Decidimos realizar este trabajo, no solo como una simple revisión de noticias, sino intentando observar los verdaderos orígenes del conflicto, por lo que tuvimos que remontarnos a los orígenes de la antigua Yugoslavia y todos los acontecimientos históricos que se fueron sucediendo hasta nuestros días.
Empezaremos nuestra exposición con una breve introducción sobre las características generales de la Provincia Autónoma de Kosovo y una muy breve reseña histórica desde sus orígenes. A continuación, decidimos realizar una reseña histórica algo más abarcativa donde incluimos los hechos históricos de toda la antigua Yugoslavia, desde su creación hasta su desmembramiento y que tienen directa relación con el conflicto de la Provincia de Kosovo. Para terminar, haremos una exposición de la actualidad del conflicto en Kosovo, donde detallaremos los hechos ocurridos hasta horas antes de terminado este trabajo.
- CARACTERÍSTICAS GENERALES DE KOSOVO Y SU HISTORIA:
Región al suroeste de Serbia que disfrutó de un estatuto de autonomía desde 1946 hasta 1989. Su superficie es de cerca de 10.887 km2 y su población (en 1991)era de 1.956.196 habitantes. La provincia es predominantemente montañosa y escarpada. Los ríos Bell, Drin e Ibar fluyen a través de la provincia. La cadena montañosa Sar-Planina se eleva hasta los 2.640 m. Aunque Kosovo posee importantes yacimientos de plomo y cinc, así como significativos yacimientos de lignito, cromita y magnesita, la provincia es una de las regiones más pobres de Europa. Los cultivos más importantes de Kosovo son los cereales (maíz, trigo y cebada), las papas, ciruelas, uvas y tabaco; también es importante la producción de madera. Existen además industrias ligadas a la horticultura y viticultura. El ganado ovino y el bovino son criados en las tierras altas de Kosovo. Las principales fábricas son las de cemento y ácido sulfúrico. Las ciudades más importantes son Priština (la capital), Prizren y Pec, esta última fue (1557-1766) sede patriarcal de la Iglesia ortodoxa serbia. Más del 90% de la población de Kosovo pertenecía a la etnia albanesa hasta antes del conflicto. La mayor parte de la población restante eran serbios y montenegrinos, hoy en retirada ante los temores por represalias tanto de las tropas de ocupación, como de los refugiados kosovo-alvaneses que regresan a sus hogares.
Desde el segundo milenio A.C., los ilirios, ancestros de los actuales albaneses, habitaron la zona de la península de los Balcanes, que incluye lo que es actualmente Kosovo. El territorio ilirio de Dardania, formado por el actual Kosovo, parte de la actual Macedonia y tierras del suroeste de Serbia, fue con el tiempo anexionado por el Imperio romano. Desde el siglo VIII hasta el siglo XII, Kosovo fue el centro del estado medieval de Raska (Rascia). Hacia finales del siglo XII, el gobernador serbio Stefan Nemanja anexionó Kosovo y, durante algún tiempo, Prizren sirvió de capital a los príncipes serbios. Durante este periodo, la población serbia de Kosovo aumentó. En 1389, un ejército invasor turco otomano derrotó al ejército serbio durante la batalla de Kosovo, lo que provocó la consiguiente conquista de Serbia (en 1459) por el Imperio Otomano. (El recuerdo de esta batalla es actualmente una de las celebraciones más exaltadas del nacionalismo serbio). Kosovo fue escenario de numerosas rebeliones antiturcas, pero hasta mediados de 1912, los turcos no fueron expulsados de la región, proclamándose el estado independiente de Albania, que incluía Kosovo y partes de Macedonia occidental. No obstante, ante la insistencia de Rusia, las grandes potencias dividieron Kosovo entre Serbia y Montenegro. En 1918, Kosovo fue incorporada al recién creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, llamado más tarde, Yugoslavia. Los albaneses locales protagonizaron levantamientos entre 1918 y 1919 que fueron despiadadamente reprimidos. El gobierno de Belgrado resolvió forzar la expulsión de los albaneses, el cierre de las escuelas, la confiscación de tierras y fomentar la colonización con población serbia. Durante la II Guerra Mundial, Kosovo fue incorporada a la Albania ocupada por los italianos —paso que fue bien recibido en general por los albaneses locales— y los serbios fueron obligados a abandonar la región. Los albaneses de Kosovo se resistieron a la reincorporación a Yugoslavia, pero en julio de 1945 el ejército partisano de Josip Broz Tito venció la resistencia albanesa. Kosovo fue organizado como unidad administrativa de la República de Serbia —en principio, como región autónoma, pero después de las revueltas en Albania de 1968, fue elevada a la categoría de provincia autónoma. Nuevas revueltas en 1981 trajeron como consecuencia la expulsión de los albaneses de los puestos de poder y las protestas de los serbios locales. En marzo de 1989 Slobodan Milosevic eliminó todo vestigio de autonomía en Kosovo y extendió la política de discriminación antialbanesa, sometiendo a la región a la ocupación militar. Un movimiento local de resistencia clandestino, el Ejército de Liberación de Kosovo, se estableció para la lucha por la independencia o la unión del territorio con Albania.
CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS, CULTURALES Y POLÍTICAS DE LA REPUBLICA FEDERAL DE YUGOSLAVIA (Serbia y Montenegro):
Conformada como República federal y ubicada en el sureste de Europa, en la península de los Balcanes, comprende las repúblicas de Serbia y Montenegro y las antiguas provincias autónomas de Kosovo y Voivodina. La República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro), o RFY, limita al norte con Hungría, al este con Rumania y Bulgaria, al sur con Macedonia y Albania, y al oeste con el mar Adriático, Croacia y Bosnia-Herzegovina. La RFY se formó a consecuencia de la disolución de la República Federal Socialista de Yugoslavia (RFSY).
El 27 de abril Serbia y Montenegro anunciaron la formación de la República Federal de Yugoslavia, que declararon sucesora legal de la antigua República Federal Socialista de Yugoslavia. Esta acción fue un reconocimiento de facto de la separación de las otras cuatro repúblicas, cuya independencia había sido reconocida por la comunidad internacional. Pero no ocurrió lo mismo con la autoproclamada República Federal de Yugoslavia. El 22 de septiembre la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) decidió en una votación (127 votos a favor por 6 en contra y 26 abstenciones) que esta federación no podía asumir automáticamente el lugar de la antigua República Socialista Federal de Yugoslavia, y la excluyó de la Asamblea General, aunque recibió la opción de volver a solicitar el acceso por derecho propio. La comunidad internacional ha seguido abrumadoramente la decisión de la ONU. Desde entonces la ONU ha designado a la federación como República Federal de Yugoslavia. También ha sido descrita como la Federación de Serbia y Montenegro, y la República Federal de Serbia y Montenegro.
La superficie total de la RFY, 102.173 km.2, es menos de la mitad que el territorio de la antigua Yugoslavia. La República de Serbia, el miembro dominante de la federación, tiene un área mucho mayor, está más poblada que Montenegro y contiene la capital y ciudad más grande, Belgrado.
Serbia y Montenegro tienen un paisaje diverso. Serbia, situada al norte, abarca el 86% del territorio del país. Hay llanuras fértiles y ricas en gran parte de la zona norte, mientras que el este se caracteriza por cordilleras de piedra caliza y cuencas. Al sureste, desde las llanuras, se elevan antiguas montañas y colinas, mientras que en el mar Adriático una línea costera de 199 kms. Forma la frontera suroeste, donde está situada la República de Montenegro. Los ríos Drava, Sava y Tisza fluyen a través del país, al igual que el Danubio. El lago más grande del país es el lago Escutari, en la frontera entre Montenegro y Albania.
La RFY tiene un clima variado. Al norte el clima es continental, con inviernos fríos y veranos calurosos, húmedos y lluviosos. En la región central dominan los climas continental y mediterráneo, mientras que el sur se caracteriza por el clima mediterráneo en la costa, con veranos secos y calurosos e inviernos relativamente fríos, con abundantes nevadas en el interior.
Los minerales son el principal recurso natural de la RFY. Sus yacimientos de antimonio y plomo se encuentran entre los más importantes de Europa. También abunda el carbón, el petróleo, el gas, el cinc, el oro, el cromo y el cobre.
Población
La población de la RFY en el censo de 1991 alcanzó 10.406.751 habitantes. Los serbios constituyen el grupo étnico más numeroso, con un 62% de la población, según los datos de ese mismo censo. La mayoría son miembros de la Iglesia ortodoxa serbia. Los albaneses musulmanes son el segundo grupo con un 17% de la población aproximadamente. La mayor parte de los albaneses viven en la antigua provincia autónoma serbia de Kosovo, al sur, que limita con Albania. Los montenegrinos constituyen alrededor del 5% de la población y viven principalmente en Montenegro. Los húngaros, que habitan sobre todo en la antigua provincia autónoma serbia de Voivodina, constituyen el 3% de la población. La lengua oficial es el serbio. El serbio es una lengua eslava que se escribe en caracteres cirílicos. Los montenegrinos hablan una variante local del serbio. Albaneses y húngaros hablan sus propias lenguas.
Menos de la mitad de la población de la federación vive en áreas urbanas y cerca del 94% de los habitantes lo hacen en la República de Serbia. La densidad de población es de 102 hab/km2. Sus ciudades más grandes son Belgrado, la capital, con una población de 1.807.915 habitantes (1991), Novi Sad (178.896), Niš (175.555), Kregujevac (146.607), Podgorica (118.059), Priština (108.083) y Subotica (100.219). El resto de la población vive en ciudades más pequeñas y pueblos, la mayoría de los cuales tienen menos de 100.000 habitantes.
La tasa de alfabetización, o el porcentaje de aquellos habitantes de más de diez años que pueden leer y escribir, es del 89% aproximadamente. En principio la educación elemental es gratuita y obligatoria; muchos estudiantes acudían a escuelas secundarias antes del comienzo de las sanciones económicas internacionales. Desde entonces la crisis económica ha perjudicado al sistema educativo y aquéllos que pueden permitírselo prefieren enviar a sus hijos al extranjero. Las principales instituciones de enseñanza superior son la Universidad de Belgrado, la Universidad de Niš, la Universidad de Novi Sad y la Universidad de Priština. Esta última, situada en Kosovo, cerró sus puertas a estudiantes y profesores albaneses en la década de 1980.
