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El Perú en el siglo XIX (página 2)


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CAPÍTULO I

ASPECTO ADMINISTRATIVO Y ECONÓMICO DEL VIRREINATO DEL PERÚ SU SITUACIÓN DESPUÉS DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

  1. En América el Estado (aunque teóricamente era el reflejo del imperio metropolitano) para los efectos prácticos del régimen administrativo y social, funcionó a través de diversas áreas que podrían ser llamadas "Comunidades Intermedias" ubicadas entre la metrópoli y la vida local. Dichas Comunidades Intermedias ensambláronse en las regiones de más alta tradición indígena –México y Perú- dentro de los virreinatos; y en las Capitanías generales. Así se fueron desarrollando en el seno mismo de esas áreas de organización colonial difusos gérmenes de entidades estatales con proyecciones diversas sobre la población de sus áreas. Su elemento aglutinante estuvo en la demarcación trazada en América por el Imperio español, dentro de la heterogénea nacionalidad hispanoamericana-indígena-mestiza-negroide.

    La República del Perú fue la heredera del Virreinato del Perú.

  2. LAS COMUNIDADES INTERMEDIAS ENTRE LA METRÓPOLI ESPAÑOLA Y EL IMPERIO ULTRAMARINO

    1. ASPECTO ADMINISTRATIVO
  3. VIRREINATO DEL PERÚ
    1. REY: Autocrático, teocrático y despótico.
  1. EN ESPAÑA

b) EL CONSEJO DE INDIAS

Organismo creado especialmente para el gobierno de las colonias: en orden legislativo; proponía las leyes, Reales Cédulas y Reales Órdenes para el gobierno de las colonias; en el orden ejecutivo; proponía el rey todas las autoridades de la colonia; en el orden judicial; era el máximo organismo de administración de justicia del virreinato. Finalmente se encargaba de la organización y dotación militar para la colonia.

  1. LA CASA DE CONTRATACIÓN DE SEVILLA

Organismo creado específicamente para la administración económica del virreinato, especialmente en:

  • el control del monopolio comercial.
  • El control y traslado de los cargamentos de oro y plata entre la colonia y España.
  • La administración del sistema de tributación de la colonia.
  • La formación de marinos y mercantes para el comercio con la colonia.

B. EN AMÉRICA

a) EL VIRREY:

El representante del rey en la colonia; tenía los máximos poderes, político, administrativo, militar, religioso, etc. Al final de su gobierno era sometido a una investigación con el llamado "Juicio de Residencia".

b) LA REAL AUDIENCIA

Máximo organismo de administración de justicia presidida por el Virrey. Estuvo compuesta por ocho oidores y un vocal.

c) LA ENCOMIENDA

Era la administración de determinada área geográfica y número de indios a favor de los conquistadores españoles. Formalmente era para dar educación y religión a los indios; realmente les permitió a los encomenderos el control de los indios, el pago de los impuestos y la organización del trabajo gratuito.

d) EL CORREGIMIENTO

Pretendió corregir los abusos del encomendero, sin embargo se transformó en su peor explotado y exterminado, por lo que fue la causa principal del movimiento emancipador.

e) LAS INTENDENCIAS

Creadas en reemplazo de los corregimientos después de Túpac Amaru II. El virreinato peruano estuvo constituido por ocho intendencias:

  • Tarma
  • Trujillo
  • Lima
  • Huamanga
  • Huancavelica
  • Cuzco
  • Puno
  • Arequipa

d) LOS CABILDOS

O gobierno de las ciudades; se encargaron de su abastecimiento, su ornato, su planificación, etc. Compuesta por regidores. De sus asambleas públicas o cabildos abiertos se van ha originar los primeros movimientos libertarios.

  1. ASPECTO ECONÓMICO

Fue una economía dominante, colonial, en donde todos los beneficios fueron par ala corona española y la nobleza. Le dieron el carácter "exclusivista" al establecer el monopolio comercial, es decir, la obligación de los habitantes de la colonia de sólo comercializar con España.

Este monopolio comercial fracasó rápidamente por dos motivos:

  • Que España no se preocupó de su artesanía e industria lo que significó que España tuvo que vender a sus colonias productos ingleses, holandeses, franceses, etc. beneficiando a estas otras naciones europeas.
  • La aparición del comercio ilícito o contrabando, el cual se filtró a través de las extensas fronteras del virreinato. Pese a que España autorizó el navío de Registro, el Navío de Permiso, finalmente tuvo que ceder declarando el Libre Comercio.

La otra gran preocupación económica es la ejecución del mercantilismo, por lo que trataron de organizar y asegurar el traslado del oro y la plata a España mediante los convoyes o galeones. Igualmente, la poca preocupación marítima y la mala administración española, permitieron que los ladrones de mar (corsarios, al servicio de otras coronas europeas, y piratas, por cuenta propia) puedan asaltarlos en altamar y llevarse la mayor cantidad de oro y plata. La más beneficiada en el trabajo de los bucaneros fue Inglaterra.

En conclusión, España, que se propuso y pudo constituirse en la nación más poderosa por la explotación de sus colonias, resultó en la práctica la más empobrecida por los motivos explicados. El estado español con la finalidad de afianzar su poder y de asegurar el manejo económico impuso adicionalmente una serie de tributos a los habitantes de sus colonias.

    1. INTRODUCCIÓN: LOS ESTADOS UNIDOS DEL NORTE Y LOS ESTADOS DESUNIDOS DEL SUR
  1. SITUACIÓN DEL PERÚ DESPUÉS DE LA "INDEPENDENCIA"

"Las colonias inglesas de América, dirigidas por protestantes, enemigos de la jerarquía eclesiástica y secular, fueron, al emanciparse, a la unidad política, o sea a los Estados Unidos. En cambio, las colonias españolas de América, gobernadas directamente por la monarquía e imbuidas durante siglos en los principios político-religiosos de ella, se sumieron en la dispersión, o sea formaron los Estados desunidos".

Y es que esta misma forma de gobierno hizo que se formen bastos núcleos de población, con hondos intereses y poderosas fuerzas colectivas en el gran territorio colonial.

Este aislamiento, entre sí, de las colonias españolas-americanas se debió a factores como:

  • La misma amplitud y extensión de las colonias.
  • Las altas cordilleras, los esparcidos desiertos y la inmensa selva como barreras y obstáculos que dificultan las comunicaciones.
  • Las colonias española-americanas, en el siglo XIX, casi no comerciaron entre sí, cada uno de ellos exportó sus materias primas y dependió del extranjero para obtener capitales y artículos manufacturados. Ellos fue, sin duda, otro factor favorable a su aislamiento.
  1. La República, que empezó en el Perú como reacción contra el monarquismo de un argentino, San Martín, hubo de estar en manos de un colombiano, Bolívar, al finalizar la guerra.

    El Perú que había sido el país más prominente de América del Sur antes de la llegada de los españoles tuvo en el siglo XIX, el más infortunado de su maravillosa historia. El precio de la intervención colombiana en la guerra de la independencia fue la separación del Alto Perú, la pérdida de Guayaquil, la guerra de 1829 que, a su vez, significó el primer contraste militar y amenaza sobre Tumbes, Jaén y Maynas. Como consecuencia de ello, el Perú entró en constantes rozamientos con el Alto Perú, convertido en Bolivia. Sólo después de 1842, se liberó la secuela de dificultades derivadas de la guerra emancipadora.

    Con esto no se pretende negar u opacar, el valor o la importancia de todos los que prominentes o humildes, en el campo o en la ciudad, en salones, cuarteles, aulas, plazas o mazmorras, lucharon por la independencia peruana desde el siglo XVIII. Lista heroica que ya en 1780 y en 1805, varios años antes que otras partes de América, es escrita con sangre.

    Se trata únicamente de señalar el rumbo general de los acontecimientos, muchas veces impermeable a la acción de los individuos.

  2. LA INICIACIÓN DE LA REPÚBLICA

    El país se caracterizó por una organización administrativa formalista, en la que los ropajes republicanos cubrían a veces la realidad de la tradición colonial. En la vida burocrática había insipiencia. En 1828 el Presidente de la República tuvo cuatro edecanes y dos capellanes. Los Ministerios eras tres: Gobierno y Relaciones Exteriores, con once empleados; Guerra y Marina con trece y Hacienda con doce.

    El Perú había enviado entonces representación diplomática a Colombia, Chile, Brasil y Argentina, un agente de negocios ante Inglaterra y un Cónsul a Panamá. Había, en cambio, ministro chileno; encargado de negocios y vicecónsul de Estados Unidos, más sendos cónsules de ese país en Islay y Anca y vicecónsul en La Libertad; cónsul inglés en Lima y vicecónsul en Arequipa, y en la capital cónsules de los Países Bajos, Francia y Argentina.

    El congreso contaba con ocho empleados. La Corte Suprema se componía del Presidente, ocho vocales, dos fiscales y el relator con trece empleados. El gobierno interior del departamento de Lima, estaba constituido por la Prefectura, la Intendencia de Policía, los inspectores de cuarteles, los comisarios conservadores del orden en los valles de la circunferencia de la capital y un escuadrón de Dragones de Policía con tres compañías, dos a caballo, cada una con cien hombres y una infantería con ochenta.

