Introducción El gran descubrimiento de los primeros seguidores del Maestro fue que la religión no era un conjunto de verdades, ni un sistema de poder, – mucho menos – unos edificios o unas instituciones. Los primeros seguidores del Maestro descubrieron que la religión es una persona: el propio Maestro, Jesús de Nazaret. Le acompañaron durante su vida mortal, lo contemplaron resucitado, lo sintieron presente durante el resto de sus vidas. Se organizaron en comunidades, verdaderas familias, diseminadas por el mundo, con un Padre común, el Padre de Jesús. Muchos, incluso, dieron sus propias vidas, víctimas de la lucha de los poderosos contra los sencillos, contra los limpios de corazón. El testimonio del Nuevo Testamento es contundente: la Buena Noticia, con mayúscula, la que todo hombre espera recibir algún día, ya es realidad. La Buena Noticia de Jesucristo. A partir de El, con El, por El todo cambia de sentido, para bien nuestro y de los que nos rodean. Felipe Santos, en su trato continuo con la juventud, ha escrito estas Cartas de Jóvenes a Jesús con un estilo directo, rico en la manifestación cordial de los jóvenes ante la figura fascinante de Jesús. En realidad son los 30 problemas que más acucian a ciertos sectores juveniles de nuestra sociedad. Estas Cartas contienen la fuerza de esa intuición, base del acto de fe: todo con El, nada sin El. Ojalá que su lectura avive en muchos jóvenes el entusiasmo por el Amigo, que está siempre ahí, por aquel que quiere y puede cambiar el mundo, y que cuenta contigo para ello. Damos las gracias a Felipe porque estas Cartas podrán ayudar a los queridos jóvenes a encontrarse consigo mismos en la autopista de Dios. Un subsidio clave para la clase de Formación Religiosa, lectura personal o para convivencias cristianas.
1) Hola Jesús Tengo suerte, Señor, en saludarte esta mañana. El día ha amanecido fulgurante de luz por toda la amplitud de mi mirada joven. Tengo una dicha inmensa por haberte conocido dentro de una familia, modélica en su trabajo y en permanente diálogo conmigo. No me atosigan con " rollos" ni me comen el coco. Me han inculcado paulatinamente el recto uso de mi responsabilidad personal. Soy yo el que tiene que forjarse un proyecto de vida consistente y que abarque todas las facetas de mi persona joven. Me educan en la libertad liberadora. Esta fue algo esencial en tu mensaje desde la creación. Ya sabes que me encanta la libertad bien empleada. Podría estar sumido en libertinajes. Sí, de esta forma andan algunos amigos de mi pandilla. No los veo más felices que yo. Me hablan de sus familias con cierto aire de desencanto." Son unos carrozas". " Mis viejos no me dan toda la pasta que necesito"." Tengo ganas de independizarme, pero el maldito dinero y las pocas ganas de trabajar me tienen apegado a casa, la fonda en la que encuentro comida y alojamiento". Todas estas afirmaciones en sus labios me causan pena y tristeza. No tienen norte y hasta han perdido el sentido de la vida. Esta tiene más sentido para mí, además del que me da mi buena familia, desde que te conocí a fondo un buen día haciendo un "stop" en mi vida. Alguien realmente amigo me indicó que fuera a verte a una colina de Francia, llamada Taizé. Fue en aquel silencio y plegaria en donde mi ser entero de joven sintió que debería transformarme y cambiar mi propia existencia y la de quienes me circundan. Por eso siento la vida de mi pandilla, alejada de ti y de los valores que dan consistencia a nuestra persona. Porque, Señor, en el fondo, tú los conoces y sabes que son buenos. Lo que les ocurre es que te tienen aparcado. Gracias a mis padres, conscientes de la realidad de este mundo, voy caminando por esta fascinante aventura de la vida. No sufro los hachazos de desesperación ni la horrible confusión que existe a mi derredor. Me considero un ser afortunado. Los padres, hoy, tienen un papel difícil y, a la vez, sumamente interesante: dar vida a sus hijos cuando son jóvenes. Hay padres que, justo a esta edad, los dejan abandonados a sus caprichos y deseos poco humanizantes. Les falta el diálogo y "perder" más tiempo con ellos. A veces les dan muchas cosas pero no a sí mismos. Noto, Señor, que mucha gente joven y sus padres no tienen otra misión en la vida que el consumo y la adquisición de cosas. Todo es montárselo bien a costa de los valores familiares. No dialogan, cada uno va a su rollo. Y así llegan lentamente a caer en el pozo de la frustración y del vacío."¿ De qué nos vale tener todas las cosas del mundo si perdemos nuestra alma", nuestra identidad personal y la vida familiar? Tú dices que todo lo que no sea una vida centrada en tu Evangelio es como " paja que arrebata el viento". Y es verdad. ¡ Cuántos ejemplos conoces tú mejor que yo de gente flotando a la deriva de los vientos placenteros de la competencia, entendida como sobresalir por encima de los otros para humillarlos y tenerlos en poca consideración! Hoy, el valor por excelencia es la "pasta", la " guita". Me imagino que sufrirás en tu corazón todas estas enfermedades del joven moderno y de muchos padres. Ante esta situación de mi mundo actual, me cuesta mucho mantenerme adherido a ti como roca fuerte. Pero, te repito, mis padres y algunos educadores han ejercido en mí una influencia bienhechora. Me han dado seguridad en mi personalidad. Cuesta mucho en nuestros días conservarse vivo y alejado del vendaval de ser etiquetado como un artículo de los grandes almacenes. Por eso, Señor, esta mañana clara y diáfana levanto mi alma hacia ti para darte las gracias por el día que estreno. Quiero sentirme hoy como una persona nueva. Quiero , en este día concreto, ser agua y tierra humedecida para todo el que encuentre a mi lado. No quiero pasar un día más, marchito entre superficialidades que no conducen a nada elegante. Dame, Jesús, fuerzas y gracia para hacer de este día un ramillete de buenas obras para mi riqueza personal, para darle gracias a mis padres, para dar testimonio a mi pandilla de que toda mi alegría proviene de ti, autor de la vida que vivo y estreno hoy. Tu amigo Manolo, 18 años
2) El clamor del pobre y los gritos de los humildes". Y, para que sigan luchando por sus derechos conculcados, tú les alientas con una de tus bienaventuranzas: " Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos". Hoy, Señor , en este mundo hay dos grandes divisiones: la del Norte y la del Sur. La primera vive en la opulencia de las riquezas y del bienestar. Y la segunda vive maltratada y sumisa al poder fáctico de quien posee la " pasta". Pero, Señor amado, cuesta mucho ver día tras día en los medios de comunicación social escenas horripilantes de gente que sufre. La mayoría de la gente ve estas noticias insensiblemente. Ya sabes que una noticia sigue a otra sin concatenación, sin lógica. Unos minutos del tema de Clinton con su becaria – asuntos de sexo – dan paso al minuto siguiente a otra noticia que no tiene nada que ver con la persona. Ya sabes que en los medios de hoy día llama la atención únicamente lo negativo, lo zafio y lo bodrio. Es la ley. Una persona que viva entregada a tu reino, no cuenta para los medios. La bondad y la ternura , la misericordia y el perdón, están muy lejos de sus puntos de mira. Hoy hay salmistas por todo el mundo. No se cansan de predicar y de invocarte como el antiguo. "No te olvides del pobre, Señor, el pobre se encomienda a ti". Pero, para los poderosos, esto no son más que palabras de consuelo. La explotación del indefenso es su ley suprema. En la entrada de tercer milenio de la fe en ti, sigue habiendo, como en tu tiempo, seres esclavos, prostitutas comandadas por organizaciones que se lucran con su explotación. Y mira, Señor, tú lo sabes todo. La misma nueva tecnología, Internet, por ejemplo, aprovecha algunos de sus espacios para hacer propaganda y publicidad de pornografía infantil y adolescente. Ya ves. Se mata al inocente con tal de contentar las pasiones bajas de algunos o muchos despiadados. ¡ Qué horror! D. Bosco estaba dispuesto a ir andando con la lengua en el suelo con tal de mantener la inocencia de sus chicos. Hoy, no. Matar lo bello del corazón transparente y limpio del niño a costa de viles pasiones humanas parece lo más natural. La vaciedad del hombre hay que llenarla con algo fuerte e inaudito. El terror y el temor están de moda en tu mundo por culpa de unos malditos que se glorían haciendo el mal. Me revienta que tu precioso mundo esté todavía infectado por la injusticia. Y han pasado ya dos mil años desde que tú viniste a traer al mundo la paz y la concordia entre los hombres. Las autoridades piden votos para las elecciones. Es la única oportunidad que tienen tus pobres. Son zarandeados con la propaganda más grosera y engañosa para que voten a tal o cual partido. Pero, a la postre, no existe el partido de los pobres, sino el de los ricos que se aprovechan de su voto para medrar. Los partidos y la política son medios para enriquecerse, salvo, Señor, algunas excepciones. El hemisferio Norte hace la guerra cuando peligra su economía fuerte. El hemisferio Sur no tiene otra solución que aguantar los improperios y la ingratitud de los soberbios y poderosos de este mundo. Señor, perdona mi desahogo antes de irme al descanso. No podía aguantar todo el malhumor que llevo dentro. Es injusto que la mitad de los hombres vivan en situaciones pobreza radical y la otra mitad anclados en placeres y en un bienestar, que bien mirado, provienen de la explotación del pobre. Gracias, Señor, por escuchar esta carta contra la injusticia. Tus palabras, en tu tiempo , fueron más duras todavía: ¡"Hipócritas, sepulcros blanqueados!" ¿ Qué les dirías hoy a esta " chusma" de malvados y aprovechados? Te quiere tu amiga Inma, 19 años
6)¡ Hola Jesús! Señor, ya me conoces de sobra. Soy un joven que vive en este mundo denominado por su alta tecnología de precisión. Las palabras que lanzan los distintos medios de comunicación inundan de mentiras tu universo. Estamos viviendo la época de la palabra oral e icónica más que la escrita, que también se da, por supuesto. Mi mundo joven está harto de palabras sin sentido, palabras soeces, bajunas, palabras halagadoras y mentirosas como la hiel. En mi mismo grupo se estila mucho y hasta está de moda el cumplido, el disimulo, el quedar bien ante todos. La apariencia es el bien supremo. ¡ Vaya tela! Pienso en tus palabras del salmo y me quedo anonadado. " La lengua es nuestra fuerza, nuestros labios nos defienden,¿ quién será nuestro dueño?" Los jóvenes con los que salgo, en pandilla, se ufanan por hablar mucho. El silencio les quema por dentro. Cuando hay algunos instantes de silencio, en seguida sacan sus auriculares para oír música. No aguantan unos momentos en silencio. No lo soportan. Si están en casa, en lugar de hablar con la familia y hacer tertulias familiares, cada uno va viendo la TV mientras come. Al terminar, todos se van a ver la televisión, la dueña y la educadora de casa. De tonta no tiene nada. Fíjate que ocupa el centro de la sala de estar, lugar de preferencia. Y si la TV es un tostón, se conecta la radio y los 40 principales para aplacar el silencio molesto. No saben en qué pensar. Las emisoras de radio, por otra parte, son llamaradas de palabras sin sentido muchas veces. Me revientan, Señor, los labios embusteros, egoístas y altaneros. En este mundo singular y pletórico de ruidos y de palabras no sé qué hacer. Estoy habituado a tu Palabra eterna, a tu Palabra de vida, a tu Palabra que encierra verdades entrañables. Y, cuando me encuentro ante situaciones como la actual, me siento mal. Es entonces, Señor, cuando cierro mis labios y mis oídos para no escuchar palabras que ofenden la modestia de la joven bella y elegante del baile, la que va por la calle ondeando al viento sus cabellos sueltos y sus atributos- obra tuya- con toda finura. Bueno, Señor, la verdad es que también las hay que, en lugar de enseñorearse con sus cualidades femeninas, provocan al joven o viceversa. Estoy harto y cansado de tanta palabra vacía. Me encantan tus palabras, Señor, porque crean vida nueva en mi ser. Tus palabras se encarnan dentro de mí y me hacen pensar, meditar y sentirme como flotando por este ambiente tan hostil y mentiroso. "Tus palabras son auténticas…refinadas siete veces". Ante ellas me detengo cada día al comenzar la jornada, cuando participo de tu Eucaristía, la gran parábola de unidad entre los creyentes católicos. El otro día me dijeron palabras lisonjeras para llevarme a una fiesta. Prontamente capté la intención de mi interlocutor. Sin mediar rodeos, le dije: No cuentes conmigo. No iré a ese sitio de falsedad e hipocresía. Mi buque insignia es la autenticidad, contraria, por otra parte, a tu modo de pensar y de vivir. Déjame tranquilo, por favor. ¡Hay tantas cosas buenas que hacer en la vida ¡ No pienso perder el tiempo en tontadas. Viendo mi actitud valiente y humanamente coherente, me dejó en paz. Gracias, Señor, por tus Palabras que tienen valor y dimensión hasta la misma vida eterna. Ya sabes que no soy ni mejor ni peor que ellos o ellas. Pero no aguanto la palabrería y la mentira dichas con tanta facilidad e hipocresía. Un abrazo fuerte David, 20 años
