivos en la política argentina.
Su construcción se inicio en 1608, llevada a cabo por el alarife Juan Méndez. En el año 1632 la construcción comenzaba a deshacerse y después se demoraron tres años para levantar un edificio nuevo. En 1772 se pidió al ingeniero Domingo Petrarca los planos para un nuevo ayuntamiento y cárcel, pero el proyecto no se llevó a cabo por recursos económicos.
En 1748 se termino el primer piso y en 1763 se construyo la torre donde se colocó el reloj caído de Cádiz.
El cabildo fue en 1810 el epicentro de la Revolución de Mayo, inicio la gesta de la Independencia. Es también uno de los edificios al que más cambios se le otorgaron. A trabes del tiempo.
Construida por Andrés Blanqui. El modelo se asemeja a los cabildos coloniales de Salta y Córdoba, con dos plantas y un frente que ocupaba media cuadra.
La característica de su estilo es colonial, contaba con 11 arcos. En 1825 contaba con cinco arcas de cada lado y en 1879 aparece este con la torre modificada pues se han agrandado los ventanales de su ultimo cuerpo, para dar lugar a un nuevo reloj. En la época de Rosas se considero hora oficial la que señalaba el reloj de l Cabildo. En 1889 se construye la avenida de Mayo durante la independencia de Marcelo Alear, obligándole a suprimir tres arcos del norte.
En 1931, al ensancharse la avenida Roca, se le suprimieron los otros tres arcos del lago sur.
En, 1940, el arquitecto Buschiazzo realiza una remodelación general del que el Cabildo.
El Cabildo en el año 1942 es declarado Monumento Nacional y es custodiado por gendarmería
Casa de gobierno:
El solar en el que está emplazada la Casa Rosada fue, durante toda la historia de Buenos Aires, la sede de las distintas y sucesivas autoridades políticas que gobernaron el país.
A poco de fundar la Ciudad en 1580, Don Juan de Garay mandó cavar
una zanja y terraplenes formados con las mismas tierras extraídas de ella,
encerrando dentro el origen de lo que más adelante se llamó "Real
Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria" o "Castillo de San Miguel". Posteriormente, en 1595, el gobernador Fernando de Zárate mandó levantar una amurallada construcción de 120 metros de lado, con foso y puente levadizo, que se alzó en la manzana ceñida por las actuales calles Rivadavia, Balcarce e Hipólito Yrigoyen y la Avenida Paseo Colón sobre las barrancas quedan al río. Finalmente, a principios del siglo XVIII se construyó un sólido fuerte, íntegramente hecho de ladrillos, cuyas murallas y bastiones perduraron hasta su demolición, un siglo y medio después, Ya en el período de la Independencia, la Casa que había sido residencia de gobernadores y virreyes españoles, albergó, con muy pocas reformas, a las autoridades de los sucesivos gobiernos patrios: las Juntas, los Triunviratos, los Directores Supremos, los Gobernadores de Buenos Aires y el Primer presidente. Abandonada y parcialmente demolida, volvió a tener protagonismo como sede del gobierno político a partir de 1862, cuando Mitre se instaló con sus ministros, remozando la antigua residencia oficial del fuerte. Su sucesor, Sarmiento, decidió embellecer la morada del Poder Ejecutivo Nacional, dotándola de jardines y pintando las fachadas de color rosado, con el que, posteriormente, se continuó caracterizando. La construcción de la actual Casa de Gobierno comenzó en 1873, cuando por decreto se ordenó construir el edificio de Correos y Telégrafos en la esquina de Balcarce e Hipólito Irigoyen. Pocos años después, el presidente Julio A. Roca decidió la construcción del definitivo Palacio de Gobierno en la esquina de Balcarce y Rivadavia, edificación similar al vecino Palacio de Correos. Ambos edificios se unieron en 1886 mediante el pórtico que hoy constituye la entrada de la Casa Rosada Con estas construcciones, desaparecieron los últimos recintos del antiguo Fuerte del que, sin embargo, quedan como testigos algunos muros y una tronera que se conservan y pueden visitarse, contiguas a las galerías de la Aduana de Taylor en el Museo de la Casa de Gobierno.
Consejo deliberante:
Esta es la cede del Poder Legislativo a nivel municipal. La torre mide aproximadamente 97m y en ella se encuentra un reloj, y cinco cuadrantes, uno por cada cara de la torre.
Las campanas son también cinco, y representan las tres carabelas y las primeras maquinas ferroviarias de nuestro país: "La libertad" y "La Porteña".
Tiene su entrada principal por la Avenida Julio A. Roca 575.
Ministerio de Salud y Acción Social y Economía:
Ambos son sedes de diversos caracteres y su construcción es actual.
El primero fue creado en el año 1884 y posee las siguientes subsecretarias: Deportes y Recreación.-, Técnica y Coordinación Administrativa, Promoción Social del, Menor y La Familia.
El segundo se halla ubicado en la calle Irigoyen, esquina Balcarce y posee las siguientes subsecretarias: Comercios y Asuntos Marítimos, Agricultura, Industria Minería y Hacienda. También funciona como sede central de la DGI.
Banco Hipotecario de la Nación:
Allí se encontraba situado el Congreso de la Nación el que se edifico en el año 1862.
En 1906 paso a ser Banco Hipotecario , en donde podemos encontrar dos de las salas erigidas como monumentos históricos en 1942. también funciono como sección legislativa (1905)
Banco de Crédito argentino:
Su fachada gano premios internacionales, por su trabajo de estuco y yeso.
Se ubica en la Av. Rivadavia, esquina Reconquista. El edificio muestra con características de estilo renacentista, hecho con mármoles italianos.
Banco de la Nación argentina:
El Banco ocupa toda una manzana: es una bella ogra de arquitectura. El actual edificio que finalizo en 1944 esta recubierto con piedra cuarcita traída de Chapadmalal y Balcarce.
Aquí funciono el Teatro Colon hasta el año 1885. En 1887 ocupa el edificio el Banco Nacional. En 1891, durante la presidencia de Carlos Pellegrini, se crea el Banco de la Nación Argentina, que se instala en el edificio.
Actualmente en el segundo piso alberga el museo histórico Numismático Argentino.
El Banco tiene 5Km de corredores y 1500 puertas con llaves. Mide 40 metros de altura y tienen 100000 metros cuadrados de superficie cubierta. Posee 10 puertas de entrada, de bronce cuyo peso varía de 10 a 16 toneladas cada una, accionada eléctricamente, mediante una central combinada con relojes. Fue diseñada por el arquitecto Bustillo.
Franco Inglesa:
Compañía de seguros, ubicada en la calle Hipólito Irigoyen, entre las calles Defensa y Bolívar. Fue fundada en el año 1876.
Municipalidad de Buenos Aires:
En el año 1852 se sanciona un decreto que daba nacimiento a la Municipalidad de Buenos Aires, en reemplazo del existente Cabildo.
Dos años mas tarde se sanciona la ley de los municipios y en 1856 se efectúa la reunión inaugural, pero no seria hasta 1882, siendo el primer Intendente Don Torcuato de Alear.
La arquitectura del edificio es de origen francés, sus constructores fueron Castello y Scala bajo las ordenes del ingeniero Cognoni. En principios se construyo sobre el terreno que daba a la Av. de Mayo y Bolívar, dejando especificada lama posibilidad de ampliarse hacia los terrenos de Rivadavia y Bolívar, esto se llevo a cabo en 1900.
La ceremonia se realiza en el Salón Blanco, en el que se destaca un cuadro del pintor Carbonero que reproduce la escena de la fundación de Buenos Aires. Parte del solar que ocupa hoy el edificio es un regalo que hizo el gobierno argentino al General San Martín con motivo de sus victorias de Maipú y Cachaducho.
Palacio arzobispal y la Curia Metropolitana:
Esta situado al lado de la Catedral, donde antiguamente existía un cementerio ya que según la costumbre imperante en la época se enterraba en las iglesias y sus adyacentes hasta que Rivadavia lo prohibió habilitando como cementerio publico la huerta de los recoletos.
El antiguo enterratorio quedo convertido en un baldío al no poderse realizar en el inhumaciones. Después de la caída de Rosas, el primer arzobispo de Buenos Aires Monseñor Mariano José de Escalada levanto sobre el un palacio arzobispal obra de Pedro Fosatti y construido por Pedro Renom.
La actual construcción consta de 11 pisos destinados a la organización y funcionamiento de las tareas del arzobispado de Buenos Aires que fue incendiado en 1955 y reconstruido en el mismo lugar.
Los archivos demás de 80000 legajos, que contenían la historia de la religión desde 1600, se convirtieron en cenizas.
Antes la Curia se hallaba anexada a la Catedral pero ahora entre el templo y la edificación existe un jardín donde se ha dispuesto la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, el proyecto pertenece a la arquitectura de Alfredo Casares y Julio Aranda y el ingeniero Luis Argüí.
Historia del barrio San Nicolás de Bari
La Catedral Metropolitana se encuentra situada en la zona este de Buenos Aires, en el barrio de San Nicolás de Bari.
El nombre dado a este barrio se debe a la iglesia homónima, fundada en 1773 por Domingo Acasusso, en la esquina de las calles Carlos Pellegrini y Corrientes, por real cédula del 8 de julio de 1767.
La ordenanza municipal N 26607 de 1972 que reglamenta la delimitación de los barrios porteños determina que la iglesia mayor de Buenos Aires pertenece al barrio de San Nicolás de Bari.
San Nicolás, juntamente con Montserrat fueron los primeros lugares habitados de la orgullosa Santa María del Buen Ayre, ya que un cuarto del barrio forma parte del trazado de la ciudad por Juan de Garay, en 1580.
Desde la fundación de Buenos Aires transcurriendo la época de la colonia y hasta el crecimiento desmesurado de ella, que llevó sus límites más allá de los de la gran aldea, por la historia transitó los tranquilos días del Virreynato, se agitó en los expectantes momentos prerrevolucionarios, se convulsionó en la defensa ante las invasiones inglesas, vio caminar por sus calles a las figuras políticas y artísticas de mayor trascendencia y fue siempre protagonista de los episodios que más convulsionaron a la vida política de los argentinos.
Cortada por la mitad, por la avenida más ancha (del mundo), atravesada por la ´´avenida que nunca duerme´´ y donde por primera vez se hizó la enseña nacional; por sus calles también nació y se desarrolló la música ciudadana, pergueñada si en los arrabales, pero dada a luz hasta pisar la Corrientes Noctámbula. Pegada al puerto, la zona de San Nicolás fue el pórtico de entrada de toda novedad a la que tan afecta era y es la coqueta Buenos Aires.
San Nicolás siempre fue el barrio de vanguardia, a tal punto que podemos afirmar, que todos los restante barrios crecieron mirando a San Nicolás, adoptando sus modas y su vertiginosa capacidad de ser la vidriera receptora de las novedades del mundo. Además, porque sin duda debe ser el barrio más transitado por los mismos porteños y por los argentinos que viven ahí nomás, cruzando la Gral. Paz. Es por Corrientes, por Florida, por la 9 de Julio, por Tribunales, por donde pasa lo más representativo de la ciudad más hermosa del mundo: ´´la nuestra´´
Es en una casa del barrio donde se escuchó por primera vez el Himno Nacional, la casa de Mariquita Sánchez de Thompson ubicada en Florida y Perón, donde transcurrían las tertulias de los más ilustres habitantes del Buenos Aires de la Revolución de Mayo. En una de las dependencias de esa casa, funcionó además la Logia Lautaro, donde se reunían San Martín, Alvear, Zapiola, Monteagudo, Anchorena quienes por algún tiempo marcaron los destinos políticos nacionales.
San Nicolás fue el barrio que tuvo el primer Hospital (San Martín), tuvo las primeras representaciones teatrales, la primera exhibición cinematográfica en el derruido “Odeón´´, la primera calle empedrada de la ciudad – Rivadavia entre Florida y San Martín – la primera línea de tranvías.
Días en San Nicolás
San Nicolás, era como el espejo de la noche o la reunión de afiebrados mediodías. Es decir donde todos los porteños encontraban su identidad, su carta de ciudadanía. Noches de San Nicolás, quien no se acuerda, cuando la vieja radio Municipal estaba en el subsuelo del Teatro Colón y trasmitía los grandes conciertos de tango en los mediodías de los domingos que daba el bandoneón de Troilo y donde cantaban “el pibe de Oro“ Rufino y el inacabable Polaco Goyeneche.
Todos los porteños tenían pasión por el barrio donde soñamos nuestro destino, o donde frente a un cortado a medio tomar miramos el humo del ultimo ‘faso’
O la ancha con obeslico de por medio y pizzerías famosas de ahora y entre el ruido estrepitoso de alguna cafetería al paso.
La aduana metafísica de los almanaques va cambiando pero hay algo que perdura: los teatros, hoteles y vidrieras.
El barrio de San Nicolás tan enraizado con los orígenes mismos de Buenos Aires, pero al mismo tiempo tan representativo de la transformación de la gran urbe; moderno, vertiginoso y cosmopolita.
El barrio de San Nicolás alberga hoy a la City y a Tribunales. A cientos de servicios conexos a ellas. En él están ubicados los mas grandes teatros del país y en algunos casos de Latinoamérica. Y los restaurantes de antología y la mítica calle Corrientes, y la imagen que identifica a Buenos Aires: el Obelisco con su plaza de la República.
Este barrio no es un lugar geográfico, sino un mito en el corazón.
Lugares históricos: destacados
La Catedral: profundizaremos luego.
Basílica de la Merced: ubicada en Perón y Paraná. El edificio se levantó en 1721 y la razón de ser monumento histórico se debe a que los Defensores de la Ciudad libraron una encarnizada batalla desde sus terrazas contra los invasores en 1807. También, sus claustros fueron dispuestos como hospital en 1827, para los numerosos heridos de guerra que arribaban a Buenos Aires, como consecuencia de la Guerra contra el imperio del Brasil.
Casa de Mitre: San Martín 336. Es una casa construida a fines del siglo XVIII. En ella Bartolomé Mitre escribió la ´´Historia de San Martín y la Independencia de América´´, la ´´Historia de Belgrano´´ y tradujo la ´´´Divina Comedias. Además albergó la mayor biblioteca americanista de su momento.
Las Catalinas: en Viamonte y San Martín. El edificio se remonta a 1783. En 1807, fue invadida y tomada por varios días por los ingleses y prontamente recuperada por la valerosa defensa de sus moradores y vecinos.
Lugares Característicos
Uno de los centros nocturnos más importantes del barrio fue la manzana comprendida por las calles Perón, Suipacha, Sarmiento y Pellegrini, sesgada por el mítico pasaje Carabelas. La manzana abrigó innumerables cafés y restaurantes en donde recalaban indefectiblemente los porteños amantes de la noche. Poetas, escritores, músicos, gente del teatro encontraban allí el ambiente propicio para la polémica, la bohemia y el libre fluir de los sueños y delirios.
En Perón y Carabelas estaba “el Conte´´ el más famoso restaurante con una cocina cuyo prestigio aún hoy rememoran los porteños. Era uno de los restaurantes más caros y frecuentados por Carlitos Gardel.
Era común, que luego de una tarde afortunada en Palermo, los muchachos se fueran a gastar “la guita´´ en el Conte: “después te espero en El Conte, pa´ poderlo festejar…´´ dice el tango.
Calle Corrientes: era quien marcaba a la ciudad con sus cafés, sus boliches, restaurantes quien posibilitó a que los porteños desarrollaran esa vocación por hacer de la amistad un culto, por usar los lugares de encuentro luego de la oficina, para desgranar horas de charla sobre “el fulbo´´, la política, la melancolía y la nostalgia. Lugares para dejar transcurrir horas perdidas o ganadas mirando el crecimiento del país, a través de los vidrios de ese segundo hogar porteño.
Cortada Carabelas: definida por un periodista herido de porteñidad como ´´el tajo malevo que el progreso le hizo a nuestro barrio“ fue una callejuela frecuentada por elementos del mal vivir y de aquellos escritores y poetas que encontraron en sus restaurantes y cafetines el venero inagotable que da la vida mostrando sus llagas. Allí estaba "La Croce di Malta" donde se reunían los periodistas de "La Patria Argentina" "La Nación". Los cafetines: Los Pajaritos y La Taberna de Mario, donde las noches eran finalizadas casi siempre con cuchillos, la sangre y la taquería.
Cuando Juan de Garay vino desde Asunción a fundar la ciudad de la Trinidad, acto que tuvo lugar el 11 de junio de 1580, destinó para la iglesia mayor o catedral el mismo cuarto de manzana que ocupa hoy en día. En el acta de fundación se lee: "hago y fundo en el asiento y pueblo una ciudad la cual pueblo con los soldados y gente que al presente he traído para ello, la iglesia de la cual pongo por advocación de la Santísima Trinidad, la cual sea y ha de ser iglesia mayor parroquial". En lo que atañe a la jurisdicción eclesiástica, la nueva ciudad dependía de la diócesis del Río de la Plata, creada por Paulo III el 1º de julio de 1547 con sede en Asunción.
La iglesia parroquial era una modesta construcción con tapias de adobe y madera, que en 1605 el gobernador Hernando Arias de Saavedra mandó a demoler por muy vieja e indecente. Ignoramos qué proporciones tendría la que se levantó en su lugar con madera traída expresamente del Paraguay. Años más tarde, en 1616, su techumbre amenazaba desplomarse y la parroquia tuvo que pasar a la iglesia de San Francisco.
Y mientras se hacían proyectos para reformarla, solicitando para ello la contribución pecuniaria de los fieles, la iglesia acabó de derrumbarse porque estaba mal edificada y con madera podrida de sauce. Esto era en 1616. Ni el Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad perdieron el ánimo y enseguida fletaron una embarcación al Paraguay para adquirir y traer la madera necesaria para la reedificación del templo. Las obras se iniciaron en enero de 1618. Según el presupuesto de Pascual Ramírez que las llevaría a cabo, su costo sería de 1.100 pesos. A finales de aquel mismo año la obra del templo estaba concluida. Pero se ofrecía una dificultad: éste resultaba más pequeño que el anterior, tanto que en 1621 ya se hablaba de construir otro destinado a catedral.
Entre tanto, en Madrid y en Roma se llevaban a cabo los trámites para la creación de la diócesis de Buenos Aires. La bula de erección canónica por Su Santidad Paulo V está fechada el 30/3/1620 y su ejecución tuvo lugar el 19/1/1621 por su primer obispo el carmelita Fray Pedro de Carranza, lo cual quiere decir que en esa fecha tomó posesión de la diócesis. El obispo señaló como catedral la única iglesia de clérigos que había en la ciudad. Y en su carta de 4 de mayo de ese mismo año escribía al rey: "está tan indecente (la catedral) que en España hay lugares en los campos de pastores y ganados más acomodados y limpios; no hay sacristía, sino una tan vieja, corta e indecente, de cañas, lloviéndose toda con suma pobreza de ornamentos". Y más adelante: "El Santísimo Sacramento está en una caja de madera tosca y mal parada". "Y en cuanto toca al edificio, es forzoso él entablarla y acomodarla, solo pena de que dará toda en tierra y nos iremos a una Iglesia de un convento a hacer catedral". Y en el auto de erección del 12/5/1622 dejó escrito: "Sin coro ni sacristía a propósito, la cubrimos de nuevo y retejamos e hicimos sacristía nueva y coro y pusimos pila de agua bendita en medio de la iglesia y trajimos de España, con limosnas que su majestad dio y nosotros en parte tafetanes de colgadura y ternos y otros adornos para servicio del culto divino e hicimos fuera de esto, donación a la catedral de dos cuadros grandes con guarniciones doradas, el uno del glorioso San José, y el otro de la Magdalena". Además, instituyó dos cofradías: la del Carmen y la de Esclavos del Santísimo Sacramento. Esta fue, pues, la que podemos denominar la primera
Cuando el tercer obispo de Buenos Aires, Fray Cristóbal de la Mancha y Velazco llegó a su sede el 6 de octubre de 1641, halló a la catedral, si no en estado ruinoso, por lo menos muy deteriorado. Así que concibió de inmediato la idea de levantar una nueva catedral y se lo comunicó al rey el 19 de noviembre de 1662. Según el plano que le adjuntó, el templo iba a tener tres naves; para su construcción se necesitarían 5.000 pesos, suma que solicitaba del real tesoro. En la persona del excelente gobernador, don José Martínez de Salazar halló el obispo quien colaboraba en la construcción del templo no sólo con su influencia, sino hasta con dinero de su propio peculio. El 20 de diciembre de 1671 la catedral estaba terminada: constaba de tres naves, su techo de madera y una torre; era de proporciones regulares.