    Las dependencias de carácter fiscal incluían la Contaduría General de Contribuciones, la Contaduría General de Valores, la Junta de Liquidación, la Tesorería general, la Casa de la Moneda, la Aduana y la Caja de Administración.

    La Universidad de San Marcos no funcionaba pero tenía Rector, Cancelario, Vice-Rector, Conciliario Mayor, Conciliarios Menores y catedráticos de distintas materias, aparte de las que correspondían a las órdenes religiosas. Las pocas cátedras del Convictorio de San Carlos, no más de seis, servían a ochenta colegiales. En el colegio de la Independencia de Arequipa había doce cátedras.

    El clero reconocía como autoridad máxima al Deán Vicario Capitular de la Iglesia Metropolitana. Funcionaban el Cabildo Eclesiástico, la Curia Eclesiástica, los curatos, las capellanías de monasterios y beaterios, el Seminario. Los conventos, monasterios, beaterios sufrían las consecuencias de las guerras, las leyes y decretos regalistas y de las circunstancias económicas y sociales. Habían cinco Obispados: Cuzco, Arequipa, La Libertad, Ayacucho y Maynas.

    Dentro del escalafón militar figuraban cinco grandes mariscales, 8 generales de división y 20 de brigada. Los juzgados militares entendían los asuntos propios de su desarrollado fuero. El ejército estaba dividido en las divisiones del sur y del norte. Los cuerpos de infantería, nominalmente con mil doscientas plazas cada uno, eran: Ayacucho 1 y 2, Pichincha 3 y 4, Callao 5 y 6, Zepita 7, 8 y 9. La caballería se componía de los Húsares de Junín, los Lanceros del Callao (antes Dragones del Callao) los Lanceros del Cuzco, los Dragones de Arequipa y los Dragones de Policía. A parte de estas fuerzas estaban los cuerpos cívicos.

    Gobernaban la Armada, un Vicealmirante (Guise), la Comandancia General de Marina, la Comisaría General. Había arsenal, capitanías de puerto y escuela central. La lista de los buques de guerra se reducía a los siguientes: la fragata Presidente con 52 cañones, la corbeta Libertad con 22 cañones, el bergantín Congreso con 20, la goleta Arequipeña 16 y la goleta Peruviana con 1. Para el trasporte estaba la fragata Monteagudo. Desarmada aparecía la corbeta de guerra Limeña con 20 cañones. La infantería de Marina constaba de dos compañías con doscientas plazas.

  3. ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA
  4. LA DESARTICULADA ESTRUCTURA ECONÓMICA

El Virreinato del Perú se empobreció notablemente durante la guerra de la independencia. La lucha a la que estuvo obligado primero en Chile, el Alto Perú, el norte de Argentina y Quito le arrancó dinero, hombres, materiales. Las donaciones, cupos y otras cargas trajeron consigo múltiples exacciones. El desembarco de la expedición libertadora de San Martín dio lugar a que el comercio exterior quedara anulado; y en el interior, los reclutamiento de soldados, los empréstitos, forzados o no, las depredaciones y la inseguridad arruinaron a la agricultura, la minería y las industrias. La guerra duró cuatro largos años. Lima fue ocupada y desocupada varias veces por los ejércitos enemigos. En el norte, para preparar la campaña final, se tomó hasta las joyas de las iglesias; el hierro de las ventanas de rejas y los clavos de las casa particulares. Los españoles convirtieron el sur en su bastión, en su almacén y en su granero.

Uno de los testimonios más elocuentes y menos conocidos acerca de esta situación, fue el del marino norteamericano Hiram Paulding, que estuvo en el Callao en la fragata United States en mayo de 1824 y viajó hasta Huaraz con despachos para Bolívar. Paulding en su opúsculo Bolívar in his camp (Nueva Cork 1834) recuerda lo que era Lima cuando visitó esta ciudad antes y lo que vio en 1824: "el invariable clima del Perú había dado paso a la impetuosa furia de un tornado, desolando toda la faz de la naturaleza en su indómita carrera; las lindas ciudades y bellos campos del valle del Rímac no habían presentado tal estado ruinoso hasta la llegada de la revolución.. Ocupada alternativamente por realistas y patriotas, todo lo que escapaba de manos de uno pasaba a manos de otro. Los moradores que no habían huido por temor, eran sacados por la violencia de sus casas y consignados en prisión. Sus caballos, su ganado y el fruto de sus tierras eran, sin excepción, botín de guerra. Las ciudades y haciendas ocupadas por la soldadesca, mostraban, a menudo escenas del más desesperado saqueo entre los partidos litigantes, de tal manera que en dos o tres años, la ruina y devastación usurparon el lugar donde anteriormente podía encontrarse todo lo necesario para atender la comodidad y el lujo de sus malhadados habitantes. Con el peculiar desenfreno producido por la amarga hostilidad inspirada en la guerra civil, los más escogidos productos y las mejores obras de arte eran implacablemente arrebatados a sus dueños. Cuando la ciudad de Roma fue conquistada, saqueada y esclavizada, no presentó huellas tan brutales de ignorancia y crueldad".

Lima pasó por una tremenda prueba, pero en mejores circunstancias que el resto del país, no obstante que en el curso de los sucesos fuera víctima de una cantidad de calamidades. La sociedad fue arrasada hasta sus cimientos. El destierro, el decomiso de bienes y los empréstitos forzados, convirtieron a los adinerados en pobres familias. La vajilla, el mobiliario y realmente todo lo aprovechable, fue sacrificado en aras de la subsistencia; y, muchas veces, sus espléndidas casas eran ocupadas por los mismos soldados. Toda clase de renta fue cortada. Lo que quedó del comercio estaba en manos de extranjeros quienes, algo protegidos por su neutralidad, sacaban partido de los desmanes de la época. Tal era, realmente, el estado de las cosas y casi ningún cambo podía realizarse para mejorar la situación.

Unanue, en su memoria cómo Ministro de Hacienda en1825, pudo hablar de que si no hay Tesorero Público sin ingresos, ellos "de necesidad deben faltar en un país en el que ha desaparecido la agricultura y en donde la minería, principal fondo de él, está derrumbada y el comercio de la capital sin puerto y sin numerario". Y José de Morales y Ugalde presentaba el siguiente cuadro de su memoria, como ministro de hacienda en 1827: "Millares de hombres arrancados de sus hogares e incorporados a las filas de la opresión hacían falta en los campos, en la marina, en los talleres y en las labores de nuestras productivas montañas. Los ahorros que en la economía de tres siglos y en medio de zozobras habían reservado los peruanos los perdieron a fuerza de exacciones y contribuciones las más violentas. Este era el estado de los pueblos que aún lloraban su esclavitud a fines del año 24: el de los que entonaban cánticos a la libertad no era menos triste y aun me atrevo a asegurar, era el más lastimoso".

La situación existente entonces queda evidenciada en hechos incontrovertibles. Tres veces los españoles, en el curso de la contienda, arruinaron las máquinas y lleváronse los instrumentos de la Casa de la Moneda. El asiento principal de la minería, la de Pasco, fue hasta cuatro veces asolado entre 1821 y 1824, destrozándose las máquinas de desagüe.

El orden y la seguridad que la agricultura, la minería y el comercio reclaman para florecer, faltaron a partir de 1820. El desgobierno, las campañas llevadas de uno a otro confín del territorio, los motines, las montoneras y los bandidos crearon condiciones adversas para el fomento material y social. No se ha hecho el cálculo de la riqueza que fue entonces destruida y que incluía vidas humanas, ganados, viviendas, herramientas e instalaciones. Se rompió el espíritu de trabajo y de orden y floreció la holgazanería en el campo y en la guerra y la supresión de las mitas, hicieron sentir sus efectos en el atraso de la técnica y la falta de herramientas.

A pesar de todas la dificultades, la condición orgánicamente saludable del país, por debajo de las huellas de la guerra y no obstante las angustias de la agricultura y la minería, pudo ser comprobada cuando todas las necesidades de la administración pública, incluso los gastos de largo asedio del Callao y otros extraordinarios, vinieron a llenarse en la época del Consejo de Gobierno en 1826, con sólo las entradas naturales de los departamentos de Lima, La Libertad, y Junín, sin haber acudido a empréstitos o contribuciones y, antes bien, habiendo disminuido las ya existentes.