7)Hello Jesús Esta mañana vengo presuroso a alabarte. Me he levantado, como todos los días, feliz y alegre, pero en cada jornada quiero encontrar un sentido nuevo a mi vida joven. Ya sabes que todo lo que sea monotonía me espanta y me aburre hasta consumirme los huesos y las entrañas. Me siento feliz en tu servicio, dichoso y entusiasmante. Nunca había disfrutado tanto en mi vida como cuando percibí adentro, muy adentro que me felicidad está en ti "mi Dios. Los que buscan a otros dioses no hacen más que aumentar sus penas; jamás pronunciarán mis labios su nombre". Le cuento a todo el mundo juvenil, que me encuentro realizado plenamente en tu servicio. Eres el Dios que me da la suprema alegría y el afán de entregarme cada día a vivir tu Evangelio. Mis amigos, por el contrario, me cuentan que soy "tonto" en privarme de los placeres de la vida : el dinero, el sexo, la fama , el éxito, el poder, la ganancia económica… Yo les digo que miran solamente de tejas para abajo. Si alzaran la vista más arriba, se darían cuenta de que la felicidad depende profundamente de ti, Señor amigo. Contra viento y marea, pero contento, me siento dichoso por haber entregado mi vida totalmente a tu reino. Esto no lo entienden. La fe es la clave única para adentrarse contigo en tu Evangelio. Cuando me preguntan cosas acerca de la posibilidad de vivir sin chica, les contesto que " mi felicidad está en ti". Sé que no lo entienden. Hace falta un poco de riesgo para asumir esta responsabilidad de entregarse a ti de por vida. Tú, Señor, eres muy exigente. Y, en el fondo , me alegro de que seas así. Si no fueras duro y exigente con quienes te siguen de cerca en su vocación de consagrados, no estaría aquí hoy contigo. Aunque siento los placeres y la atracción por las cosas de la tierra- cosa totalmente normal -, sin embargo, tú me has llamado a la entrega total. Piensan algunos que el celibato nos aprisiona en nuestra libertad y que es absurdo y antihumano estar sin chica durante todo el tiempo. Les recuerdo tus palabras del Evangelio: "Quien tenga oídos para entender que entienda". Es verdad. Miradas las cosas fuera de tu prisma evangélico, todo resulta sin sentido y hasta aberrante para la gente que no enfoca toda su existencia bajo la luz de tus coordenadas. Mi Dios eres solamente tú. Ellos, entre unas cosas y otras, se apegan a dioses " falsos", cuyo lastre les va conduciendo a la pérdida de identidad personal. Respeto a quienes, habiendo hecho una opción libre por el matrimonio, lo viven a pleno pulmón y con la gracia de compartir toda su vida con otra persona. Esto me parece que es muy difícil cuando el egoísmo de uno o de otra sigue flotando en la relación entre ambos. Hay quienes fracasan en esta relación porque se entregaron atraídos simplemente por la fascinación física. Les compadezco, y me duele en mi corazón, de que no hayan encontrado la plenitud de su felicidad compartiendo todas las cosas del matrimonio: ideas, proyectos, ilusiones, quehaceres, hijos… Mis palabras, en esta carta, Señor, no tienen sabor a jactancia, a orgullo tonto y estúpido. Son simplemente petición de ayuda para que siga adelante en el trabajo de tu reino. No quiero ser como el joven del Evangelio: "Le invitaste a seguirte de cerca, pero él tenía sus preocupaciones y te dejó plantado". Ya sabes que no miro lo que he dejado atrás sino lo que he encontrado contigo, a tu vera, codo a codo. Eres mi dicha y el lote de mi heredad y mi suerte". Soy un afortunado porque, entre desgracias y atendiendo a la gente que me rodea, siento mi deleite en tus cosas y en tus mandatos que me alegran enteramente. Ya ves que disfruto de todo cuanto tengo a mi derredor con la mayor naturalidad. No problematizo nada. Todo me viene de ti. Vivo la grata experiencia de tu fe. La gente, incluso la creyente, está avitaminada porque le falta la íntima experiencia de tu persona. Y, Jesús amigo, en faltando esta experiencia, todo se hace duro y pesado. Tu carga es ligera para quien te sigue y ha comprendido que solamente quien muere a su egoísmo, se levanta cada día como el sol alumbrando toda la faz de la tierra". Gracias, Señor, por haberme enseñado de cerca el sendero de la vida y de que pueda " saciarme de gozo en tu presencia". Con todo cariño, Celia, 22 años
8) Hola Jesús Me da mucha alegría saludarte esta mañana antes de que comience mi trabajo ordinario. Antes de salir de casa y de visitarte en la iglesia vecina, he pensado en tu Evangelio. Sé lo que significa " buena noticia". Es una noticia que resuena en mis oídos y en mi corazón como una fuerza transformadora. Implica un cambio sustancial en el modo de desenvolverme ante cualquier circunstancia. Para mí tu Evangelio, Señor, eres tú mismo, tu persona. A veces me pregunta alguna gente de mi pandilla que entre el Evangelio y el Corán no hay diferencia. Les suelo decir que los cristianos no somos seguidores de ningún libro, ni siquiera de una norma moral especial. Los creyentes somos seguidores de tu persona. Tú eres la fuerza capaz de transformar definitivamente nuestra existencia con tal de que nos dejemos llevar por la influencia benéfica de tu Espíritu. Estos días estoy meditando y contemplando tu obra en el Evangelio de Lucas. En él apareces como la ternura y el perdón por excelencia. Nos has dado tu salvación y tus perspectivas de este mundo bajo unas angulaciones muy distintas a las normales. Lucas no hace una biografía de tu persona. Lo que cuenta son hechos de fe. " He descubierto que Cristo es el Señor, y quiero anunciaros que tan sólo él libera". Lucas no nos presenta a Jesús para que lo admiremos de lejos. Nos presenta al Señor de la misericordia para que nos decidamos a seguirlo llevando la cruz de cada día. Señor, me he dado cuenta de que tu Evangelio no lo estudio para conocerte mejor o para saber más datos acerca de tu fascinante persona. Tu Evangelio lo estudio para seguirte mejor y, siguiéndote , es como se te conoce en profundidad. Cuando uno se adentra en el Evangelio de tu amigo Lucas, uno percibe que él nos transmite a todos los creyentes un mensaje claro de fe: Jesús es el Señor, el único que libera y el único al que merece la pena servir. Todo el Evangelio de Lucas está permeado por palabras densamente humanas y cristianas: oración, sinceridad, pobreza, servicio, conversión, misericordia, renuncia, humildad, corrección fraterna, responsabilidad, y sobre todo, el gran mandamiento del amor. Todas estas palabras las expones con discursos y parábolas y milagros. Una de las realidades más profundas que uno descubre al meditarte despacio es que tu palabra no es neutra. Siempre engendra conflictos. Tanto ayer como hoy, a tu lado, crece rápidamente – como un relámpago que atraviesa el horizonte – la oposición. Sobre todo entre los círculos que detentan el poder y viven muy apegados a la riqueza. Frente a los servilismos de nuestra época y los "falsos dioses" o subterfugios de Jesús, Lucas declara abiertamente que tú eres el libertador misericordioso. Frente a estos estúpidos servilismos, el creyente moderno percibe que sólo desde el seguimiento radical de Jesús puede conocerse el verdadero rostro de Cristo. Muchas veces, Señor, entre mi mundo de amistades, reina una gran confusión acerca de la palabra amistad. Les digo que en el Evangelio aparece como un tesoro difícil de encontrar y , al mismo tiempo, como una forma privilegiada del amor, porque es aquella relación que brota de la libertad. Muchas de mis amistades no entienden que la verdadera amistad está íntimamente unida a la libertad. Tan sólo se crece en el amor cuando se respeta y se deja crecer en la libertad verdadera. Esto no se entiende. La gente tiende a poseer, " a tirarse mutuamente"… Es lo fácil: atar a quien digo querer. Y toda atadura, más tarde o temprano, termina por romperse. La ternura y la misericordia de tu Evangelio me han hecho recapacitar esta mañana que sólo en ti está la fuente de la verdad y el gozo de saberse querido y perdonado, aunque seamos débiles y frágiles. Gracias, Señor, por esta larga carta sobre mi mundo de amistad Con afecto, Marcelo, 17 años
9)Hello Jesús Este día me he sumido en la parábola del hijo pródigo. Es un fiel reflejo de nuestra sociedad actual y de tu misericordia y bondad con los jóvenes actuales y de siempre. He notado que en esta narración hay dos hijos y un padre. ¡ Lástima que faltara la madre! Daría más calor y sentido a todo el relato evangélico, lleno de confrontaciones.
- Por una parte está la experiencia del hijo menor. Pide su herencia para irse a otros lugares lejanos a malgastar sus bienes. Tan mal lo pasó que tu Evangelio dice: " Se ajustó con uno de los habitantes de aquel país". Vivía feliz en su casa y, ahora, no le queda otra solución que ajustarse a lo que le dé el dueño extranjero. Todos hemos experimentado las condiciones de este joven: la adaptación a la leyes de un mundo que nos tiraniza y en el que no reina el mandato de Dios.
Este hijo "tiene que guardar cerdos". En la religión judía era algo degradante e inaceptable. ¿ No es parecida hoy la situación de algunos jóvenes entregados al SIDA y a otras enfermedades provenientes del vicio?
Pero este joven decide volver a la casa paterna. Vuelve, en primer lugar, porque tenía mucha hambre. No tiene dónde caerse muerto." Los jornaleros de mi padre tienen comida y yo no tengo nada más que bellotas, alimento de cerdos, mal vistos en Israel.
Hay, sin embargo, una segunda motivación mucho más religiosa: "He pecado contra el cielo y contra ti". Dice cielo en lugar de Dios. Toma conciencia de que está mal porque ha querido romper el plan de Dios sobre su existencia. Pensando que te piensa, dice: " Me levantaré e iré a la casa de mi padre". Ha vuelto pero, en el fondo, se considera un jornalero. No ha entendido todavía que la misericordia del Padre está por encima de todo pecado y traición.
- El hijo mayor tenía todas las preferencias según la ley de Israel. Le da rabia de que su hermano menor entre en casa de nuevo tras haberse gastado la " pasta" con prostitutas". No entiende que su hermano ha cambiado de estilo de vida. El mayor era la personificación de la rutina y del apego a tradiciones que, muchas veces, cierran las puertas a Dios. Se enfadó y le tomó inquina al hermano menor. La acogida y el banquete que le prodigó el padre le corroía las entrañas. Había estado siempre a su lado, cierto, pero jamás había comprendido lo que son entrañas de padre. Era un soltero comodón y mediocre.. ¡ Qué tontada más grande: estamos los creyentes en la casa del Padre y, sin embargo, nos entregamos a conseguir otros premios: el poder, el tener, el aparentar, el cumplimiento frío y seco de nuestros deberes pero sin el menor atisbo de ternura! Será la ternura del padre la que engendre de nuevo la reconciliación en casa y los dos hermanos celebren la fiesta.
