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Sub-cultura del Gran Caldas y su relación con los estilos de dirección y gestión de sus organizaciones

Enviado por marmol46_1999


    1. Los Elementos Históricos (Las diferentes colonizaciones en Caldas)
    2. Grupo étnico
    3. La creación del Departamento de Caldas
    4. El carácter de la familia caldense
    5. Las Clases Medias
    6. Economía y Vida Social
    7. Semblanza paisa
    8. Tres Departamentos y un solo origen
    9. Calidades estratégicas del nuevo dirigente
    10. Estilo de Negociación
    11. ¿Cuál es, entonces, la cultura organizacional paisa?
    12. Y, entonces… como conclusión?

    Con base en el modelo de Lionel Vallée sobre la naturaleza de los elementos que constituyen la sociedad del Gran Caldas, sus relaciones y sus modos de evolución, presento a continuación:

    1. El historiador Antonio Garcia expresa como la colonización antioqueña fue solo una corriente de campesinos nómades que eran empujados por la fuerza de arrastre de la minería aurífera y por una agricultura maicera de subsistencia, mientras no se descubrió una planta perenne—como el café—capaz de ocupar y transformar las laderas erosionables de la cordillera andina y de promover el más significativo salto histórico de las comunidades campesinas, sustituyendo la precaria y estática agricultura de autoconsumo por una moderna y dinámica economía de mercado. El encuentro histórico entre la poderosa corriente colonizadora y el sistema de plantación comercial originó la transformación de los colonos trashumantes en empresarios agrícolas e hizo posible la formación de un verdadero sector agrario exportador en la economía colombiana, con una significación nacional que no alcanzó ni podía alcanzar un producto como el tabaco, circunscrito a tierras aluviales solo localizadas en las vegas de los ríos. A partir de este encuentro, la economía del café operó como la poderosa fuerza de arrastre de la colonización antioqueña—conduciéndola primero por las vertientes boscosas que conformaban la hoya hidrográfica del Cauca, luego por las tierras onduladas del Quindío y más tarde por las vertientes que se extienden al sur del río Barragán o por las laderas orientales de la cordillera central—o como la fuerza de arraigo que vertebró las comunidades campesinas y generó una densa economía de fincas familiares asentadas sobre un piso de pequeña ganadería y de cultivos de pan coger, originando la fundación del poblado como núcleo de este dinámico proceso.

      La naturaleza de esta economía familiar—con una sólida estructura comunitaria—resolvió el problema de las enormes exigencias de mano de obra en un tipo de agricultura altamente selectiva y en la que la suavidad del grano ha dependido de las prolijas operaciones de limpieza, poda, recolección del grano, fermentación, despulpado y secado al sol en los patios y secaderos de la propia vivienda campesina. Sin esta estructura familiar y sin las formas de trabajo cooperativo que propagó la colonización antioqueña, no hubiera sido posible resolver el problema de una plantación productora de tipos suaves y de un procesamiento—el llamado "beneficio de finca"—tan costoso, lento y selectivo: el hecho de que el productor cafetalero nunca haya incluido el valor de la mano de obra familiar en los costos de producción, explica su particular resistencia a los frecuentes ciclos depresivos del mercado mundial o metropolitano, así como a la acumulación, al nivel de finca y mientras ésta pudo conservar una magnitud de empresa agrícola familiar. Este complejo problema de las prácticas de recolección selectiva, grano a grano, del beneficio de finca, y a veces, del procesamiento en trilladora, pudo ser resuelto en las haciendas cafeteras formadas en las vertientes occidentales de la cordillera oriental—correspondientes a la hoya del río Magdalena—por medio del colonato, las aparcerías y el peonaje. Lo que equivale a decir que en la Colombia del siglo XIX y a principios del XX se conformaron dos sistemas económicos-sociales, radicalmente diferenciados, de colonización de las vertientes andinas y de organización de una estructura cafetalera: uno, fundamentado en la finca familiar, la participación directa del colono y su familia en la explotación agropecuaria, la combinación del cultivo comercial con una economía diversificada de subsistencia y las formas comunitarias del poblamiento; y otra, constituída sobre el sistema de haciendas, el peonaje, el colonato y solo recientemente el trabajo asalariado.

      En última instancia, el sistema caldense descansó sobre la explotación invisible de la mano de obra familiar y la no inclusión del trabajo en la estructura contable del costo; y el sistema sobre la explotación de la mano de obra campesina por medio de la aparcería, el colonato o formas embrionarias de salariado.

      El primer nudo del problema histórico del sistema de colonización surgió cuando se agotaron las tierras de vertientes, lo que trajo como consecuencia la estabilización del sistema de fincas y la conformación de una nueva estructura de organización municipal y de mercado que a la postre resultó en una polvareda de minifundios debido a la presión externa de mecanismos sucesoriales y la valorización de la tierra. Este proceso fue históricamente simultáneo con el de modernización capitalista y formación de la moderna infraestructura física de integración (centralización político-administrativa en la ciudad de Manizales), que posteriormente constituyó uno de los factores de confrontación con las ciudades comerciales de Pereira y Armenia y posteriormente a la disgregación político-administrativa del antiguo Caldas.

      En el ciclo de la gran depresión de los años treinta, Manizales, Pereira y Armenia solo participaron mínimamente en la primera fase de la industrialización sustitutiva, posiblemente por la orientación fisiocrática de su "élite" dirigente; y después de la segunda guerra mundial las tres ciudades quedaron al margen de las corrientes de industrialización básica, ya que, cuando las nuevas generaciones comprendieron el problema, en la década de los años cincuenta, ya se habían consolidado las áreas metropolitanas de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

      Los ingresos del café se transformaron en esfuerzo de modernización de las ciudades, en expansión de los aparatos de intermediación y en mejoramiento de los niveles de bienestar y de consumo, pero no en inversiones industriales capaces de promover una nueva dinámica del desarrollo regional.

      El fraccionamiento político-administrativo de Caldas en tres departamentos redujo aún más las posibilidades de industrialización y aminoró notablemente la capacidad de negociación del antiguo Caldas y lo privó de su papel decisorio en la conducción de la política cafetera.

      Por otra parte, el estadista y también historiador Otto Morales Benítez en su libro Lineas Culturales del Gran Caldas , expresa que la colonización caldense , de la totalidad de su territorio, no tuvo las mismas características. La del norte de Caldas se realizó sobre una comarca inculta, que defendían los inmediatos herederos de la merced de tierras del rey. La del Quindío tiene otras pecualiaridades, pues se relacionan con la compañía Burila de Manizales. Los poderes que se ejercieron fueron de un perfil político muy definido. Los productos que se sembraron en una y otra, son diferentes. La del Occidente obedece a otros matices bien singulares. El Cauca Grande se prolongaba hasta Marmato. El dominio político, por lo tanto, era diferente al de Antioquia. En el área existían fundaciones con más de cuatro siglos. En Riosucio ya existían los pequeños conglomerados que, después, unidos, integraron este municipio. La fundación, pues, data del año 1819 cuando se vinieron los antioqueños hacia la cercanía de Aguadas, ya, quienes tutelaban los cerros de Tatamá o del Ingrumá, contaban con larga lista de sucesos, creaciones, utilización del campo, etc.

      Hay otros lances significativos dentro de la modalidad de la colonización: las grandes confrontaciones que se libraron entre los caucanos que dominaban y los antioqueños que arribaron y que, por cierto, vincularon a la economía lugareña los sitios fríos y remotos de la región.

      Otro acontecimiento es el viejo odio ancestral, que se prolongó en el tiempo, de caucanos y antioqueños.

      Poco se ha deliberado en las pesquisas de remembranzas acerca de cómo se realizaron estos avatares. La raíz es simple: éstos poseían la supremacía conservadora después de la independencia. Los caudillos liberales se venían con sus negros macheteros del Patía, a destituír a los presidentes conservadores. Y lo alcanzaban. Como es elemental, la frase vindicativa que se pronunciaba en Antioquia, era condenatoria:"negro caucano".

    2. Los Elementos Históricos (Las diferentes colonizaciones en Caldas)

      Manuel Zapata Olivella en su estudio sobre el Hombre Colombiano divide su presentación en:

      1. Medio Ecológico
    3. Grupo étnico

    La característica ecológica en la que se ha conformado el grupo étnico paisa (Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda) está determinada por el origen volcánico de las cordilleras Central y Occidental. En ellas se encuentran alturas de 5.400 metros (Nevado del Ruíz) hasta 1.540 metros (Altiplanicies de Medellín o Aburrá), valles de variadas topografías que incluyen llanuras, tierras de acumulación e inundación de caños, ciénagas, lagos y meandros, cuencas costaneras, colinas, valles fluviales, puntas, bahías, bocas y playas.

    El subsuelo posee ricos yacimientos de oro y plata y otros elementos de la minería.

