Descargar

Historia de las revistas de letras (página 2)


Partes: 1, 2

5. De sus biografías…

La biografía como sección permanente de las Revistas de letras destaco los valores de los hombres que avanzan en la Historia. No me remito a evocar esas biografías y trasplantarlas en este trabajo, doy muestra de aquellos hombres que fueron considerados figuras importantes, situadas en un espacio social, y darles el lugar que les correspondió en su tiempo. Quizás muchos hombres fueron reconocidos después de su muerte, como suele pasar en el medio intelectual, pero así mismo hubo otros que en sus vidas alcanzaron merecidos logros en las páginas de estas revistas.

Entre las figuras locales se destaca innumerables veces al poeta Aurelio Martínez Mutis por su reconocida carrera literaria y reconocimientos en el extranjero. Este hombre logró que "todos los liberales y conservadores se unieran en un solo haz para honrar con la corona simbólica a uno de sus mas altos cantores. Un sentimiento de justicia, y a la vez de orgullo regional unificó las conciencias de los hijos de aquella tierra noble y brava, a pesar de la profunda división partidista", extensas biografías se hacen en torno a tan grande figura que no puede tener comparación con otras en tierra Santandereana.

Existieron secciones apartadas para las biografías como "HOMBRES E IDEAS" en la Revista de Santander, en donde en un pequeño párrafo introductorio a los contenidos de la revistas, se expone en breve la biografía de los autores que en ellas participan. Así mismo lo hace la revista Cordillera, transpone en sus páginas esta misma sección sin realizar ningún cambio, titulada "FIGURAS INTELECTUALES DE SANTANDER Y LA PATRIA".

Otras secciones apartadas para la biografía llevan por nombre "MIS OPINIONES SOBRE LITERATOS SANTANDEREANOS"o "GRANDES SANTANDEREANOS" y "GRANDES AUTORES AMERICANOS". Y LOS MAESTROS, esta última es acompañada por un aparte de una obra del escritor al que se refieren y un retrato del mismo, realizado por el artista Luis Alfonso Afanador, quien colabora para la revista Intenciones a lo largo de su existencia. En ellas se nombran repetidas veces escritores como Ismael Enrique Arciniegas, Francisco Paillie, Emilio Pradilla, José Camacho Carreño y Manuel Serrano Blanco que hacen que su figura marque un hito en la historia regional.

Así la biografía fue considerada como una de las atracciones de las revistas de letras, ya que la definición de una figura pública concentra las ideas y el medio de certificación de esos hombres de letras, como forjadores de una cultura, sea en el papel de literato o de hombre político.

La biografía se usó también como un acercamiento a esos hombres de la literatura clásica o contemporánea, de los que por su difícil acceso a sus obras, hacian que sus nombres fueran parte de la charla en esas tertulias literarias que se practicaban en los Clubes, Cafés y las mesas de redacción de las propias revistas.

Para los estudios históricos, la biografía fue sin lugar a dudas una lección académica de figuras patrióticas como Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, Rafael Núñez, Miguel Antonio Caro, José Antonio Galán, y Marco Fidel Suárez, siendo ellos las figuras más estudiadas por los historiadores de este tiempo.

Figura 13: Figuras Intelectuales de Santander y la Patria. Revista De Santander y Revista Cordillera .1.Bayona Posada Nicolás 2.De Greiff León 3.Dow Alberto 4. Echeverri Mejía Oscar 5. Estrada Monsalve Jesús 6.Guillen Martínez Fernando 7. Lizarazo José Antonio 8.Llanos Antonio 9.López de Mesa 10.Martín Carlos 11.Martínez Collazos David 12. Martínez Juan Cristóbal 13. Nieto Caballero Luis E. 14. Ortiz González Rafael 15. Pradilla Emilio 16. Reyes Rojas Luis 17.Sanin Cano Baldomero 18. Serrano Blanco Manuel 19. Serrano Uribe Henry. 20. Téllez Hernando 21. Zarate Moreno Jesús

Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú superior

6. Estudios cientificos

"Los Estudios Científicos" no tienen un aspecto exclusivo y sería ingenuo clasificarlos en este estudio. En muchas revistas los estudios científicos, se mostraban como un aporte a la labor investigativa teniendo en cuenta ese ambiente intelectual, los trabajos vienen desde la observación de la naturaleza, hasta la filosofía, como ejercicio de estos hombres de letras santandereanos.

Trabajos sobre la obesidad, ideas saludables, vitaminas, el cáncer, la sífilis, eran temas médicos planteados en las revistas por Luis Ardila Gómez, Martín Carvajal y Gonzalo Buenahora, quienes fueron los que, interesados de alguna forma por la investigación médica, expusieron pequeños ensayos sobre estos temas, igualmente como la mortalidad infantil, la escasa prevención para las epidemias y los problemas de higiene fueron artículos noticiosos dedicados en las editoriales para establecer conciencia de ellos y proponer jornadas preventivas dentro de los anuncios comerciales de las droguerías de la ciudad, como la Droguería Cadena, Astrid, Santander y Villar.

Como aproximación científica se puede rescatar la labor de las droguerías, laboratorios y farmacias, ya que en las páginas de las revistas se resalta en sus anuncios comerciales el lanzamiento de productos, remedios y tratamientos, como droga blanca, lociones blanqueadoras, en medio donde los progresos de la ciencia eran desconocidos.

Se dan ejemplos como el uso de la Fosforina, que es de gran aceptación, enunciando así sus resultados con conceptos como el emitido por Emilio Garnica, un deportista y entrenador de boxeo muy reconocido en Bucaramanga, que dice a Rodolfo Rodríguez, propietario de Laboratorios Rodril: "he podido comprobar que con el uso de su maravilloso preparado Fosforina, reconstituyente cerebral y muscular es mucha la energía y el vigor que siente el deportista, pues desde que estoy tomando su preparado doy mayor rendimiento en mis entrenamientos y se acaban por completa las sensaciones de fatiga y decaimiento que con frecuencia sentimos los que hacemos grandes pruebas de resistencia y esfuerzos sostenidos en la practica del box, la lucha y el levantamiento de pesas" Para la ciencia médica en Bucaramanga, su lugar estaba en los laboratorios, farmacias bajo la dirección de médicos o boticarios que prestaban soluciones a los problemas de la vida cotidiana; más que largas investigaciones, era la invitación y exhibición de estos productos en los anuncios comerciales.

Mientras que en la instrucción pedagógica las investigaciones científicas demostraban más su interés por la astronomía, el tiempo, la energía, entre otras, era expuesto en revistas de corte más académico como Lecturas, Juventud claveriana y horizontes, los temas científicos como un estímulo para la labor pedagógica en el departamento.

Mientras que por ser la filosofía un aspecto de estudio en las letras, sus aportes en estas revistas fueron muy pocos, se encuentran traducciones enciclopedicas, debates neokantianos que se resaltan en 1920 vinculando a estos hombres a los problemas del conocimiento, en medio de una crísis de anteriores concepciones como las del optimismo mecanicista, desatada por el surgimiento de la física cuántica y la teoría de la relatividad.

El interés por actualizarse en el panorama universal de las letras trajo para estos hombres, lecturas de Enmanuel Kant, Sigmund Freud, Gabriel D´Anuncio entre unos pocos y perfiló en ellos una tendencia existencialistas, mezcladas con el género romántico en la literatura y es de allí donde se desprende su macada tendencia al despego por la vida, lo que para muchos es señalado como tendencias suicidas.

Sin embargo los estudios científicos y problemas filosóficos se repasan en estas revistas de una manera muy tímida sin poder afirmar su exclusión en el ambiente intelectual de Bucaramanga.

7. El ensayo.

El ensayo como género literario hace permanente la actividad intelectual en un ambiente inquieto para los aconteceres culturales. Éste permite recrear las ideas, puntualizar episodios históricos, hacer revelaciones de la crítica literaria, inducirse en matices sociales, políticos y económicos y es por este género que pueden comprenderse las manifestaciones culturales como lo anota Otto Morales en "Perfiles literarios en Antioquia", que en el ensayo se descubre la fabulación de nuestro territorio.

De manera que el exponer los ensayos encontrados en la revistas de letras sería extenso, pero el tener en esta páginas a ensayistas de la talla de Sanin Cano, Luis López de Mesa y Rafael Uribe Uribe, nos demuestra el alto reconocimiento del ensayo como contenido fundamental de estas revistas.

Entre los de talla internacional, participan Pedro Henríquez Ureña, Gregorio Marañon Posadillo, José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Paúl Valery y Víctor Hugo, haciendo que la lectura de sus trabajos sea buen ejercicio intelectual y una herramienta para la riqueza cultural del pensamiento. Tanto Ortega y Gasset, como Miguel de Unamuno, se colocaron en el vértice de la modernidad "edificando sus desdenes por el pasado clásico, sobre una casta ignorancia de las humanidades y del clasismo". Esta afinidad a ciertos autores resalta esa inquietud dentro de la práctica cultural para universalizar sus pensamientos.

El periodismo, la crítica literaria, el hacer cultura enmarcan una temática discutida por nuestros escritores en ese ambiente donde la preocupación como productores culturales y la significación que le han dado en Santander a algunas revistas como "el hermano menor, enfermo, aislado, olvidado y pobre" dentro de la decadencia literaria que se registra en Colombia.

Es en el ensayo donde se representan los elementos que nos rodean, en donde se retratan las problemáticas de una época, la sinopsis, los conflictos que sacuden una circunstancia histórica y es de estas singularidades que retratan las manifestaciones del pensamiento.

8. Los que quisieron ser poetas

"y lo fueron", es el título que distingue la sección de poesía en la revista Rumbos, y en ella la exposición de los más adornados poemas de los hombres de letras santandereanos, pero siendo de la misma manera el título para una sección en la revista Intenciones, con la diferencia que en esta era una sección a cargo de Martín Cabrera, como contestación y crítica a colaboraciones de escritores santandereanos a la revista; es decir, una sección incitadora a la polémica que quería plantear esta revista.

La presentación de los versos y las poesías se titulan en algunas revistas como: "Prosistas Colombianos","Grandes Autores Americanos", "Pagina Lírica", "Los poetas", "Página Literaria" que hacen de la poesía una pausa para separar una sección de otras.

El objetivo de las revistas era el de estar "a disposición de todo el que se sienta capaz de contribuir al florecimiento de las letras santandereanas" y servir de vitrina de sus obras poéticas; los sonetos, versos y prosas, adornan y enorgullecen la tierra Santandereana, ya que por sus numerosos trabajos poéticos, hacen distintiva la actividad de las letras en el departamento.