Ese hermano mayor es el prototipo del cristiano que se atiene a lo mandado pero al que le falta experimentar los dones de Dios. En la vida de hoy sigue existiendo un gran malestar por los hijos que malgastan su dinero y el de toda la familia con las demandas de la droga y de todas las corruptelas a la que ella conduce. No conocerás a ninguna madre que, a pesar de las tropelías que haya cometido su hijo o hija, no anhele su vuelta a casa. El corazón no busca razones para perdonar. Simplemente perdona porque de él nace la fuente perenne del amor. Aquí es el padre quien manda celebrar una fiesta en contra de los deseos del hijo mayor, el "santurrón y cumplidor de turno". "Celebra una fiesta y lo besa cariñosamente"… No hay leyes en el corazón del padre. Tan es así que ni siquiera le pide razones de su comportamiento y de su conducta fuera de casa. Simplemente le acoge con un inmenso amor de padre. Con amistad sincera, Felipe, 21 años
10)Hola Jesús La figura de Jesús me seduce en este relato evangélico. En él queda claro algo sumamente importante: la misericordia no es un sentimiento , sino algo mucho más importante: dar algo de sí mismo a la pobreza del corazón del hermano. Tienes amigos , que por cualquier circunstancia, sienten el abandono de todos. Sueles decir: ¡Es un miserable! ¡ Mira que lo que ha hecho! ¡ Fuera! Es imperdonable. ¡ Fuera de nuestra pandilla! Zaqueo , recaudador de impuestos de Hacienda, era mal visto por todos. Lo normal era criticarlo y apartarlo de cualquier relación con los otros. Jesús, en lugar de quedarse en la queja normal, va a su encuentro con el arte de la ternura y la misericordia que lo perdonan todo. ¿Por qué no nos habituaremos a convertir la misericordia en perdón?. Tu gente acostumbra a decir: " perdono pero no olvido". En el fondo, aunque externamente se vea que perdona, les quedan resentimientos que afloran en el mínimo detalle cuando les oyes hablar. Jesús fue inteligente. Dio muestras de su ternura en una ciudad, Cafarnaúm, ciudad fronteriza y cruce de culturas y caminos. Desde este lugar enseña que Zaqueo trabajaba cobrando impuestos para los romanos que dominaban el país. Este cobrador de impuestos se había convertido en un ricachón. Hoy ocurre igual a muchos que se dedican a explotar a los otros sin ninguna aparente culpabilidad en su conciencia. Para colmo y para irrisión de todos era pequeño de estatura." Corre entre la gente y se sube a un sicómoro, un árbol". La gente lo ve, siente antipatía ante él y quiere excluirlo de todo lo que sea religioso legal. Pero este ser humano, como tú o como yo, anhelaba ver a Jesús fuera como fuera. La gente se lo impedía física y moralmente. Enfrentado con la muchedumbre, que normalmente actúa de forma brutal e inconsciente, Jesús le saluda y se autoinvita a comer en su casa. ¡Menuda la reacción de la gente: ha ido a comer a casa de un pecador! No creían que para él hubiese salvación. No tiene derecho a cambiar de vida. No puede ver a Jesús. Nadie, posiblemente, lo ha valorado en lo que era su persona de verdad. Jesús, ante él , tiene dos vertientes: se fija en él "levantado los ojos" y le habla".. Mirar, a lo largo y ancho del Evangelio, significa " mirar en profundidad", mirar con la intención de hacer el bien", con la intención de ejercer la misericordia". Mirar es no simplemente ver los detalles de la realidad sino querer transformarla desde la misericordia y la ternura. Cuando le habla a Zaqueo, éste cambia radicalmente de vida. Jesús toma conciencia de su sentido vital: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la buena nueva a los pobres". Nadie se había preocupado por humanizar a Zaqueo. El rechazo hacia su persona era total por el cargo que ostentaba. Tan sólo la mirada y las palabras de Jesús convirtieron a aquel hombre envidiado y odiado por todos. Le devolvieron su propia dignidad humana. Ante la dulzura de Jesús, este recaudador de impuestos se convierte en su amigo. Se convirtió transformando en obras de misericordia el perdón que Dios le había concedido. " Señor, daré cuatro veces más de cuanto he robado". Esto no era lo establecido en la ley. Pero Zaqueo fue mucho más lejos de lo legal. Jesús se siente feliz porque ha perdonado y dado nueva vida a Zaqueo. Es hijo de Abrahám. Ha liberado al que estaba perdido. Jesús ha ejercido con él su verdadero señorío, y el cobrador responde con una adhesión total al Señor. No está mal que en este día pienses en tu calidad de relaciones con la gente. Conoces a muchos que tienen muchos apartados en el espacio de su corazón. A unos rechazan porque son pobres; a otros porque son antipáticos; a otros porque no encajan en tus moldes. Total, que, sin darte cuenta, eres un intransigente de marca mayor. Gracias, Jesús, porque, al leer y meditar tu Evangelio con resonancias siempre actuales, he comprendido que necesito más perdón en mi alma. Estoy llamado como creyente a dar vida y transformar lo que esté a mi lado en algo positivo. Con gran cariño, Alicia, 22 años
11)Hello Jesús Te escribo esta carta para darte gracias por la curación que haces diariamente de todo cuanto acontece a mi derredor. Ya ves que te necesitamos hoy como ayer para que cures todo tipo de enfermedades: la lepra, la desidia, la indiferencia, la incredulidad, el pasotismo y el consumo a toda pastilla… No me gusta la actitud de muchos de mis colegas, alejados de ti por inconsciencia o llevados por los vicios de este mundo singular y supertecnológico. La lepra, producida por el microbio de Hansen, se cura en nuestros días. No es una maldición divina como pensaban en tu tiempo. Esto añadía más dolor todavía a los enfermos. Hoy tenemos otras enfermedades físicas muy difíciles de curar. Pero también existen las enfermedades del alma : falta de fe, apego a los bienes materiales, bienestar a toda costa, autosuficiencia, olvido de los valores morales y religiosos… La diferencia de los leprosos de tu Evangelio y los actuales consiste en que los primeros pedían "compasión" para excitar los sentimientos de pena ante su padecimiento. Es curioso que los leprosos te veían desde lejos. No esperaban transformar sus vidas maltrechas. Te veían- como ocurre muchas veces hoy- como a un líder o un maestro. Hay que verte de cerca, es decir, como una persona capaz de transformar de raíz nuestro corazón y nuestra vida. Jesús, tú los envías a los sacerdotes para que atestiguaran ante el pueblo su curación y así poder insertarse de nuevo con los demás. Tan sólo volvió uno para darte las gracias. Los otros buscaban principalmente vivir una vida con normalidad ante sus paisanos. No se sintieron implicados en la novedad de su curación. No te han descubierto como al Señor que puede transformar radicalmente la existencia. Cuando tú recibes al leproso que va a darte las gracias, notas en él que ha sido purificado y curado de sus males. La purificación es simplemente un cambio externo. La curación, además, significa un cambio interior. Por eso, como el salmista , te dice:¿ Cómo podré dar gracias al Señor por todo el bien que me ha hecho?. El cambio profundo de este leproso consiste en haber encontrado en Jesús el único Señor. Este curado, para colmo, era samaritano, es decir, un pueblo no muy creyente y considerado como un extranjero para los judíos. Gracias a su fe , le dices : " Levántate, vete; tu fe te ha salvado". Es importante tener en cuenta que le dices " tu fe te ha salvado" y no purificado. La fe indica la gran confianza que pone en Dios. La fe es plantearse la existencia como una confianza plena en el Señor. La salvación es mucho más que la purificación: indica la liberación de algún peligro grave que amenaza a la humanidad. De nuevo aparece la misericordia de Dios convertida en curación. Ten en cuenta esto: la clave de la vida cristiana consiste en tu encuentro con Jesús. Tú sigues a Cristo como a una persona viva y dentro de ti. Cuando uno va madurando en la visión de Dios, simultáneamente uno se acostumbra a ver y analizar todas las cosas desde la ternura de Dios. Así, sin duda alguna, adquiere sentido la lectura que podamos hacer de esta realidad actual de finales del siglo XX. Gracias, Señor, por tus leprosos, tu purificación y sobre todo por tu curación. Te quiere un montón, Pedro, 15 años
12) Hola Jesús Soy una joven que lucha por llegar a la madurez. Me cuesta mucho dominarme e intento imponer mi opinión a los otros. Después, a solas, me siento mal conmigo misma. Cada día hago mis propósitos. Pero, ¡ qué va!, caigo en seguida en la misma rutina de siempre. Me pongo nerviosa. Sé que me has dado unas cualidades excelentes para ser amiga, para ser constructora de vida entre mis amigos. Lo sé. Sin embargo, mi mal genio lo estropea todo. Quiero ser una joven equilibrada para no andar un día bien y otro mal. No me entiendo a veces a mí misma. Digo como el salmista:" ¿ Hasta cuándo…, hasta cuándo…, hasta cuándo?". Por otra parte, mis sueños me lanzan a la aventura inaccesible. Hay instantes en los que lo veo todo color de rosa. Otros, por el contrario, como una nube cerrada en el horizonte. Alguien que me quiere mucho me dice: No sueñes con el futuro, disfruta del amanecer de este día. "Carpe diem", es decir, vive el instante apretado entre tus manos. Toma conciencia de quién eres, qué posees. Y, sin miedos estúpidos, lánzate al mundo para desarrollarte como una persona digna. Cuando alguien se queja mucho, piensa que no está viviendo a tope su vida. El chico cristiano o la chica nunca se quejan, nunca lloran lamentos tontos, sino que crean vida a su derredor. No me gustan los creyentes quejicas. No hacen nada. Todo les molesta pero no levantan un dedo para mejorar la situación en la que viven. Así hay muchos, desgraciadamente. Continuamente les lanzo llamadas urgentes de mi espíritu para que se levanten y dejen de hacer críticas facilonas de lo que ven en los demás y en las instituciones. Así no se arregla nada. El Señor te contesta, hoy en concreto, con sus palabras: "Yo alegro tu corazón con mi auxilio". Pero tienes que moverte. En el mundo en que vives, quiero que seas una creyente "lanzada"y competitiva por el bien. La carrera de tu sociedad se encamina por el título, el honor, el dinero, los puestos sobresalientes de poder. Tú, sin embargo, vive tu realidad concreta: ser tú misma. Todos han de verte como una joven alegre, dinámica, entregada a grupos apostólicos para, de esta forma, alcanzar el equilibrio que anhelas. Tu malestar te viene porque no haces nada. Te has juntado con un grupete de amigos que solamente piensan en pasárselo bien a su " manera". Y ésta, como sabes, está muchas veces lejana y distante de mis cristianos. No te olvides:" El Señor te observa desde el cielo…para ver si hay alguno sensato que busque a Dios. Muchos se extravían obstinados"… Cuando una joven, como tú, vive en contacto conmigo, mediante la plegaria, la meditación, la Eucaristía, la penitencia… difícilmente marcha a trancas y a barrancas. Tengo en cuenta las palabras que le dijiste al joven rico: " Ve y haz lo que te mando y tendrás vida". Déjate de darle vueltas a esas menudencias y tontadas que adora parte de tu mundo joven. Sé, de una vez para siempre, un ser original. Sí, amiga, arranca de raíz tu inconstancia, tus cambios continuos de carácter. Mira que la sociedad espera mucho de ti. No te preocupes. Yo te enseñaré el sendero de la vida". Pero hazme caso, aunque seas débil, y verás cómo todo cambia en ti y en los otros. Haz la prueba. ¡ Vamos! Te quiere Raquel, 18 años
13)Hola Jesús Soy joven. Lo sabes muy bien. Me cuesta mucho acercarme al mundo del dolor. No soy un buen samaritano. Me gusta ir a lo mío y que los demás se aguanten con su pena. Ya me tocará a mí algún día. Por ahora la veo lejanísima. Sé, por otra parte, que para descubrir la realidad de mis amigos, y ser capaz de verte a ti en ellos, me hace falta más plegaria, es decir, llevar una vida en la que vea las cosas y a los otros con tus propios ojos. Muchas veces, Señor, la palabra oración me sabe a cosa de monjas y curas. No logro meterme en su corriente bienhechora. Sé, leyendo libros, que la plegaria es mucho más que hablar contigo o que recitar de memoria Padrenuestros o Avemarías. Cuando un joven se pone en actitud de oración, sabe que tiene que implicarse en el análisis de la realidad y de la confrontación, y hacer una lectura cristiana de los hechos. La ciudad de Jericó, entregada como la mía a la diversión barata, necesaria pero un tanto sucia e inmoral, fue el lugar en el que te encontraste con los sacerdotes, el levita y el buen samaritano. Los primeros no podían ayudar a nadie por sus leyes( no podían tocar sangre ni entrar en contacto con un desconocido. De haberlo hecho no podían tomar parte en el culto). Los segundos, equivalentes a nuestros sacristanes, respetaban escrupulosamente las mismas leyes. Tuvo que ser el samaritano, el menos creyente ( según los judíos) pero el más humano, el que se detuviera para socorrer al herido por culpa de unos bandidos. Sintió misericordia ante su situación en el camino. " Se le conmovieron las entrañas". Y, cuando esta mañana leo este texto evangélico, me sorprendo de su actualidad. El samaritano no se queda simplemente en un sentimiento de lástima como los sacerdotes y el levita. Se lanza a ayudarle y a llenar la pobreza del corazón de su hermano herido. No le entrega cosas admirables. Le da lo que tiene: su propia persona. " Se acerca a su lado y le aplica aceite y vino". Además, lo lleva a la posada u hotel y le entrega al recepcionista el dinero equivalente a dos jornales. Pero lo fundamental es que siente misericordia por él, una actitud opuesta a la lástima hipócrita y lacrimógena . Pero que no va más allá. Hoy existen muchos heridos tendidos en los caminos de la pobreza y marginación. Hacen falta más samaritanos que presten su ayuda material y espiritual. No basta con entregarles algo de lo que te sobra. Eres tú quien debe entregar lo que tienes y eres. ¡Ah, pero esto es pedir demasiado! ¡ Que lo hagan otros! ¡ Yo estoy bien tranquilito con lo que tengo! ¡ Que me dejen en paz! ¡ Siempre están pidiendo los curas y las monjas! Jesús alaba la misericordia del samaritano. Y es duro cuando le dice al maestro:" Vete y haz lo mismo". No le dice: Ve y aprende lo que has oído"… Jesús habla de acción, porque el Evangelio no son datos ni relatos bonitos, sino la vivencia de la misericordia y de la ternura. Una vez más, Señor, me dejas " pasmado", pero me encanta tu valentía. Gracias sinceras de Fernando, 16 años