Pero he aquí que una obra con tantas apariencias de solidez, al cabo de siete años, por causa de la calidad inferior de algunos materiales usados en su construcción, empezó a dar muestra de su ruina inevitable: esta es la segunda catedral.
En el año 1678, el nuevo prelado, Antonio de Azcona Imberto se dirigió al rey haciéndole presente la urgencia en la reparación de la catedral, y solicitando la suma de 12.000 pesos. Su majestad acudió a la demanda, de tal manera que en octubre de 1680 se dio comienzo a las obras. El historiador Rómulo D. Carbia comenta: "El peligro estaba en el techo y tenía su origen en que no se le había dado la corriente que exigía la frecuencia y la abundancia de las lluvias. La iglesia se goteaba toda, y ello se debía a que los canales que corrían en todo lo largo del edificio, sobre los arcos que dividían las naves laterales y que tenían por objeto recibir las aguas de la nave principal, habían sido construidos con poca capacidad y malos materiales, al punto de producir continuas filtraciones". Pero aquí surgieron otras dificultades, porque el techo se desplomó, se destruyó a consecuencia de ello el retablo del altar mayor y se impuso la demolición de la torre por la gravedad de su deterioro.
Su reconstrucción marchó muy lentamente, sobre todo por razones de orden económico. A pesar de ello, en 1690 la iglesia con sus tres naves estaba cubierta, aunque todavía faltaba adecentar su interior y por la parte de fuera sus capillas, la sacristía y había que elevar la torre que hasta entonces sólo contaba del primer cuerpo. Para hacer frente a todos los gastos se echó mano de todos los medios disponibles: la real hacienda, el obispo con sus rentas y alhajas, el vecindario con sus limosnas.
La obra siguió adelante, pero por las sólitas dificultades económicas, al fallecer el obispo en el año 1700 aún no estaba concluida. Y esta fue la tercera catedral.
Su sucesor fue el trinitario Fray Pedro Fajardo, apostólico y santo prelado, que como es de suponer puso todo su empeño en la conclusión de las obras de la catedral. En carta de 20 de agosto de 1721 comunicaba el obispo al rey que ya se había dado cima a una de las torres y estaba interesado en levantar la segunda.
Pero al año siguiente en 1722, la techumbre del templo se iba deteriorando de tal modo, que se temía su derrumbamiento. Enfermo y en cama, el obispo pidió al Cabildo Eclesiástico que se hiciese cargo de la obra. Ya se supone que la primera dificultad que se presentó fue la carencia de recursos económicos.
El Cabildo, en tal coyuntura, dirigió un exhorto a los miembros del Ayuntamiento a quien competía, también, poner manos en ese asunto. Pero por un motivo u otro (algunos verdaderamente fútiles) se pasaron dos años sin que se hubiera adelantado nada. Entonces es cuando surge la figura del arcediano Marcos Rodríguez de Figueroa y con él las cosas entraron por la vía recta. A su actividad y celo por la causa de Dios se debe la terminación de la obra de la catedral. Para ese efecto, la real haciendo puso 1.800 pesos y él 3.000 de sus propios haberes; el arcediano consiguió 1.500 del vecindario e hizo un empréstito de 2.500 y 1.000 provinieron del cabildo secular. Con el monto de estas sumas, se consiguió terminar con el trabajo de las torres, arreglo de las naves y el del pórtico; además, en 1725, un tal Tomás Trupp, hizo una donación de 5.000 pesos para las campanas (cnco campanas!). Y ésta fue la cuarta catedral.
Al morir Fray José de Peralta, se reunió el Cabildo y eligió vicario capitular al Dr. Bernardino Verdún de Villaysán, una de cuyas principales ocupaciones –y las del Cabildo- fue el mejoramiento de la catedral. Como primera providencia, tanto el vicario capitular como el Cabildo, hicieron traer de Potosí 400 libros de oro y los elementos necesarios para hacer dorar el retablo; luego se ocuparon de blanquear la sacristía mayor, los pilares del cañón principal, de todas sus capillas y del bautisterio; se cerraron los tres arcos que se hallaban bajo la torre, "así por hallarse sin abrigo (dicen los documentos) y expuestos a los vientos y polvos que perjudica mucho al aseo de la Iglesia, como porque el Señor gobernador, las reales juntas, el teniente de sacristán mayor, que vive en uno de los accesorios, y otras personas temerosas de Dios tienen informado que sirve, de noche, de abrigo de liviandades. El Cabildo se ocupó en hacer alargar el presbiterio, ensanchar la mesa del altar mayor, cuyo retablo compuso en sus dos caras: tampoco olvidaron los señores canónigos la sala capitular y el archivo, que se preocuparon de ordenar y componer según las normas de la época de tal manera que no sufrieran deterioro los documentos y papeles que en él se habían de guardar. El Cabildo tuvo que sufragar los gastos que traían consigo estos arreglos y adecentamientos. Un vecino de la ciudad, nombrado Agustín de García, donó 500 pesos para el dorado y pintura al óleo del coro principal. Y ésta es la quinta catedral.
La actual Catedral. Parecía que la quinta catedral iba a ser la definitiva Pero por desgracia no fue así. Porque a las 9 de la noche del 23 de mayo de 1752 se derrumbó una parte de la catedral y entre las seis y la siete de la mañana del día siguiente se desplomaron, según informe del gobernador José de Andonaegui "las tres bóvedas de iguales naves". Y el obispo, don Cayetano Marcellano y Agramont informaba al rey que fue preciso "derribarla enteramente por la poca firmeza de las paredes que han quedado y empezar su fábrica desde los cimientos con más solidez y extensión que los de la antigua, que por su cortedad no parecía catedral, y a juicio del más acreditado alarife pasará su costo de doscientos mil pesos por el subido precio de los materiales en este puerto" y terminaba pidiéndole "se sirva aplicar a tan útil y necesario edificio la cantidad de dinero que arbitre su real clemencia…"
La burocracia en aquellos tiempos era tanto o más complicada que la de ahora. Y así fue como este asunto se pasó al Virrey del Perú, a la vista del fiscal, a la real audiencia. Por ello, transcurridos tres años, sin contar con la autorización real y sin haber enviado los planos para su autorización, y con el total apoyo del Cabildo Eclesiástico, empezó el obispo a levantar la nueva catedral, la actual, según los planos de un arquitecto nombrado Antonio Masella, de origen saboyano. El celebre vasco y hombre de empresa Domingo de Basavilbaso, hombre de confianza del obispo y bienquisto de la ciudad, en 1754 se hizo cargo de la tesorería y dirección de la obra del nuevo templo. La nueva catedral, según el plano de Masella, sería de cruz latina, con tres naves y seis capillas laterales a ambas.
La catedral se fue edificando con los bienes de la iglesia y con la cooperación económica del pueblo. Pero, aunque un poco tardía, la ayuda real empezó a llegar en 1760. el atraso de la ayuda se debía por el poco interés que tenía el monarca en ayudar al obispo Marcellano en su obra, por cuanto éste impedía los planes de quienes, desde la corte de Madrid, conspiraban contra la compañía de Jesús, siguiendo las directivas de las logias, sin sospechar que estaban haciendo el juego a los planes de la corte de Lisboa, que veía en las reducciones jesuíticas un obstáculo insalvable al avance portugués en América". Las obras, sin embargo, se iban realizando, tanto que en 1758 se pudo inaugurar la llamada nave de San Pedro, la que se halla a la derecha de la puerta de entrada, y también el nuevo bautisterio.
Don Cayetano Marcellano y Agramont, que tanto había hecho por la nueva catedral en 1759 tuvo que dejar el gobierno de esta diócesis por haber sido trasladado a la sede arzobispal de Charcas. Su sucesor, el porteño José Antonio Basurco (1760-1761) ocupó sólo un año la sede bonaerense, pero hizo también su obra contribuyendo a la prolongación del templo al donar el terreno de una casa, contigua a la iglesia, pertenencia de su hermana, doña María Josefa Basurco, tasado en 7.500 pesos, que pagó de su peculio personal.
Una dificultad sobrevino en 1770, en que al detectarse grietas en cúpula, fue necesario proceder a su demolición. Al cabo de siete años las obras tuvieron que suspenderse porque también se había suspendido la ayuda estipulada en 6.000 pesos. En 1778 fue demolido el pórtico porque no concordaba con las proporciones del edificio de la catedral; también fueron demolidas las torres por no estar de acuerdo con el estilo del templo.
Fue el penúltimo obispo de Buenos Aires, don Manuel Azamor y Ramírez, quien puso cima a las obras de nuestro templo catedralicio en lo que se refiere a lo principal de él y lo inauguró el 25 de marzo de 1791, treinta y ocho años después de iniciada su reconstrucción en 1753. La catedral fue consagrada en 1804 por el último obispo de la era hispánica don Benito de Lué y Riega, quien se empeñó en agregarle lo que aún le faltaba: el frontis y las torres. Las obras se comenzaron en 1804, pero en 1807 tuvieron que suspenderse por falta de fondos.
Pasados los años, independizado ya el país de la Metrópoli, el gobierno de Martín Rodríguez en la persona de su ministro Rivadavia puso un gran interés en la conclusión de las obras de la catedral. Al respecto, se sabe con certeza que las del frontis se comenzaron el mes de enero de 1822. En este punto hay que salir al paso de un error que ha tomado cuerpo entre nosotros. Se dice que el encargado de terminar el templo, el francés Próspero Catelin, al levantar la columnata del frontis tuvo a la vista la de la Magdalena de París. Pero si confrontamos una y otra, constatamos en seguida que en realidad no fue así. En primer lugar, la Magdalena tiene ocho columnas y la catedral de Buenos Aires doce. En segundo término, las obras de la Magdalena se concluyeron el año 1842 y por tanto no podía tomarse como modelo lo que aún estaba por concluir en 1822. Según el arquitecto Buschiazzo más bien parece que Catelin "se hubiese inspirado en el Palais Bourbon, cuya fachada tiene también doce columnas y que acababa de ser terminado por el arquitecto Poyat en 1807". Las doce, columnas, número con el que quiso representar a los doce apóstoles, se concluyeron en 1823, aunque sin capiteles y sin las esculturas del tímpano. Las columnas se revocaron tardíamente, en 1862, y ese mismo año, el escultor francés Dubordieu realizó esculturas del tímpano en que representa al encuentro de José y sus hermanos, alusión al encuentro de los argentinos después de la batalla de Pavón en 1861. Las columnas son del orden corintio.
Las elecciones por la vicepresidencia de la Nación de 1954 demostraron que Perón mantenía cómodamente el caudal electoral de 1951.
Esto demostraba que las criticas y las tensiones generadas por la oposición no se transmitían a las masa sociales, para quienes Perón conservara una imagen paternal y benefactora.
Pero si el Líder había gobernado con las masa, no podía desentenderse de esa otra argentina que criticaba, evaluaba, y en definitiva daba o reiteraba su apoyo en las esferas del poder político, militar, económico y moral.
Pero se desentendió de la critica y se dejo llevar por un circulo de aduladores cortesanos, comenzando así la crisis. El ministro de educación Méndez San Martín fue autorizado por el presidente para iniciar el adoctrinamiento peronista del estudiantado de nivel secundario. Se creó así la U.E.S ( Unión de estudiantes Secundarios.) Con sus ramas masculinas y femeninas. La organización dependía de actividades deportivos y entretenimientos para los jóvenes. La residencia espontánea de muchas madres que a sus hijas concurrieron a la U.E.S , se unió la organización por la Acción Católica y las criticas eclesiásticas.
Se agrego a esto, en 1954 los primeros pasos para la organización del partido Demócrata Cristiano que podría llegar a capitalizar el favor de los medios católicos.
Este doble asedio llevó a Perón a un ataque directo contra la Iglesia, el 10 de Noviembre.
A esto siguió una ley que retiraba la personería jurídica a todas las asociaciones
Constituidas sobre la base de una religión.
El sentimiento católico estaba vivo en la Nación, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, se reunieron 200000 personas frente a la Catedral dando un testimonio de Fe y adhesión a la Iglesia.
Perón respondió poco después suprimiendo los subsidios oficiales a las escuelas privadas, autorizando el ejercicio de la prostitución, prohibiendo las reuniones en espacios abiertos que no tuvieron previo permiso policial clausurado el diario de tendencia católica " El Pueblo" y sancionando intempestivamente la Ley del divorcio vincular del matrimonio. La campaña se completo con la eliminación de la enseñanza religiosa y con el anuncio de una enmienda profesional para separar la Iglesia del Estado.
La lucha contra la Iglesia alarmo a muchos peronistas católicos que tomaron distancia con el régimen.
La posibilidad de un golpe militar comenzó a barajarse y se renovaron los contactos con dirigentes políticos.
La iniciativa partió esta vez de la marina y fue encabezada por el contralmirante Toranzo Calderón. Su partenaire militar era el general Bengoa. Pero el marino sabiéndose descubierto por lo menos sospechado, decidió lanzar el movimiento el 16 de Junio de 1955.
Entre tanto, otras novedades se habían producido en el campo religioso. El 11 de junio, con motivo de celebrarse " IL corpus chisti", contraviniendo las disposiciones policiales, miles de personas se reunieron frente a la catedral y marcharon hacia el Congreso.
Se acuso a los manifestantes de haber quemado una bandera Argentina.
El 14 de Junio Perón públicamente acuso al obispo Tato y al canónigo Novoa, y los obligo a auxiliarse.
Al mismo tiempo fueron detenidos algunos sacerdotes, casi toda la Plana Mayor de la Acción Católica.
En ese ambiente Calderón lanzo su revolución.
El objetivo era matar a Perón Los medios fueron un ataque de infantería y de marina desde el puerto y el bombardeo simultaneo a la casa de gobierno por la aviación naval.
El ataque se transformo en una masacre de los civiles que inocentemente transitaban por la Plaza de Mayo. Cerca de 1000 muertos y heridos fue el saldo de ese día.
Ala noche la ciudad fue sacudida por otro drama, Grupos que no fueron controlados por la policía incendiaron los templos de Santo Domingo, San Francisco, y la Curia Metropolitana.
El impacto de los sucesos fue tremendo, Perón decidió cambiar la táctico, pero esta vez fue en vano ya que luego fue derrotado por un golpe militar y asumió la presidencia provisional el general Lombardi
La Catedral: Monumento Histórico Nacional
La administración de toda la Catedral, y su atención pastoral, ha sido siempre responsabilidad del Cabildo de Canónigos. Así lo fue en la Catedral hasta 1969, año en que monseñor Juan Carlos Aramburu creó el cargo de rectas para desempeñar ambas responsabilidades designándolas al Cabildo.
Además de restaurar la Catedral a su antiguo esplendor, el nuevo rector, Monseñor Daniel Keegan, debió encarar la reforma del altar para adecuarla a las exigencias de la nueva liturgia y Arte Sagrado , fue el de adoptar una estructura moderna y funcional en lugar de la repetición de estilos del pasado.
La obra, comenzada a fines de 1970, concluyo en el año siguiente.
En Junio de 1984 se desmonto el antiguo altar de madera tallada y dorada que se dono a la nueva Parroquia de Nuestra Señora de Caacupe, frente al parque Rivadavia.
El gran crucifijo que lo precedía era destinado a la casa de ejercicios El cenáculo de Pilar, Provincia de Buenos Aires.
Considerando que la Iglesia Catedral Metropolitana es Monumento Histórico Nacional por decreto Nro. 120412 de Mayo de 1942, y sujeta a los términos de la Ley Nacional Nro., 12665., a trabes del Servicio Nacional de Diseño y pleno acuerdo de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos, a partir de 1973 se procedió a restaurar en forma ininterrumpida el Templo y el Mausoleo del Libertador.
Mientras en el interior de la Catedral proseguían las obras, nada se adelantaba en el exterior.
Una espadaña fue erigida sobre el costado izquierdo de la iglesia en 1802, y en ella se colgaron tres campanas; en 1803 se agregó a esa pequeña torre un balcón de madera, llegado a Buenos Aires en 1804, el decimoquinto obispo, Monseñor Benito de Lue y riega, se moviliza de inmediato para lograr la construcción del frontispicio y de las dos torres. Al parecer, se prescinde del diseño de Saa y Faria, y se encomiendan nuevos planos al arquitecto español Tomás Toribio, afincado en Montevideo, cuyo neoclásico Cabildo está realizado.
Las obras empiezan hacia 1806, pero son suspendidas en 1807; cuando solo se han edificado tres varas de pared que levantan las torres sobre el cimiento, y tres varas de pared trabajada.
Se elevó al virrey marqués de Sobremonte un memorial que explicaba que el nueve y medio de los diezmos que se asignaban a la fabrica, impedían la continuidad del edificio. Se solicitaba una donación de $4000 anuales para construir las torres. El Virrey giró memorial el 25 de junio de ese mismo año de 1804. El frontis y las torres se comenzaron a levantar y continuaron hasta 1807 ya que el cabildo eclesiástico acordó suspender las obras por falta de dinero.
En el año 1821, en el gobierno de Martín Rodríguez, el 10 de noviembre se firmo un decreto para que se concluya el templo de la Catedral.
El 12 de noviembre de 1821, Rivadavia pidió al cabildo eclesiástico que vendiera unas casas que poseía la iglesia y las alhajas innecesarias para adquirir fondos para la obra del frontis.
El pedido lo reiteró al año siguiente. Finalmente acordaron que se suspenda la venta de las casas pero ver la posibilidad de vender las alhajas.
Con motivo de las obras del frontis, el señor Rivadavia proyecto construir un edificio de publica utilidad sobre el terreno lateral de la iglesia que le esta contiguo por la parte de este, cuyo valor seria aplicado oportunamente a los fondos de la fabrica.
Las obras del frontis se iniciaron en el mes de enero de 1822, pero anteriormente, el 3 de diciembre de 1821 se traslada al templo de San Ignacio la pila bautismal y todos los servicios parroquiales. Se tomó esta medida porque también el templo contó con arreglos en su interior.
La fachada de la Catedral Metropolitana responde al estilo neoclásico francés.
Este movimiento arquitectónico, principalmente dominado por ingeniosas estructuras y expresándose en líneas geométricas tiene preferente inclinación al volumen.
Se ingresa al atrio, sumamente angosto, a través de una escalinata de cinco peldaños de mármol blanco. Su piso esta revestido con baldosones negros y blancos.
El peristilo es de docástilo, o sea, doce columnas representando simbólicamente a los doce apóstoles de Cristo.
En 1823 Rivadavia pidió precio en París para fundir allí los capiteles y las bases de bronce, pero su elevado costo hizo que desistiera. Por este motivo la columnata permaneció sin revocar hasta el año 1862.
Las columnas, actualmente, son de fuste liso, carecen de basa dando como resultado un edificio ancho y desproporcionado. Estas fueron traídas de Francia por vía marítima. Los capiteles son compuestos, con características del estilo corintio. Fueron realizados por Joseph Dubordieu hacia el año 1860. Sostienen un friso decorado con guirnaldas y querubines. Por encima de este un frontispicio triangular, el cual en su tímpano posee un bajorrelieve que reproduce la llegada de Jacob y su familia a Egipto y su entrevista con el emisario del faraón.
Anteriormente dicho frontis era una especie de peinetón para soportar las dos torres que se planeaba construir, pero que luego no se llevaron a cabo.
La composición escultórica del tímpano es simétrica; se adapta al marco de encierro que en este caso es de forma triangular. Para no disminuir el tamaño de las figuras ubicadas en los vértices inferiores del triángulo las han dispuesto o arrodilladas o reclinadas de acuerdo al espacio de que se disponía.
