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Filósofos Griegos

Enviado por bastiantaylor


    Indice: Sócrates Parménides San Agustín Demócrito Santo Tomás De Aquino Platón Carlos Marx Emmanuel Kant Aristóteles Comentarios

     

    SÓCRATES

    Sócrates nació en 470/469 a.C. Su padre, Sofronisco, era escultor; su madre, Fenarete, era comadrona. Quizás, al principio tuvo el mismo trabajo que su padre, pero después lo dejó y dedicó su vida a la investigación filosófica. Muchas veces pidió dinero a sus amigos. Se casó con Santippe, que fue una mujer de muy mal humor, ya de tradición: alguien ha pensado que Sócrates siempre estaba en público no para filosofar, sino para estar alejado de su mujer y sus lecciones. Parece que Sócrates era capaz de hacer razonar a todo el mundo, excepto a Santippe. Tuvieron tres hijos. Sócrates nunca se fue de Atenas, excepto para ir a la guerra. De hecho, en 432 estuvo en expedición militar contra Potidea y durante la lucha salvó a Alcibíades, que fue herido luchando. En 424 estuvo en la guerra con Lachete en Delio, cuando los soldados de Atenas se retiraron a causa de los Beocianos. En 421 estuvo en la guerra en Anfípoli. En 406, conforme con la ley de rotación de oficios, participó en el Concilio con el encargo de seleccionar problemas para después presentarlos en la asamblea. Se puso contra la propuesta ilegal de perseguir a todos los generales vencedores a las Islas Arginusas, por no haber salvado a personas después de un naufragio. Por esta presa de posición Sócrates discordaba con el partido democrático. En 404, cuando tenía el poder la oligarquía, se negó a encarcelar a Leone de Salamina, una persona que estaba en contra de la oligarquía. En 403, restaurada la democracia garantizando pues la amnistía, Sócrates continuó siendo contrario al nuevo orden, también porque había sido amigo de Alcibíades y Crizia. En 399, Meleteo presentó la incriminación contra Sócrates; y Licone y Anito, – este último fue uno de los personajes más importantes de la democracia restaurada -, también le acusaron. La acusa era la siguiente: "Sócrates es culpable por no reconocer a los dioses de la ciudad y por introducir nuevos. Además es culpable por corromper a la juventud. Pedimos la pena de muerte." Los acusadores, probablemente, espectaron que Sócrates fuese enviado al exilio, como sucedió con Protágora o Anasságora, pero Sócrates no abandonó la ciudad y fue ejecutado. La mayoría de los jueces votaron a favor de la pena de muerte: Sócrates fue matado con veneno. Podemos poner a Sócrates en el tiempo de los Sofistas (aunque él estaba en contra de los sofistas) porque, igual que a los sofistas, a Sócrates le importaban la moral y los problemas humanos, dejando aparte la búsqueda del origen y de la cosmogonía. Sócrates no escribió nada, pero podemos reconstruir su pensamiento utilizando otros autores. Hay cuatro autores importantes que escribieron sobre él: 1) 2) Jenofonte 3) Aristóteles 4) Aristófanes. 1) Platón es seguramente el autor más fiable. Era un discípulo suyo y compartió su opinión sobre la filosofía. Para Sócrates y Platón , la filosofía era una búsqueda continua. Sócrates es el personaje principal en "Los Diálogos" de Platón , y cuando hayan matado a Sócrates, Platón quedará tan perturbado que abandonará el mundo político. 2) Jenofonte es el autor más aburrido y banal. Para él, Sócrates es un ciudadano fiel a la tradición, que realmente representa los valores, es sabio y quiere que sus ciudadanos estén bien. Honra a los dioses y su propia ciudad. Tenemos que especificar más: Jenofonte era un gran general, sin temor de nada y muy valiente, pero no era ningún genio. Sus trabajos no son interesantes, sino aburridos y banales. Jenofonte había estado en la guerra, junto a Sócrates, y dice que Sócrates era muy valiente y aguantaba todo (caminó descalzo sobre el hielo). A Jenofonte no le interesaba la filosofía y habló a Sócrates sólo de argumentos militares. Esto nos ayuda a entender que Sócrates adecuó su lenguaje según a quien iba dirigido. Habló de filosofía con un filósofo, de la guerra con un general. 3) Por mucho tiempo, el testimonio de Aristóteles fue considerado como el más fiable, porque presenta a un Sócrates sin significados simbólicos; Aristóteles da una opinión sin perjuicios de Sócrates. Pero el testimonio de Aristóteles tiene unos límites: es menos "artístico" y es el único testimonio de una persona no contemporánea a Sócrates. En el testimonio de Aristóteles , Sócrates parece ser un robot: su filosofía no habla en público, sino que razona por si misma. 4) Aristófanes es el más contemporáneo a Sócrates: habla de un Sócrates joven (de unos 40 años). Hay que tener presente que Aristófanes era un autor, así que el Sócrates del cual habla está lleno de aspectos sarcásticos. En "Las Nubes", escritas por Aristófanes, Sócrates es un sofista que quiere estudiar la naturaleza ( en verdad él era lo opuesto ) y que tiene su cabeza en las nubes. Aristófanes es el único que presenta a un Sócrates negativo (fue uno de sus acusadores). Realmente, Aristófanes no quiso despreciar a Sócrates o burlarse de él por puro resentimiento. Era un autor y hizo su trabajo: hacer reír a la gente. En verdad no quiso burlarse solamente de Sócrates, sino de todos los filósofos. Con todo, el testimonio de Platón es el mejor y utilizamos los demás sólo como soporte. Platón realmente conoció muy bien a Sócrates y él mismo era un gran filósofo. El límite del testimonio de Platón es el siguiente: Platón era un gran filósofo y no podía limitarse a simplemente repetir las sentencias de Sócrates. Platón hizo decir a Sócrates cosas que en verdad éste no había dicho. Platón , al envejecerse, tendía a hacer decir a Sócrates frases que en verdad no dijo. Afortunadamente, Platón escribió "Apología" cuando aún era joven, así hizo decir a Sócrates cosas que realmente dijo. En "Apología" describe el juicio en el que se pidió la pena de muerte para Sócrates. En esta obra realmente sale la diferencia entre Sócrates y los sofistas. Los sofistas hicieron discursos grandiosos, pero completamente carentes de verdad. Sólo les importó hablar bien y causar algún efecto a la gente que les escuchaba. Para Sócrates, la cosa más importante era la verdad : dice de no ser bueno en replicar a los sofistas y a sus discursos grandiosos ( y falsos). Sócrates, aunque no haga discursos grandiosos, dice la verdad. Platón seguirá criticando a los sofistas. Sócrates, para defenderse en el juicio, no hace ningún discurso (como los sofistas), pero inicia un diálogo basado en ataque y parada: justamente de los diálogos sale la verdad. El estilo retórico de Sócrates es pobre, árido y bastante familiar y él formula los diálogos de acuerdo con la gente con la que está hablando. El inicio del diálogo de Sócrates se llama "ironía socrática", que es autodisminución: "Yo no sé, pero tu sabes." "Apología" empieza así: Sócrates pregunta "¿Qué es x?" y el interlocutor se cae en la trampa y responde, sintiéndose mejor que Sócrates. Sócrates, como dijimos cuando hablábamos de Jenofonte, sólo discute temas que el interlocutor conoce. Por ejemplo, si habla a un general, preguntará: "¿Qué es coraje?" El interlocutor responderá: "Coraje significa no ceder." Pues Sócrates dirá que esto no es coraje, sino locura. Esta crítica incita al interlocutor a darle otra respuesta, una mejor organizada. Este juego puede continuar durante mucho más tiempo y, quizás, a veces nunca acaba. Este método se llama mayéutica. Sócrates dijo que hacía él el mismo trabajo que su madre, que fue comadrona: ella hizo parir a mujeres, él a almas. Igual que comadronas controlan si los niños están bien, Sócrates controla si las ideas, definiciones, estén buenas. Algunos interlocutores no eran muy inteligentes y no reconocieron sus propios errores, así, a veces, preferían evitar a Sócrates. Un interlocutor llamó a Sócrates "torpedo" , porque una cita con Sócrates puede disparatar: Sócrates es capaz de anular los conceptos del interlocutor convencido de saber, que al final da señales de no saber nada. Sócrates se compara con una mosca, que consigue provocar a un caballo. Estimula a los hombres a razonar. Sócrates (utilizando la "ironía socrática") dice que no sabe nada y que los sofistas lo saben todo; que quizás la educación que él da no sirva para nada y que la verdadera sea la educación sofista. Las acusaciones falsas contra Sócrates empezaron cuando él mismo se nombró "sabio", porque el Oráculo de Delfos le había dicho que él era el hombre más sabio del mundo. Primero no creyó en el Oráculo pensando que era imposible. Así empezó yendo por toda Atenas en busca de gente que se consideraba realmente sabia: políticos, poetas y artesanos. Sócrates entendió que todas las clases creían de saber, pero en verdad no sabían nada. Los políticos eran los peores, no porque eran políticos (Sócrates mismo fue una especie de político), sino porque no fueron capaces de enseñar sus conocimientos: una persona realmente sabia ha de explicar su conocimiento. Hasta los mejores políticos (como Pericles) no eran capaces de hacer esto (dice Sócrates). Lo mismo valía para los poetas, que a partir de Homero estaban muy bien considerados: todo el mundo pensaba que eran sabios y capaces de enseñarlo todo a la juventud. Sócrates los corrigió porque decían estupideces y porque no eran sabios: su conocimiento no era real, era un tipo de "locura inspirada". Dios hablaba a la gente a través de sus bocas. Los artesanos eran los mejores, porque, con todo, fueron capaces de hacer algo realmente útil para la comunidad. Su conocimiento era práctico, podían producir algo material. Eran competentes en su sector, pero pensaban que eran competentes en todo. Pecaban de presunción porque pensaban de tener un conocimiento universal e ilimitado. Además actuaban sin razonamiento y reflexión. Sócrates entendió que el Oráculo de Delfos había dicho la verdad: él era el hombre más sabio del mundo, aunque él sabía que no sabía nada. No paró de buscar