Matemática en la Segunda Guerra Mundial: Más que balas y bombas

2. Tesis del ensayo
3. Posible antitesis
4. La criptografía
5. Enigma, arma lógica
6. El fuego lógico, y la "realización" de la matemática
7. Alan Turing y "la bomba" matemática
8. Consideraciones finales y conclusión
9. Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN

1- La Segunda Guerra Mundial fue sin duda el conflicto armado más sangriento sucedido en la historia, mostrando a su término una cifra de víctimas mortales absolutamente alarmante y sin precedentes de aproximadamente 52 millones de personas, de las cuales el 52% constaba de militares combatientes, y el 48% restante de civiles, en contraposición con la considerablemente menor cifra de 9.8 millones que murieron en la Primera Guerra Mundial. El lector que no conozca la historia de estas dos guerras, se preguntará sin duda cuál podrá ser la razón de este aumento tan increíble en el número de víctimas, en dos guerras que no tuvieron más de cincuenta años de diferencia. En este ensayo, en primera medida, les diré que las matemáticas fueron en gran parte responsables de tanta destrucción, pero en igual medida de que se acabara la guerra más rápidamente de lo previsto.

2. TESIS DEL ENSAYO

2- Al hablar de matemáticas, ¿qué es lo que posiblemente pensará el lector de forma intuitiva? Sin lugar a dudas pensará en las armas, en las bombas, las grandes fragatas de guerra, los portaviones, aviones, tanques, etc. Es claro que para lograr estas labores de ingeniería militar fue necesario utilizar cálculos matemáticos avanzados, por lo que podría afirmarse que la importancia de las matemáticas en este guerra empezó y terminó con la "construcción de la destrucción", en la medida en que todas las invenciones creadas durante el tiempo tuvieron el fin de dañar al enemigo en la mayor escala posible. Sin embargo, este ensayo les mostrará a estas personas que la matemática en la Segunda Guerra Mundial no se quedó en la aplicación de fórmulas y cálculos para la ingeniería bélica, sino que tuvo que ver con las estrategias militares, sin las cuales las mejores armas no funcionarían, tal como sucede en un equipo de fútbol cuando se tienen los mejores jugadores, pero no se tiene a un buen director técnico que los ponga a explotar sus capacidades al máximo.