    En relación con el clima, se han señalado la zona fría por encima de los 1.800 metros, templadas entre los 1.000 y 2.000 metros, caliente, desde las alturas anteriores hasta el nivel del mar. En contraposición a las tierras más bajas, se acepta una cuarta zona paramuna por encima de los 3.000 metros, aunque las características de estas regiones no corresponden exactamente a las especificaciones de los páramos, pues algunos lugares se encuentran arborizados.

    b) La población aborigen

    La adaptación del aborigen a su ambiente ecológico constituyó uno de los elementos más importantes de su cultura. El crecido número de pobladores aborígenes en una geografía poco fértil y quebradiza, testimonia una extraordinaria capacidad para desarrollar técnicas agrícolas orientadas a combatir la erosión, el uso inmoderado de la quema y la reforestación con guaduales aptos para su economía cultural.

    Tampoco ha sido justamente valorado el ancestro minero y comercial del indígena que caracterizó la economía pre-hispánica.

    Cita Zapata Olivella al profesor López de Mesa para decir: "algunos de aquellos historiadores ha avanzado en la opinión de que en la ascendencia catía (los aborígenes catíos habitaban al norte y al occidente del actual territorio antioqueño) se encuentra la explicación de las características hebreas de ese pueblo, por haber sido los tales indígenas igualmente andariegos y comerciantes".

    1. La idiosincrasia del hombre antioqueño, como la de cualquier otro grupo étnico colombiano, se arraiga en la etnia aborigen. Las razones que se alegan para subestimar la raíz indígena parecen no ajustarse a los hechos históricos y estadísticos. La política colonial tendiente a erradicar el nativo, particularmente a los grupos caribes, los más del territorio antioqueño, no niega le imperioso mestizaje hispano-indígena de los primeros años de la Conquista.

      Las estadísticas que aparentan mostrar la rápida desaparición del indio debido a su exterminio, las epidemias, su migración hacia las selvas chocoanas, los suicidios y consunción por las duras faenas mineras y agrícolas, son precisamente reveladoras de otro fenómeno, del gran mestizaje.

      En una región tan densamente poblada por indígenas, pudieron acaecer simultáneamente el genocidio y el mestizaje. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la guerra a muerte se ejercitaba de manera especial contra el varón caribe, en tanto el mestizaje de conquista impuesto por el conquistador recaía sobre la mujer.

      De igual manera los contingentes africanos en la mezcla antioqueña aparentan no tener importancia en la medida en que se diluyen a través de sus descendientes mulatos y zambos.

      Citando a James J. Parsons, Zapata Olivella nos da a conocer como: "El sistema de reservas, a la vez que sirvió para mantener a los pequeños núcleos indianos supervivientes, en una especie de obligación económica y eclesiástica, también fomentó la amalgama racial con numerosos fugitivos y con los niños nacidos de aquellos matrimonios cruzados. Los últimos fueron declarados libres en más de una ocasión. Menos de un siglo después de las reservas en Antioquia, la mezcla de razas llegó a ser tan completa, que un viajero en Sopetrán o La Estrella, podría descubrir pocas huellas de fondo indígena’"

      El choque entre este puñado de colonizadores y la población indígena se realizó dentro de los marcos de la convivencia, la que imponía por grado o por fuerza el sometimiento de la indígena como concubina. La población aborigen no solo debió aportar la sangre femenina para asegurar el desarrollo de la población, sino que resistió los estragos producidos por las enfermedades (sífiles, viruela, gripe, sarampión, etc), secuelas del conflicto cultural y biológico.

    2. El mestizaje hispano-indígena

      Aunque los colonizadores hispánicos no hayan sido numerosos en Antioquia, constituyen el elemento más importante por su poder económico, político y religioso. Como en otras partes el país, esta situación privilegiada les permitió imprimir el cuño hispánico en el mestizaje étnico, social y cultural. Los factores aglutinantes de la lengua, del sistema de castas y encomiendas, la propiedad de los medios y las formas de producción, rápidamente establecieron su carácter, hábitos e ideales sobre el indio, el negro y los propios descendientes de mestizos, mulatos y zambos.

      La migración de familias españolas, si bien persistió regularmente, no constituyó afluente muy importante.

      El marcado ancestro hispánico de la población del oriente antioqueño se debe, pues, no tanto al número de inmigrantes peninsulares, ni a la desaparición del indígena o mestizo, pues éstos últimos constituyeron siempre la mayoría, sino a la posibilidad que tuvieron de casarse entre sí, dando origen a extensas familias de unos cuantos apellidos.

    3. El elemento hispánico

      La fuga de los indígenas hacia las selvas chocoanas, fue una de las muchas causas que influyeron en la imperiosa adquisición de mano de obra africana para el laboreo de las minas.

      La escasez de mano de obra indígena, crecía a medida que aumentaba el mestizaje con los españoles, pues la descendencia de éstos podía ser eximida del trabajo obligatorio. La sustitución de indígenas por africanos no obedeció solamente a una necesidad física sino a la conveniencia de emplear mano de obra calificada. Muchos esclavos procedían de regiones mineras africanas y por tanto poseían una tradición que les facilitaba el oficio. La escogencia de estos esclavos constituyó una de las habilidades del comercio negrero.

      A diferencia de la población indígena que no era renovable desde el exterior, y por el contrario disminuía por el creciente mestizaje o su repliegue hacia la selva, la negra era periódicamente restablecida y aumentada por las nuevas importaciones africanas. Los dueños de minas reclamaban ansiosamente a las autoridades la introducción de más y más esclavos para intensificar el laboreo de las minas.

      Pero a partir de 1851, al abolirse la esclavitud, la afluencia negra se equipara a la indígena: el crecimiento se va a realizar a expensas de los existentes ya importados. Por ello los índices de mestizos, mulatos y zambos aumentarán en tanto descienden los porcentajes de indios y negros puros. Debido a la política de restricción migratoria, los aportes europeos también se estabilizan, todo lo cual ha contribuido al fuerte mestizaje que caracteriza al colombiano en general.

    4. El aporte africano

      En la mentalidad popular, la religión entendida como una actitud frente a la vida y al cosmos, no puede desligarse de la filosofía empírica, de conocimiento tradicional y de la manera de ser del individuo. La persistente prédica de los misioneros españoles apenas consiguió refundir en un solo contexto las doctrinas católicas, las concepciones religiosas aborígenes y el sentimiento vitalista del negro.

      El abismo entre los enunciados teológicos del Cristianismo y la peripecia existencial del indio y del esclavo, contribuyó a que las condiciones materiales de estos últimos resistieran a los conceptos metafísicos. El analfabetismo, por otra parte, compulsaba a los oprimidos a aferrarse a sus tradiciones, pues la repetición memorística del catecismo no abría la brecha en los sentimientos y mentalidades empíricas.

      Debemos hablar, pues , de una religiosidad del antioqueño, de unas maneras de interpretar y de sentir las doctrinas católicas; de un modo de expresar las ideas indígenas acerca del mundo, los antepasados y las fuerzas sobrenaturales; de un sentimiento africano de entender la vida emergiendo de una realidad natural y de un mundo social opresor.

      Polarizando este sincretismo religioso, aparece en el pueblo antioqueño la conciencia de un Dios único, estructurado en la concepción católica. Esta noción que se personifica en Cristo o en el Espíritu Santo, generalmente se difuma por los contenidos mágico-religiosos de indios y negros, llegando a encarnar también fuerzas sobrenaturales, espíritus y santos.

    5. Patrones religiosos
    6. Las raíces indígenas

    Citando al padre Humberto Restrepo, se detallan como aportes indígenas los siguientes:

    1. La veneración o respeto por las lagunas de las alturas
    2. El complejo animista referido a fantasmas, espantos o duendes
    3. Existencia de una vida fisiológica ultraterrena.
    4. Diferenciación de los ceremoniales practicados a difuntos niños y adultos.
    5. Pruebas adivinatorias con el tabaco encendido en la boca.
    6. Ideas religiosas en torno a los espíritus que mueven y orientan el caudal de los ríos.
    7. La reinterpretación de leyendas y personajes míticos de procedencia indígena.
    1. De la prédica católica de los misioneros, marchaban las ideas paganas de los soldados y primeros colonizadores reclutados entre las clases populares peninsulares. Al aporte pagano peninsular pertenece el rito acerbo de oraciones, talismanes, escapularios, secretos, etc., que nunca faltan en el ajuar del carriel antioqueño.

    2. Las raíces hispánicas

      El acerbo africano en la religiosidad antioqueña tiene su escondido filón en el sentimiento de defensa del esclavo frente a la agresividad del amo. El indígena removió sus valores telúricos para enfrentarlos al Conquistador; era lógico que así fuese, ya que la tierra expresaba la totalidad de su cultura amenazada. Pero el negro, expatriado de su solar, carecía de un patrimonio terrígeno qué defender o dónde apoyarse contra sus colonizadores. La relaciones de tipo puramente religioso con la tierra cedieron su lugar a las prácticas de sentimientos mágicos de defensa: a la opresión esclavista opuso el exorcismo.

      Desde otro ángulo, la religión católica y la prédica del misionero fueron otros parapetos para defender su integridad física y sus propios afectos religiosos. Para el negro las promesas de un paraíso ultraterrenal tenían significación en la medida en que las concretizaba en sus realidades presentes: el mundo terreno refundía su trágica existencia de esclavos de América; y el reino prometido: su retorno al Africa, al suelo de sus antepasados, donde habían quedado las mujeres y los hijos.