Aparece una revista dirigida por Valentín Núñez, Mundo Alegre, que recoge en ella el álbum completo de sus poesías.

Innumerables son las obras poéticas encontradas en estas revistas de un carácter descriptivo, que se atrevía a describir el paisaje y las bellezas femeninas que figuraban en las páginas sociales, ese romanticismo y clasicismo fueron la fuente de inspiración para los poetas santandereanos. El predominió de la influencia francesa, Víctor Hugo, Baudelaire y Verlaine, quienes comunicaron la inquietud de nuevos ritmos y sonoridades para la expresión poética, o dicho de otro modo que "el modernismo americano proviene del romanticismo, simbolismo y parnasianismo franceses."

Las tertulias, los concursos literarios, los recitales, muestran la dinámica de esta actividad, ya que a Bucaramanga la visitaron poetas, ensayistas como Carlos Arturo Torres, el Uruguayo Ernesto O. Palacio, Francisco Vergara Barros, poetizas como Teresa de la Parra, Alfonsina Storny y Porfirio Barba Jacob, quien compartió tertulias en el café Inglés, con Manuel Serrano Blanco, Juan Cristóbal Martínez, Jaime Barrera Parra y Víctor Paillie, entre otros.

Esos espacios creados para la sociabilidad, como lo fueron el Teatro Garnica, el café Inglés, los Clubes de Santander y García Rovira, en donde se comprometía a nuevos escritores a aventurar en el campo de la poesía.

Las poesías extranjeras sirvieron de influencia en la inspiración para muchas de sus penas interiores, en las que las transponían en esas hojas sueltas de las revistas de letras.

La presencia española se dio por parte de Juan Ramón Jiménez, Antonio y Manuel Machado, Gustavo Bequer Gustavo Adolfo, y Francisco Villaespesa.

Y Así de la influencia francesa, encontramos a Anatole France, Andre Gide y los reconocidos poetas malditos: Charles Baudelaire, con su Himno a la belleza, traducido por Eduardo Castillo para la revista Intenciones

… A la más amada y más bella

que irradia en mi su claridad,

al ídolo inmortal, al ángel,

¡ Salud en la inmortalidad!…

Y de Paul Verlaine, Sagesse, traducida por Enrique Martínez González en la revista intenciones Número 32 de Diciembre de 1936:

… OH Dios mío, me has herido de amor

y la herida todavía vibra,

o Dios mío, me has herido de amor.

OH Dios mío, tu temor me ha sacudido

Y la quemadura está aún ahí y retumba,

OH Dios mío, tu temor me ha sacudido."

Es esa nostalgia, de un más allá, de un sufrimiento interno, la insatisfacción, el desborde de la realidad que aparecen en las obras de estos geniales poetas, lamentando su existencia. Es ese romanticismo que obliga al escritor a lanzarse en contra de las convenciones de su tiempo, y que sirvió para una generación de escritores colombianos que se formulaban en movimientos literarios; y no más claro lo expresó Sanín Cano en uno de sus ensayos, El modernismo "en suma , el romanticismo preconizó el dominio de la fantasía que sus adeptos pretendieron haber libertado de las cadenas impuestas por las antiguas normas del clasismo; el realismo nuevo y su derivado el naturalismo basaban sus actividades literarias en la sumisión a la experiencia; los poetas del parnaso se contentaban con la observación, imaginando que podían representar la naturaleza impasible sin entregar al mundo sus propias emociones; sin renunciar al uso del conocimiento y la experiencia, los modernistas, algunos de ellos inconscientemente, fundaron su obra y sus principios especialmente en el ejercicio de la bella facultad del alma humana llamada intuición"

Pero, sin duda, la gran motivación por la literatura latinoamericana fue la presencia, de los grandes modernistas como Rubén Darío, Salvador Díaz Mirón, Esteban Echeverría, Manuel Gutiérrez Nájera (Duque Job), Julio Herrera y Reisig, Amado Nervo, Carlos Martínez Rivas, Andrés Mata, Pablo Neruda, Jean Prevost, Leopoldo Lugones, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Teresa de la Parra, Edith Telica, Juana de Ibarborou y Laura Victoria, para el reconocimiento de las letras femeninas en Latinoamérica.

Muchos de ellos exploradores de nuevas fuentes de juventud verbal, que generan el sentido de ingenio como culto a la novedad, un abandono de la rima, excluyendo lo anecdótico y lo narrativo para dar paso a una generación vanguardista.

En la literatura colombiana se marcan tres grandes generaciones, empezando por la del centenario, y en esta, escritores contagiados de modernismo. Se recoge en principio el romanticismo de Julio Arboleda, Miguel Antonio Caro, Julio Florez, Epifanio Mejía, Rafael Núñez, Rafael Pombo, y José María Samper.

Para introducirse en el modernismo aparece igualmente en estas revistas obras de Guillermo Valencia, no siendo solamente poeta sino magnífico orador, hombre político que cultivó varias literaturas de muchos países y tendencias de su tiempo.

Así mismo José Asunción Silva se cita en estas revistas con sus nocturnos, Midnight dreams, y la infancia, además la revista intenciones publica el prólogo preparado por Miguel de Unamuno para la edición de la obra completa de Silva después de su muerte.

Una generación posterior desarrollada en Colombia, Los Nuevos, compuesta por un lenguaje surrealista que expresa sus ideas en metáforas y pensamientos exageradamente sutiles; en este caso las revistas Club campestre, Revista de Santander, Stadium, Intenciones y Tierra Nativa plasman en sus páginas a los voceros de esta tendencia literaria, una muestra de estas es Paralelas de León de Greiff:

Hora que el día esté de azul y sol

Sol dominguero, restallante azul

Haré vibrar las cuerda de rabel

Y retremer el parche de timbal!…

Este nuevo lenguaje de la mano de Rafael Maya, llamado por Sanín Cano "el escritor de genio universal que ha dado Colombia", y además Gabriel Turbay, Carlos Lozano, no sólo exponen sus obras , sino que son estudiados por escritores Santandereanos en secciones especiales para la crítica literaria en secciones como la de "Estudios Críticos" y Poetas de América .

Y para esta nueva generación, la figura de Miguel Ángel Arenales, más conocido por su seudónimo de Porfirio Barba Jacob en su paso por Bucaramanga marcó el estilo de poetas Santandereanos entre grandes desánimos, dudas, rebeldías e interrogaciones, Porfirio hizo parte de los recitales que se presentaron en el Teatro Garnica, y entabló vínculos amistosos con los escritores de este tiempo entre ellos el ya muy nombrado Juancé.

Conceptos como el de "Figuras intelectuales" distinguen a escritores nacionales y regionales entre los que se reconocen a: Jesús Zárate Moreno, Luis López de Mesa, Antonio Llanos, Hernando Téllez, Alberto Dow, Oscar Echeverri Mejia y Nicolás Bayona Posada, este ultimo que no sólo como poeta cumple la labor de hombre de letras sino como conferencista "para la inmensa labor de proselitismo artístico y de sólido prestigio en el campo de la cultura nacional"

No escapan los piedracielistas dentro de estos primeros cincuenta años del siglo XX en las páginas de estas revistas. Eduardo Carranza encabeza en Colombia este movimiento vanguardista de hispanoamerica. Para el conocimiento de este nuevo género literario en Colombia Club Campestre presenta como abrebocas, un concepto de oposición, por el manizalita Arango Villegas, quien afirma su extrañeza a este gusto poético como "verdaderamente lamentable que mozos de tanto valer puedan malograse para la literatura nacional si siguen por el atajo por donde han echado". Este humorismo criollo como se anuncia en el siguiente número al respecto del concepto de Arango Villegas denuncia esa irrupción en las formas del leguaje con esta nueva tendencia poética como la "culminación de un proceso revolucionario contra las formas anquilosadas de una poesía, llena de greco latinismos parnasianos, pomposa y exuberante como un monumento barroco, pero trascendente en su contenido y falta de alma para remozarse en nuevas tendencias poéticas".

Aquellos escritores santandereanos se empaparon de poetas nacionales, extranjeros, y de cada cual extrajeron sus ritmos para combinarlos con sus penas interiores y así escribir sobre lo que pudieran hacer referencia, versos, romances y sonetos, para ser publicados en estas revistas.

Es de reconocer la existencia de 19 revistas de carácter literario, como ellas mismas lo afirmaban en sus propósitos iniciales y gracias a un número representativo de talleres tipográficos que hacían mas fácil esta tarea de publicar, reconociendo de la misma manera que en la prensa regional había lugar para la página literaria y por demás los claustros educativos reconocían el papel de la literatura como un oficio del hombre culto en el medio de las letras en Santander.

A pesar de que se tenían abiertos los espacios de difusión cultural, el escritor que figuraba tanto en las revistas como en la prensa, siempre fue el mismo, esto debido a que el grado de sociabilidad para la cultura en Santander era muy cerrado. Estos hombres fueron figuras políticas, reconocidos comerciantes y hombres de apellidos muy reconocidos en la región, ese grado de familiaturas al que pertenecían fue el que de algún modo diferenció a la clase culta santandereana de la que hacían referencia las revistas de letras de la época.

La exclusividad para ser miembro de clubes, centros literarios y partidos políticos fúeron las que definieron a ese pequeño grupo de hombres de letras en Santander. La difusión a la que llegaban las revistas en muchos casos servía como una certificación a aquellos hombres que allí figuraban al ser reconocidos en el país como en el extranjero ya que algunas revistas poseían agencias internacionales.

Para tierras santandereanas, el sacar del olvido poetas como lo fueron en su tiempo Emilio Pradilla, Luis Ernesto Puyana, Rafael Ortiz González, Vicente Arenas Mantilla, Luis Carrillo Penagos, Pedro Gómez Valderrama, Horacio González Reyes, Alfredo Lamus Rodríguez, Carlos Uribe y de plumas femeninas como Alicia Harker de Carreño quien, al igual que Rosalina Barón Wilches, fue directora de dos publicaciones periódicas: la primera de la Revista Aurora una revista del hogar y Rosalina Barón, quien dirigió Boletín Cultural en 1964.

Otra mujer reconocida por sus dones literarios fue Carmen Ortiz de Gómez Mejía, quien desde muy joven hizo parte de esos cenáculos intelectuales, hermana del también poeta Rafael Ortiz González y en su juventud recibió de estas tantas poesías, dedicatorias como edecana y figura literaria.