En la cara de la Catedral que da a la calle Rivadavia se encuentran tres pórticos de gran altura, trabajados en madera de cedro paraguayo.
En la esquina derecha del muro de la Catedral se encuentra la lámpara votiva, que representa la llama de la "argentinidad"que flamea perseverante sustentada a gas natural. Esta fue fundida con el bronce de los cañones que San Martín utilizo en sus batallas.
Debajo de dicha lámpara se puede leer una epopeya de Bartolomé Mitre que hace alusión al General Don José de San Martín y al Soldado Desconocido de la Independencia.
La cual dice lo siguiente:
"Aquí descansan los restos del Capitán Don José de San Martín y del Soldado Desconocido de la Independencia".
¡Salúdalos!
La lámpara fue iluminada en 1948 por el presidente Juan Domingo Perón.
En el muro frontal de la Catedral, de izquierda a derecha, encontramos cuatro escudos:
- En el primer escudo hay una escritura en latín que dice:
BENEDIC BREDI TATI TU AE, que significa "bendice la herencia de tu padre".
- En el segundo están simbolizadas las llaves del reino; la tiara, que es el gorro papal; el cetro, que simboliza el poder y el báculo que simboliza al bastón que portan los obispos.
- En el tercer escudo están simbolizados los atributos arzobispales: el bastón y la cruz patriarcal, la mitra (gorro de los obispos y arzobispos) y la estola (ornamento litúrgico que pende del cuello). Estos tres elementos significan autoridad, poder y dignidad.
- En el ultimo escudo se lee otra inscripción en latín, que dice:
SALVUM FAC POPULUM UTM, que significa "saluda la paz de tu pueblo.
En la esquina de Rivadavia y San Martín, en el muro de la catedral se hallan dos placas que se refieren a Bernardino Rivadavia. La primera dice: "Rivadavia del primer triunvirato, ministro del gobierno de Buenos Aires, presidente de la República Argentina".
La segunda dice: calle de las torres. De la plata. Federación. Rivadavia.
En la parte inferior, en una hornacina, se encuentra una pequeña imagen de Santa María de la Rábida, protegida por una puertecita de vidrio. Fue colocada allí en las fiestas del Patrono, San Martín de Tours en el 395 aniversario de la fundación de la ciudad: 11 de junio de 1975.
Esa pequeña imagen tallada en madera fue donada a la Catedral por la Real Sociedad Colombina de Huelva, España.
Santa María de la Rábida es la Patrona de las Américas puesto que en el convento de ese lugar onubense fue gestado el descubrimiento de América.
En una placa se lee:
"Patrona de los americanos donada al la Catedral de Buenos Aires por la Real Sociedad Colombina de Huelva (España) por mediación del Intendente Embrión dedicada al culto por el Arzobispo de Buenos Aires, Juan Carlos Aramburu el 11-VI-1975. ¡Cristiano! Saluda a la Madre de Dios con el Ave María."
En el atrio de la Catedral, en el suelo, frente a la puerta central realizada en mosaicos oscuros se halla una estrella de ocho puntas, la cual es denominada Cota 0.
Ella indica el punto de apoyo para la nivelación de Buenos Aires; como tal figura en el código de edificación. Por ejemplo en 1835 la "cota" era de 18,23m sobre la playa del río. Cuando se efectuó la nivelación de las calles de la ciudad se tomo la altura del peristilo de la Catedral como "Cota 0". Tengamos en cuenta que a fines del siglo pasado el peristilo de la Catedral estaba al ras de la calzada. La altitud de la calle Rivadavia como la de Plaza de Mayo fue rebajada. Lo que se rebajo ha quedado señalado por las cinco gradas de la escalinata que fue necesario agregar al umbral del templo.
El código de Edificación es el manual fundamental para construir en la ciudad de Buenos Aires. Allí se establecen las reglas que se relacionan con el espesor de las medianeras, la altura de los edificios en ciertos lugares, profundidad de los cimientos, etc.
El punto de mayor altura de la Capital Federal está en Villa Devoto, en las cercanías del deposito de Obras Sanitarias de la Nación: a 38n metros sobre el nivel del mar. El punto mas bajo se ubica debajo de la calle Salguero.
En la parte superior del edificio, podemos observar, al no estar adosada a los muros de la Catedral, la Cúpula, ubicada sobre el altar mayor, revestida con mayólica de losa común y cubierta con esmalte metálico italiano con colores celeste, azul y blanco. Cuenta con ocho ventanas, cuatro sobre el tambor y cuatro debajo del mismo; rematada por una cruz de hierro forjado. Al mismo tiempo podemos observar la cúpula del mausoleo del General Don José de San Martín.
Plano Interior de la Catedral
Aspecto Interior de la Catedral Metropolitana
La Iglesia Mayor de Buenos Aires si bien se encuadra dentro de las características del renacentismo italiano presenta elementos de estilos neoclásicos y barrocos.
Este eclecticismo se debe a las sucesivas modificaciones de la que fue objeto durante la larga historia de su construcción y ornato.
Ornamentación
Pisos de la Catedral:
En sus comienzos, en el interior de la misma quien la habitaba eran solo las imágenes de sus altares.
El piso se proyectó hacerlo de piedra labrada, la que fue encargada a una Compañía de Bilbao, al igual que la reja del baptisterio, todo pago, pero nunca llegó.
El 14 de Junio de 1802, Don Faustino José Bozo, mayordomo de la Catedral informaba al Cabildo Eclesiástico que: Su Señoría Ilustrísima, el obispo me dio la orden para que se enladrille el piso de la entrada del templo.
Ante distinguidas personalidades, el suelo era cubierto con alfombras, tanto el peristilo como el de la crujia. En aquel entonces era costumbre sentarse en el piso y las Damas de la Alta Sociedad llevaban su sirvienta negra, que la servía con una alfombrita o esterilla.
En 1835, fue cambiado el antiguo piso del templo. El Gobernador Juan Manuel de Rosas mandó a colocar lozas de mármol.
En 1907 se retiraron las lozas, debido a las malas condiciones en que se encontraban. En su lugar, en la nave central y en las laterales se puso un piso de mosaico veneciano, contratando a una firma de Londres, el cual se basó sobre un dibujo original del Arquitecto Carlos Morra. En el medio de la nave central se destaca en un círculo la conjunción de elementos de La Pasión de Cristo, como: espinas, clavos, flor pasionaria y lirios.
Técnica del Mosaico Veneciano:
Consiste en la fijación de teselas, pequeños trozos de materia dura, como pasta de vidrio, mármol, esmalte dispuestos según motivos geométricos o figurativos, formando guardas, dibujos o superficies lisas.
En 1888 fue preocupación del Arzobispo Monseñor Aneiros dotar a la Catedral de torres y campanarios, de los que carecía.
Las torres y campanarios fueron incorporados a la arquitectura religiosa cristiana como una derivación de los coronamientos almenados y también de los edificios secundarios, de pequeñas proporciones que se levantaban adosados a los templos.
En la época Románica se estiló situar una sola torre-campanario en el crucero o cerca del crucero, separado del edificio, en forma de espadaña y torreón. Durante el gótico, las torres ojivales se incorporaron al cuerpo de la iglesia y asumieron esas formas sutiles y gigantescas verdaderas agujas que se pueden ver en las Catedrales de ese periodo.
Las torres se hallan rematadas con una cruz, estandarte y blasón de los cristianos. En nuestra Catedral al carecer de campanario, la cruz se halla coronando el cupulín.
Actualmente puede verse desde la Av. Rivadavia, al costado del moderno edificio de la Curia, una espadaña de la que cuelgan dos de las antiguas campanas de la Catedral, data de 1802.
Inicialmente la iluminación de la Catedral debió realizarse con los pocos medios que había en la época: velas y lamparas a combustión.
Las capillas eran iluminadas por linternas colocadas en la parte posterior de la misma. Los vitreaux eran otro medio de iluminación, colocados en el entorno de la construcción.
Al avanzar época, ya contando con la luz eléctrica, se colocaron seis arañas de cristal con motivo de la festividad de San Martín de Tours, la Catedral estrenó en 1849, una araña de cristal de 36 luces colocadas bajo la media naranja por orden de Rosas. En 1904 se iniciaron en el interior del templo obras de decoración, por lo cual las arañas fueron retiradas y donadas a distintas iglesias.
Las que estaban en la Capilla de Dolores y San Pedro las llevaron a la Iglesia de San Cristóbal.
Las del Crucero de Santa Lucía a la Isla Martín García, las restantes fueron regaladas a distintas iglesias, ya que corrían el peligro de quedar deshechas sin que se las utilizaran.
Actualmente la iluminación se realiza a través de spots y apliques dispuestos en todo el recinto.
En la nave central se encuentran aproximadamente 2200 lámparas eléctricas y 228 tubos en los laterales y capillas. La iluminación estuvo a cargo del Ingeniero Jorge Newbery y las instalaciones culminaron en el año 1911.
Bancos y sillería:
En sus principios la Catedral no tenía ni bancos, ni reclinatorios. El día de la inauguración, 25 de Marzo de 1791, fueron colocadas sillas de terciopelo carmesí, en la Capilla Mayor para el Virrey, Real Audiencia y Tribunal de Cuentas; bancos de madera para el Cabildo Secular.
También se colocaron cuatro órdenes de bancas, dos a cada lado de la Crujía o vía sacra, desde el coro capitular hasta la capilla mayor para las cuatro Comunidades de religiosos existentes en la Ciudad.
Los superiores eclesiásticos fueron colocados en sillas delante del coro capitular. Recién en 1835 se colocan los bancos reclinatorios, realizados en nogal.
Hacia 1910 se agregan treinta bancos más del mismo material.
La sillería utilizada por los Canónigos durante la misa era realizada en cedro. También el Trono Arzobispal.
Luego de unos años, mientras se realizaba algunos trabajos de ornamentación, surgió un pleito entre el Cabildo Eclesiástico y la comisión de obras. Su motivo fue precisamente la Baranda que rodea la cornisa alta de la nave central. Se consideró que esta baranda tenía poca importancia artística.
Al desaparecer habría de darle mayor majestuosidad a la nave y a los cruceros.
Además cortaba el panorama visual de las pinturas que al reflejarse en ellas la luz artificial, les hacía sombra. En toda la extensión de la cornisa se colocó un pasamano de hierro a 10cm de la pared y se pensó en hacer que las ventanas se abrieran hacia afuera.
Los Sres. Canónigos, recordando que un electricista al entrar por una de las ventanas, tropezó y fue a dar contra las barandas, sin cuya existencia se hubiera caído, por ello se mantuvieron firmes en su primer fallo, el de no suprimir la custodia de la baranda.
Confesionarios:
Son lugares donde se ubica el sacerdote para oír las confesiones de los fieles. Consisten en dos tableros con celosías que sostienen un asiento y por delante se ubica la puerta.
Tienen características del estilo barroco y son originarios de las Misiones Jesuíticas, que datan del siglo XVIII. Se distinguen por su forma circular, son de madera de cedro paraguayo.
La ranura que se observa en estos confesionarios era para que los fieles dejaran limosnas.
Órgano Mayor:
El 27 de Agosto el Deán Aneiros presentó al Cabildo un Proyecto de encargar un Órgano para la Catedral.
Afirmando: “que si al Cabildo le parecía bien podían pedirse cartas de limosna a personas que pudiesen dar´´
Aprobado esto, en cumplimiento de este mandato el Deán Aneiros acudió a las obligaciones de la piedad cristiana y con la colaboración de Félix Frías llegaron a reunir 400.000 pesos, que fue el costo de dicho órgano.
Sus maderas fueron traídas de Bavaria por la casa alemana Walker, se empezó a construir en 1870 y se terminó en 1874, fue realizado en nuestro país. Actualmente su valor es incalculable, debido a que es el único en Sudamérica y por su antigüedad, para afinarlo es necesario contar con tres
personas. Una para tocar las teclas, otra para acomodar las teclas con el tubo y la última para escuchar las notas. El tubo mayor tiene 8m. y es el más grave, mientras que el más agudo mide 6m.
Este órgano se puede utilizar actualmente, dado que se encuentra en perfectas condiciones.
Órgano Menor:
Como Decreto de Gobierno del 1 de Julio de 1822, fue suprimido el Hospital de Santa Catalina, trasladándose a la Catedral. El Cabildo Eclesiástico determinó que fuera colocado en el arco toral de la Capilla de San Martín de Tours, donde se descubriese el Altar Mayor.
Más tarde, en 1857, el Obispo Escalada propone al Cabildo la adquisición de un órgano correspondiente a la magnitud del templo. En 1868, es el Cabildo el que vuelve a reiterar la necesidad de adquirir un órgano.
La tarea, le corresponde al Deán León Federico Aneiros, conjuntamente con la construcción de dos torres.
En 1879, se creó una Comisión encargada del adelantamiento material de la Iglesia, y esta luego de ser consultada por el Arzobispo, decide colocar el órgano en la tribuna del Presbiterio.
Al igual que el órgano mayor, fue adquirido en la casa alemana Walker.
Púlpitos:
Son de planta octogonal con tornavoz (techo) y remate inferior en forma de pirámide. Fueron realizadas por el tallista Juan Antonio Gaspar Hernández entre 1789 y 1790. En ellos el artista volcó sus tendencias neoclásicas, lo cual se nota en la presencia de líneas rectas, aunque manteniendo el perfil ondulante de las tribunas. A pesar de su inclinación clásica se observan detalles decorativos del estilo rococó.
Su valor histórico aumenta por ser su autor el primer director de la Escuela de Dibujo establecida por el real consulado en 1799.
Los púlpitos se encuentran al finalizar la nave central a una altura conveniente para predicar desde ellos, cantar las epístolas, predicar el evangelio, comunicar a los fieles cosas de interés y realizar otros ejercicios religiosos.
Ambos púlpitos se encuentran ubicados en la parte superior de las columnas, frente al altar.
Vitreaux:
Se cree que hacia el año 1890 se adquieren los seis vitreaux del presbiterio. Algunas de las personas que aportaron dinero para la inversión de estos vitreaux fueron Pedro y Tomás de Anchorena; los de la cúpula y el crucero, la Sra. de Miró y el Sr. Basualdo, entre otros.
Técnica del Vitreaux:
Consiste en armar imágenes con pequeños trozos de vidrio de color y grosor original, unidos mediante líneas de plomo. Se utilizan para cubrir ventanales o rosetas decorativas en edificios o templos.
Coro Capitular:
En 1780, se traslada el Coro Capitular que se hallaba en la puerta de la Iglesia y mezclado el Clero con los seglares a espaldas del Altar Mayor.
En 1790 manifestaban los Señores Capitulares que para completar el adorno del coro restaba dar providencia para construir la reja que ha de cerrarlo y formar la Vía Sacra, desde ella hasta la Capilla Mayor.
En 1804 se trasladó momentáneamente al presbiterio debido a obras efectuadas en el sitio donde se encontraba.
En 1892 tras nuevas obras en el interior del templo, el coro se trasladó provisoriamente a su lugar de origen, la entrada de la Catedral. Con motivo de las obras de ornamentación que se hicieron desde 1904, el ebanista Carlos Cascarini, construyó el actual coro capitular.
Vía Crucis
En la Catedral Metropolitana, el Vía Crucis se inicia en la pared lateral izquierda del Altar de la Virgen de los Dolores.
Consiste en cuadros pintados al óleo por el artista Domenghini, y pertenecían originalmente a la Basílica del Pilar.
Luego de recorrer toda la nave izquierda, las paredes posteriores de la nave central y la nave derecha el Vía Crucis termina en la Capilla de San Pedro Apóstol.
El Vía Crucis se representa en 14 estaciones, en que se recuerdan la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, en el camino de Jesús hacia el Monte Calvario, lugar donde fue crucificado.
Primera Estación:
Jesús se halla en la casa de Poncio Pilatos, donde es rigurosamente azotado. Pilatos lo sentencia a muerte y se le coloca la corona de espinas.
Segunda Estación:
Representa el momento en el que Jesús carga la cruz sobre sus espaldas y emprende el camino hacia el Monte Calvario.
Tercera Estación:
Representa la primer caída de Jesús durante el trayecto.
Cuarta Estación:
Momento en el cual Jesús se encuentra con la Santísima Madre María muy acongojada.
Quinta Estación:
Le piden a Simón que los ayude a cargar la cruz de Jesús temiendo que este muriera en el camino por el gran peso de la misma.
Sexta Estación:
Se presenta Verónica y viéndolo a Jesús tan fatigado y con su rostro oscurecido por el calor, polvo, saliva y bofetadas recibidas decide quitarse un lienzo y limpiarlo.
Séptima Estación:
Jesús cae por segunda vez a causa de una llaga muy profunda en el hombro.
Octava Estación:
Un grupo de mujeres lloran desconsoladamente al ver pasar a Jesús tan injuriado.
Novena Estación:
Jesús cae por tercera vez hasta llegar a tocar el suelo con la boca, quiere levantarse y no puede, vuelve a caer.
Décima Estación:
Jesús llega al Monte Calvario donde lo desnudan y le dan a beber vino con miel.
Décima Primer Estación:
Jesús es clavado en la cruz. Su madre siente que ya no soporta el dolor al escuchar el primer golpe de martillo. Le vuelven a colocar con crueldad la corona de espinas.
Décima Segunda Estación:
Jesús muere en la Cruz.
Décima Tercer Estación:
José y Nicoleus bajaron el Santo Cuerpo de la cruz y lo pusieron en brazos de su madre.
Décima Cuarta Estación:
Jesús es colocado en un sepulcro.
El Panteón
Existió siempre en la Catedral una cripta en la que se enterraron no solo a los Obispos y Canónigos, sino también a ilustres personajes y dignatarios civiles.
Luego se convertirían en capillas subterráneas que se denominan confesión.
La cripta de la Catedral de Buenos Aires se haya debajo del Altar Mayor. Generalmente la cripta está cerrada y se abre el 2 de Noviembre (día de los Difuntos), para celebrar la misa en un sencillo altar.
Nave Lateral Derecha
El techo de esta nave, al igual que el de la nave izquierda es de bóveda vaida y aristas, alternadamente, cargando sobre pilares cruciformes, articulados con dos pilastras corintias por el frente.
Está totalmente decorado con pinturas al fresco.
Frescos:
Pigmentos mezclados con agua, que se aplican sobre una pared con revoque fino y sobre ella se pinta con estos materiales. Se seca rápidamente, no hay que dar una segunda mano, dado que este se corre y se pierde el trabajo realizado anteriormente.
Características de las Capillas:
Las primeras tres capillas de la nave derecha al igual que la quinta y sexta capilla, presentan características semejantes al estilo neoclásico. Los altares son de mármol blanco de carrara, las columnas que las sostienen son de características corintias, con capitel y base de bronce y fustes trabajados con mármoles de distintos tonos.
Las paredes están estucadas con una mezcla de yeso, mármol pulverizado, cal y adornadas con aplicaciones de la técnica del dorado a la hoja.
Otra característica es que todas las capillas se comunican entre si, todas se comunican internamente incluido el Mausoleo por medio del nartex del mismo.
Primera Capilla de la Derecha
San Luis Gonzaga – Nuestra Señora
de Guadalupe
Pertenece a San Luis Gonzaga (Jesuita), nació en 1568 y murió en 1591.
Este santo está reproducido en un óleo, de características neoclásicas, efectuado por el Italiano Capranesi, en Roma 1909, el óleo está situado en el centro de la capilla, sobre el altar.
Este altar es de mármol blanco, accedemos a él por medio de tres peldaños, en la parte inferior hay 4 columnas de color negro que lo sustentan.
Las paredes están estucadas con la mezcla de yeso, mármol pulverizado, cal y cola.
En la derecha está la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y a su lateral un mapa de América, destacándose el itinerario que realizó en su peregrinación por el continente.
A la izquierda del altar se ubica un candelabro realizado en bronce.
En la parte superior de la pared lateral izquierda del altar se puede observar un escudo con el cáliz y la hostia que simbolizan a la Eucaristía. En la pared derecha se encuentra otro escudo con una cruz.
