Casi todas las mujeres bellas, en este mundo que llamamos "civilizado", desean ser reinas de belleza — por lo menos en los Estados Unidos y en la República Dominicana, donde vivimos.
Para obtener su meta, es necesario que sean esbeltas y delgadas. Para lograr ser delgadas, tienen que ponerse a dieta, pasar hambre y hacer muchos sacrificios.
Debido a éstas y otras consideraciones, los concursos de belleza mismos suscitan reacciones negativas por quienes los perciben como otra forma de la explotación sexual. Mientras que otros los condenan por motivos religiosos.
En Nigeria, hace dos años que disturbios callejeros causados por los musulmanes forzaron la mudanza del concurso de Miss World de ese país a Londres.
Las personas que ven estos programas en su televisor son por la mayor parte mujeres residentes del Tercer Mundo, muchas de ellas siendo personas muy pobres.
No obstante, y para no ser menos, casi todos los países patrocinan y endorsan los concursos locales y su final competición en el desfile de Miss Universo.
Modelo… ¿de qué?
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