Para las poesías publicadas en estas revistas el gran tema de inspiración fueron las mujeres ya que, no sólo las portadas de las revistas eran dedicadas a ellas, como una tarjeta de presentación en la sociedad es el caso de Stadium, Paréntesis y Tierra Nativa, al igual que secciones como Damas santandereanas, y la Página Social que con sus fotografías, se acompañaba de una dedicatoria poética. Es el caso de Carmen Ortiz de Gómez Mejia:

Desgranan tus ojos un par de tristezas,

destilan tus labios sonrisas de nácar.

Sonrisas, tristezas de reina escapada de trono…

Como este poema, otros tantos elogiaban a la belleza de la mujer santandereana. Para decoro de las páginas de estas revistas muchos de sus autores, permanecían en el anonimato y otros tantos poseían seudónimos.

Dentro de los escritores santandereanos el uso del seudónimo era muy frecuente para su distinción como figura literaria. Tenemos firmando a Luis Arenas Serrano, como Ratán para la prensa local, Juan de Dios Arias, se distinguió con su firma de Mr. Pick en las revistas locales como nacionales.

Igualmente aparece la firma de Juan Lamprea (José Antonio Escandón), Gustavo Gómez Mejia utilizaba para su revista Pipatón el seudónimo de Lisímaco Centeno como el más frecuente ya que solía apropiarse de varias firmas.

Blas Hernández quien colabora en muchas revistas, usa el seudónimo de Paulo solo para las secciones de "Mis opiniones" y la novela "De mi Diario" en la revista Alma Latina.. Luis López Rodríguez, firma como Fedor en su dirección en la Revista Cordillera, Daimar (David Martínez Collazos) conocido este seudónimo en sus colaboraciones para la prensa santandereana, pero dentro de las revistas de letras en la firma de sus novelas era hecho bajo su nombre propio.

Juancé (Juan Cristóbal Martínez) como firma distintiva que fue usada en la totalidad de sus escritos, en las secciones de las revistas que llevaban por nombre "Crónica de Juancé", al igual que en la prensa. Este escritor tanto por su carácter literario y político, y su personalidad, marcó la vida pública local, se perfiló en la historia periodística como "la encarnación del cronista ágil y de sutilísima ironía, que bien pudiera causar envidia a humoristas de la talla de Campeamor, Larra y Anatole France, en algunos aspectos" .

Entre otros seudónimos utilizados entre estos hombres de letras es el de Ángel Ribot (Valentín Núñez), quien más veces se hacía llamar por su seudónimo que por su propio nombre.

Antonio Sepúlveda, quien colabora para Intenciones con la firma de D´antomarse. Otro escritor que tardíamente utiliza el seudónimo es Sebastián Antolinez bajo el nombre de Pablo Zogoibi. Entre otros Caballero Andante(Luis Sanmiguel) quien sólo colaboró para Intenciones y por último, la firma de Lucio Duzán, que trajo controversia dentro de la crítica literaria en Santander, quien se atrevió a juzgar el perfil de los escritores santandereanos, esta era atribuida al joven bogotano Jesús Maria González Martínez.

Esta gran cantidad de poetas que se lanzaron a la travesía del quehacer literario, lo fueron en la busqueda de un posicionamiento y un reconocimiento como figura dentro de las letras regionales pues muy pocos son reconocidos a nivel nacional, pero su constancia y empeño para este oficio de literato implica un reconocimiento en la literatura colombiana, ya que como lo anota nuestro gran cronista José Joaquín García "el cultivo de la literatura y de las bellas letras no ha ganado por desgracia entre los habitantes, todo el adelanto que es de desearse pero los muy señalados, que trabajan en ese sentido lo hacen con fe y perseverancia, a favor del cual, es posible que no muy tarde logren despertar aspiraciones nobles en el campo de los estudios".

La poesía, para el escritor santandereano, era la voz de sus sentimientos, fuesen de amor a la mujer o amor a la patria. Una muestra de ellos nos la da el gran poeta Ismael Enrique Arcíniegas con su poesía titulada "A solas" para la Revista Paréntesis N° 10 de 1938:

Quieres que hablemos? Esta bien, empieza

Habla mi corazón como en otros días..

Pero no… que diría?

Que podrías decir a mi tristeza?

… No intentes disculparte:

Todo es vano!

Ya murieron las rosas en el huerto;

El campo verde lo secó el verano,

Y mi fe en tí, como mi amor, ha muerto…

Carlos Uribe con su poema titulado "Trágico" publicado en Alma latina N° 1 de enero de 1919:

Era una virgen: mi pasión creciente

Halló en ella mis santas alegrías

Que fueran una mística corriente

En el revuelto mar de mis orgías

El fuego de su amor muy suavemente

Me hizo olvidar las noches tan sombrías

De la taberna cruel, donde clemente malgastaba mi honor, mis energías.

Pero una tarde con furioso exceso

Volvió a nacer en mi la férvida locura

Abrazando su talle dile un beso

Que me hizo comprender que estaba inerte

Era tan santa, virginal y pura

Que antes de un beso la mató la muerte.

Esta poesía santandereana con un aire romántico muy francés que les sirvió como inspiración.

Otro aporte poética de tendencia regional como la voz del pueblo que reclama en "Canto a Barrancabermeja" por José Ortega Moreno en la Revista Santander N° 18 de Marzo de 1967:

…Podéis pisotear las banderas del pueblo

levantar la mentira contra el rostro del pueblo

enlodar con letras los periódicos deshonestos

por una vileza de promesas,

pero nunca,

oídlo bien,

nunca arrodillar la esperanza del pueblo.

Vosotros sólo sabéis de engaños

De parcialidad y de discursos,

OH reverendos padres de la patria!

Pero el Pueblo se está sacudiendo de la ignorancia

Con que lo bautizaron sus halagos

Y un día estará en pie, y cuidaos

Porque ese día

Reclamarán sus derechos con las manos.

Este es un poema dedicado a la ciudad natal del autor, quien afirma, que es una ciudad sacrificada por un duelo de tigres y amapolas, pero un pueblo lleno de esperanza.

Santander demuestra al igual que la poesía colombiana una actitud habitual, el reflejo de una "interioridad muy rica, con una sensibilidad agudísima y una visón muy personal del hombre y el mundo, nos entregan sus mejores instantes en una poesía interna, subjetiva emotiva y sin duda perdurable".

9. Cuentos y novela s por entregas

Como otro género literario, la publicación de las novelas por entregas era de gran significación para complementar el carácter literario que diferenciaba a estas revistas editadas en Bucaramanga.

El tema de la novela era ampliamente promovido por editoriales como la imprenta departamental y la casa editora de la Cabaña y otras privadas como la editorial Marco A. Gómez, que contribuyeron a esa labor literaria de publicar novelas de escritores santandereanos.

La invitación a participar en estas revistas con sus cuentos, novelas y crónicas, era con el propósito de descubrir esos talentos santandereanos, así como lo fue Jaime Ardida Casamitjana quien, además de periodista, con su novela BABEL obtuvo un reconocimiento nacional e internacional, ya que "tanto se abusa en el mundo literario, del encomio fácil, del elogio complaciente pues ya no sabe uno como celebrar, olvidando los tópicos habituales, la aparición de un libro como este de profundo interés humano y de verdadero valor artístico. A mi juicio, Babel es una de las mejores obras de la literatura hispanoamericana" este es un concepto mitido por Luis Zuleta en el diario nacional "El Tiempo".

Jaime Barrera Parra, en la primera revista dirigida por él, Santandereana, publica gracias a su afición a la literatura francesa la obra de Camille Lemontier "Un Male", en su idioma original y así, entre otros novelistas franceses encontramos a Paul Bourget, Anatole France, Andre Gide y Jorris Karl Huysmans. En su mayoría, estos aparecen en la sección de estudios críticos de la revista Intenciones y un pequeño capítulo de alguna de sus novelas.

Alma Latina nos presenta novelistas europeos con la publicación de sus novelas por entregas, con obras como "El crimen de la posada", "los intereses creados", publicadas en Intenciones igualmente "En un país de encantos" todas estas por Jacinto Benavente.

Así mismo encontramos a José Martínez Ruiz Azorín, en Tierra Nativa, Rumbos y Selección.

Como de este mismo grupo conocido como la generación del 98 encontramos a Pio Baroja, y Joaquín Dicenta. Entre otros tenemos también a Gabriel Miro, Concha Espina y Maximo Gorki.

La literatura latinoamericana, con su tímida participación en la creación de Novelas, cuentos y dramas, se contagia por esa influencia europea, en razón de que la vieja Europa "mandaba aires de renovación y de tormenta, para la política y aires de libertad y de nuevos contenidos para las literaturas. Era que ya había alboreado el romanticismo sobre los corazones de los hombres y comenzaba a aparecer el rictus de la poción que sembró de lágrimas y esperanzas, de cariños y de amor los cantos, los escritos, las filosofías y las doctrinas de los hombres pensantes. Porque eso fue lo que en síntesis, el romanticismo un desembocamiento de las pasiones de la sensibilidad y de la quintaesencia del dolor y la esperanza" así comprende la literatura Rafael Flórez Camacho en sus ensayo critico para la Revista de Santander.

Teresa de la Parra, José Enrique Rodó, Artemio Arzipe Valle y José Vasconcelos son algunos de los pocos novelistas latinoamericanos que se conocen por medio de las revistas de letras, ya que Santander fue más atraída por la novela Europea y fue por "cierto snobismo colectivo que ignoramos muchos de los valores de América, leemos los europeos y los Norte Americanos y está bien porque con ellos aprendemos a pensar con más desenvoltura y más profundamente, lo que si no está bien es que no nos preocupemos con la misma intensidad por conocer lo de nuestro continente y los más grave que tenemos, un complejo terrible de inferioridad que debemos extirparlo de raíz sin que por eso dejemos de aceptar la oligarquía de pensamiento universal y del cual ejerce una verdadera dictadura el viejo mundo" se era conciente entonces por esa ingratitud para la literatura latinoamericana

Queriendo congraciarse entonces la revista Intenciones, aparta en sus páginas una sección titulada "Grandes Hombres de América" que aunque no nos presente sus obras nos presenta los nombres de escritores que produjeron literatura en nuestro continente como Francisco Bilbao, Rubén Darío, José Manuel Arce, Carlos Soublete, José Matias Delgado, Jesús Jiménez, Diego Barros, Olavo Bilac, Cleto González y María Félix del Monte.

De nuestra literatura nacional tenemos figuras con importantes obras literarias, destacándose novelas románticas, regionalistas y realistas. Aunque el nombre de José Eustaquio Rivera no aparezca en las páginas de estas revistas, su obra no puede decirse que es desconocida, ya que, como es habitual en el oficio de los hombres de letras en Santander, la apropiación de obras traducidas, títulos y tendencias como propias hacen parte de este quehacer literario. "Tierra de Promisión" como aparece en revistas como Stadium, Club Campestre y Cordillera no nos hacen referencia a este autor, sino que titula una sección de monografías regionales, en la que nos presenta la reseña histórica de municipios de Santander.