CAPÍTULO II

LA ERA DEL GUANO, ÉPOCA DE LA FALAZ PROSPERIDAD

  1. Como ya hemos afirmado, luego de la independencia desde 1825 a1840 la economía mostraba signos de un evidente estancamiento y los peruanos vivían en medio de una subsistencia mediocre. No era posible la formación de capital ni había ahorro bancario; tampoco existía el crédito interno – solo el préstamo usurero de algunos comerciantes – y el externo estaba bloqueado al no contar el país con garantías para solicitarlo. En medio de este oscuro panorama, aparece el guano de las islas como un recurso exportable a Europa y Norteamérica que sufrían las consecuencias de la explosión demográfica en pleno siglo de revolución industrial. Era preciso en el Viejo mundo incrementar la producción agrícola para una población que ya llegaba en 1850 a los 266 millones de habitantes. A partir de 1879, el Perú exportó entre 11 y 12 millones de toneladas de guano que generaron una ganancia de 750 millones de pesos de ellos el estado recibió como propietario del recurso el 60% es decir una masa de dinero considerable como para convertirse a través de inversiones productivas en el principal agente de desarrollo nacional . De otro lado para medir la importancia del guano en la economía peruana debemos decir que cuando Ramón Castilla estableció el primer presupuesto para el bienio (1846-1847) , la venta del abono representaba el 5% de los ingresos nacionales ; años mas tarde entre 1869-1875 el guano contribuía en un 80% al presupuesto nacional. El estado podía entonces recuperar el crédito externo con la garantía del guano y profundizar sus inversiones. No es complicado deducir pues que la historia política social y económica del Peru giraba, hasta 1879 en lo que podía rendir el guano.

    De otro lado, para la economía del siglo XIX, recientes investigaciones demuestran la existencia de tres lógicas regionales que se distinguían por su alto grado de autonomía y que descansaban en la explotación de distintos productos que las vinculaban con mercados extrarregionales ; Lima y la costa centra (articuladas a partir de la explotación del guano y el desarrollo de la agricultura de exportación principalmente azúcar y algodón ) la sierra central (plata, ganadería, altoandina y luego subsidiariamente el agua ardiente de caña en los valles selváticos contiguos); y el sur andino ( las lanas y las fibras de los camélidos andinos). Y como las investigaciones sobre la región norteña (Piura, Tumbes y Cajamarca) son aun muy escasas no es posible intentar por ahora la elaboración de una visión de conjunto movimiento de la economía peruana a lo largo del siglo XIX.

  2. INTRODUCCIÓN

    Durante mucho tiempo hasta más o menos el año 750 a.c. la lluvia debió lavar el guano y la costa peruana ofreció características tropicales. Después de esa fecha aproximada, la colonización de islas de Chincha y de otras por las aves debe haberse iniciado entre los siglos VII y VI a.c. Ya no borrado de las rocas sino adherido a ellas. Los iniciadores de esta obra debieron ser los alcatraces que toleraron con más facilidad que sus colegas el clima tropicalizado. Los guanajes anidaron en la pampa encima de la roca viva, después de que piqueros, pingüinos y patoyuncos taladraron las galerías en este material firme pero blando. El aumento de su número fue explosivo pero vinieron los contratistas y los obreros en el laboreo del abono olvidaron todo respecto a al necesidad de no perturbar a los guanajes durante la anidación y la cría de polluelos y pichones, en violación del decreto que será dictado después.

    Según cálculos que hizo el arqueólogo norteamericano George Kubler en 1948 con unos artefactos hallados en las islas de Chincha en 1853, debe haber tenido la primera capa de guano encima de la roca viva entonces la edad de 2235 años había sido depositada pues durante los siglos V-IV a. c. En otro experimento con una muestra del fertilizante que apareció sepultado debajo de una capa de arena de poco más de menos un metro de espesor el isótopo C-14 señalo una edad de mas de 1.900 años o sea el comienzo de la era cristiana.

    Otro arqueólogo norteamericano Julios Bird hallos guano debajo de una capa gruesa de basurales dejados por una civilización pre-cerámica en Pichales la zona de Piragua, con una antigüedad de mas de 3.200 años a. c.

    Gracilazo narra al mencionar los islotes despoblados que ello "de lejos parecen los montones de estiércol puntas de alguna Sierra Nevada" y que los incas vigilaban a las aves hasta el extremo de que "al tiempo de la cría a nadie era licito entrar en las islas, so pena de la vida porque no los asombrasen y echaran de sus nidos. Tampoco era licito matarlos en ningún tiempo dentro ni fuera de las islas, so la misma pena ". Dice a continuación: "cada isla estaba por orden del Inca señalada para tal o cual provincia. Ponianles mojones para que los de una isla no se entrasen en el distrito de la otra y repartiéndose más; en particular daban con el mismo limite a cada pueblo su parte y cada vecino la suya tanteando la cantidad de estiércol que había menester y so pena de muerte no podía el vecino de un pueblo tomar estiércol del termino ajeno porque era hurto ni de su mismo termino podía sacar la misma cantidad que le estaba tasada conforme a sus tierras que le era bastante y la demasía la castigaban por el desacato. Ahora en estos tiempos se gasta de otra manera. Es aquel estiércol de los pájaros de mucha fertilidad". Hasta Garcilazo.

    Considerando el abono entre los bienes comunes los propietarios de tierras sacaron de las islas sin gravamen que los gastos de extracción la cantidad que necesitaban para el cultivo. Después de que se inició la exportación a Europa no perdió aquel su calidad de bien común en todo aquello que pareciera necesario para la agricultura del país. Fue clasificado como uno de los bienes nacionales ya que donde se le encontrara debía ser propiedad del Estado. Los descubiertos y la Ordenanza de Minería no eran aplicable a estos casos (Decreto de 22 de Febrero y 30 de abril de 1842)

  3. LA HISTORIA ANTERIOR DEL GUANO

    El clima templado y la ausencia de lluvias en el litoral hicieron posible que el excremento depositado durante siglos por las aves marinas quedara acumulado en los diversos islotes de la costa. Prácticamente se trataba de montañas de guano que comenzaron a ser reconocidas y utilizadas en los sombríos costeños desde la época prehispánica así lo reconocen cronistas como José de Acosta, Pedro Cieza de León y Agustín de Zarate. También la arqueología ha registrado su utilización por lo menos desde intermedio Temprano (200-600 d. C.). Durante los años coloniales el recurso también fue extraído para abonar las plantaciones de las haciendas principalmente en la costa central. En ningún momento se pensó en el guano como un recurso capaz de ser comercializado internacionalmente hasta que Alexander von Humboldt envió muestras de guano a los laboratorios alemanes en 1802. También llegaron muestras a Estados Unidos (1824) y Francia (1832) y en 1840 Justus von Liebig –padre de la química agrícola-reconoció el alto valor del guano como fertilizante al comprobar su gran contenido en nitratos y fosfatos un químico francés en Tarapacá, Alejandro Cochet, encontró que el guano poseía amoníaco, acido úrico y subcarbonato de sodio. El británico Tomas Way, consultor de la Real Sociedad de Agricultura de Londres, lo recomendó como abono y calculo su precio en 32 libras por tonelada.

    De esta manera el Viejo Mundo se intereso por su compra y el guano de las islas fue reemplazado lentamente en algunas zonas al estiércol de ganado que era atizado desde la época medieval. En 1841 en el buque Bonanza, se envió el primer embarque hacia Gran Bretaña y poco después fue necesario despachar 22 barcos más con el mismo destino y hacia Francia, Alemania y Bélgica con más de 6 mil toneladas de registro. Hasta 1849 el precio por el guano en el mercado de Londres oscilo entre 25 y 28 libras por tonelada. Un paréntesis se vivió en 1842 cuando el precio cayó a 12 libras por tonelada debido a la competencia ofrecida por el guano africano. A partir de 1850 el precio promedio fue de 18 libras, hasta producirse su descenso durante la década de 1860, cuando se inició la comercialización del fertilizante artificial recientemente descubierto.

    Inicialmente el guano se extraía en las islas de Chincha-el principal yacimiento-en forma gratuita; disposiciones legales de 1830 así lo establecían. Sin embargo cuando hacia 1840 el Estado se dio cuenta de lo rentable que podía ser su venta en Europa tomo posesión del recurso y empezó a reglamentar su extracción. Entre 1841 y 1849 los contratistas del guano con la colaboración del Estado consiguieron penados y desertores del Ejército para el laboreo en las islas estos se complementaron con unos pocos esclavos y con peones peruanos a sueldo, así como con cierto número de obreros chilenos más acostumbrados que la mayoría de los peruanos al duro trabajo manual en el clima de la costa.

    En Octubre de 1849 el Estado otorgó, hasta 1855, las labores de extracción y embarque (el "carguío del guano" como se le llamaba entonces) al comerciante Domingo Elías quien inició la introducción de mano de obra China. A partir de ese momento la producción y comercialización dejaron de ser una sola empresa. Un informe rendido en 1853 señalaba que la gente de Elías estaba conformada por 600 chinos, 50 esclavos y unos 200 chilenos o peruanos gran parte de estos últimos penados o desertores de Ejercito. A cada peón se le asignaba una cuota de 4 toneladas diarias de guano para entregar al borde de las escolledas y por esa cantidad recibían los convictos y chinos 3 reales al día (ocho reales eran un peso). De ese jornal se retenían 2 reales por comida a los peones libres se les abonaba 6 reales. El abono que entregaban en exceso se pagaba por igual a todos los trabajadores.

