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Fertilidad del suelo


Partes: 1, 2

    1. Ubicación
    2. Fisiografía y relieve
    3. Características morfológicas
    4. Materiales y Métodos
    5. Sialitizado no cálcicos
    6. Sialitizados cálcicos
    7. Uso de los fertilizantes en relación de la producción de caña de azúcar, el medio ambiente y la salud del hombre
    8. La acidez de los suelos y el encalado
    9. Aplicación de métodos de trabajos agroquímico
    10. Conclusiones
    11. Recomendaciones
    12. Bibliografía

    Introducción

    El suelo es el recurso natural en que se sostiene toda la producción agropecuaria y por tanto la vida del hombre, la información detallada sobre las propiedades de los suelos, clima, características del cultivo, etc., permiten definir que prácticas agrícolas deben ser utilizadas para eliminar el efecto negativo que sobre el rendimiento o la fertilidad del suelo pueden tener los factores que en cada localidad son limitantes y paralelamente proteger el entorno de la contaminación.

    Los éxitos de la producción agrícola dependen de la fertilidad de los suelos, por fertilidad se entiende la capacidad que tienen los suelos de satisfacer las exigencias de las plantas en dos factores terrestres de su vida: agua y materias nutrientes, esta fertilidad se determina tanto por sus propiedades naturales como por los métodos de cultivo. La aplicación correcta de los fertilizantes solo se obtiene con eficacia, cuando previamente se han efectuado los estudios de las necesidades de los cultivos en elementos esenciales. Por tal razón, los conocimientos de la química y de la fisiología vegetal son imprescindibles para llegar a una conclusión acerca de los elementos esenciales en el crecimiento de las plantas.

    Según Arnon y Scout, un elemento es esencial, cuando:

    • 1-  Una insuficiencia del mismo, imposibilita que la planta complete su ciclo vegetativo o reproductivo.

    • 2- Síntomas de insuficiencia del elemento en cuestión, solo puede evitarse o eliminarse por suministro de ese elemento.

    • 3- El elemento esta directamente implicado en la nutrición de la planta, independientemente de sus posibles efectos en corregir algunas condiciones microbiológicas o químicas en el suelo o medio de cultivo.

    Para que las plantas puedan vivir necesitan tomar elementos nutrientes que les resultan esenciales o imprescindibles para la constitución de su cuerpo, algunos de estos elementos los toman del aire o del agua, como el carbono, el hidrogeno o el oxigeno, mientras otros los toma del suelo en mayor cantidad, como el nitrógeno, el potasio y el fósforo o en menor como los microelementos.

    El edafón descompone y desintegra la materia orgánica produciendo su mineralización y humificación. La desintegración microbiana conduce a la liberación de los elementos orgánicos y su posterior transformación en productos inorgánicos (mineralización). A través del proceso de humificación se forman las sustancias húmicas más importantes.

    Para garantizar producciones estables y donde el cultivo exprese todo su potencial genético es necesario tener presentes las leyes que rigen la fertilidad de un suelo:

    Ley de la restitución: "Restituirle al suelo los elementos esenciales que se han perdido por diversas vías, para evitar su agotamiento nutricional".

    Ley del mínimo y de interdependencia: "Del conjunto de nutrientes esenciales, el que se encuentre al mínimo con respecto a las necesidades de la planta es el que determina el rendimiento que se alcanzará.

    Ley de los aumentos decrecientes: "Cuando se aportan cantidades crecimientos del elemento esencial que limita el rendimiento del cultivo (factor limitante), a aumentos constantes, corresponden aumentos cada vez menores del rendimiento a medida que la cosecha se acerca a su máximo".

    El fertilizante que no es extraído por la planta queda como "residuo" en el suelo, donde permanece incrementando las reservas nutricionales del mismo o se pierde por diferentes vías contaminando el entorno. Por lo que se hace necesario aumentar su eficiencia, la que se logra si tenemos en cuenta los siguientes aspectos:

    • Lograr sinergismo entre los nutrimentos que se aplican.

    • Sincronizar el suministro de nutrimentos, en términos de cantidad y composición, con la demanda de las plantas.

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