En la publicación de obras nacionales es más apreciado el género del cuento por parte de autores como Antonio Álvarez Lleras, Octavio Amortegui, Adolfo León Gómez, Luis Tejada, entre otros.

En algunas revistas sus directores consideraron la colaboración de escritores de nivel nacional importante para la maduración como proyecto literario. Entre los que colaboraron con sus novelas y cuentos encontramos a J. A. Osorio Lizarazo, Hernando Téllez y Fernando de la Vega.

Para la literatura santandereana "Avanzamos lentamente…. Pero avanzamos" ,"no porque nos falten plumas y talento: quizás porque nos sobra pereza y escasea estimulo y aún más porque nos es hostil el ambiente. Se publica una obra? No se la lee. Se edita una revista? No se le ayuda a sostenerse ni con el óbolo que representa el precio de un ejemplar, ni con colaboración, ni aún con platónica simpatía".

Y es por ello que algunas revistas combaten contra ello, la promoción de artistas y escritores, su presentación en el campo de las letras fueron los propósitos para la creación de estas revistas de letras.

Y es quizás por esto que las poesías, los cuentos y las novelas por entregas fueron indispensables como contenidos, ya que en nuestra literatura nacional las influencias persisten más que las creaciones propias a sabiendas de que "todo lo debemos a Europa, raza, lengua, Religión, costumbres, pasiones, virtudes y hasta los Vicios… así como a Francia , sus modas, gustos, su comercio de lujo y compendio de la elegancia y goce… de Italia la fiereza y petulancia del fascismo odiosos de Musolini… de Alemania a Goethe, Shiller, Nietche asociada en la influencia musical de Australia, exaltada en sus filósofos por Kant y como Hegel…"

En estas afirmaciones se enraizó el pueblo santandereano viviendo de apologías, traducciones, y de meras aproximaciones, que de una producción que represente el costumbrismo que caracterizó la literatura nacional.

Para nuestras tierras Santandereanas, con el cuento y la novela, hace la presentación de su obra completa Ernesto Camargo Martínez con "La vida de Iván el mayor", en 11 Números publicados en Intenciones, y otras de sus obras en Tierra Nativa y Revista de Santander.

De los hombres de letras en Santander también se destacan Luis López Rodríguez, Mario Acevedo Díaz, Vicente Arenas Mantilla, Aníbal Arias Phillips, Cristian Clausen, Félix Consuegra, Camilo Forero Reyes, Alfredo Lamus Rodríguez, Gustavo Cote Uribe, Edmundo Harper Puyana, Felipe Serpa, Valderrama Benítez y además de Jaime Barrera Parra, quien también incursionó en el campo del cuento, Enrique Pardo Forero conocido en las letras Santandereanas como "Luis Tablanca", Norte santandereano que colaboró en Alma latina, Rumbos, Tierra Nativa e Intenciones.

La poesía, el cuento, la crónica y la novela, fueron el ejercicio intelectual y la carta de presentación de estos hombres de letras en Santander, en esta dinámica de sociabilidad en los cafés y teatros, con los recitales, tertulias y las lecturas, que hicieron que la literatura fuera parte del quehacer para "preparar los espíritus, aislar el pensamiento y vigorizar el brazo".

10. TIERRA DE PROMISIÓN

En esa necesidad de recoger las formas de expresión de un pueblo, no sólo literaria y artística, la economía hacía parte de este interés dentro de los hombres de letras, Santander como región agrícola y con influencia altamente comercial prometía manejar una economía próspera.

El tema económico tenía apartada su sección en todas las revistas de letras sin excepción, en unas existían secciones como "Notas Agrícolas" para Tierra Nativa, "Pagina Agrícola" para Sagitario, "Nuestra economía", "Noticulas", "Tierra de Promisión", mientras que hacia parte de la Editorial sin llegar a ser un tema ignorado.

En el aspecto agrícola, el cultivo de café, la producción de tabaco, la explotación del caucho y la ganadería eran su mayor preocupación. Se conocieron en Bucaramanga revistas exclusivamente agrícolas como lo fue el agricultor y Canela Colombiana, que sirvieron más de cartilla instructiva pues el problema era la educación agrícola: visto que "nuestros agricultores son enemigos de innovaciones por eso el atraso. En el país se compra tabaco teniendo la capacidad de producción es decir no hay educación agrícola". Para el hombre santandereano no había visión de la modernidad "Santander sigue atado al pasado, mientras el resto se industrializa con el pensamiento del siglo XX" se vivía de cierto conformismo.

La obra del Ferrocarril de Puerto Wilches estuvo presente desde la segunda década de los años XX como una perspectiva del desarrollo de la región santandereana; se anunciaban adelantos en las obras viales, la construcción de puentes como mejoramiento a los corredores comerciales de la región.

La presentación de una Bucaramanga elegante y próspera era el retrato de estas páginas seleccionadas de economía, la construcción de edificios, avenidas y el estadio, fueron proyectos que se mencionan como factores de progreso.

Para esta sección las colaboraciones fueron dadas por: Alfredo García Cadena, Gustavo Gómez Mejía, Cristian Clausen o en otros casos la preocupante situación económica era citada en la editorial de las revistas e igualmente se hicieron invitaciones al gobernador de turno para presentar sus informes de gestión.

Para la economía regional, "El centro", como era llamado por muchos, fue la gran excepción de ese conformismo social. Barrancabermeja tomó el lugar de las proyecciones y esperanzas de un pueblo para su progreso y, muy apresar de eso, el crecimiento de Barrancabermeja se dio a gran velocidad, lo que no ha podido fijar rumbo para su destino, siendo una ciudad que "vive deprisa, y toma en sentido provisional la razón misma de su existencia. Tal vez por eso ha sido protagonista de inmensas vicisitudes en su corta existencia, y que la ha caracterizado la irresponsabilidad del anonimato, orientado al goce básico de la vida". Fue un progreso acelerado para la industria y un tropiezo para el desarrollo de una ciudad; sin embargo, figuró como la esperanza orientadora para el hombre santandereano.

En el Cargo de senador, Rafael Ortiz González invita a tomar parte del progreso petrolero de la región: "vinculando a las generaciones santandereanas a la empresa colombiana de petróleos, es necesario que los hijos de Santander confundan sus actividad e inteligencia con la vida y suerte de las minas petroleras de su tierra natal, nadie más autorizado para vigilar, controlar y buscar los progresos de esta empresa nacional". Es de ese regionalismo que se alimenta el pueblo santandereano; el tema del centro petrolero significa poder económico frente al país en vista de que "el municipio de Barranca produce la mayor riqueza que cualquier otro en Colombia…." su preocupación es que casi la totalidad de sus riquezas son absorbidas por la entidades nacionales y departamentales, hechos que se toman como consideración en esta temática ya que no corresponde al progreso y bienestar que merece el municipio.

El desarrollo del centro Barranca ofrece más "posibilidades de ciudad" a los ojos de un trabajador de la planta, quienes ven de forma despectiva la estática de Bucaramanga. Para la revista Pipaton, Gonzalo Buenahora hace un retrato con el objetivo de encontrar diferencias entre Bucaramanga – Barranca deduciendo que el progreso y la riqueza de Santander dependen únicamente de Barranca y que "Bucaramanga aunque progrese en lo social no dejará de ser un pueblo grande" En Efecto: " hubo un tiempo en que el feudalismo medieval y religioso constituyó en la ciudad de los crepúsculos la clase dominante. Familias ilustres de rancio abolengo sostenían en la ciudad, a costa del sudor campesino, su casa solariega. En aquellas ricas mansiones nadie trabaja. No se podía trabajar. Estaban hechas exclusivamente para el regalo de la vida y el deleite de los sentidos. Del campo llegaban las legumbres, las frutas, el carbón y la leche. Las hijas dedicaban las blancas horas de sus perpetuos ocios al afeite de su propia belleza o mataban el tedio de las horas inútiles ejecutando al piano algún clásico trozo de Betini. Los hijos malgastaron su tiempo en el colegio de los Jesuitas, quienes por ser hijos de tales, les soportaban su tal aversión al estudio hasta el día en que espontáneamente se fugaban de la casa paterna o los metían al cuartel para ver si se amansaban. El hecho es que el feudalismo bumangués en decadencia no aportó un solo nombre al arte ni a la ciencia nacional. Por aquel entonces, el floreciente comercio de Bucaramanga estaba en manos de hombres oscuros y extraños, pero trabajadores tenaces. Chedraui, Korgi, Barbour, Fallad, etc. El apellido Turbay aún era plebeyo, recuerdo que la nobleza de aquel tiempo le hecho balotas negras al que es hoy embajador de Washington, pero que en ese entonces no era más que el hijo doctorado de un pequeño comerciante. Al señor de la casa no le bastó el trabajo de diez o veinte arrendatarios para sostener el lujo que derrochaba su numerosa familia de parásitos y tuvo que ir hipotecando la finca palmo a palmo. La Banca, como un enorme pulpo imperialista, se fue tragando sin piedad las fincas y fue dejando al pobre señor en la miseria, quien terminaba generalmente, envenenándose o pegándose un tiro en la cabeza. Entonces la familia se disolvía. Los hijos después de buscar fortuna en diferentes sitios, terminaban pidiéndole "chanfaina" al señor Turbay que ya para ese tiempo era ministro. Las hijas, por razones económicas que el corazón respeta y calla, tuvieron que mezclar su sangre azul, con sangre sacarrena. Pero ya también para ese entonces, Levis, Chálelas se habían tornado ilustres. La burguesía comercial bajo la fuerza de un imperativo había cumplido su misión histórica de desalojar definitivamente al feudalismo. Mas la burguesía al ocupar el puesto de comando no pudo desembarazarse de los vicios que le dejara como herencia un feudalismo decadente, y se dedicó a imitar servilmente a los señores. No hay cosa más artificial ni más postiza que las costumbres de un nouveau riche. Pero la clase media que es la más abundante, porque la más burócrata fue la que llevó la peor parte en las taras que el feudalismo nos legara. En contra de lo que enseña Marx que en toda sociedad la clase media- por inestable- tiende a unirse al proletariado, esta es la clase media de la ciudad promesa le huelen mal las clases explotadas. Cada pequeño- burgués es un señor en potencia. Aún más: se siente ya todo un señor. Mantener relaciones sociales con los de arriba es su mayor desvelo. Pero como le falta la base económica que es lo primordial, su vida es falsa, difícil, estirada, artificial, insoportable. El padre, por lo general gana 100 pesos y el hijo es un gomoso que no falta a las fiestas del club Campestre, aunque en la casa no tengan como almorzar. Es una vida horriblemente bovarista. Por eso Bucaramanga aunque progrese en lo social no dejará de ser un pueblo grande…Gonzalo Buenahora. Barrancabermeja, Noviembre de 1940"

11. NOTICIERO DEPORTIVO

Como ejercicio intelectual, las tertulias y los recitales, el deporte también hizo parte de espacio de esparcimiento; en la página social los encuentros deportivos daban un vistazo de sus aficiones, ya que sus directores reconocieron que le deporte era indispensable para la cultura del departamento.