      Puede hablarse, pues, de la sincera devoción del africano cuando hacía suyos los símbolos y contenidos del Cristianismo. Por otra parte también asimiló todas las ideas del indio sincretizadas a las formas católicas. Solo a través de esta trama de sentimientos, creencias y prácticas mágicas africanas ligadas al pensamiento católico y al telúrico indígena, podemos entender su presencia en la religiosidad del antioqueño, particularmente en aquellas zonas donde constituyó un fuerte arraigo étnico.

      Se presentan, entonces, la confección de familiares, monicongos o dobles protectores del individuo, los filtros de amor, la mandinga, el culto al Anima Sola.

    3. Las raíces africanas

      La producción fabril de alimentos de la nueva sociedad de consumo no ha variado substancialmente el patrón alimenticio aborigen entre las clases populares del paisa de la ciudad y el campo. Su persistencia, en gran parte impuesta por los bajos recursos económicos que no les permite enriquecer su dieta, se debe al acondicionamiento ecobiológico del paisa a su tradición alimenticia, altamente apreciada desde los primeros conquistadores.

      En la alimentación del pueblo paisa entran como bases fundamentales las papas y yucas, el arroz, los fríjoles, el maíz y la panela (azúcar sin refinar), de los cuales puede decirse que no faltan ningún día en casa alguna, preparándolos de varios modos, pues de los fríjoles hace sopas de cuatro o cinco variedades y platos secos de otras tantas; del maíz fabrica el pan todos los días, apropiado de cada alimento, porque no es uno mismo, el que acompaña a la sopa que el tomado con el chocolate, ni el de mazorca o choclo que el de maíz decorticado por ebullición con lejía, ni éstos se asemejan al fino bizcocho que cuece en cayana (plato grande o fuente de barro cocido); en fin, con él prepara la mazamorra, bebida refrescante y alimentos a la vez de muy alta potencia nutritiva; la natilla y los buñuelos de nochebuena; postres.

      A esto añade a su mesa ordinaria el cacao, la carne de cerdo, frutas y legumbres variadas.

    4. La Alimentación

      La industria fabril ha impuesto cambios muy notorios en el vestido paisa. Aunque todavía se encuentran campesinos pobres descalzos en las áreas rurales y urbanas, tal vez el rezago más patético del indígena aferrado a sus hábitos de transmontar pendientes y serranía, lo cierto es que aún el calzado de cuero de herencia española cada vez más es sustituido por el de caucho. Al carriel de nutria se le agregan forros y adornos de plástico; la barbera se reemplaza por las máquinas y cuchillas de afeitar; los sombreros de paja toquilla son prensados en fábrica, disminuyendo su uso entre los campesinos, el poncho y la mulera de algodón, tienden a desaparecer o son sustituídas entre los campesinos por una toalla.

      En las ciudades, el atuendo es producto de la moda con la difusión de cambiantes modelos diseñados por modistos de última hora.

    5. El vestido

      La dependencia que tiene la economía paisa de su ecología, se manifiesta en las herramientas de trabajo y oficios sumergidos en forma imperiosa en las actividades agrícolas y mineras: la peinilla, el hacha, el recatón, el almocafre, la batea, martillos, tenazas, etc, conservan sus formas y modos de uso tradicionales.

      Los medios de transporte aborígenes –canos y balsa—persisten en una dramática competencia con la mula, el caballo, la carreta de yunta, el automóvil y el viaje aéreo.

      Las artesanías tradicionales sufren el mayor impacto por la introducción de tornos eléctricos, máquinas de coser, tintes y fibras que modifican los procedimientos normales o las técnicas rústicas con instrumentos de madera o hierro. Estos cambios que afectan los métodos tradicionales por la rapidez con que se introducen, hacen pensar a los folclorólogos la desaparición de las artesanías: tejidos de algodón, carpintería, herrería, orfebrería, zapatería, sastrería y otros oficios.

      Los bailes y danzas en sus modalidades tradicionales –bambucos, pasillos, danzas, contradanzas—y los instrumentos musicales concomitantes –tiple, guitarra, lira, arpa, cuatro, chirimía, flauta, capador—sufren fuertes distorsiones por influencia foránea y evolución técnica.

    6. Artesanías y oficios

      El paisa por tradición es coloquial. Las culturas empíricas, a falta de alfabeto o por analfabetismo, extreman en alto grado la comunicación oral, particularmente cuando las condiciones geográficas impulsan el diálogo interfamiliar, de vecindario o parroquial por un obligado aislamiento.

    7. Tradición oral
    8. El mito paisa

    En Imágenes y Reflexiones de la Cultura en Colombia – Regiones, ciudades y violencia—el historiador Fabio Zambrano P, profesor de la Universidad Nacional e investigador e la Fundación de Estudios Misión Colombia, apunta en forma por de más interesante y quizás desconocido por la mayoría, en cuanto al mito paisa lo siguiente:

    "El mito de la igualdad y homogeneidad racial tiene su máxima expresión en el artículo de Patricia Londoño, publicado en la Historia de Antioquia. De la lectura de este escrito, un lector desprevenido puede concluir que en la historia antioqueña, su sociedad se caracterizaba por una gran igualdad, ausencia de conflictos y roces entre los distintos grupos sociales. Además, sorprendentemente, aparece en el siglo XIX un proceso de –blanqueamiento—un tanto inexplicable. La autora nos muestra que a fines de la Colonia el número de esclavos negros era casi igual a la población blanca; pero, luego en el siglo XIX no aparece ninguna mención a esta altísima participación de la población negra en la vida diaria antioqueña. Sorprendentemente, la autora ni siquiera tiene en cuenta trabajos renovadores que muestran un panorama diferente de –país jauja—antioqueño.

    El mito paisa, de ser una sociedad igualitaria, blanca, trabajadora, colonizadora, etc., ha proveído a sus miembros de una fuerte identidad, olvidándose que este mito ha tenido como función servir de elemento de dominación y control social a la élite paisa, quien lo ha utilizado para establecer un dominio efectivo; pero que, cuando se encuentran en las fronteras con pobladores de otras regiones, se convierte en un elemento que utiliza el –paisa—para enfrentarse a otros.

    Para demostrar la anterior aseveración, Fabio Zambrano P nos detalla:

    Este es el caso ocurrido en Cimitarra, Santander. El director del Instituto de Colonización que llega a fundar el puebloen 1954, cuenta que al principio llegaron colonos santandereanos y boyacenses, a extraer madera, tumbar monte, hacer fincas. Luego, cuando ya existía un asentamiento rural y una cabecera urbana, llegan antioqueños, que tratan despreciativamente a los santandereanos a quienes llaman –chilingos–, y montan negocios de cantinas, prostíbulos, tiendas –con la idiosincrasia del tumbe–. Mientras los boyacenses y santandereanos establecen entendimientos, con los antioqueños hay roces. A través de los negocios y el naipe se hacen a las mejores fincas, las cuales explotan.

    Un proceso similar encontramos en el Putumayo, donde pastusos y huilenses colonizan, y después que se tumba el monte, llegan los –paisas—a montar negocios. Pero, mientras que santandereanos, boyacenses, pastusos, huilenses colonizan, la imagen de colonos la poseen indiscutiblemente los paisas. Esta imagen es el resultado de la versión que al historia tradicional antioqueña ha forjado de la –epopeya paisa—y que, en gran medida el resto del país repite.

    Después de los años 50, cuando se construye la carretera al mar de Antioquia y llega el banano, es el momento de choque de los antioqueños con los viejos colonos costeños de la primera oleada, los que tumbaron el monte, los que colonizaron Urabá, el antioqueño llega cargado de símbolos, monta la fonda a la que llama –embajada paisa, consulado antioqueño–, como si se sintiera en otro país, y poco a poco empieza a calar la imagen de Antioquia como rica, pujante, un Estado que funciona (lo cual en Urabá está lejos de ser así), y surge la alternativa: ser antioqueño –es un honor–, y siéndolo se cumple el requisito de –estar bien en una sociedad–.

    Procesos de ocupación del territorio se dan en todo el país y todos utilizan, en mayor o menor medida, el mismo modelo, como es el del español, pero unas regiones son más activas que otras y en esto hay que hacer justicia con Boyacá, de donde más colonos han salido hacia otras regiones (la colonización boyacense continúa adentrándose por la Cordillera Central, bajando a la hoya del Quindío, donde se encuentra con otras corrientes migratorias del Cauca, Valle, Tolima, Cundinamarca y Antioquia.). Pero, nadie lo menciona y el atributo de colonizador queda asignado al antioqueño. Quizás, eso se deba a que mientras el antioqueño llega a imponer símbolos, para los pobladores de otras regiones esto no es una prioridad y tienden más bien a compartir los imaginarios y las culturas regionales que encuentran. " .