14)Hello Jesús Me siento una joven programada. En cada instante el reloj o la sirena me marcan lo que tengo que realizar. Esto no es vida, me pregunto muchas veces. Trabajo en exceso para pagar el piso, los electrodomésticos y el coche y…añade lo que quieras. Muchas veces le pregunto a mi novio si merece la pena tanto afán. El me responde que hay que instalarse a todo confort. ¿Pero no ves que es a costa de nuestra salud y a costa de no hablar casi nunca? Cállate. Hay que figurar que estamos bien ante todos los vecinos del barrio. Pertenecemos a una clase social media. No podemos vivir en cualquier sitio y sin tener las cosas que ellos tienen. En esta situación me encuentro, Señor amigo. Una realidad muy actual en nuestros días. Con frecuencia me viene a mi memoria y a mi corazón de joven, harta de trabajar, tus palabras: El Señor es mi pastor". De noche, cuando me voy al descanso, no estoy tranquila. El estrés aparece en mi cuerpo y en mi alma. Ni siquiera puedo dormir bien y a gusto. Me asaltan pesadillas de bancos y de almacenes. Las facturas me martirizan. Tus palabras, sin embargo, me están rondando la cabeza. La paz que me dan, logran que la ansiedad se esfume de mí. Hablo de vez en cuando con mi futuro marido. El me ve mal: en mi aspecto físico, en mis nervios que saltan a la primera. Le digo que vivamos al día. Vivamos cada instante con la transparencia de tu palabra. También él, a base de tantos esfuerzos, comienza ya a notar en su vida complejos de que no va a estar todo preparado para el día señalado de la boda. Tu eres mi Pastor. Yo soy tu criatura amada, aquella que siempre conociste admirando a las ovejas paciendo en la pradera; aquella que se extasiaba mirando los cielos y las nubes, las sombras y la arboleda. Aquellas ovejas iban cada día a sus pastos. No tenían más preocupación que mirar a su pastor, al perro, al abrevadero y la sombra infinita de las encinas. ¿Sabes una cosa? Mira, Señor, en esta sociedad consumista se ha perdido el sentido de la providencia. Todo tiene que estar en bancos, en cartillas de ahorros… Nada se deja a la improvisación y a la actuación de tu providencia. Nada o casi nada. Sólo tus hijos auténticos se fían de tu providencia. Me encuentro algo desdichada. Todavía no ha llegado el día de mi matrimonio. De seguir así, creo que voy a llegar a él – si llego – enferma y agotada. Me lo estoy pensando en serio. La vida que me aguarda hasta los cuarenta años no es nada halagüeña. Prefiero que sea la fuerza de tu Espíritu la que guíe mis pasos por sendas de auténtica vida. Mi amigo, sin embargo, no presta atención a mis quejas. El va a lo suyo: a figurar y aparentar. Los dos grandes ejes sobre los cuales gira gran parte del mundo actual. …Y he aquí, Señor, que esta noche, me he despertado sobresaltada, acobardada e indecisa. Me dirijo a ti, como amigo del alma, para que me des alientos en esta lucha dura por romper con estos moldes inhumanos. … Pasados algunos días, le comuniqué a mi novio mi pensamiento sobre toda esta barahúnda de cosas. Se lo dije cara a cara y con seriedad : o cambiamos de modo de vida o no aguanto más. Se quedó de una pieza. No sabía qué contestarme. A los pocos días me dio la respuesta que esperaba:" Mira, tienes razón. He estado en el médico y me ha dicho que de continuar con este género de vida, el corazón me va a jugar una mala partida. He decidido cambiar de estado social de vida e irnos a un sitio sencillo. No nos hacen falta muchas cosas. Lo fundamental lo tenemos: el amor que nos profesamos. Y nuestro matrimonio durará por siempre. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Uno de los fundamentos que fallan en nuestra sociedad es la facilidad en romper lazos afectivos por falta de perseverancia en las relaciones de pareja. No se crece cada día. Se cae en la rutina y, de esta forma, vienen las separaciones y los divorcios. Son indicios de un amor inmaduro en la pareja. Cuando le oí hablar de esta manera, mi alma se llenaba de una luz serena. Tú eres mi pastor. Nunca me abandonas Gracias , Señor, por haberle cambiado el corazón a mi novio, y enhorabuena al doctor que le ha dicho esas palabras que le han convencido de lo esencial de la vida: vivir al día y en amor. Con cariño, Teresa, 23 años
15) Hola Jesús Me da , Señor, cierta vergüenza y reparo en hablarte de mí mismo. He leído las cartas de mis colegas jóvenes. Te confieso que me han gustado. En ellas se respira nuestro aire y ambiente interior. Normalmente, la gente tiene miedo o reparo en hablar de ti abiertamente. Se habla de chicas, de chicos, de deportes, de exámenes… De cosas fuera de nosotros mismos. Pocos son los seres humanos, con los que trato, que hablen de sus valores interiores. Hoy vengo feliz y contento a hablarte de mi inocencia y de mi sinceridad. Que te conste que no lo hago por vanidad o para pavonearme ante los otros – as. Ni mucho menos. Sencillamente escribo esta carta para que los lectores sepan que hay gente joven que lucha por ser, en medio de tanta dificultad, inocentes, transparentes, diáfanos y sinceros como las aguas del lago de alta montaña. Conozco mis fallos, mis faltas y mis limitaciones. Si no, sería un vanidoso y un estúpido. Pero tú bien sabes, Señor, que la inocencia la conservo como el mejor tesoro de mi vida. Inocencia equivale a ver todo como tú lo harías. Inocencia ante las personas bellas que pones ante mis ojos. Gozo viendo chicas guapas. No soy ningún anormal. Pero puede más en mí, a base de confianza en ti y de un combate diario, la virtud que encierra cada una de ellas que su mera apariencia externa. No soy un santo ante tu presencia. Lo sé. Pero, con mi corazón humilde y mi contacto diario contigo y con la gente, suelo salir airoso de todo envite. Amo inmensamente la vida. Me arrastra la bondad que veo reflejada en cada criatura tuya. Me gusta que la gente joven de mi edad tenga paz en su corazón. Es curioso que cuando hablo con ellos, los noto turbados por muchas cosas. Han querido llenar su corazón con droga, sexo sin consideración, alejamiento de valores éticos y morales y, al fin, muchos terminan siendo una piltrafa de personas. Siento pena por ellos. Quiero, en mi plena juventud, que la felicidad que me inunda nunca la pierda por cosas pasajeras. Me gusta "interior y exteriormente" sentirme bueno. Esta idea , Señor, me vino estando en Taizé. Al contemplar los rostros de aquellos hermanos, que se han consagrado a ti de por vida, me llamó mucho la atención su mirada clara. Son, para muchos jóvenes, espejos en los que se ve reflejada la alegría de su inocencia y el bello y, a veces, el mal entendido lenguaje de la libertad. Quiero terminar esta carta viviendo en este instante en que te escribo, las palabras de tu libro de los Salmos:" Camino en la inocencia; confiando en el Señor no me he desviado…tengo ante los ojos tu bondad, y camino en la verdad. Lavo en la inocencia mis manos… Camino en la integridad; sálvame, ten misericordia de mí". Te doy un abrazo sentido, Antonio, 19 años
16)Hola Jesús Querido Señor resucitado: Si tú no hubieras resucitado, no te escribiría esta carta. Esta mañana de tu Resurrección me he levantado más alegre que nunca. Es la fiesta por excelencia de tus creyentes. También la tuya, tu triunfo final, la meta que anhelabas desde que comenzaste a enseñar por los pueblos. Nadie te entendía cuando hablabas de tu muerte y de tu resurrección. Debes comprender que tu victoria sobrepasa los límites estrechos de nuestra inteligencia. Tus grandes verdades las recibimos en el corazón y las aceptamos en la inteligencia. Tus cosas son hechos de revelación. Solamente el corazón sencillo es capaz de recibir en su seno la revelación del Dios viviente, según decían las mujeres y Pedro al ver tu sepulcro totalmente vacío. En aquellos días posteriores a tu gran acontecimiento, los discípulos se van tristes a Emaús, desencantados de que su maestro hubiera muerto. Su marcha a este pueblo, distante unos 30 kilómetros de Jerusalén, es un camino lleno de tiniebla, contrariedad y desgracia. Todo se les ha venido abajo. Isaías había profetizado:" Yo soy el Señor…artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz"… Pensando estas palabras, a la luz de la resurrección, caemos en la cuenta de que Dios está con nosotros tanto en los momentos de luz como en los de las tinieblas. Incluso cuando nuestra vida no marcha bien, Jesús está a nuestro lado. Los discípulos no saben que tú eras el viajero que iba junto a ellos. Nosotros sí lo sabemos. Tú nunca abandonas a ninguno de aquellos a los que has llamado. "Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero estaban cegados y no podían reconocerlo". Me invade en este momento un sentimiento de gratitud enorme. ¿ Sabes por qué, amigo Jesús? No les echaste en cara su desencanto y desilusión. Como de incógnito te metes entre ellos y le preguntas lo que está pasando. Tú sabías que no habían captado los sucesos en toda su profundidad. Y es que la inteligencia es la que busca pero el que encuentra es el corazón. Y tú te quedas admirado de que lo que dicen de ti. Se queda en una simple descripción externa. Durante tu vida con ellos se quedaron en los milagros que hacías, pero sin llegar a captar la hondura de tu mensaje salvador. Habías sido para ellos como otros tantos mesías que aparecían en Palestina. Tan descontentos estaban que ni siquiera les vale el testimonio de las mujeres, ya que ellas tenían poco valor en el judaísmo y participaban poco en la vida religiosa, eran analfabetas y trabajaban en el campo. Te habían visto con mirada superficial y no con la mirada de la fe. Y tú, mi buen amigo Jesús, con una paciencia infinita, comienzas a hablarles desde Moisés, los Profetas, la Ley…Les dices claramente que el Siervo del que habla Isaías eres tú mismo. Tu explicación es tan evidente que te quedas con ellos al partir el pan. Fue entonces cuando abrieron sus ojos y te reconocieron. Ellos mismos toman conciencia cuando dicen: ¿ No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino explicándonos las Escrituras?" De este modo, cuando desapareces de su presencia, permaneces para siempre en su corazón. Desde ahora en adelante no eres un mesías cualquiera ni un simple modelo externo, sino la persona que da sentido a la vida de los discípulos de ayer, hoy y mañana. De aquel mesías poderoso que aguardaban, te conviertes en el verdadero Señor de la Vida. Los discípulos vuelven a Jerusalén, símbolo de la plenitud y del sentido. El encuentro de Jesús en la vida de sus discípulos provoca en ellos nuevas consecuencias. Una vez que hubieron experimentado a Jesús resucitado, dejaron el camino del desencanto y volvieron a recuperar la dirección auténtica de su vida. Es curioso que, al llegar a Jerusalén, no van al Templo ni a al muro, sino directamente al lugar en donde estaban reunidos los once con sus compañeros proclamando la resurrección de Jesús y sus apariciones. Es la Iglesia la que se reúne desde aquel momento en torno a la certeza del Señor resucitado. Desde aquel instante sólo les queda una preocupación: anunciar a los cuatro vientos la resurrección. Ya se reunirán siempre para compartir la Palabra de Dios y la Eucaristía. Señor, gracias por escucharme. He sido largo en esta carta. Pero comprenderás, que, como discípula y amiga tuya, me siento feliz con tu victoria de resucitado. Y gracias de nuevo porque todos resucitaremos un día para vivir contigo el reino que nos anunciaste con tu vida entre nosotros. Me siento dichosa por la novedad de tu mensaje de amor a la humanidad y por el gozo que nos has traído.¡ Enhorabuena! Estoy llamada a vivir las cosas de arriba transformando las de aquí abajo en la plenitud de mi sencillez. Con un aleluya, te doy un fuerte abrazo, Mercedes, 24 años
17)Hola Jesús ¿Qué tal andas? Me imagino que bien pero siempre preocupado por los hombres y los jóvenes en particular. Nos ha tocado vivir una época en la que nos cuesta "gustarte y " saborearte" como tú te mereces. Pero nos ocurren cosas graves. Muchos de mi edad estamos en paro. Deseamos trabajar para ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente. Y ya ves. No hay quien nos dé trabajo. Es una de las lacras de nuestro tiempo. La tecnología nos roba los puestos de trabajo. Ante estas circunstancias, como joven creyente, siento tus palabras del salmo como una dulce canción que vienen a refrescar y aquietar mi turbación:" Gustad y ved qué bueno es el Señor". Que te conste, Señor, que vengo a ti, no buscando un refugio, sino para encontrar sentido a mi paro. Tú bien sabes lo que me muevo para encontrarlo. Nadie me contrata. Recuerdo que tú ibas a las plazas para contratar a todo el mundo y le pagabas lo mismo. Tu justicia es distinta a la nuestra. Tu " gustad" ,me suena a una invitación personal. Tienes razón. No gusto las cosas tuyas con la profundidad que debiera. Me devora la urgencia de encontrar un puesto de trabajo. Esta inquietud no me deja vivir tranquilo. Todo esto, al fin y al cabo, está haciendo de mí un joven que no siente mucho tu presencia y no percibo como antes el don sagrado de tu experiencia en mi vida personal. Y, sin embargo, tus palabras me invitan a mí y a los de mi generación a que no reflexionemos tanto y tan negativamente y nos comamos tanto el coco , sino a que gustemos el don de tu influencia benéfica en nuestra vidas, pero sin descuidar nuestro deber. Hoy, más que otras veces, parte de mis colegas andan separados de ti. Se han apartado de tu órbita para encontrarla en otras cosas. Creo que , aunque no tenga mucho dinero y me asole la falta de trabajo, sigo unido a ti en todo momento. Gusto de tu bondad, de tu belleza y de tu verdad. Nadie me aparta de ti. Disfruto profundamente de tus realidades, convertidas en vida en la mía. No hay nada que me detenga ante lo que tú me ofreces. Muchas veces, tú lo sabes bien, a algunos del sector laboral, tú no les dices casi nada y tampoco tu misma Iglesia , a pesar de que haga mucho bien a los necesitados y escriba documentos preciosos sobre la dignidad del trabajo, la solidaridad y el derecho al mismo. Soy un afortunado, porque, aún sufriendo en mis carnes este problema que te comento en mi carta, continúo apegado a tu gozo íntimo. Para experimentar esta alegría no hace falta nada más que tú y yo. Sobre todo yo: abierto al gozo íntimo de tu presencia. Sé que en contacto contigo no me vengo abajo y espero ilusionadamente que mis planes de vida se cumplan cuando llegue el momento. Estas palabras les resultan a muchos de mi generación como raras y extrañas. Sin embargo, veo en ellas una sabiduría que no tiene límites. No se trata de razonar fríamente con nuestra cabeza la hora y el momento de nuestro contrato laboral, sino más bien de estar recibiendo en nuestra alma las emisiones de los frutos de tu Espíritu: bondad, amor, alegría , paz. Noto, Señor, que de este modo, no se turba mi conciencia como la de tantos amigos míos. Salen de casa. Recorren empresas y empresas y sólo hallan la respuesta "no " a sus llamadas insistentes de petición de trabajo. Espero que, cuando menos lo piense, alguien me llamará a trabajar en algún sitio. Y si no me sale trabajo, ya sabes que me iré con alguna ONG a otro país en donde pueda trabajar a fondo perdido y sentirme feliz. Comprendo, Señor, que mi carta anda entre la alegría que siento con tu presencia, tu gozo y mi mundo personal, agitado por la falta de trabajo. Pero no quiero cansarte más. Recibe las alegrías de este joven obrero, que, aunque pobre, está unido a ti. Gracias por escucharme. Te quiere, Federico, 18 años