Economía
La economía de Serbia y Montenegro está al borde del colapso debido a la separación de las otras cuatro repúblicas, la guerra posterior y en especial a la imposición de las sanciones económicas de Naciones Unidas a la federación en mayo de 1992 (sanciones que han sido reforzadas con un bloqueo naval en el mar Adriático que se extiende hasta el Danubio). La República Federal de Yugoslavia tampoco pudo heredar la calidad de miembro de Yugoslavia en distintas organizaciones económicas como el Fondo Monetario Internacional y el GATT. Por ello, el país está experimentando un alto nivel de inflación y desempleo y una profunda recesión. En 1990 el producto interior bruto (PIB) era de 4.200 dólares por habitante; cayó un 11% en 1991 y aproximadamente un 27% en 1992, continuando su descenso.
La minería y la industria son importantes contribuyentes al PIB de Serbia y Montenegro. Algunas de las reservas de mineral de cobre más importantes de Europa se encuentran en Serbia. Hay también grandes yacimientos de bauxita, carbón, plomo y cinc. Las industrias básicas de la RFY fabrican productos químicos, equipo electrónico, hierro y acero, maquinaria, tejidos y equipos de transporte. Los principales productos agrícolas son el maíz, la remolacha azucarera, el trigo, las papas, las uvas y las ciruelas. Se cría ganado vacuno, porcino y lanar. La silvicultura también tiene una destacada contribución al PIB. El nuevo dinar es la moneda oficial
El Gobierno
En abril de 1992 la Asamblea Federal de la RFY redactó y adoptó una Constitución que incorporaba numerosos elementos democráticos. El principal cuerpo legislativo es la Asamblea Federal, bicameral, que consta de la Cámara de Ciudadanos (cámara baja), con 138 miembros (108 de Serbia y 30 de Montenegro) y la Cámara de las Repúblicas (cámara alta) con 40 miembros (20 de cada república). La Asamblea Federal elige al presidente del país, que tiene el poder ejecutivo y que a su vez nombra al primer ministro. Los miembros de la Asamblea Federal son elegidos democráticamente. La edad mínima para ejercer el derecho a voto es de 18 años.
Además del ámbito federal, ambas repúblicas constituyentes tienen su propio gobierno con un presidente y una asamblea. Debido a la importante posición serbia dentro de la federación, el gobierno serbio es una entidad significativamente más poderosa que los gobiernos federal y montenegrino. La figura más influyente de la RFY es el presidente serbio Slobodan Milosevic. Otros partidos políticos importantes activos también en el ámbito federal son el neofascista Partido Radical Serbio y el nacionalista Partido de Renovación Serbia. El sistema judicial federal está basado en el sistema de ley civil. El Tribunal Federal es la corte de justicia más alta de la RFY y hay numerosos tribunales de justicia y apelación. En teoría, el Estado proporciona a los ciudadanos un servicio médico subvencionado (dentro de un amplio programa de Seguridad Social) y un seguro de invalidez. No obstante, desde 1991 estos servicios han tenido grandes dificultades para su desarrollo debido a la situación política y especialmente a las sanciones internacionales. Aunque las medicinas y los suministros médicos se eximieron de éstas, sus precios se han puesto fuera del alcance de la mayor parte de los ciudadanos y la tasa de mortalidad se ha incrementado. La RFY heredó de la antigua Yugoslavia la mayor parte del Ejército Popular Yugoslavo (EPY), dominado por los serbios, además de un vasto arsenal de armas. A mediados de la década de 1990 el contingente total de las fuerzas se estimaba en 136.500 soldados. El servicio militar de 12 a 15 meses es obligatorio para los hombres.
- HISTORIA DE LA EX YUGOSLAVIA:
Resulta difícil entender al conflicto de Kosovo de manera aislada, sin antes conocer, (al menos a grandes rasgos) los acontecimientos que se fueron sucediendo durante años y que tienen significativa importancia en la constitución de la actual Federación Yugoslava, sus divisiones; diferencias étnicas, religiosas y culturales. Es por eso que a continuación, haremos una reseña histórica de Yugoslavia, intentando demostrar la directa relación de los hechos históricos con los lamentables acontecimientos que se vienen sucediendo en las distintas regiones de la desmembrada Yugoslavia:
La Ex Yugoslavia fue un antiguo país de la península de los Balcanes situado al sureste de Europa que existió entre 1918 y 1991, año en que los conflictos políticos y étnicos dividieron el país. Conocida oficialmente como la República Federal Socialista de Yugoslavia, comprendía seis repúblicas: Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia; Serbia englobaba las provincias autónomas de Kosovo y Voivodina. Yugoslavia tenía una superficie de 255.803 km2 y limitaba con Austria y Hungría al norte, Rumania y Bulgaria al este, Grecia al sur, y Albania y el mar Adriático al oeste. La capital y ciudad más grande era Belgrado, en la República de Serbia.
Gobierno
La antigua Yugoslavia se gobernaba bajo una Constitución del año 1974, modificada sustancialmente tras la muerte del Mariscal Tito, que había dirigido el país desde que obtuvo el poder en 1945. El ejecutivo constaba de una presidencia colegiada, en la que había un representante de cada una de las repúblicas, y un consejo federal ejecutivo. La Asamblea Federal, bicameral, se ocupaba de las funciones legislativas y el Tribunal Federal atendía las apelaciones a las decisiones de los tribunales supremos de las repúblicas constituyentes. La estructura del gobierno local era similar a la del sistema federal, y constaba de un consejo ejecutivo y una asamblea bicameral. Entre 1945 y 1990, el Partido Comunista (conocido formalmente desde 1952 como la Liga de los Comunistas de Yugoslavia) fue el único partido político legal del Estado.
Cultura y sociedad
La herencia cultural de Yugoslavia combinó las distintas culturas de sus regiones. El pueblo yugoslavo difería de región en región y resistió los intentos del gobierno de imponer el realismo socialista, a continuación trataremos de diferenciar las culturas predominantes de las distintas regiones:
Croacia y Eslovenia: Estuvieron administradas durante mucho tiempo por Austria y Hungría, por lo que el cristianismo tuvo una gran influencia en el desarrollo de estas culturas.
Bosnia-Herzegovina: territorios ocupados durante siglos por el Imperio otomano, arraigó la cultura islámica. Serbia mantuvo firmemente arraigada su condición de territorio eslavo y de miembro de la Iglesia ortodoxa serbia.
Había tres lenguas yugoslavas oficiales: el serbocroata, el esloveno y el macedonio. El esloveno y el macedonio tienen una relación muy estrecha con el serbocroata, aunque el macedonio no se reconoce como lengua ni en Bulgaria ni en Grecia. La Constitución yugoslava garantizaba la libertad de culto y la separación de Iglesia y Estado; cerca de la mitad de la población pertenecía a la Iglesia ortodoxa serbia, un 30% era católica (en su mayoría croatas y eslovenos) y el 10% restante era de religión musulmana. El serbocroata, la lengua dominante, era hablada por el 75% de la población aproximadamente, lo cual reflejaba el dominio de los serbios (36%) y de los croatas (20%) en la composición étnica del país, localizados principalmente en Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina. También había eslovenos (en Eslovenia) y macedonios (en Macedonia) y numerosos grupos de musulmanes de Bosnia, albaneses, húngaros, turcos y gitanos.
Historia
Los eslavos del sur (o yugoslavos) es uno de los cinco grupos étnicos más importante de la península de los Balcanes, e incorpora a los pueblos serbios, croatas, eslovenos y montenegrinos. Aunque el movimiento de unificación política de estos pueblos data al menos de principios del siglo XIX, históricamente los eslavos del sur han sido separados y controlados por varias potencias vecinas como Turquía, Italia, Austria, Hungría y Bulgaria. Las entidades políticas existentes en el periodo anterior a la I Guerra Mundial englobaban los estados independientes de Serbia y Montenegro, Bosnia-Herzegovina (bajo la soberanía del Imperio Austro-Húngaro), Croacia y Eslavonia, (dependencias semiautónomas de Hungría y más tarde territorios de la corona austríaca) y Dalmacia, una posesión de Austria. El Banato, Carniola, Istria y Macedonia eran otras regiones con peculiaridades propias. Pero, a pesar de estas divisiones y de las profundas diferencias étnicas y culturales entre los eslavos del sur, se mantuvo el deseo de establecer un Estado.
Formación del Estado yugoslavo
El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo de Austria por un nacionalista serbio fue la gota que rebalsó el vaso para desencadenar la I Guerra Mundial, cuando el Imperio Austro-Húngaro declaró la guerra a Serbia en 1914. La ocupación de Serbia por los imperios centrales durante la I Guerra Mundial y la formación de un comité para la unión nacional por los eslavos del sur en el exilio, prepararon el camino para la creación del Estado yugoslavo. Los principios políticos de la unidad se enunciaron en la Declaración de Corfú (1917), firmada por los representantes del comité y del gobierno serbio en el exilio. La declaración estipulaba, esencialmente, la creación de una monarquía constitucional federada bajo la dinastía de origen serbio de los Karagjorgjevich. La desintegración de la monarquía dual de Austria-Hungría en los meses finales de la I Guerra Mundial dio un impulso espectacular al movimiento de independencia de los eslavos del sur. En octubre de 1918 se reunieron en Zagreb representantes de las distintas dependencias eslavas bajo soberanía austríaca y húngara. Después de organizar un gobierno provisional, los delegados aprobaron una resolución de unión con Serbia. La Asamblea Nacional de Montenegro tomó medidas similares en noviembre. Alejandro, príncipe de Serbia, pendiente de la recuperación de su padre enfermo, el rey Pedro I Karagjorgjevich de Serbia, aceptó la regencia del gobierno provisional el 1 de diciembre de 1918. En ese momento se declaró el nuevo Estado, llamado oficialmente Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.
A consecuencia de las reivindicaciones italianas sobre territorios de Dalmacia, la Conferencia de Paz de París se bloqueó por el problema de delimitación de las fronteras occidentales del nuevo reino. En 1919, durante esta interrupción, una fuerza italiana bajo mando del escritor y dirigente nacionalista Gabriele D'Annunzio conquistó Fiume (hoy Rijeka), una de las principales comarcas en disputa. Esta acción y la presión de otras potencias aliadas condujeron finalmente a las negociaciones directas entre el gobierno italiano y el gobierno provisional yugoslavo. Con la firma el 12 de noviembre de 1920 del Tratado de Rapallo, Italia y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia a partir de 1929) alcanzaron un acuerdo amistoso. A cambio de la renuncia a sus reivindicaciones sobre Dalmacia, Italia obtuvo Istria y otras concesiones territoriales importantes. El tratado también estipulaba que Fiume se convirtiera en ciudad libre bajo supervisión de la Sociedad de Naciones. Sin embargo, esta disposición no entró en vigor y, en 1924, Italia se aseguró el reconocimiento yugoslavo de facto de su soberanía sobre el puerto. Mientras tanto, la creación desde 1920 de la Pequeña Entente, una alianza entre Checoslovaquia, Rumania y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos cuya principal intención era desalentar el resurgimiento del poder de los Habsburgo en Europa central y oriental, provocó pactos similares con otros Estados.
En noviembre de 1920, cuando se resolvieron las disputas fronterizas más importantes, el gobierno provisional celebró elecciones para formalizar una Asamblea Constituyente. A pesar de la dura oposición de los croatas, que estaban a favor de los principios constitucionales federalistas, una coalición de centristas y conservadores apoyada por los serbios votó el 1 de enero de 1921 a favor de una Constitución que estipulaba una forma de gobierno muy centralizada. Pedro I de Serbia murió en agosto y su hijo, Alejandro I Karagjorgjevich, se convirtió en rey.
El dominio serbio en el gobierno, la multiplicidad de partidos políticos, la negativa a conceder la autonomía a croatas, eslovenos y otros grupos minoritarios provocaron intensas luchas políticas en el reino. Bajo la dirección de Stjepan Radiç, los croatas y sus aliados lucharon sistemáticamente contra el sistema y la dirección centralista. La primera fase de la lucha finalizó en junio de 1928, cuando un diputado montenegrino disparó e hirió mortalmente a Radiç y a dos de sus colegas parlamentarios en el Parlamento nacional. En represalia, el croata Caucus se retiró del Parlamento y organizó un régimen separatista cuyo cuartel general se estableció en Zagreb. La guerra civil parecía inminente, pero en enero de 1929 el rey Alejandro suspendió la Constitución de 1921, disolvió el Parlamento y todos los partidos políticos, y asumió el control del gobierno de forma dictatorial. El rey, que esperaba imponer así la unidad nacional, abolió posteriormente las provincias tradicionales y cambió el nombre del estado por el de Reino de Yugoslavia ('tierra de los eslavos del sur').
Aunque el monarca suprimió rigurosamente a la oposición, las manifestaciones de descontento popular se hicieron cada vez más frecuentes en todo el territorio. El rey Alejandro promulgó una nueva Constitución el 3 de septiembre de 1931, pero la dictadura continuó sin cambios en la mayoría de los aspectos. A pesar de proporcionar un gobierno parlamentario limitado, la Constitución contenía medidas restrictivas diseñadas para que el rey continuara dominando el gobierno. La mayor parte de los grupos de oposición boicoteó las elecciones parlamentarias subsiguientes e inauguró una nueva fase en la lucha contra el régimen centralista. El 9 de octubre de 1934, el rey Alejandro, que en ese momento visitaba Francia en misión diplomática, fue asesinado por un terrorista macedonio conectado con grupos separatistas croatas. El hijo del rey, aún joven, accedió al trono yugoslavo con el nombre de Pedro II. Un consejo de regencia presidido por el príncipe Pablo, un primo del rey fallecido, asumió el control del gobierno. A finales de la década de 1930 el gobierno fue obligado a demostrar una actitud más conciliadora hacia los croatas y en 1939 estableció finalmente un sistema federal. Yugoslavia comenzó a entablar relaciones más estrechas con la Alemania de Hitler.
En 1939, cuando estalló la II Guerra Mundial, el gobierno yugoslavo se declaró neutral, pero en marzo de 1941 sucumbió a la presión alemana y accedió a unirse al Pacto Tripartito con Alemania, Italia y Japón. Al poco tiempo la indignación popular por este hecho culminó en un golpe de Estado. La regencia fue depuesta y, con el apoyo del rey Pedro, los insurgentes formaron un gobierno dispuesto a mantener la neutralidad.
La respuesta de las potencias del Eje fue rápida, apoyados por fuerzas italianas, húngaras y búlgaras, los ejércitos alemanes invadieron Yugoslavia en abril. El rey Pedro y el gobierno huyeron y el alto mando del Ejército yugoslavo, superado en número, se rindió. Sin embargo, cientos de miles de soldados yugoslavos conservaron sus armas y se ocultaron en las montañas. El reino derrotado fue desmembrado rápidamente. Italia invadió la región de Dalmacia, parte de Eslovenia y Montenegro, mientras que Alemania hizo lo propio con el resto de Eslovenia. Serbia también fue ocupada por los alemanes, que cedieron el control nominal de gran parte de la región a un gobierno títere. Hungría obtuvo la región occidental de la provincia serbia de Voivodina, y Bulgaria ocupó la mayor parte de la Macedonia yugoslava. En Croacia se creó, bajo protección italiana, un gobierno títere profascista encabezado por Ante Pavelia, cuyos seguidores recibieron el nombre de ustachis, 'insurrectos' que habían efectuado atentados terroristas contra la política centralista de los Karagjorgjevich; Bosnia quedó bajo su control.
Durante más de dos años después de la división de Yugoslavia hubo una gran confusión militar y política en el país. Bajo el general monárquico Draza Mihaíovic, los serbios nacionalistas, (llamados chetniks) prosiguieron una guerra de guerrillas contra el gobierno títere croata y sus protectores extranjeros. Los nacionalistas croatas, bajo los auspicios del régimen de Ustasa, tomaron represalias con una campaña de exterminio contra los serbios. Otros destacamentos guerrilleros, dirigidos por Josip Broz Tito, comunista croata, lucharon contra los invasores y los ustachis croatas al mismo tiempo. Había muchas diferencias entre los dos grupos resistentes, no sólo en su ideología política sino también en sus tácticas. En diciembre de 1941 el gobierno yugoslavo en el exilio reconoció a Mihaílovic como comandante en jefe de los contingentes de la resistencia nacional, una decisión que complicó aún más la política interior.
En 1942 los partidarios de Tito, tras conseguir de facto el control de parte de Bosnia, crearon un gobierno provisional. Este gobierno, el Consejo para la Liberación Nacional, acusó más tarde a los chetniks de colaboracionismo. A partir de entonces hubo frecuentes encuentros armados entre ambas facciones.
Durante 1943 el Consejo para la Liberación Nacional amplió sus operaciones militares en Yugoslavia, formó un ejército de más de 100.000 soldados y conquistó más de 100.000 km.2 de territorio yugoslavo. Misiones británicas y estadounidenses se unieron al ejército de Mihaílovic a finales de 1943. En diciembre, el Consejo, tras negarse a reconocer la autoridad del gobierno en el exilio, estableció un parlamento nacional. En el verano de 1944 la ruptura entre los gobiernos monárquico y provisional se subsanó, gracias en gran parte a la mediación británica. Por las condiciones del acuerdo, el régimen provisional recibió representación en el gobierno en el exilio y Tito, que había sido ascendido al rango de mariscal, reemplazó a Mihaílovic como jefe oficial del Ejército yugoslavo. En septiembre de 1944 los ejércitos aliados, junto a las fuerzas de Tito, lanzaron una ofensiva contra el ejército de ocupación alemán en Yugoslavia. Las tropas alemanas fueron expulsadas de Belgrado y de la mayoría de sus bastiones yugoslavos antes del final de octubre.
Un mes más tarde, después de varias conferencias en Moscú entre representantes soviéticos, británicos y de los dos gobiernos yugoslavos, se comenzó a planificar la unión del gobierno monárquico yugoslavo y el Consejo para la Liberación Nacional. Las características del régimen proyectado establecían la autonomía local para los distintos grupos étnicos y un consejo de regencia, que ejercería los poderes del rey Pedro, cuya posición se determinaría en un plebiscito. En marzo de 1945 se formó un nuevo gobierno en el que el mariscal Tito era primer ministro y los comunistas ocupaban puestos claves; dicho gobierno promulgó un programa de reformas económicas y sociales moderadas. La monarquía fue abolida en agosto por lo que el rey continuó en el exilio.
En noviembre de 1945 se celebraron elecciones para formar una asamblea constituyente. Los grupos políticos moderados, a los que se prohibió oficialmente presentarse como candidatos, boicotearon las elecciones. Los candidatos del comunista Frente de Unión Nacional se aseguraron la aprobación del 80% del electorado. El 29 de noviembre la recién elegida Asamblea Constituyente, que consideró el voto recibido como un mandato contra la monarquía, proclamó la República Federal Popular de Yugoslavia. En el transcurso de las semanas siguientes, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética reconocieron a la República. Tras la adopción de una nueva Constitución en enero de 1946, la Asamblea Constituyente se transformó en el Parlamento nacional. En el nuevo gabinete formado en febrero, cuyo primer ministro era el mariscal Tito, la representación comunista se incrementó notablemente.
Poco después del final de la guerra, el gobierno de Tito nacionalizó varios sectores de la economía, impuso restricciones a la Iglesia católica y disolvió a los grupos de oposición; los periódicos críticos a la política del gobierno de Tito fueron eliminados y los sindicatos se convirtieron en organizaciones semioficiales. Mihaílovic fue capturado y encausado por traición y colaboración con el enemigo; él y otros ocho dirigentes chetniks fueron condenados y ejecutados en julio de 1946.
Yugoslavia adoptó una nueva Constitución en 1953 que convirtió a Tito en presidente del Estado, y otra en 1963, en la que se cambió nuevamente el nombre del país, que pasó a denominarse República Federal Socialista de Yugoslavia. En las décadas siguientes se hicieron ajustes políticos en el gobierno, muchos relacionados con la cesión de varias funciones gubernamentales a las repúblicas federadas. Sin embargo, durante este periodo no disminuyó el control de Tito sobre el país.
Cuando comenzó la Guerra Fría a finales de la década de 1940, Yugoslavia se alió con la URSS y rechazó participar en el Plan Marshall, elaborado y financiado por Estados Unidos. En 1947 Yugoslavia se unió a las naciones comunistas para crear la Oficina de Información Comunista (Cominform), que sucedió a la Tercera Internacional, disuelta en 1943. Belgrado fue designada sede de la nueva organización. No obstante, a principios de 1948 Tito se negó a aceptar las directrices del dirigente soviético Stalin, y la URSS, a través del Cominform, tomó represalias. En una reunión celebrada en Bucarest en junio, que Yugoslavia boicoteó, el Cominform denunció a Tito y al Partido Comunista de Yugoslavia y les acusó de importantes desviaciones de la política comunista ortodoxa. Un congreso del partido yugoslavo reafirmó su lealtad al marxismo-leninismo pero reeligió a Tito, a quien los dirigentes soviéticos habían creído derrocar. El éxito del comunismo nacional yugoslavo obstaculizó los esfuerzos soviéticos por controlar el bloque comunista y sentó un precedente de independencia que siguieron en algunos aspectos otros países comunistas.
El conflicto entre soviéticos y yugoslavos se agudizó en 1949, cuando la URSS y otros países comunistas derogaron los tratados de amistad con Yugoslavia y prohibieron la entrada del país en el recién creado Consejo de Ayuda Mutua Económica, COMECON o CAME. Durante la guerra de Corea, Yugoslavia, al contrario que otros países comunistas, apoyó a las Naciones Unidas en el embargo de armas a Corea del Norte y la China comunista. En 1953 Yugoslavia, junto a Grecia y Turquía, estableció una serie de tratados para formar la Entente Balcánica, que perdió importancia a medida que las relaciones entre los países comunistas mejoraron.
Poco después de la muerte de Stalin, en 1953, la URSS y el resto de los países comunistas reanudaron las relaciones diplomáticas con Yugoslavia, pero no volvió a unirse al Cominform o a integrarse en el Comecon. En 1954 Yugoslavia participó en las celebraciones del aniversario de la Revolución Rusa en Moscú y los dirigentes soviéticos se unieron a la celebración del décimo aniversario de la liberación rusa de Belgrado. No obstante, junto a las demostraciones de amistad mutua, Tito continuó respetando las obligaciones yugoslavas con Occidente. La visita del primer ministro soviético Nikita Jrushchov a Belgrado en 1956 fue seguida de un acuerdo de intercambio cultural, un préstamo soviético de 84 millones de dólares y la cancelación de la deuda yugoslava, estimada en 90 millones de dólares.
En los años siguientes, las relaciones yugoslavas con la URSS fueron vacilantes. Sin embargo, Jrushchov y Tito intercambiaron visitas cordiales en 1956; a principios de 1957, en las celebraciones del cuarenta aniversario de la Revolución Rusa, Yugoslavia tomó parte junto a otros países comunistas en un manifiesto de paz pero no participó en su declaración de solidaridad. En 1958 descendió el comercio entre ambos países, pero en 1962 se reanudaron las visitas amistosas recíprocas y en Moscú, Tito habló ante el Soviet Supremo. En 1963 el comercio con la URSS y otros países comunistas se incrementó, a pesar de lo cual el 70% del comercio yugoslavo se realizaba con los países occidentales y no alineados. En 1964 Yugoslavia se convirtió en miembro observador del Comecon y participó en sus comisiones de comercio, industrias metalúrgicas y químicas. En la década de 1960, los lazos de Yugoslavia con Occidente habían hecho que empeoraran las relaciones con la China comunista y Albania.
En 1954 Tito dio el primer paso para formar la Organización de Países No Alineados. En 1961 Tito preparó una conferencia de países no alineados en Belgrado, a la que acudieron 21 países africanos y asiáticos y contó con la presencia de Cuba. Yugoslavia, India y Egipto fueron las naciones dirigentes de la Organización de Países No Alineados en sus primeros años de existencia.
En las Naciones Unidas, Yugoslavia votó casi siempre en bloque con los países comunistas pero no les apoyó en la crisis coreana y votó a favor de ampliar el Consejo de Seguridad y el Consejo Económico y Social, algo a lo que Rusia se opuso. Yugoslavia también condenó la ocupación de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia en 1968.
A finales de la década de 1960 y principios de la siguiente hubo una mejoría en las relaciones de Yugoslavia con otros países sin tener en cuenta su orientación política. En 1971 Tito y el dirigente soviético Leonid Ilich Brezhnev se reunieron en Belgrado y firmaron una declaración que reafirmaba la independencia política de Yugoslavia aunque se fortalecían los lazos entre ambos Estados. Esa política se reflejó en las visitas amistosas que intercambiaron soviéticos y yugoslavos; al mismo tiempo, Tito mantuvo buenas relaciones con el Mercado Común Europeo, Estados Unidos y China. En 1979, en la reunión de los Países No Alineados en La Habana, Tito dirigió a los moderados en contra de la postura procomunista del dirigente cubano Fidel Castro.
Los últimos años del gobierno de Tito tuvieron menos éxito en política interior. La economía se estancó, aumentó la inflación y el desempleo, lo que provocó un aumento del número de huelgas; en consecuencia, un enorme déficit en el comercio exterior, a pesar de la devaluación del dinar y de los acuerdos comerciales con el Este y el Oeste. La tensión entre croatas y serbios aumentó y se tradujo en disturbios, secuestros aéreos y asesinatos y provocó una dura represión. Cientos de croatas y otros acusados de nacionalismo subversivo, liberalismo o tendencias prosoviéticas fueron purgados del partido, expulsados o encarcelados.
Tito murió el 4 de mayo de 1980 tras una larga enfermedad. Con su muerte, llegó a su fin el gobierno unipersonal en Yugoslavia. De acuerdo con la Constitución de 1974, se instituyó en el país un sistema de dirección colegiada en el que el gobierno y los cargos del partido se alternaban todos los años. Una serie de planes de austeridad sirvieron de poco para mejorar la economía, con una deuda externa superior a los 15.000 millones de dólares; el aumento de la inflación y del desempleo, el nivel de vida descendió paulatinamente durante la década de 1980.
La debilidad de la economía y de la jefatura del gobierno estimuló el desarrollo del enfrentamiento étnico, mientras los movimientos separatistas en las distintas repúblicas y provincias amenazaban la viabilidad del país. Durante la década de 1980 aumentaron las tensiones en la provincia de Kosovo, que había logrado la autonomía en 1968 tras los disturbios en protesta por el control serbio, protagonizados por la mayoría albanesa que demandaba una mayor independencia; de este modo se mantuvieron serios enfrentamientos con los serbios y los montenegrinos durante toda la década; los esfuerzos del gobierno serbio por imponer su autoridad sobre Kosovo contribuyeron a complicar las relaciones entre Yugoslavia y Albania. Hacia finales de la década de 1980, Serbia reafirmó su control sobre Kosovo y la provincia autónoma de Voivodina, cuya autonomía fue suprimida.
En mayo de 1989 se convirtió en presidente de Serbia, sustituyendo a Stambolic Slodovan Milosevic. Su partido, ahora denominado Partido Socialista de Serbia, obtuvo 194 de los 250 escaños del Parlamento serbio. En enero de 1990 la Liga de los Comunistas de Yugoslavia acordó ceder su monopolio en el poder político. Nacido en 1941, presidente de Serbia desde 1989 e impulsor de las ambiciones nacionalistas serbias en la antigua Yugoslavia. Milosevic, descendiente de montenegrinos, nació en Pozarevac (Serbia). Su padre, de profesión maestro de escuela, abandonó el hogar cuando Milosevic estudiaba en la escuela de primaria y se suicidó en 1962. Su madre igualmente se quitó la vida en 1973. Milosevic contrajo matrimonio con Marjana Markovic, una compañera de la escuela superior y activista comunista, hija de una importante familia comunista serbia. En 1959 se afilió a la Liga de los Comunistas de Yugoslavia. Se graduó en derecho por la Universidad de Belgrado en 1964.
Milosevic fue director del principal banco de Belgrado desde 1978 hasta 1983. En 1984 Ivan Stambolic, presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia le nombró jefe de la organización del partido en Belgrado. En enero de 1986 Milosevic sucedió a Stambolic en la presidencia del partido. Milosevic se convirtió en máximo exponente del nacionalismo serbio con motivo del intento separatista de la provincia autónoma de Kosovo (con un 90% de población albanesa). Los grupos nacionalistas y conservadores recibieron un gran apoyo en las elecciones de 1990, las primeras elecciones libres desde la II Guerra Mundial.
En las primeras elecciones presidenciales multipartidistas y directas en Serbia, celebradas en diciembre de 1990, Milosevic fue reelegido presidente de la República de Serbia por abrumadora mayoría. Las declaraciones de independencia proclamadas por todas las repúblicas de Yugoslavia, excepto Serbia y Montenegro, originaron la Guerra Civil en Croacia (1991) y Bosnia-Herzegovina.
CONFLICTO EN BOSNIA:
Durante 1991, las tensiones étnicas por toda Yugoslavia contribuyeron a debilitar la precaria presidencia bosnia. Cuando Croacia y Eslovenia declararon su independencia de Yugoslavia en junio de 1991, muchos serbios del resto de las repúblicas empezaron a proclamar su lealtad a la Yugoslavia bajo dominio serbio. En Bosnia-Herzegovina, como en Croacia, formaron las Regiones Autónomas Serbias (RAS). El rechazo de la RAS por el gobierno bosnio llevó a serbios y no serbios a conflictos armados. Estos conflictos se agravaron después de que Macedonia declarara su independencia de Yugoslavia en septiembre de 1991. El Ejército Popular Yugoslavo demostró su oposición a la secesión de las tres repúblicas cuando tomó el poder en Mostar, en el noroeste de Bosnia-Herzegovina, y sitió desde allí Dubrovnik, el centro turístico más famoso de Croacia. La deteriorada situación nacional se reflejaba en el gobierno de Bosnia. El partido Democrático Serbio rechazó las propuestas de declarar la independencia, promovidas por la presidencia de la república y por el PAD. Las negociaciones entre los diversos partidos concluyeron en un punto muerto. Los disidentes serbios formaron una Asamblea de la Nación Serbia y celebraron un referéndum para que los serbios decidieran si formarían parte de Yugoslavia. Mientras casi todos los participantes en este referéndum votaban a favor de permanecer en Yugoslavia, en otro plebiscito similar, celebrado en febrero y marzo de 1992 y abierto a todos los grupos étnicos (pero boicoteado por la mayor parte de los serbios), los votantes optaron por separarse. Ese mismo mes, Bosnia y Herzegovina declararon su independencia.
A pesar del reconocimiento internacional de la independencia de Bosnia y Herzegovina, primero por los Estados Unidos en abril de 1992 y después por las Naciones Unidas (ONU) en mayo de 1992, el conflicto dentro del país fue en aumento. Hacia mayo de 1992, cuando Serbia y Montenegro acordaron constituirse como una República Federal de Yugoslavia (RFY), las fuerzas serbias habían ganado el control de más de dos tercios de Bosnia-Herzegovina y sitiaron a Sarajevo. Los primeros esfuerzos de mediación de la Comunidad Europea (CEE), ahora denominada Unión Europea (UE), y de la ONU fracasaron; y el 30 de mayo de 1992, esta última impuso sanciones económicas a la nueva Yugoslavia, que no había obtenido el reconocimiento internacional a mediados de 1994. La guerra tomó una nueva dirección en julio, cuando un grupo de croatas, bajo el liderazgo de Mate Bobas, logró el control de un tercio del territorio del país y formó la denominada Herceg-Bosna, una unión a la que la república de Croacia proporcionaba apoyo. Esto motivó la suspensión de la alianza croata y musulmana contra los serbios y convenció a los mediadores de la UE y la ONU de la conveniencia de su primer propósito, en marzo de 1992, de dividir el país en tres unidades autónomas como medio para poner fin a las hostilidades. Del mismo modo que en anteriores ocasiones, esta propuesta fue rechazada.
El gobierno bosnio continuó requiriendo la intervención de la ONU en el desarrollo de la guerra. También solicitó a la comunidad internacional el reconocimiento de que la imposición de sanciones contra Yugoslavia realmente era más perjudicial para Bosnia que, a causa del embargo, no podía recibir armas o suministros. Los oficiales bosnios también intentaron granjearse el apoyo del mundo islámico. Durante la segunda mitad de 1992, la comunidad internacional se concienció de las numerosas violaciones de los derechos humanos en el país. En particular, la violación sistemática de 20.000 musulmanas por los soldados serbios, en el nombre de la limpieza étnica, fue reconocida como una atrocidad sin precedentes en tiempos de guerra. La mediación internacional, sin embargo, pudo lograr muy poco y el plan de paz de Vance-Owen fracasó a mediados de 1993. En junio de 1993, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución mediante la que se creaban seis 'áreas de seguridad' para los bosnios musulmanes: Bihac, Tuzla, Srebrenica, Zepa, Gorazde y Sarajevo. La resolución exigió el despliegue de más de 25.000 soldados adicionales de la ONU, a los que se dio la orden de usar la fuerza para defender dichas áreas. Aunque las áreas seguras servían de refugio a muchos refugiados, la comunidad internacional reconoció la ineficacia general de esta resolución. Algunas de las zonas seguras sufrieron los ataques de las fuerzas serbias: Sarajevo estuvo constantemente sitiada desde abril de 1992 y Gorazde fue duramente bombardeada por los serbios desde principios de abril de 1994. En septiembre de 1993, el parlamento bosnio rechazó una propuesta de dividir Bosnia-Herzegovina en tres regiones étnicas, aduciendo que el plan concedía a los serbios demasiado territorio (51% frente al 31% para los musulmanes bosnios y un 18% para los croatas bosnios).
En marzo de 1994, las hostilidades entre bosnios musulmanes y croatas finalizaron, al acordar ambos grupos la creación de una federación conjunta, aliada con la república de Croacia. Esta federación se constituía sobre el 58% del territorio de Bosnia-Herzegovina, muy inferior al ocupado por los serbios (que todavía controlaban un 72% de Bosnia-Herzegovina). Ocho cantones formarían la federación, cuatro de ellos bajo dominio musulmán, dos controlados por los croatas y los otros dos, por una mezcla étnica. A inicios de junio, la federación había elegido un presidente y un vicepresidente y había programado elecciones generales para el final de 1994. La nueva federación coexistió con el gobierno establecido de la república de Bosnia y Herzegovina, que permaneció bajo la dirección del presidente Alija Izetbegovic.
La creación de la alianza alentó la esperanza de que pudiera alcanzarse la paz en Bosnia-Herzegovina. Sin embargo, la alianza se enfrentó a la resistencia no sólo de los serbios bosnios, sino también de un grupo separatista de musulmanes bosnios en Bihac, al noroeste de Bosnia. En junio de 1994 se declaró un breve cese del fuego, pero la guerra continuó de forma esporádica. A finales de julio se propuso otro plan de paz internacional que fue rechazado de nuevo por los serbios bosnios. La comunidad internacional respondió con el anuncio de más sanciones económicas contra Serbia y Montenegro.
- la actualidad en Kosovo:
Desde 1981, la Provincia (anteriormente autónoma) de Kosovo, ubicada al sur de Serbia y limitando con Albania es un foco de tensión en los Balcanes, fue a partir de ese año que se apartó del gobierno o cargo público a cualquier kosovar integrante de la etnia albano-kosovar con el fin de desmantelar cualquier intento y vestigio separatista en la zona. La discriminación hacia la citada etnia, se fue incrementando y se prohibió la asistencia a la Universidad de Pristina a los albano-kosovares, y ya hacia 1989 con el acceso al gobierno de Milosevic la limpieza étnica se puso en marcha, con expulsión, matanzas y violaciones a la población albano-kosovar. La gravedad del accionar del régimen Serbio, y teniendo como antecedente el genocidio en Bosnia Erzegovina, llevó a que la comunidad internacional comparara el accionar del presidente Milosevic con el llevado a cabo por Hitler en la II guerra mundial. No obstante esto, la intervención de las Naciones Unidas en la provincia en conflicto nunca llegó. En cambio, la OTAN (Organización creada a fines de la II Guerra Mundial con fines específicamente defensivos) decidió entrar en acción a principios de este año, iniciando una nueva etapa en el ámbito de las relaciones internacionales, ocupando el lugar del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como "fuerza de policía internacional" ante la negativa encabezada por Rusia y China. El accionar comenzó exhortando a Serbia a finalizar las oscuras actividades de limpieza étnica y luego de manera efectiva, enviando tropas a las zonas limítrofes y más adelante, y ante la negativa de Serbia de firmar un acuerdo de paz, mediante bombardeos aéreos sobre territorios Serbios y Kosovares. Durante 78 días, la OTAN llevó a cabo una guerra aérea contra Yugoslavia para forzar al régimen del presidente Slobodan Milosevic a aceptar una salida al conflicto de Kosovo, la operación Fuerza Aliada y la violencia represiva desatada por las fuerzas serbias en Kosovo arrojaron el siguiente resultado: graves destrucciones en Serbia y Kosovo, decenas de civiles muertos por causa de errores en los bombardeos aliados, el éxodo de 886.908 albano-kosovares y el asesinato de al menos 10.000 de ellos por parte de los serbios. Estos son los principales hechos ocurridos durante la guerra y las negociaciones posteriores:
- Fines de Febrero a Principios de Marzo: Ya en los primeros días del mes de marzo de este año, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, rechazó "total y definitivamente" cualquier posibilidad de permitir el ingreso de fuerzas multinacionales de la OTAN en Kosovo el mandatario expresó claramente su negación dejar que unos 30.000 hombres de la Alianza ingresen para "tareas de control" en esa provincia yugoslava, este fue uno de los desencadenantes de lo que hasta hoy representa una crisis mundial, que dejo a todo el mundo con sus ojos allí.
En momentos en que se esperaba un paso definitivo hacia la paz en Yugoslavia, la violencia volvió a estallar durante los primeros días de marzo en ese país, con inusitada crudeza, cuando 12 personas de origen albanés murieron y 58 resultaron heridas en tres explosiones registradas en el norte de la provincia de Kosovo, mientras en el Nordeste y en la frontera con Albania rebeldes de esa etnia dispararon contra guardias serbios, esto ocurría mientras las delegaciones de albaneses kosovares y de serbios viajaban a Rambouillet, Francia, donde comenzaría la segunda ronda de negociaciones de paz, iniciadas en febrero, sin que se llegara a un acuerdo.
Sin embargo, dada la gravedad de la situación, calificada de "extremadamente peligrosa" tras los atentados, la Unión Europea exigió al Grupo de Contacto que dé a serbios y kosovares un plazo máximo de 96 horas para firmar un acuerdo de paz. Y, de no cumplirlo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) atacaría a Serbia estrenando su nueva conformación con los ex satélites soviéticos que se incorporaron a la Alianza. El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, se negó rotundamente a aceptar un acuerdo que signifique el ingreso de tropas extranjeras en suelo yugoslavo.
Las conversaciones buscaron poner fin a la lucha separatista que estalló el año pasado y que al mes de marzo, contabilizaba 2000 muertos y desplazó de sus hogares a unas 300.000 personas en la provincia de Kosovo, habitada en su 90% por miembros de la etnia albanesa. También quieren dar autonomía política a los kosovares, pero manteniendo la provincia dentro de Serbia, república dominante en Yugoslavia.
EE.UU. se prepara para evacuar Serbia: Washington retiraría al personal de su representación en Belgrado ante la inminencia de un ataque por parte de la OTAN. El gobierno de los Estados Unidos se está preparando para evacuar a sus diplomáticos de la república de Yugoslavia ante la posibilidad de un ataque militar de la OTAN contra los serbios, al alejarse las esperanzas de un acuerdo de paz. El personal de la embajada de los Estados Unidos en Yugoslavia considerado no esencial fue evacuado en octubre y volvió a sus puestos en febrero, al iniciarse las conversaciones. Por otra parte, Washington afirmó estar "muy preocupado" por los movimientos de tropas serbias en las inmediaciones de Kosovo y renovó sus advertencias respecto del lanzamiento de una nueva ofensiva contra los albaneses kosovares, que ya se mostraron dispuestos a firmar el acuerdo.
Bill Clinton quería "dejar muy en claro" que en caso de que la intransigencia serbia hiciera fracasar el acuerdo de paz que debería haberse firmado en Francia, "habría consecuencias", y aseguró que Washington sigue la evolución de los acontecimientos con mucha atención. Slobodan Milosevic, "tiene que entender muy claramente que si continúa utilizando masivamente la represión contra la gente de allí, la OTAN tiene la autoridad para actuar".
El vocero del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Fernando del Mundo, aseguró a principios de marzo que unos 7000 albaneses kosovares habían huido de pueblos del sur de Kosovo, a raíz de los combates que se registraron en la zona durante esos días: "La población empezó a abandonar sus hogares esta mañana y las aldeas de Kabas y Prizen han quedado parcialmente abandonadas debido a los ataques de la artillería del ejercito yugoslavo". Del Mundo, además expresó su esperanza de que los desplazados volvieran a sus hogares cuando cesaran los ataques y aseguró que el Acnur suministraría ayuda a la población de esa zona.
- 24 de marzo: comienzo de los bombardeos de la OTAN contra objetivos militares en Yugoslavia.
- 31 de marzo: tres soldados estadounidenses son tomados prisioneros en la región fronteriza entre Yugoslavia y Macedonia. Los tres serán puestos en libertad a principios de mayo.
- 12 de abril: la OTAN bombardea por error un tren sobre un puente ferroviario; decenas de muertos civiles.
- 14 de abril: la OTAN ataca por error una columna de refugiados en Djakovica; más de 70 muertos.
- 1º de mayo: el bombardeo aliado de un puente en Kosovo causa la muerte de unos 40 pasajeros de un ómnibus.
- 5 de mayo: dos soldados estadounidenses pierden la vida al desplomarse un helicóptero Apache durante un vuelo de entrenamiento en Albania.
- 6 de mayo: el G-8 aprueba un conjunto de principios básicos para un acuerdo de paz, que deberá plasmarse en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
- 7 de mayo: la OTAN bombardea por error la embajada de China en Belgrado, ocasionando tres muertos.
- 27 de mayo: el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia acusa a Milosevic de crímenes de guerra.
- 3 de junio: el Parlamento y el presidente Milosevic aceptan el plan del G-8 presentado por los enviados especiales de Rusia, Viktor Chernomyrdin, y de la Unión Europea, el presidente finlandés, Martti Ahtisaari.
- 9 de junio: en Macedonia, militares de la OTAN y Yugoslavia llegan a un acuerdo para la retirada serbia de Kosovo y el ingreso de una fuerza internacional de paz.
- 10 de junio: comienza la retirada serbia; la OTAN suspende sus bombardeos. El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba una resolución para la entrada en acción de la Fuerza Internacional de Paz para Kosovo (KFOR).
12 de junio: sorpresivamente, Rusia ordena la entrada en Kosovo de un contingente de alrededor de 200 paracaidistas, que toman el aeropuerto de Pristina. Las primeras tropas de la KFOR cruzan la frontera con Kosovo. Tropas rusas ingresaron en Kosovo: Moscú dijo que fue un error y ordenó la retirada; también entraron las fuerzas de la OTAN. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Igor Ivanov, calificó el ingreso de su propio ejército en Pristina como "un acontecimiento desafortunado" y dijo que se les ordenó a las tropas abandonar la ciudad: "Vamos a determinar las razones de esto. Se les ha ordenado abandonar Kosovo y aguardar nuevas órdenes", dijo el funcionario, quien, horas antes, había acordado con la OTAN que ese ingreso no se produciría. La Casa Blanca, que había reaccionado con gran preocupación ante el despliegue ruso, aceptó las explicaciones del canciller Ivanov: "No tenemos razones para dudar que habrá una retirada inmediata de las tropas rusas de Pristina", dijo Mike Hammer, del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. "Dejamos al gobierno ruso determinar qué sucedió exactamente", señaló el funcionario.
La llegada de la columna rusa se había adelantado a la de las tropas inglesas que, a las 3:19 hs. ingresaron en Kosovo desde la vecina Macedonia a bordo de helicópteros Chinook. Los soldados rusos partieron de Bosnia y cruzaron Yugoslavia hasta Pristina. La participación de Rusia en la KFOR generó no pocas controversias y algunas amenazas, como la que realizó un vocero del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), grupo guerrillero que se opone al ingreso de tropas rusas y que anticipó futuros choques armados. Gran cantidad de pobladores salió a las calles de la ciudad para dar la bienvenida a los soldados enviados por Moscú, aliado tradicional de Serbia. "¿Dónde estaban, hermanos rusos?", decía una pancarta, mientras al grito de "¡Rusia, Rusia!" los pobladores disparaban al aire y arrojaban bengalas y cohetes para darles la bienvenida. La actitud rusa, aunque después haya sido considerada como equivocada, logró sin embargo eclipsar la perspectiva de una entrada triunfal de los aliados en Kosovo. Cuando se conoció la noticia del desplazamiento de las fuerzas rusas -unos 41 vehículos blindados y 200 efectivos hacia la frontera de Serbia con Kosovo, Ivanov justificó el movimiento militar señalando que era el paso previo para el despliegue internacional en Kosovo. El canciller le había garantizado a su par norteamericana, Madeleine Albright, que las tropas rusas no ingresarían en Kosovo hasta que se llegara a un acuerdo con la OTAN. Los rusos insisten en que sus tropas no estarán bajo el mando de militares de países de la OTAN y quieren un sector de su exclusiva responsabilidad. La columna rusa, con varias decenas de vehículos militares con las siglas de KFOR recién pintadas (sobre la sigla SFOR, la fuerza de estabilización para Bosnia) había sido saludada con flores y vítores a su paso por Belgrado.
- 13 de junio: Se descubren fosas comunes anteriormente detectadas por fotos aéreas y satelitales en la Provincia de Kosovo. Esto afirmaría la matanza indiscriminada o "limpieza étnica" llevada a cabo por el régimen de Milosevic.
- 18 junio: Estados Unidos y Rusia llegan a un acuerdo sobre la incorporación de fuerzas militares rusas en la KFOR. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emitió una resolución para especificar el accionar de las tropas internacionales en Kosovo, la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tiene como principales elementos:
• El fin inmediato y verificable de toda la represión y la violencia en Kosovo y el retiro de todas las fuerzas militares, de policía y paramilitares serbias de la provincia.
• El despliegue de una fuerza internacional de paz con los auspicios de las Naciones Unidas. La fuerza será responsable de evitar nuevas hostilidades, desmilitarizar al Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) y crear un ambiente seguro para el retorno de los refugiados.
• La finalización de las acciones ofensivas por parte del ELK y otros grupos de albano-kosovares armados.
• El regreso de unos cientos de efectivos serbios que tendrán como tareas el desminado de la provincia, el control de sus fronteras y el resguardo del patrimonio cultural serbio.
• La búsqueda de una solución política basada en los principios adoptados el 6 de mayo último por el Grupo de los Ocho (G-8) y el acuerdo aprobado por el Parlamento serbio el 3 de este mes.
• El establecimiento de una administración interina para Kosovo que permita el regreso de los refugiados y promueva una autonomía sustancial y autogobierno dentro de Yugoslavia.
• La cooperación de todos los Estados miembros y la Fuerza Internacional de Paz para Kosovo (KFOR) con el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. El presidente Milosevic y cuatro de sus más cercanos asesores fueron acusados de crímenes de guerra el mes último.
• La contribución para la reconstrucción de Kosovo y el llamado a una conferencia de donantes para financiar los gastos.
- 20 de junio: el secretario general de la OTAN, Javier Solana, anuncia el cese definitivo de los ataques aéreos contra Yugoslavia, tras comprobarse la retirada total de Kosovo del ejército yugoslavo.
- Se firmó el acuerdo de paz:
Militares de la OTAN y de Serbia acordaron, tras 78 días de bombardeos, cómo será el retiro total de las tropas yugoslavas de Kosovo; hay euforia en Belgrado y satisfacción, pero también cautela, en los países de la alianza. Después de 78 días de bombardeos, los militares yugoslavos finalmente cedieron y firmaron un acuerdo sobre el retiro de sus tropas de la provincia de Kosovo, lo que permite poner fin a la primera guerra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y posiblemente la última del siglo. El anuncio del general británico y comandante de las fuerzas aliadas en Macedonia, Michael Jackson, fue festejado ruidosamente en Pristina, la capital de Kosovo, y en Belgrado, donde por primera vez en 11 semanas de guerra la luz volvió a las calles. En Washington, el presidente Bill Clinton se mostró "muy satisfecho", aunque cauteloso, en tanto que los demás líderes mundiales demostraron su alivio. El acuerdo militar fue inmediatamente aprobado por la OTAN en Bruselas. La suspensión de los bombardeos se produjo una vez retiradas las tropas yugoslavas. Belgrado tendrá un plazo de 11 días para retirar todas sus tropas de Kosovo. En las primeras horas, y tras una resolución estudiada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, comenzó a ingresar la fuerza internacional, con un total de 48.000 efectivos, que garantizaría el regreso seguro de casi un millón de refugiados albano-kosovares.
- Condiciones yugoslavas: "Nosotros exigimos que el comandante de la parte militar de la misión, es decir, el jefe de la misión civil de la ONU, sea nombrado por el secretario general". El problema, tal como quedó planteado en la cocina del pacto, es que el cese del fuego no se producirá mientras Milosevic no dé indicios del retiro de las tropas serbias de Kosovo. Yugoslavia espera recobrar sus derechos en la ONU y en otras organizaciones internacionales.
"No hemos entregado Kosovo", dijo Milosevic. "Respetados ciudadanos: la agresión terminó -dijo por TV el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic-. La paz prevaleció sobre la violencia y no hemos entregado Kosovo". El sorpresivo discurso del presidente yugoslavo se emitió pocos minutos después de que el secretario general de la OTAN, Javier Solana, anunciara la suspensión de los bombardeos. Aunque su destino es incierto y pocos se atreven a apostar por su permanencia en el cargo, Milosevic dio al país un mensaje triunfalista, en el que propuso realizar "una gran movilización" para levantar el país, y recibió el apoyo de su principal opositor, Vuk Draskovic, para una transición. Milosevic descartó una independencia de Kosovo, alabó el heroísmo de su pueblo y lo conminó a demostrar su fidelidad también en la tarea de la reconstrucción del país. Además, dio las primeras cifras oficiales de militares muertos en esta guerra: 462 soldados yugoslavos y 114 policías serbios ("héroes que dieron su vida en la defensa de la patria", dijo), lo que contrasta con las 10.000 bajas que estima la OTAN. También perecieron 2000 civiles y otros tantos quedaron inválidos en los 78 días de bombardeos, en los que Yugoslavia perdió "cerca de 100.000 millones de dólares en infraestructura". Aun así, Milosevic está convencido de su absoluto triunfo por sobre la OTAN. "Será una enorme contribución para la historia: el heroísmo del pueblo en su resistencia frente a un enemigo mucho más poderoso marcará el final del siglo XX".