    1. En el congreso de 1896 Rafael Uribe Uribe enunció por primera vez, la necesidad de un departamento nuevo entre Antioquia y el Cauca Grande, exponiendo sus linderos como consta en Discursos parlamentarios: Congreso de 1896 editado por la imprenta y librería de Medardo Rivas en 1897, donde se leen los linderos propuestos: "Por mi parte, y habiendo demostrado desde temprano, combatiendo y derramando mi sangre en el 76 por el Cauca contra Antioquia, no sorprenderá que nada que trascienda a lugañerismo o a preocupaciones de raza o de departamento, determine el giro de mis ideas. Si para impulsar los intereses públicos es, o llega a ser necesario, crear una nueva entidad administrativa que abrace el territorio comprendido entre La Vieja y el Arma, Cañaveral y Arquía y las dos cordilleras, Central y Occidental, o bien hasta las riberas del Magdalena por un lado y hasta las playas del Pacífico por el otro, con Pereira, Riosucio o Manizales por centro, como antioqueño ne le tendré miedo a que haga esa doble segregación de territorio."

      A principios del siglo XX, en 1904, Uribe Uribe propone la creación del departamento de Córdoba, con capital Manizales. Finalmente se dicta la Ley 17 de 1905. Se le cambió el nombre por el de departamento de Manizales, y sólo duró con ese apelativo hasta el 16 de abril de 1910. Trataron por todos los medios de que no se recordara el insigne hombre público. Y en ese afán, cambiaron los límites que él había indicado. Pero no funcionaba la entidad administrativa. Así, tuvieron que integrarla con otras agrupaciones: el 29 de junio de 1907 se dicta el Decreto 763 que incorpora una parte de lo que se ha conocido como la provincia de Manzanares, con Marulanda y Victoria, con el corregimiento de Buenavista, Pensilvania con los de San Agustín, Florencia y Arboledas. En 1908, el Decreto 916 toma a Armenia, Calarcá, Filandia y Circasia. El presidente González Valencia se ve obligado a expedir el Decreto 340 de 16 de abril de 1910, y se instala la primera Asamblea Departamental del 11 de marzo de 1911. Finalmente por la Ley 31 de Octubre 1 de 1912 se agrega Pueblo Rico que pertenecía al Chocó.

      De esa manera, a retazos, se integró el viejo y Gran Caldas. En ese momento final, ya se habían aceptado los límites propuestos por el precursor del departamento, el dirigente Uribe Uribe.

    2. La creación del Departamento de Caldas

      La pequeña propiedad, crea una familia fuertemente cohesionada, más patriarcal. En ningún departamento, quizá exclusión hecha de Antioquia, es tan férreamente notoria la jerarquía ni tan delimitados los parentescos. A esta realidad se debe que Caldas muestre el más rígido sistema de sucesiones, causa de la subdivisión continua de la propiedad territorial.

      Muy diversos han sido los procesos de la familia rural y de la familia urbana. En esta última, apenas subsisten algunos rasgos del tradicionalismo, por cuanto el desarrollo comercial de las ciudades la ha ido incorporando al nuevo ambiente espiritual. En la zona social en la que permanece más arraigado el tradicionalismo es en las clases medias, compuestas por pequeños industriales y funcionarios particulares y públicos. En cuanto a la familia obrera, incorporándose la mujer a la industria, tiende a la ruptura de todos los lazos tradicionales.

      El escritor Alonso Aristizabal dice del habitante del Departamento de Risaralda lo siguiente: "En el plano histórico, nos referimos a un pueblo apegado a su tradición, lo mismos que a sus costumbres. Consciente de la herencia cultural que ha recibido se enorgullece de ella. Ello repercute en su presente, determina su vida y su destino. Resaltan como factores evidentes su música, comidas, costumbres, religiosidad y amor al trabajo. En religión todavía se conserva una gran tradición católica. Muchos de sus pueblos se fundaron al tiempo con sus parroquias, y todavía hacen de la iglesia su centro principal de reunión. "

    3. El carácter de la familia caldense

      Caldas en un departamento de clases medias. En la industria, la minería, la agricultura, el comercio, las clases medias son el grupo social más destacado, aun cuando su falta de organización y coordinación les impide generalmente asumir funciones directivas.

      Los grupos de empleados públicos se concentran en las capitales políticas. Sólo en los grandes centros se puede conseguir una burocracia tradicional, aun cuando no especializada.

      Sólo en los grandes centros es considerable la capa de empleados de comercio. En las regiones poco desarrolladas comercialmente o que dependen de los municipios comerciales, el empleado es substituido por el propio empresario y su familia.

      En dichas zonas, el comercio al menudeo reviste carácter de tradicional. En las pequeñas industrias y talleres, el propietario regularmente tiene en sus manos toda la función comercial.

      Exceptuando sectores industriales como textiles y trilladoras, el movimiento industrial es casi privativo de los pequeños industriales.

    4. Las Clases Medias

      La mayor concentración de población en las cabeceras de los municipios es la determinante de la principal fuente económica de Caldas que corresponde al sector servicios, seguido por la agricultura y la industria.

      El cultivo del café es la principal fuente agrícola, pero se destacan también la ganadería con el ganado vacuno y porcino como principales fuentes productoras.

      Existe un incremento en la industria en los sectores de alimentos, bebidas, papel, textil, maderas, jabones y maquinaria.

    5. Economía y Vida Social
    6. Semblanza paisa

    El sentido regional paisa es fácilmente identificable, éste es el grupo en donde se observan los mayores niveles de identidad cultural y orgullo de raza.

    Dentro de su estereotipo, el paisa es cordial, amable, extrovertido, emprendedor y siempre muy interesado por el beneficio económico. Una característica muy interesante del control social antioqueño es la forma como se combinan los valores preponderantes del paisa: el interés económico y la vivencia religiosa.

    El escritor Alonso Aristizábal dice de la gente de Risaralda lo siguiente: "En costumbres son gente coloquial y amistosa, de gran sencillez y locuacidad. En estos elementos se ha fundado su ancestro andariego a través del cual muchos de sus habitantes han buscado la realización personal, el logro de su vida. Así se los ha encontrado dirigiendo vuelos espaciales, vendiendo comida típica en Maniatan, alquilando camellos en el Sahara o disfrutando de un harem en Estambul. En lo que se refiere al trabajo, este constituye otra forma de su cultivo vital. Son seres que nacieron con la actividad como destino. El lenguaje popular reproduce innumerables expresiones que lo ratifican: –No quedarse sentado—ó –sin hacer nada—manifiestan dicha manía e impaciencia en función de la cual viven."

    Continúa Alonso Aristizábal con: "Son personas de gran dinamismo y afabilidad, impulsadoras y con dotes naturales para el comercio por su gran capacidad para relacionarse con la gente. Son personas industriosas con destrezas intelectuales y manuales, creativos y de iniciativa. Con sus condiciones ancestrales de simpatía, espontaneidad y apertura personal, por eso su amabilidad y bondad con el extraño. La herencia de la colonización paisa se da con fuerza en la habilidad para entenderse con los demás y ser agradable. En su proceso social han alcanzado valores muy propios en aspectos como el civismo. Este determina una relación muy significativa con su medio que les permite ser sus defensores y promotores. En pocos lugares como en este se conserva una relación tan entrañable con su tierra. También sus condiciones industriales y comerciales han ido creando un nuevo ser diferenciable con una imagen definida a nivel nacional."

    Dice también Alonso Aristizábal refiriéndose al Gran Caldas en Quindío y Caldas que se conserva mejor lo que podemos llamar el "ser antioqueño", como un hombre de raigambre campesina y de espíritu entusiasta, gran conversador y de ánimo acogedor, quien posee una personalidad inteligente y emprendedora, al lado de su simpatía y alegría gregaria. Este considera la familia el núcleo más importante aunque sea abierto con el extraño. En muchas de sus costumbres asume una actitud tradicionalista.

    Importante también la siguiente consideración sobre el Paisa: Del mito que construye y destruye a un pueblo- ¿Ser o no Ser? (), donde se cita al investigador Alejandro López quien expresa: Detrás del ""paisa berraco"" hay una unidad cultural muy fuerte alrededor del espíritu de grupo, la familia, la lealtad en el trabajo, la persistencia, la tenacidad, el interés por ser el primero y sobresalir, y la búsqueda de ser independiente alguna vez en la vida.

    Por otro lado, de la misma página Web citada anteriormente, el sociólogo de la Universidad Nacional de Bogotá, Alberto Mayor Mora, dice que a pesar de que una de las mayores fuerzas en la primera mitad de este siglo para los paisas fue la religión, hoy ha sido reemplazada por otra clase de estrategias. Los valores han cambiado tanto como los mecanismos de movilidad social. La industrialización favoreció la migración del campo a la ciudad y, a su vez, la urbe exige el ascenso social: la generación actual quiere que sus hijos sean "doctores", profesionales a cualquier precio. La juventud actual persigue alcanzar la cima con rapidez: quien no logra ser rico a los 30 años…nunca lo será. En este sentido, del paisa "mítico" se esfumaron los conceptos de tenacidad y ascenso por méritos. El trabajo honesto es uno de los "valores" que naufragó ante el afán de adquisición apresurada de bienes y reconocimiento social, a cualquier costo. Ya no se cree en el mito. Lo que se evidencia hoy es la unidad de acción, de capitales y de metas comunes. Antes, las alianzas eran mucho más discretas, corría el mito de los pioneros: el gran fundador de fábrica que trabajaba dia a día con sus obreros y recordaba el nombre de cada uno de ellos. Eso ha ido desapareciendo. Lo que había detrás era una unión de capitales. Ese mito se ha destruido y hoy los negocios se ventilan de una manera más directa.