18)Hola Jesús Esta mañana, apenas me he aseado, y, antes de partir para el estudio, he leído en tu Evangelio la parábola del publicano y del fariseo. Me he dado cuenta del contraste de personas existentes ayer y hoy. Por ellas no pasa el tiempo. En esta hora temprana me he preguntado por el sentido de tu parábola. Me doy cuenta de que el publicano es el prototipo de la persona humilde que sabe abrir su corazón a ti, Señor. El fariseo, por el contrario, es el prototipo de la persona orgullosa, incapaz de abrir su corazón a Dios. Cuando hablo a mi gente de la humildad piensan que los humildes son unos tontos porque se consideran como inferiores a los otros. Les digo que humilde es un ser realista, se ve tal como es. El orgulloso, sin embargo, no ve las cosas ni las personas en su hermosa realidad. Reconozco que todos los personajes más amados por ti son los pobres, los humildes, las viudas, los indefensos, los niños… Y todos ellos son prototipos de humildad, de capacidad de tener el corazón abierto ante tu presencia, Señor. Los otros, como el fariseo o el joven rico, son los que aparecen con el corazón duro y cerrado a tu influencia. Les basta su bienestar y su bolsillo lleno de dinero. Las personas humildes aparecen en tu Evangelio como las que viven tanto una actitud interior de perdón y misericordia como una actitud exterior manifestada en una opción por los pobres.¡ Menudo ejemplo el que nos ha dejado Madre Teresa de Calcuta! Quiero en mi carta explicar a mis amigos lo que es un fariseo, ya que tanto en tu tiempo como en el nuestro los hay a punta pala. Un fariseo es una persona que se cree limpia y correcta y que, gracias a su actitud, puede influir en el ánimo de Dios y convencerlo para que venga en seguida y acabe con el mal que corrompe la sociedad. Creían lograr esto mediante una cumplimiento estricto y escrupuloso de normas legales. Entre estas leyes sobresalen la observancia del sábado: no se podía ni andar, ni encender fuego…La ley de la pureza en los alimentos y en las relaciones con las personas y cosas : no se podía hablar con personas desconocidas, no se podía tocar la sangre, tenían que lavarse muchas veces al día y limpiar los utensilios que usaran. El pago escrupuloso de los diezmos en los artículos que mandaba la Ley: el diezmo de la hierbabuena y otras especias aromáticas. Además de todo esto, ayunaban los lunes y jueves. Esta observancia estricta los separaba de la gente normal y corriente. Su vida espiritual era fundamentalmente externa. Despreciaban a los demás y se creían superiores a todos. No se mojaban en nada comprometido contra la injusticia ni la opresión del pueblo. Eran y siguen siendo autosuficientes Los publicanos, por el contrario, eran considerados por los fariseos pecadores. Y desde esta realidad de pecadores, tomaban conciencia de la necesidad de ser perdonados por Dios. En el templo y fuera de él, el publicano se sentía pecador. Pide a Dios que le conceda lo único válido para cambiar su existencia, la misericordia divina. Como Zaqueo, necesitan abrir su corazón a Dios y que El intervenga. Jesús,¡ qué inteligente fuiste en tu respuesta!: El publicano volvió a su casa a bien con Dios y el fariseo no. Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido" Señor, ahora te comprendo mejor que nunca. Tú estás dispuesto a derramar tu ternura con nosotros con tal de que nos abramos a tu misericordia. Tú sales al encuentro de nuestra vida cuando celebramos tu Eucaristía y cuando abrimos el corazón a los pobres. Solamente así descubrimos tu presencia en nuestra vida. Señor, si hoy vinieras a este mundo dirías palabras duras contra los fariseos modernos, cerrados a ti y a los pobres, autosuficientes y orgullosos. Se creen los dueños del mundo. Perdona, Señor, si mi carta ha sido larga. Tenía ganas de desahogarme contigo y de que supieras que, como publicano, marcho lo mejor posible por el sendero difícil pero atrayente de tu Evangelio. Buenos días, y gracias. Un abrazo de Cristina, 16 años
19)Hello Jesús He seguido, Señor, esta mañana meditando otras páginas en el Evangelio de Lucas. Este evangelista me gusta mucho porque no trata tu muerte con detalles de sufrimiento. Cierto que los tuviste. Pero con esa certeza en la paternidad del Padre, Jesús eres el mártir que muestras una fuerza anímica y una bondad capaces de transformar incluso a tus verdugos y a quienes los condenan. Tuviste el amor brotando de tu corazón hasta el último instante. Prometes al débil del buen ladrón el Paraíso. Hay en tu vida un bello puente: en una orilla está el primer milagro y en la otra tu misericordia con el buen ladrón. Y entre una y otra te sientes envuelto por la bondad de Dios Padre. El buen ladrón te entendió y se dirigió a ti con una plegaria amasada de confianza, gratuidad y sufrimiento. Tu plegaria al Padre es un acto de total confianza: " Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". En este año que nos queda para comenzar el tercer milenio, el Papa ha puesto como preparación para este evento, la figura del Padre Dios. Nuestra vida, como la de Jesús, es la historia de saber que estamos en manos de Dios Padre. El drama interior de Jesús crucificado está perfectamente reflejado en el Salmo 31: A ti, Señor, me acojo…yo confío en ti, Señor…en tus manos están mis azares". En el padecimiento de Cristo se cumplen las expectativas de este Salmo. Jesús es el modelo de justo condenado que deposita su vida en las manos del Padre. El mismo ladrón se lo dice:" Verdaderamente este hombre era justo". La muerte de Jesús es la síntesis de lo que ha sido su vida: un esfuerzo por sembrar la misericordia para suscitar el seguimiento.
La fe debe abarcar todos los entresijos de nuestra existencia humana. Ante Jesús sólo cabe la aceptación plena o el rechazo. De los dos ladrones, uno acepta a Jesús y otro lo rechaza. Este segundo lo insulta: "¿ No eres tú el Mesías? pues sálvate a ti y a nosotros". Piensa sólo en sí mismo, no en el pueblo. Es una persona incapaz de ver sus faltas y sus fallos. Por eso no le pide perdón a Jesús. No había captado el mensaje del Señor, pensado expresamente para cuantos sufren, están oprimidos. Sigue habiendo muchos malos ladrones en esta sociedad. El buen ladrón reconoce que sufre en la cruz por sus propias culpas. Es realista. Asume su propia responsabilidad. Por eso aparece en su buen corazón la posibilidad de comprender a los demás como son y de ver a Jesús y a su Padre como son verdaderamente. Tiene la valentía de proclamar ante todos:" Este no ha hecho nada malo." Esta es la auténtica realidad de Cristo. Lo había oído de Pilato por tres veces: "Este es inocente". La condena de Jesús sucede- como a tantos creyentes de hoy en diversos lugares – porque denunció a todos los que hacían el mal desde el poder. Estos no lo aceptan y , como castigo, lo envían a la cruz. Y no se daban cuenta de que el Señor moría para salvar a toda la humanidad.
El buen ladrón, en contra de quienes creen en mitos, es una persona profundamente inmersa en la Biblia, la historia de la salvación humana. El culto del buen ladrón como el de todos los creyentes de hoy y de siempre, es un culto de acción de gracias por sentirse liberado por Dios Padre y destinado al Paraíso. Para llegar a él no queda más remedio que pasar por el sufrimiento. El joven rico pedía a Jesús la vida eterna pero sin pasar por la cruz. Por eso, en Jesús crucificado sufren todos los hombres que a lo largo de la Historia han padecido. Una señal clara de esta salvación universal es la ruptura de la cortina del Templo, que separaba lo profano de lo sagrado. Cristo ha liberado toda realidad humana y ha comenzado el reino de Dios para todos Señor, me doy perfecta cuenta, a raíz de pensar y meditar en el buen ladrón, de que eres tú quien me ama primero. Por eso mi oración de este día tiene el matiz del agradecimiento. Oración de gratitud que nace del sufrimiento, de tu gratuidad y de la confianza total en ti. Mi plegaria de hoy me enseña que la oración no es una evasión sino que me conduce a vivir con mayor intensidad el mensaje evangélico: el deseo de estar con Jesús en el Paraíso. Noto, amigo Jesús, que mi amistad contigo se va labrando con el diálogo personal, manifestado en la oración sentida y amada en cada momento de mi vida. Gracias, una vez más, porque tu Palabra me da alas para volar por encima de mediocridades y fortifica mi personalidad joven. Con el cariño de siempre, Arturo 17 años
20) Hello Jesús Te escribo esta carta para contarte mis ansias de vivir. Noto en mi juventud que tengo energías enormes para desplegarlas en favor del Evangelio y de la gente que me rodea. La vida, dada por ti en colaboración con mis padres, es la quintaesencia de tus dones otorgados al ser humano. La vida no es un motor que se ponga en marcha a lo loco. Es algo distinto. Es la señal de tu bendición y de tu gloria manifestada en mis sonrisas, en mis anhelos de perfección, en el eterno palpitar de mi corazón derramando bondad a todo el mundo. Me encanta vivir la vida. En todo cuanto hago, Señor, noto tu presencia invisible. En mis momentos de amistad con mi pandillla, en mis conversaciones con mis padres, en mis pensamientos y en mis sentimientos percibo tu luz bienhechora. Hay gente, Señor, que por egoísmo, mata a los inocentes niños o niñas en el vientre o al nacer. Les estorban. Es más cómodo tener un coche nuevo o lavadora que un niño. Ellos y ellas quieren vivir desde que son concebidos. Pero la ingratitud y maldad de los padres les cortan las alas y todo el venturoso futuro que tienen por delante. Me horroriza que sus fetos se empleen para hacer cosméticos para el rostro de las mujeres.
¿ Con qué derecho quitan los padres la vida a sus hijos? El autor de la vida y de la muerte eres solamente tú. Eres tú la fuente de la vida. Lo dice el Salmo: " En ti está la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz". Me he dado cuenta en mi vida joven que, cuando estoy cerca de ti, me siento pletórica. Irradio y contagio de vida a los que se me acercan. Se quedan prendados de mi vitalidad y de mi coraje. ¿ De dónde te viene tanta energía?, me suelen preguntar. Y les contesto así : la frescura y el torrente de vida que me inunda me viene del Señor. Intento, dentro de mis limitaciones humanas, que tu torrente de vida espiritual, pase por mis venas y por todo mi cuerpo para que tus aguas limpias purifiquen mi cuerpo joven. Si todos percibiéramos que tu vida y también tu luz son los faros que nos hacen caminar luminosos en medio de las tinieblas, incertidumbres, desgarros afectivos y otros males, entonces la vida cambiaría de sentido. Todos los jóvenes, junto con los niños y los mayores, formaríamos una sinfonía humana y celeste en cuyas notas vibrantes dominaría el estribillo "En tu luz vemos la luz".
Entonces seríamos unos para los otros luz, puntos de referencia para vivir una vida elegante y en sintonía con tu Evangelio, con tu punto de vista. Cuando lo viéramos todo bajo tu propio ángulo, las cosas y la humanidad caminarían de otra forma. Siento pena , Señor, por los seres humanos que no ven tu luz por el atropello de sus padres, por el hambre que azota alguna parte del universo y por la guerra injusta entre los poderosos para obtener ganancias a costa de la vida de niños, mujeres y hombres. Hace falta mucha luz a las puertas del tercer milenio. Sin ella todo son divagaciones, asuntos de bolsa, sube y baja del dinero, acritudes políticas y desuniones entre los hombres. Ya sabes que no me quejo del mundo en el que vivo. Con tu luz y tu fuente de vida, intento cambiarlo. Cuesta mucho. Sé que soy una gota de agua en medio del océano de los hombres. Pero también sé que si mejoro mi vida y la del que me circunda, estoy sembrando haces de luz a mi derredor. Mientras la humanidad no recobre la hermosura y exigencia de tu fe, luz y manantial de vida andará a la deriva. Y quitará de en medio a todo el que le estorbe en sus ansias de comodidad: desde la muerte al niño inocente con el aborto hasta el anciano que, habiendo dado toda su vida por el hogar y la patria, ahora- al final de su vida – se ve postergado y abandonado en las residencias, o de mendigos por las solitarias calles y puentes de la lujosa ciudad nocturna o diurna.