Para las revistas de letras el deporte aparta su sección desde 1927, anteriormente se hablaba de él como un hecho curioso en la sección de "Variedades o Momentáneas".

Creada la Unión Deportiva en 1927 como una "Federación de entidades sociales organizadas en Bucaramanga para fomentar la cultura física de la Juventud", se inauguran los Juegos Departamentales que serían realizados anualmente con una fiesta de gala en el Teatro Garnica dirigidos desde aquel entonces por Martín Carvajal, David Martínez Collazos y Emilio Garnica, reconocidos igualmente por su participación en las letras de Santander.

Los centro educativos promocionaron igualmente esta práctica, el aporte de los Jesuitas para Santander se hizo no sólo en las letras, sino en el deporte, así como el colegio San José de Guanentá, quienes participaron en las I Olimpiadas Regionales. La unión deportiva, como el Club Deportivo Latino, invitaba a esta clase de eventos anunciándolos en los pies de página de estas revistas.

Para estos hombres de letras, que pertenecían por si mismos a una clase distintiva, haciendo parte de clubes y asociaciones, seguían formulando entre ellas mismas práctica de exclusión.

El deporte tomó su lugar y la importancia en las páginas de las revistas adornando de la misma manera la página social con la presentación de un desfile deportivo, un campeonato o torneo de Tennis.

Así como muestra de esa actividad nació en Bucaramanga Record, una revista gráfica dedicada exclusivamente al deporte. Entre las revistas de letras, club campestre demostró ser "el proyecto para que esas páginas fueran consideradas como órgano nacional de los clubes campestres del país.

Quizás por ese deseo de que nuestra cultura se fuera vinculando aquí y allá, con las mentalidades amigas de los intelectuales, puesto que ellos no conocen las fronteras ni los lindes regionales, quizás olvidamos que esta revista es del club y que es necesario hablar en confianza con nuestros amigos de aquí; con los que diariamente vienen a compartir nuestros ratos de ocio, pasados en las canchas de los bolos, de Tennis y del Golf".

Los juegos olímpicos, el día de la Raza – desfiles inaugurales fueron los motivos de las galas deportivas, así mismo los torneos de los clubes, como el Unión, el Campestre, las salidas al lago en Florida y las luchas de boxeo practicadas en el teatro Garnica.

Las presentaciones de todas estas actividades y la participación de esos hombres de letras y de las damas de la ciudad retrataban la cotidianidad y ese intercambio en la sociedad bumanguesa, ya que ella apropiaba para sí las últimas tendencias de la vida europea como lo hacía con la literatura.

El Tennis, el Básquetbol y la equitación, para las mujeres; el golf, el boxeo y el fútbol para los hombres, como lo señalan las revistas, son modelos que se implantan en la sociedad. Con las fotografías, las crónicas y notas informativas se demuestra que "Hay un resurgimiento deportivo entre nosotros. Las canchas de bolos se ven concurridas en las tardes tibias de Bucaramanga. Los verdes campos de golf, cada mañana dominical se ven poblados por la juventud deseosa de exhibir sus conocimientos en el clásico juego inglés y de mostrar sus indumentarias de informales colorines. Los cuadriláteros impecables blancos del Tennis son visitados de tarde en tarde por los aficionados".

De esta forma los titulares de "Crónica deportiva, Noticiero Deportivo, "Noticias y Charlas sobre el Golf", el "Club de Pesca", "Nuestras deportistas", "Hípica" fueron las secciones que apartaban las revistas para la promoción de los desfiles y prácticas deportivas.

Para 1941 se realizaron en Bucaramanga los V Juegos Atléticos Nacionales y en estos el Poeta Santandereano Aurelio Martínez Mutis nos regaló el Himno Olímpico, acompañado por la música del también escritor Gabriel Carreño. Para esta fecha, Bucaramanga estrena el Estadio Alfonso López como escenario de las Olimpiadas.

A través de la historia deportiva de Santander, la mujer ha sido un elemento esencial, animando y actuando en estas practicas, y estableciendo conjuntamente el Reinado Deportivo como símbolo de destreza y esfuerzo muscular.

Los grandes desfiles, las marchas por las calles de la ciudad, el encuentro en la plaza central, la fiesta de la raza y el día olímpico, se imponían con un sentido político; sus edecanes, los portadores de la antorcha representaban más que un deporte una ideología política. En 1932 se realizó un festival deportivo en el Teatro Covelli, actual Coliseo Peralta, de cuyas entradas se recogería dinero para "El Fondo de Defensa nacional" siendo declarada la guerra con el Perú y proponiendo que el deporte participe con la recolección de dineros para la adquisición de armas y municiones.

Anunciándolo en volantes "Como deber de nuestra patria contribuir al Fondo de Defensa Nacional y resuelve: dispóngase para el efecto la verificación de un festival deportivo, cuyo fin es nobilísimo, invítese a los equipos femeninos del Colegio santa Teresita y el Oficial de las señoritas a dar en la misma fecha y en asocio con los equipos masculinos, una partida de basketball en el Teatro Covelli.". Con estas insinuaciones las prácticas deportivas representaban una ideología política y, así mismo, en los desfiles, la organización y formación de las marchas tenían un alto parecido con los desfiles fascistas tal como la Olimpiada de Berlín que se convirtió en un verdadero acto de propaganda para Hittler.

Dentro de esta sociedad definida por los hombres de letras en Bucaramanga, el tener en la mano una obra clásica de la literatura europea o el porte de un elegante uniforme deportivo significaba la pertenencia a esa pretendida aristocracia, ya que estos modismos que se imponen no son "sino la incorporación de postulados, para el equilibrio de una vida más social, más franca más sincera, más interpretativa" como necesidad de encausar el cultivo de las artes, ciencias y letras para el "croquis de una nueva cultura" pretendida por ellos.

12. Ecos Sociales

La página social es la muestra de las formas privilegiadas de estos hombres de letras, su participación en la política, en la economía y en las letras.

Las fotografías y sus discursos en la práctica social nos representan el modo de vida de esta época, sus ideales y pensamiento que adquieren por medio de las revistas con un cierto grado de dominación por la posesión y reproducción de un lenguaje literario y por las costumbres y modas implantadas del extranjero.

El vínculo y la pertenencia con la clase dominante es exclusivo, de modo que el trabajo cultural se practica en este pequeño cenáculo de letrados, la mayoría de estas revistas tuvieran pocas ediciones y en casos excepcionales, llegaran a instituciones educativas o sectores populares, haciendo que ellas sirvieran como elemento de prestigio de esta sociedad.

Los bailes, ceremonias inaugurales, carnavales y reinados que se desarrollaron en los clubes, teatros y centros literarios, o de otro modo la mención de los duelos, el festejo de matrimonios, cumpleaños, graduaciones o la llegada de un familiar del extranjero, hacen parte de esas prácticas de sociabilidad que se adecuaron en esta sociedad de prestigio y preferencias.

En la totalidad de la revistas, la presentación de las damas de la sociedad santandereana adornaba gráficamente la portada de las revistas, o como pausa de secciones intermedias en las revistas, tituladas como: "GALERIA DE BELLEZAS SANTANDEREANAS"y "NUESTRAS COLEGIALAS" para la Revista Sagitario, "DAMAS DE SANTANDER" para Stadium, "BELLEZAS FEMENINAS" en club campestre, "MUJERES DE HOY" para Intenciones, "LA MUJER SANTANDEREANA" en Cordillera y "LA MUJER" titulada esta sección para Tierra Nativa y en casos excepcionales, Rumbos, Lecturas, Estudio, Motivos, las presentaciones fotográficas no aparecieron para ser parte de la página social.

La presentación de estas damas se adornaba con una producción poética, la mayoría de los casos firmada por un anónimo o su seudónimo difícilmente reconocido. Igualmente con las fotografías femeninas, se recrea con la presentación de los hijos de esos hombres de letras de Bucaramanga; estos pequeños son participes por medio de las páginas de dichas revistas.

La sección de "LA GALERÍA INFANTIL" los presenta como miembros de esta sociedad, sus nacimientos, bautismos y en concursos de disfraces.

Dentro de esta iconografía, la página social incluye matrimonios, cenas, bailes y carnavales como representaciones colectivas que hacen reconocer una entidad social, un Status como resultado de la representación entre la representación impuesta por aquellos que son parte del poder y que se clasifican y definen en la sociedad. Esta división social es el resultado de la representación en estas páginas sociales con sus prácticas como reconocimiento de estos hombres de letras como unidad.

Para Roger Chartier, la formación de monopolios es precisamente lo que permite la puesta de marcha de un mecanismo de acondicionamiento social, gracias al cual se educa al individuo en el sentido de un riguroso autocontrol, apareciendo en este medio una competencia social; es lo que demuestra claramente estas secciones, así los ecos sociales son la competencia de signos de prestigio, son una lucha de atributos y ventajas del poder social expresados en la prensa local y en las revistas de letras.

"La creación de signos que circulan en este intercambio social tienen como función eternizar" los poderes locales y plasmar allí con sus artículos y fotografías, hacen que estas páginas adquieran como imagen, una dimensión icónica dentro de la función de la prensa.

El hacer parte de las celebraciones del club campestre, el integrar los recitales en el teatro Garnica, el ser edecán o reina de un desfile deportivo fueron aspiraciones dentro de este grupo de los hombres de letras como el de plasmar una obra literaria.

Un sin fin de títulos hacen mención a la actividad social de Bucaramanga en la primera mitad del siglo XX, "COMENTARIOS MARGINALES, CARRUSEL SOCIAL, EL ATARDECER Y EL CLUB, DUELO LÍRICO, ECOS DE BAILES Y MÁSCARAS, ESPIGAS SUELTAS, HOMENAJES, FIESTAS SOCIALES, MESA REVUELTA, MOMENTÁNEAS, NOTAS SOCIALES, OTRAS LABORES CULTURALES, SOCIALES DEL MES Y SOCIALES DEL CLUB", todas ellas nos evocan la cotidianidad de la Bucaramanga de 1900-1950 y nos presenta sus modas y su actividad cultural.