    Es importante consignar aquí, lo expuesto por Manuel Zapata Olivella en su libro El Hombre Colombiano (Editorial Canal Ramírez- Antares- Bogotá-1974) donde ratifica lo expuesto por varios autores, investigadores e historiadores colombianos: "la inteligencia y la constancia, un grande espíritu de empresa, sus rasgos característicos de su individualismo, su apego regionalista, el instinto mercantil, migratorio y empresarial, la prole numerosa. "

    Citando a Manuel Pombo, expresa que "otro rasgo antioqueño es el espíritu de asociación, compañero del de especulación".

    Zapata Olivella resalta del paisa: laboriosidad, persistencia en el trabajo, sentido de organización empresarial y administrativa son otras tantas cualidades reconocidas.

    Cita al profesor López de Mesa resume la semblanza paisa así: "aventurero, gusta de conocer el mundo y es observador de mucha inquietud mental".

    En el estudio de Fernando Urrea Giraldo y Luz Gabriela Arango Gaviria titulado –Culturas empresariales en Colombia—se lee:

    "En el Viejo Caldas, la investigación de Manuel Rodríguez (1993) nos muestra a industriales que originalmente son comerciantes y lo siguen siendo en sus actividades posteriores; algunos también son profesionales y cafeteros. Con características distintas a las de Bogotá, en la región se establece una tradición de –hombres de negocios—o –negociantes–, más que de industriales especializados.

    Las empresas son familiares en la propiedad, la gerencia y en otros niveles de la jerarquía y desarrollan una tradición paternalista que diferencia a Pereira y a Manizales: los gerentes de Pereira tienen un origen más popular y provienen de otras regiones del país, mientras que en Manizales en su mayoría son –azucenos—y hacen parte de la oligarquía cafetera."

    8. Tres Departamentos y un solo origen

    Caldas

    Otto Morales Benítez expresa que Caldas es modelo de muchas virtudes acendradas que el país le reconoce sin mezquindad. Nadie discute la calidad de sus gentes. Son igualmente eficaces en el trabajo rural, o ahora en el comienzo de la etapa industrial, o en el ejercicio político, o simplemente intelectual. Tiene conceptos de honor, de la laboriosidad, de la honestidad, de identidad con su parcela, y todo se sintetiza en una gran emoción patriótica que nos permite enumerar otras condiciones:

    Datos generales: Área 7.888 Km2, Población: 925.358 (1996)

    La mayor concentración de población en las cabeceras de los municipios del departamento (más del 60%) es la determinante de la principal fuente económica de Caldas que corresponde al sector servicios. Con el comercio a la cabeza del mismo, le siguen por orden de importancia el ámbito financiero, el transporte y las comunicaciones. El segundo sector económico del departamento es el agropecuario, con el cultivo del café como fuente principal agrícola, que incluye también los cultivos de caña, cacao, maíz, tabaco, papa, plátano y con menores niveles de producción las hortalizas, piña, y otras plantaciones frutales. En el área rural de la región de La Dorada está centrada la ganadería en el ganado vacuno y porcino como principales fuentes productoras. La industria en los últimos años es notable en las áreas textil, confección, alimentos, bebidas, maderas y jabones.

    Los municipios que componen al departamento son: Manizales (su capital), Aguadas, Anserma, Aranzazu, Belalcázar, Chinchina, Filadelfia, La Dorada, La Merced, Manzanares, Marmato, Marquetalia, Marulanda, Neira, Pácora, Palestina, Pensilvania, Riosucio, Risaralda, Salamina, Samaná, Supía, Victoria, Villamaría y Viterbo.

    Una panorámica de los anteriores municipios nos la brinda Hernando Salazar Patiño en su visión de Caldas así:

    Aguadas: Para quitarse el sombrero se asciende como hacia un castillo entre la niebla. El estruendo de la soberbia cascada de Pore, el ganado pastando en las laderas, las fondas camineras que cumplen una intermediación entre lo rural y lo urbano, sus calles pendientes con casas de arquictetura tipica antioqueño-caldense, su fuente del parque principal enmarcada entre araucarias… Es una historia de manos, una civilización manual, una especial antropología del hombre colombiano visto desde y hacia arriba por la prenda que protege su cabeza: el legendario sombrero aguadeño. La industria de la iraca, hoy decadente y la producción de esterillas, parasoles y preciosas miniaturas artesanales ha disminuido pero aún se conservan el tejido para forraje. Aguadas también tiene su "Dorado", vestigio de sus creencias totémicas en grabados y dibujos zoomorfos sobre piedras y sepulcros indígenas (guacas).

    Pácora: Situada en las estribaciones de la cordillera Central, con todos los climas, predominando esos 18 grados, Pácora ostenta la fama de la cria de caballos de "paso pacorado". Interiores y unos cuantos balcones testifican su pasada arquitectura: calles grises, solares verdes, aleros carcomidos, esquina de pueblo detenido en un tiempo sin orillas, en Pácora subsiste la ilusión de aldea.

    Salamina: Corazón del antiguo Caldas. Bosque natural, amplios cultivos de caña panelera y de café denuncian la feracidad de esta "tierra buena" y la raizal vocación eglógica de quienes la habitan. Al recorrer las calles de Salamina, llenas de murmullos presuntuosos y al entrar en sus casonas—Salamina está por dentro—se descubre una manera de ser, la sucesión de un hilo revelador. Estas casonas contienen su propio código estético. Los elementos arquitectónicos decorativos, naturales, humanos, sociales y familiares, se integran en una normativa espacialidad prodigiosa y grata.

    Aranzazu: Poseedor de minas de mercurio, son las únicas que producen en abundancia el líquido metal en estado libre. Hay arboledas en sus vías de acceso y sonreídos patios florecidos en las casas que anuncian una población en que las virtudes humanas, la modestia, la amabilidad hogareña, una afable cordialidad social, la conservan íntimamente parroquial.

    Marulanda: Es una inmensa extensión de tierra de pastoreo, bajo un cercano cielo de cristal que corta el verde intenso de sus praderas. La lana es el principal producto de esta región que provienen de las manadas de ovejas de las que provienen las cobijas y las ruanas de tan magnífica textura y cálido abrigo.

    Filadelfia: Significa "amor de hermanos". Más que una raíz etimológica es un diagnóstico de sicología colectiva. Este es un territorio de fraternidad. La mayor parte de su población permanece todavía en el campo un una identificación con la naturaleza que mantiene vivas las costumbres. El cultivo del café es una de sus principales actividades.

    Neira: En medio de los terrenos pendientes y escarpados está Neira, la cual posee todos los pisos térmicos en igual proporción y once tipos de suelos diferentes como para un futuro emporio de bosques y cultivos diversos, que junto al café, la caña panelera, el cacao y algunos frutales que hoy predominan pueden enriquecer a su vez su economía y su turismo. Fue un centro colonizador de partida y regreso. Sus habitantes tienen carácter natural tranquilo, su ánimo emprendedor y campechano, su descomplicado buen humor.

    Manizales: Maravillosamente encaramada en el filo de una cuchilla, entre la abrupta cordillera, a 2150 metros sobre el nivel del mar, lo primero que asombra en Manizales es el artístico desafío de su audaz arquitectura y el insólito colorido de sus atardeceres cotidianos. La civilización entró a Manizales uncida a la cultura. El teatro ratifica las entrelíneas de esta historia. Su Plaza de Toros mudéjar, proclama a los visitantes su sentimental herencia hispánica, celebrando cada año una de las mejores ferias de América. Sus habitantes poseen una inusitada dimensión humana, donde sobreviven las buenas maneras, donde la charla y la canción son los ritos sagrados.

    Villamaría: Se considera como la despensa agrícola de Caldas. Pueblo de vocación floral, es un inmenso jardín, apaciguado y susurrante.

    Chinchina: Asiento de negocios, lugar de tránsito, centro de riqueza, el movimiento de la gente, el desarrollo urbano, la actividad que despliegan sus calles, ofrecen obvios contrastes, una notoria sensación de prosperidad. Es la capital cafetera de Colombia, donde está Cenicafé—Centro Nacional de Investigaciones sobre el Café—que suscita gran interés científico por los valiosos experimentos que realiza, y la fábrica de café liofilizado, dedicada a la exportación de sus productos y considerada la única por su exclusiva tecnología. Posee tierras calificadas de óptimas para el cultivo del café.

    Palestina: Comparte buena porción de su historia y de sus realidades con su vecina Chinchina. Ubicación privilegiada, tierras inmejorables para el cultivo del café, una economía basada en este producto, y un mismo clima, ligada por el pasado, dependientes de la circunstancia geográfica y económica en el presente, el futuro le ofrece un liberador y promisorio adelanto. Es una de las poblaciones mejor comunicadas de Caldas. Es un emporio turístico por excelencia.