Gracias, Señor, porque , aunque sea joven, percibo estas realidades, y quiero dedicar mi vida en remediarlas con tu luz y tu fuente de gozo y de vida. ¡ Ah, cuenta conmigo, cuenta con mi bello cuerpo de joven para, cuando me llegue la hora, sea el sagrario en el que vivan nuevos seres humanos, hechos a tu imagen y semejanza! ¡ Fuera el crimen del aborto! Un crimen en el que el niño no puede defenderse de por causa del egoísmo de sus padres es injusto e inhumano. ¿ Te gustaría que te hubieran matado a ti?… Te quiere un montón, Jennifer 18 años
21)Hello Jesús Hoy estoy preparado para escuchar el sermón que pronunciaste en la sinagoga ante los tuyos. A veces los sermones de los curas me cansan. Muchas veces repiten lo mismo del Evangelio. No se mojan. Transmiten intelectualmente conceptos. Raramente manifiestan su experiencia personal de ti. Esta mañana, siguiendo con Lucas, quiero escuchar tu estilo de sermón. Dijiste así: "Hoy , en vuestra presencia, se ha cumplido este pasaje". Dicho de otra manera: " Todo lo que habéis oído proclamar en el Antiguo Testamento, ha llegado hoy a su plenitud en mi persona". Este "hoy" me recuerda que tú lees siempre la Escritura en dimensión de presente, y de esta manera la actualizas en tu propia persona. Yo, Señor, no puedo leer tu Palabra como si se tratase de algo del pasado. Al leerla debo intentar descubrir lo que me quiere decir hoy en esta situación concreta de mi vida joven. Tú lo dijiste claramente ante un pueblo amante del Antiguo Testamento. En ti se cumple todo cuanto decía de ti el profeta Isaías. Te presentas como el verdadero Mesías y el Liberador. Pero no como esperaban los judíos. En la sinagoga de Cafarnaún presentas tu proyecto de vida y el de los creyentes que te sigan. Tu proyecto es muy claro: te sientes lleno del Espíritu del Señor, y te lanzas a proclamar la misericordia y la liberación de Dios. Cristiano es aquel que, lleno del Espíritu del Señor, proclama en su entorno, tanto de palabra como de obra, tu liberación, Jesús. ¿ No será que no estamos llenos de tu Espíritu y por eso nos aburre algo todo lo que huela a religioso? Veo que no te limitas a anunciar en Nazaret un plan de vida teórico. Te comprometes con tu propia vida en aquel proyecto. Vives en tu propia carne la narración del profeta Isaías. Tú serás el Mesías humilde que, desde la humildad y la entrega, traerás la salvación a todos. Tú serás el Salvador, que aparecerás a los ojos de los hombres como un fracasado en la cruz, pero a través de la entrega de tu vida nos darás la auténtica Vida: la Vida Nueva que brota el Domingo de Pascua. El cristiano es aquel que no sólo habla, sino que compromete su vida en aquellas cosas que predica. Aquel que, desde la experiencia de la vida compartida, la humildad y el servicio, transmite la Vida Nueva de Jesús. Este sermón me ha gustado mucho. Me he sentido interpelado para actuar y para tener más experiencia de ti. Esa es la palabra: experiencia. Estoy harto de escuchar palabras y palabras; de leer y de leer…pero no he sentido tu experiencia transformadora en mi vida. Y lo siento de verdad. Algo raro ocurre en la predicación y en el anuncio de tu Evangelio. La gente cumple contigo pero tu palabra no llega a cambiar sus actitudes ni su duro corazón. Muchos otros sí se mojan. Tienes que hacer un " transplante de corazón" en muchos jóvenes y adultos. Te conocemos de memorieta pero no vivimos de ti. Esa es la cuestión. Por eso la vida cristiana está intelectualizada y se vive por alguna gente a niveles de grandes acontecimientos familiares: bodas, funerales, sobre todo estos últimos. Pero la metralla de amor de tu Palabra no llega a cambiar su forma de hablar bien de los otros, pensar bien de ellos y hacerles el bien. Gracias, Señor, por expresarte tan claro cuando hablaste y sigues haciéndolo de mil maneras en nuestros días. Te agradezco tu palabra salvadora, Juan, 17 años
22)¡Hola Jesús! Hoy te voy a hablar en mi carta de mi ciudad. No me gusta mucho a pesar de eso que dicen que cada uno ama mucho a su terruño. A mi me gusta ser universal, ecuménica. Todo lo bello que exista en cualquier parte me llama la atención. Tus obras y las humanas, reflejo de las tuyas, están esparcidas por todas partes del universo. Mi ciudad la encuentro habitada por tres palabras: violencia, sexo y sangre. Los medios de comunicación social la tienen invadida por estas tres realidades que, de ninguna manera, la engrandecen ni la hacen más habitable. Tú fuiste a Jerusalén, la ciudad por excelencia de toda la Biblia, y encontraste en ella hipocresía, marginación y muchos males. Ya ves que no hay nada nuevo en mi carta. Pero quiero desahogarme esta mañana contigo a raíz de que estoy meditando el Salmo 54: "Veo en la ciudad violencia y discordia; día y noche hacen la ronda sobre sus murallas; en su recinto, crimen e injusticia; dentro de ella, calamidades; no se apartan de su plaza la crueldad y el engaño". La violencia salta en las discusiones de la gente; hay peleas en las calles; luchas entre jóvenes que toman materialmente unas calles para divertirse a base de alcohol, bailes ruidosos y algunos con la droga y erotismo poco enriquecedor y hasta sexo programado como un rito en estos lugares. Hay, de vez en cuando , algaradas, manifestaciones, sirenas de la policía con sus coches para poner orden. Se queman coches, casas, se roba para tener dinero y emplearlo para la droga. La gente grita que no hay seguridad. Los niños pequeños sufren en su sueño de ángeles los disparos o el ruido de la motos corriendo a toda pastilla. Si dejas las calles intransitables y de adentras en el cine, hay muchas películas que exaltan la violencia. Se mata como un placer demoníaco. La agresividad aflora en cualquier plano, escena o secuencia de la película. La pornografía, en la sala X, brinda un sentido de la relación humana ausente de amor. Es pura animalidad, pero sofisticada y elevada al mayor grado de perversión y degradación. Hay gente enferma, obsesa y no se da ni cuenta. Todo es normal en mi ciudad. Para algunos no hay referencias morales, éticas y religiosas. Manda lo que pida el cuerpo. Todas sus apetencias son buenas. Hay, menos mal, otras películas,- escasas – que ofrecen temas humanos tratados con una técnica y un arte dignos de todo encomio. Pero son raras en medio de la floresta de pantallas existentes en mi ciudad. La violencia engendra más violencia. Y hay espectadores que buscan calmar la agresividad que llevan dentro con este cine. Es para ellos una catarsis. Necesitan impactos fuertes, terroríficos. Ese es el aspecto negativo de mi ciudad, aunque tristemente muy real. Dentro y fuera de ella habitan y viven también gente buena. Hay preciosos monumentos, jardines amplios para respirar el aire menos contaminado e iglesias a las que acude bastante gente para serenarse con la paz interior que tú, Señor amigo, les das. Veo que abren sus puertas muy temprano para que tus creyentes puedan visitarte antes del comienzo de la jornada de trabajo. Los veo concentrados ante tu altar o bien recibiendo tu Cuerpo y tu Sangre, alimento que les fortifica en la lucha diaria en mi ciudad. Hay jóvenes que hacen su plegaria matutina y vespertina sin llamar la atención. Muchos de ellos se han apartado de tu iglesia- institución, pero en sus corazones te siguen orando con amor y con el compromiso de mejorar su hábitat. Mi ciudad me encanta, por qué no, cuando cambian las estaciones. La melancolía del otoño dorado da paso al invierno frío, a la primavera florida y al estío reseco por el sol.
Y dentro de la ciudad, Señor, está mi casa, abierta a tu influjo y a la acogida de amistades que vienen a vernos. Es el lugar en donde reina el amor flotando por las paredes; la relación íntima entre padres e hijos. Incluso, en uno de esos días en que me sentí muy cercano de ti, le dije a mis padres que pusiéramos tu cruz y la imagen de tu madre para rezar cada mañana y cada noche antes de empezar el día y al acabarlo. Son los momentos mejores del día. Leemos una página de tu Evangelio, lo comentamos cordialmente y, tras unos minutos, nos besamos y nos vamos al descanso. Así, al despertar el día ya pienso en ti como mi amigo liberador. Sé que durante este nuevo día tengo que luchar contra la violencia con las armas de mi atención y de mi cariño. Ya ves, Señor, que no es muy habitable mi ciudad. Me gustaría formar un pequeño o gran ejército joven para anunciar a todos la felicidad de quienes siembran paz, amor y alegría en lugar de violencia, sangre y sexo barato degradante. Gracias, Señor." Te encomiendo esta mañana mis afanes para que tú les des consistencia en mi ciudad". Un abrazo fuerte de Loli, 16 años
23)Hola Jesús Sería una ingrata si no te hablara este día de tu madre la Virgen María. Educada en Salesianos desde mi más tierna infancia, aquella comunidad educativa me enseño a amar profunda y cariñosamente a tu madre. Les doy las gracias porque ella, ahora en mi juventud, me está ayudando un montón. La Virgen es el mejor ejemplo de quien ha sabido encarnar y vivir tu proyecto. Está "llena de gracia". En su vientre virginal te engendró a ti, liberación de Dios entre nosotros. Ella, como primera creyente, ha recorrido el camino cristiano y ha experimentado en plenitud las maravillas de Dios. Leo libros de espiritualidad. Noto que la teología cristiana nos enseña que María fue concebida sin pecado original. En esa concepción recibió el perdón y la curación del Dios de la misericordia. Ella misma, a los pies de la cruz, se encontró con el rostro de los pobres, reflejado en el cuerpo de su hijo, que padecía en el patíbulo como un condenado que hubiera hecho mucho mal. La veo también hoy , Señor, orando con los discípulos en el cenáculo, experimentando la certeza de tu nueva vida y de la nuestra. María es el modelo de la vida del creyente porque ha sabido contemplar su vida con los ojos del corazón, con los ojos de Dios: la humildad y la plegaria. Sólo con esos dos ojos del alma, bien abiertos, puede el cristiano de mis días detectar la presencia salvadora de Dios en todos los acontecimientos de su vida.
La Virgen, a la edad que tengo yo, recibe la llamada del ángel:" Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Ella, en su soledad, experimenta la certeza de la bondad de Dios: " para Dios nada hay imposible". Y, en lugar de poner dificultades a esta llamada, responde con generosidad depositando en Dios toda su confianza :" hágase en mí tu voluntad". María, cuando le hablo a mis colegas de tu vida, unos me escuchan. Otros " pasan" de mí. Comprendo que la vida cristiana es siempre una respuesta a la voz de Dios que nos llama primero. Se opta por tu hijo porque uno toma conciencia de que él nos ama primero. En tu proceso vocacional, María, tuviste el coraje de ponerte en manos de Dios. El está contigo. El te ha amado primero. Cierto que sentiste turbación. Pero pronto el ángel te dijo:" No temas, María". Me encanta que te llamara por tu nombre. Esto significa que Dios nos conoce personalmente. No somos un número ni una etiqueta comercial en su corazón de Padre. ¿ Qué le ha ocurrido a María? Por medio del ángel ha aprendido que Dios la conoce y confía en ella. Por eso, confiada, escucha el proyecto que Dios ha pensado para ella:" Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús"…Cuando Dios nos llama lo hace desde el conocimiento personal de cada uno y nos infunde confianza. Naturalmente, Señor, que si nos llamas no es para una tontada o simpleza. Nos llamas a seguir tu Evangelio y esto es difícil. Dispones ante nuestra mirada el desafío de emprender el mismo camino de Jesús. María pudo dejarse llevar por la turbación y la gran sorpresa. Pero se dio cuenta de que el encuentro con Dios es siempre un momento de misterio. Es la experiencia de entrar en un ámbito nuevo…Cuando percibimos la llamada de Dios nos sobrecoge el misterio. Es entonces cuando uno capta sus propios límites, sus insuficiencias…pero para Dios nada hay imposible. Los proyectos de Dios no salen adelante por nuestra fuerza y nuestras cualidades, sino que triunfan por la misma fuerza de Dios. Con la ayuda de Dios, la respuesta de María es transparente:" hágase en mí según tu palabra". María se pone en manos de Dios para que su palabra la transforme. ¿ Qué es la vida cristiana?, me preguntó un día mi amigo. Y le contesté así: La vida cristiana es el camino que se recorre en pos de los pasos de Cristo. Pero también es la serena certeza de experimentar la constante transformación que la Palabra de Dios, calladamente, va obrando en nosotros. Cristiano es aquel cuya vida ha sido forjada por la Palabra de Dios. El Señor, con los cinceles de su Palabra, va puliendo nuestra vida para que seamos imagen viva de Jesús. Voy a terminar esta carta ante la imagen de María Auxiliadora. Mi vocación alegre de creyente consiste en dejarme amar profundamente por el Señor. Dios me ama tal como soy, y, desde mis limitaciones, me hace una joven nueva mediante su Palabra. Solamente desde la certeza de sentirme amada por Dios, puedo engendrar a Jesús en el mundo que me ha tocado vivir, para liberar a quienes me rodean. Gracias, María. Te quiere mucho, María, 17 años
24)Hola Jesús Cuando la gente joven andamos un tanto despistados por esta sociedad de finales del siglo XX y a un año del año 2.000, necesitamos que alguien nos espolee de nuestra comodidad, de nuestro tedio, de nuestro pasotismo, y nos haga invitaciones fuertes para salir de este estado de vida aletargado. Esta mañana, sumido en la contemplación de tu Palabra, he leído despacio la invitación que haces a cada uno de nosotros a que no pasemos la vida en balde. Una vez más, sin animadversión a tu mensaje evangélico, he encontrado las palabras claves para mi existencia. Me han gustado mucho. Las haces imperativas, urgentes y resuenan en mí hoy como cañonazos para que levante mi vuelo de una vez para siempre. Me debato continuamente en un mar de dudas.¿ Dónde me querrá el Señor, mi amigo? Pregunta cuya respuesta supone la felicidad de mi vida o bien la desgracia más aburrida que me pueda imaginar. Me cuesta dar el sí. Todo son turbaciones. No hago nada más que mirar pros y contras. Así paso mis días. Y ya es hora de que me decida por algo o por alguien. Me invade esta mañana un sol de luz. Tus palabras "Venid y ved las obras de Dios" tienen hoy un eco especial en mi interior. Me aterra no tener experiencia de ti. Quisiera tocarte de cerca para saber que tus caminos me van a permitir andar corriendo como la alegre gacela por el prado de tu Evangelio. Por otra parte, me pregunto muchas veces lo mismo: Si no te metes a vivir esta experiencia, nunca sabrás cómo es. Por supuesto, pienso que tú nunca defraudas ni engañas a tu amigo el joven. Pero no sé ciertamente si podré ser tu testigo ante los chicos y chicas de mi generación. Esas palabras imperativas no se andan con remilgos. Así me gusta. Hoy necesitamos exigencias que nos despierten a nuevos mundos y a nuevas realidades. Me sucede muchas veces que soy muy tranquilón. Espero que todo me sea hecho y dado como en palmitas. Una pena de mis años vividos en la atonía del dejar pasar el tiempo sobre mi amada juventud. Siento en mis venas que tus palabras me invitan a que me mueva, busque, encuentre y me decida de una vez para siempre por algo que dé sentido a mi vida. Noto esta mañana que estas palabras me las diriges a mí en concreto, con mi nombre y apellidos. Pero pronto me asalta el miedo y busco mil excusas para no dar el paso a tus tres palabras insinuantes y alentadoras. Veo que tu llamada es insistente. Cada día hay miles de jóvenes que las perciben en dial de tu corazón. Y veo que te siguen sin mirar el futuro, ni el pasado. Sólo el presente. Cuando vi el otro día el reportaje de Madre Teresa de Calcuta, el comentarista decía que en este primer aniversario de su muerte, habían aumentado, en un 20%, las chicas entregadas al servicio de las criaturas más adorables de tu Evangelio: los pobres y abandonados por los ricos de esta sociedad. He observado en sus rostros jóvenes y bellos la paz interior que transmiten. Se han encontrado contigo y su vida ha cambiado para mejor. Y éste, Señor, es mi miedo permanente.