Este ambiente de la primera mitad del siglo XX, presenta a Bucaramanga como un escenario artístico, por la presencia de poetas como Porfirio Barba Jacob, Alfonsina Storni, los hermanos Machado, artistas como Trinidad Gómez, Bertha Singerman y espectáculos taurinos y deportivos. El escenario de mayor reconocimiento en esta actividad cultural fue el Teatro Garnica, inaugurado en 1923 con una capacidad para 1800 espectadores.

Para la pantalla gigante, Bucaramanga poseía el teatro Rosedal para 1200 espectadores, fundado en 1931, teatro Libertador con capacidad de 1600 espectadores, teatro Sotomayor, construido en 1947, teatro Covelli actual teatro Peralta y el teatro Santander, fundado desde 1932.

Para ellos las revistas de letras sirvieron de publicidad en la presentación de películas como "7 Pecados capitales" expuesta en el Teatro Covelli en 1921. Como otras que figuran en la cartelera se presentaron "Tu hijo" de Mago Carlini en 1936, "Monja casada, Virgen y mártir", la Cruz y la espada" en el teatro Santander en 1936, "El Agua en el suelo" en 1937, "estrictamente confidencial", "Cuerpo y Alma" presentadas en el teatro Garnica en 1936.

Aun cuando el cine recibía una gran acogida, los colaboradores de las revistas recibieron la crítica denunciando, las películas mexicanas argumentando que equivalen a un 90 % de idiotización y que en nada ayuda en la intelectualidad de nuestro pueblo.

Así como en los teatros, los planteles educativos tuvieron la fortuna de proyectar películas como complemento a su formación.

La difusión de las artes, en el teatro, el cine, la pintura y la música nos expone por medio de estas revistas esa dinámica cultural como práctica social de los hombres de letras.

Así como el oficio del escritor, el pintor y el escultor también obtuvieron su reconocimiento. Para adorno de las revistas de letras se exponían retratos, grabados, entre los que colaboraron como Luis Alfonso Afanador, exclusivo para la revistas Intenciones en la sección de los grandes "Maestros", así mismo, Niño Botia, Oscar Rodríguez Naranjo, Segundo Agelvis, Rafael Prada Ardila, Carlos Gómez Castro y Humberto Delgado para otras revistas.

Se publicita en las revistas dentro de ese fomento artístico la Escuela de Bellas Artes que fomentaba el estudio de compositores como Lizt, Bach, Bethoben, Chopin y Wagner, que alimentaron ese ambiente bohemio para los recitales poéticos de la época. Para los desfiles la presentación de las bandas populares le daban el toque folclórico que tímidamente era reconocido en este espacio de pretendido prestigio y burocracia. Así Tierra Nativa, Club Campestre y Revista de Santander trajeron en sus páginas partituras de nuestro folclor colombiano entre Bambucos, torbellinos, pasillos y guabinas.

Las fotografías y la caricatura le dieron cierta innovación en la presentación de las revistas de letras. Tierra Nativa, subtitulada como revista gráfica trajo en 1926 la innovación por este arte; el fomento a la caricatura y al gravado como complemento de elegancia y distinción de una revista de letras. Lo usual era dejar las fotos en el anonimato y se acostumbraba sobre todo "cuando un fotógrafo trabajaba con exclusividad para un periódico o revista y poner de lado el verdadero autor de la gráfica para hacer figurar en su lugar el nombre de la publicación", como en el caso Foto Cordillera y Foto Intenciones. Sin embargo, cuando las fotografías se recogían como complemento de las secciones de estas revistas, aparecía el Taller fotográfico que las produjo, o en el caso de la revista Selección, la presentación de las damas de la sociedad fueron fotografías tomadas del álbum fotográfico del hotel Bucarica.

Para el caso de la caricatura, Tierra Nativa impulsó con ella el arte cómico "el retrato juguetón que llamaron caricato", representando en la mayoría de los casos a esos hombres de letras de Santander. En otras revistas los adornos gráficos hacían parte de esas viñetas que separaban las secciones de las revistas sirviendo de adorno a las poesías.

El tema de la caricatura para el aviso publicitario fue el más utilizado y aparece por primera vez con Motivos. El objetivo de recrear el anuncio publicitario fue una estrategia para ese hombre de empresa, ya que la revista por sí misma era un medio de propaganda y todo lo expresado en sus páginas era apropiado por sus lectores.

Los anuncios publicitarios se apropiaban de páginas enteras para impactar con el producto ofrecido, o simplemente se ubicaba en un pie de página. El lugar y el tamaño del anuncio equivalían a la inversión sobre el financiamiento de la revista, y hacia parte de negocios y el ofrecimiento profesional de los hombres de letras que allí mismo escribía.

Para el caso de Médicos, Abogados, sastres y locales comerciales el publicitarse era "un abono para su propio negocio" y una colaboración para el sostenimiento de la revista.

Los mismos anuncios comerciales nos representan sus gustos y modos de vida, sus lugares de encuentro como Cafés, bares y clubes como centros de socialización, el más concurrido entre los hombres de letras era el café Inglés, de preferencia de Juan Cristóbal Martínez, Jaime Barrera Parra y Manuel Serrano Blanco.

Conclusiones

En el campo de las letras en Santander la actividad fue permanente, y se demuestra en la formación de 19 revistas de carácter literario y otras tantas que complementaban las actividades culturales de aquel entonces. Con la ayuda de numerosos talleres tipográficos entre los que promovieron esa actividad intelectual, incentivando la publicación de sus producciones, talleres privados como Taller Núñez, Marco A Gómez, Hermanos Nigrinis, Casa Editora La Cabaña y la Imprenta Departamental entre otras.

Publicar fue el estimulo más poderoso para el reconocimiento en este medio literario de la época, la edición de una novela, un cuento y una obra poética propiciaron los encuentros en los cafés, los clubes y las academias para difundir la labor del escritor santandereano, y allí en estas tertulias donde se propusieron muchas de las que se presentan como las "Revistas de Letras" en Santander.

En las primeras décadas del siglo XX, el órgano de la sección de letras del club Santander, el club García Rovira y en el medio académico, la Sociedad pedagógica de Santander y la Academia de Historia; fueron los espacios de sociabilidad para una clase letrada que pretendía distinguirse entre otras.

Las Revistas de Letras en Bucaramanga sirvieron como una herramienta de exclusividad de un círculo social con inquietudes intelectuales. Figuras políticas, reconocidos hombres de empresa, comerciantes, académicos, todos ellos con un mismo ideal de formular un "culto a las letras". Los propósitos de las revistas de letras iban desde un proyecto educativo cultural modelador de un "patriotismo, hacia un progreso verdadero, o de otra manera el de reconocer ese grupo de hombres de letras y presentarlos en la sociedad por medio de sus producciones literarias y exaltar su oficio de escritor como productores culturales y elevarlos en un nivel de distinción en la sociedad Bumanguesa.

Figurar como colaboradores en las páginas de dichas revistas y ser miembros de los Clubes, Academias y Asociaciones literarias son elementos que hacen parte de esos procesos de sociabilidad para la primera mitad del siglo XX, en Bucaramanga.

Lo que podría demostrarnos la existencia de numerosas publicaciones de carácter literario en Bucaramanga, es un ejercicio dinámico de las prácticas intelectuales que se desarrollaron bajo políticas culturales, educativas o de un proyecto modernizador a partir de 1930; en donde las letras como las artes definían la distinción, y el nivel cultural para quienes se desenvolvían en el medio intelectual.

Entre las más de las 19 producciones literarias que se descubren en ese ambiente en Bucaramanga, sus actores, esos Hombres de Letras son un pequeño grupo de la sociedad, que aparecen una y otra vez colaborando, dirigiendo esta revistas de letras; Hombres políticos, académicos, empresarios, pertenecientes a un exclusivo grupo social definidos por sus apellidos y posición económica.

Dichas revistas, fueron la carta de presentación de estos hombres como novelistas, cuentistas, oradores, cronistas y poetas, así mismo sus esposas e hijos integraron este círculo exclusivo, como fuente de inspiración en las poesías y adorno en las portadas de dichas revistas para definir la elegancia y la distinción de una Revista de Letras para la época.

En la lectura de las revistas de letras editadas en la primera mitad del siglo XX en Bucaramanga, se muestra en sus contenidos, que aquellas producciones allí publicadas fueron la reproducción de los escritores de su tiempo, de aquellos novelistas y ensayistas europeos que hacían parte de ese ambiente intelectual de la época, como temas de crítica en las tertulias. Ya fuese por que sus novelas, ensayos y obras poéticas fueran la novedad del momento, o que aquella obra fuera de moda para la tendencia literaria que era criticada en el ambiente intelectual.

Así la traducción de algunas obras Europeas como norte americanas fueron llenando las páginas de dichas revistas y presentadas cómo ediciones especiales o inéditas dándoles un toque de exclusividad unas de otras portadoras de una vanguardia literaria. Definir una literatura santandereana por medio de estas revistas sería inapropiado, ya que sus contenidos en su mayoría reproducían obras de literatura europea y ensayos biográficos de esos hombres de la literatura clásica y la literatura romántica.

Pero no se puede negar que estas revistas son portadoras de esa intención inquietante del quehacer literario; que más allá de editar esos proyectos culturales definidos como revistas de letras, procesaban un modelo de sociabilidad para la época en sus actividades. En esa dinámica intelectual, formularon un modelo social exclusivo y adquirido por ese modernismo europeo que en muchos casos fue trasplantado por aquellos hombres de letras santandereanos que viajaron a Europa y aportaron para estas tierras modas y costumbres, de una sociedad distintiva en su nivel cultural.

Las Revistas Paréntesis, Selección, Stadium, Intenciones, Rumbos, Sagitario, Oriente, Mundo Alegre, Tierra Nativa, cómo proyectos privados fueron financiadas por sus propios directores y en los casos en que en ellas se incluyeran anuncios comerciales se hacía con el fin de ayudar a su sostenimiento ya que las revistas "adolecían de una enfermedad que denominan con aire compungido: agotado el presupuesto"; esto explica por qué la vida efímera de muchas de ellas. Con excepción de la Revista Estudio, Revista de Santander que en sus trayectorias recibieron apoyo gubernamental.

