Mañana arde Santiago: (Sucesos que motivaron el encarcelamiento de César Vallejo el año 1920)
Enviado por Danilo Sánchez Lihón
- Ni bien pasa la procesión del Apóstol se desata el infierno en Santiago de Chuco
- Deja de ser mi hija quien se une con una persona como ésa
- De la plata de este cajón les pagaba sus haberes y emolumentos
- Ocurrieron estos hechos que motivaron el encarcelamiento de César Vallejo
- ¡Se está azuzando a los gendarmes! Beberán mucho alcohol esta noche
- El nuevo gobierno, originó un terremoto burocrático nacional
- Preso Vicente Jiménez, lo cual constituía una osadía tremenda
- ¡Ay, cholito, cholito! Ruega a Dios que no regrese yo con vida
- Vicente Jiménez ha regresado libre y con vida
- Vallejo regresa decidido a cambiar el rumbo y el curso que está tomando el destino
- Reconocen que en el pueblo no puede faltarse al principio de autoridad
- Caminando por el borde de las paredes, llega al campanario donde toca a rebato
- El arma le cuelga del hombro y con ella recorre las calles del pueblo
- Arde la casa envuelta en un fuego tan grande que amenaza con cruzar e incendiar las casas de enfrente
- El 6 de noviembre César Vallejo ingresa a la cárcel de Trujillo a las 7 de la noche
- Fuente
Día del adiós y el regreso
Introducción
Los sucesos del 1 de agosto de 1920 en Santiago de Chuco –un día en que recorre las calles la procesión de la "Octava del Apóstol" Santiago el Mayor– tuvieron como desenlace la muerte del ciudadano Antonio Ciudad debido al disparo de fusil de uno de los gendarmes ebrios y amotinados. La bala destrozó el cráneo de esta persona, que acompañaba en ese momento al Subprefecto Provincial Ladislao Meza y a una comitiva de pobladores.
La reacción del pueblo enfurecido acabó con la vida de los policías Lucas Guerra y Julio Ortiz, tras lo cual se violentaron las oficinas de correos y telégrafos cuyo titular era César de la Puente y, por la noche, se produjo el saqueo e incendio de la casa comercial de Carlos Santa María. Corolario de todo ello fue el encarcelamiento en Trujillo, cuatro meses después y por ciento doce días con sus noches, del poeta César Vallejo.
Todo lo escrito a continuación forma parte de la tradición oral de Santiago de Chuco, que escuché repetidas veces durante mi infancia a las personas mayores que vivieron directamente estos sucesos. Por coincidencia, mi casa queda en el mismo barrio donde vivían la mayoría de los implicados principales de estos acaecimientos, como el domicilio del propio César Vallejo.
Los acontecimientos en algún momento adquirieron la forma de un alzamiento popular en reacción a hechos gravísimos perpetrados por gendarmes ebrios liberaron a presos comunes, amotinamiento, insulto a la autoridad, asesinato a mansalva de un ciudadano notable de la ciudad y todo esto de parte de quienes su función es resguardar el orden.
De allí que el pueblo indignado asalta el Puesto de gendarmes, captura la armería y se distribuyen armas entre los ciudadanos presentes más relevantes. Hubo testigos que confirmaron haber visto a César Vallejo con fusil al hombro, cartuchera de balas atadas al cinto recorriendo las calles junto con el grupo de personas indignadas ante los sucesos producidos por el cuerpo policial ebrio. ¿Cómo no lo iba a asumir así un hombre apasionado y de convicciones populares profundas?
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