Me han entrado, sin embargo, esta mañana luminosa de sol las ganas de conocer a estas jóvenes de cerca. Lo he hecho. Una de ellas, morena y bella como una estrella, me ha dicho: Toda mi vida es pura paz, total confianza en el Señor. Sé que estoy viviendo su Evangelio radicalmente. Y siento que ,como mis amigas, podría ser una madre de familia. Pero he cambiado esa suerte y ahora , mira, soy madre joven de chicos y chicas a quienes nadie quiere. Me quieren a mí. Soy su madre de corazón y de espíritu. Yo, continuaba la joven consagrada, era como tú. Todo eran dificultades en casa . Pero , una vez que me enamoré de Cristo y he seguido sus palabras de " Venid y ved las obras de Dios", me siento plenamente feliz. Ahora, cuando he dado el paso, es cuando experimento sus maravillas en mí de una forma continuada. Los sacrificios, horribles para otros, son para mí el beso cariñoso de alguien que me necesita. En estos chicos y chicas, considerados como la piltrafa de los ricos, yo veo la presencia de Dios. Estas palabras me han conmovido las entrañas. Me siento ahora más seguro de mí mismo. Quiero verte, Señor, y dejarme de tantas dudas y de tantos interrogantes. Lanza sobre mi rostro tu luz para que nunca más piense en la decisión que tomo hoy ante tus palabras del Salmo 65. Tú dices: "Venid y ved" y, por fin, esta mañana te digo: "VOY. No quiero seguir siendo un "muermo" tranquilo ante tantas personas que me necesitan. Gracias , Jesús, por esta carta de luz sobre la inquietud de mi vida. Espero que con tu ayuda, todo sea para mí una entrega total a tu misión evangélica. Un abrazo muy fuerte, Ricardo, 20 años
25)Hola Jesús Te expongo en esta carta la alegría de mi juventud compartida, en casa, con mis padres y abuelos. Es precioso que se junten varias generaciones llenas de tu fe y con la misma ilusión en sus corazones, a pesar de las diferentes edades. Quiero manifestarte que desde siempre eres parte de mi vida. Te soy sincera. Otros jóvenes de mi edad dicen que se entienden directamente contigo. No quieren saber nada de todo aquello que sepa a organización o institución. La familia, como institución, la ven bien hasta que comienzan las discusiones y los enfrentamientos por causas del dinero, principalmente. Unos se separan para casarse. Otros huyen de casa porque no aguantan a sus " viejos". En contra de ellos- es bonito luchar a contracorriente- me siento feliz por la infancia que tuve al lado de mis padres y abuelos. Y ahora de joven sigues ocupando el centro de mi vida. Desde que era niña aprendí de manos de mis padres a amarte. Lo que se aprende niño nunca se olvida. Pero hay que cultivarse en tu reino evangélico. No se puede una descuidar. Apenas se te abandona, viene el desconcierto o el vivir tirando de mala forma de la aventura de la vida, el regalo mejor que tenemos en las manos. No sé por qué razón muchos amigos y amigas de mi edad te han aparcado en sus vidas. Parece que les da vergüenza confesar abiertamente que son creyentes y amigos tuyos. Parece que estamos en la era de la autosuficiencia. La nueva tecnología aparta a algunos de tu camino. Pienso que les hace falta la identificación de sus personas y de su fe. La increencia, muchas veces, es un tópico más que se ha introducido en nuestra sociedad de consumo. Cuando echo una mirada retrospectiva a mi vida, noto que tú has tomado parte en todas mis cosas. Creo que es bonito que mis compañeros y la gente, en general , sepa que existen buenas personas en el mundo que les rodea. Ya sabes que los medios de comunicación escritos y orales tan sólo anuncian y comunican desastres en la juventud, catástrofes en los adultos y malos tratos a los niños. Esto es lo raro. Pero como lo dicen estos potentes medios, muchos se creen que todo va fatal. No es verdad. Conservo mi espíritu joven. Esto es clave para vivir felizmente. Dentro de nosotros hay siempre un niño que no debemos ahogar. El nos permite mantenernos con la capacidad de asombro ante toda la naturaleza, ante el envejecimiento, los acontecimientos y ante ti, Señor amigo. A propósito de esto, deseo comunicarte hoy que tengo unos abuelos sensacionales. Los respeto y los amo mucho. Dan en casa ese aire de paz y de serenidad, propios de la vejez o de la tercera edad o de la vida ascendente como se llama hoy. Sus fuerzas físicas flaquean, su memoria del pasado es tan viva que me deja atónita. Olvidan fácilmente las cosas del momento presente. No las que vivieron en sus años de niñez y de juventud. Gracias a la juventud acumulada, no piensan en cosas raras. Todo lo ven con la naturalidad de su profunda fe , esperanza y caridad que animan su vida interior. Se sienten a gusto con sus hijos y nietos. Hay ,a veces, ciertas opiniones distintas. Es normal. Saben que muchos de su edad , no están ya a su lado. Es el tiempo de pensar en la cercanía del encuentro contigo. Pero de una forma serena y apacible. ¡ Qué placer me da verlos tan enteros ante todo lo que significa la vida y la muerte, su amiga que les da paso para estar contigo! Sé que me dicen que mi familia es ideal. No, les suelo decir que es una familia normal. Lo que nos ocurre es que vivimos anclados en valores permanentes. Estos no cambian nunca. Dios es tanto para jóvenes como para ancianos. Por eso, Señor, esta mañana hemos leído en casa todos juntos, tres generaciones, tu palabra reconfortante y alegre: " Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas; ahora, en la vejez y las canas, no me abandones, Dios mío". Pienso que si las familias fueran como la mía, la Humanidad marcharía por sendas de paz, comprensión, concordia y acogida. Este es el ideal vivo que late en tu Evangelio para siempre. Solamente nos cabe una cosa: vivirlo y no dejarnos llevar por corrientes y modas ajenas a la eterna verdad. Gracias, Señor, porque tú eres el verdadero artífice, el auténtico impulsor de familias que viven unidas y en amor sin que para ello sea obstáculo la diferencia de edades. En ti todo es siempre novedad y primavera perpetua. Con todo mi cariño, Adela 15 años
26)Hola Jesús Esta carta quiero que sea un aliento para tu vida. Muchas veces pienso en la cantidad de problemas que debes tener. Si no fueras Dios no tendrías tiempo para escuchar tantas peticiones que llegarán en cada instante a tu corazón de amigo de todos y de todas. Como imagino que la mayoría de las cosas que te llegan son la miseria, el desorden, la enfermedad, el hambre, la guerra…yo quiero hoy comunicarte el optimismo que reina en mi alma. Te escribo esta carta oyendo música al mismo tiempo. Mi generación vive de la música en casa, estudiando y en los conciertos. Lástima, sin embargo, que para algunos supone un corte en la comunicación y en el diálogo con la gente que va a su lado por la calle, el tren, el coche, el autobús o el avión. No hay que pasarse. Mi música de fondo es tan suave que me ayuda a concentrarme en lo que te voy a decir. Quisiera, Señor, que un día todo el universo fuera un concierto dirigido por la mano de jóvenes que te tienen presente cuando tocan los laúdes, las guitarras y las baterías dentro de una iluminación que deja sorprendidos a todos y hasta alucinados. Quisiera, te lo digo de corazón, que todos los instrumentos musicales en armonía con los corazones entonaran una gran melodía o tema, en el que se cantara a tu amistad y a tu obra callada en cada uno de nosotros. Quisiera que la música fuera tan armónica y la letra tan profunda que los chicos y las chicas de todo el mundo la entendieran en su intimidad, en su vida interior. De tal forma, que en todos florecieran flores de afecto, perfumes agradables y un amor universal que nos transformara a todos. Me siento tan optimista que soy consciente de que soy un soñador. Todo creyente que tiene esperanza sueña siempre en la felicidad que nos traes en cada instante. Pero tu música es tan suave y susurrante que debemos tener el oído del alma bien fino para percibirla y gustarla. Quisiera que la letra de este concierto universal fueran tus palabras: " Es bueno dar gracias al Señor y tañer para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, con arpas de diez cuerdas y laúdes sobre aspergios de cítaras: porque tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. ¿ Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!". Señor, gracias, porque hoy siento en lo más profundo de mi alma joven la música de tu felicidad. Gracias por escucharme. Ahora, una vez que me he desahogado contigo, me siento pletórico de tu ternura y de tu misericordia. Ha sido una carta breve. Imagino que te habrá gustado. Espero tu respuesta. Un abrazo fuerte de Carlos, 16 años
27)Hola Jesús Soy una amiga tuya que trabaja en los medios de comunicación social audiovisuales. Desde que comencé mi trabajo, uno de mis objetivos principales está siendo la contribución en la formación de una conciencia personal y, desde ésta, en el sueño de hacernos todos " ciudadanos del mundo". Esta tendencia universalista, como dice Carlos en su carta anterior referente a la música, es fácil de llevarla a cabo mediante la televisión o la radio. Los satélites nos permiten ,hoy, ver el universo como una " aldea global". Hoy todo atañe a todos. Hay que implicarse en el desarrollo progresivo del mundo. Y dentro de él, cultivar al ser por excelencia, la persona humana. Gracias a estos medios, el hombre tiene entrada cada día de lo que le pasa a su hermano en cualquier rincón del universo. El presente está a la orden del día en los medios. Es su primer y principal eslogan: servir la noticia humana al instante. A veces, Señor, cuando estoy ante las cámaras o el micrófono pienso en ti o en san Pablo. ¿ Qué uso hubiérais hecho de estos poderosos inventos? Hubieran sido los areópagos o los púlpitos ( hoy sustituidos por micrófonos en las iglesias) desde los cuales difundiríais el mensaje evangélico a todas partes. Aunque haya medios propios de tu Iglesia, no son suficientes para desarrollar y aumentar la sensibilidad. Esta le permite al hombre captar mucho mejor las dimensiones del universo en toda su belleza y en su infinita bondad.Yo no me siento arrinconada en mi estudio. Por el contrario, percibo que mi palabra, mi música y mi pensamiento llega a miles y miles de personas simultáneamente. Los medios de comunicación deberían ser los portadores de la verdad, la belleza y la bondad para el ser humano de no importa qué pueblo, qué cultura y qué religión. Las imágenes audiovisuales dignas despiertan hondas resonancias humanas. Por ejemplo, he notado la profunda admiración de todo el mundo en la muerte de Madre Teresa de Calcuta. ¿ Quién no se ha emocionado ante la labor y entrega que hizo de su vida a los pobres del universo? Todos los seres humanos han llorado su desaparición de entre nosotros. Fue la gran lección positiva que dieron los medios en ese día como ha ocurrido hace pocos días con su primer aniversario. Todos, empezando por mí, Señor, nos sentimos "mejores" viviendo al instante la necesidad, la alegría, o la pena del hermano sea de donde sea. Hoy, cuando ocurre una desgracia, las organizaciones cristianas principalmente, sin excluir las políticas y estatales, ponen en pie una serie de estrategias conducentes a la ayuda inmediata de quienes han sufrido una catástrofe natural o una guerra, siempre injusta a todas luces. Tu Iglesia, Señor, en este terreno avanza y está a la vanguardia. Desde Radio Vaticana llegan cada día a todas partes mensajes evangélicos y noticias positivas que contribuyen al desarrollo, no simplemente material, sino también del espiritual de la persona humana. Tu Vicario en la tierra, el Papa, puede recorrer el mundo entero para visitar a los creyentes. Lo que tú hiciste andando por Palestina durante tres años, hoy se hace en pocas horas. Tú sabes el consuelo que aporta a los pueblos con su palabra evangélica y las orientaciones sociales, políticas y religiosas que su palabra da a cada ser humano de buena voluntad. Como a ti, Señor, también a él le critican algunos fariseos de hoy. Dicen que tiene dinero, que vaya viajazos que se da…¿ No los hacen otros jefes de Estado para relaciones políticas y económicas? Los creyentes tenemos la alegría de que los mismos periodistas y agencias les paguen el viaje para que acuda a sembrar tu palabra divina a quienes la acepten de buen grado. Y, desde luego, hace estos viajes, no movido por intereses turísticos, sino guiado siempre por la fe Te doy las gracias, Señor, porque en el medio en que trabajo, no ponen demasiados obstáculos a la difusión diaria del humanismo cristiano e incluso de programas estrictamente religiosos. Noto, eso sí, que cada día, como dice el Concilio Vaticano II, hacen falta más comunicadores cristianos en esta sociedad secularizada. Tengo en cuenta tus palabras al final de tu vida:" Id y proclamar mi evangelio por toda la faz de la tierra". Buenos días, Señor , y gracias por todo. Te quiere mucho, Rosa, 24 años