Las revistas de letras no podrían tomarse como un modelo empresarial ya que su difícil sostenimiento, y la vida efímera de muchas de ellas demostraban, que su intención no era un fin económico, sino la representación de un sector exclusivo de la sociedad, se denunciaba en sus páginas la falta de apoyo por parte de los miembros del Club que representaban, así lo mostraron Alma Latina y Club Campestre la indiferencia y la falta de compromiso para un proyecto cultural como lo proponían las revistas.

Y del mismo modo los no muy significativos números impresos, su escaso valor y su frecuente canje; evidencia que la publicación de las revistas de letras se alejaba de beneficios comerciales para sus propietarios y que por el contrario el anunciar en ellas fue un estímulo poderoso para la actividad comercial de Bucaramanga.

En sus Páginas los anuncios comerciales son su fuente de sostenimiento y son la vitrina de las modas, de las novedades científicas, son el directorio profesional de la ciudad acompañado a estos la riqueza gráfica en la presentación de sus productos siendo la caricatura una innovación en la empresa editorial teniendo en cuenta lo que significaba una descansada y amena lectura enriquecida con sus contenidos gráficos.

El retrato de la Bucaramanga de la primera mitad del siglo XX, es fácilmente descubierto en los contenidos que hacían parte de estas revistas, ya que por ser de literatura, sus productores presentaron para sus lectores, nacionales como extranjeros la cotidianidad de un ambiente literario, la exclusividad de su circulo literario ya que con la repetición de las mismas figuras políticas, literarias y hombres de empresa. No sólo en las crónicas, las novelas y la poesía, la región, las damas, motivaron a estos hombres, en ellas hacía parte la sección noticiosa, de la política, economía y la vida social que le da un valor a las revistas de letras como fuente de la historia social de Bucaramanga en la primera mitad del siglo XX.

FUENTES DOCUMENTALES

Centro de Documentación Histórico Regional. UIS.

Boletín Cultural. Imprenta Departamental. Bucaramanga: N° 1 Marzo 1964

Cordillera. Tipografía Bucaramanga. Bucaramanga: N° 4 (1948) a N° 55 (1953)

Intenciones. La Cabaña. Bucaramanga. N° 3 Mayo (1936) a N° 39 (1937).

Motivos. Taller Artístico. Bucaramanga: N° 8 Mayo 1923.

Rumbos. Editorial Rumbos. Bucaramanga. N° 1 Marzo a N° 8 Octubre (1939).

Revista de Santander. Imprenta Departamento. Bucaramanga. N° 2 (1945) a N° 18 Marzo (1967)

Santandereana. Grafico Núñez. Bucaramanga: N° 5 Enero 1915.

Santanderes. Bogotá. N° 3 (1950) a N° 19 (1953)

Selección. La Cabaña. Bucaramanga: N° 27 Noviembre (1938) a N° 35 Octubre (1940)

Stadium. Imprenta Comercial. Bucaramanga. N° 57 (1948) a N° 2221 (1991)

Tierra Nativa, H, Vol. 1 (Nº 1 1926) a Vol. 4 (Nº 144-1929), Vol. 6 (Nº 195- 1930) a Vol. 8 (Nº 247-1945)

Hemeroteca Ernesto Michelsen Mantilla. Academia de Historia de Santander.

Aire Libre. Talleres gráficos Aire Libre. Bucaramanga: N° 144-145. (1936). N° 207 (1937).

Alma Latina. Editorial Nigrinis Hermanos. Bucaramanga: N° 1 Enero (1919)- Octubre N° 29 (1921).

Aurora. La Cabaña. Bucaramanga. Nº 5 (1941), Nº 21 (1942), Nº 28(1943).

Canela Colombiana. Bucaramanga. N° 2 (1952)

Club Campestre. Editorial selecta. N° 2 Julio (1941) a N° 183 Febrero (1963)

Lecturas. Tipografía la Perfección. Bucaramanga: I Época 1904 a 1908 (7 Tomos)

Mundo Alegre Tipografía Comercial. Bucaramanga: N° 100 1941.

Oriente. Tipografía Sucre. Bucaramanga: N° 1 1933

Paréntesis. Marco A. Gómez. Bucaramanga: N° 6 (1937) a N° 10 (1938)

Record. Tipografía Bucaramanga. Bucaramanga: Nº 24 a Nº 28 (1959)

Sagitario. Bucaramanga: N° 1 Mayo 1933.

Tierra Nativa La Cabaña. Bucaramanga: Vol. 1 (Nº 1 1926) a Vol. 4 (Nº 144-1929), Vol. 6 (Nº 195- 1930) a Vol. 8 (Nº 247-1945)

Archivo Personal de la Familia Gómez Mejía.

Revista Pipatón. La Cabaña. Bucaramanga: N° 1 Mayo (1940) a N° 5 (1941)

Bibliografía

ACOSTA, Elisa Carmen. Isidoro Laverde y la Revista Literaria. Una reflexión sobre la Historia de la literatura colombiana. En: Boletín cultural y Bibliográfico. N° 27 Vol. 28.Bogotá: 1991. P 19-25

Adames, Luis Carlos. CALIBAN y la Prensa de opinión. Circulo de Lectores. Bogotá: 1997. P. 268

AGULHON, Maurice y BODIGUEL, Maryvonne. Les associations au Village. Edition. Acte-Sud, Le Paradou. 1981

Alava, Alex de. Revisión de revistas. En: Revista Iberoamericana. N° 160-161. Julio- Diciembre. Vol. LVIII. Instituto Internacional de literatura Iberoamericana. P. 876-889

Almunia Fernández, Celso. Hispania. Revista de historia (1940-1989). Análisis y revolución de contenidos. En: Hispania. N° 175 Mayo- Agosto. Madrid: 1990. P. 993-416

Anuario del Colegio San Pedro Claver 1927. Imprenta del colegio. Pág. 56

ALVAREZ Barco, Alfonso. Libro del Deporte santandereano. Editorial Nuevo horizonte. Bucaramanga: 1991. Pág. 367

Álvarez D´ orsoville J. M. Colombia Literaria. Vol. III. Biblioteca de Autores contemporáneos. Bogotá: P 438.

Araujo, Helena. De 1900 a Hoy en Colombia: sitio a la "Atenas Suramericana" En: Revista. Híspame rica N° 53. 1954. P 34-62.

Arias, Juan de Dios. Una institución Cultural santandereana.1929- 1954. Imprenta Nacional. Bogotá: 1954. p 188.

————————-. Letras Santandereanas. Bucaramanga. 1963. P. 146

Arrom, José Juan. Esquema generacional de las letras hispanoamericanas. Instituto Caro y Cuervo. Bogotá: 1963. P 239

Barbero, Jesús Martín. De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. Editorial G. Gili. México: 1987. P 300

Barrera Parra, Jaime. Notas del Week- End. Imprenta del Departamento. Biblioteca de Santander Vol. VI. Bucaramanga: 1933. 168 p.

Barthe, Roland. Grado 0 de la escritura. Siglo XX. México: 1985. P 247.

————————. El susurro del lenguaje. Paidos. Barcelona: 194. P 357.

Baun, Richard. Lengua Culta, Lengua Literaria, Lengua Escrita. Editorial Alfa. Estudios Alemanes. Barcelona: 1989. 283 p

Benveniste, Emile. Problemas de Lingüística General II. México: Siglo XXI. 1978

Bourdieu, Pierre. La distinción- criterios y bases sociales del gusto. Taurus. Madrid: 1988. P. 600

——————–. Los ritos como actos. Neufchatel. Lausana. 1986. P. 208

——————–. Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Anagrama. Colección argumentos. Barcelona: 1995

Brunori, Vittorio. Sueños y mitos de la literatura en masas. Editorial Gustavo Gili: Barcelona. 1980. P. 273

Burke, Peter. Hablar y callar. Funciones sociales del lenguaje a través de la historia. Gedisa. España: 1993. P. 210

Cacua Prada, Antonio. Historia del periodismo Colombiano. Editorial Sua. Bogotá: 1983.

———————. Periodismo Santandereano. Gobernación de Santander. Bucaramanga: 2000. P 152.

Cadavid, Jorge. Revista Ilustrada 1898-1899 de la ilustración al modernismo. En: Boletín Bibliográfico. N° 36 Vol. XXXI Banco de la República: Bogotá: 1994. P 29 -45

Cadena Silva, Claudia. Revista universidad Nacional ó la tradición de la ruptura. En: Boletín Bibliográfico. Banco de la República: Bogotá: N° 23. Vol. XXVII 1990. P 43- 53

Camargo Martínez, Ernesto. Nuevas Crónicas de Bucaramanga. Academia de Historia de Santander. Vol. XXXVI. Bucaramanga: 1986. P 125

Camp A, Roderic. Los intelectuales y el estado de México del siglo XX. Fondo Cultura Económica. México: 1988.

Casanova, Julián. La historia social y los historiadores. ¿Cenicienta o princesa? Critica. Barcelona: 1991

Chababo, Rubén Alberto. Revista de Avance, 1927-1930: vanguardia y modernidad. En: Revistas Islas. N° 101 Enero-Abril. Universidad Central de las Villas. Editorial Felix Varela. Habana Cuba: 1992. P 145-171

Charry Lara, Fernando. "Piedra y Cielo" En: Historia de la Poesía Colombiana. Fundación Casa de poesía Silva. Editorial presencia. Bogotá: 1991

Chartier, Roger. El mundo como representación: historia cultural entre práctica y Representación. Gedisa. Barcelona: 1995. P 260.

——————–. Sociedad y Escritura en la edad moderna. La cultura como apropiación Instituto Mora. México: 1995. P. 268

——————–. El hombre de letras. En: Michele Vovelle y otros. El Hombre de la ilustración. Alianza Editorial. Madrid: 1995. P 153-184

Clausen Cristian. Estampas. Editorial Gómez & Páez. Bucaramanga: 1936.

Club Santander. Antecedentes y construcción 1913-1914. Taller Gráfico Bucaramanga: P 17

Correa Ramírez, Amanda. Discurso de las revistas culturales: un modelo del Análisis semiolinguistico. En: Proceso y significación. Estudio del análisis del discurso. Universidad del Valle. 1997. P 67-78

40 Fotos de L. B. Ramos. 1899-1955 Banco de la República. Bogotá: 1989. P 49

Derrida, Jaques. La escritura y la diferencia. Barcelona: 1989. P 413.

Earle, Peter G. Camino Oscuro: La novela hispanoamericana contemporánea. En: La critica de la novela iberoamericana contemporánea.

Eco, Humberto. Apocalípticos e integrados. Lumen. Barcelona: 1993. P 360

Erazo Paris, Julio. Bucaramanga Capital de Santander. Marco A. Gómez. Bucaramanga: 1947.

