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Analogía del ser

Enviado por Cristóbal Vega Prado


Partes: 1, 2

    1. Analogía en general
    2. División
    3. Analogía del acto

    I.- Analogía en general

    La palabra "analogía" proviene de la palabra griega a n a l o g i a compuesta de la partícula a n a = reiteración – comparación; y de la palabra l o g i a = logos, palabra, razón. De esta manera "analogía" significa comparación o relación entre varias razones o conceptos.

    Los latinos, a su vez, tradujeron la palabra analogía por proportio = proporción. Santo Tomás escribe al respecto: "La proporcionalidad no es otra cosa que la igualdad de proporciones, o sea, que esto respecto de esto tiene una proporción igual a la de aquello respecto de aquello; la proporción por su parte no es otra cosa que la relación de una cantidad a otra ( In V Ethic., lect. 5. N. 939).

    En el sentido usual, común, la palabra analogía equivale a semejanza. Pero la semejanza entraña no solo la relación de conveniencia entre las cosas que se dicen semejantes sino también disparidad o diferencia, es decir, se le llama semejante porque además de tener algo en común tienen algo en que difieren. Y esto es propio de la analogía: las cosas análogas coinciden en parte y en parte discrepan (cf. Seminario de Santo Tomás, apuntes de clase).

    Semejanza es diferente de identidad e igualdad. En este sentido Santo Tomás aclara que "Lo idéntico es lo uno en la sustancia, la igualdad, lo uno en la cantidad y lo semejante lo uno en la cualidad" (In IV Met,. Lect. 2, n 561) de esta manera la unidad entraña semejanza pero no igualdad, por lo que la analogía es aquel tipo de predicación (predicado) en la que un nombre común se toma según significaciones semejantes, es decir, en parte iguales y en parte diferentes ocupando un lugar intermedio entre la univocidad y la equivocidad.

    Decimos que es la parte intermedia porque conviene con la univocidad en la unidad del nombre y en la semejanza de las significaciones ligadas a dicho nombre; pero difiere en cuanto no se trata de una semejanza perfecta (igualdad), sino de una semejanza imperfecta (desigual). Mientras que conviene con la equivocidad en la unidad del nombre y en las desemejanza de las significaciones ligadas a él; pero a su vez difiere a razón de tratarse de una desemejanza parcial, no total.

    Por lo dicho anteriormente la analogía se centra en la significación de los nombres. Esta significación se puede tomar de dos maneras: en sentido real y en sentido lógico. La significación real apunta a la cosa por el acto de existir dotada de realidad, es una esencia o una forma que existe en la realidad representada por un concepto formal – todo lo que es -. Mientras que el aspecto lógico apunta a la representación que logramos formarnos de la cosa; partiendo de que es real, pero subjetivo; y como representación es algo ideal o lógico pero como objeto del sujeto que la piensa y le otorga ciertas propiedades como la abstracción la universalidad, etc.

    II.- División.

    De esta manera nos enfrentamos a las clases de analogía que se dan a partir de la significación. En primer lugar se encuentra la analogía de atribución dada entre dos términos comparados entre sí, una forma con otra. Pero puede ser que la forma significada se encuentre solamente en uno de los sujetos a los que se aplica el nombre, y que se llama primer analogado y a los otros que tienen cierta relación con éste se les llame analogados secundarios. Estos últimos establecen su relación con orden de prioridad y posterioridad.

    Un ejemplo, la palabra "militar" se aplica propiamente a las personas que son entrenadas para la guerra o situaciones de conflicto; pero también es aplicada a los uniformes, armas, edificios, etc. sin que estas cosas posean el oficio por si mismas, pero se relacionan con las personas que las poseen. Este tipo de analogía es llamado de atribución extrínseca. Santo Tomás la denomina "según la intención y no según el ser" (Cf. Garcia López Jesús, Estudios de Metafísica Tomista, p. 50)

    Pero también puede suceder que la forma significada pueda aplicarse a todos los sujetos partiendo de uno que es el principal. Por ejemplo, el bien se aplica principalmente al fin, que es el bien por excelencia y al que las personas tienden, pero este se aplica secundariamente a los medios que llevan a su realización puesto que se apetecen en orden al fin. Esta analogía es llamada de atribución intrínseca. Santo Tomás la llama "según la intención y según el ser" (Ibídem).

    En un segundo lugar se encuentra la analogía de proporcionalidad que puede ser de dos modos: la proporcionalidad propia y la metafórica. La proporcionalidad propia es la semejanza de dos o más relaciones o proporciones; por ejemplo, cuando la relación de conocimiento que hay entre los sentidos y los objetos sensibles es semejante a la que hay entre el entendimiento y los objetos inteligibles; y en ambos casos el nombre de "conocimiento" puede ser aplicado. Santo Tomás dice:

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