En las cuatro esquinas superiores del recinto se hallan pintados cuatro ángeles, cada uno en distintas posiciones.
Esta capilla posee luz artificial, pues su luz natural se perdió al haberse construido sobre la misma, habitaciones para el clero.
Las inscripciones que están en el altar, están realizadas en el dorado a la hoja, es una de las dos capillas que cuenta con este tipo de técnica, la otra es la primera capilla de la izquierda ingresando a la Catedral, el motivo principal es la falta de presupuesto, ya que conservar esta técnica es demasiado costosa.
Se accede al segundo altar, por medio de una puerta interna, encima de ella hay una figura de un querubín.
Historia de San Luis Gonzaga:
Nació en 1568 en Lombardia, Italia. Descendiente de una ilustre familia, su padre era el príncipe del Sacro Imperio, por lo tanto se crió en palacios.
A los 8 años dio votos de castidad perpetua, a los 11 sufrió una enfermedad renal y dedicó su tiempo de reposo a la oración y a la reflexión, a los 13 hacía ayunos de pan y agua y mortificaba su cuerpo tres veces al día.
En 1585 entró a la Compañía de Jesús, donde se dedicó por completo a su vida espiritual.
En 1591, atendió enfermos durante la epidemia de la fiebre, en la cual se contagió y más tarde murió a causa de ella.
Fue canonizado por el Papa Benedicto XIII, sus restos se encuentran en la Iglesia de San Ignacio, en la Ciudad de Roma. Es el Patrono de la Juventud, protector de los estudiantes y Santo Patrono de las Instituciones Militares.
Se lo conmemora el 21 de Junio.
Historia de Nuestra Señora de Guadalupe:
La Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac al Beato Juan Diego en 1531. Como prueba de su visita la Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen se quedara permanentemente en la tilma de su siervo.
Patrona de México.
Se la conmemora el 12 de Diciembre.
Segunda Capilla de la Derecha
San Juan Nepomuceno – Santo Cristo del Gran Amor
Perteneciente a San Juan Nepomuceno y Santo Cristo del Gran Amor.
San Juan Nepomuceno está representado en una tela pintada al óleo, por el artista Capranesi, en Roma en 1909, en el óleo se observa que el Santo se encuentra suspendido, dando la sensación de que estuviera falto de peso. Está vestido de sotana negra, un sobrepelliz, con una estola morada. Frente a él se hallan dos ángeles sosteniendo un libro.
En la parte superior del óleo, en el centro, se puede observar una paloma la cual representa al Espíritu Santo.
En el centro del altar se encuentra un escudo con los símbolos papales, que son las llaves de San Pedro y el gorro papal, las columnas son realizadas del mismo material que los anteriores.
En ambas paredes laterales se puede observar, en la parte superior un escudo con el cáliz y una hostia, representando la sangre y el cuerpo de Cristo y en la otra una cruz que simboliza la muerte del mismo.
Historia de San Juan Nepomuceno:
Nació en 1345, en la aldea de Nepomuk, de ahí su nombre, aunque el verdadero apellido era Wolfen.
Tuvo cargos eclesiásticos en Praga, hasta llegar a ser vicario general de esta ciudad y confesor de la reina.
Wenceslao IV, Rey de Bohemia sancionó a San Juan por no haberle confesado los secretos y pecados de la reina, fue atado de pies y manos, y arrojado del puente que atravesaba el río Maldova, muriendo en 1393.
Sus restos se encuentran en la Catedral de San Vito y fue canonizado por Benedicto XIII, en 1729. Se lo invoca en contra de las inundaciones, las calumnias y la ruptura de los puentes.
Se lo conmemora el 16 de Mayo.
Santo Cristo del Gran Amor
Esta Talla fue encargada por el futbolista Daniel Bertoni y Hector Scotta, ambos jugadores del Seleccionado Argentino del Campeonato Mundial 1978 en el cual Argentina se corona Campeón. Esto ocurre por una promesa que habían hecho todo el plantel si éste se consagraba campeón.
Por este motivo, en el año 1980 el rector de la Catedral que era Monseñor Keagan, viaja a Sevilla y se queda fascinado con la imagen del Cristo Nazareno.
Por iniciativa de esto jugadores, mandan a tallar esta imagen que hoy podemos apreciar. Esta imagen se encuentra tallada en cedro libanés y llega a la Catedral en 1980.
Un dato curioso, es el que paso en una celebración de la misa de Jueves Santo, donde una señora se colgó de uno de sus brazos, produciendo la ruptura del mismo.
Como ocurre todos los años en Semana Santa, esta no fue la excepción, los mismos futbolistas que mandaron a tallar esta imagen, más algunos jugadores más jóvenes sacan esta imagen de la Catedral para llevarla alrededor de la Plaza de Mayo, representando un Vía Crucis.
Tercera Capilla de la Derecha
Nuestra Señora de la Paz
Accedemos a través de 3 peldaños de mármol, en la parte inferior sostienen el altar 4 columnas de fuste liso, capitel compuesto, el altar está construido de mármol blanco, con detalles en bronce y posee características neoclásicas, delante del cual y formando parte de ellas, se encuentra el escudo papal.
A ambos lados del altar, ubicamos candelabros de hierro. A cada lado de estos dos banderas la de la derecha: es de Bolivia y la de la izquierda es de Argentina. Recuerdo de la flia. Flores Molina.
En la pared lateral izquierda, encontramos una placa de mármol, la cual conmemora a Don Joaquín del Pino y Rozas – Mariscal del Campo de los Reales Ejércitos.
En este altar se venera una vieja imagen fundadora de la Catedral. Fue traída desde el Alto Perú, a mediado de 1751 por el Obispo Marcellano y Agramont. Hoy mausoleo del General San Martín, allí perduró hasta 1878, en ese año fue puesta bajo el primer arco de la nave de San Pedro, junto a la puerta de entrada al templo, permaneció hasta 1899, en este año el Arzobispo Uladislao Castellano le edificó un nuevo altar en la Capilla que antiguamente había sido usada de baptisterio, es decir, la primera entrando por mano izquierda.
Durante la obra de construcción de esta Capilla, la talla de Nuestra Señora de la Paz, fue sustituida por un óleo, pintado en Roma por Capranesi.
Fue entonces, cuando el Padre Barbarosa, la pidió y obtuvo en 1910, fue llevada a la capilla de San Javier en Córdoba. Años después esta Capilla fue destruida por las crecientes del arroyo próximo a ésta, y la talla volvió a la Catedral Metropolitana y por ende se formó una comisión para darle un lugar definitivo a esta imagen, la cual culminó ubicándola en la tercer capilla.
En 1952, el Cardenal Copello la coronó solemnemente y al año siguiente hizo lo propio con la talla del niño que descansa en regazo de Nuestra Señora de la Paz.
En la imagen se observa a la izquierda al niño Jesús y a la derecha un ramo de lirios, símbolo de pureza, ella se destaca una gran belleza; su cara es de madera policromada, sus ojos de cristal y sus cabellos naturales.
Esta Imagen es de vestir y su vestimenta es de raso blanco bordado en hilo de oro y en su parte inferior se encuentra bordadas las banderas de Argentina y Bolivia.
Situado en el marco izquierdo de la entrada, se encuentra una placa que dice:
´´La Santa Imagen de Nuestra Señora de la Paz, que aquí se venera, fue traída de Bolivia, por el Obispo de Buenos Aires Don Cayetano Marcellano y Agramont el cual empezó el edificio de la Catedral en 1750 y para conservar dicha imagen erigió en ella una capilla especial que se hallaba donde actualmente se encuentra el Mausoleo del Gral. San Martín, siendo luego llevada a diversos sitios, por indicación del Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Juan Carlos Aramburu.
Historia de Nuestra Señora de la Paz:
Se originó en Toledo, España, a fines del siglo VI.
San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, se dirigió un día a la catedral y al abrir la puerta se encontró con un gran resplandor que provenía del altar, caminó como pudo hasta allí y se sorprendió con la imagen de la Virgen que se encontraba sentada en su trono.
Esta le habló dulcemente y le entregó una casulla, para luego desaparecer.
Mausoleo del General San Martín
Nartex del Mausoleo:
Esto era una Capilla y podemos apreciar a la entrada un arco de medio punto, antes había una pared que marcaba que hasta aquí llegaba la antigua capilla de Nuestra Señora de la Paz.
A la derecha se puede apreciar una réplica de la Bandera del Ejercito de los Andes, la original se encuentra en Mendoza, ésta es de forma rectangular de 1.45cm de alto por 1.22cm de ancho, es de raso , dividida en dos franjas paralelas, blanca la superior y celeste la inferior. Al frente posee un escudo ovalado, dos manos que se cruzan y se estrechan sosteniendo una pica, la que a su vez sostienen en su extremo superior un gorro frigio. El escudo está rematado por un sol naciente y lo orean dos ramas de laurel que ascienden hacia ambos lados.
Esta bandera fue jurada solemnemente en Mendoza el 5 de Enero de 1817, en vísperas de partir a Chile.
La puerta original es de hierro y bronce con una particularidad, esta puerta está engarzada (no tiene soldadura)
A ambos lados de ésta se encuentran dos granaderos custodiando este lugar. Pertenecen al cuerpo de Granaderos a caballo de San Martín, los cuales tienen un cambio de guardia cada dos horas y quienes vienen a reemplazarlos son los que están en la Casa de Gobierno.
La bandera argentina
Está compuesta por tres franjas horizontales de igual tamaño, la superior y la inferior de color azul celeste, y la central blanca; en el centro, un sol amarillo oro.
La bandera argentina fue creada por Manuel Belgrano el 27 de febrero de 1812, durante la gesta por la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata; Belgrano tomó los colores de la escarapela que ya estaba en uso. La primera vez que la bandera se izó en Buenos Aires fue el 23 de agosto de 1812, en la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, donde hoy se encuentra el Obelisco.
La Asamblea de 1813 promovió en secreto su uso, pero no produjo normas escritas al respecto. El Gobierno no deseaba insistir en ese momento con símbolos independentistas.
Tras la declaración de independencia el 9 de julio de 1816, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816; el Congreso le agregó el sol el 25 de febrero de 1818.
El 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, el entonces Presidente de la Nación, Roberto M. Ortiz, promulgó la ley 12361. Esta dispone que el 20 de junio es el Día de la Bandera y lo declara feriado nacional, como homenaje a Manuel Belgrano (fallecido el 20 de junio de 1820).
El sol
El sol que aparece en el centro de la franja blanca es una réplica del que estaba grabado en la primera moneda argentina, aprobada por Ley de la Asamblea del año 1813. Es de color amarillo oro, con bordes negros, y de él salen 32 rayos: 16 rectos y 16 ondulados, dispuestos alternadamente.
El escudo argentino
En enero de 1794, por Real Cédula, la Corona de España erigió el Real Consulado de Buenos Aires. Al frente del edificio se colocó su escudo, el primero con los colores celeste y blanco que se haya utilizado en Buenos Aires. El Secretario del Consulado, Manuel Belgrano, fue después el creador de la bandera argentina. Esos colores representaban probablemente a la Patrona de las Indias, y coinciden con los colores de la Orden de Carlos III, puesta bajo la advocación de María Santísima.
Manuel Belgrano hizo estampar un escudo muy similar al actual en el estandarte bendecido en Jujuy el 25 de mayo de 1812, y que luego fue depositado en el Cabildo de dicha ciudad.
En cuanto a la oficialización, sin embargo, el escudo nacional argentino se origina en el sello usado por la Soberana Asamblea General Constituyente de 1813. Hasta que se instaló la Asamblea, el 31 de enero de 1813, no existía un sello para legalizar los actos gubernamentales, pues venían utilizándose los sellos de las armas reales que se estampaban en los documentos durante el Virreinato. Ante tal necesidad, la Asamblea comenzó a utilizar un sello propio, inspirado en un modelo que compuso en 1812 el peruano Antonio Isidro de Castro por disposición de Bernardino Rivadavia y que le había sido presentado al Primer Triunvirato.
Se supone que la adopción sucedió en las primeras sesiones de la memorable Asamblea, pues ya en un decreto del 22 de febrero de 1813, firmado por Alvear y Vieytes, aparece el escudo en un sello de lacre. La primera mención expresa data del 12 de marzo del mismo año, al disponerse que el Supremo Poder Ejecutivo (el Segundo Triunvirato) usase el mismo sello que la Soberana Asamblea, con la única diferencia de la inscripción correspondiente alrededor de los atributos. Otro decreto, fechado el 27 de abril, asigna ya carácter de emblema nacional a ese sello, al ordenar que las armas del rey fijadas en lugares públicos o que figuren en los escudos y banderas de algunas corporaciones sean sustituidas por las armas de la Asamblea (el escudo).
Su forma definitiva quedó fijada en 1900 por Estanislao S. Zeballos, en esos momentos Ministro de Estado; y su arquetipo, establecido en el Decreto 10.302, dictado en Acuerdo General de Ministros el 24 de abril de 1944.
Descripción y significado
Su forma es oval; su campo está dividido en dos cuarteles: el superior, azul celeste, representa la Justicia, la Verdad, la Lealtad y la Fraternidad; el inferior, blanco, es símbolo de Pureza, Fe, Hidalguía, Integridad, Firmeza y Obediencia.
En el cuartel inferior dos brazos diestros desnudos, entrelazan sus manos, representando la unión fraternal de los hombres y de los pueblos, sostienen una pica símbolo de la Autoridad, el Mando, la Dignidad y la Soberanía, en cuyo extremo y ya sobre el campo superior, se ubica un gorro frigio que representa la Libertad, la Igualdad y el Sacrificio.
A ambos lados del escudo, dos guías de laurel, en símbolo de Victoria y de Gloria, unidos bajo el blasón con un lazo de cinta con los colores nacionales.
En la parte superior, un sol naciente, en oro, con rayos flamígeros y rectos alternados, representa la Verdad, la Majestad y la Prosperidad y posee el sentido de una nueva Nación que surge al concierto universal, plena de esplendor y de gloria, pura y radiante como el Sol, cuyo deseo es vivir luminosamente, en eterno amanecer.
Descripción del Monumento y del Recinto:
Un gran arco de medio punto da entrada a la Capilla, coronada por una cúpula, que tiene en el vértice una abertura para el paso de luz exterior.
El Monumento costa de tres partes fundamentales, todas realizadas en mármol, los encontramos en la parte inferior y los basamentos individuales que son tres alegorías femeninas, representando cada uno de los países que liberó el Gral. San Martín, lucen amplias y plegadas vestiduras.
Fue construido con mármoles policromos, con luz cenital y base rectangular del granito.
El cuerpo central del monumento está realizado en mármol rojo imperio y rojo de Francia, en la parte superior se encuentra un sarcófago realizado en mármol negro belga, como elemento neoclásico, con reminiscencias de la antigüedad greco-romana, sobre éste asoma el capote realizado en bronce y un sable del mismo material.
En este caso el monumento está presidido por la alegoría que representa a la República Argentina, simbolizada en este caso por fajo de trigo y las cadenas rotas que simbolizan la ruptura de España, ubicada a la puerta de entrada como imponiendo a todo aquel que la traspase respeto a la muerte.
Al pie de la imagen, en la parte media, se puede observar en un alto relieve el escudo de la República Argentina y una breve gesta del Libertador.
Hacia la derecha, en la parte media se puede observar una de las cuatro absidiolas (ábside más pequeña), que se colocó en el recinto en 1909y están realizados en bronce y debajo de ella se puede ver una placa de mármol recordando la llegada a la ciudad de Lima para liberación del Perú en la batalla de San Lorenzo.
Observando el monumento hacia la derecha, nos encontramos con la segunda alegoría que representa a la República de Perú, simbolizada con un pico, por ser Perú un país netamente minero. Se repite el alto relieve con el escudo de Perú y una breve reseña del Libertador. Frente a este se encuentra la urna realizada en bronce que contiene los restos del Gral. Juan Gregorio Las Heras, ésta fue traída a la Catedral en 1906, obsequiada por el pueblo chileno. Hoy se puede apreciar a la derecha, frente a la estatua que representa al Perú, coronada por la figura de un cóndor en vuelo.
A continuación nos encontramos en la parte posterior del mausoleo, frente a un alto relieve que evoca la batalla de Chacabuco. Es obra de Carrier Beleuse, inspirada en un cuadro de un francés llamado Jericó.
Los restos del Gral. llegaron al muelle de las Catalinas Norte el 22 de Mayo de 1880. El féretro fue colocado sobre una parihuela cubierta por la bandera de los andes bordada con hilos de oro donde se leen las siguiente inscripciones:
San Lorenzo – Maipú – Paso de los Andes – Lima – Unión – Libertad
Al féretro lo recibe Domingo Sarmiento.
En el cortejo fúnebre estaban presentes: Mitre, Avellaneda, Bernardo de Irigoyen, los hijos de Tomás Guido, los Regimientos de Infantería, Artillería, etc.
En la Catedral los restos los recibe el Arzobispo Aneiros. La capilla aún no estaba terminada y sus restos fueron depositados en la cripta de los canónigos. Permaneció hasta el 27 de Agosto de 1880, día en que el féretro fue colocado, no en el sarcófago que corona al monumento, sino en el cuerpo central, donde debió ubicarse de manera inclinada, al realizarse dicha estructura no estaba estipulado el tamaño del ataúd.
Al salir de Francia, el cajón estaba estropeado por la humedad por lo que se colocó al cuerpo en otro cajón. Al pasar por el Uruguay se le obsequia un tercer ataúd, dado que el anterior era demasiado sencillo, pero cuando llega a Buenos Aires lo esperaba otro ataúd, finalmente el que lo conserva.
En 1888, se hizo cargo del mantenimiento del mausoleo la Municipalidad de Buenos Aires.
En la parte superior se halla la sencilla cruz de madera que había en la tumba de San Martín en Francia.
En 1966, fueron trasladados los restos del Gral. Tomas Guido desde la Recoleta. La urna fue ubicada en el ábside de la izquierda, frente a la estatua que representa a Chile. Ésta alegoría representa a la República de Chile. En este caso está simbolizado junto con la fruta y el ancla, dado que Chile es un país marítima. También encontramos en la parte inferior el escudo de Chile y una breve reseña.
En el interior de la cúpula se puede observar recuadros al estilo de casetones que contienen flores.
Una de las modificaciones más importantes es la colocación de un plafoniere ubicado en el vértice de la cúpula.
En un Sol de cristal de roca que tiene 52 rayos se simboliza la Independencia. El aro es de bronce y tiene un diámetro de 1.15m. Este plafoniere de día permite el paso de la luz y por la tarde iluminación artificial.
El Mausoleo del General San Martín
Durante la presidencia de Bartolomé Mitre, las cámaras legislativas aprobaron en 1864 el proyecto de los Diputados: Adolfo Alsina y Martín Moreno para repatriar y sepultar en Buenos Aires los restos del General José de San Martín.
Trece años pasaron, para que en abril de 1877, al conmemorarse un nuevo aniversario de la batalla de Maipú, el Presidente Nicolás Avellaneda instara públicamente para que se concretara el propósito. Una semana después, quedaba constituida la ´´Comisión Central de Repatriación de los restos del General San Martín´´ bajo la dirección del Vicepresidente de la Nación
Dr. Mariano Acosta, y el Dr. Salvador María del Carril, la cual se funda en 1876.
El General muere en Boulogne Sur Mer en el año 1850 y la idea de repatriarlo surge en 1864, pero no se lleva a cabo antes por motivo de que la hija estaba viva y no quería que se trajera el cuerpo a la Argentina. Mercedes fallece en 1875, en Francia, entonces la idea de repatriar el cuerpo vuelve a tomar fuerza.
Dos fueron los aspectos de mayor importancia: uno externo y otro interno.
En el aspecto externo era el de gestionar ante las autoridades necesarias en Francia para proceder a exhumar los restos del Libertador y organizar su traslado a Buenos Aires. Por otra parte, estaba la búsqueda de un escultor que contara con las aptitudes y la experiencia suficiente, para garantizar una obra de la alta calidad.