la verdad: la misma conciencia de su conocimiento propulsó a Sócrates a buscar la verdad. Los acusadores decían que Sócrates corrompió a la juventud y que los empeoró. Sócrates decía que no tenia motivo para hacer esto. De hecho, si corrompiera a la juventud, viviría en un mundo lleno de gente estúpida. Hay que tener presente el tal llamado "intelectualísimo ético" de Sócrates: de acuerdo con Sócrates, nadie puede hacer el mal cuando realmente sabe de hacerlo; nadie puede hacer el mal voluntariamente. Un ladrón roba dinero pensando de hacer bien, es un error intelectual. Así, Sócrates evidentemente trabaja para el bien de su ciudad. Sócrates ha encontrado el concepto moderno de "alma". En un primer tiempo, "alma" significaba "soplo vital"; después significaba "imagen en los Hades", un tipo de menor existencia. De acuerdo con el orfismo, significaba "demonio". A partir de Sócrates, el "alma" se ha convertido en nuestra propia personalidad: nos identificamos con nuestra alma. Según Sócrates, podemos subdividir el bien y el mal en tres categorías: a) del alma, b) del cuerpo y c) del externo. El cuerpo es herramienta y cárcel para el alma. Dinero, por ejemplo, es un bien externo. A veces, Sócrates (y Platón ) parece rechazar el bien para el cuerpo, el bien material, prefiriendo el bien para el alma; pero, a veces, parece que acepte ambos. A Sócrates, por ejemplo, le gustaba el vino. Esta ambigüedad entre los bienes para el cuerpo y para el alma puede ser explicada diciendo que todo tipo de bienes es bueno hasta que éstos no se contrasten: la búsqueda del placer físico se convierte en mal cuando lo situamos antes del placer intelectual. Esto vale también para las relaciones entre el cuerpo y el alma. Sócrates y Platón no odian al cuerpo: lo aprecian, porque trabaja para el alma. Es muy interesante la opinión de Sócrates sobre la injusticia: según él, ésta no daña a quien la sufre, sino a quien la hace. De hecho, la justicia da una sensación de placer y quien es injusto, pierde este placer; quien sufre injusticia sigue notando esta sensación de placer. Lo mismo dice Platón . Sócrates dice que no sabe qué es lo que haya después de la muerte ( Platón dirá que él es capaz de probar la existencia de una vida después de la muerte). Sócrates no cree que, si tú llevaras una vida virtuosa, te darían un premio: ya has recibido un premio llevando una vida virtuosa: la felicidad que sientes porque eres justo ya es un tipo de premio. Sócrates dice que podría existir una vida después de la muerte, pero no es capaz de demostrarlo. Entre las acusaciones contra Sócrates hubo las siguientes: ateismo e impiedad. De hecho, Sócrates creía en demonios y los denominó "hijos de Dioses". Demostró que la acusación era falsa: de hecho, si fuesen hijos de Dioses, sería natural que Sócrates hubiera creído en Dioses: si existe un hijo (demonio), también tiene que haber un padre y una madre (Dioses). ¿Pero qué era el demonio ? Existen dos evidencias diferentes: Platón dice que es una especie de ángel guardián, una conciencia personal, que se presenta cada vez que Sócrates iba a cometer un error: sería como un tipo de "ayuda privilegiada". Sólo gente honesta la tiene. Es un regalo divino. Es como Dios tomara parte en la vida humana. Por otra parte, Jenofonte dice que el demonio era una entidad que incitó a Sócrates para actuar en determinadas formas. Para Sócrates, lo importante no era vivir, sino que vivir bien : cuando nuestra alma es justa, sana, pues nos sentimos bien. Mucha gente se dio cuenta de que en verdad los acusadores de Sócrates no quisieron que le condenaran a muerte, sino que sólo querían asustarlo. Pero Sócrates no aceptó ser asustado: era su destino ir por Atenas y hacer razonar a la gente. Para Sócrates, vivir bien significaba hacer esto; y no negar de ser culpable significaba una cosa: no hacer perder valor a su vida. De todas formas, era viejo y sólo le quedaban pocos años para vivir. Para él era mejor ser matado que dejar sus ideales. Mientras la búsqueda de Platón será proyectada en una otra dimensión, la de Sócrates está atada al mundo terrestre. Su misión en la vida era hacer que toda la gente entendiese qué estaba haciendo y por qué. Sócrates rechazó la política (igual que Platón ): de hecho, tuvo problemas con ella. En un primer tiempo, los oligarquiotas estuvieron contra él, después los demócratas. Sus acusadores, que le condenaron a muerte, eran demócratas: la acusación, en parte, fue una acusación política. De hecho, Sócrates era aristócrata y los demócratas quisieron castigarle. Aunque tuvo muchos problemas con la política, no quiso abolirla. Antes de ser matado, Sócrates fue ayudado para evadirse de la cárcel, pero se negó hacerlo: de hecho, él realmente observaba las leyes, a las que nunca se debería desobedecer. Una ley puede ser criticada, pero no violada: cuando una ley es injusta (según Sócrates), no debes desobedecerle, sino que tienes que emprender algo para que se cambie. Sócrates dijo que fue su deber hacer cambiar esta ley, y era correcto morir porque no había sido capaz de cambiarla. La gente de Atenas pensó que se había deshecho de Sócrates matándole, pero en verdad, para realmente deshacerse de él, tendrían que haberle matado de forma "filosófica", vencerle con palabras. Quisieron asustar a Sócrates, pero consiguieron lo contrario: de hecho, Platón , determinado para convertirse en político, fue molestado por lo que le había pasado a Sócrates, y se dedicó a la filosofía. El final de "Apología" es muy famoso: Sócrates habla a sus discípulos antes de ser matado: "Ha llegado la hora de marchar. Yo iré hacia la muerte, y vosotros vais hacia la vida. Quién de nosotros ande a una destinación superior es oscuro para todos: no para mi Dios." En "Simposio", escrito por Platón , Alcibíades dice que Sócrates no se parece a ningún hombre del pasado ni del presente: es un personaje nuevo. No está interesado en política, pero no la odia; no rechaza a los partidos, pero no se identifica con ellos (en "Simposio", todos los invitados se duermen, excepto Sócrates). Consideremos ahora la técnica discursiva de Sócrates: la refutación es la técnica para demostrar cuanto inconsistente sea el saber de los interlocutores. Pero para llegar a este punto, hay que empezar por el método del ataque – parada, o sea, el método de pregunta y respuesta. "Qué es la justicia?" puede ser el punto de partida. Preguntando esto o algo parecido significa preguntar por la definición de la justicia (en este caso) y hay que sea válida para todos los casos particulares a la vez. En este sentido, la búsqueda de Sócrates fue interpretada por Aristóteles como la búsqueda por lo universal dentro del ámbito de los problemas y conceptos morales. Parece que los interlocutores de Sócrates no eran capaces de dar la respuesta exacta, o porque concedían poco valor al mismo Sócrates (quien les decía de ser inferior a ellos) o porque respondían por casos particulares en vez de dar la definición universal. Ya hemos puesto el ejemplo de la pregunta: "Qué es el coraje?" La respuesta "Es el no retirarse nunca" es errónea, igual que la de "Es el atacar a l’enemigo": de hecho, podemos ser valientes también con afrontar una enfermedad o un examen. Una definición exacta tiene que cubrir todos los casos posibles . En su función negativa, el método del ataque – parada es una especie de refutación, eso es, la demostración de la falsedad o contradicción de las respuestas dadas por el interlocutor. Los efectos de este método son comparables con los de un torpedo acuático que deja petrificado a quien toca. Podemos reaccionar contra la refutación rechazándola, como hicieron algunos interlocutores de Sócrates. Pero si la aceptamos, ella nos puede liberar de opiniones erróneas que tenemos sobre diferentes argumentos; es una especie de purificación. La situación resultante de la refutación se llama "aporía", una situación sin vía de escape. Consiste en entender que todos los tentativos de responder a una cierta pregunta nos han llevado a un callejón sin salida. Pero en esta nueva situación, liberados de todo saber falso y especialmente liberados de todo tipo de presunción, podemos dedicarnos a buscar el saber verdadero, intentando nuevas vías que podrían llevarnos hacia este saber. Así, el método de la pregunta – respuesta tiene una función positiva, que se compara con la función de la "Mayéutica", capaz de hacer parir la verdad a toda persona mediante preguntas construidas debidamente: de hecho, cada persona lleva en sí misma la verdad. Sócrates procura continuar hasta que sus interlocutores admitan un punto fundamental: para hacer el bien, es decir, para actuar virtudosamente dentro de un ámbito determinado, es necesario que uno tenga el saber que le llevará a este bien. Sócrates llega a esta conclusión por la analogía con las técnicas: un buen artesano, capaz de hacer su trabajo, tiene el saber que le lleva a este resultado. Lo mismo vale en el ámbito ético-político: es el punto esencial de la tesis famosa de que virtud es ciencia. Primeramente, alguno que sabe qué es el bien y cuál es el bien para él mismo, no puede evitar de hacer el bien. El bien tiene una fuerza de atracción muy grande. Esto no significa que Sócrates no reconociera la importancia de las pasiones y de las emociones, sino que en cualquier ámbito de la vida humana el único instrumento para llevar a un comportamiento bueno es el saber. No hay que confundir la posición de Sócrates con formas del rigorismo ascético. Al contrario, es una forma de hedonismo, porque su objetivo fundamental es la búsqueda de la felicidad ( en griego, "eudaimonia"). Este saber es capaz de valorar los placeres, considerando las consecuencias buenas o malas que puedan resultar de ellos. Éste es el saber del cual Sócrates dice de no tenerlo, y por este motivo sigue buscándolo. Así, non tiene sentido distinguir las diferentes virtudes una de las otras: la virtud es una sola, igual que el saber donde se condensan: saber qué es el bien y qué es el mal.

