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Las Verdades del Porfiriato (página 2)

Enviado por Oziel Nevárez Corral


Partes: 1, 2

Valle de la Muerte

"A medida que nos aproximábamos a Valle Nacional, notábamos en la gente mayor horror por la región. Ninguno había estado allí, pero todos habían oídos rumores; algunos habían visto a los supervivientes y la vista de esos cadáveres vivientes había confirmado tales rumores. Al bajar del tren en Córdoba vimos que cruzaba el andén una procesión de 14 hombres; dos adelante y dos detrás de la fila, con rifles, y los diez restantes con los brazos amarrados a la espalda y las cabezas bajas. Algunos iban andrajosos, otros vestían bien y varios llevaban pequeños bultos colgados del hombro."[1]

Aquí el modo de operar al atrapar esclavos no era nada diferente a Valle Nacional, se pagaba la cantidad de diez pesos por cada esclavo enviado, se arrestaban en las calles por algún delito real o simplemente inventado, para cumplir con el trabajo, tampoco importaba la edad.

Una vez en manos de los hacendados, difícil era escaparse y a quien lo intentaba, había policías preparados para cazarlos, lo mejor era no intentar conseguir su libertad. A quienes desafortunadamente eran sorprendidos en el intento de fugarse, eran castigados, mediante crueles torturas esto si antes no encontraban la muerte.

Los peones del campo y los pobres de la ciudad

Las condiciones de trabajo en el campo durante el gobierno de Porfirio Díaz, eran en lo más mínimo justas, la vida en las ciudades era tan agravante o de peor manera que en el campo, la manera insalubre de vida, la violencia era el pan de todos los días en los barrios pobres.

"Una esclavitud similar a la de Yucatán y a la de Valle Nacional se puede encontrar en casi todos los Estados del país; pero especialmente en los costeños, al sur de la gran altiplanicie. El mismo sistema de trabajo existe en las plantaciones de henequén de Campeche; en las industrias maderera y frutera de Chiapas y Tabasco; en las plantaciones de hule, café, caña de azúcar, tabaco y frutas de Veracruz, Oaxaca y Morelos. Por lo menos en 10 de los 32 Estados y Territorios de México, la mayoría abrumadora de trabajadores son esclavos."[2]

México tenía todas las condiciones para prosperar igual o mejor que otras naciones, pero gracias a los gobernantes y el beneficioso sistema de enriquecer a los extranjeros, seguía siendo un pueblo muerto de hambre.

El sistema de Díaz

Era lo suficiente obvio que el pueblo ya no deseaba más a Díaz como su gobernante, pero, quien se atrevía a reprochárselo. Con todas las comodidades Díaz se reelegía y siempre ganaba las elecciones, un ejemplo de estas victorias se muestra cuando el mandatario entraba a la capital del país con su ejército y se proclamaba nuevamente presidente.

El pueblo controlado a la fuerza, el arreglo de las elecciones, la intervención con la prensa, la fuerza militar completamente a la disposición, los fondos distribuidos a conveniencia, fue obra de Díaz, es decir controlaba absolutamente todo acto realizado en el país y esto permitía la inoperancia del pueblo.

A raíz de lo anterior, prácticamente arrebató de las tierras y pertenencias al pueblo mexicano, para brindar mayor oportunidad a los inversionistas extranjeros mientras que el pueblo cada vez más se veía desprotegido.

ELEMENTOS REPRESIVOS DEL RÉGIMEN DE DÍAZ

Por razones demasiado claras Díaz necesitaba protegerse, aumento el número de soldados, que estaban completamente a la orden del mandatario, creo a la policía y rurales, que estaban encargados del orden en la sociedad, pero la verdadera función era aterrorizar al pueblo.

Quien se atavía a ponerse en contra de las órdenes era eliminado, se raptaban personas para enviarlos a las haciendas como esclavos.

Si llegaba a surgir un contendiente a la presidencia, sin duda alguna era eliminado, no había puestos de elección popular, claro todo esto dio lugar a que Porfirio Díaz fuera electo por unanimidad en repetidas ocasiones.

La represión del pueblo era la violencia sin limitación alguna, los encargados de tener al pueblo bajo ese sistema de orden fueron; el ejercito, los rurales, la policía montada y la acordada, que era una asociación de asesinos que se mantenía en sumo secreto.

La destrucción de los partidos de oposición

La aparente tranquilidad del país era por los sistemas represivos y por la presencia del garrote, la pistola y el puñal, valiente aquel que se atrevía a criticar o quejarse del régimen y con qué suerte contaba si vivía para contarlo, la población estaba bajo un temor aterrorizante.

Díaz dio oportunidad de que se fundara el partido liberal, comenzó a cobrar fuerza debido a que se integro gente algunas de ellas con dinero, dando lugar a dos revoluciones en contra de Díaz, pero ambas fracasaron en el intento, las causas de que se vinieran abajo fueron los espías que se infiltraban y los métodos severos que se imponían por parte de Díaz.

Es decir el pueblo nunca tuvo la oportunidad de la libertas política, curiosamente los aspirantes a encabezar algún partido, desaparecían, pues como no habrían de hacerlos con la famosa frase de "mátalos en caliente."

La octava elección de Díaz por unanimidad

Díaz alargo el periodo presidencial a seis años, que anteriormente eran de cuatro. Nuevamente llegan la elecciones, en las que se obligaba a las personas a votar por el mandatario reelecto en ocasiones anteriores, para asegurar el triunfo, se mandaron a las fuerzas del ejército a vigilar que la votaciones se llevaran de una manera adecuada, es decir, había soldados vigilando cada una de las casillas y amenazando a quien intentara realizar un voto en contra de Díaz.