    El informe describe los frecuentes azotes a os chinos y declara que no había día que no se produjera un intento de suicidio. Posteriormente cada trabajador estuvo obligado a entregar un promedio de 3 toneladas diarias a cambio de un ingreso mensual de 32 chelines para los chinos, además de su comida y 37 chelines para los peones libres. El capital fijo para el laboreo en aquellos años se componía de pico palas y 30 botes para el embarque, también se tuvo que construir diversas instalaciones como almacenes para el instrumental, viviendas para los trabajadores y servicios de embarque. Como vemos el sector guanero era aparentemente primitivo, pero como por ejemplo en 1869 había en las islas Chincha 160 barcos con 4 mil tripulantes esperando recibir guano y transportándolo a Europa y Norteamérica; esto a pesar de que para ese año ya se habían explotado los mejores yacimientos y las islas eran "mas pobres".

  4. EL GUANO Y SU EXTRACCIÓN

    Durante ese periodo la venta del fertilizante tuvo lugar bajo tres modalidades distintas en orden cronológico; la venta directa, las consignaciones y el monopolio. Durante la primera de ellas (1841-1847) el Estado firmó siete contratos de venta directa con dos acaudalados comerciantes (Francisco Quiroz y Pedro Gonzáles Candamo) y algunas casas mercantiles extranjeras (Aquiles Allier, Montane, Paumaroux y Puimirol, Gibbs). A pesar en estas negociaciones de las 295 mil toneladas exportadas pudo captar el 33% del valor del retorno lo que significó aproximadamente poco más de 5 millones de pesos de ingreso por año. Es cierto que las cifras no son muy confiables sin embargo esto permitió al gobierno de Castilla encontrar un crédito externo a trabes de la conversión de las deudas anteriores en una nueva.

    La deuda nomina era de 1.816.000 libras esterlinas y los intereses ascendían a 2.564.532. El enviado peruano José Joaquín de Osma firmó en Londres un convenio con el Comité de Tenedores de Bonos en el cual quedó estipulada que la mitad del ingreso neto del guano exportado a Gran Bretaña sería para el pago de los bonos y dividendo a los acreedores británicos; además la firma contratista debía ser preferentemente inglesa. Por ello en 1849 se firmó el convenio con la Casa Gibbs dando inicio al sistema de las consignaciones. Como consecuencia de estas operaciones el valor de los títulos peruanos en el mercado de Londres subió de 54 en 1849 a 103 en 1852, ascenso que reflejaba el restablecimiento del crédito externo del Estado peruano.

    El régimen de las consignaciones (1849-1869) lo inició como anotamos más arriba, la Casa Gibbs que se convirtió no sólo en el mayor agente en Inglaterra sino en uno de los más grandes proveedores de fondos para el tesoro público del Perú. Este sistema consistía en que el Estado conservaba la propiedad sobre el recursos el consignatario aportaba su capital para la explotación y venta; los contratos eran firmados por el Estado y podían ser prorrogables. Entre 1850y 1861, Gibbs había exportado cerca de 2.100.000 toneladas de guano cuya venta le produjo un beneficio declarado cerca de 800 mil libras esterlinas. Gibbs entregó puntualmente al tesoro público beneficios sin embargo en 1857, el Estado peruano encargó a Mariano Basagoitia y a Felipe Barriga la revisión de los libros de dicha compañía. Otra comisión que actuó en Francia a cargo de Tomas de Vivero canceló el contrato con la compañía Montane, distribuidora del guano en aquel país entregando por orden del gobierno el negocio a la Casa Gibbs. A fines de 1862 Gibbs no pudo obtener la renovación de su contrato pues el segundo gobierno de Castilla entregó la consignación a un grupo de peruanos asociados bajo el nombre de "Compañía y Asociados Nacionales". A partir de ese momento lo que aducían de ser "hijos del país" (Clemente Ruiz de Villate, Felipe Santiago Gordillo, José F. Canevaro, Manuel Pardo, Carlos Delgado Moreno, Felipe Barreda) pasaron a tener el control de la venta del guano en el mercado inglés.

    El saldo de esta etapa con los consignatarios nacionales no pudo ser más desalentador para el Estado. Según fuentes disponibles, parece que la venta del guano en Europa ya no era muy rentable -el precio por tonelada había bajado considerablemente- y los nuevos contratistas no estaban en capacidad de cumplir sus obligaciones de esta forma el Estado tuvo que recurrir al crédito externo para cubrir sus brechas presupuestales. En 1865 se gestionó un empréstito con Inglaterra que ascendía a 50 millones de pesos, aunque al final el Estado solo pudo conseguir 7 millones de libras esterlinas; parte de ese dinero sirvió para la adquisición de los blindados "Huáscar" e "Independencia", parte medular de la escuadra que participó en la guerra del Pacífico 14 años más tarde. La situación se agravó con los gastos que se efectuaron durante la guerra con España y el aumento de los intereses por deuda interna y externa. Un resumen de los principales consignatarios de guano se muestra en el cuadro de página siguiente.

    Todo ello explica la audaz medida aplicada en 1869 por el joven ministro de Hacienda, Nicolás de Piérola, para la firma del contrato Dreyfus. Antes, el presidente Balta le había encomendado la difícil tarea de reformular la política económica del país. Piérola entendió que para saldar el déficit fiscal-unos 17 millones de soles- había que quitar el negocio a los consignatarios y organizar un monopolio de la extracción y comercialización del guano. El acuerdo con Dreyfus se firmó el 5 de Julio de 1869 y este se comprometió a comprar al Perú 2 millones de toneladas de guano, adelantando 2 millones de soles en dos mensualidades. Asumió además el compromiso de entregar cada mes, hasta marzo de 1871 la suma de 700 mil soles. Dreyfus se haría cargo de todo el negocio del guano a medida que el plazo de vencimiento de lo contratos firmados con los consignatarios fuese llegando a su fin. También se comprometió a pagar la deuda externa haciendo uso de las ganancias obtenidas por la venta del fertilizante.

    Como vemos los términos del contrato eran ventajosos para el Peru, pues recibiría mensualidades fijas y podría programar sus gastos. Como es lógico los consignatarios levantaron su voz de protesta y la prensa diaria se convirtió en una tribuna contra ataques de Pierola y Dreyfus; el asunto pronto llegó hasta los tribunales. De este modo renegociada la deuda el régimen de Balta estuvo en capacidad de obtener nuevos préstamos (1870-1872) para implementar su política ferrocarrilera y de construcción de otras obras publicas. Pero la exigua rentabilidad de estas obras impidió la cancelación de los compromisos adquiridos el propio Dreyfus dejó de entregar las mensualidades porque el Estado no le cancelaba algunos adelantos adquiridos.

  5. VENTA DEL GUANO

    Un estudio elaborado por el economista norteamericano Shane Hunt (1973) demuestra el destino de los ingresos por la venta del guano en la economía peruana durante la denominada "prosperidad falaz".

    7%

    Para la supresión de las contribuciones de los indios y la manumisión de los esclavos

    29%

    Para los gastos de la burocracia civil

    24.5%

    Par los gastos militares

    8%

    Para el pago de la deuda externa

    11%

    Para el pago de la deuda interna

    20%

    Para la construcción de ferrocarriles

    Las estimaciones anteriores nos demuestran el carácter improductivo de la mayor parte de los gastos- con la excepción de lo ferrocarriles- y la transferencia vía la "consolidación de la deuda interna"- de un capital importante al mercado interno para elevar la demanda o inducir la inversión privada. Detengámonos un momento en el problema de la deuda interna. El 16 de marzo de 1850 el gobierno de Castilla aprobaba la ley de consolidación de la deuda interna que implicaba una vasta operación financiera consistente en el pago de las deudas acumuladas contra el Estado peruano desde las guerras de independencia y los inicios de la República a favor de los prestatarios nacionales.

    La medida reconocía como créditos contra el Estado todos los prestamos otorgados voluntariamente o compulsivamente en especies o dinero efectuados por cualquier autoridad gubernamental desde 1820. La operación significaba el final de tanto tiempo de frustración de reclamar dinero a un Estado prácticamente sin tesoro hasta la década de 1840. Quedaban entonces dos posibilidades: pagar a la mas amplia variedad de acreedores incluso buscando favorecer directamente a quienes tenían menos recursos o pagar a una minoría valiéndose de los mecanismos estatales. Se optó por la segunda y comenzaron a formarse rápidamente verdaderas fortunas a costa del erario público. En suma el pago de la deuda interna no pudo ser el instrumento para incrementar la circulación monetaria y para democratizar el crédito y tampoco permitió que al algunos personajes accedieran a la clase alta o que cuando menos se ampliaran los sectores medios.