    Viterbo: Esta población recuerda otra italiana. Todo lo bueno del pueblo es fruto de un acto de voluntad. Cultivador de café, el municipio se convierte en una inmensa secadora, las calles doradas, cubiertas de granos bajo un sol a sus anchas, encandilan y asombran. La animosa población rica también en ganado y caña de azúcar, es una de las más bellas del país.

    Belálcazar: Se le llama el "mirador de Caldas". Su gente hospitalaria, dedicada al turismo.

    Risaralda: Significa "risa humana". Su gente con su rítmica parsimonia campesina y una como reserva natural en sus gestos, comparte una abundante floración de azaleas.

    Anserma: Sigue siendo el cruce de caminos. Con clima próximo a los 18 grados, con serenidad azul claro de su cielo, vespertino, a ciertos habitantes suyos que parecen anudados a algún paisaje, por lo que todo contacto es más bien un reencuentro.

    Riosucio: Famosa por su Carnaval del Diablo en simbolismo, en la simbiosis de goce e inteligencia, en la autenticidad raizal e histórica del júbilo colectivo, en la magicidad demoniaca de su ambiente. Posee platanales, cañaduzales y cafetos. El oro de sus minas y la piedra caliza, industrias metálicas y metalúrgicas, las carboníferas de El Soldado son base de su ascenso económico. Riosucio es todo un complejo étnico.

    Supía: Indígenas, españoles y negros, ingleses, franceses y alemanes, antioqueños y caucanos, se fueron asentando en los contornos de la fértil vega que divide el río Supía que baja cargado de arenas auríferas y separa a Guamal del municipio. Negras y negros de todas las edades barequean allí abajo el sol de los veranos.

    Marmato: La más pequeña población de Caldas es el corazón minero de Colombia, pueblo de buscadores de oro y de pluralidad sorprendente en la diversidad de rostros y expresiones y en los bellos rasgos etíopes del aporte negro. El cerro de Marmato implica una historia económica y humana, filón de oro que se adhiere a la piel, en sus cimas y su barro, en sus profundidades y su viento, en su sonrisa de bienvenida y en su larga tristeza.

    Manzanares: Es la puerta del oriente caldense. Un territorio íntegramente montañoso. Su clásico tipo racial. Su erizada geografía, llena de riscos y profundidades en donde se ven cafetales, trapiches paneleros, pastos y bosques, con leyendas de minas escondidas y tesoros ocultos y otras reales de grafito, calcita y manganeso…pero cuya verdadera riqueza es la calidad humana de su gente.

    Pensilvania: Se la conoce como la "Perla del oriente". La reforestación y los aserraderos que rodean el pueblo permiten apreciar el proceso de explotación maderera como la industria que cimentará su economía, sustentada hoy en el café y el ganado, con la caña y las vetas auríferas.

    Marquetalia: Enclavada en medio de las montañas, este pueblo de agricultores que siembra café y caña, ha reactivado galanamente su apuesta al futuro. Las sillas de montar y los galápagos de su excelente talabartería, las cobijas y cubrelechos de lana, dan cuenta de su floreciente industria artesanal.

    La Dorada: Único puerto, es la segunda ciudad de Caldas. La abundancia de peces dorados en las aguas de sus riberas le ganó el nombre de soleada promesa que incita a soñadores ambiciosos. Ciudad cosmopolita en permanente primavera. Centro ganadero, con riqueza ictiológica por las mojarras, sardinatas y picudas del río La Miel, los cardúmenes del Magdalena y de los ríos doña Juana, Pontoná y Guarinó, un centro geográfico privilegiado, un epicentro vial de comunicación terrestre, férrea , fluvial y aérea, un núcleo turístico con balnearios, sitios de recreación y especiales para acampar, son realidades que impone el progresivo avance de una ciudad.

    Samaná: Es una isla de montañas rodeada de ríos. Corredor natural entre el oriente de Caldas y el oriente de Antioquia. Más que la recreación al aire libre en un clima que sube de 20 grados, las playas para acampar, las zonas de pesca, la riqueza de las reservas mineras, la plata, el cobre y los mármoles, el azufre, el uranio y hasta el asfalto, o el futuro delas represas, embalses y piscinas son sus corregimientos y veredas.

    Victoria: El parque de Victoria fue escogido como el parque más bello de los pueblos de Caldas. La orgullosa ceiba de que tanto se ufanan sus habitantes parece contar inquietudes de los primeros que se sentaron junto a ella.

    Quindío

    Datos generales: Área 1.845 km2, Población 435.018 (1996)

    La guaqueria se constituyó en una de las bases del poblamiento de la región, los mismo que de su reconocimiento. A fines del siglo XIX la región pertenecía a la provincia del Cauca. Además la atravesaba el camino que desde la época colonial servía de eje en las comunicaciones entre Santa Fé, Popayán, Quito y el sur. Con los buscadores de oro vinieron los colonos de la quina y el caucho.

    El oro, el tabaco y después el café, han sido la base del crecimiento poblacional.

    Departamento cafetero por excelencia, siendo su cultivo y comercialización uno de sus mayores renglones económicos, seguido por el comercio como principal actividad. Se cultivan además del café, plátano, caña, arracacha, yuca, frijol, papa y maíz. Además del café, se ha querido asociar al Quindío con la palma de cera, declarada árbol nacional en 1985.El sector ganadero se explota en menor medida que el agrícola con la cría de ganado bovino, porcino y equino.

    El departamento, rico en recursos minerales, posee yacimientos de oro, plata, cobre, calizas, antimonio, cuarzo, mármol, carbón, arcillas y gredas. En el campo industrial crea poco a poco sus potencialidades. En la actualidad sobresalen productos como el cuero, la metalmecánica, las ladrilleras, el papel y las maderas, los textiles en lo referente a la ropa masculina y femenina, los muebles, los mosaicos, los concentrados avícolas y los condimentos.

    Los municipios que componen el departamento son: Armenia (su capital), Buenavista, Calarcá, Circasia, Córdoba, Filandia, Génova, La Tebaida, Montenegro, Pijao, Quimbaya y Salento.

    Un panorama breve de sus pueblos, escrito por Alonso Aristizábal, se detalla a continuación:

    Armenia: "Ciudad Milagro", es la capital del departamento. Su nombre proviene del homenaje a las 200.000 víctimas de las provincias armenias de Turquía. Es uno de los circuitos turísticos más atractivos del país que se caracteriza por su diversidad y contrastes. Es una ciudad de gran actividad cultural. El principal producto es el café. En sus alrededores se cultivan cítricos, ajo, pitahaya, espárragos, champiñones, sorgo, plantas aromáticas. En el aspecto industrial ocupan un lugar destacado la industria del cuero, la metalmecánica, las confecciones de ropa, los concentrados avícolas y los condimentos.

    Calarcá: Se le conoce como la "Villa del Cacique". La arquitectura calarqueña está formada por casas de bahareque de gran belleza. En sus alrededores se han encontrado muchos vestigios precolombinos. Es el centro de los más representativos polos cafeteros.

    Quimbaya: Produce café, plátano, caña de azúcar, cacao, maíz, fríjol, frutas. También es importante su ganadería. En la actualidad sobresale por sus balnearios y escenarios recreacionales.

    Montenegro: Produce café, avicultura, caña de azúcar, cacao, plátano. Entre sus atractivos se cuentan la sede del gremio cafetero y su jardín botánico.

    La Tebaida: Entre sus productos se destacan el café, el plátano, la avicultura y la ganadería. Se caracteriza por su turismo de fin de semana.

    Circasia: Antes se llamó La Plancha. Los principales productos son el café, las frutas, las flores y el ganado. Uno de sus atractivos es el Cementerio Libre que se caracteriza por su belleza.

    Finlandia: Su nombre procede de "filius (hijo)" y "andia (de Andes)". Significa hijos de los Andes. Por su ubicación en otra época se le consideró el cruce de caminos. Entre sus productos se cuentan café, cacao, plátano, maderas y pasto.

    Pijao: Hermosa población sobre el relieve quebrado de la cordillera Central. Esta localidad produce café, caña de azúcar, yuca, maíz, plátano, papa y banano. Se deben mencionar además sus reservas minerales y su sobresaliente desarrollo artesanal.

    Génova: Es la localidad más apartada del Departamento. La actividad económica se concentra en la agricultura y la ganadería. Entre sus productos se cuentan el café, el plátano, la papa, la caña de azúcar, la yuca, el maíz, el ganado vacuno, equino y porcino.

    Salento: Se le ha considerado de gran importancia histórica como punto de avanzada de la colonización antioqueña. La actividad económica de Salento la definen la agricultura y la minería. Sus principales productos son el café, el maíz, el plátano, la papa. Posee minas de oro y cuarzo.

    Buenavista: Entre sus productos sobresalen el café, la caña de azúcar, el maíz, el plátano, la yuca, el f’rijol.

    Córdoba: Su economía la definen la agricultura y la ganadería. Los productos más importantes son: café, yuca, plátano, maíz y fríjol.

    Risaralda

    Datos generales: Área 4.140 km2, Población 744.974 (1996)

    Actualmente la principal actividad económica pertenece al sector de servicios, con un 58% de ingresos, seguido por la industria, con un 23% y las actividades agropecuarias con un 19%. El sector industrial se ha desarrollado en los últimos años con gran fuerza, sobre todo en el área metropolitana de la capital del departamento, destacándose las industrias de alimentos, bebidas, papel, textil y maquinaria. Además del café, se cultivan cacao, piña, maíz, papa, algodón, trigo y caña. En los últimos años se ha desarrollado la actividad avícola, la apicultura y la cunicultura..