Esacamilla, Julio. ¿Comunicación o enunciación? Aspectos generales del análisis semiolínguistico del lenguaje. Glotta. Bogotá: Vol. 2. 1987. P. 20-25

Escobar Calle, Miguel. Revistas Culturales. En: Historia de Antioquia. Editorial Presencia Medellín: 1988. P 511-518

Ferry, Eagleton. Ideología (Una introducción).Paidos. España: 1995. P. 271

García, José Joaquín. Crónicas de Bucaramanga. Imprenta Medardo Rivas. Bogotá: 1886. P 502.

Gavassa Villamizar, Edmundo. Reminiscencias del comercio Bumangués. 1983.

———————–. Un centenario: Escuela de Artes y oficios 1888-1988. Academia de Historia de Santander: Bucaramanga: Vol. XLI. 1988.

———————–. Club del comercio de Bucaramanga 1872 –1986.

Giraldo, Luz Mery. Fin del siglo: Narrativa Colombiana. Universidad del Valle. Cali: 1995

Gómez, Mejía Enrique. Un poco de Nada. Imprenta Departamento. P 96

Gonzalez, Beatriz. Bogota en caricatura: iconografía. En: Historia de la caricatura. Bogotá en caricatura Tomo V. Banco de la República. Bogotá: 1988. P 15- 20

———————. Historia de la caricatura Tomo IV. Bucaramanga en Caricatura. Banco de la República. Bogotá: 1989.

González Quintero, Catalina. Descripción y análisis de las revistas culturales Colombianas. Universidad Javeriana. Bogotá: 1993.

———————-. La revista cultural Colombiana Tendencias. En: Revista Comunicación y educación, formación con- formación. N° 23 Universidad Javeriana. Vol. XII Bogotá: 1993

Gramsci, Antonio. La transformación de los intelectuales en México: Editorial Grijalbo. 1967.

Haberlas, J. Historia crítica de la opinión pública. (Transformación estructural de la vida Pública) Editorial. G. Gili México: 1986. P. 340

Halliday, m. a. k. El lenguaje como semiótica social. México: Fondo de cultura. Económica. 1982

Harker Valdivieso, Roberto. Autores Santandereanos. Bucaramanga: Biblioteca de Santander. Vol. XXXII. 1978. p 230.

————————. Otros Autores Santandereanos. Bucaramanga: Biblioteca de Santander. Vol. XLII. 1988. p 420.

————————. Mas Autores Santandereanos. Bucaramanga: Biblioteca de Santander. Vol. XLLIII. 2000. p 330.

————————. Y Sucedió en Bucaramanga. Bucaramanga: Biblioteca de Santander. Vol. XXVI. 1977.

————————. Bucaramanga los imigrantes y el progreso 1492—1992. 1989. P 182

HOLGUIN, Andrés. Literatura y pensamiento 1886-1930. En: Nueva Historia de Colombia Tomo VI. Planeta. Bogotá: 1989 P 12-32

Hoyos, Juan José. Las revistas culturales para que. En: Cuadernos Académicos. Quirama. Bogotá: UNAL. 1988. P 133-163

Jaramillo, María Mercedes y Osorio Betty. Literatura y cultura. Narrativa Colombiana. Siglo XX. Programa de creación investigación de ministerio de cultura. Bogotá: 2000. P. 760.

Jiménez, David. Historia de la critica literaria. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1992. 239.

Kripperndorff, Klaus. Metodología de análisis de contenido. Teoría y Práctica. Paidos. Buenos Aires: 1990. P. 280

Le Goff, Jaques. Los intelectuales de la edad media. Gedisa. España: 1993. P 160.

Loaiza Cano, Gilberto. El neogranadino y la organización de hegemonías. (Contribución al Periodismo colombiano) En: Revista critica N° 18 Enero- Junio. Universidad de los Andes. Bogotá: 1994. P. 66-86

Londoño, Patricia. Las publicaciones periódicas dirigidas a la mujer. 1858-1930. En: Boletín Bibliográfico. N° 23 Vol. XXVII 1990. Banco de la República: Bogotá: P 3- 25.

Londoño Vélez, Santiago. Las primeras revistas ilustradas de Antioquia. En: Boletín Bibliográfico. Banco de la República: Bogotá: N° 36 Vol. XXXI 1994. P 3-29

Lotero Botero, Amparo. Voces: una renovación irreverente. En: Boletín cultural y Bibliográfico. Bogotá: N° 27 Vol. 28. 1991. P 27-39

Martínez, Collazos David. Acentos Líricos. Academia de Historia de Santander. Biblioteca Santander, Vol. XXXVIII. Talleres Cámara de Comercio. Bucaramanga: 1987. P 162

Martínez, Juan Cristóbal. Confesiones literarias. Fondo rotatorio de publicaciones. Bucaramanga: P. 238

Marun, Gioconda. Revista literaria (Buenos Aires, 1879), Una ignorada publicación del modernismo argentino. En: Revista iberoamericana. Enero- Junio N° 146- 147 Vol LV. Madrid: 1989. P 62-89

Mc Grady, Donald. La novela histórica en Colombia 1944-1959. Institut of latin American studies. Universidad de Texas.Editorial Nelly. Bogotá: P 188

Melendez Sánchez, Jorge. Sociedad e Identidad. Ed. Codice. Bogotá: 1999. P 122

Mendoza, Claudia. Espejo Bogotano. En: Historia de la caricatura. Bogotá en caricatura Tomo V. Banco de la República. Bogotá: 1988. P 20-27

Monteforte Toledo, Mario. Literatura, Ideología y Lenguaje. Pág.262

Montoya G. Alvaro. Un desconocido álbum familiar. En: Historia de la caricatura. Bogotá en caricatura Tomo V. banco de la República. Bogotá:1988. P 9-13

Morales, Benites Otto. Perfiles literarios en Antioquia. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1987. P269

———————–. Momento de la literatura Colombiana. Instituto Caro y Cuervo. Bogotá. 1991. P 478.

Mosse, George L. LA Cultura Europea del siglo XIX. Ariel. Barcelona. 1997. P 284.

Naranjo Villegas, Abel. Generaciones Colombianas. Banco de la Republica. Bogotá: P. 157

Ocampo López, Javier. Los hombres y las ideas en Boyacá. Universidad Pedagógica de Tunja: 1989. P 346

Ogliastri, Enrique y Davila, Carlos. Elite y Desarrollo: Un estudio en Bucaramanga: 1972. P 15

Peiro, Martín Ignacio. Los guardianes de la historia. La historiografía académica en la restauración. Institución Fernando Católico, Zaragoza: 1995. P. 237

Peña Díaz, Manuel. El laberinto de los libros. Historia cultural de la Barcelona del Quinientos. Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Editorial Pirámide. Madrid: 1997. P 552.

Pérez Ortiz, Rubén. Seudónimos Colombianos. Bogot: 1961. P. 260

Puyana, Luis Ernesto. Mi tierra y sus raíces. Bogotá: 1965. P. 300.

Raymond, Williams. Cultura. Sociología de la comunicación y del arte. Paidos. Barcelona: 1982. P 220

Restrepo, Manuel. Revista de las Indias: Un proyecto de aplicación de fronteras. En: Boletín Bibliográfico. N° 23 Vol. XXVII 1990 Banco de la República. Bogotá: P 25- 43

Reyes Rojas, Luis. De algunas glorias de la raza y gente de Santander. Biblioteca de Santander. Bucaramanga: Vol. XI. 1939

Reyes, Catalina. La vida cotidiana en Medellín 1890-1930 Editorial Tercer Mundo. Bogotá: 1996. P.336.

Rodríguez Plata, Horacio. Apuntes para la historia del periodismo en Santander. En: Conferencias dictadas en el centro de Historia de Santander. Biblioteca Santander. Vol. XIV. Bucaramanga: 1942

Sanin Cano, Baldomero. Escritos. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura. 1977. P. 260

——————–. Letras Colombianas. Editorial. EAFIT. Medellín. 1984. P. 210

San Miguel, Luis. Recuerdos de periodista. Reminiscencias históricas. Imprenta del Departamento. 1970. P. 210

Sancho Larragaña, Roberto. Revista de Aragon 1900-1905 y cultura española 1906-1909. Proyecto de grado. 1994.

Sánchez Lozano, Carlos. Revista Mito (1955-1962) Otro prólogo al Frente Nacional. En: Revista Foro. N° 7 Octubre. Bogotá: 1988. P 111-114

Santos, Calderón Enrique. El periodismo en Colombia. En: Nueva Historia de Colombia Tomo VI. Planeta. Bogotá: 1989 P 98-132

Sarlo, Beatriz. Revistas culturales en España. En: cuadernos hispanoamericanos N° 618. Agencia Española de Cooperación Internacional. Madrid: 2001. P 7-52

Sepúlveda, Antonio. En la cumbre de la serenidad. Kelly: Bogotá .1956. 232

Serrano Gómez, Gustavo. El periodismo en Bucaramanga. En: El libro Olímpico de Bucaramanga.1941.

Serrano Blanco, Manuel. La vida es Así. Confidencias en tono menor. Imprenta Del Departamento. Bucaramanga: 1953.

Silva, Renan. República Liberal y Cultura popular", en Jairo Tocanciá, Editor, La Formación del Estado Nación y las Disciplinas sociales en Colombia. Universidad del Cauca. Popayán: 2000.

——————–. Universidad y Sociedad en el Nuevo Reino de Granada, 1992, P. 598.

Torres Duran, Carlos. Algunos madrigales y otras cosas. Cosmos: Bogotá: 1980.

Torres Duque, Oscar. Sábado: Crónica de un semanario democrático. En: Boletín Cultural y bibliográfico. N° 27. Vol. 28. Bogotá: 1991. P. 41-52

Troyano, Héctor. El periodismo cultural y cultura del periodismo. 1993

Valderrama Benítez, Luis Ernesto. Real de Minas de Bucaramanga 1957-1945. Imprenta del Departamento. Bucaramanga: 1948. P 488.

Valdivieso Canal, Susana. Bucaramanga historias de 75 años. Cámara de Comercio. Bogotá: 1992. P 100

Valtierra, Ángel. Los intelectuales. En: Revista Javeriana. Vol. 32. N° 160. Noviembre. Bogotá: 1949.

Vila Purtí Eva y Montse Morillas, Esteban. Descripción del semanario Pintoresco Español. Una experiencia en la Biblioteca de Coronado. En: Revistas de las Villas. Julio-Septiembre N° 42. Editorial Feijóo. Universidad Central. Habana: 2000. P. 41-44

 

 

Autor:

Angélica María Díaz Vásquez

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente