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La familia de Jesús según San Marcos (Mc.3,21.31-35;6,3;15,40)


Partes: 1, 2

  1. Hermano, hermana
  2. Hermanos y hermanas de Jesús
  3. Introducción
  4. Bibliografía
  5. Conclusión

"En el Antiguo Testamento, la familia es la más reducida forma de vida comunitaria, contrapuesta, en cuanto casa paterna a la estirpe, la tribu y el pueblo. Forman parte de la familia el padre, la madre, los hijos, nietos criados y temporalmente los huéspedes. De acuerdo con la estructura social patriarcal de a1quel tiempo, la cabeza y el jefe de la familia es el padre, que la representa hacia el exterior y la construye en el interior, junto con la mujer. La gloria suprema consistía en aumentar la familia con el mayor número posible de hijos (varones). A los padres se les debe obediencia y respeto (Ex.20,12). La solidaridad, el amor y la fidelidad a la familia son un precepto santo"[1].

"También se entendía en la antigua Palestina y en todo el antiguo mundo mediterráneo, el individuo estaba integrado en lo que se ha dado en llamar la familia "extensa", que constituía el principal sistema de "seguridad social". No era una persona aislada, completamente autónoma, sino parte de una unidad social mayor y ramificada. La familia extensa, y luego la aldea o pueblo en conjunto, imponían al individuo una identidad y una función social a cambio de la seguridad comunal y de la protección que recibía de la familia"[2].

HERMANO, HERMANA.

"En el antiguo Testamento, los nombres hermano, hermana significan fundamentalmente y en un sentido más vigoroso, los miembros nacidos de la misma pareja conyugal. Son también hermanos los hermanastros, tanto paternos como uterinos, si bien parece que la fraternidad también materna suponía en la conciencia de todos una más fuerte vinculación familiar, una mayor proximidad de sangre (Gn.34,25;Lev.18,9-11). Pero el uso bíblico la amplía a significarlos parientes más o menos cercanos, y por ello se llama hermanos a los tíos, sobrinos, etc. (Job.42,11); ya sin mediar grado alguno de consanguinidad, son hermanos los miembros de la misma tribu (Num.8,26;16,10;1Sam.20,29;Neh.3,1). En su máxima amplitud llegó a significar cualquier relación de proximidad, semejanza en el oficio, etc. (Job.30,29;Prov.18,9)"[3].

Adelphos, hermanos aparece 343 veces en el Nuevo Testamento. De ellas 97 veces aparece en los evangelios, 57 veces en los Hechos y 113 veces en la siete cartas paulinas reconocidas como auténticas. Mientras que en los evangelios se habla principalmente de los hermanos carnales (unas 68 veces, con transiciones al sentido metafórico), vemos que en los demás escritos predomina casi exclusivamente el sentido metafórico[4]

Adelphe, hermana aparece sólo 26 veces en el Nuevo Testamento. El campo semántico y el de aplicaciones recuerdan los de hermanos[5]

HERMANOS Y HERMANAS DE JESÚS

"No son José ni María, sino los "hermanos" y "hermanas" de Jesús, quienes crean el mayor problema a los historiadores y a los teólogos. Afirman que los hermanos y hermanas de Jesús eran en realidad primos suyos, mientras que los protestantes sostienen que eran verdaderos hermanos nacidos de los mismos padres. En realidad, las líneas de confrontación teológica a través de los siglos han sido muchos más complejas.

En el siglo II, por ejemplo Hegesipo, un judío converso originario probablemente de Palestina, parece haber considerado a esos hermanos y hermanas de Jesús como realmente tales, distintos de los primos y tíos que también menciona este autor. Sin embargo, el protoevangelio de Santiago (también del siglo II) parece dar a entender que María permaneció perpetuamente virgen, lo cual implicaría que los hermanos y hermanas de Jesús eran hijos que José aportó de un matrimonio anterior.

Contra Helvidio, escrito por Jerónimo en la última parte de siglo IV (383). Afirma que los hermanas y hermanos de Jesús eran realmente primos y que no sólo María, sino también José, vivieron en estado de perpetua virginidad. Esta posición fue la que predominó en el cristianismo occidental durante la edad media, mientras que la idea de que los hermanos y hermanas eran hijos de José aportados de un matrimonio anterior permaneció como predominante en Oriente.

A veces apareció también en Occidente, gracias a la popularidad de los relatos del protoevangelio de Santiago.

Un hecho sorprendente, que muchos católicos y protestantes actuales no conocen, es que las grandes figuras de la reforma protestante, como Martín Lutero y Juan Calvino, se mantuvieron fieles a la idea de la perpetua virginidad de María, y por tanto no creyeron que los hermanos y hermanas de Jesús lo fueran verdaderamente. Sólo con la llegada de la ilustración ganó aceptación entre los protestantes de la corriente mayoritaria la idea de que los hermanos y hermanas eran hijos biológicos de María y José. A excepción de unos pocos anglicanos de la alta Iglesia, ésta es la opinión común en las Iglesias protestantes hoy día.

Entre los exegetas católicos se destaca el alemán Rudolf Pesch, quien defendió la posición de "verdaderos hermanos" en su imponente comentario sobre Marcos en dos volúmenes. Sus afirmaciones provocaron polémicas entre los católicos alemanes"[6].

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