Ámbito de Política Interna en Serbia:
La oposición yugoslava pide anticipar las elecciones: la presión interna para que el presidente Slobodan Milosevic dé un paso al costado se profundizó, cuando el dirigente opositor yugoslavo Zoran Djindjic pidió la convocatoria a elecciones anticipadas en su país y anunció una reunión preparatoria entre políticos serbios y el presidente de Montenegro, Milo Djukanovic "Yugoslavia no tendrá futuro mientras Milosevic siga siendo su presidente", manifestó Djindjic a la emisora Inforadio Berlín-Brandeburgo. El presidente del Partido Democrático de Serbia consideraba que no había que esperar hasta los próximos comicios, convocados para el año 2000, y propuso celebrar elecciones anticipadas en los meses siguientes: "Hay un amplio movimiento que apuesta por el cambio en Serbia", dijo Djindjic, para quien es importante transmitir a la población que con Milosevic no se puede aspirar a una vida mejor y que sin él se conseguirá "apoyo internacional, reconstrucción y, probablemente, un futuro mejor".
Al mismo tiempo, el dirigente opositor invitó a los soldados serbios a que, de regreso a casa, explicaran que la guerra fue innecesaria, para que la opinión pública comprendiera que el aislamiento económico y político acarrearía grandes problemas al país. Djindjic consideraba preciso preparar las elecciones anticipadas con una campaña en los medios de comunicación para aclarar a la población lo que realmente ocurrió.
Por su parte, Milosevic afirmó, tras reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores griego, Yorgos Papandreu, que Yugoslavia fue y sigue siendo "un factor de paz y estabilidad en los Balcanes, desde hace diez años, Yugoslavia se está enfrentando los intentos de desestabilización de los Balcanes. Resistiéndose con decisión a esta tendencia, incluida la defensa heroica de la agresión a la que fue expuesto, nuestro país sigue siendo un factor de paz y estabilidad en la región. El país seguirá empeñándose en que los pueblos y los países balcánicos puedan decidir independientemente su propio destino"
El objetivo primordial de Yugoslavia tras el cese de la campaña aérea de la OTAN era por estos días, buscar la solución de los grandes problemas humanitarios que han sido causados durante los 78 días de bombardeos aliados. Gran parte de la industria y de la infraestructura del país ha sido destruida durante la campaña aérea aliada, durante la cual, según datos yugoslavos, perdieron la vida unos 2000 civiles y 600 efectivos del ejército y la policía.
El análisis: La soberanía ya no es la de antes.
La evolución de los acontecimientos en los Balcanes lleva a dos consideraciones al margen de lo que es obvio: que Milosevic claudicó ante los ataques de la OTAN. Una concierne a Yugoslavia; la otra, a la política internacional en su conjunto.
Belgrado tiene no sólo razones militares para firmar los acuerdos de paz, porque:
1) Se le garantiza su integridad territorial.
2) Los kosovares serán desarmados.
3) La cuestión balcánica vuelve con más intensidad a las Naciones Unidas.
El futuro inmediato de Milosevic quedará en manos de su pueblo. Después se verá, en el tiempo histórico, cuán larga es la memoria de otros pueblos como para llevarlo finalmente a un tribunal internacional que lo juzgue por sus actos de gobierno. El éxodo de un millón de kosovares ha sido ante el mundo la expresión más abrumadora de una persecución étnica en la que el fanatismo serbio no se privó de ningún impulso siniestro.
En cuanto a la política internacional, digamos que con el anuncio del próximo alejamiento de Javier Solana como secretario general de la OTAN notamos un asunto mayor: al hacer saber que Solana pasará a desempeñarse como una suerte de ministro de Defensa de Europa, los quince países de la comunidad han abierto una etapa importante. ¿Con una segunda OTAN, ahora europea? Eso suena a influencias francesas, pero, ¿qué dirá, al fin, la sensibilidad nacional británica, que ha encontrado en la alianza atlántica -y, por lo tanto, con participación de los Estados Unidos- una diferencia cualitativa en su favor? La llamada "guerra de Yugoslavia" (tal vez la última del siglo) ha puesto de relieve que la soberanía política de los Estados nacionales ha dejado de ser lo que era antes. En los Balcanes, la soberanía política de los Estados ha terminado por perder, después de siglos, la solidez de los principios que no sólo se proclaman sino que también se respetan. Entre el estruendo de las bombas, hemos asistido al desmoronamiento de una construcción jurídica lentamente elaborada desde que, en tiempos de Richelieu, se fue configurando el concepto de Estado-Nacion. Ahora, la soberanía política de los Estados se parece, más que a sí misma, a lo que ya sabíamos que era, en medio de la globalización, la idea, un tanto descompuesta, de sus respectivas soberanías económicas.
Las lecciones de la guerra, Opinión publicada en el Diario New York Times que reflejan el sentimiento de la comunidad estadounidense una vez finalizada la guerra en Kosovo:
Lo correcto era anteponer a la soberanía nacional la resistencia de la humanidad frente a la barbarie. Cuando una nación perpetra una atrocidad en masa contra parte de su propio pueblo, otras naciones no hacen sino valer su derecho de intervenir por medio de la fuerza. En el plano internacional, las normas morales de conducta, desdeñadas desde hace mucho por los geopolíticos, ahora se tonificaron. ¿Cuáles son las lecciones que Occidente está aprendiendo mientras trata de impedir la tendencia criminal de una nación?
• Nunca decir a los criminales lo que uno no hará. Esto revela falta de confianza en el propio pueblo de uno y en los aliados que uno tiene, y degrada la propia capacidad de liderazgo. La frase "no es mi intención enviar tropas terrestres" envalentona a los criminales y dilata la guerra. Los criminales se dispusieron a hablar tan sólo cuando las fuerzas terrestres de la OTAN se convirtieron en una alternativa real.
• Si uno decide atacar, debe hacerlo con decisión. Como Napoleón les dijo a sus vacilantes generales: "Si van a tomar Viena, tómenla". El primer día, la OTAN debió no sólo haber provocado un apagón general en Belgrado, sino haber destruido totalmente sus sistemas de telecomunicaciones. Una escalada lenta y sostenida incita a explotar con fines de propaganda los "daños colaterales", realza los errores cometidos, como la destrucción de la embajada china, y a la larga cuesta vidas humanas.
• No asignar un mayor valor a la vida de los soldados que a la vida de los civiles. Los miembros de las fuerzas armadas son adiestrados para que arriesguen la vida y se les paga para eso. No es el caso de los civiles. Al bombardear desde el aire, evitamos que haya bajas de la OTAN, pero no logramos que cesaran los asesinatos, las violaciones, los saqueos y las deportaciones en masa. Impedir todo eso era la misión de la intervención militar.
• Nunca sobrestimar el coraje de un ejército y de fuerzas paramilitares que matan a gente desarmada. Así como el ejército iraquí, proclive a matar civiles con armas químicas, se resquebrajó apenas vio la potencia de fuego enemiga, muchos serbios que destruyeron aldeas en Kosovo no están dispuestos a morir por Milosevic. Quienes cometen atrocidades muy rara vez son valientes soldados profesionales.
• Recordar que, en toda alianza, algunos aliados estarán más aliados que otros. Gran Bretaña surgió como líder de la OTAN y Francia se plantó lealmente con firmeza. Los Estados Unidos taladraron desde el aire pero asumieron una actitud contemporizadora respecto de una amenaza terrestre, e insistieron en que haya una intermediación rusa. Alemania, Italia y Grecia son las hermanas débiles de la alianza. Debe buscarse un consenso, pero ningún país miembro debería poder vetar la decisión de la gran mayoría.
• No permitir que la desconfianza en la aptitud del liderazgo empañe la fe en el carácter justo de una causa. Los aislacionistas y pacifistas de elevados principios dicen lo suyo, pero mayormente la oposición a la intervención en Kosovo proviene de los republicanos norteamericanos que consideran que Clinton hizo sonar la trompeta de manera muy incierta y podría acordar un compromiso incompleto.
• No permitir que el perdedor gane. Hasta que los serbios sensatos decidan entregar a la banda de Milosevic al tribunal de La Haya no se debería reconstruir ningún puente ni levantar ningún embargo. No permitir ninguna alteración de las cosas en Montenegro y asegurar la autonomía para la Vojvodina húngara. Cuando finalmente comience el retiro de las tropas serbias, la Fuerza de Paz de Kosovo deberá ser comandada y controlada por la OTAN.
• No tratar de mezclar el agua y el aceite en el control de la paz. De regreso, el Ejército de Liberación de Kosovo será "desmilitarizado" pero no desarmado; tratará de vengarse. La responsabilidad de las fuerzas para el mantenimiento de la paz será proteger a la minoría serbia y defender una reivindicación de su soberanía. Mejor será ofrecer a cada uno de los serbios en Kosovo un bono de reinserción a la seguridad y dejar que las víctimas kosovares tengan su independencia.
La guerra entre la OTAN y Yugoslavia aún no terminó, pero la civilización está ahora más civilizada por haber intervenido para hacer lo correcto.