    Los municipios que componen el departamento son: Pereira (su capital), Apia, Balboa, Belén de Umbría, Dosquebradas, Guatica, La Celia, La Virginia, Marsella, Mistrato , Pueblo Rico, Quinchía, Santa Rosa de Cabal y Santuario.

    El escrito Alonso Aristizábal nos hace una breve discripción de sus pueblos:

    Pereira: Primero se llamó Cartago al ser fundada por Jorge Robledo en 1540 en territorio habitado por los Quimbayas y los Pijaos. Sin embargo la ciudad debió ser abandonada por los constantes ataques de sus primitivos pobladores. El actual nombre proviene de Francisco Pereira Martínez, el propietario de las tierras donde se construyó la población en 1863. En los últimos años Pereira ha tenido un desarrollo excepcional. Su arquitectura ha sido renovadora para Colombia. Es una ciudad que se distingue por su apertura a lo desconocido y a lo ecléctico. Pereira siempre ha estado determinada por su vida comercial. En esta actividad funda su prosperidad. Existen industrias de jabones, cerveza, gaseosas, herramientas agrícolas, trilladoras de café, confecciones, además del desarrollo de la industria azucarera. Produce caña de azúcar, café, plátano, yuca, papa, maíz, fríjo. El aspecto más significativo de Pereira es su gente de temperamento abierto, jovial y franco.

    Santa Rosa de Cabal: Su zona rural se distingue por sus vías de penetración y el eficiente servicio de electrificación. Además sobresale por sus centros de enseñanza a nivel secundario. Desde el punto de vista social, allí se impulsa el programa de autoconstrucción. Es famosa por sus hoteles de turismo en los termales y en los alrededores de la ciudad. Son famosos sus chorizos.

    Dosquebradas: Se trata de una ciudad nueva que se ha desarrollado como polo industrial. Las principales empresas colombianas han establecido allí sus factorías. Posee buena red de comunicaciones y un centro experimental para el tratamiento de basuras.

    La Celia: Hace parte de la región cafetera cuya producción ha contribuido con programas como la electrificación rural y otros de desarrollo de la comunidad.

    Belén de Umbría: Municipio de gran belleza topográfica. Su producción agrícola la componen el café, plátano, caña de azúcar, yuca, maíz, fríjol y el banano.

    Apia: Se encuentra sobre la cordillera occidental y su territorio es montañoso. Vive de la agricultura y la ganadería.

    Pueblo Rico: Ubicada sobre la cordillera Occidental, la mayor parte de su suelo es montañoso. Ofrece variedad de climas. Su economía depende de la agricultura, ganadería y minería. Entre sus productos sobresalen la caña de azúcar, café, cacao, maíz, plátano, yuca, fríjol, papa.

    Mistrato: De suelo montañoso su economía la conforman la agricultura, la ganadería y la minería. Sus principales productos son: café, yuca, caña de azúcar, maíz, plátano, cacao, fríjol, además de la explotación de minas de oro y zinc.

    Guática: Su actual nombre viene del cacique Guaticaman. Su economía se funda en el café, plátano, maíz, caña de azúcar, yuca, papa, fríjol. Otro renglón importante es la ganadería.

    Quinchía: Posee variedad de climas y suelo montañoso. Su economía se apoya en la agricultura, ganadería y minería. Entre sus productos sobresalen el café, la cebada, el plátano, el maíz, el fríjol, la yuca, el cacao, el carbón, el oro, la plata y la cal.

    Santuario: Suelo montañoso. Su economía se basa en la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. Entre sus productos se mencionan el café, la caña de azúcar, el plátano, el maíz, el fríjol, la yuca.

    La Virginia: Su suelo lo constituyen zonas planas y montañosas. Es puerto sobre el río Cauca. Uno de sus atractivos principales es la pesca. Su situación estratégica le ha permitido convertirse en centro de distribución de productos del occidente del país. Su economía se apoya en el comercio, el transporte, la agricultura y la ganadería. Entre sus principales productos se mencionan el café, cacao, maíz, plátano, y yuca.

    Marsella: Su territorio montañoso corresponde a la cordillera Central. Presenta gran variedad de climas. Su economía depende de la agricultura, la ganadería, y la minería. Sus productos más importantes son café, plátano, caña de azúcar, yuca, fríjol, cacao, papa, oro. Ha sido catalogada como monumento nacional por su arquitectura. Es famoso su cementerio.

    Balboa: Se caracteriza por su variedad de climas. La economía depende del café y la ganadería. Entre sus productos se mencionan el plátano, la caña de azúcar, la yuca, el fríjol, el banano, el arroz, los pastos.,

    9.Calidades estratégicas del nuevo dirigente

    Es importante considerar las calidades estratégicas del nuevo dirigente de los departamentos del antiguo Caldas, para lo cual tomamos como vía de ejemplo el Plan de Desarrollo del Departamento de Risaralda donde se explicitan las condiciones necesarias para obtener el logro de los objetivos contemplados en el Plan de Desarrollo citado:

    Eficiencia gerencial: el logro de la visión exige que los recursos escasos sean asignados y utilizados con eficiencia (economía) y eficacia (tecnología, calidad y logro) en todos los ámbitos de la actividad: pública y privada, económica, social, política o ambiental.

    Sujeto de Desarrollo: debe estar en la capacidad de actuar con solidaridad y en forma integrada con otros actores internos o externos a la región. El sentido de pertenencia y la autoestima regional se deben convertir en un "arancel mental" que promueva las actividades económicas, sociales y políticas de todos.

    10. Estilo de Negociación

    Enrique Ogliastri dice: Aunque en todo Colombia los paisas tienen la fama de ser los mejores negociadores, los datos obtenidos en estos talleres de negociación no lo confirman totalmente. En las regiones de cultura antioqueña hay una mentalidad de no dejarse ganar, de ser vivo, que los lleva a exagerar sus éxitos, a darse fama. No cabe duda que tienen un comportamiento emprendedor, pero esa cultura del rebusque, de sobrevivir en circunstancias difíciles, se ha propagado y es parte de la idiosincrasia colombiana de todas las regiones. Los paisas son los mejores negociadores de Colombia en problemas distributivos, dominan el regateo y hasta lo disfrutan. Compran más barato y venden más caro que los otros, lo cual consiguen mediante la apertura con una demanda más exigente que los de otras regiones colombianas. Rápidos en el descuento y muy pragmáticos, los paisas son persistentes en negocios comerciales donde el único problema es el precio y no existen posibilidades de crear valor. En todos los demás tipos de negociación, más complejos, los paisas están en el promedio de las demás regiones colombianas.

    Los datos recogidos en el estudio citado de E. Ogliastri muestran los siguientes datos sobre los paisas:

    Tipo de Problema:

    1.Problema distributivo

    Oferta de compra: dura 34%

    Compran barato 29%

    Oferta de venta dura 37%

    Venden caro 30%

    Primera oferta dura (suma) 36%

    Primera oferta normal 40%

    Obtienen altos resultados 30%

    2.Distributivo: poder desigual

    Resultados altos (23% prom) 21%

    Resultado medio (24% prom) 21%

    Se quedan por fuera (29%) 27%

    3.Integrativa

    Indice de creación de valor 3.8

    4.Integrativa distributiva

    Llegan a un acuerdo 95%

    Obtienen máximo posible 53%

    Admiten puro regateo 32%

    Saben cómo quedó el otro 35%

    5.Integrativo bloque puntos

    Falló en punto común 1 23%

    Falló en punto común 2 23%

    Llegaron a un acuerdo 95%

    Altos resultados (Papel A) 20%

    Resultados promedio (A) 43%

    Resultados bajos (Papel A) 37%

    Altos resultados (Papel B) 36%

    Resultados promedio (B) 38%

    Resultados bajos (Papel B) 26%

    Resultados altos (A más B) 30%

    Resultado medio (A más B) 35%

    Resultados bajos (A más B) 35%

    Vale la pena resaltar en el estudio de E. Ogliastri las siguientes consideraciones generales:

    1. En Colombia se utiliza un rango de regateo de dos por uno: por ejemplo, el vendedor pide el doble de lo que le costó, y el comprador ofrece la mitad de lo que le pidieron.
    2. Al pensar en objetivos nos guiamos por la intuición, por el deseo puramente subjetivo (al ojo) y no por criterios objetivos como lo que haríamos en el caso de no poder llegar a un acuerdo con el otro.
    3. Los colombianos esperan que se acabe el tiempo, paran el reloj y siguen en el regateo hasta el cansancio; en muchos casos la negociación realmente comienza cuando se acabó el tiempo que se había dispuesto para hacerla
    4. Sorprende la tranquilidad con la cual algunos salían a negociar, como voluntarios, sin estar preparados. No tenían claras las cifras, ni conocían sus límites, ni habían entendido bien el ejercicio: improvisaron
    5. Se establecen alianzas casi exclusivamente por medio de la amistad, del acercamiento personal, y no siempre por intereses
    6. Una cuarta parte de las personas no llegaba a ponerse de acuerdo en puntos en los cuales a ambos les convenía lo mismo
    7. Apenas la mitad de las personas obtenían el máximo puntaje posible en las negociaciones, por enfrascarse en ganarle al otro sin pensar en los beneficios mutuos
    8. Tenemos en la cabeza la vieja idea de que o gana el uno o gana el otro. Esta es la mayor dificultad que experimentan los negociadores colombianos.