    El escándalo empezó a desatarse cuando al finalizar el primer mandato de Castilla en 1851 la deuda consolidada alcanzaba los 4.879.607 pesos según el propio Castilla el monto total de la deuda no podía sobrepasar los 6 0 7 millones de pesos . Pero el siguiente gobierno, el general Echenique reconoció mas de 23 millones de pesos en vales una comisión investigadora señalo en 1853 que los créditos reconocidos por el gobierno de Echenique llegaban más de 19 millones de pesos en bonos de las cuales 12 millones eran fraudulentos. Precisamente uno de lo efectos sociales de estos malos manejos fuel el alzamiento popular de 1854 capitalizando por Castilla para derrocar a Echenique en la batalla de la Palma. Lo interesante es que ha quedado una gran variedad de documentos que revelan la profunda crisis moral de la administración pública y la gran "imaginación" de los acreedores para por ejemplo alterar el monto inicial de su deuda falsificando documentos. Incluso se llegó tal grado de abusos –como lo confeso el propio Echenique en sus Memorias- que se falsificaron las firmas de San Martín y Bolívar para cobrar supuestos préstamos levantados entre 1821 y 1826.

    Si se revisa la lista de los consolidados se advierte que fueron grandes comerciantes y el 36% funcionarios públicos entre civiles y militares. De otro lado fueron pocas las familias vinculadas a la aristocracia colonial que se beneficiaron fue básicamente una minoría que no excedió las 50 personas y entre ellas no figuraban precisamente las de escasos recursos. También se ve con la facilidad que detrás de todo esto se jugaban intereses de grupos vinculados por relaciones de clientelaje establecidas anticipadamente con los distintos regimenes de la época. Lo demuestra en el caso de Castilla en 1854 al parecer el Mariscal se sublevo contra Echenique por los manejos turbios de la consolidación pero una vez en el poder efectuó procedimientos similares con las personas que lo apoyaron. De ese modo la imagen de Castilla tantas veces mitificaba queda a un tanto devaluada. De otro lado ¿Qué hicieron estos personajes con el dinero recibido? Unos lo invirtieron en agricultura otros presionaron al Estado para beneficiarse con el negocio del guano convirtiéndose en "consignatarios nacionales" y los demás lo derrocharon sin invertir en industria imitando el estilo de vida de la burguesía europea.

    En síntesis la consolidación de la deuda interna no contribuyó a impulsar el capitalismo o la modernización del país, sino por el contrario acentuó la desigualdad económica y social. Aun mas produjo una grave ruptura entre el Estado y sus ciudadanos. En efecto los sectores medios y populares no se limitaron a espectar pasivamente el "festín" de los bonos sino que apareció toda una literatura contestataria muy agresiva con ciertas analogías a las revoluciones europeas de 1848 (como los alzamientos de Lima y Arequipa) Un ejemplo claro fue la comedia de Manuel A. Segura llamada El resignado, donde recuerda el saqueo de una residencia limeña a los gritos de ¡Mueran los consolidados! ¡Viva la libertad! (citado por Flores Galindo 1988).

    Las medidas populistas de Castilla al eximir del tributo o contribución a los indios y declarar la abolición de la esclavitud tuvieron sus repercusiones en los gastos del Estado. La manumisión de casi 26 mil esclavos en 1854 se hizo mediante el pago de 300 pesos por cada esclavo liberto a sus propietario. El costo de esta filantrópica medida ascendió a casi 8 millones de pesos y su financiamiento fue posible gracias a las capitales generados por el guano. Lo importante es señalar que esta medida también puso en manos de la clase propietaria una apreciable suma de dinero para ser reinvertido en la agricultura parte del mismo se utilizo en contratar la llegada de trabajadores chinos -los coolíes- dentro de un sistema de esclavitud disfrazada. Entre 1849y 1874 llegaron aproximadamente 87 mil de Macao. Por su lado la eliminación del tributo indígena era una medida fácil ya que para 1850 este rubro representaba menos de 900 mil pesos al año debido al empobrecimiento creciente de la población andina recordemos que la imposición del tributo indígena estuvo ligada históricamente a la propiedad y renta de la tierra.

    Una última pregunta queda luego de este análisis ¿era posible la industrialización en el Perú del XIX? Paúl Gootemberg (1982) cuestionó la supuesta carencia de una demanda interna tal como lo sostuvo Bonilla (1974) Reconoce que existía un mercado a la espera de una industria que sin embargo no surgió. Desde 1845 varios hacendados y comerciantes incursionaron en algunos proyectos industriales y estuvieron interesados en políticas proteccionistas algunos obtuvieron del Estado el monopolio para implementar industrias y compraron maquinarias contrataron técnicos extranjeros para adiestrar a los nacionales y reforzaron las presiones proteccionistas. El mercado existente era muy grande para la capacidad instalada y las "fabricas" apenas cubrían el 20% del potencial mercado interno. El gobierno de Castilla aprobó algunos proyectos e incluso adjudicó subsidios directos en forma de guano. Todas las condiciones estaban dadas para el capital, mercado interno y mano de obra. Lamentablemente los proyectos industriales fracasaron por la incapacidad de exigir con más insistencia una política proteccionista y por falta de producción. La baja utilización de la capacidad instalada hizo aumentar los precios de los productos nacionales favoreciendo a las importaciones. Como consecuencia los comerciantes industriales orientaron rápidamente sus inversiones actividades menos riesgosas como el comercio, agricultura y banca.

    En efecto, el sistema bancario peruano tiene sus orígenes en los tiempos del guano. La fundación de los primeros bancos se asocio a la canalización de capitales orientados al negocio guanero y a la agricultura así como a la concesión de algunos créditos o fuga de capitales al extranjero por parte de los consignatarios nacionales. No es casualidad que entre los miembros del directorio de los bancos por esos años encontremos sus nombres. En 1862 se creó el Banco de la Providencia con un capital de un millón de pesos el segundo que apareció fue el Banco del Perú en 1863 que llegó a tener un capital de 2 millones de pesos dos años más tarde también en 1863 se abrió en Lima una sucursal del Banco de Londres y en 1866 surgió el Banco de Crédito Hipotecario la Cajas de Ahorros de la Beneficencia Pública hizo su aparición en1868 y al año siguiente se fundó el Banco de Lima con un capital bastante fuerte de 3.200.000 soles por estos años también iniciaron sus operaciones el Banco Nacional del Perú, Garantizador Mercantil del Perú, la Patronal, Banco de Comercio del Perú, e incluso en 1873 el Banco de Ascope en la Libertady del Callao en 1877.

    Todo este auge bancario entró en crisis antes de la guerra del Pacifico la mayoría quebró y desapareció. Los bancos que quedaron en mejores condiciones fueron el de Londres y el del Callao. Es justo mencionar que también se desarrollaron las compañías Sudamericana de Seguros. En 1867 apareció la primera, la compañía la Paternal, luego aparecieron La Confianza (contra incendios) la compañía Sudamericana de Seguros (contra incendios y riesgos marítimos) Life Insurance, Scotish Imperial (contra incendios y sobre la vida) Compañía de Seguros Lima, Seguros Marítimos, Standard y London and Southwark y Sum FIRE Office (contra incendios).

    CONSIGNACIONES ENTRE 1849 Y 1868

    AÑO

    CONSIGNACIONES

    MERCADO

    TIEMPO

    %

    TONS

    1849

    Gibbs

    Europa

    1 año

    12

    1.484,222

    1850

    Barreda y R. Zaracondegui

    EE.UU.

    5 años

    6.5

    354,297

    1851

    Montane y Cia

    Francia

    5 años

    4

    215,389

    1852

    Murrieta & Cia

    España

    5 años

    6-5.5

    159,927

    1852

    E. Kendall

    Mauricio

    4 años

    4-6

    85,725

    1853

    José Sevilla

    Asia

    9 años

    6-7.5

    237,486

    1855

    Medina e hijos

    Costa Rica

    4 años

    5

    389

    1855

    Conroy y Cia

       

    1,313

    1856

    J. Fernández

    China

      

    600

    1857

    Zaracondegui, Ugarte, Oyague

    EE.UU.

    4 años

    3-5

    268,590

    1858

    Gibas

    Londres

    4 años

    3-5

    116,000

    1858

    T. Lachambre

    Mauricio

    4 años

    3-5

    60,578

    1859

    J. M. Urmeneta

    Chile

      

    100

    1859

    Zaracondegui

    Cuba y Puerto Rico

      

    2,000

    1859

    Valdeavellano

    Guatemala y C. América

      

    10,000

    1859

    Zaracondegui

    España

    6 años

    3-4.5

    78,545

    1862

    Zaracondegui y Cia

    Inglaterra, Irlanda y EE. UU.

    4 años

    2.5-4

    Se rescindió

    1862

    T. Lachambre

    Francia y Mauricio

    4 años

    2.5-4

     

    1862

    Sescau y Cia

    Bélgica

    4 años

    2.5-4

     

    1862

    With y Shutte

    Alemania

    4 años

    2.5-4

     

    1862

    Canevaro, Pardo y Barron

    Holanda

    4 años

    2.5-4

     

    1862

    Patrone y Cia

    Italia

    4 años

    2.5-4

     

    1862

    C. de Villate, F. S. Gordillo, Jose Canevaro, Pardo, Delgado, F. Barreda

    Inglaterra

    8 años

    3-5

     

    1865

    Cia. Consignataria del guano en EE. UU.