     

    LAS SOBERBIA DE LA RAZON

    El gran Parménides, como lo llamaba Platón (540 A.C.) ocupa un insoslayable   lugar en la historia de la Filosofía con su "el ser es y el no ser no es" y las consecuencias que derivan de esa afirmación, que el ser es uno, inmutable, libre de evolución, eterno, intacto, indivisible … El ser es uno porque para el caso de que hubiera dos o más, uno sería el que es y no sería el otro y viceversa. Eso resulta imposible porque se estaría admitiendo una mezcla de ser y de no ser. Pero el no ser no es y no puede unirse al ser, simplemente … porque no es. Con argumentos semejantes pueden abordarse los demás atributos del ser. Así, el movimiento no existe, porque si existiera habría que admitir que el ser es lo que es y no lo que será. Esto significaría reconocer en el móvil una mezcla de ser y de no ser pero, como el no ser no es, en consecuencia, el ser es inmóvil, el movimiento no existe. Ejemplos: Si existieran los seres A y B, A no sería B y B no sería A. Pero el no ser no es, luego no puede admitirse más que un ser, A o B, pero no ambos. Si un ser es de una manera no puede ser, al mismo tiempo, no ser de otra, porque esto implicaría mezcla de ser y no ser, lo cual es incomprensible, el no ser no es. Un móvil se encuentra en estado A y no en otro. Esto no puede aceptarse porque "no en otro" no es y no puede unirse al ser. El movimiento no existe porque si existiera habría que admitir que el ser es lo que es y no lo que será. Ahora bien, el no ser puede mezclarse con el ser por la simple razón de que no es. Quién podría pensar que fuera posible mezclar agua con nada. Evidentemente allí no habría mezcla alguna, sólo agua. Estamos frente a un encierro de carácter intelectual en contradicción con la evidencia que muestra la realidad de lo que se niega. Como dice Jaques Maritain el error de Parménides ue atribuir al ser en general lo que son atributos del Ser de Dios que si es único, eterno, no cambia en su infinita perfección. Recién  con Aristóteles se soluciona este problema con la doctirna del acto y la potencia. Ejemplo: algo es de un modo (acto) pero tiene la posibilidad (potencia) de cambiar y la posibilidad es algo, sino no sería ni siquiera posibilidad. Es sorprendente que Parménides haya hecho las afirmaciones citadas, teniendo en cuenta que sus sentidos le informaban que había múltiples seres (él no era el discípulo que estaba a su lado caminando mientras le enseñaba que el movimiento no existía y que el ser es uno). El dilema de Parménides era: aceptar los datos de los sentidos (cambio, movimiento, pluralidad de seres) u optar por la razón que no podía explicar esos fenómenos. Parménides optó por la razón. Lo que la razón no explica, no existe. He aquí al primer gran racionalista de que tenemos noticias. Lo llamativo es que hombres de final del segundo milenio sigan pensando básicamente como este talento del siglo VI A.C. Por razones de espacio no abordo la rica historia del racionalismo sino que me refiero a un caso puntual de la actualidad. Hay quienes niegan, por ejemplo, el  dato inconstrastable referente a los milagros de Jesús, a testimonios acerca de su Resurrección , no porque sean acontecimientos  infundados sino … porque como la sóla razón no los comprende; luego no existieron. Si sólo existe lo que la razón explica, amigo lector, le confieso que yo no me explico a mi mismo; en consecuencia, no existo. El racionalismo, soberbia de la razón, limita al hombre al conocimiento de lo pequeño, impidiéndole  acceder a las maravillas reveladas por Dios acerca de sí mismo, del hombre, de la realidad. Una muestra  de grandeza de la razón: darse cuenta de sus limitaciones y reconocer que debe abrirse a la luz superior a ella que, junto con ella,  hara posible conocer el sentido de lo creado, contemplar y amar a su Creador.

     

    SAN AGUSTÍN

    • San Agustín (354 – 430).

    Es una de las figuras más emblemáticas de su tiempo, del cristianismo y de la filosofía. Su personalidad tan original y abundante deja una huella profunda en todas las cosas donde pone su mano. La filosofía y la teología medievales, es decir, lo que se ha llamado la Escolástica, toda la dogmática cristiana, disciplinas enteras como la filosofía del espíritu y la filosofía de la historia, ostentan la marca inconfundible que les imprimió. Más aun: el espíritu cristiano y el de la modernidad están influidos decisivamente por San Agustín; y tanto la Reforma como la Contrarreforma han recurrido de un modo especial a las fuentes agustinianas.

    a. Verdad

    b. Dios

    Tesis filosóficas de San Agustín: c. Creación.

    d. Alma.

    e. El Bien.

    f. La Ciudad de Dios.

    1. Verdad: en encendidas controversias con los escépticos hizo triunfar San Agustín la posibilidad de conocer la verdad. Los escépticos dicen "no existe la verdad; de todo se puede dudar"; a lo que San Agustín replica "se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que no se puede dudar es de la misma duda". Existe pues la verdad con lo cual queda refutado el escepticismo. San Agustín busca el prototipo de la verdad en las verdades matemáticas, cuando dice, por ejemplo, que la proposición 7+3=10, es una proposición de vigencia universal para cualquiera que tenga razón. Aquí donde se ve que 7+3 tiene que ser igual a 10, halla San Agustín lo que también en otros casos debe ser verdad para todo espíritu racional, a saber, las reglas, ideas y normas conforme a las cuales registramos y leemos lo sensible y al mismo tiempo lo estimamos y rectificamos. Estas reglas son algo apriorístico, en lo cual el hombre, frente al mundo y su experiencia, se demuestra superior, libre y autónomo.
    2. Dios: el mismo San Agustín que busca la verdad en el interior del hombre, dice a la vez con no menor énfasis: Dios es la verdad. San Agustín se eleva de lo verdadero singular a la verdad una gracias a la que todo lo verdadero es verdadero para tener participación en ella. Considera esta ascensión como prueba de que existe Dios y el mismo tiempo de lo que Dios mismo es: el todo de lo verdadero, el ser bueno de todo lo bueno, el ser de todo ser. Así Dios es todo, pero a la vez no es nada de todo, pues sobre puja a todo, ninguna categoría se le puede aplicar.
    3. Creación: este concepto no es filosófico sino teológico. Por tanto, cuando San Agustín trata de pensarlo, se le ofrecen inmediatamente dificultades filosóficas. En este caso, habría que admitir también en Dios lo mutable. Por otra parte, la creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios, y no es por tanto, una procesión necesaria, como con frecuencia sé repitió contra la teoría de la emanación. San Agustín deja por fin la cuestión en suspenso. Ve que no se puede resolver con nuestros conceptos espaciales y temporales.
    4. Alma: lo que San Agustín escribe sobre el alma, su fina intuición, su arte de ver y dominar las cosas, su penetrante análisis y otras diversas cualidades lo revelan como sicólogo de primer orden. El alma tenía para él especial interés. "A Dios y al alma deseo conocer". El alma tiene un efecto el primado frente al cuerpo. Cierto que San Agustín no es ya pesimista acerca del cuerpo: el espíritu del cristianismo y su doctrina de la creación no lo permiten. No obstante, para San Agustín el hombre es propiamente el alma. Y así, seguirá pensándose, aun después de que en la alta edad media prospere la formula aristotélica de la unidad del cuerpo y el alma.
    5. El Bien: cuando San Agustín habla en lenguaje religioso, el bien no es para él otra cosa más que la voluntad de Dios. Pero cuando trata de descubrir los fundamentos más profundos, dice: "El bien se da con la ley eterna". Son las ideas eternas en la mente de Dios que, como para los platónicos, también aquí constituyen el fundamento de conocer, del ser y del bien. Son un orden eterno. No solo el hombre es bueno, también los seres son buenos y el conocimiento es verdadero, con tal que se orienten conforme a este orden eterno.
    6. La Ciudad de Dios: siempre tendrá lugar en la historia del mundo la lucha entre la luz y las tinieblas, entre lo eterno y lo temporal, entre lo supra sensible y lo sensible, entre lo devino y lo antidivino. En su gran obra la Ciudad de Dios San Agustín, muestra cómo los poderes del bien tienen que luchar constantemente con los poderes del mal. Su sentido definitivo es el triunfo del bien sobre el mal.

     

    DEMÓCRITO

     

    Demócrito de Abderea

    Nació : Alrededor de 460 AC en Abderea, Grecia

    Falleció : Alrededor de 370 AC no se conoce dónde

    Demócrito es más conocido por su Teoría Atómica pero también fue un excelente geómetra, muy poco se sabe de su vida, sabemos que Leucippus fue su profesor.

    Pertenece a la línea doctrinal de pensadores que nació con Thales de Mileto. Esta escuela así como la pitagórica y la eleática, que representan lo más grande del pensamiento anterior, le atribuye gran importancia a lo matemático.

    Los atomistas pensaban distinto a los eleatas, pues mientras éstos no aceptaban el movimiento como realidad, sino como fenómeno, Leucipo y Demócrito parten de que el movimiento existe en sí. Demócrito pone como realidades primordiales a los átomos y al vacío, o como dirían los eleatas, al ser y al no ser (Recordemos que etimológicamente la palabra átomo en griego, significa indivisible, lo que actualmente sabemos que no es así).

    Se nota en Demócrito un esfuerzo por sustituir la noción de cualidad por la de cantidad.

    Se sabe que escribió varios tratados de Geometría y de Astronomía, pero desgraciadamente todos perdidos. Se cree que escribió sobre Teoría de los Números. Encontró la fórmula B*h/3 que expresa el volumen de una pirámide. Asimismo demostró que esta fórmula se la puede aplicar para calcular el volumen de un cono.

    Se le atribuyen también los siguientes dos teoremas:

    1º "El volumen de un cono es igual a un tercio del volumen de un cilindro de igual base y altura"

    2º "El volumen de una pirámide es un tercio del volumen del prisma de igual base y altura"

    Un problema muy diferente a todo lo visto hasta ahora preocupó también a las escuelas de Jonia y de la Magna Grecia: el de la naturaleza de la luz. Demócrito sustenta la teoría de la emisión según la cual la visión es causada por la proyección de partículas que provienen de los objetos mismos. No es esto más que el principio de la larga fila de teorías que se encuentran de la luz en la historia de las ciencias. La teoría de la emisión es costumbre atribuírsela a Newton, que la expuso muchos siglos después.

    Es importante hacer notar que, desde sus primeros pasos, la ciencia racional trata de buscar una explicación de todos los fenómenos naturales partiendo de un pequeño número de principios básicos. Esta tentativa no dejó de influir favorablemente en el desarrollo ulterior de todas las ciencias.

    Así hemos visto que, al comienzo, para muchos de estos filósofos prevalecía un principio aritmético-geométrico para explicar muchos hechos. Así, Demócrito hasta el sabor de las cosas lo explicaba bajo este aspecto. En efecto, le atribuía una forma geométrica especial a las cosas para dar tal o cual "gusto": la sensación de dulce se debía a la forma esférica de la sustancia que forma al cuerpo que la produce; lo amargo, se debía a la forma lisa y redondeada, y lo agrio o ácido a lo anguloso y agudo. Un origen e interpretación análogos le atribuía a los fenómenos del tacto.

    Finalmente diremos sobre el binomio Leucipo-Demócrito que creían que el vacío existía no sólo en el mundo en que vivimos, sino también mucho más allá, en los espacios infinitos del Cosmos. Ellos creían en la existencia de un número infinito de "mundos" todos compuestos de un número infinito de átomos.

    Elementos de fícica nuclear (un poco de historia)

    Cinco siglos antes de Cristo, los filósofos griegos se preguntaban si la materia podía ser dividida indefinidamente o si llegaría a un punto que tales partículas fueran indivisibles. Es así, como Demócrito formula la teoría de que la materia se compone de partículas indivisibles, a las que llamó átomos (del griego atomos, indivisible).