28)Hola Jesús Mi amiga y compañera en el trabajo de los medios de comunicación te ha presentado su parte positiva. Esto es lo que vale de verdad y para lo que la inteligencia humana los inventó. Pero tú bien conoces que la mano del hombre puede emplearlos para destruir o para orientar las conciencias por el lado negativo. Son instrumentos en los que hay varios peligros. Me da pena que se distorsione la finalidad para la que fueron creados. Se corre el riesgo de que su amplitud se reduzca únicamente al ámbito de la casa, o a que sean una simple enumeración de datos, o que el hombre caiga en la pasividad y no se sienta inquietado por lo que pasa fuera de las ventanas de su sala de estar. A este equipo de redacción llegan cada día miles de noticias de todo el mundo. Como no tenga uno cuidado, te habitúas a la rutina y a vivir miserablemente en plena riqueza informativa. La persona moderna que no se cultiva y estudia el lenguaje de estos medios para poder descifrarlos, corre el peligro de darle a todo la misma importancia. Todo se transmite con la misma importancia. Tras las muertes hambrunas de Sudán vienen con la misma correlación de tiempo e importancia una noticia de fútbol, el tiempo o la muerte de un ser humano en una sangrienta refriega terrorista
Otra idea que puede hacer daño a los consumidores de los medios es la pérdida de su propia identidad. Tanta acumulación de información hace que el receptor no la digiera. Esta invasión medial logra que se sepan muchas cosas y al mismo tiempo que el hombre se sienta turbado en su propio interior. Hay mucha gente llamada " fagocitadores del presente", en cuanto que los medios aluden siempre a noticias e informaciones de la actualidad. De esta manera, la persona, sin darse cuenta, va olvidando su pasado y hasta sus raíces. Unicamente vale el disfrute del momento presente. Lo demás hay que mandarlo al olvido. A ello contribuye también la pérdida acelerada de la sensibilidad del consumidor medial. Las series televisivas, los programas radiofónicos se han dado cuenta de que el morbo y el escándalo tienen mayor incidencia en los espectadores que las noticias buenas. Y lo hacen sin escrúpulos. Razón: la publicidad aumenta y con ella la entrada de mucho dinero al medio de comunicación. La programación de algunas cadenas de TV son ejemplos vivos de esta tendencia. Cada día y a la misma hora ponen programas en los que aparecen las personas con problemas matrimoniales, personales, sociales religiosos… Nunca o raramente aparecen personas normales que, por otra parte, es lo que más abunda en la sociedad. Estos programas, como sus mismos presentadores, llegan a mitificarse. Así, lentamente, se ha llegado a la formulación de una persona que ama mucho más la imagen que el razonamiento; a una persona que se goza en la parte sensitiva de su ser más que en la parte racional; a una persona eminentemente intuitiva y poco habituada a mantener una conversación o estudio razonado; a una persona llena de conocimientos informatizados y poco o nada comunicados; a una persona que fracasa e los estudios. Estos requieren el empleo del raciocinio, que, en los medios no aparece. Al contrario buscan el impacto en la parte del cerebro en donde residen las sensaciones. Al perder el equilibrio, es normal que fracase en las materias científicas.
Ante este nuevo tipo de hombre tecnológico y de una cultura tecnológica, definida como la "civilización del consumo, ocio y espectáculo", hace falta, Señor, formar al hombre para que tenga el poder de la crítica y seas tú y tu Evangelio los referentes de todo cuanto ven o escuchan. Sí, de verdad. Tu Iglesia y la mía "reconoce como don de Dios y de la inteligencia humana el conjunto de los medios de comunicación social en cuanto tal, puesto que se inscribe en el progreso del desarrollo de la creación… pero hay que darles el matiz cristiano evangélico para que la vida de los creyentes no sea víctima de ideas y sensibilidades opuestas al Evangelio. Formar a los comunicadores cristianos en una ética y una teología de la comunicación es asunto primordial en nuestros días. Termino, Señor, con unas palabras de tu Vicario Pablo VI: "La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara estos poderosos medios que la inteligencia humana perfecciona cada día más". Gracias, Señor, por el trabajo que tengo. El me permite seguir luchando contra viento y marea por el valor positivo que tienen los medios y por desterrar sus puntos negros. Cuento con tu ayuda. Vale. Te abraza con afecto, Ramón, 23 años
29)Hola Jesús Este día lo dedico casi por entero – es fiesta -, a pensar y contemplar tu figura en la parábola de los talentos. Me ha cautivado siempre su meditación. Creo que afecta por entero a mi vida. Reconozco que me has dado unas buenas cualidades en todos los aspectos de mi persona. No tengo dificultad en encontrar trabajo, en tener amigos – as y en desenvolverme bien en esta sociedad que tanto se "paga" de tener en sus empresas altos y eficientes cargos ejecutivos. Sé que mis jefes están contentos por el trabajo que despliego en todos los objetivos y planes de la empresa a la que presto mis servicios. La vida me sonríe. Todo el mundo me felicita por mis éxitos de trato, amabilidad y extensión de mi empresa. Me encuentro bien, en una palabra, en lo referente a mi rendimiento económico. No soy como otras amigas mías que, aún poseyendo más cualidades que yo misma, se han arrinconado en su " casita y en su cochecito" y no quieren aspirar a nada más alto y sublime.
Sin embargo, por mi parte, aspiro a grandes cosas. Pero tú sabes bien, Señor, que no es para brillar simplemente ante los hombres atosigándolos con mis buenas formas o maneras y mis dotes de inteligencia. No, no quiero esta vanidad. la odio y la rechazo desde lo hondo de mi corazón joven.
Me encanta mantenerme en la infancia espiritual que he aprendido de tu Evangelio. Reconozco con toda humildad que, ante este mundo competitivo, me siento un ser desvalido y sin mérito alguno. Esta actitud la conservo viva en mi ser gracias a que cada día eres tú mi punto referencial al comenzar la jornada. Es precioso que ante la gente de alto copete sepa alternar y darles , de vez en cuando, capotazos a sus aspiraciones monetaristas y consumistas. A veces no me entienden. Sin embargo, mi jefe, también creyente como yo, me apoya en todo. Lo cristiano bien entendido y vivido no está reñido con la ganancia económica con tal de que se haga de ella un uso humano y cristiano. Te lo diré después. Cuando me pide cuentas de mi rendimiento- como tú en el Evangelio -, él sabe que rindo al cien por cien. Esto, de por sí, no me satisface. Se lo digo con toda sinceridad a mis superiores. El dinero que ganamos de más, nos pertenece proporcionalmente. Una gran parte de lo que hemos ganado, lo debemos entregar para obras de misericordia. Esta, creo, que es la labor de un creyente tuyo en esta sociedad actual.
Los millones que gano para la empresa no me enrojecen la cara ni me dan vanidad. En casa, Señor, todo es sencillo y transparente. No vivo de lujos. La austeridad de vida da un ambiente sobrenatural a mi casa. La sobriedad en el vestir y en el comer hace que mi casa sea una puerta abierta a los necesitados, a los invitados de toda condición social. Intento que, con mi familia, la casa sea siempre una fiesta en la que se celebra la felicidad del encuentro contigo. Estoy teniendo reparos en contarte mi trabajo y mis ganancias. Pero, al fin y al cabo, creo interesante que lo sepan mis amigos los jóvenes para que tomen conciencia de que por más dinero que puedan ganar, si no los emplean para dignificar su vida en contacto con tu Evangelio, no serán felices. El dinero, si no se tiene cuidado, corrompe fácilmente. Sé que eres exigente conmigo y con los dones que me has dado. Por eso pretendo celebrar cada día la entrega de tu vida a la mía en un sano objetivo de multiplicar el dinero y el uso que hay que hacer de él. Gracias, Señor, porque soy consciente de que estoy leyendo tu Evangelio al día de hoy. Gracias porque sé que necesitas personas que ocupen grandes puestos en el mundo actual para que, desde ellos, resplandezca tu reino de justicia y amor. Termino mi carta. Me da pena de mis compañeros creyentes porque no rinden. Son " inútiles", cerrados a la mirada amplia de tus exigencias. Les ayudo en esta misión que me has encomendado. Les hago ver que tienen que explotar sus cualidades hasta el fondo. Hay que pisar el acelerador de la vida para extraerle todos los dones que nos has otorgado y compartirlos con los otros. Siento lástima, repito, Señor, por mis amigos jóvenes acomodados a cuatro cositas de nada: la moto, la chica, el chico, la bebida y…ellos me entienden. Una pena. Con todo afecto, Blanca, 25 años
30) Hola Jesús Intento con esta carta comunicarte a ti- que lo sabes todo – y a mis amigos y amigas que no debo mirar nunca atrás en el camino emprendido de seguirte según tus criterios y sentimientos reflejados a la perfección en el Evangelio. Te puedo servir desde mi trabajo de médido, policía, albañil, carpintero… Para ti lo que cuenta es el testimonio que demos de tu vida en la nuestra, mediante el puesto de trabajo que tengamos. La evangelización no la hacen solamente los curas. La hacemos todos desde que nos incorporamos a ti en el bautismo. Captarte, vivirte y darte a conocer son los ejes que mueven nuestro ser con un sentido claro, humano y diáfano. "El Señor llevará a cabo sus planes sobre mí. Señor, tu misericordia es eterna; no abandones la obra de tus manos". Tus palabras me alientan a vivir cada día en tu dial. Tu fuerza me mueve a donde estoy trabajando ahora. No eludo la responsabilidad que has depositado en mi persona joven. Nadie que me vea de mi pandilla podrá decir: "Mira, comenzó muy fuerte pero pronto se ha cansado". No existe el cansancio para quien vive apegado a ti. Mis deseos de amarte y de darte a vivir con mi testimonio son llamaradas de fuego que prenden en los otros, no por mis cualidades simplemente, sino porque mi vida se apoya y se fundamenta en ti. Si todos mis colegas se pusieran a mejorar el mundo en lugar de criticarlo pero sin hacer nada positivo por él, todo cambiaría. La razón de tu venida a nuestra vida propia tiene sentido completo en cuanto que si te seguimos nos transformamos interiormente en seres nuevos y esta novedad se palpa en nuestro rostro, en nuestras actitudes, en nuestra diversión. Estoy cansado, aunque soy joven, de ver en las plazas a mis amigos, parados, esperando solamente que llegue el viernes y el sábado para "montárselo bien". Tengo, Señor, esperanza de que algún día – como me pasó a mí – se lancen de una vez por todas a vivir la vida según tus criterios. Se lo montarán mejor y , por supuesto, no quedará jamás en ellos el poso de la amargura y de la frustración, una vez pasados los momentos de "exaltación", debida a las copas y a otras cosas que ellos saben muy bien. Por el contrario, sentirán a pleno pulmón que la "exultación" nace en ellos por la felicidad que proviene de su propio y rico mundo interior, maltratado y olvidado con mucha frecuencia.
Señor, cada ser humano tenemos una misión que cumplir en tu universo. Nadie debe escaquearse. Cuando estemos en continuo proceso de "embarazo" por mejorar el medio ambiente, por ampliar nuestras relaciones hasta límites increíbles, por vivir las exigencias de nuestra fe a toda pastilla…, entonces , sólo entonces llegaremos los jóvenes a ser personas auténticas. Entonces, sólo entonces los ancianos y los niños podrán decir de nosotros: " Admiro a la gente joven por lo bien que trabajan, por lo bien que se divierten , por lo bien que hablan y por el bien que hacen. Aquí tenemos retos, desafíos imponentemente bellos que llevar a cabo en el mundo. Y nos corresponde a todos, principalmente a los jóvenes, cargados de ilusiones por el vigor que la fe en Cristo da a nuestras vidas. Gracias, Señor. Haz que el plan que tienes sobre mí se lleve a cabo. Con afecto de amigo comprometido, Rafa, 19 años
Felipe Santos Granada, febrero del 2000 " Me basta que seáis jóvenes para que os ame". ( San Juan Bosco)
Autor:
Miguel Peinado Muñoz
Profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de Granada