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Las micorrizas alternativa ecológica para una agricultura sostenible

Enviado por Edwin Paucar


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. ¿Qué son las micorrizas?
    3. Simbiosis para formar las micorrizas
    4. Beneficios de las micorrizas para las plantas
    5. Benéfico de las micorrizas para el suelo
    6. Aplicación de las micorrizas vesículo-asculates (MVA) en la agricultura
    7. Conclusiones
    8. Bibliografía

    Introducción

    Uno de los microorganismos más estudiados y empleados en la actualidad, es la Micorriza. Son tantas las especies, cepas existentes, y tan diversas sus formas de actuar en la planta y en el suelo, que podemos asegurar que están presentes en casi todas las especies vegetales y los suelos agrícolas existentes en el Mundo (Guerrero. 1997).

    El descubrimiento de las Micorrizas, abre nuevos horizontes en el campo de la producción agrícola, la reforestación, el cultivo de plantas ornamentales, etc. Es por eso, que desde hace varias décadas se han realizado muchas investigaciones sobre este tema, en las que participan decenas de personas.

    En este sentido, el conocimiento de la Micorriza a nivel teórico y práctico de aplicación, ha avanzado extraordinariamente en los últimos años y continua haciéndolo, existiendo instituciones de investigaciones y empresas especializadas, que ya comercializan semillas, plantas y productos sometidos a micorrización controlada.

    En una sociedad en la que cada día se tiene en cuenta más la conservación del medio ambiente, la introducción de manera controlada de esta simbiosis contribuye a la conservación y establecimiento de los sistemas sostenibles, el control de enfermedades de las plantas, basada en el antagonismo entre organismos, y con el menor uso de sustancias químicas. Siempre que nos encontramos con esta relación vamos a obtener en la mayoría de los casos, un mayor crecimiento de la planta, así como una mejor predisposición de ésta ante las distintas condiciones de estrés producidas por el ecosistema donde se siembra.

    Aunque la simbiosis hongo – planta se encuentra muy extendida en todo el ecosistema terrestre, ya que el 90-95% de las plantas superiores se encuentran micorrizadas, la degradación del planeta, el uso indiscriminado de sustancias químicas por el hombre, etc., han obligado a éste, crear nuevas alternativas de actuación, dando paso a actividades de tipo sostenible. Entre éstas, se encuentra la utilización de inóculos microbianos micorrizícos (Malloch et al., 1980).

    ¿Qué son las micorrizas?

    La palabra Micorriza, se formó a partir del término griego MYKOS (hongo) y del vocablo latín RHIZA (raíz).

    La historia de las Micorrizas, se remonta a unos 400 millones de años, especialmente al período DEVÓNICO, a partir del cual lo hongos y plantas evolucionaron hasta lo que son hoy en día.

    El botánico alemán Albert Bernard Frank, en el año 1885, creó el término Micorriza, para designar la asociación que se producía entre las hifas de algunos hongos del suelo, con los órganos subterráneos de la gran mayoría de las plantas superiores.

    Muchos autores identifican a las Micorrizas como: "la asociación simbiótica entre determinadas especies de hongos del suelo y las raicillas (pequeñas raíces), de diferentes especies de plantas". Es decir que, se trata de la unión armónica e íntima, de ayuda mutua y fraternal, entre un hongo y las raicillas de una planta.

    Esto implica, el establecimiento de una gran dependencia entre hongo y raíz, de manera tal que el primero se integra al sistema radical formando parte del mismo, dependiendo su desarrollo de la planta hospedera, la cual puede tener también un amplio nivel de dependencia del hongo, formando un sistema compacto y homogéneo. A esto se le llama, organismo dual (Paul y Clark, 1989).

    El hongo, coloniza la raicilla y llega a ser parte integrante de ella, desarrollando un filamento micélico (micelio o conducto extenso, compuesto por muchas hifas), que a modo de sistema radical y altamente efectivo, ayuda a la planta a adquirir diversidad de nutrientes y agua del suelo. También el hongo, al extender el área radical, facilita que la planta incremente su capacidad de sostenerse físicamente en dicho suelo, mejorando su resistencia y adaptabilidad (Bolan y Fitter, 2005).

    A cambio, el hongo recibe hidratos de carbono (azúcares, almidones, etc.), que necesita para su alimentación, proveniente de la fotosíntesis de la planta. Así, gracias a la actuación de la micorriza (hongo – raíz), se ve favorecido el crecimiento y desarrollo tanto de la planta como del hongo.

    La mayoría de las plantas realizan esta simbiosis con los hongos, para lo cual es necesario que las condiciones medioambientales sean favorables a ambos. Como es lógico las Micorrizas se formarán de preferencia en los suelos de los bosques húmedos ricos en mantillo o materia orgánica, donde existe fácil desarrollo para los hongos.

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