De todo esto se encargo Mariano Balcarce, en su condición de Ministro Plenipotenciario Argentino, quien era yerno del General.
En el aspecto interno, la comisión debió encarar la obtención del dinero que hacía falta para tan costosa misión.
Balcarce comenzó a gestionar en Europa la búsqueda de un escultor, logrando la aceptación del prestigioso Albert Ernest Carrier Belleuse, que aquí ya había realizado el monumento a Manuel Belgrano, el que se ubicó en la Plaza de Mayo.
En Buenos Aires, mientras tanto, la Comisión había comenzado a estudiar la posibilidad de levantar el monumento en una plaza, en el atrio de alguna iglesia o en el cementerio del norte (hoy recoleta).
Por esos momentos surge la idea de levantar dicho monumento dentro de la Catedral Metropolitana, esta idea fue aprobada por la Comisión y previas consultas con el Monseñor León Federico Aneiros, quedó aprobado definitivamente.
Y como lugar para ubicar el mausoleo se destina la primer capilla hacia la izquierda de la entrada, que en ese momento estaba vacía, anteriormente se ubicaba el baptisterio.
Con la respuesta afirmativa en la mano, la Comisión continuó con la elaboración del proyecto y pensaron en colocar el monumento con un altar y una virgen dedicada a Santa Rosa de Lima.
Luego de esto se halla a licitación pública y se presentan varios proyectos y siendo el ganador el del Arquitecto francés Carrier Belleuse.
Cuando llegan los planos propuestos por este arquitecto, la Comisión decide llamar al Escultor italiano Camilo Romairone, para prestar el necesario asesoramiento técnico.
Constando las medidas que surgían de estos planos con las que ofrecía la ya citada capilla y su luz libre, se llegó a la conclusión de que el cuerpo no entraba. La respuesta fue la oferta de la Capilla de Nuestra Señora de la Paz
comunicada esta novedad Romairone, dedujo que la obra podía ser posible si se hacían algunos cambios en la estructura para ampliar en sus medidas a dicha capilla.
José de San Martín (1778-1850), militar y político argentino, caudillo de la emancipación de América, llamado 'el Libertador'. Nacido en Yapeyú (Corrientes), fue el quinto hijo del teniente de gobernador de aquella provincia, el ayudante mayor Juan de San Martín, y de doña Gregoria Matorras. La familia marchó a Buenos Aires en 1781 donde realizó sus primeros estudios.
San Martín en España
Se trasladó a España cuando su padre fue destinado a Málaga en 1784 y, aunque fue admitido en el Seminario de Nobles de Madrid, solicitó y obtuvo el ingreso como cadete en el regimiento de Murcia en julio de 1789. Combatió contra los corsarios berberiscos en la campaña de Melilla y fue herido en 1791 en el sitio de Orán.
Luchando contra los franceses, fue ascendido a segundo subteniente en la guerra del Rosellón en 1793, a primer subteniente en 1794 y a segundo teniente en la guerra del Ampurdán en 1795. Tras participar en la guerra de las Naranjas frente a Portugal en 1801, ascendió a primer teniente en la guarnición de Cádiz en 1802 y a capitán de infantería del regimiento de voluntarios de Campo Mayor en 1804. Su participación en la batalla de Bailén, durante la guerra de Independencia española, le valió en 1808 el ascenso a capitán mayor.
El inicio de la independencia de Sudamérica
En septiembre de 1811 viajó a Londres, donde renovó los contactos con la Logia Lautaro que ya había iniciado en Cádiz, y en marzo de 1812 volvió a Buenos Aires, donde la Junta de gobierno que se había constituido allí le encomendó la formación de un escuadrón de granaderos a caballo, del que fue nombrado comandante. En septiembre de ese año se casó con María de los Remedios de Escalada. Al año siguiente venció a los realistas en San Lorenzo y, tras el fracaso de Manuel Belgrano, fue nombrado comandante del Ejército del norte, pero los problemas de salud le obligaron a retirarse y buscar el descanso en la sierra de Córdoba. En septiembre de 1814 fue nombrado gobernador intendente de Cuyo y tuvo que acoger allí a los patriotas que buscaban refugio después de la derrota sufrida en octubre de ese mismo año en Rancagua.
Con el apoyo del nuevo director supremo, Carlos de Alvear, a quien había conocido en Cádiz, se dedicó a organizar un ejército con los refugiados, al tiempo que el Congreso de Tucumán declaraba la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 9 de julio de 1816. El director supremo Juan Martín de Pueyrredón le nombró general en jefe del Ejército de los Andes y el 5 de enero de 1817 inició desde Mendoza, donde era gobernador, la marcha para cruzar la cordillera andina en dirección a Chile. Venció a los realistas en Chacabuco el 12 de febrero, entró en Santiago dos días después y nombró a Bernardo O'Higgins director supremo.
Regresó a Buenos Aires para gestionar la creación de una escuadra en el Pacífico, se negó a utilizar sus tropas en los enfrentamientos entre insurgentes y de nuevo volvió a Chile en el otoño de 1817, aunque su salud siguió empeorando. La reacción española no se hizo esperar y San Martín fue derrotado en Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818, con lo que los realistas estuvieron a punto de recuperar Santiago, pero con la victoria de Maipú el 5 de abril de 1818 aseguró la independencia de Chile y volvió a Buenos Aires, donde la situación era de auténtica guerra civil entre el poder central y las provincias, lo cual retrasó sus planes hasta 1820, año en que comenzó la campaña de Perú. Con el apoyo de la flota mandada por el escocés Thomas Alexander Cochrane, los patriotas lograron controlar toda la costa del Pacífico, desde el estrecho de Magallanes hasta el Perú, estrechando el cerco sobre las tropas realistas.
Acuerdos con Simón Bolívar
Negoció una paz con el virrey absolutista Joaquín de la Pezuela, y poco después firmó el Pacto de Punchauca con el nuevo virrey , el liberal José de la Serna e Hinojosa, en 1821, acordando la independencia de Perú, el establecimiento de una regencia formada por tres miembros y el envío a España de representantes, para ofrecer el trono a algún príncipe de la familia real española, pero los oficiales realistas se negaron a aceptar ese acuerdo. Reanudada la lucha, San Martín entró en Lima en julio de 1821 y proclamó la independencia del país el 28 del mismo mes. Fue nombrado protector de Perú, convocó un Congreso Constituyente que superara las discrepancias existentes entre los diferentes líderes y partió para Guayaquil a entrevistarse con Simón Bolívar, que se encontraba en Ecuador. En la entrevista de Guayaquil, celebrada el 26 de julio de 1822 entre los dos máximos caudillos de la independencia americana, se trató de la situación general del continente americano, del futuro régimen de Perú y de la situación concreta de Guayaquil, que dudaba entre mantener la independencia, incorporarse a Perú o integrarse en la Gran Colombia, como al final ocurrió. San Martín se mostró partidario del régimen monárquico en Perú, pero al no contar con el apoyo de la burguesía limeña, que se sublevó, optó por convocar al Congreso y renunciar al mando en septiembre de 1822, dejando los asuntos del país en manos de Bolívar.
Regreso a Europa
Tras pasar por Chile y Mendoza en 1823, y después de ir a Buenos Aires, donde volvió sólo con motivo de la muerte de su esposa, marchó a Europa en 1824 con la salud muy quebrantada, permaneciendo algún tiempo en Gran Bretaña y Francia antes de instalarse en Bruselas. En 1827 ofreció sus servicios a las autoridades argentinas con motivo de la guerra con Brasil y en 1829 quiso mediar en las disidencias internas entre los centralistas de la capital y los federalistas de las provincias, a los que siempre se había opuesto; por ello viajó a Buenos Aires, aunque no llegó a desembarcar y regresó a Europa. Su amigo Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del Guadalquivir, le ayudó a instalarse en París en 1830 y desde allí escribió numerosas cartas a los dirigentes argentinos. En 1848, casi ciego, se trasladó a Boulogne-sur-Mer (Francia), donde el 17 de agosto de 1850 murió.
Quinta capilla de la derecha
Santa Margarita
Esta es una capilla, la cual esta en reparación, por eso nos encontramos con la capilla tapada por un aglomerado. Encima de él, se encuentra un cuadro de dicha imagen. En el lateral izquierdo del cuadro vemos una peana, pero esta sin su patrona.
Historia de Margarita:
Nació en 1647, en Borgoña. Su familia pertenecía a la nobleza, pero era pobre.
Ella era débil y a los 10 años, sufrió una parálisis. Después de permanecer 4 años en cama, dice la tradición, que fue curada por Nuestra Señora, hizo votos para ingresar al convento y consagrarse al servicio de Dios.
Una vez ingresada, se hizo llamar Margarita María.
Pasaba horas frente al Santísimo y comenzó a tener apariciones, 4 son las principales. En la primera aparición vio a el ´´Salvador´´ y mostró su Sacratísimo Corazón.
Margarita María fue la encargada de difundir los deseos de Jesucristo.
Sexta Capilla de la derecha
San Martín de Tours:
La capilla posee dos peldaños de mármol, el cual sobre éste se encuentra un retablo realizado en madera de palo paraguayo tallado, policromado y dorado.
El altar está sostenido por columnas de capitel compuesto. Todo el altar está trabajado con el dorado a la hoja. En varias partes del retablo se encuentran detalles de estucados.
En la hornacina central se encuentra la imagen de San Martín de Tours, es una imagen moderna de fines del año 1800, viste ropa de obispo. Porta en su mano derecha un báculo.
Debajo de la imagen central se encuentra la Sagrada Familia, representada por: José, María y el Niño Jesús.
Debajo de la Sagrada Familia se encuentra la imagen de San Germiniano, Mártir, colocado en forma horizontal dentro de un cajón transparente. Este Santo data del siglo III.
Superior a San Martín de Tours, se encuentra un bajo relieve que lo está representando a él. Este está realizado en dorado a la hoja. Sobre el bajo relieve se puede observar un vitreaux que representa la leyenda cuando San Martín vio un mendigo y lo cubrió con su capa.
A la derecha del Altar Mayor se encuentra una lápida en donde descansan los restos de Monseñor Emilio Lafitte. Nacido en Peiyrun, Francia, el 2 de Noviembre.
En 1927, pasó a ocupar el obispado de Córdoba, elevado en 1934 a Arquidiócesis, siendo el primer Arzobispo de Córdoba y Primado de la Argentina.
Gobernó solamente 3 meses, ya que falleció el 8 de Agosto de 1959.
A la izquierda del altar, se halla la sepultura de Monseñor León Federico Aneiros (1828 – 1894). Es un monumento funerario de mármol blanco, en posición orante. Realizado por Víctor de Pol.
En 1854 desempeñó el cargo de Diputado.
Fue profesor de Derecho Canónigo en la Universidad de Buenos Aires, lo cual abandonó al ser nombrado Obispo Aulón en 1870 por Fray Achaval. Se distinguió como orador sagrado y como correcto escritor. El fue el fundador de los periódicos: ¨La Región y El Orden¨
En 1873, fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires, proclamándoselo como Arzobispo de la Catedral Metropolitana, cargo desde el cual se dedicó a mejorar el estado del clero.
Murió a causa de un síncope cardíaco, el día 3 de Septiembre de 1894 en Buenos Aires.
Historia de San Martín de Tours:
Nació en Hungría en la ciudad de Panonia, en Sabaria Sacca, a fines del año 316.
Su padre era militar del ejercito romano por lo cual se traslado a Pavia, Italia.
Martín sentía mayor atracción hacia la religión, por lo que comenzó a tener contacto con el cristianismo, aún sin haber sido bautizado fue recibiendo la doctrina. Luego de haber sido catacumeno, estuvo en el ejercito para complacer a su padre.
Era un joven de 21 años cuando un día de invierno, vio a un hombre casi sin ropas tiritando de frío, que con una mano extendida pedía ayuda. Ante esta situación Martín se quitó la capa, la partió en dos con su espada y dio la mitad al mendigo para que se cubriera.
En esa noche, mientras dormía soñó con la figura de Jesús rodeado de ángeles y vestido con la mitad de la capa. Este episodio fortaleció su vocación cristiana y a los 22 años recibió el bautismo.
Se retiró del ejercito y vivió en soledad y oración hasta que se contacto con el Santo Hilario, Obispo de Portiers, comenzando su tarea de evangelización. Se lo llamó apóstol de las galeas. En Luluge, Francia, fundó un monasterio.
Cuando muere San Hilario la población lo lleva a San Martín a la Catedral y lo proclaman Obispo de Tours.
El 8 de Noviembre del año 397 fallece, siendo su sepelio el día 11. El 20 de Octubre de 1580, Juan de Garay convocó al Cabildo con el fin de elegir al Patrono de la Ciudad, a quien gobernantes y gobernadores habrían de implorar protección e invocaran en momento de necesidad.
La asociación de caballeros de San Martín de Tours escribió: ´´ consultados los nombres de varios santos se procedió a sacar uno, en el cual salió el de San Martín de Tours, contrariamente a de los cabildantes. No era un santo español, se vuelve a repetir el sorteo y nuevamente sale el de San Martín de Tours. Le piden autorización a Garay para volver a repetir por última vez el sorteo, y nuevamente sale el de San Martín, convirtiéndose en el patrono de la Ciudad de Buenos Aires.
Séptima Capilla de la Derecha
Capilla de Santísimo Sacramento
Este altar fue construido con finos mármoles y bronce, imitando al altar de la confesión de San Pedro, situado en la Basílica homónima en Roma. Es decir con admirable baldaquino de mármol con columnas de estilo barroco de granito ilustrado traído de Sierra Chica. La obra fue efectuada en 1943, por el arquitecto Enrique Martínez Castro.
Posee un Cristo de marfil y una pequeña capilla donde se deposita el Santísimo Sacramento, que anteriormente se hallaba en el altar del Santo Cristo.
El sagrario que en 1935 la archicofradía había regalado para ser puesto en el nuevo altar del Santo Cristo, fue trasladado al altar de la nueva capilla del sagrario y es el mismo que hoy luce. Tiene 2 lámparas votivas que se hallan a ambos lados. Encontramos también un antifonario dorado con la figura del agulaque que representa a San Juan Evangelista.
Los bancos son de madera.
A la derecha hay una gran vitrina construida en 1979, en donde se encuentra la custodia. Hasta entonces había estado en tabernáculo giratorio del retablo mayor.
La gran Custodia, fue realizada en plata por un autor anónimo, en el
Siglo XVII.
La custodia original media 40cm. pero en el año 1934, con motivos del Congreso Eucarístico Internacional, lo agrandó.
La custodia pesa alrededor de 110kg. y tiene 2.40cm. de altura, realizada en plata con incrustaciones de oro y piedras semipreciosas; tiene alegorías a Europa y América, con un magnífico esplendor del sol y sus rayos, realizado totalmente en piedras argentinas; se destacan las cuatro columnas, las puertas de hierro forjado que tienen todos sus elementos unidos con abrazaderas al estilo antiguo, sin remaches ni soldaduras.
Todo se complementa con un fascristol dorado, lámparas colgantes de bronce y una hermosa reja colonial que cierra el óculo.
Octava capilla de la derecha:
San Pedro Apóstol
El altar del fondo derecho y su retablo pertenecen al grupo de imaginería religiosa que sobrevivió a la restauración de principios de siglo.
Está dedicada a San Pedro, talla en madera paraguaya policromada y dorada y es del año 1700. El altar y el retablo son de madera paraguaya recubiertos con láminas de oro (dorado a la hoja). El altar posee una combinación de características jónicas y corintias, al igual que el altar de San Martín de Tours, ambos están muy trabajados.
El apóstol ubicado en el centro del altar, viste ornamentos papales rojos y está sedente. Es una representación de figura patriarcal, con cabellos y barba blanca. En su mano derecha lleva la triple cruz papal, y en la izquierda tiene la llave del reino.
Los tres brazos de la cruz significa: Regir en señal santificado.
Debajo de la imagen de San Pedro se encuentra, en una vitrina, una pequeña imagen del niño de Praga, realizada en la ciudad homónima. Como otra forma de representar al Niño Jesús. Es una imagen de vestir que lleva una túnica plateada con piedras, y fue donada por el Arzobispo de Checoslovaquia.
Para ingresar hasta el altar de San Pedro se debe traspasar una reja que tiene a la derecha, una imagen de Santa Teresita, y a la izquierda, una de San Antonio.
Del techo de este altar colgaba una araña de 36 luces que mandó colocar Juan Manuel de Rosas, la cual fue retirada en 1907 y donada a la iglesia de San Cristóbal.
Este altar no posee luz natural y la luz artificial que presenta es escasa.
Se halla en el fondo de la nave lateral derecha, vecino a la Sacristía y fue realizado en 1758. Fue el primer altar que tuvo la Iglesia: antes se encontraba en el Altar Mayor. Cuando pasó a ocupar la sacristía fue el único que se arruino en la quema del 55’por estar cercano a la Curia Arzobispal.
San Pedro Apóstol:
Lo único que sabemos de su vida antes de su conversión es que era un pescador Galileo del pueblo de Betsaida o Capernaum. Existe evidencia para suponer que Andrés (el hermano de Pedro) y posiblemente Pedro fueron seguidores de Juan el Bautista, y por lo tanto se habrían preparado para recibir al Mesías en sus corazones.
Imaginamos a Pedro como un hombre astuto y sencillo, de gran poder para el bien, pero a veces afligido un carácter abrupto y tempestivo que habría de ser transformado por Cristo a través del sufrimiento.
Nuestro primer encuentro con Pedro es a principios del ministerio de Jesús. Mientras Jesús caminaba por la orilla del lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón Pedro y Andrés, echar la red al agua. Y los llamó diciendo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".Inmediatamente abandonaron sus redes y lo siguieron. Un poco después, aprendemos que visitaron la casa en la que estaba la suegra de Pedro, sufriendo de una fiebre la cual fue curada por Jesús. Esta fue la primera curación atestiguada por Pedro, quien presenciará muchos milagros más durante los tres años de ministerio de Jesús, siempre escuchando, observando, preguntando, aprendiendo.
Pedro es el primer Papa ya que recibió la suprema potestad pontificia del mismo Jesucristo.
Pedro siempre figura entre los tres más allegados a Jesús. Fue elegido con Santiago y Juan, para subir al monte Tabor donde ocurrió la Transfiguración. Aquí contempló la Gloria del Señor y escuchó la proclamación de Dios.
Después bajaron a Jerusalén donde Jesús comenzó a preparar a sus discípulos para el fin de su ministerio en la tierra. Pedro llevó a Jesús aparte y comenzó a reprenderlo porque no quería aceptar un fin tan terrible como la cruz.
Al estar todos reunidos en la Última Cena, Pedro declaró su lealtad y devoción con estas palabras: "Aunque todos pierdan su confianza, yo no." E insistió: "Me quedaré contigo aunque tenga que dar la vida."
Con inmensa tristeza Jesús le contestó: "Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces." Al desenvolverse esta trágica noche se realizó esta profecía. Cuando los soldados llevaron a Jesús a los judíos, Pedro se quedó en el patio y tres veces lo acusaron de ser discípulo de Jesús. El lo negó las tres veces. En aquel mismo momento, cantó el gallo por segunda vez y Pedro empezó a llorar.
Sabemos que recibió el perdón del Señor porque después de la Ascensión, cuando Jesús se manifestó a sus discípulos, llamó a Pedro quién afirmó tres veces su amor por el Señor como un paralelo a las tres veces que lo negó.
Después de la muerte del Salvador, Pedro ejerció su primacía entre los Apóstoles con entereza y valor. El fue "La Piedra" en la que la Iglesia fue fundada. Su capacidad de conversión quizás sea lo que hace su historia ejemplar para nosotros pecadores. Pedro cayó muy bajo en la noche que negó al Señor. Después se arrepintió y ascendió hasta llegar a obispo de Roma, mártir, y "guardián de las llaves del reino de los cielos."
Fue Pedro quien tomó la iniciativa de elegir uno que tomara el lugar de Judas y quien realizó el primer milagro. Un mendigo le pidió limosna. Pedro le dijo que no tenía dinero, pero en el nombre de Jesús Nazareno le mandó levantarse y andar. El mendigo, curado de su mal hizo lo que le mandó Pedro.
