Texto íntegro de la ponencia presentada en el Seminario de Sociología Visual, IV Edición. Facultad de Sociología.
Full text of the paper presented at the Seminar of Visual Sociology, Fourth Edition. Faculty of Sociology.
© Fotos: Perec, 1993
Hay algo de lo que me congratulo al presentar estas fotografías y que quiero hacer partícipe a todos ustedes como asistentes a este acto, y es la coincidencia con un momento especialmente importante para todo nuestro patrimonio local: la recuperación del yo histórico.
Últimamente, estamos conociendo a través de diversos medios de comunicación como grupos, entidades y personas, se afanan y esfuerzan por frenar lo que se denomina la pérdida de la memoria colectiva, aquella que nos atañe en lo más íntimo, da sentido a nuestra vida, nos hace pertenecer, nos relaciona con el grupo humano y nos trasciende, en definitiva.
© Fotos: Perec, 1993
En el momento de la realización de estas secuencias, que tienen su contrapunto diurno, todavía no existía ese interés, por lo menos, que trascendiera públicamente. Debo confesar que me sedujo el sumergirme en unos singulares laberintos urbanos donde las luces y las sombras creaban el territorio ideal para el juego infantil de la curiosidad y el descubrimiento. Donde se intuía un lenguaje sutil de formas, matices, adivinando la esencia de los que habitaron, vivían en ese momento o lo harían en el futuro. Reconozco que quise saber sobre la autenticidad que se desprendía de sus estructuras pétreas, sus rincones o el recorrido itinerante que la negritud hacía, incluso, más extenso. Quería conocer el espíritu de esta localidad, últimamente considerada patrimonio histórico-artístico en Cataluña.
La cámara fue una llave que permitió abrir la nocturnidad. La noche, como marco espacio-temporal, provoca intimidades, confidencias, susurros y recogimientos. Es tu imaginación quien pone el resto. Estando tus sentidos permanentemente alerta en un terreno no conocido, quizás hostil, tus percepciones son más reales. La noche crea la atmósfera, y la interacción con esa humanidad proyecta una comunión con el entorno, comenzando a absorber el mensaje de los que han dejado un valor indeleble a lo vivido. Sin ser de allí, sientes que formas parte. Rompes una privacidad, entrando en otro mundo.
© Fotos: Perec, 1993
La pregunta es: ¿he sido, soy, mensajero del olvido o de la reconciliación de aquellos que no han podido escribir su historia? Mi paseo nocturno, mi deambular por esas calles en ese tiempo, ¿forma parte de la historia del lugar? ¿Es ésta la oportunidad que se esperaba? ¿La esperaban ellos? Como intruso, extraño, ¿he logrado comunicar-comunicarme? ¿He sido aceptado? Hay dos términos que considero importantes y de los que hemos hablado en este seminario tan bien conducido que hoy finaliza, y son la dignidad y el respeto por lo que fotografiamos. Creo que es primordial comprender los respectivos significados, puesto que así podremos adentrarnos, más si cabe, en el relato de todo lo que nos acontece y queramos transmitir. Por ello estas fotografías son en blanco y negro; no las concebí de otro modo, puesto que el aspecto sobrio de los edificios, la solemnidad y seriedad del recinto amurallado, la fiesta que la luz provocaba, me inspiró para que así fuera. El drama de lo cotidiano, ¿lo definimos a partir de este antagonismo cromático, este recurso visual? Y para finalizar, me gustaría reivindicar con estas instantáneas, valga la expresión, el sabor de lo auténtico. Quiero quedarme más con el contenido que no con el envoltorio, en una época en que la imagen, en ocasiones, banaliza sus usos en pos de una espectacularización de los hechos y las cosas.
Hoy en día, cuando todo sucumbe a la adocenación de la publicidad y la comercialización más productiva, la memoria está condenada al ostracismo más absoluto, a no ser que rinda dividendos, como puede ser este caso. El olvido es una costumbre más, que no permite un alto para la reflexión, el amor y la magia.
© Fotos: Perec, 1993
Desearía que esta tarea no se convierta en una simple anécdota, que el espacio fotografiado no sea, como preconiza Marc Augè, profesor de Antropología de la Universidad de París, otro "no lugar", sólo utilizado puntualmente cual parque temático, sin que exista una verdadera conexión con lo que representa el paisaje, fruto del crecimiento y desarrollo humanos.
Universidad de Barcelona. Febrero del 2004.
Autor:
Pere Cañamero