    En 1803 el químico inglés John Dalton propone una nueva teoría sobre la constitución de la materia. Según Dalton toda la materia se podía dividir en dos grandes grupos: los elementos y los compuestos. Los elementos estarían constituidos por unidades fundamentales, que en honor a Demócrito, Dalton denominó átomos. Los compuestos se constituirían de moléculas, cuya estructura viene dada por la unión de átomos en proporciones definidas y constantes. La teoría de Dalton seguía considerando el hecho de que los átomos eran partículas indivisibles.

    Hacia finales del siglo XIX, se descubrió que los átomos no son indivisibles, pues se componen de varios tipos de partículas elementales. La primera en ser descubierta fue el electrón en el año 1897 por el investigador Sir Joseph Thomson, quién recibió el Premio Nobel de Física en 1906. Posteriormente, Hantaro Nagaoka (1865-1950) durante sus trabajos realizados en Tokio, propone su teoría según la cual los electrones girarían en órbitas alrededor de un cuerpo central cargado positivamente, al igual que los planetas alrededor del Sol. Hoy día sabemos que la carga positiva del átomo se concentra en un denso núcleo muy pequeño, en cuyo alrededor giran los electrones.

    El núcleo del átomo se descubre gracias a los trabajos realizados en la Universidad de Manchester, bajo la dirección de Ernest Rutherford entre los años 1909 a 1911. El experimento utilizado consistía en dirigir un haz de partículas de cierta energía contra una plancha metálica delgada, de las probabilidades que tal barrera desviara la trayectoria de las partículas , se dedujo la distribución de la carga eléctrica al interior de los átomos.

     

    SANTO TOMÁS DE AQUINO

    CRISTIANISMO Y CULTURA ANTIGUA

         Hasta los tiempos modernos, el pensamiento de Occidente ha sido condicionado por un acontecimiento capital: el encuentro del mensaje evangélico o de la sabiduría cristiana con la cultura de la Antigü&edad. Todos los grandes problemas intelectuales se relacionan con esta conjunción. Será necesario esperar el final del Renacimiento para que los espíritus se vean dominados por otras preocupaciones, nacidas del choque de la misma sabiduría cristiana, penetrada ya de helenismo, con una concepción de las cosas completamente renovada por el progreso de las ciencias y de las técnicas; la atención ya no estará dirigida hacia un pasado que sobrevive, sino hacia un futuro en formación.

         Volviendo al problema general del helenismo y del cristianismo, intentemos primero hacernos una idea de las dos fuerzas frente a frente.

         Lo que llama la atención desde el primer instante es la oposición, que había de exponer en forma tan brillante el Apóstol de la sabiduría evangélica y de la sabiduría pagana: oposición concerniente al principio de esas sabidurías, de un lado la fe y del otro la razón natural; oposición relativa a sus contenidos, presentándose el cristianismo como un mensaje de salvación Dei gratia, mientras que la sabiduría antigua se realizaba en una visión científicamente organizada del mundo, pero que no daba solución a la existencia humana. Había oposición, además, –entre cristianismo y paganismo– en lo que se refiere a los destinatarios: los sencillos, las muchedumbres, clientela privilegiada del Evangelio, en oposición a las clases cultivadas, a las cuales se dirigían las lecciones de los filósofos de Grecia…

         El Cristianismo es la sabiduría de la Cruz, que parece no tener nada en común con la sabiduría del mundo. No obstante, observándolas más de cerca, no tarda uno en darse cuenta de que entre las dos sabidurías hay puntos de contacto ¿No se debe reconocer, en efecto, que el mensaje cristiano se encuentra menos vacío de filosofía de lo que pudo parecer en un principio? ¿No hay en la Sagrada Escritura doctrinas, la del Logos, por ejemplo, que son bastante cercanas a las concepciones griegas, para que se haya invocado a este propósito, una influencia determinante del pensamiento pagano? Y, a la inversa, ¿No se encuentran en los tesoros de la sabiduría helénica muchos elementos que anuncian ya el Cristianismo?

         Si entre los dos grandes factores culturales –Cristianismo y helenismo pagano– era de preverse una lucha, lucha que efectivamente tuvo lugar, tampoco podían faltar las tentativas de integración o de asimilación recíproca. La historia de esas tentativas, más o menos felizmente exitosas, es la historia del pensamiento cristiano durante una quincena de siglos…

     

    LA OBRA REALIZADA HASTA EL SIGLO XIII

         El problema enunciado se planteó desde las primeras generaciones cristianas. En el siglo II San Justino –convertido al cristianismo, proveniente de la filosofía pagana– se esfuerza en precisar los puntos de contacto entre una sabiduría pagana, de la que él ha gustado y a la cual no puede ni tiene necesariamente que renunciar totalmente, y la fe cristiana, por la cual, en definitiva, derramará su sangre: es el primer mártir filósofo cristiano.

         En el siglo siguiente, en Alejandría es, como se sabe, donde hay que buscar el centro intelectual activo de la cristiandad. Allí, Clemente de Alejandría, en algunas de sus obras, continuará la obra de conciliación. En el siglo V con San Agustín, Boecio y el Pseudo-Dionisio Areopagita, que llegarán a ser los tres preceptores del Occidente medieval, se completará esta primera fase de la asimilación de la filosofía griega. ¿Qué resultados se pueden ver hasta ese momento de esta historia?

         En San Agustín encontramos el primer gran sistema de filosofía cristiana, no porque el pensamiento de este Doctor de la Iglesia esté constituido por un sistema especulativo orgánico independiente de la fe, sino porque en él se reconoce como legítimo el ejercicio teórico de la razón y porque, de hecho, la porción de especulaciones filosóficas que contiene es considerable. La obra original de San Agustín, desde el punto de vista del pensamiento antiguo, está representada sobre todo por la asimilación del neoplatonismo, que era la filosofía más viva, y cuya pieza fundamental era la teoría de las ideas. Lo que hace Agustín es colocar esas ideas de origen platónico en Dios, con lo que logró dar cierta unidad al mundo de Platón y al de la Biblia. A San Agustín se debe el criterio de que la verdad es del Señor dondequiera que se encuentre. Debe recordarse que San Agustín no pudo conocer el pensamiento completo de Aristóteles, cuyas obras casi se pierden en el pasado. Tuvo que sacar derecho de lo que halló como sabiduría del mundo…Este intento de asimilación de las especulaciones platónicas se verá conducido paralelamente, algunas décadas más adelante, por ese Dionisio Areopagita que toda la Edad Media identificará con el discípulo de San Pablo en el Areópago.

         Aristóteles, por su parte, será introducido sobre todo por Boecio, gracias al cual será conocida su obra en las escuelas de Occidente. Sin embargo, es capital aclarar que el Aristóteles de los escritos de Boecio es incompleto, casi exclusivamente el del Organon, el de solo las obras lógicas. Ocurrió que cuando el conjunto de los tratados del Estagirita desapareció, por muy largo tiempo, no fue conocida prácticamente más que esa pequeña parte de su Filosofía.

         Por lo tanto, si se pretende hacer el balance de lo que va a llegar a poseer el Occidente al día siguiente de la caída de Roma y del hundimiento de su cultura por los bárbaros, conviene enumerar, en primer lugar, con las artes liberales, herencia de la literatura del bajo imperio, el conjunto de concepciones neoplatónicas que Dionisio Areopagita y, sobre todo, San Agustín habían incorporado a su visión cristiana del mundo, y la Lógica de Aristóteles conservada por Boecio. "Puede decirse que, por el conjunto de estos tratados [lógicos, comentarios y traducciones de Aristóteles], Boecio vino a ser el profesor de lógica de la Edad Media hasta el momento en que, en el siglo XIII, fue traducido al latín y comentado directamente el Organon completo de Aristóteles (o sea, el conjunto de sus obras de Lógica)", (Gilson, Etienne, La filosofía en la Edad Media, Ed.Gredos, Madrid,1995, p 131). Todo el resto, o casi todo, de la filosofía antigua, se va a desconocer, al menos hasta aquel momento…

         De modo que la edad patrística se termina antes de que la obra de confrontación de las dos sabidurías –Cristianismo y paganismo de origen griego– haya podido ser conducida a su término. La tarea más difícil, la asimilación del sistema de Aristóteles, estaba apenas empezada. Será necesario esperar a un rebrote del conflicto helenismo –Cristianismo, si algún día volviera a propagarse de nuevo la totalidad del primer elemento de ese conjunto, para reiniciar un nuevo esfuerzo de diálogo con el mundo, conforme al modo de decirlo el Concilio Vaticano II…

         Importa entonces evocar las grandes etapas recorridas por el pensamiento cristiano antes de la gran crisis del siglo XIII, crisis a la cual Santo Tomás será precisamente llamado a dar una solución…

         Los acontecimientos decisivos se preparan: la totalidad de la filosofía de Aristóteles va a ser traducida, y mezclada con los comentarios de árabes y judíos empezará a penetrar en las escuelas de Occidente. La tarea de la escuela de traductores de Toledo es esencial a este respecto. Con esta introducción del peripatismo (según el DRAE se dice peripato) –ahora en forma total– en la cristiandad empieza realmente la historia del pensamiento de Santo Tomás de Aquino…

     

    LA APARICION DE LA FILOSOFIA DE ARISTOTELES, EN FORMA TOTAL, EN OCCIDENTE

         Las primeras traducciones latinas, que permitirían al Occidente el conocimiento de las partes más importantes de la obra del Estagirita, fueron emprendidas en la segunda mitad del siglo XII. Fueron hechas del árabe, –y no siempre desde el griego, sino desde éste al sirio, del sirio al árabe y de éste al latín– y en el ambiente que estaba entonces en estrecho contacto con la cultura musulmana de Toledo. Junto con los escritos de Aristóteles, fueron traducidos otros de sus comentadores antiguos: Alejandro de Afrodisia, Temistio, Filipón, lo mismo que de comentadores árabes y judíos: Alkindi, Alfarabi, Avicena, Avicebrón…

         La lectura de estos tratados, que abría un nuevo mundo a los escolásticos cristianos, provocó un verdadero engolosinamiento. De esto es signo inequívoco la serie de prohibiciones de que fueron objeto estos tratados por parte de las autoridades eclesiásticas, asustadas por un pensamiento en apariencia tan poco asimilable al Evangelio. El problema que le planteaba a fondo este acontecimiento a la inteligencia cristiana, consistía en la elección entre una filosofía de inspiración peripatética y otra que había tenido hasta entonces el favor de los teólogos y en la cual prevalecía la influencia de Platón, con sus virtudes y, sobre todo, con sus defectos…