Dando formalidad al proceso electoral, se procedió a realizar el conteo de los votos, para dar el anuncio al pueblo mexicano que Díaz había sido electo por la gente y tomaría posesión de la presidencia casi por unanimidad. Y como no lograr su cometido si con semejante represión y arreglo, nadie se atrevía a confrontar las terribles consecuencias de ser sorprendidos votando en contra.

Las cuatro huelgas mexicanas

Cuatro huelgas sellaron casi la muerte de los trabajadores que exigían sus derechos, dos de ellas fueron las que marcaron el ensangrentamiento de las manos de Díaz, fueron las de Cananea en Sonora y Rio Blanco en Veracruz.

Los trabajadores no contaban con las condiciones necesarias para desarrollar sus funciones, el ejemplo es claro en la fábrica de textiles en Rio Blanco; se contrataban a menores de edad, trabajaban en condiciones suicidas, se exponían a los químicos que afectaban gravemente a la salud, el salario no era justo para el trabajo desempeñado, aunado, el gobierno daba todo el apoyo a la fabrica para seguir en función.

Los trabajadores de la fábrica tenían que pagar albergue y como pago no recibían dinero, sino cupones, que solamente podían ser canjeados en las tiendas de los dueños de la fábrica, donde se les cobraba el doble o más por producto. Así, de esta manera la fábrica recuperaba el pago de sus empleados y mantenía consigo a los trabajadores.

Críticas y comprobaciones

Pese a todas las pruebas que había del régimen de Díaz, los estadounidenses defendieron al presidente mexicano, por conveniencia, muchos de estos veían en el general Díaz a una persona bondadosa incapaz de someter a un país entero al sufrimiento de la esclavitud.

La mayoría de los norteamericanos no conocían realmente las condiciones en que estaba la población de México, ya que vivían completamente engañados, pues se le hacía creer que el país estaba lleno de oportunidades para todos en el que los trabajadores contaban con las mejores condiciones para laborar.

Por lo contrario los inversionistas estadounidenses, a pesar de que conocían las verdaderas condiciones, optaron por negarlo ya que el sistema que se seguía favorecía totalmente a sus ganancias. El contar con esclavos era beneficioso, pues ahorraban todos los centavos posibles de su alimentación, vivienda, salud, etc., sin que alguna persona dijera algo al respecto.

Los enganchados eran personas, por lo general indígenas, a los que se sometían a condiciones rigurosas de trabajo y a jornadas extensas, se encontraban bajo sumo cuidado debido a que en cualquier momento intentaban escaparse.

Los encargados de enganchar, lo hacían mediante engaños, prometiendo buen salario y en un puesto de alto rango, alimentación adecuada, buen vestido, etc. Luego que convencían a las personas los trasladaban lejos de su origen, lo llevaban a una tienda para comprarle sus prendas de vestir para el trabajo, la mayoría de las veces de menor calidad que la que traían puesta.

Al llegar a la hacienda, los tratos cambiaban totalmente, el patrón se convertía en su dueño único de los ahora esclavos, haciendo con ellos lo que le placiera, si decidía matarlos, lo hacía y no había problema alguno.

Pese a los engaños recibidos, el cambio en el trato, los enganchados debían de trabajar para cubrir los gastos de la vestimenta que se les compro con anticipación, es decir, al memento de que recibían su salario, solo se les entregaba una cantidad proporcional, eso en ocasiones. Mientras que diariamente se veían obligados a comprar su alimento en las tiendas de los patrones y a un precio exageradamente elevado (tiendas de raya) de esta manera el esclavo se endeudaba cada vez más, al grado tal, de heredar las deudas a sus hijos.

Las pruebas se encontraban a la vista de todos, pero la ley la hacia el gobierno y éste se encontraba completamente en apoyo con las haciendas.

Conclusión

Finalmente, ¿cuánto ha cambiado nuestro México? Aun seguimos bajo un régimen donde las autoridades son las que reprenden a quien no lo necesitan, los salarios siguen siendo muy bajos, el gobierno decide aumentar el IVA para recuperar ese dinero, los extranjeros son quienes al invertir en nuestro país, no pagan impuestos, solo generan ganancias, las jornadas de sus empleados siguen siendo de más de ocho horas, no tienen atenciones para su salud, pero el gobierno y nosotros observamos todo esto y no actuamos ¿Qué se tiene que cambiar para dar solución? La respuesta sería sencilla, cambiar primero nosotros, pero…. ¿Bastaría?

Fuentes consultadas

ARREOLA Valenzuela, José Luis. El Ensayo o Cómo Empezar a Escribir. 3°ed. Durango, Dgo. 2009. pp. 56-57.

K. Turner, John. México Barbaro. 2°ed. México. Colección Literaria Universal. Mayo de 1982.

"Porfirio Díaz." Microsoft student 2008 (DVD). Microsoft Corporation, 2007.

 

 

Autor:

Oziel Nevárez Corral

ozi_el_in[arroba]hotmail.com

Asesor: Ángel García Gallegos

CENTRO PEDAGÓGICO DE DURANGO, A.C.

SEDE: SANTIAGO PAPASQUIARO, DGO.

MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA

MÓDULO: EDUCACIÓN Y SOCIEDAD II

SANTIAGO PAPASQUIARO, DGO. DICIEMBRE DE 2009

[1] KENNETH Turner, John. México Bárbaro. http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/turner/5.html

[2] KENNETH Turner, John. México Bárbaro. http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/turner/6.html

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