Kosovo cambió la relación entre Europa y EE.UU.:
La guerra de Kosovo provocó cambios extremos en el continente europeo: catapultó a Alemania a un plano militar predominante que no se veía desde 1945, incitó a forjar una política de defensa común y alteró la relación de Europa con los Estados Unidos. Por supuesto, ante una estabilidad rusa aún muy incierta y frente a los abruptos movimientos de las tropas rusas en Kosovo, lo cual sugiere que los altos mandos de Moscú acaso sean ingobernables, los europeos siguen recelando de cualquier tipo de "desacoplamiento" respecto de Washington. Sin embargo, el deseo de preservar los lazos transatlánticos está ahora acompañado por el impulso de renovar su equilibrio. Gerhard Schroeder, apodado ahora con frecuencia el "Kriegskanzler" (canciller de guerra), se encontró al frente de una coalición integrada principalmente por ex pacifistas para intervenir en una guerra que terminó con el despliegue previsto de 8000 efectivos militares en Kosovo, el segundo mayor contingente después del británico. Alemania se ha convertido en un país normal en términos militares, y ése es un cambio decisivo para Europa. El cambio es oportuno, porque la guerra demostró cuánto necesita hacer Europa para equipararse con los Estados Unidos en materia de defensa. Hasta que comenzó la guerra de Kosovo, la Unión Europea seguía obsesionada con la creación de una moneda común. Mayormente quedaban postergados los esfuerzos tendientes a desarrollar medidas políticas compartidas en relación con la defensa y la seguridad europeas. Pero eso parece haber cambiado debido al bombardeo de la OTAN contra Kosovo, en el que los Estados Unidos tuvieron una participación predominante. Fue evidente la necesidad de Europa de disponer de nuevas tecnologías militares, como las bombas guiadas por rayo láser, y también su dependencia de los Estados Unidos en materia de reconocimiento estratégico. Consecuentemente, volvió a abrirse un debate que había sido confinado a unos pocos expertos militares y analistas de asuntos exteriores que trataban la creciente dependencia de Europa respecto de los Estados Unidos y su imposibilidad de ir a la par de las nuevas tecnologías. Las decisiones que tomarán los europeos todavía no son claras, pero saben que tienen que tomar algunas. Los europeos ya han demostrado que tienen intenciones de estar a la vanguardia de los despliegues militares en Kosovo. Las tropas de los cuatro principales países del continente -Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia- totalizarán 33.000 efectivos, superando casi por cinco a uno al destacamento de 7000 hombres previsto por los Estados Unidos. El gran despliegue militar europeo refleja tanto las permanentes vacilaciones del Pentágono acerca del envío de tropas terrestres como el nuevo deseo de Europa de probar lo que vale tras su fracaso en Bosnia y del dominio norteamericano en la campaña aérea contra Kosovo. El presidente francés, Jacques Chirac afirmó que: "Se está reforzando nuestra visión de un mundo multipolar", respecto del despliegue militar en Kosovo. Europa puede apuntar a desempeñar una función real respecto de poner fin al conflicto de la provincia serbia: su enviado, el presidente Martti Ahtisaari, de Finlandia, trajo consigo el acuerdo de paz desde Belgrado. Paralelamente, Europa por fin fusionó su profuso organismo de defensa, la Unión Europea Occidental, con la Unión Europea propiamente dicha y designó al secretario general de la OTAN, Javier Solana, como su primer alto representante en materia de política exterior y defensa.
Acaso por primera vez desde fines de la Segunda Guerra Mundial, los europeos parecen tener plena conciencia de que no podrán seguir siendo permanentemente los huérfanos de la seguridad de 1945 ni depender casi totalmente de los Estados Unidos. También se han dado cuenta de que el conflicto en el continente no terminó con el fin de la Guerra Fría, sino que apenas se desplazó hacia los Balcanes. "No hay ninguna estrategia que prevea un salida militar de la región", sostuvo Carl Bildt, el mediador de la ONU para Kosovo. "Una presencia militar internacional para garantizar la paz en los Balcanes deberá ser considerada durante las próximas décadas como algo tan natural como fue mantener tropas en la Alemania dividida durante los años de la Guerra Fría".
Aspecto económico:
Yugoslavia deberá realizar "reformas democráticas y económicas" si quiere recibir ayuda financiera para su reconstrucción luego de once semanas de bombardeos de la OTAN, señalaron los líderes del G-8. En la declaración final, que integra a Rusia en una condena implícita al gobierno del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, los jefes de Estado y de gobierno del G-8 instaron a Belgrado a respetar los principios del Pacto de Estabilidad para los Balcanes, que prevé la democratización y el respeto de los derechos humanos en la región. El G-8 consideró que este pacto, impulsado por la Unión Europea, es "un desafío político y económico prioritario". Su objetivo es lanzar un proceso de desarrollo para el sudeste europeo que asegure una paz duradera, con estabilidad política y económica en la región. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia se admitieron dispuestos a "tomar medidas enérgicas para que se concreten todos los objetivos" del pacto. Aunque no quedó expresado de manera explícita, a pedido de Rusia, para los países occidentales que integran el G-8 esto implica que si Yugoslavia pretende recibir ayuda internacional, Milosevic tendrá que abandonar el poder. El canciller alemán, Gerhard Schroeder, fue muy claro al respecto al declarar que una ayuda internacional para la reconstrucción de Yugoslavia es "imposible" con Milosevic en el poder. Por su parte, el presidente francés, Jacques Chirac, instó a los yugoslavos a derrocar a Milosevic: "Cuanto antes lo hagan, mejor para todo el mundo", afirmó. Para el primer ministro británico, Tony Blair, "nadie puede cerrar los ojos" ante la "barbarie", por lo que el "pueblo serbio tiene que entender que no podemos darle dinero a un régimen que perpetró actos tan brutales". "Los serbios tienen la responsabilidad de hacer que Milosevic responda por sus crímenes". Sin embargo, al igual que otros dirigentes del G-8, Schroeder distinguió la ayuda humanitaria, que no se puede rehusar "a los habitantes de Yugoslavia" que "pasan hambre y frío", de la ayuda para la reconstrucción. Además, en julio tendrá lugar una conferencia de donantes para examinar la ayuda inmediata a Kosovo, y más tarde se organizará otro encuentro para coordinar la ayuda a largo plazo a toda la región, precisó el G-8.
El futuro de Milosevic:
Para un experto en política yugoslava, el mandatario podría ser removido por el Parlamento, Slobodan Pajovic, del Instituto de Política y Economía Internacionales, que depende de la cancillería yugoslava, debe de ser uno de los pocos optimistas que quedan en esta ciudad de gestos sombríos: "Lo soy porque en septiembre tiene que haber cambios -explica -. Milosevic está haciendo campaña con la reconstrucción de los puentes. Pero los cambios son necesarios, urgentes". La voz de Pajovic, doctor en historia y en ciencia política, se suma a otras que, poco a poco, van fluyendo como correlato de una guerra que muchos consideran perdida, por más que Slobodan Milosevic hable de una gran victoria. El retiro de las tropas de Kosovo ha sido sólo luto para los serbios, por tratarse de la despedida de la tierra santa, de su Jerusalén. El gobierno insistió en que la gente permaneciera en sus casas, pero muchos huyeron. "El Parlamento Federal Yugoslavo puede sustituir a Milosevic en 24 horas -afirma Pajovic-. Esa puede ser una de las razones por las que continúa el estado de guerra. El necesita tres meses, hasta septiembre, para recomponer la imagen del régimen, pero se da cuenta de que, por primera vez, no se respeta su palabra." Por el adelanto de las elecciones serbias, de modo de modificar la composición del Parlamento Federal, se inclina Vuk Draskovic, viceprimer ministro destituido hace poco por sus diferencias con Milosevic. También plantea esa posibilidad el ultranacionalista Vasislaj Seselj, viceprimer ministro serbio, por el Partido Radical, que renunció a su cargo a raíz del acuerdo de paz y luego, aduciendo razones constitucionales, decidió quedarse con 15 de los 35 ministros. Pero no habló de septiembre, sino del 1º de octubre, fecha de reanudación de las sesiones ordinarias en el Parlamento. Un referéndum, a su vez, propone el presidente de Montenegro, Milo Djukanovic. Es la otra república yugoslava, de la cual proviene Pajovic. "En Kosovo comenzó la carrera de Milosevic y en Kosovo termina". La caída de Milosevic, ya sea con remoción o con renuncia, es la condición de Occidente, en especial de la OTAN y los Estados Unidos, para que el país logre su democratización y, de hecho, pueda acceder a préstamos que le permitan curar las heridas, alzar la frente y seguir adelante. "Aquí hubo tres enfrentamientos: Yugoslavia contra la OTAN, el ejército y la policía contra el ELK (Ejército de Liberación de Kosovo) y los grupos paramilitares serbios contra los albaneses -sostiene Pajovic-. Todos los frentes se excedieron en el uso de la fuerza." De sus comentarios surge que la OTAN intervino en Yugoslavia, no en Ruanda o en Cuba, porque es el único país de lo que fue la órbita soviética que no ha expresado su deseo de integrarse en la alianza y porque es percibido como un socio de Rusia. "Los inquietaba la presencia rusa en los Balcanes, motivo por el que apoyaron al ELK y sacaron de ese modo una ventaja geoestratégica en Europa. Cuando la Unión Europea se dio cuenta de que los Estados Unidos estaban llevando a cabo sus propios planes, cambiaron de postura. Sucedió con Italia y con Francia. El momento crucial fue la bomba que destrozó la embajada china en Belgrado." Rusia, según indica, hace valer la relación con Yugoslavia de modo de solidarizarse con China y tomar distancia de los Estados Unidos. Prueba de ello fue el arribo de los 200 soldados rusos estacionados en Bosnia al aeropuerto de Pristina, punto clave de Kosovo, no bien se acordó la paz, otra demostración de poder. "Serbia y Montenegro le deben la independencia a Rusia. Si no hubieran llegado ellos primero a Kosovo, quién sabe cuánto habría llevado el proceso. Fue una acción barata en la cual ganaron mucho."
BIBLIOGRAFÍA:
"MARXISMO Y DEMOCRACIA, Enciclopedia de Conceptos Básicos Capítulo Nº 5" Ed. Rioduero.
"POLÍTICA DE NO ALIENACIÓN Y AUTOGESTIÓN" Josep Broz Tito. Ed. El Caballito.
"SOCIALISMO Y ECONOMÍA EN YUGOSLAVIA" Branko Horvat. Ed. Periferia.
"DICCIONARIO DE CIENCIA POLÍTICA" Bobbio, Pasquino, Mateuchi. Ed. Ariel.
INTERNET: Páginas oficiales del Gobierno de Yugoslavia, Albania y Estados Unidos; Páginas oficiales de la ONU, OTAN y el Ejército de Liberación de Kosovo; Páginas oficiales de CNN, Diario Clarín, La Nación, BBC, New York Times y buscadores del Conflicto en Kosovo: Opiniones internacionales, Serbias y Albanesas.
Autor:
Sebastián Gorga