         ¿Qué podían aportar al pensamiento cristiano –ya de positivo o ya de negativo– las especulaciones de Platón y de Aristóteles? Esa era la gran cuestión…

         El platonismo se presentaba provisto de su reconocimiento de un mundo superior, el de las ideas, y de una intuición directa de ese mundo. A partir de esa cúspide, el universo se desplegaba jerárquicamente, siguiendo un proceso de emanación en el cual se expresaba la causalidad divina. En el hombre, la liberación del alma con respecto al cuerpo se veía particularmente acentuada. Se trataba, entonces, de un idealismo espiritual, cuya concordancia con el pensamiento religioso parecía a algunos tanto más fácil de realizar cuanto la impresión de algunos de sus temas lo hacía más fácilmente flexible…Por su parte el aristotelismo tenía la apariencia de empirismo científico. Su teoría del conocimiento, su antropología, su física… ganaban con ello en claridad y en objetividad. En metafísica había igualmente progreso en lo que concernía a la determinación de los conceptos fundamentales, así como en rigor sintético. Pero para un cristiano, además de ciertas incertidumbres, esta metafísica no ofrecía menos dificultades importantes. En efecto, la eternidad del mundo y de la materia, admitidas como postulados, ¿No vienen a contradecir el dogma de la creación? La espiritualidad del conocimiento humano, su aptitud para alcanzar las verdades supremas ¿No se encuentran comprometidas por la implicación demasiado imbuida de la vida intelectual en la de los sentidos? ¿Se puede aún hablar de Causa Creadora y de Providencia con este Acto Puro, Pensamiento del Pensamiento replegado sobre sí mismo, que es lo que corona el sistema de Aristóteles?

         Las lagunas y las oscuridades, al mismo tiempo que un ambiente positivo y científico, propios del peripato, pondrán en guardia a los pensadores religiosos, tanto del Islam como del Cristianismo, contra las especulaciones del Estagirita. Dominados por su valor racional incomparable, no podrán evitar preguntarse si los valores religiosos, que ellos colocan evidentemente por encima de todo, no tienen mucho que perder al aliarse con un pensamiento tan poco acogedor espiritualmente…

         Esa actitud de reserva, más o menos hostil contra la recuperada obra de Aristóteles será, a principios del siglo XIII, la más común. Debido a la dominante influencia que no dejará de ejercer sobre los espíritus, que marcharán en ese sentido, el pensamiento del doctor de Hipona, san Agustín, a propósito del espíritu, se hablará de agustinismo… Al lado de algunos seglares y de muchos predicadores, el movimiento doctrinal comprenderá el conjunto de maestros franciscanos, Alejandro de Hales y San Buenaventura a la cabeza.

         Al otro extremo, en el último tercio del siglo, un grupo de maestros de artes de la Universidad de París se inclinará, junto con Sigerio de Brabante, hacia la aceptación de un aristotelismo como el que proponía el gran comentador árabe Averroes. De esta manera van a verse seriamente comprometidas algunas tesis esenciales del pensamiento cristiano, como las de la Providencia, la inmortalidad personal del alma y la doctrina sobre la verdad. Por medio de las rigurosas censuras de 1270 y 1277, el obispo de París, Etienne Tempier, frenará los intentos de este aristotelismo demasiado ortodoxo.

         Antes de estos últimos acontecimientos, una posición intermedia, que se mostraba respetuosa del dogma cristiano y dispuesta a conservar todo lo que el neoplatonismo agustiniano había podido aportar de bueno, pero que testimoniaba una sólida confianza en el valor de los principios y del método de Aristóteles, había sido adoptada por los dos grandes maestros dominicanos, Alberto Magno y Tomás de Aquino: el primero, más inclinado hacia el mundo físico y más interesado en la ciencia, pero más ecléctico y menos profundo; el segundo, llevando por fin a feliz término, con su genio de síntesis superior, la obra de asimilación por el cristianismo, de esa filosofía de Aristóteles, que parecía tenía que abandonarse en aquellas circunstancias…

         Tal es, brevemente dicho, el campo en que va a tener significación histórica y en el que va a encontrar su posición el pensamiento de Santo Tomás de Aquino…

     

     

    GRANDES ETAPAS DE LA VIDA DE SANTO TOMAS DE AQUINO      

         Todos los acontecimientos de la vida de Santo Tomás están lejos de ser conocidos con precisión y, sobre algunos puntos de importancia, aún hay incertidumbre.

         Trabajos de base del conocimiento de Santo Tomás son los siguientes: de la misma Edad Media Historia Ecclesiae de Tolomeo de Lucca (1312-1317), Historia Beati Thomae de Aquino de Guillermo de Tocco (hacia 1311) y las Actae de los procesos de canonización de Nápoles (1319) y de Fossanova (1321).

         Entre los estudiosos modernos sobre Santo Tomás destacan Mandonnet (+ 1936) y M. Grabmann (+1948).

         De manera resumida, éstas son las etapas de su vida:

    ORIGEN. Santo Tomás nació probablemente en 1225, en el castillo de Roccasecca, cerca de la ciudad de Aquino, en el entonces Reino de Nápoles. Formaba parte de una familia de nobles, aliados del emperador y fieles a su causa.

    EN MONTE CASINO (1230-1239), a la edad de cinco años, el niño Tomás es confiado por sus padres, para su educación primera, a la vecina abadía de Monte Casino. Se puede pensar que el deseo de su familia de verlo un día a la cabeza del célebre monasterio no fue extraño a esta decisión. Siempre se ha pensado eso…

    EN LA UNIVERSIDAD DE NAPOLES (1239-1244, de los catorce a los diecinueve años). Santo Tomás termina su formación literaria y empieza sus estudios de filosofía en Nápoles, en donde tiene, de manera particular, como maestros, a Martín de Dacia (en Lógica) y a Pedro El Irlandés (en Física).

    SU INGRESO CON LOS DOMINICOS (1244-1245, de sus diecinueve a sus veinte años). En 1244, el joven Tomás toma el hábito de la Orden de los Predicadores en el convento de Santo Domingo de Nápoles. Irritados sus padres, porque tenían otros planes para su hijo, hacen detener y encerrar al novicio, quien, por su constancia, y después de diversas peripecias, que ponen de manifiesto su temple y sus convicciones, obtiene finalmente la libertad para seguir su vocación.

    ESTUDIOS EN LA ORDEN DE SANTO DOMINGO (1245-1252, de sus veinte a sus veintisiete años). Es muy probable que Santo Tomás fuera primero estudiante en el Stvdivm de Saint Jacques de París (1245-1247), y que haya seguido a su maestro Alberto Magno a Colonia, en donde terminó su formación (1247-1252).

    SANTO TOMAS, BACHILLER EN PARIS (1252-1256, de sus veintisiete a sus treinta y un años). Designado para enseñar en París, que era entonces el centro intelectual de la cristiandad, Santo Tomás empieza, según la costumbre, por"leer" la Biblia de manera continua y rápida (cursorie), durante dos años; después, durante otros dos, comenta las Sentencias de Pedro Lombardo.

    SANTO TOMAS, MAESTRO EN PARIS (1256-1259, de sus treinta y uno a sus treinta y cuatro años). Fue admitido al magisterio al mismo tiempo que San Buenaventura –hay que ver todo cuanto costó y significó esto para las órdenes religiosas: fue otra de sus grandes luchas…– Santo Tomás comenta la Biblia (ordinarie), presenta sus primeras cuestiones disputadas (De Veritate) y emprende la composición de Contra Gentiles.

    ESTANCIA EN ITALIA (1259-1268, de sus treinta y cuatro a sus cuarenta y tres años). A petición del Papa –siempre fue obediente y fiel hijo de la Iglesia y, de modo particular, del Papa y de los superiores de su Orden…– Santo Tomás retorna a Italia para cumplir las funciones de Lector de la Curia. Acompaña a ésta a Anagni y a Orvieto y permanece un tiempo en Roma. Su actividad intelectual es entonces extraordinariamente intensa: enseña Sagradas Escrituras (curso magisterial ordinario), disputa sobre numerosas cuestiones, acaba Contra Gentiles, compone la Catena Aurea, comenta a Aristóteles, inicia la Summa Theologiae, etc…

    ENSEÑA POR SEGUNDA OCASION EN PARIS (1269-1271, de sus cuarenta y cuatro a sus cuarenta y seis años). Llamado de nuevo a París, en ocasión de la crisis intelectual provocada por el movimiento averroísta, Santo Tomás, sin dejar de tomar parte en la polémica –recuérdese su formidable opúsculo De Unitate Intellectus Contra Averroistas– prosigue incansablemente su tarea de profesor y de escritor (Comentarios a las Sagradas Escrituras, comentarios a Aristóteles, cuestiones disputadas, Summa Theologiae, opúsculos diversos).

    ENSEÑANZA EN NAPOLES (1272-1273, de sus cuarenta y siete a sus cuarenta y ocho años). Asignado a Nápoles para tomar la dirección del nuevo Stvdivm Generale dominicano, Santo Tomás une a sus habituales trabajos de maestro una actividad apostólica notable…

    CONVOCADO AL CONCILIO DE LYON, ENFERMEDAD Y MUERTE (1274, a sus cuarenta y nueve años). A petición de Gregorio IX, Santo Tomás se pone en camino para participar en el Concilio de Lyon. Se enferma en el transcurso del viaje y muere el 7 de marzo en la abadía cisterciense de Fossanova.

         Tomás de Aquino fue Comentador, autor del comentario literal a las obras de Aristóteles más ajustado al texto. Ello lo obligó a procurarse textos buenos, bien traducidos, tarea en muy buena parte a cargo de su hermano de Orden dominicana Guillermo de Moerbeke, quien le ayudó en sus comentarios. De allí el extraordinario conocimiento de Aristóteles.

         Historiador: conoció muy bien el aristotelismo y el platonismo, sobre todos su "sentido". Reconoce cuando hay error. Utiliza a Proclo, reconoce el origen neoplatónico del Liber de Causis. Conoce muy bien el pensamiento de los Padres de la Iglesia, de los árabes y de los judíos (Avicebrón, Maimónides…). Por deseo de buscar armonía, cae en forzar el sentido de algunas expresiones de San Agustín y otros. E.g.:"… utitur opinionibus Platonis non asserendo, sed recitando" (S. Th. I, q 77, a 5).