    EE.UU.

    4 años

      

    1865

    Oyague, Ugarte, y Sescau, Valdeavellano

    España

    6 años

      

    1865

    Amunátegui, Ugarte y Graña

    China y Japón

       

    1865

    Stuber y Blecher

    Portugal y Mar Negro

    4 años

      

    1867

    A. D. More

    Is. Sandwich

       

    1868

    F. García

    Is. Sandwich

       
  6. EL DESTINO DE LOS INGRESOS POR EL GUANO

    Manuel Pardo afirmó que era desconsoladora la historia de los 150 millones que el guano había producido durante quince años jamás invertidos ellos en caminos que unieran a nuestros departamentos o en riego para nuestro suelo. Dio la voz de alarma sobre un gravísimo peligro en el que estaba el país: el crecimiento de los gastos no tenía relación con el aumento de la productividad nacional. "El Perú ,decía Pardo, gracias al guano puede consumir y consume hoy del extranjero tres veces mas de lo que naturalmente produce y el Gobierno del Perú puede hoy gastar y gastar cuatro veces mas de sus entradas naturales".

    En 1845 se había producido y exportado por un valor de siete millones anuales más o menos consumiéndose entonces poco más según Pardo en 1860 se recibía 21 millones de mercaderías extranjeras pagadas mas o menos con los mismos 7 millones del guano. Los peruanos trabajaban como 1 y se daban el lujo de consumir como 3. Era eso muy cómodo por el momento pero aterrador ante el porvenir.

    De 1847 a 1853 no hacia aumentado la cifra de las exportaciones distintas del guano, decía Pardo, lejos de eso ella presentaba una tendencia a la disminución. En 1847 los productos naturales eran 7 millones y los consumos alcanzaban a 21 millones. El guano pagaba la diferencia.

    Pero ¿Qué pasaría cuando el guano se agotara? Pardo no creía que bruscamente se pudiera entonces lograr una reducción de los consumos a 7 u 8 millones en vez de 25 o 28 que en esa época serian.

    "Es necesario crear producción crear riqueza para poder hacer frente con ella más tarde a los gastos del Estado" " El aumento de la producción natural del Perú es el remedio el único remedio para preservarnos de ese cataclismo que indudablemente tiene que sobrevenir algún día y que no esta quizás muy lejos " afirmaba proféticamente Pardo en 1860.

    Las reflexiones anteriores no implicaban la "crítica más contundente al sistema de las consignaciones" como se afirma. Pardo se limitaba a decir que el guano se había administrado mal por los extranjeros que tuvieron a su cargo este negocio hasta la fecha en que redactó sus colaboraciones a la Revista de Lima o sea 1860. Lo cierto es que encabezó el grupo de nacionales que poco después obtuvo la consignación mas importante o sea la de Inglaterra.

    La opinión de Manuel Pardo y de sus secuaces de que la construcción de ferrocarriles era el arma estratégica con la finalidad de preparar el desarrollo económico del Perú aparece anunciada por algunos como un instrumento para afirmar los privilegios de su clase. Sin embargo, respondió a la seducción de un mito ampliamente difundido en el mundo de entonces. Se ha dicho también: "El recurso a los capitales extranjeros, con la sólida garantía de la hipoteca del guano, debía construir el medio para realizar este proyecto". Pardo no aludió a nada de eso en su trabajo sobre Jauja. Al ocuparse concretamente del ferrocarril a esa provincia expresó que se podía atraer "capitales europeos por medio de una garantía sólida y tentadora hacia nuestro país". Ese era, según manifestó, el caso del gobierno de Suiza y de la Compañía de las Indias. Pero en relación con el camino de fierro antedicho, juzgó más practicable y expedito y aun más conveniente la construcción por cuenta del Estado.

  7. EL PROBLEMA DE LA PRODUCTIVIDAD DEL GUANO
  8. UN ESQUEMA UNILINEAR

Ha sido trazado un esquema unilinear que se descompone en las siguientes fases:

  1. Clase mercantil terrateniente se apodera en 1860 de las consignaciones del guano.
  2. Dicha clase representada por Manuel Pardo busca el desarrollo económico del Perú mediante lo ferrocarriles y el aporte capital extranjero.
  3. El órgano que difunde las ideas de la plutocracia es La Revista de Lima entre 1860 y 1863.
  4. Este plan se ejecuta a partir de 1869 con las obras arriesgadas que emprendió Enrique Meiggs.

El punto a) es exacto. Los consignatarios peruanos desplazaron a los extranjeros que por lo demás nada habían hecho nada en beneficio del país. Se pierde lastimosamente la oportunidad de liquidar el funesto sistema para el expendio del guano e intentar un nuevo y mejor, tal como se había indicado por el Congreso en 1849, por José Gálvez y otros miembros de la Convención Nacional de 1855-57 y por José Casimiro Ulloa en su opúsculo editado en 1859 y reproducido en lo que atañe a este punto de vista, en la Revista de Lima de 1860. Surgen así las raíces más sólidas de la plutocracia republicana

Es difícil señalar lo que hubo de acuerdo o coincidencia de grupo en las ideas que Pardo dio a la publicidad en dicho periódico. Si se cree lo que dijo al iniciar su "Estudio sobre la provincia de Jauja" estaba casi decidido a "encerrar sus apuntes en un cajón de su escritorio y a conservarlos allí como meros recuerdos de un viaje".

En realidad como hemos señalado ya la ilusión por las locomotoras se respiraba en el aire de aquella época no sólo en el Perú sino en todo el mundo. Pero en el pensamiento de Pardo no se unían ellas sino en tanto y en cuanto se tratara de un plan nacional o general a un llamamiento al capital extranjero como lo hemos definitivamente probado. Al ocuparse de la línea que debía unir Lima a Jauja señaló específicamente las ventajas de que ella crearía relaciones todavía inexistentes entre lugares que hallábanse incomunicados de que facilitaría el tráfico y el comercio de que fomentaría la industria de que daría mayor valor a la propiedad. En relación a con este último tópico señaló que de acuerdo con las cuentas de la Tesorería de Junín más recientes por él obtenidas, o sea las de 1849, la contribución predial tanto urbana como rústica no llegaba en dicha provincia a la modesta suma de diez mil pesos. Mas todavía creyó que el acercamiento ente la capital de la República y el departamento de Junín seria ventajoso desde el punto de vista higiénico para la educación de la débil y macilenta juventud de Lima".

He aquí en suma cualesquiera que sean sus errores omisiones o intereses privados un esquema para el desarrollo del país entendido como entidad soberana e independiente.

Si en los presuntos polémicos ya comentados hay una mezcla de exactitud y de alteración de la verdad cuando se estudia lo que hemos llamado el pumo d) el choque es total. El desprecio por la historia política y el maniqueísmo de la ideología mas poderosa que lo que realmente ocurrió (para hablar con la frase tan bien conocida de Ranke sobre el investigador de pasado de buscar) llevan a olvidar que en 1868 llega al Perú el inescrupuloso y osado aventurero norteamericano Enrique Meiggs, traído por Juan Manuel Polar, secretario de Vicepresidente Pedro Diez Canseco con la finalidad de que construyera la línea férrea de Arequipa a la costa. Acontecimiento ajeno a Manuel Pardo y a sus amigos. Y Meiggs no fue un meticuloso y obediente ejecutor de las ideas de Pardo y de su grupo sino un infatigable aventurero que a base de derroches y sin plan orgánico alguno buscó la rápida ejecución de los objetivos que estimó más útiles. Pardo tuvo en la oposición este régimen.

  1. La supresión de estancos, aduanas interiores y otros arbitrios de la sociedad colonial coincidió, como ya se ha visto, en el aumento de los gastos derivados del establecimiento del Estado Nacional, incluyendo los del Poder Legislativo y los que se derivaban de las oficinas y funcionaros de nueva creación. La guerra de la independencia demandó grandes sacrificios y la necesidad e formar ejércitos hizo aumentar los egresos; y, a la vez, disminuyó el número de indígenas contribuyentes.

    Coincidieron así, al iniciarse el periodo que siguió a la Emancipación, el empobrecimiento del Tesoro y la angustia para buscarle recursos extraordinarios con que atender las urgencias inmediatas. La paz pública hubiera ayudado a ordenar las cosas; pero, por el contrario, los bandos políticos, sucesivamente victoriosos, fueron dañinos para el erario.

    Se sucedieron empréstitos voluntarios o forzosos, ventas de propiedad del estado, expropiaciones, emisión de vales y billetes de crédito público y otras medidas análogas. Creció así la deuda pública; hubo dificultades para atender mensualmente a los empleados; el ejército, de número crecido, necesitó ser pagado de preferencia; las listas pasivas aumentaron en exceso; se pidió dinero prestado muchas veces en condiciones usurarias. No hubo tiempo ni calma ni personal preparado para revisar, modernizar o dar eficacia y justicia al régimen tributario y a los sistemas de recaudación y de contabilidad.