    Continúa Ogliastri diciendo: Esta experiencia también puso en claro ciertas habilidades de los negociadores colombianos: el manejo de las relaciones personales, la capacidad de acercamientos amistosos e informales, la habilidad para manejar incertidumbres y ambigüedades, la flexibilidad, el manejo de emergencias y situaciones nuevas. Los colombianos son mejores para hacer negociaciones de problemas distributivo y menos buenos para resolver conflictos que tengan potencial integrativo de ganancias mutuas. El procedimiento de negociación que está imbuido en la cultura es el regateo, el cual deja poco espacio para la creación de valor.

    Explicando ¿Por qué negocian así los colombianos?, Ogliastri dice: La manera de negociar es parte de la cultura de un país, de sus creencias, valores y costumbres, de los comportamientos que se han establecido desde la familia y se apoyan en la religión y la política. La estructura geográfica, económica y social está en la base de la cultura. Colombia vive una cultura habituada a la incertidumbre, con individualismo hacia la sociedad pero alto colectivismo familiar, preferencia por mayor igualdad pero conciencia de un gran elitismo, preferencia por la suavidad del trato personal, orientación hacia el presente y no muchas consideraciones humanitarias y de generosidad hacia los débiles.

    Como conclusión, Ogliastri dice: Los colombianos negociamos mal, perdemos oportunidades de crear valor a través de procedimientos sanos de resolver diferencias y tenemos dentro de nuestro engranaje social (como en las relaciones familiares, o en las actitudes religiosas y políticas) problemas básicos …

    11. ¿Cuál es, entonces, la cultura organizacional paisa?

    Atendiendo los innumerables modelos para categorizar la cultura, presento a continuación una aproximación de esta categorización según la información consignada en este documento sobre la cultura paisa:

    1. El Ser Mítico

      Las organizaciones y los servicios adoptan una representación y modos de funcionamiento donde dominan el espíritu familiar y una solidaridad de tipo orgánico…donde la función simbólica juega un papel importante, donde lo sagrado, lo misterioso y lo poderoso se imponen en el trasfondo de las circunstancias, donde los valores y la caballerosidad son estimadas.

      En sus dimensiones filosóficas se identifica con las prácticas (ritos, comidas, utilización de palabras, espíritu emprendedor), en los criterios de validez (tradición, origen, filiación, imágenes, alegorías), en los valores fundamentales (costumbrista, obediencia, lealtad), en los principios fundadores (pater familias y héroes, comunidad, vitalidad, nosotros).

      En cuanto a sus patologías: Carismático, clientelista.

    2. Modos de Ser (Renée Bédard)

      Distancia jerárquica baja

      Comparte las características de : climas fríos y templados, la supervivencia del grupo y su crecimiento depende más de la intervención del hombre sobre la naturaleza (agricultura, ganadería y minería), necesidad de tecnología, necesidad de educación, riqueza, poder político está basado sobre un sistema representativo (concejos, asambleas, comunidades).

    3. Modelo de Hofstede

      Dimensión Individualista: Encuentra su realización en el servicio al grupo, a través de la satisfacción personal.

      Dimensión Logro: El ganador, el triunfador, cómo gana status y poder en una organización, utilizando su empuje, su espíritu emprendedor, su garra, además de sus habilidades y talentos. Se centra en el –hacer–.

      Dimensión Tiempo: La gente valora mucho su pasado, su ancestro, pero sin embargo se orientan hacia el futuro, necesidad de cambio

    4. Modelo de Trompenaars
    5. Modelo Escuela simbólica

    La organización es reflejo de la conjunción de su pasado, contexto sociocultural, tecnología la influencia de sus antiguos dirigentes.

    12. Y, entonces… como conclusión?

    Como conclusión a todo lo anterior, pienso que la Organización Paisa (entendida ésta como la representada en su promedio por las empresas establecida en el Gran Caldas (Caldas, Quindío y Risaralda) muestra una cultura que comparte su pasado (representado en su vocación por la agricultura con el producto estrella: el Café, la ganadería y la minería), con el presente que le impone una necesidad de desarrollo frente a otros departamentos y sectores económicos, como se expresa en los planes de desarrollo regionales caracterizados por:

    • Generación de investigaciones y análisis que permitan el diseño de políticas, planes y proyectos para el desarrollo del sector productivo
    • Fomento integral de la productividad y la competitividad de la base productiva
    • Generación de alianzas para el diseño, formulación y evaluación de la política industrial y tecnológica
    • Diseño de estrategias para el desarrollo del sector empresarial, productivo y comercial
    • Promoción de la capacitación y asesoría en temas específicos a los actores del sector económico
    • Gestión de proyectos de inversión y desarrollo de proveedores con fortalecimiento de clusters
    • Mejoramiento sistemático de todos los factores involucrados en la producción de bienes y servicios para lograr competitividad en los mercados nacionales, regionales e internacionales
    • Fomento del empleo impulsando la creación de nuevas empresas

    .entre otros, para lograr un futuro promisorio y adecuado a las riquezas que posee la región y la capacidad de sus gentes.

    En este propósito están involucradas las universidades de la región con la formación de nuevos profesionales a nivel de pre-grado y post-grado, para la obtención del recurso gerencial y empresarial de la comarca.

    Cabe decir, que los efectos de la cultura paisa continuarán "viéndose" en la agricultura, ganadería y minería tradicionales, pero estará ausente en las grandes empresas industriales (nacionales y transnacionales), donde el quehacer del gerente está influenciado por las teorías de la organización americana (de Estados Unidos), el "management" importado, los profesionales formados en el exterior y los efectos de la globalización.

    Esto quiere decir, en otras palabras, que las decisiones que implican el desarrollo de dichas organizaciones, son producto de modelos, esquemas y prácticas internacionales (por ejemplo, Nestlé empresa suiza con fábrica en Risaralda) y muy poco de comportamientos, conductas o tendencias influenciadas por la tradición y el modo de ser "paisa", excepto quizás como ya lo mencioné en las actividades tradicionales de la agricultura, ganadería y minería que aún así son permeables por tendencias de la tecnología disponible.

    Realmente me quedan los deseos de poder acceder a una investigación sobre el particular, ya que lo publicado por investigadores nacionales es muy poco.

    Lo que sí es cierto es la "garra y empuje" del paisa en actividades como el marketing entendido en todo su concepto y la financiera como toma de decisiones de inversión (correr riesgos).

    Adicionalmente, refiriéndonos de nuevo al Modelo de Lionel Vallée, podemos identificar aspectos tales como:

    Actividades materiales: Centrado en la agricultura, ganadería, turismo e industria en menor escala pero en pleno desarrollo y con el objetivo de convertirse en un polo de exportación de productos y servicios, vemos que el proceso de producción de bienes materiales se cumple con el modelo al relacionar a sus pobladores con su fuerza de trabajo, su entorno, conocimientos y el uso de herramientas de trabajo desde artesanales hasta de alta tecnología en sus factorías de origen nacional o multinacional, como ya se mencionó en otra parte del estudio presente.

    En cuento a las actividades simbólicas vemos todo el legado –paisa—que todavía se conserva en planos tradicionales como las creencias, la religión, el folklore, su vestido y alimentación.

    En la producción de bienes inmateriales persiste la herencia tridimensional del aborigen, africano y español, con reconocimiento de potencias superiores y de intermediarios vistos como medios de vida armoniosa con su entorno: el rosario al atardecer, el filtro del amor, las yerbas, las historias inquietantes de personajes mediadores que despliegan todo su potencial mágico y mítico por las fincas y veredas de ese Viejo Caldas, para vencer esas fuerzas enigmáticas pero aún presentes en la mente de sus habitantes tanto rurales como urbanos.

    En el lenguaje con entonación especial e identificable por los demás pobladores de Colombia que hacen decir de un individuo en particular que es "paisa" y las obras de sus pensadores, más los símbolos propios de ese "paisa", con su machete, carril, poncho, sombrero, alpargatas y su tiple con sus canciones que añoran amores y vivencias ya pasadas, tenemos la máxima expresión de esta subcultura, que nos expresa abiertamente y sin tapujos cuál es su cosmología y cómo es su cosmogonía.

    Las actividades sociales nos presentan en forma inequívoca los tipos de relación para la producción de los bienes materiales para satisfacer sus necesidades a partir de la vivencia de un mundo en pleno siglo XXI que impone en muchas ocasiones la aculturación de una globalización pujante, agresiva y extraña a nuestras costumbres y para lo cual sólo se tiene el conocimiento y los deseos de conservar lo poco de valores y de esta cultura que queda.

     

    Por:

    Mario Morales Caicedo