         Profesor y Escritor: de grandes cualidades pedagógicas, muy reconocidas y admiradas. Guillermo de Tocco dejó expresado que su doctrina es "Lucida et aperta"; que afluían "quamplures magistri religiosi et saeculares propter modum docendi compendiosum, apertum et facilem". Sus Sumas eran manuales de estudio. No tiene titubeos al estilo de S. Alberto o S. Buenaventura: va al grano. En medio de las controversias fue ecuánime, digno y pacífico. Su lenguaje contribuyó mucho a fijar la terminología filosófica.

         Filósofo: lo fue en grado eminente. Tiene muy clara conciencia de los derechos de la razón a resolver el enigma de lo real y los hizo valer. La filosofía es autónoma; Tomás señala un cambio de actitud con toda claridad: termina con la domesticidad de la filosofía respecto de la teología. Arguye contra agustinianos y averroístas a este respecto.

         Teólogo: es, por excelencia, el gran sistematizador de la teología cristiana. Cultivó la teología revelada y la teología natural.

         Dos rasgos presenta el tomismo:

    1. Constituye un sistema filosófico tributario de una muy larga tradición histórica. Cuando se estudia la génesis histórica del tomismo se puede observar que tiene su origen en la confluencia de todas las grandes corrientes culturales de la Antigü&edad y de la alta Edad Media: platonismo y aristotelismo; helenismo y arabismo; paganismo y cristianismo, sin hablar de las corrientes secundarias.
    2. Domina y supera todas sus fuentes. No se trata de eclecticismo, ni de sincretismo: se trata de síntesis nueva, con inspiración tradicional. Representa el tomismo en los alrededores de 1260 la primera filosofía verdaderamente original que haya producido la civilización cristiana: un aristotelismo neoplatonizante, tan profundamente repensado, ampliado y transfigurado que merece una denominación nueva: El tomismo.

    ¿A qué situación histórica de orden filosófico responde el tomismo? A la de superar las antinomias, al menos aparentes, del aristotelismo y del platonismo. Las dos grandes orientaciones posibles del pensamiento humano: EL EMPIRISMO Y EL IDEALISMO. Tomás de Aquino logró en buena parte esta síntesis. Veamos en seguida:

    a) Lógica y Teoría del conocimiento. Opta por el realismo intelectualista de Aristóteles. No admite iluminación especial de Dios en el conocimiento natural y no reconoce al hombre ninguna intuición de las realidades espirituales, ya se trate del alma, de las sustancias separadas o de Dios. El conocimiento intelectual se adquiere por abstracción a partir del dato de la intuición sensible y la abstracción es una actividad del entendimiento agente personal de cada persona individual. Un cierto conocimiento de lo espiritual se obtiene por reflexión sobre nuestros propios actos espirituales (pensar y querer), pero aun estos jamás se dan plenamente separados de la actividad sensorial. Sigue Sto. Tomás a Aristóteles en su lógica y teoría de la ciencia. Puede suponerse influencia de la Escuela de Pedro Abelardo, de la facultad de Artes de París, de la de Artes de Nápoles y de Alberto Magno.

    b) Metafísica: su metafísica, aspecto brillante del genio de Sto. Tomás, está dominada por la idea de participación, tema central del platonismo. Los seres finitos están compuestos de essentia y de esse: son participaciones del esse subsistens, ser absolutamente simple y, por tanto, plenitud de ser o ser infinito (no finito), causa creadora, ejemplar y final de todo el orden de los seres finitos. Esta composición de essentia y de esse, fruto de la participación platónica interpretada por los neoplatónicos griegos y, sobre todo, por Avicena, es expresada por Sto. Tomás en términos de acto y potencia, lo que constituye una ampliación evidente de la doctrina aristotélica.

    En potencia por relación a su esse, la esencia finita lo está también por su relación a su agere, es decir, al aumento de ser que ella adquiere por sus actos segundos; en otras palabras, su actividad es accidental.

    Sobre la base de esta doctrina, Sto. Tomás desarrolla una teoría de la actividad de las criaturas que implica concepciones muy ricas acerca del orden universal y de la jerarquía de los seres, tema usual entre los neoplatónicos.

    La metafísica de Sto. Tomás contiene una notable deducción de los atributos del esse subsistens a partir de las conclusiones, quinque viae, que encaminan la razón hasta el conocimiento del Ser Supremo.

    c) Psicología. Para Sto. Tomás, lo mismo que para Aristóteles, la ciencia del alma es una sección de la Filosofía natural. Pero le concedió mucho atención, por lo que su psicología merece ser considerada por aparte. La solución que Sto. Tomás propone al problema de la naturaleza humana supera todas las tentativas anteriores hechas por Platón, Aristóteles, san Agustín, Averroes y otros. Esta solución ha sido posible gracias a la noción muy exacta que él tenía de la causalidad creadora, influencia permanente de Dios sobre el orden creado y sobre su evolución.

    El hombre es una sustancia única, compuesta de materia y de una forma sustancial única; el alma es espiritual e inmortal. El alma hmana es, pues, a la vez, forma sustancial del cuerpo y forma subsistente. Es decir, capaz de subsistir sola y principio de actividades propias: el pensar y el querer. El alma es forma materiae et forma inmaterialis, lo cual implica que el alma es creada por Dios, no producida por una causación puramente biológica, pero al término de un proceso biológico: la generación.

    Las consecuencias de esta situación metafísica son importantes: forma de la materia, el alma se individúa por su relación con la materia, la cual es la razón última de la multiplicidad puramente numérica en los seres corporales. Una multiplicidad de almas humanas de la misma especie es, pues, posible, contrariamente a lo que sostenía Averroes. Por otra parte, en cuanto forma inmaterial, el alma inmortal es capaz de una actividad estrictamente inmanente y autónoma, la que confiere al hombre su dignidad personal. De tal manera que el hombre es la síntesis sustancial de lo espiritual y de lo corporal, el nexo entre el universo de los espíritus y el de los cuerpos.

    d) Moral. La ética de Sto. Tomás es el fruto de toda su filosofía. Aquí también toma mucho de Aristóteles, pero lo supera en las tesis capitales, gracias a la profundidad de su metafísica y de su psicología. Hay dos nuevas e importantes ideas con relación al aristotelismo:

    – La idea de fin último. El fin último natural de toda persona creada es el conocimiento y el amor de la causa primera. Para el hombre este fin no puede ser poseído o alcanzado de una manera estable y definitiva, sino al término de su existencia terrestre, en una vida puramente espiritual, análoga a la de los espíritus.

    – La idea de obligación. La prosecución del fin último la realiza el hombre en el mundo en una vida de prueba, en cuyo transcurso construye su destino. La razón le revela al hombre –si está dispuesto a usarla bien– las exigencias de su naturaleza, las cuales son la expresión de la ley divina misma. El hombre debe conformar su actitud libre al orden moral así descubierto. La sanción de la actividad moral es natural e inmanente. La muerte fija para siempre al alma humana, ya sea en el orden y la bienaventuranza, ya sea en el desorden y la infelicidad.

    e) Filosofía de la naturaleza. En este aspecto Sto. Tomás vuelve al hilemorfismo aristotélico, eliminando los añadidos estoicos (rationes seminales) y neoplatónicas (materia espiritual, pluralidad de formas), que lo sofocaban. Aplica su teoría metafísica de la actividad a la acción de los cuerpos y sobre todo a la de los vivientes. Pero, en numerosos sectores de la filosofía natural es tributario de la física de Aristóteles y ni siquiera piensa liberarse de ella: filosofía de las esferas celestes, teoría de los elementos y de los mixtos, concepciones biológicas… todo es retomado del Filósofo. Es la parte más débil de la obra de Sto. Tomás.

         Por supuesto que el tomismo tiene límites y lagunas, pero no son el objeto del presente discurso; valga decir únicamente que límites y lagunas solo prueban que el espíritu humano es limitado y que el tiempo condiciona el pensamiento, igual que todo lo demás. Pero sin duda lo que sobresale en el tomismo es el esfuerzo inmenso y fecundo realizado por Sto. Tomás en una vida tan corta, en solo veinte años de muy grande actividad. Mostró una fuerza de concentración capaz de derivarlo todo de principios generales, con gran coherencia en el conjunto. El influjo de su pensamiento es sobresaliente y su capacidad de síntesis extraordinaria.

         Muerto a los 49 años, Santo Tomás dio pruebas poco comunes de una prodigiosa actividad de profesor y de escritor: todas las materias filosóficas y teológicas estudiadas en su tiempo fueron tratadas por él. De las numerosas obras que dejó, unas, las cuestiones disputadas y las lecciones, representan el fruto directo de su enseñanza; las otras, Sumas, opúsculos diversos, son composiciones libres. Algunas de estas obras fueron escritas de su puño y letra, y otras solamente dictadas, algunas de las cuales no son más que simples recopilaciones.

         Al modo que las obras de Aristóteles tuvieron mala prensa, –al contrario de Platón que la tuvo muy buena–, así también le ocurrió en buena parte a Santo Tomás. Al presente cabe atribuirle unas cien obras, las que por su volumen y hondura, constituyen un trabajo verdaderamente prodigioso…

         Santo Tomás dialogó con el pasado y con su presente; penetró en las diversas formas de saber, en sus métodos y en sus contenidos; supo el modo de enfrentar la fe y la razón; la teología y la filosofía; no ignoró la posición de ningún pensador importante y de cada uno supo aprovechar lo mejor, siendo siempre consecuente con la verdad y con los principios.

         De manera particular le tocó un papel protagónico en las cuestiones más arduas de su tiempo: la incorporación de Aristóteles, que desde entonces quedó incorporado a Occidente; el enfrentamiento a los errores platónicos, que tan hechizados tenían a tantos cristianos; el derecho de los religiosos a enseñar en las universidades; el combate frontal al averroísmo latino, por resultar contrario a la verdad filosófica y revelada; realizar la síntesis del humano saber; acentuar las razones del ser cristiano de la cultura occidental; dejar un extraordinario y valiosísimo corpus theologicum y philosophicum y un modo de enfrentar la adquisición del saber…todo lo cual explica su grandeza y el inmenso interés de la Iglesia en que se siga el método de vida y pensamiento de Santo Tomás de Aquino, que en él fue tan fecundo.

     

    PLATÓN

     

     

    Nació en el seno de una familia aristocrática en Atenas.

    De joven, Platón tuvo ambiciones políticas pero se desilusionó con los gobernantes de Atenas.

    Más tarde se proclamó discípulo de Sócrates, aceptó su filosofía y su forma dialéctica de debate: la obtención de la verdad mediante preguntas, respuestas y más preguntas.

    Platón fue testigo de la muerte de Sócrates en el año 399 a.C.