    De pronto vino el guano a sacar de apuros a la Hacienda Pública y fue recibido como presente, ignorado durante siglos del Perú virreinal, que la providencia hacía al Perú republicano. Se echó mano a este recurso para gastos ordinarios e inmediatos; no se procuró la mejora de los impuestos o la creación de otros nuevos y hasta se eliminó, sin buscarle reemplazo, en alarde liberal, las contribución de castas y luego en 1854, el tributo de los indígenas. Así el país vivió en una situación única atendiendo sus gastos normales y permanentes primordialmente con una renta extraordinaria y que tenia que ser pasajera, y con ella se creó la telaraña cada vez más y enmarañada de compromisos y obligaciones. "Pueblo que no trabaja y come guano" escribió en una poesía Felipe Pardo y Aliaga.

    El arreglo de la deuda exterior, el de la deuda interna, el de la manumisión y el de los gastos que el conflicto con España y otros problemas internacionales originaron, fueron hechos con las entradas del fertilizante; así como, más tarde, el ensayo de vastas obras públicas y, sobre todo, la construcción de grandes ferrocarriles. La tremenda crisis proveniente del desnivel entre las deudas acumuladas con los consignatarios, las posibilidades reales de pagarlas y de atender, por otra parte, simultáneamente a los gastos ordinarios se diseñó ya hacia 1867, y vino un periodo agónico hasta la guerra con Chile.

    El guano, por lo demás, fertilizó y fecundó la tierra en muchas zonas del mundo; y no, en gran escala, las del Perú. La mentalidad que dominó en los hombre públicos en esta República fue la de heredero que súbitamente se encuentra dueño de un tesoro y que, manirroto, lo despilfarra sin meditar en el futuro.

  2. EL EMPOBRECIMIENTO FISCAL EN LA INICIACION DE LA REPÚBLICA Y EL SIGNIFICADO DEL GUANO DURANTE SU APOGEO Y LA BANCARROTA
  3. EL GUANO EN LA HISTORIA SOCIAL DEL PERÚ

Desde el punto de vista de la historia social del Perú la significación del guano estuvo, principalmente:

  1. en la acentuación del carácter costeño de la vida republicana;
  2. en la gestación de la fatídica bancarrota fiscal, después de una rápida y falaz bonanza dentro de la cual surgió uno de los más extraordinarios casos de dilapidación y prodigalidad que hayan existido en país alguno; y
  3. en el encubrimiento, después de 1860, de una nueva clase social basada en la Hacienda Pública y la especulación y que llegó a enlazarse con parte de la antigua nobleza genealógica.

CAPÍTULO III

LA FORMACIÓN DE LA BURGUESÍA EN EL PERÚ

  1. Los conquistadores comenzaron a dar al Perú en el siglo XVI ciertas características que, por una parte fueron de tipo feudal, acentuadas a través de la institución de la encomienda, tal como fue inicialmente concebida. Y, de otro lado, ostentaron tendencias municipalistas por la importancia que tuvieron hasta la época del Virrey Toledo, más o menos las ciudades y sus cabildos. La consolidación del cambió esta estructura. Al lado de la religión, la fuerza más vigorosa en la vida social estuvo desde entonces constituida por el sistema burocrático que representaba el Estado, por encima de los fragmentaríamos geográficos y raciales y la desigual difusión de la cultura hispánica y del idioma que vastas muchedumbres no oyeron o no hablaron.

    Dentro de este aparato burocrático actuaron los funcionarios venidos de la metrópoli, algunos de los cuales se quedaron en el Perú para integrar la alta clase social si tenían títulos y recursos económicos. Dicha clase quedó conformada, además, por los descendientes de los conquistadores, por los que provenían de familias nobles de España, y, sobre todo en el siglo XVIII, por quienes compraron sus blasones después de haber prosperado en la vida comercial.

    La nobleza durante la colonia careció, en principio, del poder político. Algunos de sus personeros pudieron actuar como consejeros individuales de los virreyes, al lado de algunos sacerdotes y funcionarios, sin que ello tuviera estado legal reconocido. Los estudios recientes evidencian, sin embargo, que las audiencias y en otras entidades oficiales, la aristocracia gobernó durante el siglo XVIII. Los cabildos, muy mermados en sus atribuciones en relación con su situación originaria, cumplieron más bien funciones honoríficas. El gobierno provincial estuvo en manos de los corregidores primero, y de los intendentes más tarde, cuyo nombramiento fue de carácter administrativo.

    Debajo del andamiaje oficial existió una economía a le que, en parte, cabe dar el nombre de semifeudal, y en algunos casos comparables a la feudalidad, en los países vastos como era el nuestro. La tierra entonces era, no sólo una fuente de riqueza, sino un instrumento de dominación, el destino de gran número de campesinos fue estar adscrito a ella.

    Sólo a fines del siglo XVIII comenzaron a observase los síntomas de la aparición de una incipiente burguesía en la ciudades y una eventual alternativa de tipo capitalista.

    La dificultad que hallaron los dirigentes de la Revolución para lograr la estabilidad en el gobierno a base de las instituciones representativas tomados de Francia o Estados Unidos, la aparición de los caudillos y el desigual avance en el esfuerzo hacia el cumplimiento pleno de la vida democrática no dejaron de tener relación con el estado de cosas social y económico que acaba de ser descrito someramente.

  2. LA GÉNESIS DE LA ARISTOCRACIA COLONIAL

    José de la Riva-Agüero y Osma ha sostenido, con razón, que el siglo XVII fue el apogeo de la aristocracia limeña y que el siglo XVIII trajo su decadencia. A ella contribuyeron factores múltiples, entre los cuales estuvieron la supresión del monopolio y la implantación del sistema de libre comercio en la época de los Borbones. Roto el predominio del eje Lima-Sevilla-Cádiz, apreció, si no la ruina, por lo menos la decadencia en el poder económica de propietarios agrícolas y mineros centralizados en la capital peruana, y al establecerse los virreinatos de Río de la Plata y Nueva Granada en coincidencia con las nuevas orientaciones en el tráfico mercantil, el significado que tuvieron diversos productos de exportación-importación, el enlace directo de diversos puertos, la apertura de la vía de Cabo de Hornos para las relaciones entre Europa y América del Sur y otros factores, creció la importancia de las ciudades como Buenos Aires, Caracas, Valparaíso, Cartagena, etc. En las zonas periféricas de este continente, pudo así madurar una burguesía comercial menos trabada que la alta clase limeña por respeto a los blasones y al abolengo, favorecida por la mayor expansión en la producción y fortalecimiento de los mercados y de las áreas vecinas.

  3. LA DECADENCIA DE LA ARISTOCRACIA PERUANA EN EL SIGLO XVIII Y LA MADURACIÓN DE BURGUESÍAS COMERCIALES EN ZONAS PERIFÉRICAS DE AMÉRICA DEL SUR

    La estructura social en el Perú fue en 1827, al concluir el gobierno de Bolívar, no obstante los destrozos de la guerra tan cruenta como la de 1820-24, fundamentalmente la misma del período anterior a la independencia. Pero sobre es fondo intacto, a pesar de las transformaciones políticas y económicas, existía un hecho de gran importancia: la antigua burocracia virreinal y un sector de los comerciantes y de la nobleza se habían alejado del país. Otra parte se esos grupos vivía integrando el nuevo y fluido orden de cosas republicano. Entre los aristócratas nacidos en el Perú que se radicaron en España, no faltaron los que alcanzaron renombre y lucimiento en la antigua metrópoli, en las armas, en la política, la diplomacia o las letras. La aristocracia que no emigró quedó grandemente empobrecida por los cupos y los destrozos hechos por la guerra en capos y ciudades; y desde el punto de vista político, al caer sucesivamente Riva-Agüero y Tagle, había perdido el comando del país, que se hallaba en manos de militares y elementos de las profesiones liberales. Sin embargo, seguía gozando de prestigio y de influencia sociales. Bolívar se convenció de que buena parte de esa clase dirigente, apenas en el nombre, estaba imbuida por los prejuicios y los vicios de los recientes amos españoles y seguía su ejemplo al oprimir a la gente de abajo.

  4. LA ÉLITE LIMEÑA AL TERMINAR LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

    ¿Cuál era la situación de las naciones latinoamericanas en el siglo XIX? Cuando comienza la emancipación de América (1810), las naciones de Europa ya eran poderosas, en cambio a las latinoamericanas recién empezaban a estructurar sus nacionalidad, problema que aun no ha concluido. Mas aun estas naciones a poco de emanciparse caen bajo el dominio de una potencia, Inglaterra; así su capitalismo se va a desarrollar bajo dominio inglés, como un capitalismo dependiente. Hay, pues, diferencia histórica, económica y política notoria frente al proceso europeo.

    Por otro lado, las burguesías que se desarrollan en Latinoamérica se van ligando cada vez más al país dominante, de tal manera que estas débiles burguesías en vez de desarrollarse independientemente, como lo hicieron las europeas, y al servicio de los intereses nacionales, se irán desenvolviendo con las burguesías sometidas, dependientes, entregadas en cuerpo y alma a las potencias imperialistas en la medida en que creen hasta convertirse en pudientes y desarrolladas burguesías intermediarias, como lo muestra la historia de este siglo.

    Como ya dijimos, la riqueza de los particulares quedó desecha por las exacciones cometidas a lo largo de la guerra de la Independencia y las sublevaciones que llegaron después de ella. Cupos y empréstitos hechos por los españoles y también por los patriotas trajeron consigo la merma o la evaporación de capitales. Fenómenos similares ocurrieron en el Consulado y también en el Estanco de Tabaco y en Minería. Los españoles de fortuna que se expatriaron lleváronse consigo su patrimonio. Así fue como no obtuvieron impulso ni produjeron en gran escala fundos rústicos: y en cuanto a las propiedades urbanas, sufrieron deterioro, a veces, la ruina o la inminencia de ella.

    El país no tuvo capitalistas propios durante algunos años, salvo los que especulaban con la usura de un 2 y 3 % mensuales. El primer impulso dado por la formación de un capitalismo nacional moderno a base de entradas del guano, surgió cuando se produjo la conversión de la deuda interna en la época de Echenique. "Fue entonces –decía Echenique en sus memorias- que empezaron a impulsarse y rehacerse los fundo rústicos y entrar en reparación las propiedades urbanas; fue entonces que se vio engrandecer el comercio y dar la vida a la industria; fue entonces que salieron de la miseria mil familias empobrecidas por la guerra…".

    El segundo impulso que recibió directamente el inicio del capitalismo peruano se derivó en 1855 del monto y la prodigalidad en los vales de manumisión de esclavos.

    La llegada de peones chinos contribuyó a suministrar la mano de obra para el florecimiento de la agricultura orientada hacia los cultivos de exportación: el azúcar y el algodón. Se formó entonces, lentamente, ya al avanzar la segunda parte del siglo una clase social plutocrática de raíces agrarias que se unió a la plutocracia del guano y del predominio de los bienes inmobiliarios urbanos.

    Especial referencia merece el capitalismo nacional adueñado, a partir de 1860, del negocio de la consignación del guano en el más importante de sus mercados, el de Inglaterra, que dio, con el apoyo del Estado, una de las bases más importantes a la gran burguesía republicana.

    Ganar dinero se hizo una especia de religión difundida al extenderse las operaciones directa o indirectamente vinculadas con el guano. Siempre habían existido ricos en el Perú después de la Conquista española; pero, en este caso, se trataba de la preocupación por la riqueza no sólo importante o cuantiosa sino activa e impulsada por el afán de negocios. A partir de 1860 se fue diseñando, repetimos, la formación de una burguesía costeña.

    Su fortuna no tuvo un origen industrial ni provino tampoco de los negocios de la banca que no existieron en el Perú sino desde 1863. No se produjo, pues, la división entre la aristocracia territorial y la gran burguesía urbana, ni afloró el fenómeno del capitalismo pleno como sistema económico nuevo y total.

  5. FORMACIÓN DE LA BURGUESÍA PERUANA

    La idea de la burguesía es que, con ésta aplicándose en el país, podía conducir el proceso de transformación, para la solución de los diversos problemas de desarrollo del país. El sociólogo e historiador Julio Cotler sostiene que "la burguesía peruana perdió la posibilidad de dirigir la transformación capitalista del Perú y la oportunidad de afirmarse como clase hegemónica y nacional". Afirma que su única alternativa, entonces como ahora, "fue asimilarse a la dinámica impuesta por el capital extranjero como productores enfeudados a él". Y, en relación con el aparato del Estado, dice que esta burguesía "ha demostrado su incapacidad para construir un Estado efectivamente centralizado para lograr el desarrollo capitalista del Perú".

    Esta burguesía "peruana", a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, recién aparecida con el segundo civilismo, nació del capital externo. Se entroncó con el capital imperialista norteamericano que controlaba el comercio, las finanzas y las exportaciones agrícolas y mineras en el Perú. Mariátegui dijo que esta burguesía era una "mediocre metamorfosis de la antigua aristocracia".

    Cotler concluye que esta burguesía "en ningún momento de la historia peruana ha sido siquiera capaz de aglutinarse ella misma y convertirse en una fuerza social capaz de convocar y movilizar a la sociedad, de organizar y dirigir la transformación del Perú y, en consecuencia, de arrogarse el derecho de representar los intereses colectivos. No ha podido crear un sistema de gobierno estable y ordenado y siempre se ha movido bajo relaciones de clientela. Esta clase propietaria nunca tuvo la capacidad para afrontar el desarrollo de una sociedad y una política democrática y liberal". El mismo Víctor Andrés Belaúnde, comparándola con la burguesía chilena afirmaba que "Nuestra plutocracia no ha sido la tradicional y sana oligarquía de Chile; la base de su influencia económica no ha sido tampoco de un modo principal el trabajo; ha sido la obra graciosa del mismo Estado…Además, ha tenido el defecto de no arraigarse profundamente en la tierra, de no solidarizarse intensamente con el país, de vivir siempre con la nostalgia de otros mundos y con el deseo intenso de marcharse".

  6. LA PROBLEMÁTICA DE LA BURGUESÍA EN EL PERÚ
  7. LA BURGUESÍA EN LA ACTUALIDAD

Algunos consideran que tenemos la peor burguesía de América Latina, la más inculta, que desprecia a gran parte del país, que desconoce sus tradiciones.

No estemos tan seguros de eso. La burguesía peruana no ha sabido nacionalizarse, ha sido bastante extranjerizante, no ha sabido asumir este territorio como suyo y a la población como próxima y sin diferencias. Tampoco convertir el pasado, el presente y el futuro como algo común a todos los peruanos. Se ha comportado como los políticos actuales: enriquecerse a como dé lugar, sin importar si las promesas se cumplen o si los proyectos se llevan a cabo. Algo nuevo en la nación peruana es la reconciliación con sus raíces prehispánicas.

CONCLUSIONES

La mala administración de las riquezas de la colonia, la infructuosa política económica, la mediocridad de gobernantes, y hasta la vastedad del territorio colonial, fueron sin duda, algunas de las causas del derrumbe del sistema colonial; el cual dejó como herencia una aguda crisis económica (maximizada en el Perú), Estados desunidos por la diferencia de intereses. El clima político luego de la Independencia estaba nublado por los distintas ideas de los gobernantes que llegaron a litigar entre ellos, desencadenando guerras civiles, pocos años después de la guerra de Independencia. La crisis económica se agravó peor aun en aquella etapa de la República recién nacida.

Bien, el Perú se encontraba en aguda crisis política, económica y administrativa. Llegó la Era del Guano con la cual se tuvo la oportunidad de poner fin a los distintos problemas que aquejaban a la nación en aquel entonces; pero la mala administración, los intereses particulares, la ineficiente política económica (todos estos, quizás, heredad del virreinato), desaprovecharon la más grande oportunidad de cambiar el rumbo del país. En esta Era, se le conoce como la época de "Falaz prosperidad" porque, aparentemente, fue el auge de la economía del Perú, donde todos se beneficiaron. Pero ya sabemos que no fue así.

La burguesía en un estado supone un gobierno donde el cual la gran mayoría de los capitales son nacionales, ya sea del estado o de las personas nacidas en él, y estos capitales con invertidos en ese mismo estado donde se benefician la mayoría de la población. Esta burguesía nace a raíz del esfuerzo y del trabajo, y en base a esto, cumple el papel de conducir a un país.

En el Perú no se dio así. La burguesía no nació del trabajo, sino por la manumisión de esclavos, por la consolidación de la deuda interna, y por lo barato que significó la mano de obra china. Es pues, por esto, que la burguesía, desde un principio, no se sintió identificado con el País y por tal razón, no tomó (ni lo toma ahora) conciencia del papel que cumplía en el desarrollo económico de todo un país.

BIBLIOGRAFÍA

BASADRE GROHMANN, Jorge; "Historia de la República del Perú 1822-1833"

BIBLIOGRAFÍA WEB

http://64.233.169.104/search?q=cache:WWIzsooOUQsJ:peru.indymedia.org/mail.php%3Fid%3D18670+la+burgues%C3%ADa+peruana+en+el+siglo+XIX&hl=es&ct=clnk&cd=6&gl=pe

http://64.233.169.104/search?q=cache:UryccxjCF78J:www.bolpress.com/temas.php%3FCod%3D2006040520+la+burgues%C3%ADa+peruana+en+el+siglo+XIX&hl=es&ct=clnk&cd=8&gl=pe

DATOS DEL AUTOR

J. Daniel Choque Oviedo, 1986 Chimbote-Perú. Actualmente radico en la ciudad de Tacna al sur del Perú, tengo 21 años cumplidos. Dos años de estudios universitarios en Biología-Microbiología, y actualmente soy estudiante de Contablidad en el Instituto Superior Tecnológico UNITEK-IDAT.

 

J. Daniel Choque Oviedo

Este trabajo se concluyó en el lugar y fecha abajo indicadas

Tacna-Perú 05 de marzo de 2008

Partes: 1, 2
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