Pedro decidió predicar en las aldeas circundantes y cada vez más lejos.
Por su sinceridad, Pedro inevitablemente tuvo muchos conflictos con las autoridades judías, hasta dos veces los jefes de los sacerdotes lo mandaron arrestar. Nos dice la Escritura que fue milagrosamente desencadenado y librado de la prisión e impresionó a los demás Apóstoles al llegar repentinamente donde ellos moraban. Pedro después predicó en los puertos marítimos de Joppa y Lydda, donde conoció hombres de diferentes razas y en Cesarea donde se convirtió el primer gentil, Cornelio.
Fue obispo de Antioquía y después pasó a ser obispo de Roma donde fue martirizado durante el reinado de Nerón alrededor del año 67, el mismo año que San Pablo. Fue sepultado en lo que hoy es el Vaticano donde aun se encuentran sus restos bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro. Esto ha sido comprobado en los encuentros arqueológicos y anunciado por Pío XII al concluir el año santo de 1950.
San Pedro murió crucificado. El no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo crucificaron con la cabeza hacia abajo. El lugar exacto de su crucifixión fue guardado por la tradición. Muy cerca del circo de Nerón, los cristianos enterraron a San Pedro.
Las palabras de Jesús se cumplen textualmente.
Hay testimonios arqueológicos de la necrópolis con la tumba de San Pedro, directamente bajo el altar mayor. Esta ha sido venerada desde el siglo II. Un edículo de 160 d.C. en el cual puede leerse en griego "Pedro está aquí".
En el arte sus emblemas tradicionales son un barco, llaves y un gallo.
Historia de Santa Teresa del Niño Jesús:
María Francisca Teresa Martín, nacida el 2 de enero de 1873 en Alecon, Francia, su vocación espiritual se hizo sentir a los nueve años, cuando ingresó como media pupila en la Abadía de las Benedictinas de Lisieux.
Mas tarde imitó el ejemplo de sus hermanas mayores María y Paulina y comenzó el noviciado en la Orden Carmelita.
Bajo una rigurosa disciplina, Teresa tomó los hábitos el 8 de septiembre de 1890 y ese fue el día más feliz de su vida, pero los sacrificios a los que se exponía la joven eran enormes.
Lavaba la ropa de los enfermos en pleno invierno, usaba calzado mas pequeño que sus pies, cocinaba a fuertes temperaturas y comía poco y mal. Todo esto hizo que su salud se fuera deteriorando lentamente. La noche del 10 de marzo de 1895 tuvo un sueño el cual Sor Ana de Jesús, la fundadora de la congregación Carmelita Francesa, le revelaba que el señor la iría a buscar muy pronto.
Falleció el 30 de septiembre de 1897.
Santa Teresita del Niño Jesús fue beatificada el 29 de abril de 1923 por el Papa Pío XI y dos años después ante la petición de miles de fieles que agradecían sus gracias recibidas, la canonizó el 17 de mayo.
En 1997 Juan Pablo II la declaró doctora de la iglesia, con motivo del primer centenario de su muerte. Para el mundo católico su día de festejo es el 3 de octubre.
Historia de San Antonio:
Este Santo escuchó la palabra del Evangelio, por ello antes de marchar al desierto, dejó sus bienes a los pobres.
Las prédicas de San Antonio consistían en renovarse espiritualmente, quien ya en el 1200 impulsaba a esta conversión.
Se dice que para escucharlo se reunían multitudes y su impotente voz, sumada a la convicción con que se expresaba, hacia que sus predicaciones fuesen escuchadas por los fieles.
Por diferentes razones a lo largo del tiempo (1981 por última vez), la tumba en la que descansan sus restos, fue abierta en varias ocasiones y para asombro de los que hallaron incorruptas, después de 800 años.
Se lo reconoce como el Santo de los novios, parece que ésta creencia nació en Brasil o en España, pero no se há encontrado ningún episodio en su vida que lo justifique.
También se lo conoce como el Santo de las cosas perdidas, se sabe que es el protector que ayuda a encontrar aquello que se perdió, y esto se debe a un hecho muy significativo en su vida.
Nació en el año 1195, cuando no había imprenta, y se calculaba que se sabía la Biblia de memoria. Para sus sermones cuadresimales que los daba todos los días de cuaresma en las iglesias de la ciudad, escribía sus apuntes en papiros o pergaminos que eran muy costosos. Un día, un fraile novicio que estaba en prueba para ser religioso, le robó a San Antonio sus notas para venderlas y ganar plata; según cuenta la tradición, cuando llegó a un puente una fuerza muy fuerte le impidió seguir. Entonces dejó allí los apuntes y sin ellos pudo atravesar el puente. Luego pidió disculpas a Antonio y le devolvió sus notas.
Existen una cantidad enorme de milagros. Este Santo es uno de los mas invocados y venerados por los pobres, enfermos, indefensos y marginados.
Altar Mayor
El retablo y el altar mayor fueron ubicados en el santuario del templo, separados del ábside. Por ese motivo en 1803 el obispo de Buenos Aires Benito de Lue y Ruega, mandó a enladrillar el piso que esta detrás del retablo, desde el altar de Dolores hasta el de San Pedro.
Allí estaba cuando llegó Fray Sebastián Malvar y Pinto, duodécimo obispo de Buenos Aires quien en 1780 quiso cambiarlo de lugar, ya que, a su juicio estaba ubicado sobre el Panteón y el santo sacrificio de la misa se celebraba sobre los sepulcros.
El Virrey Juan José de Vertíz se opuso a esta modificación aclarando que no se encontraba sobre los sepulcros y si en medio del Panteón y el círculo que formaba la bóveda, por lo tanto la colocación del retablo en la capilla mayor no se opone a lo establecido por la sagrada congregación de ritos. El consejo de indias falló a favor del Virrey Vertíz, quedando el retablo y altar mayor en medio de la capilla mayor.
Actualmente se halla ubicado anterior al ábside. El retablo que ocupa todo el ancho y el alto de la nave central está realizado en madera de cedro del Paraguay que fue traída flotando el Río Paraná. En Buenos Aires fue tallado a mano, dorado a la hoja y policromado por Isidro Lorea natural de Vizcaya donde había seguido estudios de arquitectura y detallista.
Este retablo era un tabernáculo externo, de planta triangular, mistilínea y lados cóncavos.
Inicialmente ocupó el centro del crucero hasta que en 1830 fue cortado para trasladarlo al fondo del presbiterio. La parte cortada se envió a diferentes iglesias del interior.
Pellegrini muestra en una litografía que entre los grandes roles del coronamiento, surgían otros dos más pequeños que fueron cortados. También fueron modificados los dos expositores: el albergado en la hornacina principal, que tendría la forma de un templete cilíndrico, con puertas curvas, cuya base giratoria, usada hasta hace pocos años, permitía manifestar el Santísimo Sacramento en la gran custodia de plata o la imagen de la virgen, según lo exigía la liturgia. Se suprimieron también seis ángeles que servían de candeleros, uno de los cuales se encuentra en el museo de Luján.
En 1858, acusa de la modificación del coro capitular se trasladó el altar mayor. El 14 de marzo de este año se consagró el mismo.
El cabildo decidió en una comisión que lo único que necesitaba el altar mayor era pintarlo y dorarlo. También se decidió que se colocara un tabernáculo de movimiento para la divina majestad en un frente y la Purísima Concepción en el otro.
Se quitó el tabernáculo de donde hoy se halla y se colocó uno grande en el nicho que hoy ocupa la virgen.
Diez años después se colocó en el altar mayor en un nuevo tabernáculo menor y secundario construido en el mismo estilo que todo el retablo.
Actualmente en la parte superior del retablo se encuentra ubicado el grupo de mérito que representa a la Santísima Trinidad (protectora de la Catedral).
En el centro del retablo se encuentra la imagen de la Virgen María Inmaculada, ubicada en el tabernáculo desde 1979 compartiendo el nicho con Santa María de los Buenos Aires, al girar el nicho se permite la alternancia para la adoración de ambas imágenes. A los laterales podemos observar columnas de fuste liso y capitel compuesto que muestran un esplendoroso labrado.
En 1906 se cambia el piso del presbiterio por lo cual deciden elevar la mesa del altar mayor para que las ceremonias se puedan ver mejor. Por arreglos se retiró el tabernáculo menor y fue trasladado al altar de Santo Cristo.
Se realizo un altar mayor de mármol preparado litúrgicamente para que pueda ser consagrado. Se propuso la colocación de un crucifijo de gran tamaño que fue retirado en 1970.
En 1939 la comisión aprobó el estudio de reformas de todo exaltar, que el arquitecto Gallardo con Udaondo había redactado. Con estas reformas el altar mayor fue consagrado el 14 de mayo de 1948 por Deán Doctor Antonio Rocca.
En 1970 debido a las reformas litúrgicas provocadas por el Concilio Vaticano II en el crucero y bajo la cúpula se colocó una gran mesa de mármol y sin pulir, para ubicar en el un nuevo altar.
El 3 de abril de 1999 se inauguró el altar de plata.
Esta obra de orfebrería, que llevó 4 meses fue realizada por Carlos Daniel Payarlos, por encargo del Arzobispo porteño.
La mesa tiene 3 metros de largo y casi 1,5 metros en los laterales.
El altar fue montado sobre la piedra rústica del mármol original el cual es de una sola pieza tal cual lo indica la liturgia.
El diseño de las guardas, las uvas, espigas y los peces que junto a una cruz central adornan el altar fue diseñado por el propio Payarlos y por el arquitecto Norberto Silva.
Cada uno de los diseños tiene una simbología: los lirios que forman la guarda representan la pureza. A cada uno de los lados de la cruz central que simbolizan a Cristo, hay una letra alfa y una omega; como el principio y el fin de todas las cosas. Las espigas de trigo y las vides son el pan y el vino que durante la ceremonia religiosa se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Los peces que adornan los laterales del altar tienen un doble significado: por un lado aluden al milagro de la multiplicación de los peces y de los panes, y por el otro a la contraseña utilizada por los primeros cristianos durante la época de los romanos.
Los símbolos que indican el carácter de Catedral son la cátedra del Arzobispo (presidiendo el coro presbiteral) y el escudo arzobispal (el que se encuentra en la Catedral perteneció a Monseñor Quarracino).
Bajo el altar mayor se ubica la cripta, sector de mayor antigüedad de la Catedral en donde se depositan los restos de los dignatarios de la iglesia y de ciudadanos ilustres.
Historia de la Inmaculada Concepción:
La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.
Como demostraremos, esta doctrina es de origen apostólico. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.
"…declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…" (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
La Concepción es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado.
La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Génesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor.
Junto a él se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María si lo sugiere.
Méritos: María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Historia de la Santísima Trinidad:
Se encuentra ubicada en la parte superior del retablo, en el tímpano del altar, como un grupo escultórico representativo del misterio de un solo Dios en tres personas distintas: Dios Padre, Dios Hijo y Espíritu Santo.
En el momento de levarse al cielo Cristo confió a los apóstoles su misión: "id enseñad a todas la naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".
El de la Santísima Trinidad es un dogma fundamental de la fé, contenido implícitamente en el símbolo de los apóstoles, desarrollado en el símbolo de Nicea, antes de ser solemnemente formulado por el IV Concilio de Letrán.
Historia de Nuestra Señora de los Buenos Aires:
Al igual que la Inmaculada Concepción esta colocada en un tabernáculo en movimiento.
Es una imagen de bulto que fue entronizada en 1984.
Realizada en madera policromada, fue donada por la familia de Alfredo Trillo, el arzobispo de Buenos Aires.
Es una replica de la que se haya en el Santuario de Cagliari, en la isla de Cerdeña donde es venerada como patrona de los Buenos Aires o vientos que soplan sobre las velas de las embarcaciones de la época. Por esto la Virgen sostiene en una mano la Carabela llamada Magdalena, de Don Pedro de Mendoza, quien impuso el nombre de, Santa María del Buen Aire, al puerto de nuestra ciudad en el año 1536.
Primera capilla de la izquierda:
Nuestra Señora de los Dolores
Si pasamos a la nave lateral izquierda nos encontramos a la derecha con una imagen de tamaño medio que corresponde a Santa Rita y a la izquierda una correspondiente a San Cayetano; ubicado en el fondo, separado igual que el de San Pedro por una reja baja con baranda de bronce, el Altar de Nuestra Señora de los Dolores.
El retablo fue construido por el tallista Juan Antonio Gaspar Hernández en 1794.
El Virrey Juan José de Vértiz en sus memorias de 1784 dice que la capilla tenía 3 lienzos de mérito regalados por un argentino: representan el Camino al Calvario, La Agonía y El Descendimiento.
El lugar fue destinado por el obispo Azamor en 1793 a la Hermandad de María Santísima de los Dolores y Sufragio de las Almas del Purgatorio.
La imagen de la Virgen es de vestir; fue traída de Cádiz y donada por la madre del general José de San Martín, Da. Gregoria Matorral. La cara y manos están realizadas en algarrobo blanco. Es una copia de la que se venera en la capilla de la Hermandad de Dolores en la iglesia de San Lorenzo en Cádiz. Llego a Buenos Aires en el navío San Pascual Bailón en 1753, junto con un vestido de terciopelo rojo oscuro, (hoy lleva puesto uno de color negro), con su correspondiente cinturón ricamente bordado, manto real, aureola y corazón con siete espadas, en plata.
Todo el altar es de madera dorada, adornado con alegorías, excepto el retablo, que en 1948 fue totalmente reformado; se colocó al pie un Cristo Yacente, obra del escultor León Moroder, quien reprodujo el Santo Cristo Yacente que la Hermandad del Santo Entierro venera en la Capilla de San Gregorio de Sevilla.
Debajo de la imagen de la virgen y sobre el Cristo Yacente se encuentra el Sagrario, el cual se utiliza para guardar el cuerpo y sangre de Cristo. A cada lado del altar se encuentran dos lámparas votivas las cuales si están encendidas significan que el cuerpo de Cristo esta guardado en el Sagrario.
En la bóveda de esta capilla se pueden observar pinturas realizadas por el italiano Parisi.
Historia de Nuestra Señora de los Dolores:
La imagen de la virgen de la dolorosa recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús, durante la Pasión y muerte de su hijo. Estos dolores fueron profetizados por el anciano Simeón; cuando en el templo de Jerusalén dijo a María que una espada de dolor le atravesaría el corazón.
La piedad popular ha representado a la virgen dolorosa con un corazón traspasado por 7 espadas que simbolizan otros tantos dolores.
En 2 lugares distintos de las Sagradas Escrituras mencionan las amargas penas que tuvo que soportar María, estas son:
- Tuvo que huir con su niño a Egipto
- Vio a su hijo encarcelado y flagelado
- Lo contempló con la cruz a cuesta y una corona de espinas que le hacía sangrar las sienes.
- Lo vio golpeado e injuriado
- Oyó los terribles golpes de martillo cuando lo clavaron a la cruz.
- Presenció su sed devorada y la infame burla del vinagre.
- Vio su atormentada agonía y su grito final.
- Tuvo María el cuerpo de Jesús martirizado y sin vida en su regazo.
- Lo vio depositado en el sepulcro.
Historia de Santa Rita de Cascia:
Santa Rita, nació en 1381 en Roca-Porrena, muy cerca de Cascia (Italia). Fue hija única y concebida cuando sus padres eran ya ancianos. Desde muy joven sintió un aprecio muy especial hacia el Evangelio y a la naturaleza. Subía a la montaña y desde allí contemplaba la belleza del campo, los árboles, los pájaros, las flores pasando horas y horas orando. En su casa tenía un pequeño oratorio donde encontraba su paz interior mediante la plegaria. Sintió el deseo de consagrarse a Dios y hacerse religiosa de un convento de monjas que seguían la regla de San Agustín situado en su misma ciudad, pero sus padres se negaron y le obligaron a la edad de 16 años a casarse con Pablo Fernando, un joven de Cascia muy bien situado económicamente. Pero Pablo Fernando no fue al principio aquel gentil hombre que aparentaba. En las historias que se explican dedicadas a nuestra santa, se cuenta que muy a menudo la maltrataba y le dificultaba la práctica de su fe. A pesar de ello, ella le fue fiel e intentó reconducir siempre las situaciones adversas.
A los 18 años, tiene su primer hijo: Juan Santiago. A partir de esta buena noticia, su esposo deja de maltratarla y conlleva una vida familiar llena de paz. Incluso Pablo Fernando se convierte al cristianismo. Dos años después nace su segundo hijo: Pablo María.
La felicidad del matrimonio se rompería diez años después, concretamente cuando nuestra santa tiene 30 años: su esposo aparece asesinado en medio de una gran crispación política en la República de Cascia. Vaya papeleta le queda a Santa Rita, viuda con dos hijos de 12 y 10 años. A pesar del grave suceso, nuestra amiga ora por los asesinos, ella misma sabe quienes son e incluso se acerca a ellos a ofrecerles el perdón y la reconciliación entre las dos familias. Su deseo es complacido, pero en sus hijos, aunque son muy pequeños, surge el deseo de venganza. Rita intenta disuadirlos y enseñarles a amar a los enemigos. Las vidas de aquellos dos niños fueron cortas, ya que un año y medio después de la muerte de su marido, una peste contagiosa acabó con la vida de ellos.
Santa Rita se queda viuda y pasa sus primeros años recogida en oración y penitencia. Piensa de nuevo en ingresar en un monasterio de religiosas agustinas que hay en Cascia, pero desde esta orden la rechazan con el pretexto de que es viuda y que solo aceptan a personas vírgenes. Por tres veces llegan a no aceptarla. A pesar de todo, Rita no pierde las esperanzas e invoca a sus tres santos preferidos: San Agustín, San Nicolás y San Juan Bautista. Por cuarta vez se dirige al convento y finalmente la aceptan. Allí llevaría una vida de observancia, obediencia, penitencia, oración … Finalmente consigue lo que siempre había soñado: hacerse religiosa del Monasterio de Cascia.
Cuando nuestra amiga lleva 28 años de servicio al Señor desde el monasterio, y cuando cuenta ya con 61 años de edad, recibe el estigma de una espina en la frente procedente de la misma pasión de Jesús.
Durante 15 años, el estigma le supuso para nuestra santa un duro sacrificio, casi siempre tenía que vivir recluida en una celda del monasterio, por el dolor y por el hedor pestilente que salía de la herida. Solamente le desapareció el estigma en 1450 cuando ella pidió a Dios que se la curara para poder peregrinar a Roma con motivo del Año Jubilar. Pero cuando volvió a Cascia, el estigma volvió a aparecer.
Cuando Rita tiene 72 años queda paralítica aquejada de marasmo, una enfermedad que le enflaquece el cuerpo y que le obliga a vivir en la cama durante el resto de su vida. A sus 75 años de edad, ocurre uno de los sucesos más conocidos en la vida de Santa Rita. En pleno invierno, cuando el campo está totalmente nevado, pide a una prima que la visitaba en su celda que le traiga una rosa que en aquel momento florece en el huerto de su casa. No obstante, aquella chica, se siente atraída a ir al huerto de la casa de Rita para comprobar si era cierto aquel prodigio. Y efectivamente, allí encuentra una preciosa rosa en medio de un frondoso rosal todo el rodeado de nieve junto a unos higos maduros. Hay una tradición popular que consiste en tener en las casas, coincidiendo con la festividad de Santa Rita, un ramo de rosas previamente bendecido por el sacerdote del pueblo. Es una manera muy original de recordar a la santa.
Aquel suceso inexplicable de la rosa hizo crecer la fama de Santa Rita, y fueron muchos los que quisieron conocer a aquella monja enfermiza. El 22 de mayo de 1457, a sus 76 años de edad, Santa Rita fallecería en medio de una gran conmoción. Se afirma que las campanas del templo parroquial de Cascia tocaron por si solas. Fue beatificada en 1628 por el Papa Urbano VIII y canonizada por el Papa León XIII el 24 de mayo de 1900.