     

    En el año 387 Platón fundó en Atenas la Academia, institución a menudo considerada como la primera universidad europea.

    Ofrecía un amplio plan de estudios, que incluía materias como: astronomía, biología, matemáticas, teoría política y filosofía.

    Aristóteles fue su alumno más destacado.

    Pasó los últimos años de su vida dando conferencias en la Academia y escribiendo.

    Murió próximo a los 80 años en Atenas en el año 348 o 347 a.C.

    OBRA

    Los escritos de Platón adoptaban la forma de diálogos, donde se exponían ideas filosóficas, se discutían y se criticaban en el contexto de una conversación o un debate en el que participaban dos o más personas.

    El primer grupo de escritos de Platón incluye 35 diálogos y 13 cartas.

    Primeros Diálogos

    Los diálogos se pueden dividir en tres etapas de composición.

    La primera representa el intento que hizo Platón de comunicar la filosofía y el estilo dialéctico de Sócrates. Sócrates se encuentra con alguien que dice saber mucho, manifiesta ser ignorante y pide ayuda al que afirma saber. Sin embargo, conforme Sócrates empieza a hacer preguntas, se hace patente que quien se dice sabio realmente no sabe lo que afirma saber y que Sócrates aparece como el más sabio de los dos personajes porque, por lo menos, él sabe que no sabe nada.

    Ese conocimiento, por supuesto, es el principio de la sabiduría.

    Dentro de este grupo de diálogos se encuentran:

    • Cármides (un intento por definir la templanza)
    • Lisis (una discusión sobre la amistad)
    • Laques (una búsqueda del significado del valor)
    • Protágoras (una defensa de la tesis de que la virtud es conocimiento y que es posible aprenderla)
    • Eutifrón (una consideración sobre la naturaleza de la piedad)
    • y el libro I de La República (una discusión sobre la justicia).

    Diálogos intermedios y últimos

    Los diálogos de los periodos intermedio y último de la vida de Platón reflejan su propia evolución filosófica.

    Las ideas de esas obras se atribuyen al propio Platón, aunque Sócrates sigue siendo el personaje principal en muchos diálogos.

    Los escritos del periodo intermedio abarcan los de:

    • Gorgias (una reflexión sobre distintas cuestiones éticas)
    • Menón (una discusión sobre la naturaleza del conocimiento)
    • Apología (la defensa que hizo Sócrates de sí mismo durante el juicio en el que fue acusado de ateísmo y corrupción de la juventud ateniense)
    • Crátilo (la defensa de Sócrates de la obediencia a las leyes del Estado)
    • Fedro (escena de la muerte de Sócrates, en la que discute sobre la teoría de las ideas, la naturaleza del alma y la cuestión de la inmortalidad)
    • El Banquete (destacada realización dramática de Platón que contiene varios discursos sobre la belleza y el amor)
    • y La República (máxima obra filosófica de Platón, que es una detallada discusión sobre la naturaleza de la justicia).

    Trabajos del último período

    se encuentran:

    • Teeteto (una negación de que el conocimiento tiene que ser identificado con el sentido de percepción)
    • Parménides (una evaluación crítica de la teoría de las ideas)
    • Sofista (una reflexión posterior sobre las ideas o las formas)
    • Filebo (discusión sobre la relación entre el placer y el bien)
    • Timeo (ideas de Platón sobre las ciencias naturales y la cosmología)
    • y Leyes (un análisis más práctico de las cuestiones políticas y sociales).

    PENSAMIENTO

    Platón estaba persuadido de que el conocimiento se puede alcanzar.

    También estaba convencido de dos características esenciales del conocimiento:

    • Primera, el conocimiento debe ser certero e infalible
    • Segunda, el conocimiento debe tener como objeto lo que es en verdad real en contraste con lo que lo es sólo en apariencia.

    Ya que para Platón lo que es real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de la existencia en oposición al mundo físico del devenir.

    Una consecuencia de este planteamiento fue el rechazo de Platón del empirismo, la afirmación de que todo conocimiento se deriva de la experiencia.

    Pensaba que las proposiciones derivadas de la experiencia tienen, a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los objetos de la experiencia son fenómenos cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos de la experiencia no son objetos propios del conocimiento.

    La teoría del conocimiento de Platón se expone en La República, en concreto en su discusión sobre la imagen de la línea divisible y el mito de la caverna.

    En la primera, Platón distingue entre dos niveles de saber: opinión y conocimiento.

    Las declaraciones o afirmaciones sobre el mundo físico o visible, incluyendo las observaciones y proposiciones de la ciencia, son sólo opinión.

    Algunas de estas opiniones están bien fundamentadas y otras no, pero ninguna de ellas cuenta como conocimiento verdadero.

    El punto más alto del saber es el conocimiento, porque concierne a la razón en vez de a la experiencia.

    La razón, utilizada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas racionales son los universales verdaderos, las formas eternas o sustancias que constituyen el mundo real.

    COMENTARIOS

    Además de que gracias a éste filósofo tenemos conocimientos sobre la vida y obra de Sócrates, su legado presente en los diálogos abarca temas que van desde la teoría del conocimiento, a la justicia y la amistad.

    Su radical rechazo por el empirismo científico y su mítica visión reflejada en el mito de la caverna, fue tal vez el primer paso que dió el hombre occidental en la disociación entre razón y fe, la cual era totalmente inexistente en pueblos tan cercanos a Grecia como el antiguo Egipto.

     

    CARLOS MARX

    LA DOCTRINA DE MARX

        El marxismo es el sistema de las concepciones y de la doctrina de Marx. Este continúa y corona genialmente las tres principales corrientes ideológicas del siglo XIX, que pertenecen a los tres países más avanzados de la humanidad: la filosofía clásica alemana, la economía política clásica inglesa y el socialismo francés, vinculado a las doctrinas revolucionarias france sas en general. La admirable coherencia y la integridad de sus concepciones — cualidades reconocidas incluso por sus adver sarios –, que constituyen en su conjunto el materialismo y el socialismo científicos contemporáneos como teoría y programa del movimiento obrero de todos los países civilizados del mundo, nos obligan a esbozar brevemente su concepción del mundo en general antes de exponer el contenido esencial del marxismo, o sea, la doctrina económica de Marx.

    EL MATERIALISMO FILOSOFICO

        Desde 1844-1845, años en que se formaron sus concepciones, Marx fue materialista y, especialmente, partidario de Ludwig Feuerbach, cuyos puntos débiles vio, más tarde, en la insuficiente consecuencia y amplitud de su materialismo. Para Marx, la significación histórica universal de Feuerbach, que "hizo época", residía precisamente en el hecho de haber roto en forma resuelta con el idealismo de Hegel y proclamado el materialismo, que ya "en el siglo XVIII, sobre todo en Francia, representaba la lucha, no sólo contra las instituciones políticas existentes y al mismo tiempo contra la religión y la teología, sino también [. . .] contra la metafísica en general" (entendiendo por ella toda "especulación ebria", a diferencia de la "filosofía sobria") (La Sagrada Familia, en La herencia literaria ). "Para Hegel — escribía Marx –, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real [. . .]. Para mí lo ideal no es, por el contrario, más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre." (C. Marx, El Capital

    t. I, "Palabras finales a la 2a ed."). Mostrándose plenamente de acuerdo con esta filosofía materialista de Marx, F. Engels escribía lo siguiente, al exponerla en su Anti-Dühring (véase ), obra cuyo manuscrito conoció Marx: . . . "La unidad del mundo no existe en su ser, sino en su materialidad, que ha sido demostrada [. . .] en el largo y penoso desarrollo de la filosofía y de las ciencias naturales [. . .]. El movimiento es la forma de existencia de la materia. Jamás, ni en parte alguna, ha existido ni puede existir materia sin movimiento, ni movimiento sin materia [. . .]. Pero si seguimos preguntando qué son y de dónde proceden el pensar y la conciencia, nos encontramos con que son productos del cerebro humano y con que el mismo hombre no es más que un producto de la naturaleza, que se ha desarrollado en un determinado ambiente natural y junto con éste; por donde llegamos a la conclusión lógica de que los productos del cerebro humano, que en última instancia no son tampoco más que productos de la naturaleza, no se contradicen, sino que corresponden al resto de la concatenación de la naturaleza". "Hegel era idealista, es decir, que para él las ideas de nuestra cabeza no son reflejos [Abbilder, esto es, imágenes, pero a veces Engels habla de "reproducciones"] más o menos abstractos de los objetos y fenómenos de la realidad, sino que los objetos y su desarrollo se le antojaban, por el contrario, imágenes de una idea existentes no se sabe dónde, ya antes de que existiese el mundo." En Ludwig Feuerbach [6], obra en la que Engels expone sus ideas y las de Marx sobre la filosofía de Feuerbach, y cuyo original envió a la imprenta después de revisar un antiguo manuscrito suyo y de Marx, que databa de los años 1844-1845, sobre Hegel, Feuerbach y la concepción materialista de la historia, escribe Engels: "El gran problema cardinal de toda filosofía, especialmente de la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza [. . .]. ¿Qué está primero: el espíritu o la naturaleza? [. . .] Los filósofos se dividieron en dos grandes campos, según la contestación que diesen a esta pregunta. Los que afirmaban que el espíritu estaba antes que la naturaleza y que, por lo tanto, reconocían, en última instancia, una creación del mundo bajo una u otra forma [. . .], constituyeron el campo del idealismo. Los demás, los que reputaban la naturaleza como principio fundamental, adhirieron a distintas escuelas del materialismo". Todo otro empleo de los conceptos de idealismo y materialismo (en sentido filosófico) sólo conduce a la confusión. Marx rechazaba enérgicamente, no sólo el idealismo — vinculado siempre, de un modo u otro, a la religión –, sino también los puntos de vista de Hume y Kant, tan difundidos en nuestros días, es decir, el agnosticismo, el criticismo y el positivismo en sus diferentes formas; para Marx esta clase de filosofía era una concesión "reaccionaria" al idealismo y, en el mejor de los casos, una "manera vergonzante de aceptar el materialismo bajo cuerda y renegar de él públicamente". Sobre esto puede consultarse, además de las obras ya citadas de Engels y Marx, la carta de este último a Engels, fechada el 12 de diciembre de 1868, en la que habla de unas manifestaciones del célebre naturalista T. Huxley. En ella, a la vez que hace notar que Huxley se muestra "más materialista" que de ordinario, y reconoce que "si observamos y pensamos realmente, nunca podemos salirnos del materialismo", Marx le reprocha que deje abierto un "portillo" al agnosticismo, a la filosofía de Hume. En particular debemos destacar la concepción de Marx acerca de las relaciones entre la libertad y la necesidad: "La necesidad sólo es ciega en cuanto no se la comprende. La libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad" (Engels, Anti-Dühring ) = reconocimiento de la sujeción objetiva de la naturaleza a leyes y de latrasformación dialéctica de la necesidad en libertad (a la par que de la trasformación de la "cosa en sí" no conocida aún, pero cognoscible, en "cosa para nosotros", de la "esencia de las cosas" en "fenómenos"). El defecto fundamental del "viejo" materialismo, incluido el de Feuerbach (y con mayor razón aún el del materialismo "vulgar" de Buchner, Vogt y Moleschott) consistía, según Marx y Engels, en lo siguiente: 1) en que este materialismo era "predominantemente mecanicista" y no tenía en cuenta los últimos progresos de la química y de la biología (a los que habría que agregar en nuestros días los de la teoría eléctrica de la materia); 2) en que el viejo materialismo no era histórico ni dialéctico (sino metafísico, en el sentido de antidialéctico) y no mantenía consecuentemente ni en todos sus aspectos el punto de vista del desarrollo; 3) en que concebían "la esencia del hombre" en forma abstracta, y no como el "conjunto de las relaciones sociales" (históricamente concretas y determinadas), por cuya razón se limitaban a "explicar" el mundo cuando en realidad se trata de "trasformar lo"; es decir, en que no comprendían la importancia de la "actividad práctica revolucionaria".

    LA DIALECTICA

        La dialéctica hegeliana, o sea, la doctrina más multilateral, más rica en contenido y más profunda del desarrollo, era para Marx y Engels la mayor conquista de la filosofía clásica alemana. Toda otra formulación del principio del desarrollo, de la evolución, les parecía unilateral y pobre, deformadora y mutiladora de la verdadera marcha del desarrollo en la naturaleza y en la sociedad (marcha que a menudo se efectúa a través de saltos, cataclismos y revoluciones). "Marx y yo fuimos casi los únicos que nos planteamos la tarea de salvar [del descalabro del idealismo, incluido el hegelianismo] la dialéctica conciente para traerla a la concepción materialista de la naturaleza." "La naturaleza es la confirmación de la dialéctica, y precisamente son las modernas ciencias naturales las que nos han brindado un extraordinario acervo de datos [¡y esto fue escrito antes de que se descubriera el radio, los electrones, la trasformación de los elementos, etc.!] y enriquecido cada día que pasa, demostrando con ello que la naturaleza se mueve, en última instancia, dialéctica, y no metafísicamente."

        "La gran idea fundamental — escribe Engels — de que el mundo no se compone de un conjunto de objetos terminados y acabados, sino que representa en sí un conjunto de procesos, en el que las cosas que parecen inmutables, al igual que sus imágenes mentales en nuestro cerebro, es decir, los conceptos, se hallan sujetos a un continuo cambio, a un proceso de nacimiento y muerte; esta gran idea fundamental se encuentra ya tan arraigada desde Hegel en la conciencia común, que apenas habrá alguien que la discuta en su forma general. Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra aplicarla en cada caso particular y en cada campo de investigación." "Para la filosofía dialéctica no existe nada establecido de una vez para siempre, nada absoluto, consagrado.; en todo ve lo que hay de perecedero, y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del aparecer y desaparecer, del infinito movimiento ascensional de lo inferior a lo superior. Y esta misma filosofía es un mero reflejo de ese proceso en el cerebro pensante." Así, pues, la dialéctica es, según Marx, "la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento humano".

        Este aspecto revolucionario de la filosofía hegeliana es el que Marx recoge y desarrolla. El materialismo dialéctico "no necesita de ninguna filosofía situada por encima de las demás ciencias". De la filosofía anterior queda en pie "la teoría del pensamiento y sus leyes, es decir, la lógica formal y la dialéctica". Y la dialéctica, tal como la concibe Marx, y también según Hegel, abarca lo que hoy se llama teoría del conocimiento o gnoseología, ciencia que debe enfocar también su objeto desde un punto de vista histórico, investigando y generalizando los orígenes y el desarrollo del conocimiento, y el paso de la falta de conocimiento al conocimiento.

        En nuestro tiempo, la idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado casi en su integridad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y Engels, apoyándose en Hegel, es mucho más completa, mucho más rica en contenido que la teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que, al parecer, repite etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta ("negación de la negación"), un desarrollo, por decirlo así, en espiral y no en línea recta; un desarrollo que se opera en forma de saltos, a través de cataclismos y revoluciones, que significan "interrupciones de la gradualidad"; un desarrollo que es trasformación de la cantidad en calidad, impulsos internos de desarrollo originados por la contradicción, por el choque de las diversas fuerzas y tendencias, que actúan sobre determinado cuerpo, o dentro de los límites de un fenómeno dado o en el seno de una sociedad dada; interdependencia íntima e indisoluble concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particularidad de que la historia pone constantemente al descubierto nuevos aspectos), concatenación que ofrece un proceso de movimiento único, universal y sujeto a leyes; tales son algunos rasgos de la dialéctica, teoría mucho más empapada de contenido que la (habitual) doctrina de la evolución. (Véase la carta de Marx a Engels del 8 de enero de 1868, en la que se mofa de las "rígidas tricotomías" de Stein, que sería ridículo confundir con la dialéctica materialista.)

     

    EMMANUEL KANT

    Emmanuel Kant Königsberg 22-4-1724 – Königsberg 12-2-1804 Filósofo Alemania

     

    Educado en el Collegium Fredericianum de su ciudad natal, estudió especialmente a los clásicos. Continuó su formación en la Universidad de Königsberg, interesándose por la física y las matemáticas. El fallecimiento de su padre motivará su abandono de la Universidad, estableciéndose como tutor privado. Gracias a la ayuda de un buen amigo, en 1755 volvió a la Universidad para concluir sus estudios y obtener el Doctorado. Inició su carrera docente e impartió conferencias hasta que en 1770 obtuvo una cátedra de lógica y metafísica. Sus 27 años como catedrático sirvieron para extender sus conocimientos y atraer a un importante número de estudiantes hacia Königsberg. Sin embargo, la heterodoxa enseñanza religiosa que impartía motivó que en 1792 el rey Federico Guillermo II de Prusia le prohibiera impartir clases o escribir acerca de asuntos religiosos. El fallecimiento del monarca, cinco años después, será para el filósofo una liberación, ya que le permitirá continuar con su docencia y su actividad literaria. La filosofía de Kant es una de las más importantes en la historia filosófica occidental tanto por la originalidad y profundidad de sus planteamientos como por la influencia de su pensamiento en los filósofos posteriores. Trata de resolver las discrepancias entre el empirismo escéptico, el racionalismo dogmático y el moralismo de ingleses y franceses. A partir de sus más importantes escritos -"Crítica de la razón pura" (1781) y "Crítica de la razón práctica" (1788)- desarrolló el Criticismo, actitud filosófica revolucionaria que transforma la solución de los problemas del conocer en condiciones previas al planteamiento de los problemas del ser. Su filosofía estudia, fundamentalmente, las condiciones de validez del conocimiento mismo; y si bien fundamentó el conocimiento científico, mostró las ilusiones de la razón especulativa y metafísica. Asignó una función moral y práctica a las grandes ideas de la razón al tiempo que estableció el hecho absoluto de la ley moral e hizo del deber un concepto básico de su ética. Interpretó la inmortalidad del alma, la libertad y la realidad divina como las condiciones de realización de la moralidad en el mundo. En resumen, trata de confirmar la validez objetiva del conocimiento defendida por el racionalismo, pero limitando esa validez al mundo de los fenómenos, aceptando, de esta manera, del empirismo defendido por Hume, la subjetividad del conocimiento. Kant también escribió diversos tratados sobre materias científicas, especialmente las vinculadas a la geografía física. Así destaca la "Historia universal de la naturaleza y teoría del cielo" publicada en 1755, donde anticiparía la hipótesis de la formación del Universo, teniendo como génesis una nebulosa originaria, hipótesis que posteriormente sería desarrollada por Pierre de Laplace. Entre otros obras de Kant encontramos "Principios metafísicos de la filosofía natural", "Prolegómenos a toda metafísica futura", "La religión dentro de los límites de la razón pura" y "Crítica del juicio". Las principales corrientes filosóficas de los siglos XIX y XX serán deudoras del pensamiento de Kant, especialmente en el idealismo alemán defendido por Schelling, Fichte y Hegel.

     

    ARISTÓTELES

    "Un Estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes.".Aristóteles.

     

    Nacido en Estagira (hoy Savros), hijo de Nicómaco, médico del rey de Macedonia.

    Aristóteles fué alumno de Platón en la Academia hasta la muerte de su maestro.

    Se hace tutor de Alejandro Magno y contrario a las ideas de Platón, sienta las bases del pensamiento científico.

    Propuso una serie de conceptos que representan las propiedades comunes de cualquier grupo de objetos reales.

    Los conceptos, a diferencia de las ideas de Platón, no tienen existencia fuera de los objetos que representan.

    La definición aristotélica de forma= una distinguible propiedad de la materia, pero con una existencia independiente de la de los objetos en los que se encuentra.

     

    Al describir el universo material, Aristóteles afirmó que consiste en los cuatro elementos

    • fuego
    • aire
    • tierra
    • agua

    más un quinto elemento que existe en todas partes y es el único constitutivo de todos los cuerpos celestiales.

    En los escritos de Platón y Aristóteles las tendencias dominantes de idealismo y materialismo en la filosofía griega alcanzaron, en uno u otro caso, su más alta expresión, dando lugar a un cuerpo de pensamiento que sigue ejerciendo una fuerte influencia sobre la investigación filosófica.

    La filosofía griega posterior, que refleja un periodo histórico de agitación civil y de inseguridad individual, se preocupó menos por la naturaleza del mundo que por los problemas individuales.

    Durante ese periodo surgieron cuatro grandes escuelas filosóficas, en gran parte materialistas e individualistas:

    • la de los cínicos
    • epicuros
    • escepticos
    • y estoicos.

    COMENTARIOS

    Prohibidos durante la edad media sus principios lógicos y científicos, conforman en gran medida la cosmovisión racionalista del hombre moderno.

    Tal vez una nueva filosofía en nuestro siglo, pudiese integrar sus antítesis empiristas con las tesis míticas de Platón, creando una nueva síntesis que refleje más fielmente la amplitud del pensamiento y la imensidad del ser humano.

     

     

     

     

    Autor:

    Jorge Sastré bastiantaylor[arroba]hotmail.com