A Santa Rita se le reconocen diferentes protecciones y ayudas. La más importante es la de los casos imposibles. Muchas personas le invocan para pedir cosas difíciles de conseguir, y nadie mejor que ella que pudo tener en sus manos una rosa nacida en pleno invierno. Debido a ese "prodigio" es la protectora de las rosas y de los higos, y muy especialmente de aquellos que trabajan o venden esos productos en mercados o tiendas. Historia de San Cayetano:
San Cayetano nació en Vicenza en 1480. Su padre, el Conde Gaspar de Thiene y su madre María di Porto, eran de familias nobles.
El padre murió cuando los dos hermanos eran muy pequeños. Su piadosa madre dio a sus hijos un admirable ejemplo. Produjo grandes frutos en ellos, especialmente en Cayetano.
Estudió 4 años en la Universidad de Padua. Se distinguió en la teología y se doctoró en derecho civil y canónico en 1504. Fue nombrado senador en Vicenza.
Estaba, sin embargo, decidido a seguir los estudios sacerdotales. Se trasladó a Roma en 1506, decía que Dios le llamaba a realizar una gran obra. Al poco tiempo fue nombrado secretario privado del Papa Julio II y protonotorio apostólico. Pudo conocer de cerca a cardenales y prelados como "escritor de las cartas apostólicas".
El Papa muere en 1513 y Cayetano decide no continuar en el cargo. Se preparó durante 3 años para ser sacerdote. Fue ordenado en 1516, a los 36 años. Celebra su primera misa y queda sobrecogido por el don del que no se considera digno.
Funda en Roma una Cofradía del "Amor Divino". Era una asociación de clérigos que se dedicaba a promover la gloria de Dios.
Tuvo su primera experiencia pastoral en la parroquia de Santa María de Malo, cerca de Vicenza; luego se dedicó a cuidar los santuarios esparcidos por el monte Soratte.
Ingresó en el oratorio de San Jerónimo, que tenía los mismos fines que la cofradía del Amor Divino, pero incluía a los laicos menos favorecidos por la fortuna. Sus amigos se molestaron mucho por eso, porque consideraban que aquello era indigno para un hombre de gran alcurnia como él. A Cayetano no le importó. Ayudaba y servía personalmente a los pobres y enfermos de la ciudad y atendía a los pacientes más repugnantes del hospital de incurables a quienes ayudó mucho en lo material.
Cayetano se preocupaba mucho por el bien espiritual de su congregación. Solía decir: "En el oratorio rendimos a Dios el homenaje de la adoración, en el hospital le encontramos personalmente".
Fundó otro oratorio en Verona.
Se trasladó a Venecia en 1520, siguiendo el consejo de su confesor, Juan Bautista de Crema, un dominico santo y prudente. Se alojó en el hospital de la ciudad y siguió la misma forma de vida. Se le consideraba fundador principal del hospital por todos los regalos que hizo.
Implantó la bendición con el Santísimo Sacramento y promovió la comunión frecuente, en los 3 años que vivió en Venecia. Escribió: "No estaré satisfecho sino hasta que vea a los cristianos acercarse al Banquete Celestial con sencillez de niños hambrientos y gozosos, y no llenos de miedo y falsa vergüenza".
La cristiandad pasaba por un periodo de crisis. La corrupción había debilitado a la Iglesia, mucho antes de la aparición del protestantismo y eso promovía la reforma. Cayetano era uno de los que más imploraban esa reforma de vida y de costumbres dentro de la Iglesia. Repetía a menudo: "Cristo espera, ninguno se mueve".
La Iglesia estaba enferma "en la cabeza y en los miembros"
San Cayetano regresó a Roma para hablar de eso con los miembros de la Cofradía del Amor Divino en 1523, en compañía del obispo de Teato Giampietro Carafa, de Bonifacio Colli y de Pablo Consiglieri. No solo predicó la reforma, sino la llevó a cabo fundando con sus tres compañeros una orden de Clérigos Regulares que tomasen como modelo la vida de los Apóstoles; llamada la "Ordo Regularium Theatinorum" o Congregación de los Teatinos (el nombre de padres teatinos que se da a los miembros de esa congregación, viene de Chieti, la teate Marrucinorum de los latinos, uno de los episcopados de Giampietro Carafa), que tenía como finalidad principal la renovación del clero.
Clemente VII aprobó la fundación ideada por Cayetano.
El 14 de septiembre de 1524, Cayetano renuncia a todos sus bienes y Carafa a los 2 episcopados de Brindis y de Chieti.
Los 4 primeros miembros visten sus hábitos religiosos y hacen los votos en San Pedro, ante un delegado pontificio. Carafa es nombrado superior general de la orden. Aparte de la renovación del clero, sus otros objetivos eran: la predicación de la sana doctrina, el cuidado de los enfermos y la restauración del uso frecuente de los Sacramentos.
Los seguidores del santo fundador no eran muchos. A los 4 años, en 1527, cuando la orden tenía 12 miembros, el ejército saqueó la ciudad, la casa fue destruida y ellos escaparon a Venecia.
En 1530 San Cayetano sucede a Carafa en el cargo de superior, lo hace con renuencia debido a su gran humildad.
Trabaja enérgicamente por la reforma del clero.
En 1533, Carafa fue elegido superior general por segunda vez.
Cayetano es enviado a Verona, donde recibe oposición a sus reformas.
Viaja a Nápoles para fundar una casa de su orden. Recibe una casa donada por el conde de Oppido, rechaza otros terrenos. El conde alega que los napolitanos no eran tan ricos y generosos como los venecianos a los que San Cayetano le responde: "Tal vez tengáis razón, pero Dios es el mismo en ambas ciudades. Dios está en Nápoles como en Venecia".
Se quedó en Nápoles donde había mas trabajo. La ciudad mejoró notablemente gracias a las prédicas y el trabajo apostólico del santo, que en ocasiones tuvo que enfrentarse con laicos y religiosos que predicaban el calvinismo, el luteranismo y otros errores.
Fundó con el Beato Juan Marinoni los "Montes de Piedad" para liberar de la miseria a los pobres y marginados. Fue aprobado poco antes del Concilio de Letrán. En sus últimos años de vida abrió hospicios para ancianos y fundó hospitales.
Cae enfermo en el verano de 1547. Los médicos le aconsejan poner un colchón sobre su cama de tablas, el respondió: "Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues, morir también sobre un madero".
Murió en Nápoles a la edad de 77 años, el domingo 7 de agosto de 1547.
Ocho años después de su muerte, el teatino Carafa fue elegido Papa, con el nombre Pablo IV, un auténtico reformador, aunque su pontificado fue muy impopular.
Fue canonizado en 1671 después que la comisión encargada terminara de examinar rigurosamente los numerosos milagros.
Es el patrono del pan y del trabajo y se lo conmemora el 7 de agosto.
Archicofradía:
Una puerta de madera, a dos hojas, comunica la Catedral con la Archicofradía del Santísimo Sacramento. El ambiente condice con el destino dado a la sala. Allí se reúnen los hermanos que la integran.
Archicofradía es un termino conformado por el prefijo "archi" que unido a un sustantivo indica superioridad. En este caso se halla junto a "cofradía" que significa congregación de devotos, de cofrades, de hermanos reunidos para un fin benéfico.
Es la de mayor antigüedad en Buenos Aires; fue fundada en 1633 bajo el nombre de Esclavitud del Santísimo Sacramento.
Si bien los primeros "Libros de los esclavos" se han perdido, según un trabajo del Hermano Eugenio Carbet France, hay indicios de su funcionamiento en la Trinidad, en el año 1596. Fue reorganizada por el obispo Mons. Cristóbal de la Mancha y Velazco en 1657. A partir de entonces se marca una nueva etapa. El 31 de mayo de ese año en la celebración de Corpus Christi la corporación contribuyó con la cera necesaria para el mayor lucimiento de los actos. Fueron 44 los vecinos asistentes que aportaron cada uno dos pesos. A partir de entonces la Archicofradía amplió el número de esclavos incorporándose cinco mujeres. La Archicofradía ha cumplido su misión de suministrar lo necesario para el mayor brillo de los actos llevados a cabo en la Catedral sobre todo en lo atinente a la Semana Santa y a la festividad de Corpus.
La congregación estaba compuesta por el mayordomo que era la autoridad superior; en los primeros años era nombrado todos los meses. Así para el mes de diciembre de 1690 fue nombrado mayordomo el gobernador Don José de Herrera y Sotomayor quien debió pedir humildemente la limosna, y en 1691 fue nombrado mayordomo por el mes de enero, el cuarto obispo de Buenos Aires Mons. Antonio Azcona Imberto.
El número de miembros asciende a 12 cifra igual al número de discípulos de Jesús.
La sala de la Archicofradía guarda valiosos cálices, custodias, viriles guiones, atriles, crucifijos y trípticos de antiquísima data, así también capas pluviales y estolas con delicados bordados.
Se destaca la sillería que data del siglo XIX tapizados en tela adamasca roja con la que también se han tapizado las paredes. Estas sillas suelen colocarse en la Catedral en solemnidades especiales. El color rojo nos recuerda la caridad y el heroísmo del martirio de Jesús por eso es el que la Iglesia emplea el domingo de Pasión o de Ramos, el viernes Santo y en Pascua.
Enfrentado a la puerta de acceso a la sala, se halla un vitral que recibe luz natural de la calle San Martín; representa la escena del Congreso Eucarístico de 1934 en la cual el entonces Cardenal Eugenio Pacelli (después Papa Pío XII), se encuentra rodeado de fieles entre los que se destaca la primera Princesa Papal, Marquesa Pontificia Sra. María Adelia Arríalos de Olmos.
En la parte inferior del vitral acompañan hermanos de la Archicofradía.
Entre las imágenes relevantes que constituyen el tesoro se encuentra la talla de origen portugués de San Martín de Tours y una talla en madera, obra de Pedro de Mena con la figura de la Virgen. La imagen es bellísima, con expresión de gran dolor y lagrimas sobre las mejillas. Fue una donación de uno de los hermanos, don Miguel Pando.
En las vitrinas se encuentran piezas litúrgicas de cuidada elaboración artística; han sido realizadas por orfebres que han, relacionado las bellas artes con la belleza de Dios para su alabanza y gloria.
Llama la atención una casulla rosada bordada en colores. Fue el Papa Inocencio III (1198-1216) quien oficializó para la liturgia los colores blanco, rojo, verde, violeta y negro. Luego el Ceremonial de los Obispos invadió el rosa para determinados domingos: el "Gaudete" de medio Adviento y "Laetare" de media Cuaresma. Se hace para recordar la cercanía de la Navidad y de la Pascua.
Sala Capitular
La Sala Capitular o Sala de los Canónigos se halla vecina a la Archicofradía. Allí se reúne el Cabildo Eclesiástico formado por alrededor de veinte sacerdotes entre dignidades y canónigos presididos por el Deán.
Encontramos retratos de los obispos y del primer arzobispo; también el de los canónigos fallecidos.
Una pieza muy valiosa es el cuadro del Señor de Buenos Aires que representa a Cristo de medio cuerpo y tamaño natural y desde cualquier punto que se lo observe se ve del mismo modo. Se dice que fue encontrado flotando en el río de la Plata dentro de un cajón.
También se observa en una hornacina la imagen tallada en madera de San Juan Nepomuceno y un sillón que perteneció al presidente Rivadavia realizado en tapizados en brocatel de seda roja con alegorías simbolizando al sol.
Segunda Capilla de la izquierda
Cristo de Buenos Aires
El Santo Cristo de Buenos Aires mide 1.75m de alto.
Tiene los brazos extendidos alcanzando entre ellos mide 1.50m. Se halla ubicado en una Cruz de 3m por 2m.
Las columnas son de fuste liso, capitel corintio, el altar se encuentra profusamente trabajado con laminado a la hoja.
Se utilizó un solo tronco muy ancho de algarrobo blanco, para hacer todo el cuerpo. Tiene 4 clavos en vez de 3, debido a ambos pies tienen uno en cada uno. La corona es de espinas muy antiguas.
Está rodeada por una reja semicircular siendo en su parte inferior de hierro forjado, donde se encuentran diversas figuras, alusivas al santo.
A ambos lados del altar se encuentran las tumbas de los Arzobispos Mariano Espinosa y José Bottaro, religioso entre la Orden Franciscana.
Junto a esta última tumba, sobre la pared hay una cruz donada a la Catedral por el Papa León XIII, como recuerdo del comienzo del siglo XX.
Historia del Santo Cristo:
Se lo conoce también como el "Cristo Milagroso" porque su figura es considerada Milagrosa y Protectora de la Ciudad. En los primeros tiempos durante una misteriosa tormenta que había paralizado durante días la actividad, fue llevada en procesión, al poco andar la lluvia se detuvo y las aguas comenzaron a descender, lo cual se consideró un milagro atribuido a él.
El venerado Cristo de Buenos Aires, obra del escultor Don Manuel de Coyto, se halla sobre el brazo izquierdo del crucero y fue obsequiado a la Catedral por el Gobernador Don José Martínez Salazar.
El Obispo de la Mancha y Velazco, nombró e hizo "Patrón e Ilustre" a él y a sus Señoría Antonia Boau de dicha Capilla.
El altar del Santo era de madera, por lo cual la Archicofradía solicitó del Cabildo el permiso para construirlo de mármol y bronce, respetando su retablo y colocando en él un rico tabernáculo, que en 1941 fue trasladado a la nueva Capilla del Sagrario.
Tercera Capilla de la izquierda
San José y Nuestra Señora de Itatí:
En este altar se encuentra un óleo del artista Paolo Parisini realizado en el año 1911. Esta obra no utilizó la técnica de cera de vela mezclada con pintura de colores como en otros cuadros.
Dicho óleo representa a San José con el niño Jesús en su brazo izquierdo y una vara con lirios es su mano derecha, la cual simboliza la pureza.
El altar esta decorado con escudos, la cruz y el cáliz, y posee además las paredes estucadas.
En la parte central de la mesa del altar, dentro de una vitrina de vidrio, se encuentra la imagen de la Virgen de Itatí.
Mientras que en el lateral derecho de este altar, sobre un pedestal, se halla la imagen de cuerpo entero, de San Martín de Porres con su escoba en la mano.
Historia de San José:
Esposo de la virgen María según el nuevo testamento.
Casi todo lo que se sabe de él procede de los dos primeros capítulos de los libros de Mateo y Lucas.
Algunos pasajes lo mencionan como el padre de Jesús y otros se refieren a él como carpintero o artesano.
José, María y Jesús se instalaron en Nazaret después de la huida a Egipto. Allí Jesús creció en su hogar durante 12 años. Se cree que José ya había muerto cuando se produjo la pasión de Cristo.
A el le fue confiada la custodia de Cristo; y por eso la iglesia, también le confió la protección de la iglesia universal, es patrono de los carpinteros.
El 13 de diciembre de 1870, el Papa Pío IX lo proclamo santo protector de la iglesia universal.
En las imágenes americanas, sus colores son el verde para la túnica y el rojo para el manto.
Sus atributos iconográficos son la vara florida, los americanos le pusieron a José la corona imperial.
Se lo conmemora el 19 de marzo.
Historia de Nuestra Señora de Itatí:
Sin dudas la belleza de la imagen de Nuestra Señora de Itatí, impacta cada ocasión en que una persona tiene la posibilidad de apreciarla. Su tez morena y la dulzura de sus ojos de Madre, que parecieran constantemente estar mirando a quien acude a ella, hacen que su rostro transmita una sensación de inmensa paz y tranquilidad.
Esta imagen, cuyo cuerpo fue tallado en timbó y su rostro en nogal, mide un metro veintiséis centímetros de altura (1,26 m), representa una Virgen de cabello negro, de pie sobre una media luna, con las manos juntas en posición de oración, con un rosario rodeándolas.
Viste un manto azul, con detalles bordados en dorado y en su cabeza una túnica blanca, sobre la que reposa la corona, rodeada de doce estrellas, que el 16 de Julio de 1900, en el atrio de la Iglesia de la Cruz de los Milagros de la Ciudad de Corrientes, el doctor Paendo de Lastra y Gordillo, por ese entonces obispo de Paraná, Corrientes y Misiones, colocara sobre sus sienes, misma que el Papa León XIII, bendijera en su capilla del Vaticano.
El 23 de abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona de la Diócesis de Corrientes, creada en 1910 por el Papa Pío X, y hoy es reconocida como protectora de todo el NEA.
Pero, ¿cómo y de dónde llegó esta hermosa imagen a los dominios de Santa Ana? La misma imagen era venerada ya cuando fray Luis de Bolaños y fray Alonso de San Buenaventura, abandonando las misiones del Guairá, la trajeron consigo y extendieron su culto entre los que poblaban los dominios del Yaguarón. Allí, en lo que es hoy Taba Cué se le construyó un humilde oratorio con las piedras que abundan en el Paraná. Una irrupción de los indios comarcanos, del sur del Tebiacuarí, destruyó el oratorio y se llevó la imagen. Hallada en la reducción de Bolaños, en el cuarto de fray Luis Gómez, de donde la volvió a arrebatar un indio principal llamado José, que poseía una chacra cerca del arroyo Yaguarí, en donde sus hijos pequeños, se dedicaban a la pesca.
En una ocasión en que el Paraná bajó, los indiecitos no pudieron hallar pesca en el arroyo y se fueron hasta el recodo del profundo cauce del río, en las inmediaciones de la Calería, y frente a la llamada lsla Verde, cuál seria el asombro de los indios al divisar sobre una piedra la imagen arrebatada de la Iglesia de la reducción, con su misma indumentaria tallada y el mismo noble y piadoso porte de súplica La admiración cobró proporciones en aquellas almas sencillas que de inmediato emprendieron el retorno. El padre doctrinero fray Luis Gómez fue informado enseguida y organizó el traslado de la imagen de Yaguarí. Pero llegamos a un punto que nos desconcierta de nuevo: según una antigua leyenda oral, que fue alterándose con el correr de los años, "pero que se mantuvo intacta de padres a hijos, en la vida de la población indígena y que, siendo más tarde descuidados y saqueados los archivos del pueblo y menospreciados los antiguos informes, solo se conservó en sustancia", parece que luego del traslado de la imagen a Yaguarí, desapareció sorpresivamente y tras una afanosa búsqueda fue hallada en el mismo lugar donde la encontraron los hijos del indio José. Regresada a Yaguarí, volvió a desaparecer, descubriéndosela en el mismo sitio anterior; con lo que el padre doctrinero comprendió que allí deseaba recibir veneración la Virgen. En consecuencia, el padre Gómez resolvió trasladar la población a las inmediaciones del lugar del hallazgo. "Por otra parte, Yaguarí debía forzosamente trasladarse, ya qué su situación se prestaba a los atropellos, mientras que el lugar del hallazgo, por lo alto y abrupto, se prestaba más para la defensa contra las irrupciones."
Podemos, considerar que, piadosa y maternal, la Virgen indicó el lugar estratégico, para que su culto no se viera impedido por los continuos sobresaltos que debía experimentar en el viejo Yaguarí. Santa Ana quedó abandonado, siendo desde entonces conocido con el nombre guaraní de Taba-Cué (que fue pueblo); la nueva población recibió su bautismo mariano con el nombre de Pueblo de los Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatin, que más tarde fue cambiado por el de Pueblo de la Pura y Limpia Concepción de Itatí por fray Juan de Gamarra.
Historia de San Martín de Porres:
El santo mulato nació en Lima en 1579 de padre español y madre panameña. Tardó su padre en reconocerlo pero al final asintió, teniendo de todas formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su madre.
Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer Arzobispo de Lima, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre.
Martín aprendió el oficio de barbero y también algo de medicina. El muchacho era inteligente, y fue tal su amor por los hermanos que no tardó en aprender para poderlos servir mejor. Desde niño sentía predilección por los enfermos y los pobres en quienes reconocía sin duda el rostro sufriente de su Señor. A los quince años la gracia recibida y el ardor por vivir más cerca de Dios en servicio completo a sus hermanos humanos lo impulsó a pedir ser admitido como donado en el convento de los dominicos que había en Lima.
Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al mulato a su Reconciliador.
En 1603 le fue concedida la profesión religiosa y pronunció los votos de pobreza, obediencia y castidad. Hombre de gran caridad, unía a su incesante oración las penitencias más duras. Era mucho el amor, eran poco el sueño y la comida, lo sostenía la oración, la infinita misericordia de Dios. Es muy probable que haya conocido a Santa Rosa de Lima. El Señor tiene sus caminos, y los tuvo de dolor y alegría para nuestro mulato. Así nos ama el Señor, como a su Madre.
La virtud del santo, su intensa vida espiritual, sostenían su entrega, pero sin duda alguna, aquello que más recuerda el pueblo de Lima son sus numerosos milagros. A veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas. Otros lo vieron en dos lugares distintos a un mismo tiempo. Todos, grandes señores y hombres sencillos, no tardaban en recurrir al socorro del santo mulato: "yo te curo, Dios te sana" decía Martín con grande conciencia del inmenso amor del Señor que ha gustado siempre de tocar el corazón de los hombres con manos humanas.
Enfermero y hortelano herbolario, Fray Martín cultivaba las plantas medicinales que aliviaban a sus enfermos. Su amor humilde y generoso lo abarcaba todo: su amabilidad con los animales era fruto de su inmenso amor por el Creador de todas las cosas. El pueblo de Lima venera hoy su dulce y sencilla imagen, con su escoba en la mano dando de comer, de un mismo plato, a perro, ratón y gato.
Tras una vida de honda respuesta a la gracia de Dios, de intensa y perseverante entrega vividas al calor de la caridad y el sacrificio, ya a los sesenta años de edad, Fray Martín cayó enfermo y supo de inmediato que había llegado la hora de encontrarse con el Señor. El pueblo se conmovió, y mientras en la calle toda Lima lloraba, el mismo virrey fue a verlo a su lecho de muerte para besar la mano de quien decía de sí mismo ser un perro mulato, tal era la veneración que todos le tenían. Poco después, mientras se le rezaba el credo, besando el crucifijo con profunda alegría, el santo partió. Pero esta partida no lo alejó de su pueblo quien esperanzado le reza a diario aguardando su tierna intercesión y agradeciendo sus milagros. Fray Martín de Porres, el mulato "santo de la escoba" fue canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan XXIII.
Puerta de acceso lateral
A continuación de la capilla de San José se ubica la salida lateral del templo, la cual da a la secretaria y a la calle San Martín posteriormente.
A ambos lados de esta se encuentran dos grandes imágenes de bulto de los apóstoles San Pedro y San Pablo; el primero lleva en su mano izquierda las llaves del reino y San Pablo en su derecha, una espada rota. Son dos figuras de yeso policromado, en actitud protectora, vigilando la entrada a la iglesia.
Cuarta capilla de la izquierda:
Nuestra Señora del Carmen y Nuestra Señora de Luján
En el altar se encuentra un óleo pintado por el artista Capranessi en Roma, en 1909, que representa a Nuestra Señora del Carmen.
Sobre la mesa del sacrificio se encuentra una imagen de la Virgen de Luján, dentro de una hornacina de vidrio con bordes y pies de bronce, es una imagen de pequeña talla y fue donada en 1944 por la archicofradía del Santísimo Sacramento.
Esta capilla posee luz natural, a la derecha del altar, en el piso, hay dos lapidas que señalan que allí descansan los restos de Doña Martina de Aguirre y Don Antonio Herrera.
Sobre la pared, sobre las lapidas mencionadas se encuentra una placa de mármol en conmemoración a Antonio Quarracino, fallecido en 1998, junto con el descansan las cenizas de sus padres.
A la izquierda del altar encontramos sobre la pared una placa en conmemoración, a los judíos muertos en el holocausto y a las víctimas del atentado a la Amia en nuestro país, sobre la placa podemos apreciar fragmentos de libros sagrados y recortes de diarios.
Historia de Nuestra Señora del Carmen:
Según tradición carmelita, el día de Pentecostés, ciertos piadosos varones, que habían seguido la traza de vida de los Profetas Elías y Eliseo, abrazaron la fe cristiana; siendo ellos los primeros que levantaron un templo a la Virgen María en la cumbre del Monte Carmelo, en el lugar mismo desde donde Elías viera la nube, que figuraba la fecundidad de la Madre de Dios. Estos religiosos se llamaron Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, y pasaron a Europa en el siglo XIII, con los Cruzados, aprobando su regla Inocencio IV en 1245, bajo el generalato de San Simón Stock. El 16 de julio de 1251, la Virgen María se apareció a ese su fervoroso servidor, y le entregó el hábito que había de ser su signo distintivo. Inocencio bendijo ese hábito y le otorgó varios privilegios, no sólo para los religiosos de la Orden, sino también para todos los Cofrades de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Llevando éstos el escapulario, que es la reducción del que llevan los Carmelitas, participan de todos los méritos y oraciones de la Orden y pueden esperar de la Santísima. Virgen verse pronto libres del Purgatorio, si hubieran sido fieles en observar las condiciones impuestas para su uso. Es patrona de la provincia de Formosa y de la República de Chile.
Se la conmemora el 16 de julio.
Historia de Nuestra Señora de Luján:
Antonio Farías Sáa, un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, la que le había encargado y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en caravana rumbo a Sumampa.
La imagen era llevada en carreta de Buenos Aires a Santiago del Estero cuando se detuvo inexplicablemente a las orillas del río Luján (67km de Buenos Aires), cerca de la casa de Don Rosendo Oramas. Se cambiaron los bueyes y se bajó la carga, pero sin resultado. Los bueyes rehusaban cruzar el río. Entonces alguien observó las dos pequeñas cajas con las imágenes de la Virgen. Bajaron la estatua de la Virgen con el Niño sin que nada sucediera, pero cuando removieron la caja con la Inmaculada, inmediatamente los bueyes echaron a andar. Los asombrados testigos repitieron esto una y otra vez, con idénticos resultados. Así comprendieron que Nuestra Señora quería quedarse en Luján y ellos con gusto y alegría la complacieron. Pronto la noticia se propagó y llegaban numerosos peregrinos. Al principio la imagen fue llevada a la casa de Don Rosendo, quien fabricó la capilla primitiva donde se veneró a Nuestra Señora durante cuarenta años.
Es patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay.
Se la conmemora el 8 de mayo.
Cardenal Antonio Quarracino:
Nació en Pollina, Salerno, Italia, el 8 de agosto de 1923.
Llego al país siendo muy pequeño. Hizo sus estudios primarios en San Andrés de Giles, e ingresó en el seminario San José, de LA Plata donde cursó estudios humanísticos y eclesiásticos.
El 22 de diciembre de 1945, en la Basílica de Luján fue ordenado Sacerdote por Monseñor Serafín, obispo de Mercedes.
El 3 de febrero de 1962 Juan XXIII lo nombró obispo de 9 de julio en la provincia de Buenos Aires, sede donde fue su segunda diócesis.
El 3 de agosto de 1968, Pablo VI lo trasladó a la diócesis de Avellaneda, donde inició y llevó a cabo la construcción de la nueva Catedral inaugurada y consagrada el 1 de mayo de 1984.
El 10 de julio de 1990, Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, cargo que asumió el 22 de septiembre de 1990.
El Episcopado Argentino lo eligió Presidente de la Conferencia Episcopal en la Asamblea de noviembre de 1990 y lo reeligió por tres años: 1993-1996.
Fue el primer arzobispo porteño que utilizó la televisión frecuente y regularmente, para prolongar su labor pastoral por ese medio, también era frecuente articulista en importantes diarios de Buenos Aires, como La Nación, Clarín y LA Prensa.
En abril de 1997 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Finalmente falleció el 28 de febrero de 1998, y por pedido de él, se encuentra sepultado en el altar de la Virgen de Luján.
Quinta capilla de la izquierda:
San Juan Bautista
Esta es la denominada "Capilla con trampa", debido que si bien figura que se encuentra advocada a San Juan Bautista, este no aparece, sino que el que aparece es su padre San Zacarías y el ángel Gabriel en un óleo realizado por Capranessi.
Posee luz natural. Delante de este óleo se encuentra una imagen de Nuestra Señora de los Desamparados.
A la derecha del altar se encuentra una lapida en el piso que guarda los restos de Doña Rufina Basavilbaso y Garfias, esposa del Brigadier General Don Miguel de Azcuenaga, fallecido el 4 de febrero de 1819.
Historia de San Zacarías:
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abias. Su mujer era de la descendencia de Aarón y se llamaba Isabel. Ambos eran realmente buenos ante Dios y llevaban una conducta intachable en conformidad con todos los mandamientos y ordenes del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; además, eran ambos de avanzada edad.
Sucedió pues, que, mientras él estaba de servicio delante de Dios, según el orden de su turno., le toco en suerte, conforme a la costumbre litúrgica.
Entretanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaba de que se entretuviera tanto dentro del santuario.
Cuando por fin salió, no podía hablarles, y entonces comprendieron que había tenido en el santuario alguna visión. El intentaba explicarse por señas, pues seguía mudo. Y cuando terminaron los días de su servicio litúrgico, regreso a su casa.
Entrar en el santuario del Señor para ofrecer el incienso. Y mientras ofrecía el incienso, todo el concurso del pueblo se encontraba afuera, orando.
Entonces se le apareció el Ángel del Señor, puesto en pie, a la derecha del altar del incienso. Zacarías, al verlo, se turbo y lo invadió el miedo. Pero el ángel le dijo:
"No temas, Zacarías que tu oración ha sido escuchada: tu esposa Isabel te dará un hijo, al que llamarás Juan. Para ti será motivo de gozo y alegría, y muchos se alegraran de su nacimiento. Porque será grande a los ojos del Señor; jamás beberá vino ni bebida embriagante, estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, hará que muchos hijos de Israel vuelvan al Señor, su Dios, e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer que el corazón de los padres vuelva hacia los hijos. y que los rebeldes vuelvan a la sensatez de los buenos, a fin de preparara al Señor un pueblo bien dispuesto."
Entonces Zacarías dijo al ángel: "¿En qué conoceré esto? Porque yo ya soy viejo, y mi mujer de avanzada edad."
El ángel le contesto:
"Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte esta buena noticia. Pero mira, te vas a quedar mudo y sin poder hablar hasta el día en que se realicen estas cosas, por no haber creído en mis palabras, las cuales se han de cumplir a su tiempo."
Después de aquellos días, su esposa Isabel concibió, y se mantenía oculta durante cinco meses, diciéndose: "Así lo ha hecho el Señor conmigo, cuando le ha parecido bien acabar con mi descrédito ante la gente."
Historia de Nuestra Señora de los Desamparados:
Fue en la mañana del primer domingo de Cuaresma de 1409, cuando se dirigía a predicar en la homilía de la Misa mayor en la Catedral de Valencia, el religioso de la orden mercedaria, Fray Juan Gilabert Jofré, coetáneo y amigo de San Vicente Ferrer, observó, durante el trayecto, que un grupo de muchachos maltrataba cruelmente a un pobre loco. Intervino el buen fraile en socorro del desgraciado y tras detener y reprender a los jóvenes, prosiguió su camino vivamente impresionado por el suceso. Tanto fue así que modificó el contenido de su sermón, incluyendo en él una emotiva llamada a la caridad y a favor de los "inocentes" que abandonados a su miseria por las calles, eran sujeto de toda clase de abusos y, asimismo, proteger a los ciudadanos de sus inconscientes acciones. No cayeron en vacío sus palabras pues sus encendidas razones calaron en el ánimo de los presentes, entre los cuales se encontraba un mercader llamado Lorenzo Salom, que se erigió en principal valedor y promotor efectivo de la idea, de tal manera que diecinueve días después el Consejo General de la Ciudad estudiaba la iniciativa y dos meses y medio más tarde comenzaban las obras de un hospital con esta finalidad. El documento de su fundación, firmado por el rey Martín V el Humano, el 15 de marzo de 1410, establece, y en esto radica la originalidad de la propuesta, que a la atención humanitaria dispensada a los allí acogidos, se les proporcionara además asistencia médica, lo cual significaba, cultural y científicamente, la fundación del primer hospital psiquiátrico del mundo. La institución recibió el nombre en valenciano de "Hospital dels Ignocens, Folls e Orats" que, según la moderna psiquiatría, corresponde a "oligofrénico, psicósico y demenciados". En principio, el Papa Benedicto XIII dio por titulares y patronos del nuevo hospital a los Santos Inocentes Mártires, por ser los únicos santos a quien la iglesia tributa culto sin haber alcanzado el uso de razón en su breve vida mortal. Sin embargo, llevado por el fervor de su espíritu mariano, el pueblo valenciano empezó a tomar la costumbre de denominar al nuevo hospital con el nombre de "Nostra Dona Sancta María dels Innocens", es decir, Nuestra Señora de los Inocentes. Tal fue el arraigo que alcanzó el nombre que el propio pontífice aceptó el nombre en el privilegio de fundación de una Cofradía. De este curioso modo nació una advocación de la Virgen antes que su imagen representativa. La citada Cofradía o hermandad surgió con la idea de apoyar al Hospital con mayores recursos materiales y humanos. Sus miembros se propusieron practicar las mismas obras de misericordia del hospital y además, asistir al entierro de los dementes y cofrades, sufragar gastos del Hospital y de actos religiosos. El celo y entusiasmo de esta Cofradía pronto quiso ampliar el campo de sus asistencias más allá del Hospital y, así, se establece entre sus normas la ayuda a los condenados a muerte, proporcionándoles consuelo espiritual y cristiana sepultura, también se establecieron socorros y ayudas para los propios cofrades en caso de enfermedades, viudedad o defunción. Pronto empezó a atender a náufragos, desamparados y prostitutas por expresa gracia de Doña María de Castilla, esposa de Alfonso el Magnánimo, Rey de la Corona de Aragón. La Cofradía alcanzó gran expansión, creándose otro hospital donde tenían acogida y eran atendidos toda clase de marginados. Se estipularon ayudas para dotes de huérfanas, para los encarcelados y necesitados, para los expósitos, y cantidades destinadas al pago de rescate de cautivos en tierras de infieles. En este contexto, se vio la necesidad de proporcionar una nueva imagen de la Virgen para representar el patrocinio sobre los dementes del Hospital y la piadosa Cofradía, por lo que, sin pretenderse, había surgido una nueva advocación la Santísima Virgen destinada a tener un alcance universal. Por decreto del Rey Fernando el Católico firmado en Barcelona el 3 de junio de 1493, la advocación recibió el título de Nuestra Señora de los Inocentes y de los Desamparados. La imagen, que se diseñó en tamaño natural y con dorso plano con el propósito de poderse acomodar sobre el féretro de los cofrades fallecidos en posición yacente, aunque en fiestas y solemnidades aparecía en posición vertical y con un manto de sedas, origen del actual, para disimular esta circunstancia. En un principio la imagen se guardaba y veneraba en casa del Clavario de la Cofradía, pero tras doscientos años de pervivencia de esta costumbre, y ante los graves inconvenientes que ello presentaba, se destinó una pequeña capilla en la Plaza de la Seo, lugar donde se alzó más tarde, en 1652, la actual Basílica menor, dignidad otorgada por el Papa Pío XII, mediante la que se reconocía, más que su valor artístico, su valor espiritual como centro y símbolo de la devoción mariana de Valencia y aliento de innumerables obras de misericordia. Ya en pleno siglo XX el Papa Juan XXIII, declara "… a la BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA bajo el título de NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS, Celestial PATRONA PRINCIPAL ante Dios DE TODA LA REGIÓN VALENCIANA…" La onomástica de las "Amparos" se celebra el 8 de Mayo, aunque en la ciudad de Valencia se celebra con grandes solemnidades y festejos el segundo domingo de ese mes. La devoción a esta advocación de la Virgen ha llegado hasta L’Alguer (Sicilia), Manila (Filipinas), Iglesia de Santa Ana, Buenos Aires (Argentina) Basílica de San Nicolás; una población de Costa Rica lleva el nombre de "Desamparados"; también en Llobasco (El Salvador), varias poblaciones de Guatemala, Nicaragua y Venezuela; Méjico conserva vestigios en Puebla y le han dedicado la "Ciudad de los Muchachos" y la fructífera obra del Padre Álvarez en Monterrey. Asimismo, se le reza en diversas misiones de la India y África.
Sexta capilla de la izquierda:
Santa Teresa de Ávila
Se encuentra representada en un óleo en éxtasis.
Esta obra fue realizada en Roma por el pintor Capranessi en el año 1909.
El día de su conmemoración es el 15 de octubre.
Sus atributos son: el libro, la pluma, el birrete (hace a su condición doctoral), y la paloma (inspiración que le brinda el Espíritu Santo).
Esta capilla no posee luz natural.
Historia de Santa Teresa de Ávila:
Teresa de Cepeda y Ahumada, nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. Sus padres, muy virtuosos, la educaron en la piedad y en las labores propias de una niña. A los 12 años pierde a su madre y en medio de su dolor, pide a la Virgen que sea ella en adelante su madre.
A los 16 años, tras un período de devaneos juveniles, va como interna al monasterio de Santa María de Gracia, donde reviven los rescoldos de su piedad. Por medio de un tío suyo entra en contacto con libros espirituales y a través de ellos, despierta su deseo de abrazar la vida religiosa.
En 1535 entra en el monasterio carmelita de la Encarnación donde hace su profesión el 3 de noviembre de 1537. Pocos meses después una grave enfermedad la obliga a abandonar el monasterio y en ese período se inicia en la práctica de la oración mental. Su enfermedad se agrava hasta darla por muerta. Pero logra restablecerse y atribuye su curación a San José a quien tendrá profunda devoción.
Hacia 1560, inspirada por Dios, con un grupo de religiosas más amigas, decide abrazar una vida carmelitana más perfecta, esto implicaba un retorno a la Regla primitiva de la Orden, una vida en soledad dedicada a la oración y a la mortificación, que se llevo a cabo en pequeños grupos selectos.
Con la aprobación de sus confesores y después de no pocos sufrimientos y sinsabores, obtiene el permiso de sus superiores y comienza la vida del Nuevo Carmelo, con la fundación del Monasterio de San José de Ávila.
Esa vida ejemplar de las nuevas Carmelitas entusiasma al General de la Orden y le manda que funde cuantos conventos quiera del mismo estilo. Muy extensa es la lista de fundaciones que comienza en Malagón en 1568 y se extiende durante 15 años. La Providencia pone en su camino al joven carmelita Juan de la Cruz con el cual inicia la reforma de los frailes.
El 21 de setiembre de 1582, llega a Alba de Tormes, enferma y exhausta, el 4 de octubre recibe el viático y la unción de los enfermos; y entrega su alma al creador. Su fama de santa se extendió rápidamente. Sus escritos se difundieron profusamente a través de la imprenta. En 1591 se inició el proceso de beatificación. En 1614 Pablo V la proclama beata, el 12 de marzo de 1622 Gregorio la canoniza solemnemente. En 1965, Pablo VI la nombra patrona de los escritores españoles y el 27 de setiembre de 1970, Pablo VI le otorga el título de Doctora de la Iglesia Universal.
En la actualidad, las carmelitas descalzas son aprox. 14.000 en 835 conventos en el mundo. Los carmelitas descalzos son 3.800 en 490 conventos
- Revista "Buenos Aires nos cuenta – Fascículo Nro. 16
- La Catedral de Buenos Aires – de Martínez Zago Ediciones 1986
- Las iglesias de Buenos Aires – de Adolfo Tasca
- Nuestro antiguo Buenos Aires – de A. Taulliard
- Guías visuales de la Argentina – Clarín
- Secretaria de Turismo de la Nación – Folleteria
- – pagina oficial del Arzobispado
- www.corazones.org
- Secretaria de Turismo de la Catedral – visita guiada
- La Catedral de Buenos Aires – guía para visitarla y conocer su historia
- El Buenos Aires de Antaño – de Luis Cánepa
INTEGRANTES:
Briuoli, Leandro
Caviglia, Juan Pablo
Briasco, Luciano
Fianini, Sabrina
Piazza, Nicolás
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